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Confía en mí

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#0
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
05/06/2012 21:17
¡Hola, Aguiluchas!

Vuelvo a colgar este mensaje, porque no sé qué ha pasado. Se ha perdido en el ciberespacio... Je,je,je... Bueno, os decía en el anterior que estoy escribiendo esta historia de Gonzalo y Margarita, que he titulado Confía en mí. Una frase que el Amo dice habitualmente. Al principio pensé en centrarme sólo en el CR, pero después me he picado y como le dije a Mar, iré introduciendo personajes para dar más intensidad a la trama. ¡Jó parezco una guionista de la serie! Je,je,je... Iré colgándola poco a poco. Espero que os guste y que disfrutéis tanto como yo al escribirla. Me he basado en algunas imágenes que nos pusieron de la ansiada 5ª temporada, pero el resto es todo, todito de mi imaginación. A ver si los lionistas se pasan por aquí y cogen algunas ideas... Je,je,je. Bueno, allá va... Besitos y con Dios. MJ.

Ya sé lo que pasó. Hay mucho texto y no lo podía colgar... Bueno, aquí os dejo las primeras líneas. Besitos a tod@s. MJ.
#21
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
07/06/2012 16:35
Alonso miró a su tía que, expectante, la cogió. La abrió tras aclararse la garganta. La letra firme y clara de Gonzalo quedó al descubierto.

“Querida Margarita:
Ayer supe que el destino encarnado en la figura de una mujer, a la que creía cómplice de nuestros sueños de juventud, nos traicionó y nos separó…
Lucrecia se apropió de una carta, de unas palabras y de unos sentimientos que no le correspondían, y con ello nos arrastró a la desilusión, al resquemor y al olvido, aunque éste sólo estuviera oculto en mi corazón. Por eso quiero que hablemos a solas del pasado y del presente porque hasta que no lo hagamos, no podremos construir un futuro.
Te espero en el lago. Gonzalo”.

Margarita dominó a las lágrimas que combatían entre sí para brotar de sus grandes y penetrantes ojos oscuros. Sátur y su sobrino la observaban sin perder detalle de sus gestos.
-¿Está bien, señora?
Ella le miró.
-Sí, Sátur.
-El amo también me dijo que cuando la leyera, le diera esto.
La costurera contempló el medallón que le había dado en criado. Tragó saliva y se puso de pie.
-Tengo que irme, Sátur… Él…
El ayudante del Águila Roja asintió con la sonrisa aflorando en la comisura de sus labios.
-Vaya usted con Dios.
Margarita asintió y se arrebujó en su toca de color verde. Luego salió de la casa.
-Pero, ¿qué ocurre? Mi padre se va al amanecer, la tía…
-Termina de desayunar, Alonsillo, que hoy vamos a tener que poner varias velas al Altísimo para darle las gracias.
-¿Por qué?
-Camino de la iglesia te lo cuento. Vamos, come…
El niño suspiró y se llevó la cuchara a la boca.

Gonzalo había visto amanecer en el lago. Allí templó sus nervios, meditó y pensó en todo lo que le diría a Margarita, su amor. Sí. Siempre la había amado, incluso cuando la había rechazado y negado aquel sentimiento que, continuamente, pulsaba por sus venas. Abrió la cajita que tenía en sus manos y contempló el medallón que había guardado durante años en uno de sus arcones. Una flor de lis de jade resplandecía en el centro de una piedra dorada. El héroe de la Villa recordó el momento en el que compró aquella joya. Sonrió. Hacía tanto tiempo… En su viaje por Oriente y antes de que los celos y el resentimiento anidaran en su corazón, la encontró en una pequeña tienda de China. El vendedor le dijo que aquella flor le llevaría hasta el amor de su vida y que el viento le susurraría su nombre. Gonzalo suspiró porque oyó al viento, y levantó la cabeza. Vio a Margarita caminando por el sendero. Él se puso de pie y guardó la cajita en el bolsillo de su chaqueta. Quedaron frente a frente sin apartar sus miradas el uno del otro.
-Margarita… -comenzó a decir el maestro.
-Gonzalo, yo nunca supe que me habías escrito esa carta y…
-Lo sé. –Su mano derecha acarició el mentón femenino-. No sabes cuanto siento todo lo que has sufrido por mi culpa, si yo pudiera volver hacia atrás…
-Pero no se puede, Gonzalo. Tenía que ser así.
Los ojos de Margarita brillaban por las lágrimas contenidas.
-El destino es cruel.
-Sobre todo si se llama Lucrecia.
-Sí…
Su cuñado bajó la cabeza y Margarita sintió deseos de acariciar sus cabellos y abrazarle, pero se contuvo. Cuando Gonzalo volvió a mirarla, parecía haber recuperado su habitual entereza.
-Sentémonos ahí… -Le señaló una enorme piedra caliza y ella asintió. La ayudó y después, sentado a su lado, habló mirándola a los ojos-. Le entregué a Lucrecia la carta para que te la diese. Confié en la amistad y en el cariño que nos tenía a ambos, pero me equivoqué.
-Ella siempre ha estado enamorada o encaprichada de ti, Gonzalo.
-Pero yo sólo tenía ojos para ti.
Margarita emitió un largo suspiro, y después en sus labios se formó una triste sonrisa. Gonzalo prosiguió:
-Yo era por aquel entonces un joven vehemente e inquieto. No pensé en las consecuencias de mis actos ni en el daño que podía causar a las personas que me querían. Cuando vi cómo aquel hombre te abrazaba, yo…
La mano de Margarita temblaba al posarla en el fuerte brazo masculino.
#22
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
07/06/2012 16:37
-Te juro que no pasó nada, Gonzalo. Es verdad que intentó besarme, pero yo no le dejé. No me escuchaste y sucedió todo aquello tan terrible. –Las lágrimas surcaron sus mejillas.
-Lo siento.
-Yo también lo siento, Gonzalo. Nunca debí hacer caso a Lucrecia –dijo, enjugándose las lágrimas.
Él enarcó las cejas al oír sus palabras.
-Como tú no te decidías a pedirme matrimonio, Lucrecia me aconsejó que te diera celos y yo fui tan estúpida que le hice caso. –Un sollozo escapó de su garganta.
-Margarita…
Gonzalo la abrazó para consolarla. Cerró los ojos. El olor a flores que desprendían sus ondulados cabellos, le evocaron sueños de juventud, besos robados, deseos, caricias compartidas… Cuando se separaron, él la miró y se perdió en la profundidad de sus negras pupilas.
-Siempre podemos volver a empezar… -dijo, acariciando con su mirada la carnosa boca femenina. Esa con la que soñaba todas las madrugadas, y que había besado en contadas ocasiones.
Margarita suspiró.
-¿Volver a empezar…? –le preguntó temblándole la voz.
Gonzalo rozó con las yemas de sus dedos el amado rostro y le sonrió.
-Me llamo Gonzalo de Montalvo, ¿y tú?
Ella le devolvió la sonrisa.
-Margarita Hernando.
-Te amo, Margarita Hernando –musitó, acercándose lentamente. Su aliento y el de la mujer que más había querido en toda su vida se fundieron en uno solo. Las manos varoniles asieron con delicadeza el rostro de Margarita, y luego la besó con pasión. Un gemido de placer escapó de la boca femenina cuando los dientes de Gonzalo de Montalvo le mordisquearon el labio inferior. Después… El tiempo se paró. Más tarde, sus respiraciones volvieron a la normalidad. Margarita se aferró al cuerpo de su amado. Gonzalo besó su cabeza con ternura sin dejar de abrazarla. Las palabras sobraban en aquel instante. Los dos lo sabían. Sin embargo, el silencio no duró eternamente. Margarita lo rompió con una pregunta que ansiaba conocer.
-¿Qué me decías en la carta?
Gonzalo la apartó un poco y se miró en el espejo de sus ojos.
-Te decía que aunque lo intenté no pude olvidarte, que los celos no me permitieron que te explicaras y que si me decías que me había equivocado y que me perdonabas… Yo te hubiera perdonado en ese mismo instante…
-Mi amor…
Volvieron a besarse. Luego Gonzalo buscó la cajita en el bolsillo de su chaqueta, y se la entregó a Margarita. Ella la abrió temblándole las manos.
-Es un medallón precioso… –dijo Margarita emocionada.
-Lo compré en China, pensando en ti y en nuestra prenda de amor.
-La flor de lis es mágica… ¿Recuerdas, Gonzalo?
-Sí. –Sonrió, ayudándola a ponerse de pie.
Se besaron nuevamente, felices, amparados por la ilusión y por la esperanza de compartir la vida, que en el pasado, el destino les arrebató.
-Cásate conmigo… -murmuró el maestro, tras besar el cuello femenino.
Margarita le miró, sorprendida. Sin embargo, sus labios pronunciaron con rapidez la palabra que él ansiaba oír.
-Sí.
-¡Te quiero! –gritó Gonzalo de Montalvo mientras la levantaba del suelo y giraban entre risas y besos alimentados por la pasión.

Continuará...


Besitos a todas. MJ. Con Dios.
#23
Selene2
Selene2
08/06/2012 08:11
sencillamente precioso, hasta la lagrimilla se me escapa...

sigue, sigue, que no me quiero perder nada

gracias por este fantástico regalo
#24
mariarosa96
mariarosa96
08/06/2012 20:25
¿este relato lo puede seguir cualquier persona?

me encantaría escribir en él. Me parece una serie extraordinaria tanto por sus romances como por sus aventuras y secretos a punto de descubrir.

Estoy deseando seguir con las escenas de Margarita y gonzalo, las he leido y son buenísimas. Ya podrían aprender los guionistas de gente como vosotros/as. ¡ENHORABUENA!

Podrían usarlos para seguir con la serie.
#25
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
08/06/2012 21:05
¡Hola, Selene!

Te confieso que a mí también se me ha escapado alguna que otra lagrimilla... Me gustaría tanto ver estas escenas o parecidas en la serie. Aunque sea a través de este relato no las imaginamos, ¿verdad? Me alegro que a ti y a las demás niñas les esté gustando y bueno sólo os puedo decir que os esperan muchísimas sorpresas. Gracias, guapa, por el regalo que vosotras me ofrecéis a mí: leer mi historia. Besitos y buen finde. MJ. Con Dios.
#26
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
08/06/2012 21:15
¡Hola, Mariarosa!

Pues verás la historia es mía y está registrada, así que sólo la podrás leer. Aunque si tú quieres escribir y deleitarnos con tus relatos, podrás hacerlo. A mí las demás Aguiluchas me han dado esa facilidad.
Me alegro que te gusten las escenas entre Gonzalo y Margarita. A mí me encanta esta pareja e intento ponerme en sus pieles para ofrecer al lector lo que a mí me encantaría que pasara entre ellos. Y como dije en el primer post -es verdad que me he basado en algunas escenas que nos pusieron para la quinta temporada-, todo todito está en mi imaginación... Je,je,je. Besos, guapa. Me encantaría leer algo tuyo. MJ. A más ver.
#27
mariarosa96
mariarosa96
08/06/2012 23:16
A treinta metros de la casa, Gonzalo y Margarita caminaban hacia la morada con las manos cogidas.
Miraban al suelo con los ojos iluminados de alegría y con unas amplias sonrisas. De vez en cuando, se miraban fijamente.

Llegaron a la casa y abrieron la puerta. Gonzalo le cedió el paso a Margarita.
Una vez ya dentro, Margarita se despidió de Gonzalo con un beso largo y apasionado. Luego subió las escaleras que llevaban a su pequeña habitación.

Gonzalo estaba acostado en su cama y de repente oyó unos pasos que iban hacia él. Se giró cogiendo un cuchillo y tumbó a esa persona presionándole el cuello con el arma blanca.

Vio que era Margarita. Ella suspiró alarmada y aterrada. Nunca había visto a Gonzalo tan violento.
-¡Margarita!, ¿se puede saber qué haces aquí? -dijo alejándose de ella.
-No sabía que quisieras matarme. -dijo levantándose de la cama enfadada.
-No es eso. No es lo que parece. Creí que era...

Margarita le interrumpió:
-¿Quién pensabas que era? Como si tuvieras enemigos.

Margarita abrió la puerta y antes de que saliera la paró poniendo la mano en su cintura.
-¿Quieres saber la verdad sobre mí?
-Si nos vamos a casar tendré que saber con quien voy a dormir.
-Nunca te haría daño. -dijo él.
-Cuéntamelo.

Le pidió que se sentara en la cama. Cuando ya estaban sentados, Gonzalo empezó contarle toda la verdad cogiéndole las manos.

En el momento en que Gonzalo dijo que él era el águila roja, el rostro de preocupación y desconcierto cambió al de enfado.

Margarita no reaccionaba pero tampoco dejaba de mirarle. Estaba inmóvil.
-¿Cómo has podido ocultarme eso? -dijo quieta pero casi sollozando.
#28
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
08/06/2012 23:38
¡Hola, Mariarosa!

Muy interesante tu escrito, pero te pediría un favor. Creo que no me has entendido antes. Verás yo he abierto este hilo para escribir aquí mi historia y sería interesante que tú abrieras otro y allí colgases la que tú has escrito y los demás opinásemos de ella. ¿No te importa borrarla de este hilo? Te lo agradecería porque si no sería muy lioso para las demás seguir mi relato y el tuyo a la misma vez. Gracias, Mariarosa. Un beso. MJ.
#29
mitchie
mitchie
09/06/2012 03:06
Gran escena en el lago!!!!!que cucossss!!!!sigue cuando puedas que esperaré con impaciencia :)
#30
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 07:47
¡Hola, Mitchie!

Muchas gracias, guapa. Te prometo sorpresas... Je,je,je. Espero que los exámentes vayan bien. Besitos y buen finde. MJ. Con Dios.
#31
campello2010
campello2010
09/06/2012 12:10
¡¡Me sigue encantando,enganchando y quiero más, por favor!!. Sigue escribiendo lo haces muy bien, tenemos aquí un grupo de escritoras fantastico. Gracias por dejar que lo leamos y Felicidades.
#32
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 15:29
¡Hola, Campello!

¿Qué tal, guapa? Me alegro que te guste y que estés enganchada a la historia, estoy hasta yo... Je,je,je. Ahora voy a colgar otro poquito, un regalo para el finde por si alguna os pasáis por aquí. Por cierto, si estás en FB hazmelo saber que te envío mi solicitud de amistad. Selene ya me confirmó como amiga allí. Besos y a más ver. MJ.
#33
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 15:41
Bueno, niñas, nos quedamos en la declaración del lago con los dos tortolitos. Estad atentas porque pronto entrará un nuevo personaje en la trama... Besitos a todas. Con Dios. MJ.

Confía en mí

Alonso se levantó de la silla que ocupaba y, nervioso, se acercó a la puerta de la entrada. Salió y volvió a entrar en la casa. Sátur y Catalina le observaron, disimulando los nervios que ambos sentían.
-¡Alonsillo, siéntate ya que no vas a crecer más por levantarte tanto! –exclamó el criado pasando por tercera vez un paño por la mesa.
-Es que… Tardan mucho, ¿no?
-¡Pues claro, hijo! –profirió Catalina sonriéndole-. Tu padre y tu tía tienen que hablar…
-¿Y si la tía Margarita le dice que no?
-Eso no ocurrirá, Alonso –le dijo la madre de Murillo asiéndole por los hombros.
-Tu tía quiere tanto a tu padre, Alonsillo, que estoy seguro de que cuando regresen a la casa, nos darán una buena noticia.
-¿Tú crees, Sátur?
-Sí. ¡Vete acicalando, Alonsillo, que nos vamos de boda! ¡Ya verás…! –Rió, provocando la risa en el hijo de Gonzalo.
Un ruido de llaves y voces en la entrada, les puso en tensión. Catalina, Saturno García y Alonso de Montalvo se miraron, expectantes.
Gonzalo y Margarita conversaban y sonreían cuando irrumpieron en la sala. Ambos se callaron al ver los rostros de interés que mostraban las tres figuras que los observaban fijamente. Sátur arqueó las cejas, Cata hizo un mohín con la boca y Alonso tragó saliva con los ojos muy abiertos, esperando… Margarita carraspeó y después dijo:
-Que Gonzalo me ha pedido que me case con él –se miraron sonrientes-, y… -No pudo terminar la frase.
Un torbellino de abrazos, besos y risas les envolvió durante un interminable minuto.
-¡Yo lo sabía! –gritó Sátur con la alegría danzando a su alrededor-. ¡Déjeme, amo, que le felicite, déjeme…!
Catalina y Alonso abrazaban a Margarita tan fuerte que a ella le costaba respirar, aun así sonrió a su sobrino y a su amiga porque sabía que ellos se alegraban de la noticia.
-Aún no habéis oído la respuesta de Margarita… -pronunció Gonzalo muy serio.
Los tres la miraron con gesto interrogante. Gonzalo le guiñó un ojo sin que los otros lo advirtieran.
#34
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 15:42
-Le he dicho que… -se mordió el labio inferior creando un suspense que crispó los nervios de Catalina.
-¡Ay, por Dios, dejaros de estos juegos que tengo el corazón que se me va a salir por la boca!
-Eso mismo digo yo, señora, que el chiquillo está muy nervioso y yo… Mire como tengo los vellos del brazo, como escarpias.
-¿Tía Margarita…? ¿Padre…? –comenzó a decir Alonso mirando a uno y a otro con los ojos brillantes.
-Mi amor… -Margarita le abrazó-. Tu padre y yo nos queremos y deseamos formar una familia, pero sólo lo haremos si tú nos das tu bendición.
Gonzalo puso sus manos en los hombros de Alonso.
-Tía Margarita y yo lo hemos hablado en el camino de vuelta.
El niño se giró y miró a su padre.
-Eso es lo que más deseo en este mundo, padre, que la tía, tú y yo formemos una familia, así que tenéis mi bendición.
-Te quiero, mi amor –le dijo su tía tras besarle.
Su progenitor le alborotó los cabellos.
-Gracias, hijo.
Catalina hipó emocionada y Sátur carraspeó, bajando la mirada al suelo. Alonso volvió a hablar:
-Aunque Sátur también es parte de nuestra familia, ¿verdad?
El criado le miró con ojos llorosos.
-¡Por supuesto, hijo! Sátur es uno más en nuestra casa. –El maestro fijó sus ojos de color miel en los de su amigo-. Por eso Margarita y yo queremos que sea nuestro padrino de bodas.
-¿Yo…?
-Sí, Sátur.
El postillón del Águila Roja se abrazó a su héroe.
#35
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 15:43
-Nunca olvidaré esto, amo, nunca…
-Te lo mereces por todo… -murmuró Gonzalo con gesto cómplice.
-Cata… ¿Te gustaría ser nuestra madrina? –le preguntó Margarita.
La madre de Murillo soltó el sollozo que contenía en la garganta, y luego abrazó a su amiga.
-¡Ay, alma de cántaro, claro que sí!
Todos rieron. Luego Catalina rodeó con sus brazos a Gonzalo y cuando sus miradas quedaron fijas la una en la otra, le dijo:
-Sé que seréis muy felices.
Él asintió.
-Gracias, Cata.
-Bueno, bueno… Por aquí guardaba yo un vino de esos que hacen resucitar a los muertos… -Rió Saturno García buscando la botella-. ¡Venga, Alonsillo, coge los vasos que hoy vas a brindar con nosotros!
-¿Puedo, padre? –le preguntó.
-Sólo un dedo y rebajado con agua.
Sátur echó el vino en los recipientes y todos los alzaron dispuestos para el brindis.
-¡Por Gonzalo y Margarita! –exclamó, alegre, el criado-. Yo deseo que la felicidad esté presente desde hoy en sus vidas y para siempre.
-Gracias, Sátur –dijeron los dos al unísono.
En ese momento entró Cipri en el hogar de los Montalvo. Llevaba un cesto de manzanas, que dejó en el suelo.
-Buenas… ¿Qué se está celebrando en esta casa?
-El compromiso de Gonzalo y de Margarita –habló Catalina mirándole enamorada.
-¿El…? –La alegría se dibujó en el rostro del antiguo posadero, que ahora trabajaba en un puesto de frutas.
-Anda, Cipriano, tómate un vino con nosotros –le comentó Sátur.
-Pues claro… ¡Qué noticia más buena! Me alegro mucho por vosotros, Gonzalo.
-Lo sabemos, Cipri. Muchas gracias. –Le sonrió.
Margarita asintió sonriente.
-Yo que venía a dejaros estas manzanas y con lo que me encuentro… -Bebió de un sorbo el contenido del vaso y luego se limpió la boca con el dorso de la mano.
-¿Unas manzanas…? –inquirió Alonso.
-Pascual, mi patrón, que te agradece Gonzalo lo de su hijo y como sabe que te gustan mucho, te las envía para ti y tu familia.
-Dile a Pascual que se lo agradezco, pero que curé la pierna de Toño porque esa era mi obligación: el chico se hizo una herida en la escuela y yo soy su maestro.
-Ya sabes como es.
-Sí.
-Bueno, me voy que no puedo dejar el puesto solo mucho tiempo. Con Dios.
-Con Dios, Cipri –le respondieron todos a la misma vez.
#36
MJdeMontalvo
MJdeMontalvo
09/06/2012 15:44
-Menos mal que Cipriano encontró este trabajo porque yo no sé que hubiera sido de él… -comentó Sátur viéndolo marchar.
-Sí –habló Catalina suspirando-, menos mal.
Gonzalo la miró. Él sospechaba que entre Cipri y su vecina había nacido un sentimiento que ambos trataban de ocultar ante sus amigos. Sin embargo, las miradas les delataban. “¿Qué podía hacer?”, se dijo. Los dos eran viudos, aunque Cata no lo sabía. Pensaría más tarde algo para solucionar aquel problema. Sonrió y abrazó a Margarita, que le miró embelesada.
-Bueno, yo me tengo que ir ya –habló la madre de Murillo-, como hoy no tengo que ir al palacio de la marquesa, voy a adecentar mi casa, que falta le hace. A más ver.
Los novios la acompañaron a la puerta. La mujer se giró y les volvió a sonreír.
-No sabéis la alegría que me habéis dado y la ilusión que me hace ser vuestra madrina de bodas. Por cierto, ¿cuándo será?
Margarita y Gonzalo se miraron.
-No hemos puesto fecha aún –dijo ella.
-En cuanto se cuelguen las amonestaciones en la puerta de la iglesia –habló el maestro.
-¿Tan pronto?
-¿No crees, Cata, que ya hemos esperado demasiado tiempo?
-Sí. –Rió ella-. Tienes razón, Gonzalo. Pues nada, iré preparando mis mejores ropas. Con Dios.
-Con Dios, Cata. –Le sonrió Margarita.
Mientras su vecina bajaba los escalones, Gonzalo de Montalvo y Margarita Hernando se besaron en la entrada de la casa y luego entraron dentro. Juan de Calatrava les vio. Su rostro evidenció la tristeza que sentía por haberla perdido y ahora… Catalina carraspeó a su lado.
-Juan… Ellos siempre se han querido y…
El médico asintió.
-Lo sé.
-Se han comprometido y en cuanto se cuelguen las amonestaciones en la puerta de la iglesia de San Felipe, se casarán.
-Aunque no lo creas, Catalina, me alegro por Margarita. Ella merece ser feliz y Gonzalo es un buen hombre.
-Sí, como tú. –Le sonrió, apretándole con cariño el fornido brazo-. Ojalá encuentres una mujer que te quiera y con la que vuelvas a sonreír.
-Gracias, Catalina, por tus deseos. Pero ahora me voy a centrar en mi trabajo. El amor no entra en mis planes.
Ella suspiró.
-Voy a calentar un guiso que tengo en la olla, ¿te apetece un poco, Juan?
-Gracias, Catalina. Me vendría muy bien.
El doctor y su casera se sonrieron.

Continuará...

¡¡¡¡Buen finde, Aguiluchas!!!!!
#37
mariarosa96
mariarosa96
10/06/2012 17:18
me gustaría que siguieras escribiendo, porque cada parte del relato es una ilusión y una sacada de sonrisa.
Besos y felicidades por el éxito del hilo.
#38
Selene2
Selene2
11/06/2012 08:11
ay madreeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

¿qué pasará?

sigue, sigue...
#39
cutisan
cutisan
11/06/2012 15:02
Guay!!!! hace que no entro en el foro por falta de tiempo y me encuentro con esto. Genial, gracias MJ, me trae buenos recuerdos de cuando empezamos aqui.

Me gusta la historia, ojala!! te copien los guionistas alguna cosilla por no decir todo. bravo
#40
Kaley
Kaley
11/06/2012 16:14
Mj, a tus pies, he tenido que leer a salto de mata y con muchos cortes, pero no podía con la curiosidad

Felicidades y gracias ....
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