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Tras el espectacular arranque que 'The Mysteries of Laura' protagonizó la semana pasada en la NBC sumando más de 10,5 millones de espectadores, este segundo episodio se presenta con una cabecera más larga, una trama más coherente y unos personajes más naturales.
Nuevo día, nuevo asesinato
Christa Chase, mujer de mediana edad, aparece muerta en un local de Manhattan. Su cadáver, suspendido en el aire con una banda de yoga aéreo, presenta marcas de forcejeo, piel de otra persona bajo las uñas y, según Laura, un asqueroso olor a colonia barata.
La detective se siente identificada con la víctima como ya le pasó con la mujer del asesinado en el capítulo anterior. En este caso, tanto ella como Christa se han divorciado, son seguidoras de programas como 'Top Chef' y fans acérrimas de Madonna. Se diferencian en que el ex marido de Laura quiere volver con ella pero el de la víctima se había desentendido. Tampoco muestra ningún tipo de pena cuando Laura y su compañero Billy se personan en su casa y le comunican la muerte su ex mujer.
El ex marido de Christa es el rico propietario de una flota de camiones y ha rehecho su vida con una mujer más pija y más operada que la anterior. A pesar de sus riquezas, la víctima tenía problemas económicos y vivía con su hija pequeña en una habitación alquilada. Apenas salía de casa y estaba tratando de encontrar una nueva pareja a través de una página de contactos.
La comidilla de la comisaría
El nombramiento de Jake como nuevo capitán de la comisaría no ha pasado para nada desapercibido. El policía no deja a nadie indiferente y todos le aman. Todos excepto Laura, claro está. A base de cronuts, café sibarita y el movimiento de su propio trasero, se camela uno a uno a sus nuevos compañeros.
Que Laura llegue a la oficina y se encuentre a unas policías y a Maximillian mirando descaradamente el culo de su ex marido no es más que otra muestra de que la serie es más cómica que policial.
La atracción sexual que el nuevo capitán despierta no acaba aquí. Meredith y Maximillian llegan al punto de pelear y desautorizarse el uno al otro frente a Jake a la hora de informar de la situación del caso de asesinato que se está investigando.
Tras pedirle a Laura que se quede con los críos esa noche, Jake se va de copas con Billy, el leal compañero de Laura. Aprovecha para tratar de ganarse su respeto, estrechar lazos con su subordinado y, para qué nos vamos a engañar, sonsacarle información sobre Laura.
Sin embargo, Jake no tarda mucho en olvidarse de Laura. Dos chicas se acercan para ligar en un momento de la noche y una de ellas termina besando a Jake.
Al final del episodio, Jake le explica a Laura lo ocurrido esa noche y le deja claro que la cosa no fue a más. Pero a Laura no le importa, ya ha superado lo suyo. Tras el divorcio se siente libre, o todo lo libre que alguien se puede sentir con su ex marido como jefe. La detective le advierte de que no debería dejar pasar esas oportunidades porque ella misma no va a dejar pasar a ningún hombre que haya a su alcance.
Buscando citas por Internet
La serie trata de mostrar que las páginas de citas e Internet en general pueden resultar un peligro cuando se trata de conocer gente. Laura crea un perfil falso en la página de contactos en la que la víctima estaba registrada. Lo asemeja al de Christa para ver si el asesino pica el anzuelo tratando de ir también a por ella.
El perfil recibe nada más y nada menos que doce peticiones de cita en una sola noche. Laura se pone guapa y, con Billy cubriéndole las espaldas, se dispone a conocer a todos los pretendientes y decidir si son sospechosos o no en una divertida secuencia.
Tras decidir que ninguno de ellos puede haber matado a Christa ya sea por inseguridad, alergias a perfumes o gigantescos herpes labiales, se topa con otro candidato: Kevin. Kevin, que usa perfume caro, resulta ser un apuesto hindú que quedó con la víctima unas noches atrás. Sin embargo, tras un interrogatorio, confiesa que Christa le dio calabazas y que después contrató a un hombre llamado Michael Devlin que le ayudase a ligar.
Michael tiene una página web en la que ofrece sus servicios a hombres desesperados y afirma ser un experto cortejador de mujeres divorciadas con baja autoestima. No obstante, no es más que un violador y un maltratador. Laura tiene una cita con él, le roba el móvil y descubre que quedó con la víctima la noche del asesinato. Además, huele a perfume barato.
En el capítulo anterior todas las pruebas apuntaban a un sospechoso y en los últimos cinco minutos se produjo un giro inesperado. Al recordar esto, uno puede creer que Michael no es culpable, pero no es así.
A petición de Laura Michael hace un striptease, dejando ver unos indiscretos arañazos en su pecho. Es entonces cuando la detective le desenmascara y él, atrapado, trata de asesinarla estrangulándola con su propio pañuelo. Jake, Billy y Meredith salvan a Laura y el asesino es detenido.
No es buena idea llevar pañuelo al quedar con alguien que ha estrangulado hasta la muerte a su anterior cita.
La niñera delincuente
Durante el episodio aparece un nuevo personaje al que se le da algo de importancia. Sammy es una joven de origen asiático que ha sido detenida por manifestarse ante la empresa de su propio padre para defender los derechos de sus trabajadores. Sammy parece tener experiencia en páginas de contactos ya que aconseja a Laura cómo mejorar el perfil falso que prepara para el caso.
Después de que el padre de la joven pague la fianza y ésta rechace su dinero, Laura le da dinero para el metro y la contrata como niñera para sus hijos. Los niños se han dejado ver por la comisaría durante el episodio porque Laura aún no tenía una.
Tras el protagonismo que se le ha dado al personaje de Sammy y el vínculo que ha establecido con Laura resultaría extraño que no apareciese en capítulos venideros.
Conclusiones
Tras un segundo episodio más entretenido que el piloto comienza a apreciarse el patrón por el que se rige la serie. Cada capítulo trata un solo asesinato a diferencia de series como 'CSI: Crime Scene Investigation'. Las tramas son sencillas y se lidia con los sospechosos de uno en uno. Cuando el argumento se complica, se hace un sumario para que el espectador no se pierda.
Sin embargo, la serie no deja el humor y las relaciones entre los personajes en ningún momento. Eso la hace divertida y llevadera, restando importancia a los casos de asesinato al intercalar las escenas cómicas con las policiales. Como cabía esperar, la barrera que separaba la vida personal y profesional de Laura ha caído con el traslado de Jake.
