La leyenda de los atentados contra Franco

El documental y la ficción se dan la mano en 'Los que quieren matar a Franco', filme que reconstruye los intentos de matar al dictador, todos fallidos debido a los estrictos controles de seguridad que le rodeaban, así como por el carácter idealista y poco profesional de quienes los planificaron.

Pedro Costa y José Ramón Da Cruz se encargan de la dirección de esta película, que está previsto estrenarse en abril o mayo en cines y, más tarde, en televisión y cuyo guión firman el propio Costa, junto a Roberto Cabezas y Antonio Ojeda, quienes hace un año comenzaron a estudiar el libro publicado hace tres décadas por Eliseo Bayo, 'Los atentados contra Franco', con el fin de reconstruir esas historias.

'Pero en cuanto empezamos a investigar descubrimos que esos atentados no eran ciertos. Como dice Carrillo en una entrevista de la película, 'nadie hizo nada por matar a Franco'. Aunque todos, comunistas, falangistas, y sobre todo anarquistas, se lo plantearon nada más terminar la II Guerra Mundial, al ver que los Aliados no iban a terminar con él. Pero desistieron porque no había posibilidad física. Sólo se podía hacer desde el círculo más cercano a El Pardo', confiesa a Efe Pedro Costa.

El productor y cineasta explica cómo han rebuscado en archivos de España, del exilio francés, o de la CNT, por ejemplo, además de recuperar imágenes del NODO para ir reconstruyendo la historia de esos fallidos intentos de matar al dictador.

'Como relata en el filme un capitán de la Guardia Civil que estaba en su cuerpo de seguridad, Franco contaba con siete anillos de control que le rodeaban, imposibles de flanquear', apunta Costa.

'O como cuenta un miembro de ETA, -añade- era fácil matar a Carrero Blanco porque era hombre de costumbres diarias, pero el general no era así. Por ejemplo, viajaba en dos coches y no se sabía nunca en cual de los dos iba realmente'. De ahí que Costa relate en la película cómo todos los intentos, hasta doce, de asesinar a Franco, 'no pasaron de ser meras quimeras, deseos muy mal organizados y sin base posible de ejecución'.

Fue entonces cuando el cineasta decidió echar mano del relato corto de Max Aub 'La verdadera muerte de Francisco Franco' para introducir una ficción que sirviese para engarzar esos testimonios y también para ofrecer al público 'una imagen que todos deseamos ver', la del camarero protagonista del cuento, que consigue infiltrarse en pleno desfile de la Victoria y mata a tiros al dictador.

Costa ha querido rendir, con esta película, un homenaje a todos aquellos que lo intentaron: 'Unos idealistas -dice- capaces de morir por unos principios que no traicionaron'.

'Todos fueron ingenuos y vivían fuera de la realidad', apunta Pedro Costa, quien va desgranando en la película cómo muchos de ellos acabaron en la cárcel o muertos, como fue el caso de dos anarquistas ejecutados a garrote vil, acusados falsamente de haber puesto unas bombas. La realidad es que ellos llevaban tiempo planeando un atentado, la policía les seguía la pista y utilizó esa excusa para acabar con ellos.

'No hubo reacción porque las ejecuciones tuvieron lugar en verano', cuenta Costa, quien ofrece en el filme el testimonio del autor de la colocación de las bombas, que actualmente vive en París.

En 'Los que quisieron matar a Franco' se hace un repaso de unos intentos para acabar con el dictador 'que -en palabras de Costa- no tenían ni una pequeña posibilidad de triunfar'. Como el diseñado por un anarquista escocés que pretendía poner una bomba en la final de la copa de fútbol, que habitualmente presidía el dictador. 'Le detuvieron al llegar a Madrid y cuando ya se había jugado el partido', recuerda el cineasta.

O el de aquellos que querían perpetrar el atentado en el puente de los franceses porque sabían que Franco pasaba por allí cada vez que venía a España un nuevo embajador. 'Se leían el ABC todos los días para saber cuando llegaría un nuevo emisario, pero llegó el verano y Franco se fue de vacaciones, con lo que el plan se fue al traste', recuerda.

'Todos estos intentos parten de románticos planteamientos poco realistas, pero las historias de aquellos que lo intentaron son apasionantes y la película quiere rendir homenaje a ese idealismo que quiso acabar con un dictador que siguió matando gente hasta dos meses antes de su muerte', concluye.


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