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Como no me gusta la historia... voy y la cambio (Natalia y Roberto)

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Roberta72
Roberta72
27/04/2011 20:02
Como estoy bastante aburrida de que me tengan a Roberto entre rejas, aunque sean las rejas de cartón piedra del cuartel de Arazana, y de que nadie (excepto San Miguel) intente hacer nada... pues voy y lo saco yo misma.
Y como la historia parece que va dos pasitos pa´lante y tres pa´trás, pues voy y la cambio a mi gusto.
Y como a mi el que me gusta es el Rober... pues también cambio la historia.

Creo que me he metio en un ebolao del que no voy a saber salir pero bueno, todo sea por dar ideas a los guionistas de nuestros amores. Ya me direis...
_____________________________________________________________________________

Capítulo 1

Parecía un sitio tranquilo, alejado del camino, seguro que por allí no pasaba gente con regularidad. La hierba que tapizaba la orilla del río era alta y estaba sin pisar así que decidió desmontar y descansar unos minutos.
- No puedo estar ya muy lejos de ese maldito pueblo. ¿Es que no había un lugar más perdido donde esconderte Sara?- dijo en voz alta mientras ataba el caballo a uno de los árboles que extendían sus ramas sobre el agua.
Mientras estiraba los músculos, agarrotados después de tan larga jornada a caballo, vio su reflejo en el remanso que el río formaba a pocos metros de allí. Miró hacia ambos lados y, al no ver a nadie y comprobar que el caballo se alimentaba tranquilamente, sonrió y comenzó a despojarse de sus vestimentas hasta quedar en ropa interior. Se adentró en el agua hasta que ésta le llegó hasta la cintura, entonces extendió los brazos y se dejó caer hacia atrás. Movía los brazos y las piernas lo indispensable para no alejarse demasiado de la orilla y mantenerse a flote, sintiendo cómo la corriente masajeaba su cuerpo. Sabía que la ropa que aún llevaba puesta, al mojarse, dejaría al descubierto las formas de su cuerpo, pero le daba igual, además, sería demasiada casualidad que alguien pasara por allí en ese momento.
#1481
arunda
arunda
25/08/2013 21:01
Gracias Robertasonriente
#1482
Roberta72
Roberta72
26/08/2013 13:58
¡¡¡Ay, que se me han acabado las vacaciones!!!
Eso significa fragmentos más cortos y más separados en el tiempo, lo siento.
#1483
arunda
arunda
26/08/2013 17:41
Pues esperaremos.................
lo que nos tienes preparado entre Roberto y Natalia

espero que disfrutaras de tus vacaciones
#1484
Roberta72
Roberta72
27/08/2013 19:31
Durante unos segundos nadie habló. Natalia y la mujer que los había acogido en su casa seguían con las manos unidas, ambas eran madres y se entendían perfectamente, cualquiera de las dos haría lo que fuera para que a sus hijos no les faltara de nada. Roberto seguía sosteniendo a su hijo en los brazos y miraba alternativamente a ambas mujeres, si él estaba dispuesto a dar su vida por David, ¿qué no harían ellas que habían llevado a sus hijos en el vientre durante nueve meses? Ahora comenzaba a comprender a Carmen, comenzaba a comprender que su madre hubiera hecho cualquier cosa antes que deshacerse de él. El pequeño Roberto miraba a los tres adultos, sin entender muy bien qué era lo que estaba discutiendo y porqué su madre y la señora Natalia estaban tan serias, casi al borde de las lágrimas.
- Se está haciendo tarde. – dijo finalmente Roberto – Está casi de noche y debemos llegar aún al hotel.
- ¡Qué cabeza la mía! ¡Ni siquiera les he ofrecido nada de cenar! – la madre del pequeño Roberto se puso en pie y trató de acercase al fogón pero Natalia, quien aún retenía una mano de la mujer entre las suyas, la retuvo.
- No se moleste. Roberto tiene razón, ya es tarde y debemos irnos. Estamos cansados del viaje y David también está molesto.
- Sí, tiene razón. – respondió sonriendo – Anda, Roberto, hijo, alístate y acompaña a los señores a su hotel.
- Sí, madre. – respondió el muchacho poniéndose en pie alegremente.
- No, no es necesario que el chico salga de casa a estas horas. Además, conozco algo Sevilla y llegaremos sin problema al hotel. – contestó el joven Pérez levantándose de su asiento.
- Insisto. No es tan tarde. – replicó la mujer con voz triste – Por desgracia está acostumbrado a andar por ahí a estas horas… Además, - continuó hablando con voz algo más animada – a la vuelta puede pasar a recoger a sus hermanos.
- Pero… - protestó Natalia.
- Coja usted al niño, señora Natalia. – el pequeño Roberto comenzó a dar órdenes – Entre su marido y yo podemos con el equipaje.
- ¡Oh! ¡La ropa de David! – Natalia recordó la ropa que había lavado y puesto a tender.
- Déjela. Aún estará mojada. Mañana el chico se la llevará a primera hora.
- No podemos hacer que Roberto vaya a…
- Y yo no puedo dejar que se lleven la ropa mojada… - dijo la mujer entre risas mientras empujaba a Natalia hacia la puerta de la calle – mojará todo lo demás.
- Gracias. – Natalia se emocionó ante el gesto de aquella mujer que les ofrecía lo poco que tenía.
- No, gracias a ustedes. Gracias por darles un futuro a mis hijos.
#1485
arunda
arunda
28/08/2013 10:58
Bien por Roberto y Natalia

gracias Roberta
#1486
Roberta72
Roberta72
28/08/2013 19:46
- Entonces, mañana bien pronto estaré aquí para acompañarles a tomar el coche de postas.
- No es necesario, Roberto, no te molestes. Además nos has contado que por las mañana vas a la escuela, ¿no es así? – preguntó Natalia.
- Sí, pero la lección de mañana ya me la sé. – respondió el niño con suficiencia – La maestra dijo que iba a enseñarnos los ríos de España y esos ya me los sé. Si no me cree, se los puedo decir, ¿eh?
- No hace falta, no hace falta. – respondió el joven Pérez entre risas – Pero no es solo por eso. Has de ser un ejemplo para tus hermanos menores. ¿Crees que ellos van a querer ir a la escuela si tú no vas?
- Pero solo va a ser mañana, porque es un caso especial.
- ¿Especial? ¿Y qué tiene de especial si puede saberse? – esta vez fue el turno de Natalia de preguntar.
- ¿Qué va a ser? Que están ustedes aquí, vaya pregunta… Bueno, hasta mañana, estaré aquí a primera hora… - el niño dejó los bultos que cargaba en el suelo y salió corriendo.

No habían tardado tanto tiempo en llegar al hotel. Durante unos metros, Natalia se quedó rezagada despidiéndose de la madre de los niños y cuando alcanzó a los dos Robertos, éstos charlaban animadamente. Natalia prefirió caminar tras ellos durante unos instantes, contemplando la estampa que presentaban. En unos pocos años David sería quien caminara al lado de su padre, conversando con él, riendo y haciendo bromas. A pesar de que estaba sumida en sus pensamientos, Natalia se dio cuenta de cómo “su Roberto” se detuvo y le hizo un gesto para que se acercara a ellos. Cuando Natalia llegó a la altura de ellos, el hombre volvió a sonreírle y la besó delicadamente en los labios mientras escuchaban las risitas del niño a su lado.

- ¿Aquí? – peguntó Natalia cuando el niño los dejó solos.
- ¿Por qué no? – Roberto sonrió y tomó el equipaje procediendo a entrar en el establecimiento.
- ¿Pero cómo lo has conseguido? – preguntó ella, pero Roberto no se detuvo - Tú papá tiene un sentido del humor muy especial, ¿lo sabías, cariño? – Natalia comenzó a andar tras Roberto y entró en el hotel con David en los bazos. Cuando llegó al mostrador de recepción, la joven escuchó cómo el empleado hablaba con Roberto:
- Recibimos puntualmente su reserva, señor. – el diligente empleado anotaba sus nombres en el libro de registro cuando Roberto continuó hablando.
- Necesitaremos también una cuna para nuestro hijo.
- Por supuesto señor. El telegrama recibido lo especificaba claramente. Todo está listo.
- ¿Telegrama? – preguntó Natalia en voz baja. Inmediatamente pensó en su amigo Luis, él debió de realizar la reserva del hotel, así como la compra de los billetes de tren - ¿Luis? ¿Pero cómo ha podido saber Luis lo de este hotel? – al ver la sonrisa de Roberto, Natalia supo de qué hablaron los hombres el día de su partida – Sois…
- ¡Chicos! – llamó el recepcionista a dos muchachos que trabajaban como botones – Acompañad a los señores a su habitación, la doscientos doce. – Volviéndose de nuevo a Roberto y Natalia. - Es un placer tenerlos en nuestro establecimiento, señores Reeves. Esperamos que disfruten de su estancia entre nosotros.
- Gracias. – respondieron Roberto y Natalia al unísono y se dispusieron a seguir a los muchachos que llevaban su equipaje.
- Señores Reeves… este hotel… De verdad que ha sido un detalle, mi amor. – dijo la joven volviéndose hacia él cuando comenzaron a caminar.
#1487
arunda
arunda
29/08/2013 10:53
Roberta Este hotel de Sevilla no será.....................
#1488
Roberta72
Roberta72
29/08/2013 11:09
¿Qué será, será?...
Whatever, will be, will be...

(Le pones tú la música, ¿vale?) guiño guiño guiño
#1489
Roberta72
Roberta72
29/08/2013 20:15
Roberto y Natalia siguieron por los pasillos del hotel a los muchachos que cargaban con su equipaje. Una puerta se abrió mientras pasaban frente a ella, una pareja joven salió de la habitación y los saludaron con sendas inclinaciones de cabeza antes de tomarse del brazo y caminar por el pasillo hacia las escaleras que llevaban al vestíbulo.
- Hubiera sido demasiado que consiguiéramos también la misma habitación, ¿no es así? – comentó Natalia al darse cuenta de que la pareja había salido de la habitación que ellos ocuparan meses antes.
- Supongo que ya estaría reservada… - respondió Roberto tratando de disimular una sonrisa.
- ¿También eso has tenido en cuenta?
- Tu amigo Luis fue muy amable ayudándome. – la habitación que iban a ocupar estaba muy cerca de la que ocuparon la ocasión anterior y pronto llegaron a ella. Roberto colocó su mano en la cintura de la joven y la guió para que pasara tras los botones, sacó unas monedas del bolsillo y se las tendió a los muchachos quienes, tras dejar las maletas, rápidamente se salieron cerrando la puerta tras ellos.
- No debisteis tomaros tantas molestias. – insistió Natalia. Roberto había caminado hasta colocarse frente a ella, acarició el rostro de su bebé y su mano voló hasta el rostro de su amada.
- No fue ninguna molestia… - Roberto la besó dulcemente – y no lo hice solo por ti. También lo hice por mí. – el joven volvió a besarla.
- ¿Por ti?
- Sí. – Roberto tomó a David en sus brazos - ¿Vas a cambiarlo ahora?
- No, prefiero no despertarlo, se le ve tan… feliz. Cuando despierte lo alimentaré y cambiaré.
Roberto se alejó de Natalia y caminó hasta la cuna con su hijo en los brazos. Sosteniendo al bebé con tan solo un brazo, apartó las sábanas de la cuna y colocó al bebé entre ellas, arropándolo ligeramente.
- Cómo no va a ser feliz tendiéndote a ti como madre…
- Y a ti como padre… - Natalia había seguido a Roberto en su camino hacia la cuna y en aquellos momentos se abrazaba a él sin apartar los ojos de su pequeño.
- Te amo. – Roberto se giró y abrazó a Natalia con todas sus fuerzas – Te amo. – repitió el joven tomándola en sus brazos.
- No hables tan alto, - replicó ella sonrojándose – vas a despertar a David.
- Te amo. – volvió a repetir Roberto, esa vez al oído mientras se alejaban de la cuna.
- Yo también te amo. – dijo ella entre susurros.
- ¿Qué dices? No te oigo si hablas tan bajito… - replicó él.
- Te digo que yo también te amo… - Natalia se lo dijo al oído, mordisqueándole de paso el lóbulo de la oreja.
- ¡Ah, Dios! – Roberto se estremeció de pies a cabeza y se dejó caer de espaldas sobre la cama con Natalia aún abrazada a él.
- ¡Shhh! Vas a despertar a David con tus tonterías… - Natalia trataba de aparentar estar enfadada, pero no podía evitar sonreír mientras se abrazaba al cuerpo de su amado.
- En realidad es lo que estoy intentando. – Roberto se incorporó apoyándose en los codos y sonrió de modo malicioso – Así podrás cambiarlo y alimentarlo… y después…
- Después, ¿qué? – preguntó Natalia sintiendo las manos del joven en sus caderas.
- Después tendremos toda la noche para nosotros y mis tonterías. – Roberto abrazó a Natalia y la colocó sobre su cuerpo, besándola y acariciándola sin tregua.
- Es una buena estrategia… - consiguió decir ella entre beso y beso mientras se quitaba los guantes y los lanzaba lejos para que se reunieran con el sombrerito que Roberto le había quitado segundos antes.
- Es que, aunque no lo parezca,… - dijo él entre gemidos – soy bastante listo.
- Eso nunca lo he dudado. – los dedos de Natalia estaban ocupados en los botones de la camisa de Roberto. Mientras tanto, él levantaba la cabeza para poder acercar los labios al cuello de ella.
- ¿Nunca? – preguntó él mientras sus manos recogían la falda de Natalia y acariciaban sus piernas.
- Nunca. – aseguro ella con seriedad, pero no pudo mantener la pose durante mucho tiempo y acabó riéndose – Siempre he sabido que eras un listillo…
- Con que un listillo… - Roberto la abrazó con fuerza y giró sobre sí mismo hasta tenderla en la cama debajo de él. Se incorporó y se colocó a horcajadas sobre ella.
- Sí, un listillo. – las manos de Natalia subieron por los costados de Roberto hasta sus hombros para poder quitarle la chaqueta que aún llevaba puesta, después hicieron lo mismo con el chaleco - Un listillo que utilizó la excusa de que pensaba que me estaba ahogando para abrazarme cuando estaba medio desnuda.
- Medio desnuda,… - recordó él mientras le soltaba los botones de la parte superior de su vestido – mojada, ¿tienes una idea de cómo se te pegaba la ropa al cuerpo? – Roberto se inclinó sobre Natalia y comenzó a besarle la parte superior de los pechos, aquella piel que había quedado al descubierto cuando le soltó los botones.
- ¡Oh, no! – gimió Natalia un segundo después.
- Ha sido David, ¿verdad? – preguntó Roberto sonriente – Conozco tus gemidos, - dijo besándola de nuevo – y ese no me ha resultado familiar.
- Pues ya se te harán familiares, no te preocupes. Al final le hemos despertado. – en aquel momento fue Natalia la que gimió mientras salía de debajo del cuerpo de Roberto y se sentaba en la cama.
- ¡Bien! – exclamó él.
- ¿Bien?
- Sí, ya falta menos para que nos dediquemos en cuerpo y alma a mis tonterías… - Roberto se levantó rápidamente de la cama por el lado opuesto al que ocupaba Natalia, antes de que ésta consiguiera darle un cachete por su broma.
#1490
arunda
arunda
30/08/2013 10:55
#1491
MiLady14
MiLady14
31/08/2013 13:58
Acabo de leer tres paginas del tiron. Me encanta como escribes.
#1492
Roberta72
Roberta72
31/08/2013 18:09
Muchas gracias por los halagos, pero... creo que estoy en un bucle y no sé por dónde tirar...
__________________________________________________________________

- ¿Te siguen gustando mis tonterías? – preguntó Roberto.
Había pasado más de una hora desde que David, limpio y con el hambre satisfecha, se había quedado dormido en brazos de su madre. Desde aquel momento, sus padres se habían dedicado a ellos mismos, prodigándose caricias y besos y, en aquellos momentos, permanecían abrazados y desnudos en la cama de aquella habitación de hotel.
- Bien sabes que sí… - Natalia descansaba la cabeza en el pecho de Roberto mientras dejaba vagar su mano por el torso del hombre que amaba – lo que ocurre es que te gusta demasiado oírmelo decir.
- Me gusta todo lo que venga de ti… - Roberto la movió hasta tenerla sobre él, hasta sentir todo el cuerpo de ella contra el de él.
- Siento tanto que aún no podamos…
- No digas nada, parece como si te sintieras culpable, – Roberto apretó aún más el abrazo que la mantenía junto a él – y no eres culpable de nada. Es algo natural que sucede cuando se tienen hijos y tiempo tendremos de recuperar el tiempo perdido, te lo aseguro.
- Es que no te puedes imaginar lo que te quiero, lo que te necesito, lo que deseo sentirte dentro de mí… - dijo Natalia frustrada.
- Yo también me siento igual, ¿o no te has dado cuenta hace un momento?
- Sí, me he dado cuenta. – Natalia sonrió sonrojándose, recordando lo excitado que estaba Roberto tan solo por tenerla entre los brazos. Su boca, sus manos, todo él estaba excitado y a punto de perder la razón por tan solo el tacto de la piel de Natalia contra la de él; sin embargo, en el último momento, cuando estaba apunto de hacerla suya de nuevo, recordó que el cuerpo de Natalia no se había recuperado por completo del parto y, sacando fuerzas de donde no creía tenerlas, se apartó de ella.
- Lo siento.
- ¿Por qué? – Natalia alzó al cabeza y apoyó la barbilla en el pecho de Roberto.
- Por no haber podido contenerme.
- Pero al final si que lo has hecho. – Natalia se deslizó sobre el cuerpo de Roberto unos centímetros, hasta tener su boca sobre la de él – Si no te hubieras detenido… yo no hubiera podido hacerlo.
- Pero aún no estás recuperada… - dijo él alarmado ante lo que ella sugería.
- Aún así. – Natalia lo besó y volvió a recostarse sobre él – Me cuesta tanto no hacerte el amor que no sé si merece la pena seguir esperando, yo me siento bien…
- Esperaremos lo que haga falta. No quiero correr ningún riesgo, no quiero que te ocurra nada. – Roberto tomó el rostro de Natalia entre las manos para que lo mirara a los ojos y le prestara atención – Si hemos estado separados durante meses, bien podemos esperar unos días más, ¿no crees?
- Pero durante esos meses no estábamos juntos, no dormía abrazada a ti, no despertaba a tu lado, sintiendo tu calor, tu olor…
- ¡Qué duro va a ser esto! – Roberto retiró las manos del rostro de Natalia y volvió a abrazarla.
- ¿Y si mañana, a primera hora, buscamos un doctor que me reconozca? – Roberto no pudo evitar reírse. Natalia, avergonzada y con voz suave, le estaba sugiriendo buscar un doctor a toda prisa porque creía no poder soportar un día más sin que hicieran el amor. - ¡No te rías! ¿Es que acaso tú no quieres…?
- Por su puesto que quiero… - Roberto rodó hasta tenerla bajo su cuerpo – Pero sabes perfectamente que te va a decir que no estás aún recuperada. ¿Qué te dijo el doctor en Bilbao? – Natalia giró el rostro y se negó responder – Vamos, contesta… ¿cuánto tiempo te dijo que faltaba antes de que estuvieras recuperada?
- Entre una y dos semanas… Que mi cuerpo… me lo haría saber.
- Pues esperaremos entre una y dos semanas, hasta que tu cuerpo nos avise. Eso sí, – Roberto comenzó a besarle el cuello – una vez que tu cuerpo nos avise… - la boca de Roberto siguió bajando hasta llegar a uno de sus pechos – vamos a estar muy ocupados durante un buen tiempo.
- ¿Un buen tiempo? – preguntó Natalia antes de dejar escapar un suspiro.
- Semanas… meses… años… - respondió Roberto entre besos.
- ¿Y crees que éste es el mejor modo de esperar hasta que mi cuerpo se decida a avisar? – Natalia se abrazaba a Roberto mientras él seguía besándola.
- Creo que no… - Roberto rió y se separó de Natalia tendiéndose a su lado en la cama.
#1493
arunda
arunda
01/09/2013 13:59
Pues tu bucle me tiene muy entretenida
Roberta Graciassonriente
#1494
MiLady14
MiLady14
02/09/2013 02:32
Podeis hacerme un favor y leer esto? lo he escrito yo pero no se si esta bien o hay que mejorarlo. Muchas gracias chicas.
www.hablamosamor.blogspot.com/2013/09/historias-y-frases-de-amor.html?m=1
#1495
Roberta72
Roberta72
02/09/2013 20:11
- ¿Por qué dijiste que lo habías hecho también por ti? – durante varios minutos permanecieron separados, tendidos sobre la espalda en la cama, tomados de la mano, hasta que sus emociones se calmaron.
- ¿Qué? – Roberto estaba con los ojos cerrados, pero Natalia estaba segura de que permanecía despierto, por esa razón se atrevió a preguntarle.
- Antes me dijiste que el buscar este hotel, registrarnos como los señores Reeves, tratar de conseguir la misma habitación… que no solo lo habías hecho por mí, si no también por ti. – Natalia se giró hasta quedar sobre un costado.
- Durante estos meses tuve que volver a Sevilla en varias ocasiones. – el muchacho seguía con los ojos cerrados, asiendo la mano de ella – Y siempre… siempre, me escapaba para volver a recorrer los lugares por los que paseamos juntos, – Sin soltarse de su mano, el joven se giró hasta colocarse frente a ella y abrió los ojos – por Triana, por el lugar donde colocaron la feria… llegaba hasta la puerta del banco y siempre acababa frente a este hotel.
- Roberto… - Natalia llevó la mano que tenía libre al rostro de él para acariciar su mejilla - ¿Por qué te torturabas así?
- No, no lo entiendes, mi amor. No era una tortura. Simplemente… lo necesitaba. – él giró el rostro hasta poder besar la mano que lo acariciaba – Me di cuenta de que hasta aquellos días, nunca había sido realmente feliz.
- No, eso no puede ser cierto. Seguro que cuando eras pequeño…
- No. – él la interrumpió – De pequeño… de muy pequeño, la vida no era demasiado difícil… iba a la escuela, jugaba con otros críos de Arazana pero… - el rostro de él se entristeció – pronto tuve que ir al campo con mi padre y entonces los juegos se acabaron para mí.
- Lo siento tanto… - una lágrima corrió por la mejilla de Natalia hasta desaparecer en la mullida almohada.
- No, no llores… Tenía que ser así, tenía que pasar, era lo normal, es lo normal. – la voz de Roberto tenía un fondo de amargura que, aunque trataba de disimular para no entristecer a Natalia, seguía allí - Y poco a poco, sin darme cuenta siquiera, fue pasando el tiempo, me convertí en un hombre y… vivía en Arazana, amargado por la suerte que me había tocado, dándome de bruces contra los Montoro y su manera de explotarnos.
- Mi amor… - Natalia seguía acariciando el rostro de Roberto.
- Y entonces llegaste tú. – una de las manos de Roberto acarició la mejilla de la mujer que tenía a su lado - Apareciste en mi vida cuando lo último que necesitaba era enredarme en… - el joven no pudo evitar reír – simplemente enredarme, en lo que fuera. Acababa de salir de la cárcel en donde había estado detenido acusado de tratar de violar a Eugenia… ¡imagínate, a Eugenia!, Olmedo quería deshacerse de mí a como diera lugar, las cosas en las tierras de los Montoro no estaban en su mejor momento…
- Y no te olvides de mi prima. – comentó Natalia tratando de aguantar la risa.
- ¿Sara? ¿A qué viene mentar a Sara?
- Por favor… ¿te piensas que no sé que estabas loquito por ella?
- Eso no es verdad… ¿Quién te lo ha dicho?
- ¿En qué quedamos? ¿No es verdad o quién me lo ha dicho?
- ¿Estás celosa? – pregunto él tratando de eludir la pregunta anterior.
- No vas a hacerme caer en tus juegos preguntándome a mí. Admítelo, admite que estabas loco por Sara. – replicó ella clavándole un dedo en el pecho.
- Sara es tan distinta a todas las muchachas que había conocido hasta entonces que no pude evitar fijarme en ella. – acabó confesando él – Pero ella nunca me vio como otra cosa que como a un amigo. Y, de cualquier modo, llegaste tú y lo cambiaste todo. Hacia tan solo unos minutos que estaba libre, ni siquiera había ido a casa a avisar que me habían liberado y ya estaba dispuesto a meterme en nuevos líos. Cuando entré en el río no sabía qué me iba a encontrar, no sabía si lo que estaba flotando era un hombre, un niño o una mujer. Imagina que hubiera sido otra víctima de Villa… o que tú me hubieras denunciado…
#1496
Roberta72
Roberta72
05/09/2013 19:44
- No había razón para denunciarte.
- Quizá no para ti, que sabes cómo defenderte, o si mis intenciones hubieran sido otras…
- ¿Crees que hubieras podido abusar de mí?
- Jamás abusaría de ti… ni de ninguna otra mujer.
- Lo sé. – Natalia se acercó hasta acurrucarse entre los brazos de Roberto.
- Sigues usando el mismo jabón. – dijo él aspirando el aroma de su cabello.
- Sí, sé que te gusta; además me recuerda a ti, a cómo te lo arrojé el día que nos conocimos… y como me lo devolviste frente a Sara para tratar de avergonzarme.
- No me porté demasiado bien, ¿verdad? – Roberto le acarició la espalda – Pero no podía evitarlo, cada vez que te tenía cerca no conseguía pensar con claridad, y eso es algo que me sigue ocurriendo. Y cuando te asaltó Villa… – Roberto dejó escapar un gemido de dolor.
- Ya pasó, ya está olvidado.
- No, no está olvidado, nunca lo estará. Instantes antes de que te atacara estuvimos hablando, ¿lo recuerdas? – Natalia asintió con la cabeza – Una vez más me comporté como un patán, me burlé de ti porque estabas desaliñada después de bailar con Rafaelín, cuando en realidad estabas preciosa. Si me hubiera quedado contigo hasta que Sara hubiera ido en tu busca, o si te hubiera sacado a bailar, Villa no te hubiera asaltado…
- Hubiera atacado a otra. – replicó Natalia pensativa – Y tal vez en ese caso hubiese logrado su propósito.
- Pero no a ti, no a ti… Si lo hubiera atrapado en aquel momento no sé qué hubiese sido capaz de hacerle. – Natalia sentía como las manos de Roberto habían dejado de acariciarla para cerrar los puños en señal de dolor e impotencia.
- No digas eso, Roberto. Conseguimos atraparlo, eso es lo importante. – Natalia acarició los brazos de Roberto tratando de calmarlo.
- Pero no antes de que te asaltara. Cuando te vi, magullada, cubriéndote la cara con las manos… No puedes imaginarte lo mucho que me asusté. Desde aquel momento…
- ¿Sí? – Natalia pregunto interesada en lo que Roberto trataba de contarle.
- Desde aquel momento – continuó él sonriente – pasé la mitad del tiempo tratando de evitarte.
- ¿Por qué?
- Porque eres demasiado para mí.
- ¿Vas a volver con esas tonterías?
- Es la verdad, Natalia. Aunque no queramos darnos cuenta de ello, eres demasiado… - Roberto no pudo continuar, el beso de Natalia se lo impidió.
- ¿Y la otra mitad del tiempo? – preguntó la joven cuando se separó de su amado.
- La otra mitad del tiempo la pasaba deseando abrazarte, acariciarte, besarte y cuidar de ti. Deseaba evitarte cualquier mal, cualquier dolor, cualquier preocupación.
#1497
arunda
arunda
05/09/2013 21:15
Bonita pareja
bonita historia de Amor
gracias Roberta
#1498
Esgara
Esgara
06/09/2013 15:35
bravo bravo bravo bravo me encanta, genial te sigo leyendo sigue cuando puedas.
#1499
Roberta72
Roberta72
07/09/2013 19:06
- Ese tiempo estaba mucho mejor empleado… - bromeó la joven.
- Por eso, cuando te ofreciste a ayudarme y vinimos a Sevilla fue como si…
- ¿Cómo qué?
- Como sí… No te rías, ¿de acuerdo? – Natalia asintió y Roberto continuó hablando – Como si viviera un cuento.
- ¿Un cuento?
- Sí, un cuento. Un cuento, un sueño del que no quería despertar. Por eso, cuando nos hicimos pasar por un matrimonio para conseguir la habitación fue como sí… como sí ese cuento se hiciera realidad, al menos por unos días.
- Sí. Yo también me sentí así. – Natalia se mantuvo apoyada en el cuerpo de Roberto – Tenía miedo, no quería que me lastimaran de nuevo. Me gustaba tanto estar contigo, me sentía tan… protegida, que buscaba excusas para verte, aunque también trataba de descubrir dónde ibas a estar para no encontrarme contigo. ¿Tiene algún sentido todo esto?
- Para mí si. – respondió él – No queríamos estar juntos, no queríamos arriesgarnos a que algo pasara entre nosotros, pero aún así no podíamos dejar de pensar el uno en el otro. Y cuando hicimos el amor, cuando tuve la certeza de que me amabas tanto como yo te amaba a ti, fui feliz por primera vez.
- Roberto… - Natalia trató de decir algo más, pero las palabras se le atascaron en la garganta. Precisamente era eso lo que ella sentía por Roberto, así de profundo era su amor por él, un amor plenamente correspondido.
- Aunque enseguida comenzaron mis dudas.
- ¿Dudas?
- Sí. Ya en el banco me comporté como un estúpido. – Natalia recordó el incidente a la salida de la sucursal, cuando la insultó diciéndole que ella le había dado el dinero a cambio de una noche de pasión. Roberto esperó alguna reacción por parte de ella, pero Natalia siguió callada, tan solo le golpeó ligeramente en el pecho – Y después no podía dejar de pensar en que a finales de aquella semana te irías para siempre, dejándome atrás. Una parte de mí quería no pensar en nada y tan solo aprovechar las pocas horas que nos quedasen juntos, sin embargo tampoco podía dejar de pensar en que no quería dejarte ir, los celos me…
- ¿Celos? ¿De quién? – Natalia se incorporó extrañada, no sabía de quién podía Roberto haber estado celoso. En Arazana, Natalia se había relacionado con casi todos los habitantes del pueblo, pero con ninguno tuvo una amistad tan fuerte como para que Roberto hubiera pensado así de nadie.
#1500
arunda
arunda
08/09/2013 00:34
Celos Roberto??????????
de quien Roberta??????????asombradoouch
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