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Fanfic Ricardo y Julia //Recuerda que mis ojos solo pueden ver la luz y mi luz eres tú// C34

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#0
sarafrubias
sarafrubias
13/03/2012 18:02
Hola me llamo Sara y me gusta escribir, me he animado al ver por mucho tiempo vuestros fanfics. La historia es inventada por mi, alomejor algunas cosas coinciden pero muy pocas. Si os gusta comentad y lo seguire cada fin de semana, os dejo el primer capitulo.
#21
RicarJulista99
RicarJulista99
02/04/2012 10:25
<3PRECIOSO... <3 Hace tiempo que no me pasaba por este fic.... Fu... Me has dejado sin palabras... Es tan PERFECTO... Enserio siguelo cuando puedas, que no aguanto. Es increible, escribes tan bien... PERFECTO!! <3<3<3
#22
RicarJulista99
RicarJulista99
07/04/2012 10:34
Porfavor Sara siguelo enserio esk me da algo... :)
Esta tan intrigante... ¡QUIERO SABER MAS!<3... Enfin. Pues ¡BESAZOS A TODAS! <3
#23
sarafrubias
sarafrubias
07/04/2012 21:04
Tranquila Maria la espera ha teminado :) Sam lo mismo digo :)
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Capitulo 5:
UN PEQUEÑO INCIDENTE
Siempre las sorpresas, son lo mejor que te puede pasar. Sobre todo si sabes que va a ser muy especial. Pero lo que pasa que a veces esas sorpresas a veces no te gustan, porque esperabas otra cosa que te gustaba mas, o simplemente es que no te gusta. Si te pasa eso quiere decir que tienes un problema, pequeño pero un problema. Para solucionarlo, lo devuelves. Pero a veces las cosas no se pueden devolver, quitárselas de encima y esperar a que alguien te ayude para que se vallan de todo. Tienes que arreglártelas, tu solo.

Son exactamente las 22:00 H en punto, ni un minuto mas, ni uno menos. Julia está sentada en el sillón de su salón, con un camisón, viendo la televisión y medio dormida. Phillip acaba de entrar al salón, y viendo que su novia estaba casi dormida; decide mirarla en silencio.
Es tan perfecta cuando duerme, parece que hasta los mismísimos dioses bajaran para verla dormir. La luz de la luna traspasaba la pequeña ventana del salón, pero aun así la iluminaba como si de un ángel se tratara; estaba tan guapa con aquella luz que le daba pena despertarla. Dormía con una sonrisa en los labios, que decía claramente que estaba teniendo un sueño muy bonito.
En un atardecer en la playa ella caminaba tranquilamente por la orilla; con un par de zapatillas en las manos, dejando que el pequeño contacto con las olas dejara llevar sus preocupaciones. Una pequeña risa de niño se escuchaba deprisa por detrás de ella. El niño paso por su lado y se paro delante de ella mirándola con una cara un poco triste. El pequeño era muy guapo, rubio y con ojos azules. En seguida esa cara triste se volvió en una sonrisa, y esa sonrisa se tradujo en unas palabras que dejaron a Julia si habla:
-Sabes que eres muy guapa-Julia solo pudo sonreír ante las palabras tan bonitas del niño- Como las sirenas-.
La mujer se quedo un poco extrañada, solo alguien en toda su vida le había dicho que se parecía a una sirena. Tuvo que recordar hace mucho tiempo, cando apenas era una niña << Siempre me ha encantado el mar y un día de estos lo surcare para saber si existen sirenas míticas como tu>> Pero el pequeño volvió a ponerse triste:
-Pero estoy triste… porque me has olvidado- El pequeño se echo a correr y se le veía salir una lágrima de sus pequeños ojos azules-.
Julia en seguida se dio cuenta y corrió tras del niño. Dejo sus zapatillas en el suelo y empezó a correr como si no hubiera mañana. Como si no pasara el tiempo Julia fue siendo mas joven, dejando que la niña de dentro saliera y se viera físicamente. La niña corría y corría detrás de él, pero no lograba alcanzarle:
-Espera…- Julia no podía mas, casi se cae de los rápido que iba el chico- Por favor… no te vallas- Fue como una orden, enseguida el niño se paro, y volvió su rostro con una sonrisa-.
Julia se paro al verle. El chico se acercaba poco a poco, el sol era perfecto, todo era perfecto. Se paró a pocos centímetros, de su cara. <<Te he echado de menos>> fue lo único que el niño fue capaz de decir, hasta dejar que un beso les dejara llevarse. Y ahora crecían eran dos adultos, que seguían besándose. Pero no se veían cada uno tenían sus ojos cerrados. <<Necesito saber quien es ese niño>> Julia estaba a punto de abrir sus ojos cuando escuchaba una voz a lo lejos, la pequeña playa desaparecía, el sol, el color, todo desaparecia:
-Julia… Julia despierta- Phillip la movía delicadamente, mientras ella se quejaba-.
Al final se despertó un poco sobresaltada, dio un pequeño salto en el sillón y después del susto se acomodo en el sillón:
-Me he dormido… Será mejor que me valla a la cama- Se levantó con un suave beso se despidió del hombre y subió las escaleras en busca de su habitación-.

Ricardo estaba despierto, sentado en la gran cama. Con una sonrisa en los labios, como de haber tenido un precioso sueño. Pero por desgracia ese sueño no estaba acabado. Su hija pequeña dormía plácidamente a su lado, por ella precisamente se había despertado de aquella bonita ensoñación. La niña había tenido una pesadilla y había pedido a su padre dormir con él.
Seguía despierto, ese sueño lo había dejado sin palabras. Una niña corría detrás de él, hasta que se paro delante de Ricardo y de su boca salieron varias palabras <<Te has olvidado de mi>>. La pequeña se echo a correr, mientras él la perseguía. Después de un rato corriendo ya era un niño. Mientras la chica se acercaba y un sonoro beso les dejo llevarse hasta hacerse adultos de nuevo. Justo en ese momento la pequeña Valeria le había despertado, sin poder ver la cara de aquel pequeño amor del pasado.
Ricardo giro su rostro para ver a su pequeña dormir como un angelito. Dio un beso en su frente y decidió dormirse de nuevo.

Julia estaba aún despierta, su mirada estaba fija en una foto; en aquella que había encontrado en la cartera del señor Ricardo Montero. Seguía sin comprender de que le sonaba aquel hombre, llegó a pensar que era el niño que conoció de pequeña en la playa <<Pero como va ser él Julia, es imposible>> Pensaba hasta que decidió dormirse, estaba muy cansada y necesitaba descansar.
Llevaba un rato dormida cuando sonó su teléfono. Eran las 23:00 H <<¿A quien se le ocurre llamar a estas horas?>> Sin pensarlo otra vez decidió coger el teléfono:
-Si… ¿Quién es?- Julia sonaba cansada y medio dormida-.
-Perdone por llamarla tan tarde, pero no he tenido mucho tiempo- Un hombre al otro lado del teléfono sonaba arrepentido- Vera soy el primer oficial del Estrella Polar, ¿usted no será la doctora y profesora que han contratado?-.
-Si soy yo… ¿Qué desea?- Julia se despertó un poco al oír de quien se trataba-.
-Vera necesitaba que viniera mañana, a las diez al puerto para arreglar unos papeles importantes ¿Podrá?- Julián no se había dado cuenta de que ya la conocía-.
-Si que podre… Pues encantada de conocerle Oficial; hasta mañana- Julia tampoco se había dado cuenta de que también le conocía-.
-Igualmente. Hasta mañana- Después de aquellas palabras los dos colgaron el teléfono-.
#24
sarafrubias
sarafrubias
07/04/2012 21:05
Eran las nueve de la mañana Julia estaba desayunando, ya vestida y con el periódico en la mano acabando de leerlo. Phillip acaba de entrar por la puerta, nunca había sido muy madrugador, tenía puesto aún el pijama y unas ojeras que se veían desde dos kilómetros de distancia. Se había hecho el café, mientras le había dado los buenos días a su novia:
-¿Dónde vas tan guapa tu?- Phillip se acercaba a ella, por detrás-.
-Tengo que ir al puerto a arreglar unos papeles, pero tu tranquilo que solo serán una horas- Después de esas palabras se levanto de la silla y fue hacía la puerta-.

Ya eran las nueve y media Ricardo estaba vestido y decidido para irse. Julián le había llamado hace una hora para que fuera al puerto, como siempre no podía haberle avisado antes. Estaba casi listo, solo tenía que ponerse los zapatos cuando la pequeña Valeria se acerco a él:
-Papa… no me puedes llevar contigo, para saber como es el barco- La niña ponía cara triste-.
-Lo siento cariño, pero hoy no puedo… Otro día mejor- Ricardo saco una pequeña sonrisa-.
-Vale…- La pequeña no estaba muy convencida, pero no quería desobedecer a su padre-.
Ainhoa se había incorporado a la conversación después de haber escuchado a su hermana:
-No pasa nada peque… Además vas a estar conmigo- Ainhoa se puso a la altura de la niña- Además vamos a hacer una cosa… Vamos a jugar a lo que tu quieras hasta que venga papa ¿Vale?- Valeria después de esas palabras saco una pequeña sonrisa-.
-A lo que yo quiera… Pues juguemos a que somos sirenas- Ricardo se quedo un poco sorprendido con el juego de la niña, Ainhoa miro a su padre y después a su hermana-.
-Vale peque jugaremos a eso-.
Ricardo salió por la puerta arranco el coche y se fue camino al puerto.

Eran las diez menos un minuto, Julia estaba ya saliendo de su coche. Puntual como siempre andaba hasta que llego al barco. Muy bonito, eran blanco con un gran velamen y muy grande. Delante de podía leer claramente su nombre “Estrella Polar”. Un hombre daba órdenes a los pocos marineros que había en ese momento, debido a que aún quedaban dos semanas para zarpar:
-Disculpe no será usted el Oficial del Estrella Polar- El hombre se giro hasta toparse con Julia-.
-¡No me lo puedo creer Julia! ¿Eres tú?- Julián se alegro mucho al verla-.
-Julián… ¡Que sorpresa!- Julia sonrió al verle-.
-Y pensar que ayer no te reconocí la voz… ¡Que tonto que soy copón!-.
-Ah es verdad que me decías que tenía que arreglar unos papeles-.
-Es verdad… Pero hasta que no venga el capitán no sería conveniente-.
-Hablando del capitán… El otro día me encontré esta cartera- Sacó la cartera y le enseño el carnet- ¿No será del capitán verdad?-.
-¡Pues si! Este Ricardo es mas despistado… Gracias- La cogió y se la metió en el bolsillo-.
-De nada, pero hay que ser cuidadoso con esas cosas-.
-Usted no conoce a Ricardo, no se puede ser mas torpe créame- Julián miro el reloj, ya era un poco tarde- Y este hombre que aún no viene. Disculpa que voy a llamarle- Tecleo el teléfono y llamo al numero-.
El pitido se oía pero nadie contestaba. Julia miraba el barco, era realmente precioso. Mientras miraba recordaba lo que le había dicho Julián <<No se puede ser mas torpe>> Le hacía gracia, porque el niño que conoció hacía tiempo era muy torpe, demasiado torpe. Pero se tenía que quitar esa idea de la cabeza, imaginar a un hombre que no conoce de nada, preguntar que si era él el niño que conoció de pequeña. Pensaría que estaba loca.
Por fin se acabo la espera, Ricardo sonó al otro lado del teléfono:
-¿Si… Quién es?-.
-Pues quien va a ser Ricardo, yo Julián; ¿¡Se puede saber donde estas!?- Julián estaba un poco mosqueado con su amigo ya eran las diez y media y aún no había aparecido-.
-Perdón Julián… He tenido un pequeño incidente- Al volverse se veía su coche subido por la grúa- La rueda del coche se ha pinchado-.
-Joder Ricardo… Siempre te pasa todo a ti copón- Julián cambio la cara- ¿Y ahora que voy a hacer con los papeles?, ¡que se necesita tu firma!-.
-Fírmalos con la doctora y después me los traes a casa… Bueno te tengo que dejar- Ricardo estaba a punto de colgar cuando escucho la voz de su amigo-.
-Ricardo… Antes de colgar, tengo tu cartera- Ricardo se toco los pantalones, no la llevaba, es verdad-.
-¿Y como es que la tienes tu?-.
-Te la dejaste el otro día en el parque, y la doctora se la encontró en un banco… Menos mal que tienes tu ángel de la guarda-.
-Pues dale las gracias de mi parte… Te tengo que colgar Julián, hasta ahora- Después colgó el teléfono-.
Julián se acercó a la doctora, y le extendió los papeles:
-Tendrá que firmarlos usted sola- Julián le cedió un bolígrafo-.
-Gracias…-Julia cogió el bolígrafo, y empezó a leer-.
En los papeles se hallaba unas cuantas clausulas de medicina, materiales y demás. Después de leerlos con detenimiento firmo los papeles. Se los dio de nuevo a Julián, con una sonrisa:
-Mi amigo dice que muchas gracias, por recuperarle la cartera- Julián cogió los papeles y el bolígrafo y los guardó- Pero no va a poder dárselas en persona, a tenido un pequeño incidente con el coche- Julia se preocupo-.
-¿Pero estará bien?-.
-O tranquila solo ha sido un pinchazo, nada preocupante- Julia al escuchar las palabras se tranquilizo-.
La tarde pasaba tranquila, Ricardo había llegado a su casa, le había hecho la comida sus hijas. Y ahora estaban las dos dormidas en el sofá, mientras él leía un libro, teóricamente “El caballo de Troya”. Siempre le había gustado leer, pero ese libro le estaba costando, debido a que era muy pesado tanta historia de los troyanos. Aburría demasiado, pero había prometido leerlo y tenía que cumplir la promesa. No era hombre de romperlas, siempre las cumplía.
De repente sonó el timbre de la puerta, se levanto con cuidado del sofá, paso a través del pasillo y abrió la puerta. Al otro lado estaba su amigo Julián, con los papeles en la mano. Ricardo le dejo pasar, firmo los papeles y se despidió de nuevo de su amigo.

Las once de la mañana, Ricardo paseaba con su hija por el puerto. La pequeña le había suplicado ir a ver el barco. Ricardo no tubo mas remedió que acceder, no podía decir que no a aquella carita de niña buena. Ahora mismo estaba con su bici paseando por el puerto, ante la atenta mirada de su padre.
Ainhoa estaba sentada al lado de su padre en unas cajas que ya eran inservibles. Valeria estaba muy contenta se veía feliz con su bici, y cada vez gritaba su padre para que la viese.
Estaba tan contenta que no se dio cuenta de una persona que pasaba por allí. Justo al doblar la esquina, alguien se topo con la bici de la niña que cayo al suelo y empezaba a llorar. Ricardo al escucharlo fue directamente hacia la bici, que estaba ya en el suelo. Valeria no paraba de llorar la caída no le había echo mucho, pero los niños con el susto a veces empiezan a llorar.
#25
sarafrubias
sarafrubias
07/04/2012 21:06
Al llegar donde estaba su hija, Ricardo la vio con una mujer que intentaba tranquilizarla. La cogió en brazos y empezó a gritar:
-¡Pero es que no ve por donde va! ¡Podía haberse echo mucho daño!- Ricardo no paraba de gritar la mujer se disculpo muchas veces, pero el no entraba en razón-.
-Lo siento de verdad, estaba distraída- Pero él no le hacía caso seguía gritando-.
Ainhoa que estaba viendo como gritaba su padre intentaba tranquilizarle pero era casi imposible:
-Papa tranquilo, lo ha echo sin querer- Pero nada seguía igual-.
Siguieron así un buen rato hasta que la niña hablo, estaba muerta de miedo con los gritos de su padre, por eso aún no había abierto la boca:
-Papa... Mira- La niña señalo a una pequeña herida en la rodilla-.
-No pasa nada cariño... Ahora vamos a casa y lo curamos ¿Vale?- Ricardo miro por ultima vez a la mujer hasta alejarse a pocos metros, cuando la voz de ella le llamo-.
-Capitán...- Ricardo se volteo hasta mirarse de nuevo-.
-¿Como sabe usted que soy el capitán?- Ricardo parecía mas tranquilo-.
-Bueno es que yo soy la doctora del Estrella y la profesora de los alumnos- Una pequeña sonrisa salió se la comisura de su labios-.
Ricardo estaba sin repuesta, ahora se acordaba, esa mujer la vio el otro día por la calle cuando no podía pasar porque el y sus hijas estaba en medio. La miro con detenimiento, era una mujer preciosa, su pequeña sonrisa le había engatusado por un momento, pero decidió ponerse serio:
-Bueno... ¿Dígame que quería?- Ricardo estaba serio-.
-Si... Mire tengo lo que necesita- Del bolso saco un pequeño botiquín- Siempre llevo un o encima por si acaso-.
Ricardo dejo a Valeria sentada de una caja. Julia se acerco a la niña, le curo la herida y después caso del pequeño botiquín dos tiritas:
-Haber peque cual te gusta mas... Las de animalitos, o las de peces- La niña se quedo pensativa, pero al final eligió una-.
-Me gustan mas los peces- Julia obedeció y le puso la tirita que eligió-.
-Ya esta peque... ¿Te duele mucho?- Valeria negó con la cabeza- Sabes como se cura rápido... Con un beso- Julia le dio un pequeño beso en la tirita y le regalo una sonrisa-.
Ricardo miraba con atención, sin darse cuenta tenía una pequeña sonrisa en los labios. Julia levanto a la pequeña de donde estaba sentada y la dejo en el suelo:
-¿Ya puedo coger mi bici?- Valeria estaba con una sonrisa-.
-Pero con cuidado- Julia estaba intentado decir su nombre-.
-Valeria- Contestó si padre-.
-Valeria, ves con cuidado y no te caigas otra vez ¿Vale?- La niña se fue a por su bici con su hermana-.
-No se caerá si no aparece alguien despistado y la arroya ¿No le parece?- Ricardo se había pasado un poco y enseguida se arrepintió-.
-Si eso va con sengundas no me voy a quedar aquí para comprobarlo- Julia se dio la vuelta y se dispuso a marcharse, cuando por detrás un suabe tirón de la mano se lo impidió-.
-Perdone... No debía haberle dicho eso- Ricardo miro a sus hijas a lo lejos- Es que son lo único que tengo, no me perdonaría si les pasara algo-.
-Son sus hijas... Yo si tuviera hijos daría mi vida por ellos- Hasta ese mismo momento no se habían dado cuenta que aún estaba cogidos de la mano- Bueno me va a estar cogiendo de la mano todo el día-.
-¡Ups! Perdone no me había dado cuenta- En seguida separaron sus manos-.
-Perdone creo que con buen pie no hemos empezado... Me llamo Julia Wilson, encantada- Le extendió la mano-.
-Ricardo Montero, encantado- Seguían con las manos juntas-.
-Quiere que le diga una cosa- Ricardo asintió- Le gusta mi mano verdad-.
Ricardo en seguida separo de nuevo sus manos. En seguida una sonrisa salio de la comisura de sus labios:
-Bueno capitán seria un placer estar con usted todo el día pero me tengo que ir- Otra vez le dio la mano- Encantada y adiós-.
-Bueno hasta otra- Julia miraba su mano y Ricardo en seguida se puso rojo, otra vez seguían con las manos juntas-.
Julia se alejaba por el puerto. De verdad que era guapa, y ese apellido le sonaba <<Wilson, es un poco raro>>. Por desgracia no se acordaba de que ella también pensaba lo mismo, y además se lo dijo cuando apenas era una niña. Pero él se había olvidado del apellido raro y de ella.
#26
RicarJulista99
RicarJulista99
09/04/2012 00:27
Fuu... Me esta matando todo esto... Siguelo pronto k sino m da algo... X
Me ha ENCANTADO!! :) enserio e.e .. PERFECTO es poco...
Enfin. BESAZOS A TODAS!! Cuidaos Mucho y siguelo pronto please :)
#27
RicarJulista99
RicarJulista99
11/04/2012 08:22
Avisame cuando subas el siguiente trozo please.... :)
Espero que esteis bien y que os vaya GENiAL la semana... <3 BESAZOS A TODAS y CUIDAOS MUCHO!!! <3
#28
sarafrubias
sarafrubias
15/04/2012 19:22
Perdon pero esta semana se va a retarssar un poco el capi :( lo siento, pero traqueila que aunque me cueste tendreis el capi vale :)
Esque los examenes son muy malos, y encima tengo que hacer trabajos... Menos mal que acabo de empezar :)
Pero aqui os dejo una avance :

Por el puerto iba el caminando, cargado de cosas, las maletas, la bici de sus hija <<¿Para que se habra traido mi hija la bici? para darmela a mi porque...>>. Alo lejos ella paseaba por el puerto, mientras que caminaba se paraba para rebisar papeles. El la vio estaba guapisima, cada vez que la veia el corazon no respondia y le daba un vuelco. se quedo quieto mientras la miraba, ella giro su rostro al sentirse observada y se topo con aquellos ojos azules. Lo unico que hizo fue sonreir, mientras él tambien sacaba una pequeña sonrisa de la comisura de sus labios y levantar la mano para saludar...


-Ricardo, ¿La conoces?-.
El se gira un momento hacia su amigo, y de nuevo hacia ella mientras se alejaba hacia la pasarela del barco y con una sonrisa en los labios contesta:
-No he tenido el placer-.

Ella ya no estaba en aquella habitación, se habia ido a su mundo de pensamientos diversos recordando aquel beso.


Bueno gracias por leer el fic :)
#29
RicarJulista99
RicarJulista99
16/04/2012 14:42
Dios!! Uau siguelo cuando puedas por Dios!! Esta PERFECTO y otra cosa ¿Que beso?
#30
sarafrubias
sarafrubias
22/04/2012 19:04
Perdón por el retraso :) pero aqui esta el capitulo:

Capitulo 6
Empezando el Viaje

Nunca os ha pasado que antes de empezar un viaje, la noche de antes los nervios te comen por dentro, por no decir que no puedes ni dormir. Eso le pasa a la pequeña Valeria, esta muy nerviosa. Mañana se embarcara en el estrella, es la primera vez que se subirá a un barco. Ricardo abrió la puerta de la habitación de la pequeña.
Valeria estaba despierta, jugaba con sus manos mientras estaba tumbada. Ricardo se quedo con una sonrisa al verla así, le encantaba como era su hija:
-Valeria cariño... Duerme que mañana nos tenemos que despertar pronto- Se sentó en la cama-.
-Papa... ¿Te puedo hacer una pregunta?-.
-Claro que si cariño- Se derretía cada vez que hablaba así-.
-Tu siempre dices que te gusta el mar porque es muy bonito ¡A que si!-.
-Si cariño... ¿Porque lo dices?-.
-Porque a partir de ahora te va a gustar mas- Ricardo se quedo un poco extrañado-.
-¿Y porque me tiene que gustar mas? Bueno siempre que me embarco me gusta, pero no creo que sea para tanto-.
-Pues que te gustara mas porque estará Julia, que es muy guapa ¡A que si!-.
-Bueno... Si que es guapa- Se quedó pensando un momento- Pero bueno que mañana hay que madrugar peque, vamos a dormir- Ricardo empezó a hacerle cosquillas mientras la niña reía-.
-Vale papi... Me duermo pero para- Ricardo tapo a su hija, le regalo un pequeño beso en la frente y una sonrisa de padre-.

Julia estaba tumbada en su cama, con los ojos abiertos y pensativa. Phillip dormía a su lado. El tan relajado, pero ella no podía dormir en menos de veinticuatro horas pondrían en marcha el acelerador de partículas. No tenía porque preocuparse, pero ¿Y si no salía bien? ¿Y si ocurre lo inexplicable y no vuelve a ver nada de lo que mas quiere? Sus dudas eran demasiadas, no paraban de alsaltar su cabeza. La recorrían como el metro de Madrid que pasa por la misma parada treinta o mas veces por día. ¿Y si ocurriese que haría? ¿Se lo contaría al capitán? Él a lo mejor no entiende que se haya acabado el mundo de la noche a la mañana. <<Vale Julia tranquilízate, te estas poniendo en lo peor. Piensa en positivo>> Cerro sus ojos se dispuso a relajarse, se tranquilizo y no tuvo que esperar demasiado para que se durmiera.

Ricardo seguía despierto, con la mirada perdida en lo lejano y oscuro de la habitación. Sus ojos azules estaban atentos a la esquina negra cerca de allí, estaba muy concentrado, pensando en el viaje que en apenas doce horas llegaría. Pero no estaba pensando en los alumnos, ni el viento, ni las tormentas, ni siquiera en el rumbo que tomaría; solo estaba pensando en lo bonita que era la doctora, cuando esa mañana la había conocido. No había empezado con buen pie; no entendía que siempre que conocía a alguien empezaba muy mal, con Marisa le paso exactamente lo mismo; ahora con la doctora y hace mucho mas tiempo a aquella niña del pasado.
Se tumbo de golpe sobre la cama, y ahora su mirada estaba fija en el techo de la habitación, una pequeña sonrisa salió de su rostro, parecía tan feliz, mejor dicho era feliz. <<¿Pero porque estoy así?>> No llegaba a comprender porque le estaba pasando eso, si solo la había visto dos veces. Pero algo dentro le decía que la conocía de toda la vida, que estaba seguro de que había pasado tiempo junto a ella. <<No sera que ella es... ¡No digas tonterías como va a ser ella!>>
Y esa imagen le vino a la cabeza, cerro los ojos y allí estaba, ese día en la playa, aquel beso, todo estaba bien. Pero esa imagen se borro, ya no estaba, solo veía y se imaginaba a la niña llorar por no haber ido ese miserable día a la playa, todo por culpa de mi padre, y eso que lo intente pero no llegue a tiempo.
El corría y corría, quedaban cinco minutos para la puesta de sol. Miraba todo el rato el reloj, no se había estampado contra una farola de milagro <<¡Por favor que no se haya ido!>>. Llebava un traje negro, con unos zapatos a juego y una camisa debajo de la chaqueta; bien planchada con una corbata; cualquiera hubiera dicho que venía de una boda. Mientras corría se quitaba la corbata, casi la rompe del tirón que le dio, llegó al sitió salto del paseo a la arena, la chaqueta ya estaba por el suelo la corbata junto a ella, los zapatos le costo quitárselos pero lo logró. Solo le quedaba encontrarla <<Vamos por favor, ¿donde estas?>>. Miraba para todos los lados pero no la encontraba, en cada rincón de la playa su mirada se paraba. La poca gente que quedaba le miraba vestido así, y se reían por lo “bajini” pero ellos no entendían que era una cuestión muy importante. Derrepente la vio, allí estaba casi a punto de subirse al coche, con la mirada triste y lejana. Grito con todas sus fuerzas, corrió a su lado pero no podía, ella entró en él, arrancó y se marcho. Mientras corría detrás como un poseso, y gritando <<¡Espera!>> Pero el coche no se detuvo, siguió su camino sin mirar atrás. Como aquella frase que dice “Sigue tu camino sin mirar atrás, porque lo único que encontraras en el pasado es una decepción” eso fue lo pensó la pequeña en el coche, pero lo que no sabía era que aquel niño que había dejado, era lo que le salvaría durante muchas situaciones y llegaría por ella hasta el fin del mundo si era necesario.
Pero eso ya no importaba no había ido, la había abandonado, ya daba igual ese día, lo conseguiría olvidar para siempre. Lo que no conseguía comprender era porque no había ido, pero una cosa era segura que si lo volvía a ver se lo echaría en cara.
Él saltó de nuevo a la arena, se coloco al lado de su ropa y empezó a gritar, a pegar patadas a la arena caliente de la playa <<¡Mierda!>> lo repitió cuantas veces quiso.
En todo ese día se dio cuenta de que se había enamorado se aquella niñita, que lo que sentía era amor, demasiado tarde. “Saber que uno ama a un corazón perfecto lleno de sueños y canciones es hermoso pero es lamentable que mi corazón se de cuenta de ese sentimiento cuando ya no estas aquí... el amor existe en cada uno y duele cuando te lo quitan”, fue la frase que escuchó por aquel entonces de un poeta anónimo, que residía en la ciudad.
Ricardo abrió los ojos, tenia los puños cerrados, apretados con fuerza. Si hubiera ido ese día, puede que hubiese sido diferente. <<Pero no hay que lamentarse mas, vamos a seguir como siempre, por tus hijas Ricardo>>. Cerro de nuevos sus ojos, pero esta vez para dormirse.

Julia estaba recogiendo las cosas que se quedaban por en medio de la habitación, estaba sola, debido a que Phillip se había ido pronto para llegar a Ginebra. La despedida había sido muy fría, algunos “Te quiero”, dos o tres “Te echare de menos” y un “Después te veré”. Claro que eso de un después te veré Julia no estaba tan segura de que se cumpliría. Y eso que su querido novio le había dicho que todo saldría bien, pero ella no pensaba lo mismo. Lo intentaba, relajándose, pensando en otra cosa... Pero no podía olvidarse, le costaba pensar en como seria el mundo si fracasara, porque teóricamente todo seria culpa suya.
Las once de la mañana, todo iba sobre ruedas, bien estacionado el coche andaba hasta arriba de cosas. Las maletas, su gorra, la bici... <<¿Para que demonios se habrá traído la bici mi hija? Para dármela a mi porque...>> Ricardo seguía caminado pensando en sus cosas, cuando vio pasar a lo lejos a una mujer guapísima, se quedo parado mirándola; era verla y como si el corazón se encogiera, para no poder reaccionar. Quedándose parado, ella giro el rostro, encontrándose la mirada; solo una sonrisa salio de su hermoso rostro. Al verlo, él saco una pequeña sonrisa y subió la mano para saludar y siguió su camino cuando noto una mano por detrás:
-Ricardo, ¿Se puede saber donde vas con la bici?-.
-Pues para que va a ser, Valeria que se le ha ocurrido traerla-.
-Anda trae que te ayudo- Cargo la pequeña bicicleta, y los dos fueron directos al estrella-.
#31
sarafrubias
sarafrubias
22/04/2012 19:05
Julia hablaba con los marineros cerca del muelle, los papeles los revisaba uno a uno con suma delicadeza de que no se callera ninguno al muelle. Desde lejos se veía a Ricardo hablar con Julián que señalaba cada dos por tres al barco y hacia uno de sus grandes chistes. Cuando a lo lejos estaba ella, revisando aún los papeles, Ricardo se quedo mirándola mientras seguía caminando. Julián seguía hablando, pero su amigo no prestaba atención a lo que decía:
-Ricardo he pensado que a lo mejor sería mejor poner las clases a las nueve y media así cuando cambiamos de horario será mejor, ¿no crees?- Pregunto a su amigo que se veía en otro mundo-.
-Sí, claro es buena idea- Julián se había dado cuenta de que Ricardo no se enteraba de nada-.
-Y también había pensado que cuando estemos en alta mar podemos tirar a tu hija como cebo para los peces… ¡Y si se ahoga no pasa nada!- Julián lo miraba-.
-Sí, claro está bien- Julián le pego un capón en la cabeza para que se despertara- ¡Ay! ¿Pero que haces?-.
-¿¡Qué que hago!? ¿Qué haces tú que no me prestas atención? ¡Copón!- Pero Ricardo tampoco escucho a su amigo, seguía viéndola tan preciosa como la conoció-.
Julián siguió la mirada de Ricardo, y se topo con la doctora que revisaba papeles como una loca:
-Bonitas vistas ¿eh?- Ricardo se dio cuenta y se volvió hacia su amigo-.
-¡Que vistas ni que vistas! Julián que yo te estoy escuchando a ti-.
-Ya seguro… porque no vamos a hablarle a la doctora, que seguro que ella le haces mas caso que a mí-.
Julián cogió a su amigo de la mano y lo arrastraba hacía Julia, cuando estaban frente a ella Julián le saludo:
-Buenos días Julia… A lo mejor no conoce a nuestro capitán- Cogiéndole y poniendo a su amigo delante de él- Este es Ricardo Montero; el que se olvida las carteras por ahí-.
-Sí, claro encantada Julia Wilson- le estrecho la mano-.
-Encantado- Le seguía el rollo a su amigo, él no sabía que se habían conocido de antes-.
-Como ve es un hombre hecho y derecho, además le aseguro que él es mejor compañía para comer que yo- Ricardo miro a su amigo con una mirada de descontento-.
-¿Cómo que mejor compañía que tu? ¿Es que os conocéis?- Ricardo no entendía nada-.
-¡Ah! Es verdad que no te había contado que la famosa Julia con la que comí en Madrid es ella- Señalando con el dedo-.
-Es verdad… Su oficial es muy caballeroso- Compuso una pequeña sonrisa-.
-Es caballeroso cuando le incumbe y quiere- Los dos se empezaron a reír, Julián le dio otro capón a Ricardo que se giro enseguida-.
-¡Pero porque me pegas ahora si no he dicho nada malo!- Julia que estaba observando se empezó a reír en silencio-.
-¡Que no has dicho nada malo! La próxima vez te daré más fuerte-.
Julia se partía de risa en silencio no podía mas, parecían dos niños pequeños peleándose por un juguete:
-Perdón por interrumpir- Los dos se giraron hacia la doctora- Será mejor que suba ya, para dejar la maleta- Julia miro hacia la pequeña maleta que tenía su lado-.
-Claro pase…- Los dos dejaron paso como unos caballeros- Que lo pase muy bien en el viaje- Ricardo lo dijo con voz firme, mientras ella giraba su hermoso rostro le regalaba un sonrisa y respondía-.
-Como para no- y fue pasando hacía la pasarela del barco-.
Mientras se alejaba para subir al barco, al capitán se le escapo una pequeña sonrisa, que no paso desapercibida para su amigo:
-Ricardo, ¿No la conoces seguro?- Su amigo lo miro con cara extrañada-.
-No he tenido el placer- Seguía mirando el mismo punto donde la bellísima doctora había pasado hace solamente unos segundos-.

Bonita noche, bajo las estrellas ella, contemplaba la hermosa luna que resplandecía entre las sombras de la noche. Él salía del puente, bien vestido y con la elegante colonia que le regaló Valeria para el día del padre. Se acercaba entre las penumbras hacia ella sin hacer ruido, como un fantasma pero mucho más elegante. Seguía contemplando la hermosa noche cuando dos manos se toparon entre la preciosa noche y su vista. No sabía quien era, solo sabía que alguien le daría una sorpresa en aquella maravillosa noche:
-Necesito una noche llena de sorpresas- La miro y se coloco delante de ella para que lo mirara- Me la puedes dar…- Se limito a asentir con la delicada cabecita-.
Poco a poco se agacho a su altura, debido a que estaba sentada elegantemente. La miro a sus preciosos ojos marrones, profundos, silenciosos y con el miedo por lo que iba a suceder. Una pequeña sonrisa salió de la comisura de sus labios, parecían tan duros por fuera, a lo mejor si los besara serian tiernos, sensuales y mas apetecibles que si fueran de chocolate.
Y si ahora se atreviera a tocarlos, con solamente rozarlos no podría separarse de ellos jamás. No sabía si tenía derecho a besarla, si le diera una señal por pequeña que fuera, se lanzaría a sentirlos, a degustar su tierno sabor…
Al ver que no se decidía a besarla se levanto del pequeño banco, él alzo su mirada azul para examinar cada parte de su cuerpo. Con el dedo índice pegado a su barbilla varonil, lo subía a su altura, acercándose cuidadosamente hacía ella, rodeo su delicada cintura como un pequeño imán la atrajo hacia él. Solo se escucho la voz de ella decir:
-Quiero una sorpresa por cada noche que pase en este barco- A milímetros de su boca, parecía más tierno que antes-.
Se dejo llevar, una pequeña distancia les separaba, cuando solamente podían sonreír ante sus atentas miradas. La pequeña distancia que les separaba, quedo atrás, juntando sus labios. Primero no sabían que hacer, se quedaron un poco parados ante el contacto, pero solo fue al principio y durante unos segundos. Siguieron dando cuerda al beso hasta pasar a ser lleno de pasión, por cada segundo que pasaba se notaba más pasión, al tocar sus labios por fin tuvo la sensación de conocerla mas, estar bailando dos lenguas bajo la atenta mirada de las estrellas. Que bonita noche para un beso que necesitaban tener, sentir, tocar…
#32
sarafrubias
sarafrubias
22/04/2012 19:07
Se separaron de nuevo dejando que sus frentes quedaran pegadas, subió sus manos masculinas a la tierna cara de ella, y la acariciaba como si fuera un tesoro, como un precioso diamante que brillaba entre la oscuridad de la noche. Abrió sus ojos y la observaba en silenció, tan bonita era que parecía una estrella en el firmamento donde le pedía un deseo. El deseo mas bonito que había pedido nunca, enamorarse de ella con solo verla dos veces. ¿Dos veces? ¿Estás seguro?
Esa noche se disipaba, ella no entendía nada, respiraba fuertemente, con mucha prisa, cuando la voz le sacaba de sus sueños, se despertó sobresaltada, sin casi respiración se levantó de la cama:
-Doctora… ¿Esta ahí?- El capitán tocaba suavemente la puerta de su camarote-.
Ella abrió la puerta medio dormida, viendo al capitán al otro lado de la puerta, se ruborizo un poco:
-Dígame capitán…-.
-Doctora se nos ha colado un polizón- Ella se sorprendió ante las palabras de Ricardo- Necesitamos que le haga un examen médico- le regalo una pequeña sonrisa-.
-De acuerdo dígale que mañana a primera hora le espero en la enfermería- Él solamente asintió, y se fue de la pequeña puerta del camarote no sin antes sonreírle de nuevo-.
Cerró la puerta a sus espaldas y se tumbo en la cama estirándose y sonriendo. Pero ella ya no estaba en aquella habitación, se había ido a su mundo de cosas diversas, recordando aquel beso.


Espero que os guste... Me ha costado tiempo por los examenes pero ya lo teneis :)
Maria ya sabes de que va el beso... Jejeje
#33
ricarjulista14
ricarjulista14
22/04/2012 21:21
Me encanta, es precioso, lo que me da mal rollo es lo del polizón porque no se porque me da que Ulises y Julia van a acabar liados y Ricardo con el corazón roto… bueno que lo sigas pronto que quiero ver como sigue

Besos
#34
RicarJulista99
RicarJulista99
25/04/2012 18:35
Guau, sin palabras... Me ha encantado. Lo siento por no haberme pasado antes, pero es k últimamente no estoy muy conectada, casi siempre los sábados y domingos, pero muy poquito entonces no me da tiempo a nada, solo a mirar el face, y algun que otro fic... Y el tuyo encima, no lo encontraba... U.U, Bueno que solo quería decirte que está PRECIOSO!! Y que lo sigas cuando puedas... Enfin, BESAZOS A TODAS!! CUIDAOS MUCHISIMO!! <3
#35
sarafrubias
sarafrubias
01/05/2012 20:15
perdon por el retraso pero el internet no me iba muy bien que digamos :)

Capitulo 7
NO SOMOS TAN DISTINTOS
Bonitos aquellos recuerdos que tenías en tu mente desde pequeña. Siempre habías tenido pequeños sueños de princesas, siempre recordando cuando tenías algo claro, lo conseguías imaginando a un príncipe azul en su caballo rescatarte de una gran torre, llevarte a su castillo y un final feliz concluía con un beso desde lo más alto de una torre del castillo. ¿Bonito verdad? Claro eso es normal mientras eres pequeña siempre sueñas y imaginas. Pero cuando creces no es lo mismo, empiezas a tener responsabilidades, tienes que pensar mejor en lo que vas a hacer, demasiados problemas para una sola persona. Pero se supera sentando la cabeza y reaccionando al instante en que tienes ese problema.
Julia ya es mayor para saber que caminos coger, que responsabilidades tener y saber si lo estás haciendo bien. Claro que por alejarse un poco de la realidad no pasa nada, sonríe por unos segundos y vuelve a escuchar esa voz tan dulce de una niña que le había robado su corazón desde aquel día en el puerto:
-Mira este es mi osito, se llama Bobby- La pequeña sonríe al ver a la doctora tan atenta- Lo tienes que tratar muy bien, porque este osito es muy bueno con la gente-.
-A ver… Entonces esa se llama Trencitas- Señalando a una muñeca cerca de donde estaba- Y este osito es Bobby, que hay que ser muy bueno con él ¿Verdad?- La doctora pregunto a la niña, aunque ya sabía la respuesta-.
-¡Síiii! Menos mal que no tengo que volver a decirlo, ¡Cansa!- Mirando a Julia con una de sus más tiernas miradas- Es que mi papá todavía no se lo sabe- Enseguida borro su sonrisa y se puso triste-.
-Pero peque… ¿Por qué te pones triste?- Julia cogió a la pequeña y la sentó en su piernas- Vamos a hacer una cosa, la próxima vez que no lo diga bien le haremos que se lo estudie copiando muchas veces sus nombre con ellos delante ¿Vale?- Valeria asintió muy decidida mientras regalaba una pequeña sonrisa a la doctora-.
A través de los cristales de la enfermería estaba él hablando con un marinero y su uniforme de capitán con unos cuantos papeles en la mano. Mientras ellas dos seguían dentro hablando, cuando la pequeña se dio cuenta y miraba su padre con una sonrisa:
-No sabrá los nombres de mis muñecos- Pausa- Pero está muy guapo- La niña miro a Julia que sonreía como una tonta- Tú crees que es guapo ¿a que sí?-.
-Si… Supongo- Para echar tierra fuera no le dio mucha importancia-.
-Entonces ¿te gusta?-.
-No Valeria, tu padre es guapo pero no me gusta- Valeria se decepciono un poco al escuchar las palabras de Julia-.
-Entonces, te gusta mi amigo Ulises-.
-¿Quién?-.
-Ulises… Mi amigo, el que se escondió en una caja para conocer a su papá- Julia reflexionó un momento hasta averiguar a que se refería al polizón que le había comentado el capitán horas antes-.
-A… Pues la verdad no lo conozco, pero supongo que sería guapo- Sin quitarle la mirada al capitán-.
Solo faltaban dos horas para poner en marcha el acelerador de partículas en Ginebra. Después de la conversación con Valeria la había dejado en su camarote, jugando con Burbuja. Ella ya lo tenía todo preparado para la conversación con Phillip. Colocando los últimos cables se dio cuenta de una señal en el ordenador y decidió ver de que se trataba, dos personas hablaban a lo lejos:
-No puedes negar lo que paso amigo- Una voz femenina se escuchaba gritar-.
-Sí que lo puedo negar, puedo decir que fue una invención tuya- Pausa- Todos piensan que estás loca- La segunda voz era mas familiar para Julia-.
-¿Estás seguro? Entonces eras un iluso- Mientras reía- Pobre iluso de Phillip que cree, que su novia no se va enterar de que le puso los cuernos conmigo- Se cerró una puerta-.
De nuevo se escucho un fuerte golpe y unas palabras de su novio <<Mierda, esa tía me busca la ruina>> Y se cerró por completo la señal sin que él se diera cuenta. Julia se quedo sin habla, no podía ni moverse de donde estaba, tenía que ser un sueño o una alucinación. Pero no quería saber mas, necesitaba saber la verdad pero a esas horas no podía ponerse en contacto con él, tendría que esperar. Por un pequeño retraso habría que esperar hasta las diez de la noche para poner en marcha el acelerador de partículas.

En el puente de mando Ricardo observaba la mar tranquila en la noche, exactamente eran las ocho. Mientras miraba su reloj, solo faltaban diez minutos para la cena de gala y tenía que revisar que todo el mundo estaba por allí, lógicamente faltaban algunos alumnos pero los más puntuales ya estaba por allí charlando de sus cosas. Miró de nuevo el reloj, cinco minutos, Salomé ya tendría la comida preparada y colocada meticulosamente sobre la mesa. Ya está ya eran las ocho y diez, había que esperar unos cuantos minutos para que llagasen todos y comenzar. Empezó la esperada cena todos en sus lugares y bien sentados después del discurso del capitán. Su hija sentada a su lado comía tranquilamente, pero notaba que algo iba mal, faltaba algo, y tanto la doctora no estaba cenando, no estaba en el comedor y no de veía en la cocina. Se acercó a Salomé:
-Salomé ¿Has visto tu a La doctora?- Pregunto un poco preocupado, por lo poco que la conocía y lo que le había contado Julián, no era una mujer de retratarse demasiado-.
-Pues la verdad que no lo sé Ricardo-.
-Es que tendría que estar en el comedor cenando, pero no aparece- Pensó unos segundos- Salomé quédate un momento con Valeria y ahora vuelvo por favor- La cocinera asintió sin problema-.
Ricardo buscó en su camarote pero nadie contestaba, recorrió casi todo el barco en busca de ella. Parecía un loco, cada vez que pasaba por los pasillos del estrella, busco hasta en la sala de maquinas pero nada, no aparecía. Casi dándose por vencido salió a cubierta con el fin de encontrarla allí, miraba por todas partes y por fin allí estaba ella sentada mirando al mar ya oscurecido por la noche. Con un precioso vestido en tono azul con un poco de blanco por pequeñas líneas. Sonrió al encontrarla, lo que le había costado encontrar a una persona. De repente sintió que algo no iba bien, ella se veía triste como apagada y sin respuesta.
#36
sarafrubias
sarafrubias
01/05/2012 20:17
Se acerco con toda la dulzura que tenía en ese momento, ella no se había percatado de su presencia en cubierta, aunque no tardaría mucho:
-Doctora… ¿Se encuentra bien?- Puso una mano en su hombro, pegó un pequeño salto ante el susto-.
-Claro porque no habría de estar bien- Se levantó de donde estaba sentada y camino un poco hacía delante-.
-No puede estar bien, porque una persona que llora le pasa algo si o si ¿No cree?- Se adelantó hasta donde se encontraba, un poco nervioso-.
-No estoy llorando, solo se me ha metido algo en el ojo ya esta- Miraba hacia delante para que no la viera en ese estado-.
-¿En los dos ojos? ¿Desde cuándo?- Julia quería dejar de hablar no estaba para nada de humor-.
-Capitán de verdad no estoy de humor para tonterías- Esas palabras de ella pincharon un poco, pero consiguió disimularlo muy bien-.
-Claro querrá estar sola- Puso de nuevo la mano en su hombro en forma de despedida- Perdón- Con la mirada entristecida su mano se fue entre el suave viento que corría, pero antes de que se alejara del todo de su brazo lo retuvo cogiéndole de la mano-.
-No le he dicho que se valla- Se giro hacía el con los ojos llorosos y se abrazo fuerte a él- No hable por favor- Pausa- Necesito a alguien que no hable, solo quiero que esté ahí- Ricardo antes de callar para siempre dijo sus ultima palabras-.
-No somos tan distintos- Y no hablo mas, se quedo todo en silencio-.
Julia estaba acurrucada en su hombro, sin preocupaciones, como si no pasara el tiempo. Era todo perfecto, pasaron unos minutos cuando decidieron sentarse. Ella seguía apoyada en su hombro tranquilamente, mirando hacía la línea del horizonte. Que bonito parecía el mar, algo que hizo saber al capitán:
-Capitán… Me encanta esta vista ¿A usted no?- Ricardo se paró un momento a pensar, que si le gustaba, le encantaba. Podía estar toda su vida sin moverse de cubierta-.
-Lo mejor de los viajes en barco son estos atardeceres- Seguía en su hombro escuchando las palabras de Ricardo- Mire le voy a enseñar una cosa muy divertida- sacó un pequeño papel blanco y lo extendió delante de ellos- Si miras por este agujerito lo veras completamente distinto- Se lo acerco a su pequeño ojo marrón y observo aquella imagen del atardecer, aparecía como un pequeño arcoíris a lo lejos junto al intenso color rojizo, creaba una combinación de colores preciosa-.
-Es precioso- sonrió levemente a su compañero de asiento- ¿Cómo se le ha ocurrido?-.
-No es mía la idea es de mi hija- Le cedió el papel- A veces pienso en como se sentía ella cuando no estaba en casa, su madre me decía que cada vez que estaba fuera preguntaba mucho por mi- Sus ojos se llenaron de pequeñas lagrimas-.
-Vamos capitán no se preocupe por el pasado- Recordó un poco tiempo atrás- Mi madre siempre decía que hay que vivir el presente, disfrutar cada día como si fuera el último- Pausa- Que aunque estemos en un barco no significa que no pueda uno comer, divertirse, charlar o incluso enamorarse-.

Enamorarse, claro porque no podía él enamorase de alguien, alguna persona que haga de nueva mama para Valeria, porque su hija ya se lo pedía:
-Hija venga que ya es casi la hora de cenar y todo el mundo nos está esperando- Ricardo recogía los juguetes de su hija-.
-Papa… ¿Cuando dos personas se separan, pueden volver ajuntarse con otras?- Su hija salía del baño ya vestida como una princesita-.
-Pero cariño ¿porque me preguntas eso ahora?- Ricardo se acerco y se puso a su altura- ¿Te ha pasado algo?-.
-No… Pero he oído decir a Salomé que alguien necesita tener a otra persona siempre, y como mama ya no está…-.
-Bueno cariño, si Salomé dice eso es porque será verdad- Le toco la nariz cariñosamente- Porque Salomé nunca dice mentiras- Y por ultimo añadió- Venga vamos a cenar que Salomé no dirá mentiras pero se enfada si no vamos a comer- Y cerró la puerta a sus espaldas-.
Después de su conversación con el capitán, Julia estaba en su camarote ya sentada, observando la pantalla oscura del ordenador. Cuando apareció la videoconferencia de su novio Phillip, si se podía llamar así. La abrió y observo el rostro de él, sonriente y sin preocupaciones. Se paso así casi toda una hora, era el momento de empezar el experimento, todo estaba ya en marcha no había vuelta atrás. Cinco minutos eran los mas rápidos que había vivido en su vida. La cuenta atrás era inminente solo quedaba veinte segundos y Julia saco todo lo que tenía dentro:
-¿Por qué me has hecho esto Phillip?- No podía quedarse con eso dentro-.
-¿Por qué he hecho que?- Mientras se acercaba a sus últimos segundos diez-.
-Me has puesto los cuernos- Él no podía creer lo que escuchaban sus oídos- Eres un ca*****- La cuenta atrás, cinco segundos-.
-Julia, lo siento- Fue lo único que alcanzó a decir, un segundo después solo había una pantalla negra donde se ilustraba las palabras “NO SIGNAL”-.
Julia comenzó a decir su nombre muchas veces pero nadie respondía, no hay solución se veía prácticamente las mismas letras, dos palabras, poca cosa al saber que al otro lado no había nada. Algo extraño se avecinaba por delante.

Él en cubierta sentado y mirando, recuerda y vuelve a recordar. A lo mejor si estuviera en otro sitio en ese mundo, que parece tan grande, tan inmenso e increíble. Tendría que compartirlo con alguien que se lo mereciera, que quisiera dejarse querer. Necesito dar cariño, y además recibir.
Por la puerta ella, preciosa, camina despacio como si quisiera que el momento mas inesperado de su vida no llegase nunca. Entonces ya decidida le vio allí sentado tan tranquilamente, como si todo le daría igual:
-Capitán… Hola me presento, me llamo María, María Lefan- Sonrió levemente- La nueva ayudante de cocina que contrataron hace un mes- Le extendió la mano, y Ricardo sonrió-.
-Claro… Encantado, no hará falta que me presente porque ya me conocerá- Ella solo lo miraba con los ojos más bonitos que un hombre podía desear- Ricardo Montero, el capitán- Hizo una pequeña reverencia-.
-No le importará si le llamo Ricardo ¿Verdad?-.
-En absoluto, además me gusta más que me llamen por mi nombre y más si son mujeres tan hermosas como usted- Ante el alago las mejillas cambiaron aun color rojizo-.
-Muchas gracias, veo que aún existen caballeros como usted- Y se acordó de una cosa- A mi también me gustaría que me llamara por mi nombre-.
-De lo por echo… Señorita María- Le cogió de nuevo la mano y se la beso con suma delicadeza haciendo que la chica se estremeciera-.
-Siempre había soñado con un príncipe que hiciera precisamente lo que hace usted con las mujeres- Se paró a mirar sus preciosos ojos, eran azules muy bonitos- Ricardo…-.
-Dígame… Tengo oídos de sobra no los ve- Señalando a su oídos en forma cómica, ante la respuesta en forma de sonrisa de la chica-.
-Antes no me había dado cuenta de que sus ojos son azules- Mirándolo a los ojos- Son preciosos- Los ojos de ella no se quedaban atrás-.
-Sabe una cosa, los suyos son verdes, un verde apagado pero realmente precioso- Pensó en lo que iba a decir- A partir de ahora mi color favorito- Y así acabo la sensación de amigos para convertirse en algo mas, algo fuerte que crecería fuertemente en ella-.
Se acercaba lentamente a sus labios, los labios que hace un momento pensaba besar, ¿pero estaría haciendo bien? Él no se había movido de su posición, ella seguía avanzando, estaba tan cerca de sus labios, mientras observaba sus hermosos ojos. Después de los segundo mas largos de toda su vida, los sintió cerca por fin. Pequeño pero intenso beso, Ricardo en seguida se retiro un poco sobresaltado al escuchar a la doctora gritar su nombre:
#37
sarafrubias
sarafrubias
01/05/2012 20:19
-Perdón ¿molesto?-.
-No dígame doctora…- La chica se sonrojo ante la interrupción de Julia-.
-Hay una tormenta gigantesca avanzando hacia nosotros- Mientras miraba hacia la chica- Tiene que quedarse en las coordenadas que le marque-.
-Si enseguida voy- Se despidió de María y entró con la doctora-.
Observo el panel, era gigantesca, como podía ser, esa tormenta no podía haber aparecido de la nada:
-Julia… ¿Cómo puede ser que esta tormenta haya aparecido y tan grande, de repente?- Miro a la doctora que estaba absorta desde que vio ese beso entre el capitán y la ayudante nueva- Julia… ¡Contésteme!- Volvió en sí-.
-No lo sé… Pero sería conveniente que fuera a esas coordenadas… por favor, me lo dijo que lo haría- Ricardo no estaba muy convencido y no cedería tan fácilmente-.
-Pero no me contó porque eran tan importantes esas coordenadas- Se acercó a ella- ¿Por qué son importantes doctora?- No sabía que responder, no podía contarle nada del proyecto ni del acelerador de Ginebra-.
-No hay tiempo capitán… Las dimensiones de esa tormenta podrían hundir el barco- Una fuerte ola sacudió fuertemente al barco, haciendo que todo el mundo se desplazara más de dos metros-.
El fuerte balanceo hizo que Julia cayera encima de Ricardo, que se dio contra la pared, haciéndose mucho daño en la espalda. Por no saltar las alarmas solo se preocupo por la doctora, que estaba encima de él:
-Julia... ¿Se encuentra bien?- Solo asintió ante la pregunta del capitán- Joder... Mierda- Al quitar la vista de Julia, percibió en el suelo las cenizas de su mujer-.
Julia se levantó de encima del capitán. Y se disculpo, cuando le cedió la ayuda de su mano para que se levantase. Ricardo la acepto con una sonrisa forzada debido al dolor sufrido en su espalda. Pudo incorporarse con dificultad, debía de haber sido un golpe demasiado fuerte para que le costara levantarse.
Retomo el control del barco en seguida y fue a las coordenadas de la doctora, la tormenta era demasiado fuerte como para arriesgarse.

Todo despejado, el mar en calma, el cielo completamente azul. Todo estaba mejor que antes en la tormenta; bueno todo menos el Estrella, que la tormenta había dejado algunos percances en los marineros y en el barco en sí. Pero nada que no se pueda arreglar en puerto y retomar su viaje.

María la ayudante de Salomé, estaba ayudando a preparar el desayuno cuando surgió el tema del capitán de haberlo conocido:
-Si Ricardo es muy buena persona... Cuando lo conozcas veras que no parece tan serio- La mujer no tenía ni idea de lo que hablaba-.
-Salomé si al capitán ya lo conocí ayer- Se quedo unos segundo callada- A mis 35 años no había conocido a un hombre tan amable y simpático- Se le apareció una sonrisa que para Salomé no paso inadvertida-.
-Por esa sonrisita veo que congeniasteis muy bien-.
-La verdad es que si- Se iba a arrepentir de lo que iba a decir- Porque nos besamos- Salomé se quedo alucinada, acabar de conocer a una persona y besarse por que si- No me mires así, no se lo que me paso, fue un sentimiento muy fuerte que vino de golpe, no se como, de no se donde, de no se que- Pero Salomé no había escuchado nada mas, se quedo con la palabras “Nos besamos” y de ahí ya no pasó-.
-Vamos a ver- Se quedo pensativa por décimas de segundo- Me estas diciendo que estuviste hablando con él y que sin mas te besó- Ahora si que no daba crédito a lo que había escuchado-.
-Bueno en realidad le bese yo- La mujer alucinaba cada vez más-.
-Entonces me lo pones mejor- En forma irónica- Pero... ¿Te siguió el beso o se aparto?-.
-Pues... La verdad Salomé no me acuerdo- Lo pensó de nuevo- Creo que si, pero antes de profundizar más apareció la doctora y...- No la dejó acabar-.
-Que apareció Julia y os vio- Ahora venía lo mejor- María tu primer día y ya besas al capitán. ¡Que bien has empezado! Claro sin contar que os interrumpieron-.
-Pero que no se lo que me pasó fue algo raro... Algo que me atraía hacía él, creo que... No puede ser olvídalo- Pero Salomé no estaba por dejar la conversación, y menos por un cotilleo tan jugoso como ese-.
-No... Ahora me lo cuentas, ya que lo has dicho no me puedes dejar así-.
-Que no puede ser que me haya enamorado de él con solo dos palabras que me dijo, vamos que quiero decir que es imposible enamorarse de una persona con solo hablar con ella ¿no?-.
-No para Ricardo, con una palabra hermosa de sus labios, créeme que mas de una suspiraba por él- Y se marcho por la puerta de la cocina para servir el desayuno, dejándola a ella sin palabras y con una duda muy grande-.

En la enfermería Julia revisaba al polizón. No había nada preocupante, solo tenía que hacer unas preguntas y se acabaría rápido. Acabo con él rápido para no tener demasiado trabajo. Lo que decía Valeria era verdad, pero no le atraía demasiado el chico. Ulises Garmendia, así se llamaba, salió de la enfermería y la dejo que revisara por ultima vez los papeles, antes de entregárselos al capitán.

Ricardo paseaba con su primero, viendo los desperfectos de la tormenta. Cuando de la nada salió la conversación de la nueva ayudante de Salomé:
-Pues... La verdad, es que la chica se conserva muy bien- Julián como siempre tan atento a todo-.
-Se conservará bien... Pero es muy lanzada-.
-¿Como que muy lanzada?- Su amigo no entendía nada-.
-Pues eso... Que es muy lanzada, porque ayer antes de la tormenta- No podía ni hablar y Julián se impacientaba-.
-Antes de la tormenta... ¿Que? Ricardo copón no me dejes así- Se veía muy curioso-.
-Pues... Que me beso- Ahora su amigo se quedo callado y se paro de repente-.
-¡Que te beso! Pero tu que les das a las tías para que se enamoren de ti- La mirada de Ricardo decía “Pues la verdad no lo se”- ¿Haber que le dijiste?-.
-Pues nada... Me dijo que le gustaban mis ojos y para devolver el piropo- Pausa- Y como los suyos eran verdes, le dije me gustaban y que a partir de ahora ese sería mi color favorito, Claro cualquiera le besa así-.
-A claro... Es que ahora cuando le dices que el color de sus ojos a partir de ahora sería tu color favorito... No te va a besar, te lleva a la cama directamente, que es que no sabes que la mayor debilidad de una mujer es que la miren a los ojos- A Julián se le paso por la cabeza muchas palabras y dijo la que mejor le vino- Ricardo tu no eres tonto, tu eres gilipollas- Se calmo un poco- Pero entonces ¿Te gusta?-.
-Hombre no te voy a decir que no es guapa, pero...- Le corto antes de acabar-.
-Pero a ti te gusta la doctora- La mirada de su amigo era tajante- No me mires así Ricardo, que sabes que es verdad- Le aconsejo como amigo- Mira Ricardo, yo se que te gusta la Wilson, pero ella por si no te acuerdas tiene novio... En tierra, que cuando vuelva la va estar esperando con los brazos abiertos, una ceníta romántica y después dale imaginación- Pausa- La nueva no esta nada mal, no tiene novio y además si te besó significa que le gustas. Aprovecha que el tiempo es oro.
Ricardo analizo las palabras de su primero con detenimiento, y tenía razón, seguro que Julia estaba con su novio muy bien y él no era de los que se meten en la relaciones ajenas. La nueva no estaba nada mal y además con el tiempo la podría llegar a querer. Y ser feliz de nuevo, como con Marisa.
Pero olvidarse de alguien no era fácil, perdón era imposible. Porque él no lo sabía pero Julia le había quitado un pequeño trocito de corazón, de ese corazón torpe, serio, pero que sobretodo, sobretodo estaba completamente enamorado de la doctora. Porque como ha dicho Julián el tiempo es oro, si, pero es mejor disfrutarlo con la persona que hace que pase demasiado rápido. Que las horas son minutos y los minutos segundos, que pasan como un barco que navega demasiado rápido sin dejar que observemos el maravilloso paisaje. Porque ahora nunca podía quitarse a la doctora de la cabeza ni del pequeño trozo que le había robado.

Espero que os haya gustado :) No os esperabais este capi :)
#38
ricarjulista14
ricarjulista14
01/05/2012 21:17
Que pasada me has dejado muerte, no me lo esperaba para nada

Que ganas de ver el siguiente, esta genial

Besos a todas
#39
nuwanda1331
nuwanda1331
02/05/2012 02:15
mueromeeeee!!!!!!! No me esperaba el capi y no me esperaba que apareciese otra mujer!!!!!!!!! Jummmmmmm a sufrir otra vez....

El acercamiento entre ellos ha sido precioso!!

Enhorabuena por el talento que tienes para escribir!

Ya tengo ganas de leer el siguiente!!
#40
sarafrubias
sarafrubias
15/05/2012 18:09
Perdón por el retraso pero stos dias he estado enferma en casa y además de tener muchos examenes atrasados :)

CAPITULO 8

NOCHES ESTRELLADAS

Feliz y felicidad, parecen que son lo mismo, pero la verdad es que no se parecen en nada. Feliz es un sentimiento. Felicidad es un estado de ánimo. Están también el amor y enamorarse son derivados a simpe vista parecen que significan lo mismo, pero amor es una cosa y enamorase otra. Amor es el sentimiento intenso que no te deja dormir por las noches y enamorarse es el estado en el que te encuentras al verlo pasar cerca. Porque sin felicidad no estás feliz y sin amor no estás enamorado.
Entonces María podría decirse que ésta feliz, tiene felicidad, tiene amor y ésta enamorada. Porque hace solamente unos minutos que el capitán se ha declarado, le ha comentado que podría estar sintiendo algo por ella, pero necesitaba ir poco a poco y sin prisas.
Por lo contrario Julia esta como ida, en otro mundo, triste. El mundo se ha acabado, ha estado investigando y ha encontrado lo peor del mundo, una foto de una cara del planeta completamente azul, sin tierra. Además de todo lo sucedido con Phillip, ese beso entre la nueva ayudante de cocina y el capitán, no podía quitárselo de la cabeza. Y tener que recordarlo no era gratificante, esperaba que a lo mejor fuese un malentendido. <<¿Pero que dices Julia? Ahora mismo ponte a trabajar para decirle al capitán lo que pasa>>.

Él caminaba tranquilamente por los pasillos del estrella. Observar como los tripulantes iban y venían, estaban Palomares y Vilma charlando sobre las clases, cuando apareció Piti de la nada para hacer unas de sus grandes bromas. Ricardo en el fondo se rió de la gran tontería que había dicho el chico, lo que hizo que el muchacho se diera cuenta:
-Venga Vilma no me mires así… Hasta nuestro serió capitán se ha reído- Vilma no se convenció del todo de la tontería de Piti pero la verdad le daba igual-.
Mientras seguía caminando por el interminable pasillo algunos alumnos se pararon a saludarle con toda la amabilidad del mundo, entre ellos Estela, una chica muy atractiva físicamente y muy enamoradiza:
-Buenos días capitán…-.
-Buenos días- Se paro unos segundos para hacer memoria y recordar el nombre- Estela ¿Verdad?- La chica asintió, además de dos chicas que la acompañaban que saludo amablemente- Además de Irene y Marina… Buenos días-.
-Buenos días capitán- Saludaron las dos al unísono mientras sonreían-.
-Perdón pero tengo que ir a mi camarote a coger unos papeles chicas- Y Sonriendo- Si me disculpáis- Ellas no se opusieron en nada le dejaron pasar con toda la amabilidad del mundo- Bueno adiós- Estaba a punto de irse cuando la voz de Estela le hizo girase de nuevo-.
-¿Capitán puedo pedirle una cosa?-.
-Depende de que cosa sea, pero dígame- Esperando la respuesta le entro un escalofrío un poco extraño-.
- Dijo en la cena que habría un baile dentro de unos días- Se quedo un poco en vergüenza pero enseguida se lanzo, algo que la caracterizaba era por lo lanzada que era- Y me preguntaba si podía bailar con usted en un baile-.
-Bueno me encantaría Estela- Para dar escusas se le vino lo primero a la cabeza- Pero a mi novia no le haría ninguna gracia- Estela se quedo cuadros cuando escucho eso de “Novia”, pero no se rendiría tan pronto-.
-Venga capitán si solo es un baile, no creo que a su novia le importe- Se acerco un poco hacia él-.
-Pero Estela…- Una voz tras de sí hizo que se retirara un poco-.
-Tu tranquila Estela que a su novia no le importara- María se junto a él con mucho cariño-.
-Esta bien… Hasta luego capitán- Y se fue con sus dos amigas contentísima y con una sonrisa-.
No estaba seguro de haber escuchado bien lo que había dicho ella. Ahora resulta que no es celosa, por una parte es bueno saberlo, pero por otra parte no tenía ganas de bailar con una alumna que ni siquiera conocía. Atónito se volvió hacía ella con una cara de asombro:
-Gracias- Con tono irónico prosiguió- ¿Es que tú no eres celosa?-.
-Pues… No, no soy celosa- Envolvió sus brazos alrededor de su cuello con suma delicadeza- Y menos cuando has dicho que tu novia no te dejaría- Una sonrisita salió de la cara angelical de la pinche de cocina-.
-Bueno… La verdad es que te debo una- Comenzó a sonreír pícaro- Me había costado demasiado convencerla y además que no se entere mi novia- María junto su cara con la de Ricardo-.
-Tranquilo que no se lo diré, tu secreto está a salvo conmigo- Tenía tan cerca sus labios, esas ganas locas de volver a sentirlos, tocarlos y dejarse llevar por ellos- Ricardo… ¿Puedo pedirte un beso?- La propuesta pillo a el hombre un poco por sorpresa, pero no quiso negarle un roce de labios-.
-No tienes ni porque pedírmelo- De un susurro, casi callo en sus brazos de capitán, un hombre lleno de galones-.
Por el pasillo ella paseaba buscando a alguien, bueno la verdad no buscaba a nadie importante. Pero parecía que le buscaba a él, que se moría de ganas por pasar unos minutos hablando con ese hombre que le había ayudado la noche anterior. A través de la esquina se veía su espalda, una sonrisa apareció de la nada. Se acercaba mas y mas, su espalda se convertía en sus piernas, un trozo de pelo. Y otra vez en sus brazos sus manos… Aunque después no vio nada mas porque había otros brazos otra cara, para decir menos otra mujer. No dejaba de besarle tiernamente en medio del pasillo. Y esa sonrisa se disipo como si no hubiera nada que la volviese a llamar y hacer salir nunca. Se fue de allí para no molestar, aunque en el fondo le hubiera encantado llegar y decir “Lo siento, ¿interrumpo?” Y llevárselo lejos para poder hablar tranquilamente, y que le dijera cumplidos, de esos que solo él puede sacar de la nada, para hacerla feliz.
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