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Fanfic Ricardo y Julia //Recuerda que mis ojos solo pueden ver la luz y mi luz eres tú// C34

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#0
sarafrubias
sarafrubias
13/03/2012 18:02
Hola me llamo Sara y me gusta escribir, me he animado al ver por mucho tiempo vuestros fanfics. La historia es inventada por mi, alomejor algunas cosas coinciden pero muy pocas. Si os gusta comentad y lo seguire cada fin de semana, os dejo el primer capitulo.
#41
sarafrubias
sarafrubias
15/05/2012 18:11
Justo cerca de aquella zona, escondida en las sombras. Se veía sonreír alegre ante la reacción de la doctora <<Que bonito es el amor, que sin darte cuenta esta dentro de ti>>. Y desapareció entre la oscuridad del pasillo, con esa sonrisa tan característica de ella.
Los dos tortolitos se despidieron con otro beso, para después seguir con su trabajo. Ricardo entró en su camarote para ducharse, estaba un poco estresado y necesitaba relajarse. Dejar que cayera el agua por su cuerpo hacia que se liberase por un momento de todo lo demás, que se olvidara por un momento de que el mundo existiese, que incluso la gente que hubiera en ese barco no estuviera.
Al entrar con tranquilidad dejo que el agua le tocase, y poder librarse de los problemas de aquel cascarón. Pero lo que no sabía era que se avecinaban muchos mas.
Acabó de ducharse, salió solo con una toalla liada al cuerpo. Dejando descubierto el torso, mientras buscaba la ropa que se iba a poner. Cogió un pantalón, la ropa interior y las zapatillas. Primero se vistió con la ropa interior, cuando recordó que tenía que coger una toalla mas seca y pequeña de la que ya tenía. Iba en calzoncillos por su camarote, sin preocupación de que entrara alguien. Estaba dentro cuando se abrió la puerta de la entrada al camarote. No se había ni dado cuenta de que había entrado alguien, y salió del baño c secándose el pelo cuando vio que no estaba solo:
-Perdón capitán… No sabía que estaba duchándose- Se giro sobre sus talones para no verle en ese estado de desnudez-.
-Bueno… Si me pasara la ropa de encima de la cama me haría un gran favor- Tapándose con la pequeña toalla, y con demasiada vergüenza-.
-Claro…- Le extendió la ropa- Tome…- La cogió con amabilidad, mientras ella seguía sin verle la cara- La verdad me esperaba otra manera de ver al capitán de este barco- Se limito a sonreír-.
-Y yo de que me viese la doctora de este barco- Se dio cuenta de que no había sacado una camisa para ponerse- Bueno si me permite- La aparto con cariño- Tengo que coger una camisa- Ya estaba medio vestido, solo le faltaba la parte de arriba- Si quiere ya puede mirar, que no creo que se desmalle por verme sin camiseta- Buscaba la camisa cuando al doctora se percato de algo en su espalda-.
-Capitán… ¿Este golpe?- Le toco suavemente la espalda, solo hizo que de la boca de Ricardo saliera un grito de dolor- Lo siento… Debería revisarle ese golpe, no tiene buena pinta- Fue a tocarle de nuevo pero se volvió antes de que ni si quiera le rozara-.
-No es nada doctora- Sonrió débilmente- Con un poco de pomada se va en dos días-.
-No creo que sea así, créame que soy yo la doctora- Fue a revisarle pero otra negativa del capitán se lo impidió- Capitán… Venga déjeme que solo va a ser ver el golpe- Aún así seguía igual con un rotundo “No, estoy bien”-.
Intentó hacerlo razonar pero era imposible. Cuando comenzó a retroceder hacía atrás, mientras ella seguía insistiendo. Y en un traspié acabo tropezando con la cama, haciendo que se quedasen uno encima del otro. Ricardo debajo con el torso desnudo y Julia encima. Estaban muy pegados; demasiado pegados, sus frentes juntas y sus labios a pocos centímetros de distancia. Ricardo noto el golpe en su espalda, ya un poco tocada, remató el dolor cuando la doctora cayó encima suya.
Un imán, eso parecía que eran sus labios, estaban tan pero tan cerca que aunque ahora mismo pasara un terremoto o un tsunami no los podría separar. Aunque a veces existe una fuerza mayor que cualquier cosa, esa que te da la sensatez para no besarle, para no sentir cada parte de su torso desnudo, sus manos junto a las suyas. Era tan fácil besarla ahora y después excusarse con una típica estupidez, de abrazarla y no quererla soltar nunca, dejarse llevar y quererla, quererla para siempre demostrándoselo con un beso mágico, lleno de pasión, amor… Claro que si todo fuera tan fácil, él no sería capitán, no se habría enamorado de ella, no estaría viudo, no se hubiera casado, no tendría a las mejores hijas del mundo… Que si todo fuera mas fácil estaría feliz como todo el puñetero pasaje de ese barco.
Y esa fuerza lo consiguió, hizo que Julia se levantase lentamente, hizo que Ricardo se incorporase en la cama y antes de ponerse su camisa la mirara de nuevo, ruborizada con un color rojizo en sus mejillas:
-Lo siento capitán…- Se disculpo la doctora con la mirada fija en el suelo de aquel camarote-.
-No tiene porque disculparse- Se dirigió hacia ella muy despacio y levantó la mirada de la doctora hasta toparse con la suya, y con toda la dulzura del mundo- A sido un tropiezo tonto- Le sonrió levemente-.
-Tiene razón- Por no dar mas cuerda al asunto-.
-¿Y a que venía?- Pregunto un poco mas recto y duro-.
Julia miro hacía su mano donde sostenía una carpeta, dentro la peor noticia que se podría dar a una persona. Pero tenía que ser fuerte y contarle lo ocurrido ahí fuera. Le hizo sentarse y le contó lo que había descubierto, poco a poco el capitán iba analizando cada palabra de la doctora. Asimilaba un poco la noticia aunque le costaba pensar en ese fin del mundo que decía Julia:
-Y esto es la prueba capitán- Le mostró la fotocopia de una cara del planeta-.
Mientras observaba con paciencia la imagen, no comprendía nada de lo que le estaba contando:
-Doctora me está contando ¿que ya no hay nada mas que este barco en todo el planeta?-.
-Si capitán…- Miraba la cara de sorpresa de Ricardo- Ricardo esa tormenta no fue normal y…- Señalando a la fotocopia- Esta es la prueba-.
Después de tanto dialogar consiguió convencerle de todo lo ocurrido. El hombre pidió dejarle solo para saber que hacer en estos casos. Antes de que la mujer se marchara a su camarote le pidió algo:
-Doctora después iré a la enfermería para que me mire la espalda- Y después de esa frase acabo con una sonrisa-.
-Está bien- Se despidió de él con mucha amabilidad- Hasta después-.

Las horas de ese día iban pasando, muy rápido. Cuando se quisieron dar cuenta ya eran casi las cinco de la tarde y todo el mundo paseaba por el barco, charlaba con los demás o simplemente se relajaban leyendo.
Ricardo caminaba por los pasillos hacía la enfermería, le había dicho a la doctora que iría a revisarse la espalda, no había mas remedio que ir. A través de los cristales estaba ella, revisando papeles y con sus gafas negras. La veía tan atenta que podía pasar un tren que no enteraría de nada, además de que parecía un poco cansada de hacer tanto trabajo. Aún así se veía preciosa, estaba tan guapa que podía quedarse mirándola por los restos. Al sentirse un tanto observada decidió girar su bello rostro hacía él; y lo vio allí, de pie con una sonrisa de niño pequeño observándola con cautela y una gran ilusión. Por un momento recordó esa sonrisa de niño, se le llegó a pasar por la cabeza a aquel niño de la playa de hace demasiado tiempo. Aquel muchacho que le robo el corazón de niña pequeña, su querido “niño perdido”.
El hombre entró a la enfermería y la saludo con mucha amabilidad para después regalarle una sonrisa de la comisura de sus labios:
-Como ve, he venido como le dije- Una promesa cumplida-.
-Bueno, por lo menos es verdad lo que dice- Mientras se quitaba las gafas-.
#42
sarafrubias
sarafrubias
15/05/2012 18:13
-Siempre…- Comenzó a hablar- Siempre digo la verdad aún estando borracho si cabe digo la verdad- Menuda frase mas extraordinaria le había salido de la nada-.
-Es bueno saberlo- Cambiando de tema- Siéntese y quítese la camisa-.
-¿La camisa?- <<Menuda pregunta pues claro, como si no voy verle capitán>>-.
-Pues claro que esperaba, ¿¡que le mirase la espalda con la camisa puesta!?-.
-No es que creo que al final le va gustar verme sin la parte de arriba- Y comenzó a reírse a carcajadas-.
-Es usted demasiado infantil a veces, ¿No lo sabía?- Dejo la camisa a un lado y se recostó en la camilla boca abajo-.
-No soy así… En realidad me gusta hacerme el gracioso, pero solo a veces-.
Julia revisaba con mucha tranquilidad y cuidado la espalda del hombre, que cada dos por tres se quejaba. Aprovecho ese momento para preguntar:
- Y capitán ¿Lo suyo con María va en serio?- La pregunta sorprendió un poco a Ricardo que no sabía que responder-.
-Bueno… Eso espero- Pausa- La verdad es que me gusta, y no sé, creo que empiezo a sentir algo por ella- Mentía demasiado, menos mal que antes había dicho que él siempre decía la verdad-.
La doctora observo que el golpe no era mucho así que decidió masajear un poco la zona para relajarla. Extendió un poco de crema por la espalda mientras seguía hablando:
-¿Cómo que algo?- Estaba muy curiosa-.
-Pues eso algo- No entendía porque estaba hablando esto con ella- No lo sé doctora, siempre he sido una negado para las relaciones amorosas- Decidió sacar lo que tenía dentro, por pequeño que fuera- Creo que estoy con María por miedo-.
-¿Miedo? ¿Miedo a que?- Julia no entendía nada-.
-Miedo a volver a enamorarme- Esa frase para Julia no aclaraba nada en su mente, pero si estaba con María como no podía volver a enamorarse, cuando lo comprendió todo-.
-Me está diciendo que esta con María para olvidar a otra persona- Dio en el clavo con esas palabras-.
-Pues la verdad creo que si- No se sentía muy orgulloso de sus palabras pero era la cruda realidad-.
-¿Quiere que le diga un consejo?- Seguía masajeando cuando él se levanto y giro el rostro para ver sus hermosos ojos marrones-.
-Soy todo oídos-.
- Mi madre siempre decía que intentar olvidar a alguien es recordarle para toda la vida- Y le extendió su camisa blanca mientras le sonreía-.
-Gracias por el consejo- Se reincorporo en la camilla se puso su camisa sin abrochar-.
-Déjeme que le ayude- Poco a poco le abrochaba los botones, mientras él la miraba con ternura, al final le coloco el cuello de la camisa bien- Ya esta-.
-¿Puedo decirle un consejo?- Ella solamente asintió, no podía decir mas se había perdido en aquellos ojos de aguas inexploradas- Debería ponerme las camisas mas a menudo- Y sonrió-.
-¿Por?- No sabía como reaccionar después de todo-.
-Porque yo no me las dejo tan bien puestas como lo hace usted- Julia sonrió ante tal piropo, si se podía llamar así-.
-¿Eso es un piropo?- Pregunto un poco ruborizada, él se levanto y comenzó a caminar hacia la puerta pero antes de irse le contesto-.
-Tómelo como un cumplido- Justo antes de que cruzara la puerta para marcharse la voz de la doctora le hizo que se volviera de nuevo hacía ella-.
-Capitán… Tome- Le tiro un bote de pastillas que Ricardo cogió al vuelo, lo observaba sin entender escucho otra vez a la doctora- Para el dolor- Se marchó de allí no antes sin darle un “Gracias”-.
Cuando estuvo a una distancia razonable empezó a sonreír como un tonto y ella en la enfermería igual, los dos como dos niños pequeños. Ricardo se apoyo en la pared para recordar y Julia en la camilla para hacer exactamente lo mismo. Pero había alguien que no sonreía nada, eran unos ojos verdes tristes y solitarios. Que no reían en absoluto.

Y otra vez las horas pasaban, pasaban demasiado rápido. Pero era lo que tocaba, ya eran las nueve de la noche, la gente ya había cenado las especialidades de Salomé. Bueno todas menos Ricardo, esa noche no tenía demasiada hambre, no quería nada, lo único que quería ya estaba en ello. Miraba tumbado en cubierta encima de una toalla el precioso cielo estrellado de aquella noche. Pensaba en ese fin del mundo que le había dicho la doctora, y sin darse cuenta pensaba en ella <<Intentar olvidar a una persona es recordarla para toda la vida>> tenía razón porque la estoy intentado olvidar y pienso en ella todas las horas del día incluso cuando estoy con María la recuerdo. Es imposible quitármela de la cabeza, pero lo conseguiré, seré mas fuerte que nadie y si llego a flaquear me hare mas fuerte aún. Puedo hacerlo, y lo voy a hacer.
La mujer caminaba hacía cubierta con dos refrescos en los que leía “Cocacola”. Sabía perfectamente que estaría por allí, después de preguntarle a Salomé no había sido tan difícil. Cuando llegó lo vio tumbado en el suelo mirando las estrellas, esas que eran demasiado bonitas para que solo las viera él. No se había enterado de su presencia, tenía los ojos cerrados como absorto de todo lo que lo rodeaba de los grandes problemas que había en ese momento:
-Capitán…- De repente abrió los ojos y la observo un poco extrañado-.
-Julia, ¿Qué hace usted aquí?- Pregunto un poco adormecido-.
-Como no ha ido a cenar pensaba que quería algo- Levantó las botellas junto con una sonrisa-.
-Claro- La veía de pie y no se había dado cuenta de algo- Perdón… Siéntese aquí- Dio unos pequeños toques junto a él-.
Estaban los dos tranquilamente sentados y bebiendo, cada dos por tres se reían de las anécdotas tan graciosas del capitán, y otras de las historias tan locas de la doctora:
#43
sarafrubias
sarafrubias
15/05/2012 18:16
-…Él pobre pensaba que estaba de verdad en la Antártida- Y comenzaron a reírse de nuevo-.
-Pobre hombre, no estaba muy bien del golpe- Y esa risa paro por un largo rato-.
-¿Está bien?- Julia noto por un momento distancia de Ricardo-.
-Si es que… Me acabo de dar cuenta de que necesitaba reírme- La miro a los ojos- Y usted lo ha conseguido-.
-¿Eso es otro cumplido?- Preguntó divertida-.
-No…- La sonrisa de Julia se borró por un instante- Eso ha sido un piropo- No esperaba justo lo contrario que le había dicho en la enfermería-.
-Muchas gracias- Pausa- Si me permite la pregunta ¿Porque necesitaba reírse?-.
-Porque he tenido una pequeña discusión con María- empezó a jugar con sus dedos- Le ha sentado un poco mal el masaje y la conversación en la enfermería-.
-Bueno es normal, es su novia- Sin pensar le cogió las manos haciendo que parase de jugar con ellas- Pero dígale que no tiene por que preocuparse- Y volvió a soltarse al comprobar lo que estaba haciendo-.
-Si eso le he dicho yo… Pero no lo entiende- Finalmente decidió dejar la conversación- Sabe… ahora mismo no tengo ganas de hablar de ella, solo quiero disfrutar de las vistas- Sonrió levemente, se acerco a su oído mientras le susurraba- Y no lo digo por este increíble paisaje- Un color rojizo salió de las mejillas de la doctora-.
Al final se tumbaron en el enorme suelo de cubierta, mirando las estrellas seguían hablando. Mientras Ricardo sacaba el enorme astrónomo que tenía dentro, señalaba cada estrella en el firmamento y decir su nombre. Cuando se quiso dar cuenta ella ya estaba dormida. Se volvió hacia su dulce carita dormida y la observaba en silencio debajo de aquella noche estrellada. Intentó despertarla, pero en su intento Julia se abrazó fuertemente a él. El pobre hombre se sorprendió un poco ante el abrazo, enseguida pensó en no despertarla viendo lo profundamente dormida que estaba. Tenía que librarse del abrazo para llevarla a su camarote, y al intentarlo lo único que consiguió fue quedarse a pocos milímetros de sus labios.
<<Vamos Ricardo resiste>> pensaba en todo momento en María para resistir la tentación de besarla. Apretaba fuertemente los dientes, estaban tan cerca, que podía sentirla de nuevo, oler el perfume de su pelo, tocar cada centímetro de su cuerpo. Pego su cara junto a la de ella y de un susurro le dijo:
-No me haga esto doctora- Cerro sus ojos azules- No haga que la bese ahora por favor- Fue como una orden para ella, disminuyo un poco su abrazo pero no del todo-.
Por lo menos pudo de nuevo seguir mirando el cielo estrellado, si no podía llevarla a su camarote ahora tendría que ser después. Pero poco a poco el sueño le fue venciendo, hasta dejarse caer entre sus garras y quedarse profundamente dormido abrazado a ella en una de esas noches estrelladas. Que sin darse cuenta había sido la mejor de todas las vividas hasta ahora.
Unos pasos resonaban por cubierta, Julián tenía que hacer guardia y para su asombró se encontró a ellos dos, su mejor amigo y la doctora abrazados como dos tortolitos. Fue un momento dentro del Estrella para después salir con una manta que les coloco a los dos por encima, porque no pasaran frio mas que nada. Mientras los miraba de su boca salieron la palabras mas verdaderas que podía decir en aquel momento:
-¿Así te vas a olvidar de ella querido amigo?- Y se fue de allí dejándolos de nuevo solos y durmiendo plácidamente-.
Y pasaron la noche así, Julia se recostó sobre el pecho de Ricardo, mientras él la abrazaba como nadie. Ninguno de los dos se daba cuenta de nada porque estaban demasiado absortos dormidos. Como un imán, como si un pegamento les hubiera pegado para siempre. Porque si por ellos fuera estarían toda una vida así, sin separarse. En una de esas grandes noches estrelladas.


Espero que os haya gustado :) El siguiente no se cuando lo voy a poner, pero lo intentare lo antes posible... Un beso a las que leeis :)
#44
RicarJulista99
RicarJulista99
18/05/2012 20:02
Pero hija de mi corazón, ¿como lo dejas así? Esk yo FLIPO! ME HA ENCANTADO! Enserio, es PRECIOSO! Era todo tan bonito... Haber si se dan cuenta ya de una vez!! :D

¿Cuándo colgarás la siguiente parte? :D Esk me has dejado con la intriga... CUIDAOS MUCHO! Y siguelo muy, pero que muy PRONTITO! Que te mato!! :D No, es broma... BESAZOS A TODOS! <3
#45
ricarjulista14
ricarjulista14
18/05/2012 21:17
Es una preciosidad, que monos durmiendo abrazaditos, siguelo pronto que me va a dar algo Hahahaha besos
#46
sarafrubias
sarafrubias
02/06/2012 23:00
Perdón por el retrasooo :)

CAPITULO 9

UNA DE POEMAS

Necesito una de esas mañanas junto a ella, estar a su lado y lo primero que ver sea su dulce cara dormir plácidamente, que al mirarla se le quiten todos los males. Esa mañana es un presente que él vive ahora mismo, en este mismo momento. La esta viendo como duerme, respira lentamente, y sin prisas. Los minutos mas perfectos de toda su vida, parecían tan cortos. Después de unos segundos mas miro el reloj, “mierda” ya eran casi la nueve. Tenía que despertar a la doctora para que diera su clase de mañana y él poder capitanear de nuevo su barco. Aunque con eso del fin del mundo costaría mantener un poco la calma. Pero quería aprovechar un poco más esos segundos y así ver lo bonita que era al despertar, porque no tendría una mejor oportunidad para despertarla y ver su sonrisa de por las mañanas. Un pequeño mechón rebelde se posaba sobre su cara; cuando se dio cuenta lo retiro para después seguir observando.
En un impulso nuevo de la doctora, acercó su cuerpo contra él. Fuertemente lo agarraba como si fuera un tesoro, ese tesoro que no quieres que te quiten nunca, que aprecias demasiado para dejarlo escapar. Porque ante todo te das cuenta que no tienes vida sin él. Ricardo acogió su abrazo como si fuera la piedra mas preciosa que había visto en toda su larga vida de marino. Y se daba cuenta que llegaban tarde, bastante tarde; pero no podía despertarla, ya sabía que tenía que dar su clase aunque daría una escusa para estar la mañana libre.
Intentó librase poco a poco de su abrazó. Con delicadeza obtuvo el brazo y con su mano lo apartó de su cuerpo. Levantándose con cautela para no despertarla, se despejo un poco la mente y la observaba de nuevo a ella. Decidió acogerla entre sus brazos y con la mirada dulce, clara y azul inició el camino hasta su camarote. Por el pasillo aún no había nada ni nadie, extraño normalmente algunos alumnos madrugadores se encuentran por aquellos estrechos pasillos. Con cuidado intento abrir la puerta del camarote de Julia, un intento en vano, porque la puerta estaba cerrada con llave. Para buscar la llave estaba él ahora, la dejo como estaba, y fue directamente a su camarote con la doctora en brazos.
Al llegar y con mucho cuidado la recostó sobre su cama, donde al rozar la sabanas podía olerle, como si pudiera sentirle cerca. Mientras que en un segundo ya tenía una sonrisa que apareció de la comisura de sus tiernos labios.
La arropó para qué no pasara frio. Después la observo unos segundos mas para luego marcharse por la puerta, y dejar atrás a una mujer que daría lo que fuese porque se quedara con ella un momento de nada, para poder abrazarse a él una vez mas. Y pensar que anoche estuvo a dos milímetros de besarla, para después dormir entre sus brazos, cuando ahora rehúye como un niño que tiene miedo. ¿Pero miedo a que? A lo mejor a ser un gilipollas y hacer daño a personas que no se lo merecen, a tener que sentir esa culpabilidad encima de sus hombros e ir como un alma en pena en aquel cascarón. <<Necesito un tiempo muerto ya>> cuando una luz en su cabeza se iluminó, tenía ese lugar en mente, ya sabía donde ir.

Desde lo mas alto de aquel barco, apreciaba cada parte de agua; tenía gracia ahora mismo era lo único que verían durante mucho tiempo. Cerró los ojos para pensar, ¿Qué tenía que hacer? ¿Qué estaba pasando? Solo podía dar vueltas a lo mismo muchas preguntas, no paraban de asaltar su cabeza; millones de balas que se disparaban para después acertar en la parte mas dolorosa de todo sus cuerpo, el órgano que te da la vida y que siente mas que ninguno. ¿El corazón se llamaba? Lo que parecía que no respondía a sus suplicas, por mas que le pedía que necesitaba querer a alguien y olvidar a otra persona no le hacía ni caso. Pero uno no se puede arrancar el corazón, tirarlo para no volver a sentir nada o simplemente borrar todo lo que hay dentro. Como la cabeza. Amnesia de corazón se llamaría.
Volvió a abrir los ojos, los parpados le pesaban demasiado y escuchó el walkie. A través de él una voz femenina le llamaba, era triste, olvidada y muy apagada:
-Ricardo… Ricardo ¿estas ahí?- El tono era suave y muy débil, pero se podía escuchar- Ricardo por favor contesta se que me estas escuchando- Pero seguía sin contestar nadie, con un ultimo hilo de voz- Por favor…-.
-Estoy aquí… ¿Qué quieres María?-.
- ¿La quieres?- Pregunto de sopetón, sin ni si quiera darle tiempo a decir un “hola”-.
-¿Querer a quien? María el otro día me dices que puedo bailar con Estela, después que si tengo algo con la doctora y ahora que si quiero a alguien… La pregunta sería si tu me quieres ¿Me quieres?-.
-¡Pues claro! Te quiero Ricardo- Pausa- Pero el otro día parecía que mientras estabas en la enfermería mirándola se te salían los ojos-.
-Mira María ya somos mayorcitos para que tengamos ataques de celos tontos- Estaba ya un poco enfadado- Si estoy contigo, estoy contigo y con nadie mas- Sentenció la frase-.
-Ya lo se si me lo dijo Salomé, pero comprende que si te quiero no tengo ganas de perderte- De nuevo pensó en las cosas tan bonitas que le dijo en cubierta y en aquel beso- Necesito saber si lo que tenemos es importante para ti…-.
-Si no crees que es importante para mi ¿que tengo que hacer?- Pregunto un poco mas calmado-.
-Si no es importante no se que hacemos juntos- Una pequeña lagrima salió de sus ojos verdes- Lo que tenemos no sirve de nada- Esas palabras golpearon la cabeza de Ricardo, un martillo demasiado grande y pesado que daba golpes sobre su cabeza-.
-Yo tampoco lo se…- Después de esas palabras solo es oía el silencio, ese silencio doloroso, odioso y que además no puedes hacer nada por romperlo-.
Ricardo estuvo a punto de tirar el walkie al mar desde aquel punto de barco, para no verlo mas, no ver a el walkie que le hizo perder una mujer maravilloso. Con esto se refería a ser un gilipollas, hacer daño a personas que le querían, que darían la vida por él. Y ahora sí, había sido un cabrón, un gilipollas y lo que mas se le pasara por la cabeza. Cuando escuchó otra vez una voz a través del dichoso apara tejo ese, esta vez era distinta, seguía siendo femenina pero de otra manera era la voz de otra persona:
-Capitán… ¿Se encuentra bien?- Era la doctora, siempre tan atenta a todo, se había enterado de la conversación con María-.
-Soy un cabrón, un gilipollas, un egoísta, un subnormal…- No paraba de insultarse a si mismo- Soy todo lo que se me pase por la cabeza ahora mismo…
-Ricardo… No eres nada de eso- Intentaba tranquilizarle- No tienes porque insultarte, lo que no se puede pues no se puede. Y ya esta, no te eches las culpas porque si- Sus palabras eran dulces y tiernas, le tranquilizaban hacía que el momento que hace unos segundos había vivido ya no existiera-.
-Gracias doctora… ¿Ha dormido bien?- Sonreía al recordar la pasada noche-.
-Muy bien capitán… Todo gracias a usted- Ella también se contagio un poco de su sonrisa- Y ahora mismo ¿dónde está?-.
-Pues mire le va a hacer gracia, estoy en un sitio muy muy alto- Miraba a su alrededor- Con pocas cosas a mi lado, se ve todo desde aquí, es una vista preciosa créame- Un juego de adivinanzas parecía que era lo que hablaba Ricardo-.
- Mire que bien… ¿Puedo saber que hace en ese sitio tan alto?- Pregunto un poco curiosa-.
#47
sarafrubias
sarafrubias
02/06/2012 23:02
-Pues aquí no se puede hacer mucho- Pausa- Lo único que se puede hacer es pensar y eso es lo que hago yo, pensar- Él también quería saber que había echo desde que la dejo dormida- ¿Y usted?-.
-Pues ahora mismo estoy leyendo un libro; muy bonito por cierto, aquí en la pequeña biblioteca que hay en el barco-.
-Entonces la dejo leer, adiós doctora- Se despidió muy amablemente-.
-Buenos días capitán…- Y corto la conexión con el walkie-.

Julia se había movido hacía la cocina donde estaba Salomé lavando los platos del desayuno. Se sentó junto a ella, con un libro en la mano donde se podía apreciar el título de “Frases y poemas de amor”. Mientras seguía leyendo a Salomé le picaba la curiosidad por saber:
-¿Te gusta leer?- Julia levanto la mirada de la lectura y la observaba lavar los platos-.
-Me encanta leer…- Le sonrió levemente- Disfruto mucho leyendo, a veces me gustaría que los demás disfrutasen como yo de la lectura- Y una pequeña luz se encendió en la cabeza de la cocinera-.
-Mi madre una vez me enseño un juego para leer, pero como yo no leía mucho al final no acabe olvidando un poco- Seguía lavando los platos mientras hablaba- Dejas el libro en un lugar que se vea, dentro de él tienes que meter una carta escrita por ti donde ponga las sensaciones y pensamientos que te ha dado ese libro; pero eso si la carta tiene que ser anónima, te inventas un nombre o algo que se te ocurra. Después que alguien lo encuentre y lo lea, disfrutara mas- Julia atendió las explicaciones de Salomé, podía ser entretenido-.
-Gracias Salomé… Voy a intentarlo- Estaba a punto de marcharse por la puerta cuando la llamo de nuevo-.
-Julia…- Ella se giro para verla de nuevo- ¿Sabes donde esta María?-.
-Será mejor que la dejes unas horas sola…- Le insinuó lo peor- No esta de humor hoy para trabajar créeme-.
-Lo tendré en cuenta- Pausa- Gracias cariño por el consejo, adiós- Se despidió de ella y se encaminaba hacía el hall-.

Ricardo salió del puente de mando, un poco apenado y triste. Fue directamente hacía el hall para sentarse, ya que no había nada ni nadie ahora mismo. Estaban todos en clase, les tocaría con Gamboa seguramente. Desde la lejanía se podía distinguir un libro colocado en el sofá, seguramente alguien se lo había dejado olvidado. Lo volvió a colocar en la estantería cuando de dentro se calló un papel en blanco, doblado por la mitad. Lo recogió del suelo, era una carta escrita a mano por alguien. Se sentó en el sofá donde había encontrado el libro y comenzó a leer:
No quiero que esta nota quede en vano, que lo que he escrito se quede sin dueño. Esta nota no es para la persona que necesito, ni para la que esta enamorada, solo es para aquella que ya no cree en ese amor verdadero. Aquel que no te quitas de la cabeza, por eso necesito que esta nota llegue a un lector que necesite creer otra vez en el amor, al igual que yo. Es un juego muy sencillo, y emocionante. Para aquel anónimo que no sabe porque esta aquí, porque vive y por ultimo porque le toca siempre lo peor de todo el mundo.
Fdo: Yo y nadie mas.
Le parecía entretenido seguir con el juego, era divertido. Empezó a leer algunas frases, unas eran interesante otras le encantaban y sobre todo algunas eran muy especiales.
“A veces los sentimientos no se pueden alejar y cuando nos atrapan no podemos escapar y es así nuestro corazón sufre”
Frase mas que bonita pensaba Ricardo. Se fue a su camarote y empezó a escribir una respuesta a la carta. Y lo dejo en el mismo sitio donde lo había encontrado. Muy precisa su colocación, estaba milimetrado podía decirse que no se había cogido del lugar.
“Quiero que no te vallas, que cuando vuelva estés ahí sin moverte. Y que cuando te vea, respondas con una sonrisa y yo con algo mas que un simple beso”
Julia subía por las escaleras, cuando se encontró con Ricardo, solo se limito a sonreír. Tocaba algo mas que un simple beso, para completar el poema. Besarla ahora, una ruina total. Solo respondió a su sonrisa y se alejo de ella con las ganas ya muertas y desvanecidas. Ella seguía caminando hacía su querido libro, pero se notaba que nadie lo había tocado, un poco de decepción aparentaba su rostro. Por probar a ver no pasaba nada. Delicadamente abrió el libro y dentro había una nota, esta vez diferente, habían respondido. Muy rápida se sentó y leía la cartita:
Hace tiempo que esperaba esto, esperaba un rescate, algo que me salvase de un hoyo. Como un ángel de la guarda que me enseñase que todavía hay esperanza, algo de sentimientos y que sobretodo sabía que todos necesitamos amor. Soy una persona que piensa demasiado en lo problemas, las dificultades; lo que no tengo en cuenta es que siempre hay algo de felicidad en cada una. Que por imposible que parezca las cosas suceden y que con una frase te das cuenta que te has enamorado.
“Te perdí no solo por dártelo todo, si no porque ni siquiera dándotelo todo pude romper a mi mejor amigo, mi silencio”
Fdo: No es porque no quiera.

Julia recordaba las palabras de Salomé, después de que hubiese escrito la nota <<Sin darte cuenta consigues un amigo y sin que sientas nada te enamoras>> Cada vez que las recordaba le entraba un escalofrío que le recorría todo el cuerpo. Sonreía, sonreía como si nunca hubiera escuchado palabras tan bonitas, llenas de tantas emociones, de sentimiento y sobre todo de amor. ¿Amor? ¿Amor a que? ¿A quien? Necesitaba escribir otra carta y recibir la respuesta rápidamente.

Las horas de la mañana eran muy rápidas, estaba cada vez mas cerca del mediodía. Salomé como siempre estaba en la cocina tan tranquilamente preparando la comida, cuando de la nada entró Julia muy feliz y contenta. Corría hacia ella y pegaba pequeños saltitos como una niña pequeña que le habían regalado la muñeca que había querido durante mucho tiempo:
#48
sarafrubias
sarafrubias
02/06/2012 23:03
-¡Salomé! ¡Salomé!- No le salían las palabras de la boca, estaba demasiado emocionada-.
-Julia… ¿¡Que te pasa!?- Julia sostenía entre sus la preciada carta, estaba todo el rato moviéndola de una lado para otro-.
-Esto pasa…- Le enseño la carta, Salomé se apodero de ella en un descuido y la leía con interés- ¿Sabes de quien puede ser?-.
-Ni la mas remota idea…- Dirigió la mirada hacía ella- Pero si lo supiera y te lo digo… Se rompería la magia y el juego- Le dio de nuevo su carta mientras seguía haciendo cosas-.
- Quiero saber ya quien es…- Su sonrisa era preciosa, la candidata perfecta pensaba Ricardo a través de las cortinas-Voy a investigar- Julia salía de la cocina cuando se dio cuenta de que alguien la estaba observando, giro la mirada de su rostro pero no veía a nadie, y retomo su camino-.
Salomé parecía tener un sexto sentido, se enteraba de todo lo que pasaba dejaba de pasar y lo que había o dejaba de haber:
-Ricardo… No me la emociones que al final acabara mal- Salomé miraba a las cortinas como si ellas pudieran escucharla, pero lo que escuchaba estaba un poco mas detrás y las abría pausadamente cuando se encontró con los ojos de la cocinera-.
-No va acabar mal… Creo que como ha empezado y va acabar mejor- Le sonreía débilmente-.
-Porque no se lo dices directamente y ya está-.
-Me parecía mas romántico hacerlo de este modo- Estaba muy convencido de lo que iba a hacer-.
-Sabias que era ella ¿Verdad?- Preguntó con voz suave-.
-Desde la primera palabra que escribió lo sabía- Estaba apoyado en la ventana de la cocina-.
-Pero… ¿Por qué no se lo dices? Te llevara menos tiempo- No entendía nada-.
-Porque es fácil decir un “hola” y también decir un “adiós”, pero no es fácil decir un “te quiero” para después escuchar “yo no”- Salomé se quedo sin habla cundo escuchó la frase de Ricardo-.
-¿Eso es del libro?- Recupero el habla-.
-No esta la escuche de pequeño- Recordó por un segundo la playa, el mar, ella y su beso- Me lo contó alguien muy importante en mi vida-.

Ricardo recorría los pasillos tan felizmente, parecía interminable. Cada puerta era un enigma, ¿Qué pasaría dentro? ¿Cómo estarían? ¿Durmiendo? ¿Charlando? No lo sabía, sentía esa curiosidad que le invade a las marujas cuando están por las calles del pueblo con la oreja puesta para saber que se cuece. A lo lejos se podía ver un pequeño bulto, Ricardo fue casi corriendo a por él mientras esa sonrisa estaba cada vez mas presente en su rostro. Dentro se hallaba lo mas ansiado que podía desear, la respuesta a su carta estaba ante sus narices.
Entonces al pensar en cosas imposibles, mágicas, irresistibles, de ángeles y de sueños. Piensas en todo aquello que te hace sonreír, porque lo que necesitas es eso algo nuevo, algo imposible. Estás demasiado feliz como para no darte cuenta que la necesitas, que te has enamorado y que no puedes huir de nada. Porque un ángel me reveló una vez que me había enamorado cuando solo era una niña. Uno no se puede olvidar de algo tan importante como el amor de la noche a la mañana. Porque no se puede, duele demasiado…
“Cuando pienso en tus ojos y en tu forma de mirar, aún ahora me pregunto ¿por qué tuvo que pasar? ¿Por qué llegaste a mi vida llenándomela de ilusión? Dime por qué lo hiciste, dime por qué me engañaste y me robaste el corazón”
Fdo: Tu ángel de la guarda


Como podía ser que de unas palabras se pudiera enamorar uno tan rápido, que de unas simples letras pensaras todo el día en alguien que no sabes si conoces, si has hablado, has charlado.
“Porque me he enamorado de ti con solo una palabra de tu dulce y suave boca”
Ya tenía la respuesta entre sus manos, eran como tesoros venidos desde el fondo del océano. Sacarlos y no poder devolverlos por falta de valor, pierdes algo que forma parte de ti. Solo con palabras y una sonrisa, se hace feliz aun persona.
Ya sé que hacer… Tengo que hacerla cosa mas importante de mi vida y no sé si está bien lo que voy a decir pero… A lo mejor queriendo ir demasiado rápido te tropiezas y caes demasiado abajo, tanto que ya no ves nada a tu alrededor. Y entre esa oscuridad sale esa luz que te salva, mi querida luz no te vayas todavía porque al irte se que me dejaras ese vacío dentro y ya te aseguro que nadie lo podrá rescatar de nuevo.
“Aunque te vayas de aquí, siempre estarás en mi mente, nunca serás mi pasado, siempre serás mi presente”
Fdo: Solo una luz en mi vida

Que los poemas pueden a unir a persona que no conocemos, que no tenemos que conocer. En un gran amor siempre hay que estar atento a todo lo que acecha que en un segundo lo pierdes todo.
“No es lo mismo tener amor en un minuto, que perder el amor en un minuto”
“Mi alma te pertenece, mi corazón es tuyo para siempre y con sólo mirarte a los ojos se que te amaré hasta la muerte”

Julia estaba con la boca abierta, en la puerta de su camarote estaba pegada una nota en la que se leía:
“Esos ojos marrones no los quiero ver llorar con lágrimas tan frías que jamás se secarán.”
De un poema te das cuenta que lo has encontrado y ya está. Que de palabras tu corazón late, que de sílabas piensas en él y que de letras te has enamorado de él.

Espero que os guste :) Un saludo
#49
nuwanda1331
nuwanda1331
03/06/2012 01:12
ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch ouch

No te digo mas... ajajjaja QUIERO MAAAAAS!!!!!

QUIERO BESO YA!!!!! Te estas haciendo de rogar.. como en la serie jajajaj
#50
ricarjulista14
ricarjulista14
03/06/2012 18:23
Dios! Me encanta son tan tan tan tan tan cuquis, si que te estas haciendo de rogar eeeeh! Pero es tan perfecto que te perdono el infarto que me va a dar Hahahaha

Siguelo pronto que necesito siguiente parte YA!!!!!!

Besos
#51
sarafrubias
sarafrubias
09/06/2012 12:10
Capitulo 10

CANCIONES Y MENTIRAS

En el pasillo estaba aún leyendo palabras tan bonitas. Al final de él se encontraba alguien observándola como sonreía, parecía tan contenta leyendo un papel. Cualquiera hubiera dicho que era algo tan valioso como un collar de perlas preciosas. Se acercaba poco a poco a la mujer mas hermosa que había visto, estaba un poco nervioso. No sabía si decirle lo que sentía o correr como un loco para huir de ella, ya era demasiado tarde estaba delante de ella aún con la nota, no notó su presencia. De un vistazo leyó la nota y sonrío:
-¿Te gusta lo que te he escrito?- Dijo sonriente-.
-¿Has sido tú?- Preguntaba ilusionada-.
-¿Quien si no?- No sabía si lo que estaba haciendo estaba bien-.
-Entonces… ¿Tú también eres el del libro?- Él dudo por un momento-.
-Pues… ¡¡Claro!!- No sabía de lo que hablaba pero tenía que aprovechar esta oportunidad-.

Ricardo salía de su camarote acabado de duchar, un poco mas relajado y preparado para cenar. Haber que les preparaba Salomé esta noche, seguro que estaba delicioso como todo lo que prepara. De casi las oscuridades del pasillo salía Julia muy feliz y sonriente. Solo ver a Ricardo y corrió a su lado:
-¡Capitán! Mire…- Le extendió la nota-.
-Una frase muy bonita…- De reojo la miraba- ¿De quién es?-.
-Vera… Esta mañana en un libro he puesto una carta para ver si alguien la contestaba- La atendía muy atento, solo que él ya sabía perfectamente el juego- Una hora después he recibido la respuesta- No paraba de sonreír estaba demasiado contenta- Sus cartas son como si algo nuevo se metiera dentro de ti, algo que no te explicas que es. Son inexplicables- Concluía satisfecha-.
-¿Y sabe quién es?- Él también estaba sonriendo por cada palabra que le decía la doctora, un piropo hacía su persona-.
-Lo he averiguado hace nada- Ricardo se había puesto nerviosísimo- Es alguien que usted conoce muy bien…-.
-¿A si? ¿Me podría decir su nombre?-.
-Su nombre es…- Pausa- Bueno es un marinero de la sala de maquinas, su nombre es Lucas- Ricardo estaba desconcertado, ahora si que se quedo en blanco sin saber que decir-.
¿Lucas? Pero si él estaba hace… ¿Qué? No sabía que decir, estaba demasiado furioso. Se quedo parado delante de ella, viendo la sonrisa de sus labios. Necesitaba hablar con su querido marinero y aclarar las cosas. Se fue de allí dejándola atrás de un pequeño empujón. Julia no entendía nada Ricardo estaba muy raro después de haberle dicho el nombre de Lucas:
-¡Capitán!- Pausa- ¿Dónde va?- Ricardo ni si quiera se paró a contestarle, giro la esquina casi tirando al suelo a un alumno al suelo-.
Se dirigía hacia las escaleras, las bajaba casi corriendo. Su cara no reflejaba para nada al hombre amable que hace unos minutos hablaba con la doctora y mucho menos el hombre de las cartas. De un golpe abrió la puerta de la sala de maquinas, solo estaba Lucas vuelto de espaldas. No escuchaba nada había demasiado ruido en aquella zona. Ricardo se acerco a un panel y paró el motor, Lucas se volvió hacía él en seguida se llevó la mano a la sien. La cara de Ricardo no estaba ni para saluditos de marineros ni para nada. Se acercó a él y de un impulso lo desplazó casi dos metros del puñetazo en la cara. Lucas en seguida se levanto con la boca sangrando:
-Pero… ¿¡Se puede saber que hace!?- Se tocaba el labio, estaba sangrando-.
-¿Qué que hago? Eso tendría que preguntártelo yo a ti marinero- De nuevo se acercó a él y le cogía de la camiseta- Que cojones has hecho para chafarlo todo-.
-Pero que dice capitán… Si las maquinas están bien y no ha habido ningún percance por aquí- Estaba asustado veía a su superior con cara de pocos amigo y mirándole fijamente con sus ojos azules penetrantes-.
-¿¡Se puede saber porque narices le has dicho que las cartas del libro eran tuyas!?- Cada vez le apretaba mas y mas la camiseta-.
-¿Cómo? ¿Qué cartas?- Lucas no sabía como librarse del agarre del capitán-.
-¡Las de la doctora pedazo de inútil!-.
-¡Ah! Esas… A usted también le gustan- Su sonrisa era malévola, se podía apreciar que quería hacer daño-.
-¡Si las escribí yo!… ¿Es que eres tonto a que?- Ricardo le empujó hacía las maquinas con toda su fuerza, Lucas del golpe se hizo daño en la espalda-.
-¡Aaaaah!- Se quedó en el suelo dolorido pero riéndose en silencio- Vaya capitán no pensaba yo que era un romántico- En seguida se levantó del suelo, se estaba hartando de tanto golpe y él le propino otro en la cara-.
Así comenzó la pelea, entre golpes y puñetazos se dejaron la piel en dejar marcas en el otro. Ricardo estaba fuera de sí, no paraba de golpearle la cara, se dejo llevar por la ira. No entendía porque se comportaba de esa forma, no se controlaba solo quería matarlo, matarlo por mentir por ser un cabrón. Lucas se defendía pero siempre con esa sonrisa burlona, solo sabía reírse en su cara. Hacía que Ricardo tuviera mas y mas ganas de dejarle sin respirar.
Cuando la puerta se abrió de golpe, lo único que vio fue a dos hombres peleándose. En seguida fue a separarlos. Julia intentaba que parasen los golpes pero perecía casi imposible. Ricardo estaba muy distinto, ya no veía al mismo hombre de la otra noche que se abrazaba a ella para protegerla del frio, que los días anteriores le hacía reír, recordar…
En un nuevo intento pudo hacer que se dejasen de golpear el uno al otro. Los miro a los dos, Lucas estaba tranquilo muy sereno con una pequeña sonrisa en sus labios. Sin embargo el rostro de Ricardo estaba lleno de odio y ira. <<¿Quién eres?>> Se preguntaba Julia, <<¿Dónde esta ese hombre dulce y sensible de hace unos minutos?>> No entendía lo que había pasado:
-¿Se puede saber que pasa?-.
-Pregúntale a nuestro querido capitán- Se puso en plan chulesco- Que ahora le da por pegar a la gente porque sí- Se cruzo de brazos aún un poco malerido-.
-Mira mentiroso de mi…- Julia le paro lo pies-.
-¡Bueno ya está bien! Venir a la enfermería que os curo las heridas- Julia se apodero de a mano de Lucas para llevarlo, parecía en peor estado-.
Ricardo ya no estaba para cursiladas, ni para ver como se hacía la víctima. No quería ver mas como un mentiroso se hacía con lo que mas quería:
-Sabe que doctora… No hace falta que me cure, yo ya se cuidarme solito- Se fue rápido de allí mas enfadado en antes-.

Salomé ultimaba los preparativos del baile de esta noche, de fondo se probaban las canciones de esa noche. Ricardo las escuchaba desde cubierta en una tarde que a simple vista era preciosa, pero para él solo había tristeza. Una canción empezaba a sonar <<No debió pasar, hicimos de una noche una eternidad>> Recordaba aquella noche estrellada bajo la luna donde estuvo a punto de besarla. Y la canción seguía <<Son testigos las estrellas>>.
#52
sarafrubias
sarafrubias
09/06/2012 12:12
Julia estaba absorta mientras curaba a Lucas, seguía pensando en Ricardo en sus palabras y sobre todo en lo raro que estaba <<No hace falta que me cure yo ya se cuidarme solito>> La verdad es que la cara de Lucas la había dejado muy dañada, nunca lo había visto así por un segundo le había dado miedo. Lucas estaba observando cada paso de la doctora, tan perfecta, tan guapa. Que suerte que había tenido con lo de las cartas:
-¿En que piensas?- Preguntó un poco para romper el hielo Lucas-.
-¡Tienes alergia!- Soltó Julia con sorpresa-.
-Bueno… Si pero solo a los cacahuetes- Sin darle importancia- Poca cosa tu tranquila, que ya he aprendido que los cacahuetes son tabú- Le regalo una sonrisa de niño bueno-.
Julia no pudo resistirse se acerco a él y sin que se diera cuenta ya le estaba besando. Un primer beso entre ellos, rebosaba algo de magia y peligrosidad. Después de unos segundos Julia se separó de sus labios y poco a poco se acercó a su oreja donde en un susurro le dijo:
-Tus labios saben a cacahuete, ¿no habrás comido?- Le miraba a los ojos con deseo, buscaba algo en él donde había visto en sus cartas-.
-Me has pillado, he comido antes pero no se lo digas a nadie- Sonreía solo al verla, tocar la lotería era insignificante al estar con ella-.
Terminó de curarle y con un suave beso se despidió de él. Julia estaba tranquilamente sentada revisando papeles e informes como una loca. Mientras la observaban a través de la vidriera de la enfermería. Por fin se decidió a entrar, sin hacer mucho ruido abría la puerta. El oído de la doctora que estaba atento a todo escuchó el sonido y volvió su hermoso rostro hacía la puerta. Para su sorpresa se encontró al capitán observándola, pero esta vez su gesto era distinto; mas amable, tierno, mas persona que hace unos minutos. Ricardo estaba muy avergonzado, lo único que supo hacer fue sonreír y rascarse la cabeza. En un intento fue a hablar, pero Julia no le dejo:
-Capitán… ¿Por qué se ha peleado con Lucas?- La pregunta pilló un poco por sorpresa a Ricardo, cogió aire y supo contestar-.
-Pues… porque…- Le veía con los brazos cruzados y se ponía aún mas nervioso- La verdad… No lo sé- Y se fue de allí dejándola sin una respuesta convincente y él como un cobarde-.
Pero Julia no se iba a dar por vencida, corría detrás de él. En seguida le dio alcance, se interpuso en su camino:
-¡Capitán! De aquí no se va ir hasta que no me lo diga, usted decide- Estaba muy decidida y convencida-.
-Doctora no tengo tiempo para decirle las peleítas que provoca su querido novio- Otra vez se había vuelto distinto, solo con sacar el tema de Lucas-.
-¿Mi novio? Pero que tiene ahora que ver que sea mi novio o no- Le miraba con toda la dulzura posible en aquel momento- Solo quiero saber porque se han peleado-.
-Si de verdad quiere saberlo pregúnteselo a él, que seguro que sabe mas que yo- Intento de nuevo marcharse pero Julia se lo impedía-.
-¡Ricardo!- De un suave empujón lo atrajo hacía ella, se quedaron tan cerca otra vez-.
Frente contra frente, pegadas con pegamento extra fuerte. Estaba arto de tanto que si me junto que si no. No quiero mas ordenes del destino que nos dejen tan juntos, que tenga ganas de besarla. He llegado a un extremo en el que odio el amor, a Cupido y a su primo. Déjame vivir lo que me queda de vida solo, sin enamorarme de nadie, porque de que me sirve estar enamorado si yo sufro por ella y ella sufre por otro. Cuando se dio cuenta abrió los ojos se separó de ella:
-Si quiere la respuesta venga esta noche a cubierta después del baile- Mas calmado le sonrió-.
-Capitán…- Ricardo la miró- ¿Me concederá un baile esta noche?-.
-No…- Julia se quedó un poco traspuesta, pero en seguida Ricardo sonrió- Yo a las princesas no les concedo bailes, les concedo una noche mágica-.
Julia estaba sonriendo, siempre conseguía sacarle una sonrisa por pequeña que fuera, pero se la sacaba. Pero lo que tenía en mente era como se le ocurrían cosas tan bonitas de un momento a otro.


Esta es una pequeña parte del capitulo, mañana lo sigo un beso :) A petición de Nuwanda que es muy pesadaaaa jejeje
#53
ricarjulista14
ricarjulista14
09/06/2012 14:45
Me a encantado, y Ricardo que mono lucha por su Julia estoy deseando ver la continuación mañana

Besitos
#54
nuwanda1331
nuwanda1331
09/06/2012 16:16
CUATRO cosas::

1--> ODIO A LUCAS (tenias razon jeje)
2--> OLE YO POR CONSEGUIR QUE LO SIGAS!!!!!!!!!!!!!!!
3--> ME ENCANTA COMO ESCRIBES!! (Cada vez mas..!)

4 y mas importante --> QUIERO MAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSS!!!

No te vas a librar de mi jejej. Hasta que se besen voy a ser muuuy pesadaaaa XD
#55
sarafrubias
sarafrubias
10/06/2012 18:12
Las canciones iban pasando una a una, probándolas todas para después en aquella noche poder volverlas a poner. Ricardo desde el puente de mando las escuchaba, cada parte de una letra, las mas lentas, rápidas, amorosas, movidas… Entre ellas se encontraba una que le tenía especial aprecio, esa canción no se podía probar nunca antes de un baile por su prohibición. Pero ¿Y si surgía algún contratiempo en esa canción durante el baile? Imposible, esa canción nunca fallaba, siempre sonaba aunque el Estrella estuviera casi hundido.
Se la reservaría para el momento especial, el minuto, el segundo exacto donde la magia estuviera ahí y que nunca se marchitara. Mientras seguían pasando canciones, una capto la atención de capitán <<Dame una razón para recordar>> le gustaba recordar, lo mas bonito es recordar. Como cuando le dices a tu amigo de toda la vida “¿Te acuerdas…?” que tiempos aquellos de niños felices, risas y chistes. Quiero un momento de esos que ya hace mucho tiempo que no vivo.
Y siguieron pasando canciones, unas mas bonitas que otras pero en el fondo eran canciones y nada mas. Nada mas acabar una empezaba otra nueva, justo la que sonaba era interesante un poco triste <<Adiós mi vida, adiós mi suerte, que te vaya bonito>> Un adiós de esos espesos y amargos. Los odio pero hay que decir que la canción es interesante.

La noche por fin hizo su gran aparición. La luna parecía que necesitaba una canción dedicada a ella por lo bonita que había salido de su escondite, de su horizonte. Ricardo estaba tranquilamente sentado en la barra del hall, esperando a empezar la noche. A lo lejos una canción sonaba, como para no. <<Mediterráneo, tierra de calor, mediterráneo tierra de pasión>> Ricardo sonreía al escucharla, recordaba aquella vez que bebió demasiado junto con su fiel amigo De la cuadra, empezaron a bailar esta canción encima de una mesa del comedor sin nadie por el barco a las cuatro de la mañana. Un ridículo total cuando apareció Salome con el pijama puesto porque hacían demasiado ruido. Cuando lo peor fue levantarse a la mañana siguiente con la resaca, la cabeza daba demasiadas vueltas.
De una esquina apareció Julia, todo el mundo se quedó mirándola. Llevaba un precioso vestido de gala, largo y azul. Con un precioso broche y además del escote que la hacía mas impresionante todavía. Lo que fallaba era Lucas que la acompañaba cogida del brazo. Ricardo se giro por un momento a observarla y de nuevo se giro a la misma postura de antes, solamente pudo sonreír al recordar la imagen que se había clavado en su retina.
La noche avanzaba normalmente, los chicos reían y charlaban entre ellos. Valeria corría por el comedor jugando con burbuja, su mejor amigo. Ainhoa se divertía con sus amigas, aunque parecía que no paraba de mirar a Ulises, el polizón. Cuando se quiso dar cuenta miro a su padre y de un gesto solo dio a entender que tenía que ir a ver a la doctora.
Lucas se acercó a la barra donde Ricardo estaba sentado, se situó a su lado. Julia le había ordenado que se disculpara:
-Capitán…- Ricardo penetro su mirada clara y azul en los ojos del hombre- Quería disculparme, antes no hemos estado muy acertados- Acabó con un sonrisa-.
-¿Sabes qué? Que tienes razón- Desvió por un segundo la mirada a Julia y de nuevo a Lucas- Que por ella no tengo que pegarte un ostia y dejarte en el suelo- Por ultimo sonrió muy feliz- Toma que esto es la especialidad de Salomé- Le dio un pequeño tentempié-.
Lucas se lo comió el pequeño trozo de comida. Estaba delicioso, Salomé esa una especialista. Unos segundos después empezó a encontrarse mal:
-Capitán… ¿Qué llevaba lo que me ha dado?-.
-Pues un poco de salmón, pan, tomate, cacahuete…- No pudo acabar, Lucas se lo impidió-.
-¿Cacahuete? ¡Mierda!- Se fue corriendo hacía Julia-.
Ricardo solo pudo verle salir con la doctora del comedor. Tenía una pequeña sonrisa en la cara <<Yo también puedo ser mala persona Lucas>>.
Una hora después aparecía Julia por la puerta, perfecta, hermosa y sobre todo con el vestido increíble. Ricardo aún en la barra la veía subir las escaleras hacía él. Se paró a unos metros y sonrió. Con una mirada le decía lo que quería y por si no se enteraba se reía. Ricardo se levantó y encaminó sus pasos hacía ella, justo en aquel segundo empezó a sonar su querida canción. <<One more chanse>> Dame otra oportunidad. << Every day walking alone, I would like to say goodbye, There are many things to do, But I can´t come back to you>> Ricardo se encaminaba a ella, solo cuando estuvo a pocos centímetros comenzó a sonreír. Se acerco por fin a ella y pudo notar el cuerpo femenino contra el suyo. Y la canción seguía sonando <<Todos los días caminando solo, me gustaría decir adiós, hay muchas cosas que hacer, pero no puedo ir de nuevo a ti>> Un paso y otro dos bailarines en medio de la pista dejándose llevar por la música.
Ricardo la miraba con una de las mejores caras de dulzura que tenía, mientrás ella con los ojos cerrados estaba apoyada en su torso. La colonía le resultaba familiar, era la colonía que se había puesto Phillip para el día que le pidió salir. Le encantaba. Por ultimo se escuchó la canción acabar, Ricardo se acercó a su oído para solo susurrarle una cosa:
-Te espero en cubierta…- Se separó de ella, de su cuerpo, de la cual podría ser la unica oportunidad de besarla otra vez, pero eso no le preocupaba solo se encamino hacía cubierta-.


Después de haber visitado a Lucas a su camarote, un poco mas recuperado. Fue camino a cubierta, su pasos no eran de una mujer no muy decidida. Pero ahora no podía negarse a nada que viniese del capitán. Tenía el corazón dividido, por una parte estaba su querido Lucas que le había escrito tantas cosas bonitas y por otro Ricardo, que por unos segundos le hacía ser ella sin ninguna careta que te pones para fingir ser otra persona distinta.
Llegó a cubierta pero no había nadie, estaba desierta. No había rastro de Ricardo po ningún sitio, se sentó allí a esperar. Miro a ambos lados y algo capto su atención, ¿una carta? La abrió rapidamente y comenzó a leer.
#56
sarafrubias
sarafrubias
10/06/2012 18:16
“Esta noche…
Esta noche es oscura, inmensa. Algo nuevo por descubrir, que te quedas mil veces mirando al mar y el reflejo de la luna.
Esta noche me he dado cuenta de que me falta algo en la vida, que sin darme cuenta ha venido pero no lo tengo.
Esta noche me he dado cuenta de que el mar es inmento, de que cada granito de arena es un mundo por descubrir. De que le reflejo de la luna es mas apagado que antes.
Esta noche me quedo quieto esperando algo, algo que no llega. Porque quiero algo que venga y me diga <<Aquí estoy, y no me pienso ir nunca>>.
Esta noche estoy solo esperandote, nunca pense que una voz se pudiera echar tanto de menos. Que el color marrón de sus ojos se pudiera anhelar tanto.
Esta noche pienso en canciones y mentiras, esta noche Quiero gritar, gritar y decir en voz alta:
<<¡ESTA NOCHE ES PARA QUE SONÑEMOS CON UN BESO ETERNO QUE NUNCA LLEGARÁ!>>”
Terminó de leer con una sonrisa en la cara y una pequeña lagrima. De repente de escuchó por detrás el grito mas grande que uno puede escuchar, se giro hacia él. Un piso de cubierta mas alto y grito, grito lo que tenía que gritar porque quería y ya esta:
-¡Esta noche es para decirte que seremos tú y yo con un solo beso!- Ricardo estiro los brazos y con los ojos cerrados grito de nuevo- ¡Esta noche es para decirte que sin ti me tiro desde lo mas alto del palo mayor sin miedo a morir de en el acto!- Sonreía al verla tan deslumbrante-.
Julia se quedó quieta sin saber que hacer, fue colocando piezas que no encajaban. Cuando se dio cuenta de que unos metros mas arriba se encontraba el hombre que le había robado el corazón solo con una de sus cartas.

Bueno ya esta entero :) Espero que os guste un besazo enorme. Aaa y se me olvidaba Lucia por favor que eres mas pesada que nada... para ya de decirme que se besen que al final tendre que irme de Twitter para no escucharte :) jeje
#57
RicarJulista99
RicarJulista99
13/06/2012 22:41
O.o Síguelo CUANDO PUEDAS!! <3
#58
RicarJulista99
RicarJulista99
13/06/2012 22:54
Juro que he flipado. Enserio, me ha encantado! :D Ese RICARDO, que bonita Carta! :D Que bien escribes por DIOS! <3
#59
rosita24
rosita24
23/06/2012 15:37
genial,me encanta tu fic :) a ver como sigue!! quiero beso yo también jaja
#60
sarafrubias
sarafrubias
28/06/2012 18:41
CAPITULO 11

UNAS CUANTAS COPAS DE MÁS

Camino sin rumbo a través de estos pasillos inmensos, los pies me pesan, mi rostro no es precisamente de felicidad. Estoy cansado, pero a la vez triste. De nada me ha servido ser romántico, dulce y tierno. La noche ha pasado de mágica a la peor de todas. Estoy solo otra vez, no tengo a nadie, a nada. No hace falta que luche por nadie, ni que muera por algo. ¿Para qué? Si por mí no hacen nada. Llego a la puerta de mi camarote desganado; dentro esta mi hija Valeria esperando a que le lea un cuento o simplemente la arrope y darle las buenas noches.
Alguien me toca el hombro cuidadosamente, me giro y me encuentro con una mujer. Muy hermosa estaba. ¿María nunca te darás por vencida? No deja de mirarme con esos ojos verdes que quitan el sentido. De repente me sonríe, me dice cuatro palabritas y seguido me besa. Sus labios son irresistibles por un momento, empiezo a seguirle el beso, la acerco a mí y cuidadosamente me aparto de sus labios para observarla. No si es porque me acaban de romper el corazón o porque me gusta, pero tengo ganas de besarla mil veces más, y decirle a todo este barco que me encanta besarla.

Llego a mi camarote entro en él y me siento en la cama. Empiezo a recordar que hace unos segundos estaba con Ricardo dialogando sobre sus cartas y empezando a quedarme un poco sorprendida con sus palabras. Creo que he hecho lo peor que se me ha pasado por la cabeza.
“- Capitán… Muchas gracias- Solo le puedo sonreír, mientras observo que su rostro es de no entender nada-.
-¿Por? Si yo no he hecho nada-.
- Si lo ha hecho- Pausa- Gracias a usted he conocido a Lucas, ya sé que me ha mentido sobre las cartas- No sé si estoy haciendo lo correcto en decírselo- Pero aún así me he enamorado- Observo el gesto, pero no veo ni una mueca de dolor-.
Entonces me habría equivocado, puede ser que no estaba enamorado de mí. Tenía mis dudas, pero al ver que se lo tomaba con naturalidad no le di más importancia:
-Me alegro…- Su sonrisa era tímida pero parecía un poco forzada- Soy un persona que ayuda a las demás a encontrar el amor aunque para ello tenga que renunciar al mío-.”
¿Renunciar a su amor? ¿Que ha querido decir con eso? A lo mejor sí que esta enamorado, o no… Pero ya no puedo hacer nada, si estoy con Lucas, estoy con Lucas y punto.

Camino hacia el comedor, después de todo sigo estando solo; María se había ido a su camarote a descansar. Ahora mismo no tengo ningún sueño, voy hacía el hall para tomarme algo. Al llegar casi no había gente, aunque era media noche, pensaba que quedaba más gente con la que charlar. Me senté cerca de la barra, pedí un vaso de vino y empecé a beber. Otra copa y otra mas hasta perder la noción del tiempo. Cuando me quise dar cuenta estaba completamente borracho. A la lejanía se escuchaba la última canción de la noche <<No soy uno mas en tu lista de amores perdidos>> Casi estaba dormido, me levante como pude y camine mientras seguía sonando la música, lo que pude escuchar fue <<Yo se, que puedo sentir en el aire ese algo que dejas que embruja mi cuerpo cuando te alejas>> <<Me tiemblan las manos por miedo a que veas que muero por ti>>.
¿Por qué narices se mueve tanto el barco? Joder a ver si estamos cerca de algo y yo aquí haciendo el gilipollas. Mira por ahí viene Julián a lo mejor me lo explica:
-Ricardo…- Parecía un poco sorprendido- ¿Qué haces aún levantado?-.
-Eso ahorfa mifmo da ifual- Joder como hablo de raro- ¿Me puefes ezplicaz porfe se ueve tanto el bar-co?-.
-¿Has bebido?- “Solo un poquito…”- Ricardo tío, ¿pero tú no habías dejado de beber hace ya mucho?-.
-Ya… Peroz asis la bebida, viene se vas- Ahora mismo tengo un dolor de cabeza, que no me lo quita nadie-.
-Bueno tú espérate aquí, que llamo a Salomé y vemos lo que hacemos- Yo asiento como una persona educada- No te muevas… ¿Lo entiendes?-.
-¡Siiii!- Pausa- Julián quef estaré borrafcho pero no sordo-.
Lo veía alejarse por el pasillo. Empecé a esperarle, pero no aparecía por ningún lado. Me aburría demasiado y fui a buscarle. Caminaba por los pasillos casi zombie, apoyándome en todas las paredes. Al girar la esquina pude distinguir una figura, parecía una persona, una mujer, ¿Salomé? No… Estaba más buena aún, más guapa vamos. Apreté un poco los parpados y… ¡Mierda! Ricardo corre por lo que mas quieras, corre:
-¿Capitán…? ¡Capitán esperé!- Mira que encontrarme ahora a la doctora-.
No sabía ni por donde iba, creo que me pegue dos o tres veces contra la misma pared. Al final me dio alcance, o corría mucho o yo es que estoy demasiado borracho:
-Capitán… ¿Es que no me oye?- No la mires Ricardo… No la mires… ¡Ala! Yo para que te digo que no la mires, para que hagas lo que te da la gana-.
-Perdone… doctop-ra, no la hed escuchadoh- Sonríe como si no pasara nada-.
-Capitán… ¿Ha bebido?-.
-Un poquito…-.
-Un poquito… Cuatro botellas de vino ¿No?-.
-¡Ala cuatro botellas! ¡Trez y media!- Joder Ricardo menuda frase te has sacado de la manga-.
-Ya… Capitán acompáñeme a mi camarote porque está bien tomado-.
-¿Qué me va a tomar? Doctora yo que usted no lo haría porque pezo mucho- Mejor será que deje de hablar, lo estoy arreglando por momentos-.
Andorreamos hasta llegar a su camarote. Me sentó en la cama y salió un momento del camarote. Me quede allí solo, mirando alrededor de aquellas cuatro paredes esperando a la doctora.
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