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Fanfic Ricardo y Julia //Recuerda que mis ojos solo pueden ver la luz y mi luz eres tú// C34

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sarafrubias
sarafrubias
13/03/2012 18:02
Hola me llamo Sara y me gusta escribir, me he animado al ver por mucho tiempo vuestros fanfics. La historia es inventada por mi, alomejor algunas cosas coinciden pero muy pocas. Si os gusta comentad y lo seguire cada fin de semana, os dejo el primer capitulo.
#141
sarafrubias
sarafrubias
12/03/2013 18:45
-Porque resulta que yo también conocí a esa niñita, y se donde está- rió burlón- Es increíble que no se haya dado cuenta nunca, y ella tampoco- se acercó más a él y de un susurro- Nombre. Raro. Julia. Wilson- abrió los ojos, la había tenido cerca todo este tiempo- Ella no sabe aún quien es usted, ni no lo va ha saber. No porque no se lo vaya a contar yo, sino porque usted no va ha tener ninguna intención de hacerlo ¿sabe por qué?- rió de nuevo, esta vez más fuerte- Porque va ha estar tan dolorido por su perdida que no podrá ni dirigirle la palabra- abrió la puerta y en ese preciso momento entró la doctora- Dolor, rencor y...- la atrajo hacía él y la besó- Odio- lo miró.
Ricardo estaba negando con la cabeza. Era una pesadilla se dijo para él. La miró a los ojos, no obtuvo ninguna respuesta, ni un gesto. El mundo se desplomó a sus pies. Todo, todo, absolutamente todo fue una artimaña. Se cargó con ese beso la única posibilidad de volver juntos, de estar con ella. Se aguantó las lágrimas. El pecho subía y bajaba muy rápido.
-Y ahora lo dejaremos solo durante unos días. Ya que no va ha tener ganas ni de salir de aquí, este sitio es como su casa. La bodega. ¿Recuerda cuando le mantuvimos encerrado? Que tiempos...- suspiró melancólico- Buenas noches capitán- se marcharon.
Y ahora si que podía venir una ola gigantesca llevarse ese barco que daría igual si moría o no. No pudo aguantar más las lágrimas, no paraban de salir. Se levantó del suelo.
-¿Eso era lo que querías verdad?- empezó a gritar- ¡Verme morir por ti como un completo gilipollas!- se apoyó en una caja de madera- ¡Necesitar cada parte de ti! ¡Quererte como nadie ha querido a nadie!- estaba llorando como un niño pequeño y gritando, gritando como si le fuese la vida en ello- ¡Enamorarme de ti! ¡Ese ha sido el error más grande de toda mi vida! ¡Pero a pesar de todo te necesito, sino no tiene sentido vivir!- fue bajando el tono de voz mientras caía al suelo- No tiene sentido, no lo tiene... No tiene sentido- dijo esto último con un hilo de voz y cerró los ojos.

¡Click! ¡Click! El sonido le hizo desvelarse. ¡Click! ¡Click! Sonaba a una puerta abrirse. Abrió con pesadez los ojos. Le dolía la cabeza y tenía la vista llena de legañas por las lágrimas. ¿Cuanto podía haber dormido? ¿Dos? ¿Tres horas? Lo que si sabía era que aún era de noche, de madrugada. Distinguió una silueta entre la oscuridad, la mano fue directa a su rostro.
-¡No!- pausa- No te atrevas a tocarme- sus ojos estaban completamente cerrados, no tenía fuerza ni para mirarla a la cara- Y menos a compadecerte de mi- no dijo nada, se quedaron varios segundos callados- Eres tú la que me ha hecho esto.
-Lo siento.
-No sientas nada, él que lo siente soy yo por haberme creído todas tus palabras- se levantó del suelo, pero sin mirar a sus ojos- ¿Pero no es esto lo que querías? Verme loco por ti, arrastrando mis rodillas por el suelo suplicando que no me dejes- y las lágrimas volvieron a aparecer, esta vez en ojos de ambos.
-Ricardo...
-¿Que me vas ha decir ahora? ¿Que mientras yo estaba de guardia en el puente tú te estabas acostando con ese...?- estaba tan dolido que no podía ni levantar la voz- Lo que no llego a entender es que sentías cuando me acariciabas por la noches. ¿Y esos besos? ¿Imaginabas que te los daba él? ¿Y aquella noche Julia? ¿Te acostaste conmigo solo porque lo decía el guión?- se giró a verla, al ver las lágrimas solo pudo sonreír irónicamente- ¿Como puedes llorar por alguien que no ha significado nada para ti? Puro teatro es lo que tienes.
-Te juro...
-¡NO! ¡NO JURES NADA!- la miró con el corazón en un puño- Has jugado conmigo como un muñeco, una marioneta sin corazón. Como si fuera un trapo de usar y tirar. Me has mentido, engañado, ocultado cosas. Has creado ilusiones en esto- se señaló al corazón- ¿Que tipo de persona te crees que eres para utilizarme así?- se puso muy cerca de ella- Por eso no me dijiste te quiero ayer por la mañana, porque no sentías nada hacía mi- le cogió la mano delicadamente- ¿Pero sabes una cosa? Una parte de mi se niega a aceptar que todo era mentira. Y mi pregunta es ¿por qué? ¿Por qué me niego a aceptar una cosa que es verdad y que he visto con mis propios ojos? No lo entiendo- la soltó y se giró sobre sus talones, apoyó las manos en una caja de madera con la cabeza gacha- Vete por favor- a Julia le costó reaccionar- ¡Vete!- le dijo con voz temblorosa.
La mujer se fue dejando a Ricardo solo. Observó el reflejo de la luna que venía a través de una ventana de la bodega. La vida ahora mismo no valía nada. Pisoteado, era lo que le pasaba por la cabeza. ¿Dónde estaba esa niñita buena y sensible que conocí de pequeño? ¿La maté yo con mi abandono? No podía ser, aún tendría que estar por alguna parte. Arrastra los pies hasta una cama que había de antes, en aquellos tiempos en lo que le encerraron en este mismo lugar. Se tira en la cama y Ricardo desaparece, parece estar muerto.
Su mente empieza a dar vueltas. Pero su corazón no reacciona a nada, no lo siente, no lo escucha. Se mete debajo de las sabanas y piensa en Julia, hasta hacía nada estaba abrazada a él, enrollados debajo de las sabanas después de haberse amado como nunca. Imaginarse el calor de su cuerpo le hace temblar, siente ese vacío por dentro y se llega a repetir mil veces “No está Ricardo, no te quiere. Deja de pensar que es así” Pero no lo iba ha aceptar tan fácilmente.
Noto como si estuviera con ella, se lo ha llevado de recuerdo como un trofeo al que colgar en la pared. Mientras siento como pequeños clavos en él, Julia me lo ha quitado para siempre. Me ha quitado algo que creo que nunca me devolverá.

Vale, os lo permito. Me podéis matar asesinar y hacer lo que queráis. Me lo merezco, pero este capitulo era ya muy predecible. No podía mantenerlos demasiado tiempo juntos, sobretodo con lo del proyecto por ahí rondando. Os tengo que decir que este capitulo me ha gustado y lo he odiado por momentos. Además si lo leéis escuchando musica un poco así tristona, ayuda un poco a trasmitir algo de sentimiento. La parte que me ha gustado escribir mucho ha sido la de Ricardo gritando todo lo que ha hecho Julia con él. Me imagino sus gritos y lágrimas y a veces me toca el corazón "raro" que tengo. Bueno os dejo de la parrafarada esta y hasta el siguiente capi, un beso y gracias por comentar.
#142
RicarJulista99
RicarJulista99
12/03/2013 19:28
Pues si, yo te mato. Por favor, como puedes escribirlo. No he llorado de milagro, simplemente porque hoy estaba superfeliz. Madre mia, lo has descrito todo tan bien, me ha encantado a la vez que lo he odiado. Simplemente es perfecto. Me he imaginado a Ricardo llorando y gritando y eso ha sido lo peor. Bueno, darte mil gracias por seguir escribiendo. Muchos besos a todos, y a ti, artista continualo prontisimo que me da algo!! :')

Un beso enorme para todos! Cuidaros muchisimo! <3
#143
yoyo91
yoyo91
13/03/2013 11:21
Pues yo no te mato, bueno si te mato si no vuelves pronto con más jajaja me encanta que se enfaden y que se odien un poquito...pero luego me los vuelves a juntar eh???
Continualo pronto!!!
un beso!
#144
sarafrubias
sarafrubias
17/03/2013 17:27
Bueno aquí tenéis otro capitulo. Espero que disfrutéis.

CAPITULO 26

Revive

Aquellos días para ambos se había vuelto una pesadilla. Salomé no tardó demasiado en enterarse de lo que mantenía a Julia con aquella tristeza y Julián ya había deducido lo que le pasaba a su amigo. Dos fantasmas que poco a poco cavaron su tumba por culpa del otro. Los intentos de hablar con Ricardo eran imposibles, sino era porque el hombre no quería hablar, era porque estaba muy ocupado.
Solo quería explicarle lo mucho que sentía haber fingido tanto tiempo. Nunca quiso hacerle tanto daño. Por las noches se desvelaba pensando que aún estaba con ella durmiendo, pero lo único que encontraba era a Lucas dormido abrazando su cuerpo. Las horas más dolorosas eran las del comedor, cada comida, cada desayuno, cada cena parecía interminable. Ninguno de los dos se miraba a los ojos en ningún momento y evitaban tener cualquier contacto físico. En contadas ocasiones se quedaba observando el semblante triste del capitán y que intentaba que no se notara.
Cuando se encontraban por los pasillos, o esquivaban la situación dando la vuelta por otro, o cuando no tenían más remedio que pasar uno por el lado del otro ni se rozaban, ni se miraban, ni tenían intención. Julia al no soportar tanto estas situaciones evitaba salir de la enfermería, entraba muy temprano y salía muy tarde para irse al camarote y encontrarse a Lucas ya dormido.
Ricardo con su tristeza y dolor había despreocupado un poco su salud. Últimamente se estaba notando un poco cansado y demasiado caliente, además de toser y estornudar repetidamente. Aunque nunca lo aceptaba, hasta que una mañana, Julián, había dicho de hacer la limpieza de cubierta junto con algunos marineros y Ricardo.
El capitán se enrollaba un cabo en las manos. Cada media vuelta que le daba a la cuerda estornudaba y con la otra media tosía; eso sin contar los tembleques de piernas que le daban a veces. Julián lo estuvo observando durante un buen rato y al final decidió intervenir.
-¿Por qué no te lo miras?- preguntó mientras cogía una manguera.
-¿Mirarme el qué?- el hombre se volvió para mirar a su amigo y estornudó de nuevo.
-Vamos Ricardo, tienes un trancazo del copón. Deberías ir y que te lo mire...
-Ni pensarlo- negó con la cabeza- Es solo un pequeño resfriado de nada, en unos días se me pasa.
-Ricardo yo sé que no es el mejor momento para...
-¡Julián que estoy bien!- gritó perdiendo los nervios- ¡Estoy perfectamente! ¿¡No me ves!?- otro estornudo esta vez con una tos.
-¡¿Como te voy a ver!? Si lo que llevas de días sin la Wilson pareces más un fantasma que una persona- el capitán se calló ante las palabras del oficial- Y ahora si que estás muerto, podría venir una brisa de nada y tirarte al suelo como un pluma.
-Deja que haga lo que quiera, ya soy mayorcito para cuidarme solo- siguió enrollando el cabo con otro estornudo.
-¿Pero no te das cuenta?
-¡Vale! ¡Ya me voy a descansar!- Ricardo se hartó de su amigo y de sus discursos- Pero eso si, no voy a ir a la enfermería ni por asomo, me voy a la cama a descansar y punto ¿contento?
-Algo es algo- respondió su amigo no muy satisfecho.
-Aún así pienso que estoy perfectamente- tiró el cabo al suelo- Recoge tu esto que ya me has hartado.
Mientras se iba estornudó varías veces y tosió otra cuantas. Julián sonrió, ¿perfectamente? Si, para hacer las olimpiadas.
-Ricardo coge unos pañuelos que creo que te vas ha poner peor- dijo casi riendo.
-¡Calla Julián, calla!- chilló antes de pasar dentro del Estrella.

Julia tomaba café después de la comida de Salomé. Por suerte no había visto a Ricardo en todo el día y eso por una parte le complacía pero por la otra se sentía peor todavía. La cocina estaba muy silenciosa, y eso no le gustó, necesitaba a su amiga allí para preguntar por su día, animarla un poco y contarle aunque fuera un poco de Ricardo.
Justo en ese momento entró la cocinera por la puerta. Con un cubo de pescado en la mano. Al verla allí sonrió.
-Esta noche la especialidad de Salomé últimamente, pescado- dijo riendo, Julia forzó un poco su sonrisa algo que su amiga no pasó desapercibido- Esta mañana han estado unos cuantos marineros limpiando cubierta, además de Julián y bueno ayudados un poco por Ricardo- la doctora al escuchar ese nombre agudizó el oído- Aunque no mucho tiempo, según me ha contado Julián han tenido una pequeña discusión- la mujer levantó la vista del café para mirar a su amiga- Todo porque el testarudo de Ricardo no se encontraba muy bien y se negaba a ir a descansar, un resfriado tiene. Además al pobre le temblaban hasta las piernas- la cocinera se giró para verla, pero en la cocina no había nadie, sonrió.

Su vida dependía de ello. Iba lo más rápido posible, daba igual si eso conllevaba chocar con la gente que se metía en su camino. Debía llegar como fuese. Justo cuando estuvo delante de la puerta las piernas le temblaron y el miedo en ese momento fue su peor enemigo, respiró hondo abrió la puerta con toda decisión posible. Entró y su mirada recorrió todo el camarote hasta llegar a la cama. Allí estaba, tumbado, con un par de mantas por encima, un paño mojado en la frente y profundamente dormido. Cerró la puerta y se acercó lentamente sin hacer ruido. Le retiró el paño y acercó sus labios para tomar la temperatura. Estaba ardiendo.
Fue al baño y puso debajo del agua fría el paño, lo escurrió y se lo puso de nuevo en la frente, el contacto pareció calmarle. Miró al escritorio, en el estaba una bandeja con un plato y una vaso. Julia sonrió, Salomé había estado ahí hoy. Volvió la vista hacía Ricardo estaba temblando, tosió dos veces y volvió a temblar.
Se sentó en la cama al lado del cuerpo del capitán. Le dio un suave caricia en el rostro, se acercó más y junto su punta de la nariz a la de Ricardo y pegó su frente al paño mojado. Su mano seguía acariciando la mejilla del hombre, mientras que los labios de él tiritaban por el frío que tenían en ese momento.
-Shh, tranquilo, tranquilo. Estoy aquí- cerró los ojos, las lágrimas estaba a punto de salir- Estoy aquí mi vida. Soy yo- Ricardo parecía escucharla y se iba calmando, la mujer acercó sus labios a el oído del capitán- Perdoname por favor, perdoname. Te quiero tanto- las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos marrones.
#145
sarafrubias
sarafrubias
17/03/2013 17:30
Volvió a su posición inicial con su frente pegada a la de él. Acercó su boca y solo rozó los labios del hombre.
Se tumbó junto a él y cerró los ojos, de sus cuerdas vocales salió una pequeña melodía, una pequeña nana que recordaba que su madre le cantaba de pequeña.
-Duerme, duerme pequeño- su rostro estaba muy pegado al de Ricardo- Duerme hasta que te canses de dormir, duerme junto a mi, que las estrellas se van a dormir, shh - otra caricia suave en su mejilla y depositó otro beso en ella.
Se sentía fría, muy fría. Abrazó el cuerpo masculino y iba absorbiendo el calor que desprendía. Echaba de menos las noches junto a él, sus brazos rodeando su cuerpo, sintiendo que protegía su sueño. Dos lágrimas más resbalaron por su rostro, Ricardo nunca se enteraría de lo cerca que había estado en este momento, nunca se enteraría de lo que le quería. Él sufría, pero ella sufría el doble al saber que poco a poco la estaba odiando cada vez más.
Mientras él dormía. Sus sueños cobraban vida. Había tenido cientos en toda esa mañana pero el que estaba viviendo ahora, le atormentaba. Solo, lleno de cadenas, que le impedían moverse y todo a su alrededor lleno de un color negro, siniestro. Intentó varías veces escapar, pero era imposible.
-¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?- las cadenas iban cada vez apretando más- ¿Qué pasa?- su cabeza empezó a dar vueltas.
Solo hacía que recordar un día. Ese dichoso día en que Lucas la besó delante de él. Y después más fechas cuando estaba con ella, en todas sufría al saber que solo estaba fingiendo. Sus manos fueron a parar a su cabeza. No lo soportaba, se estaba volviendo loco. Cayó de rodillas al suelo mientras las cadenas iban apretando más y más. Escuchaba sus risas desde lejos, reían a su costa, se reían de él. Cerró los ojos y ambas manos en los oídos para no escucharla.
-¡Basta! ¡Dejadme!- y el volumen crecía- ¡Parad!- las cadenas estaban a punto de ahogarle- se tiró al suelo, no podía respirar.
Intentaba arrastrarse por el suelo. Sentía que estaba a punto de morir. Pero una voz de su interior repetía varias veces “revive” “hazlo, ahora o nunca”
Pegó un pequeño salto en la cama, su respiración agitada, le costó unos segundos saber donde se encontraba. El paño estaba aún en su frente, aún mojado; pero a través del ojo de buey se veía que era de noche. Alguien había estado cuidando de él mientras dormía, encontró la respuesta al ver a Julia en el sillón dormida. Se tocó la frente, ya no tenía fiebre.
Su cuerpo se levantó de la cama fue hacía ella ¿había estado cuidando de él? Si era así ¿por qué? ¿Podía ser que aún le importase? No lo creía; seguramente había venido solo porque era la doctora y tenía que hacerlo. Aún así podía haberle dejado que se muriese con la fiebre, pero no lo había hecho. Sentía aún debilidad por ella. ¿Pero por que? Acercó sus labios a su frente y depositaron un pequeño beso. Cerró los ojos y los dejó en esa posición unos segundos.
-¿Qué hace?- Ricardo se sobresaltó y reculó unos pasos hacía atrás- ¿No me ha escuchado?- el hombre se levantó con una mirada neutro.
-La pregunta es ¿que hace usted aquí? Le dije que no se acercara a mi nunca más.
-Responda primero a mi pregunta, ¿por qué estaba así de cerca?
Ricardo debió la mirada al suelo. Ahora mismo si le respondía la doctora no iba a creerle. Ni creía que lo hiciera, pero tenía que intentarlo.
#146
yoyo91
yoyo91
18/03/2013 11:33
Que tierna la escena cuando Julis le cuida :) a ver que le responde ahora Ricardito jajaja
Siguelo pronto!!!
#147
LunaJyR
LunaJyR
20/03/2013 17:52
Me lo acabo de leer entero y me encanta!! Siguelo pronto :D
#148
MiriamGonzalez
MiriamGonzalez
04/04/2013 18:53
Sara por dios, continua el fic, no puedes dejarnos así, minimo tenemos que saber la verdad sobre porque Julia ha vuelto con Philipe, continualo please, que llevo mucho sin leerte
#149
yoyo91
yoyo91
05/04/2013 12:50
Me uno a la petición de Miriam, no nos puedes dejar así :((
#150
sarafrubias
sarafrubias
06/04/2013 19:51
Lo siento, lo siento y lo vuelvo a sentir. Mi madre por culpa de las notas hay veces que no me deja ni respirar. Pero no penséis que me olvido porque lo estoy recordando todos los días. Lo voy a continuar lo prometo (aunque tenga que hacerlo a escondidas para que no me pillen) Gracias por continuar leyendo :))
#151
sarafrubias
sarafrubias
28/04/2013 19:12
Hola, se que he tardado y lo siento. Pero aquí tenéis el capitulo. Un beso :))

Sueños raros

Las miradas de ambos estaban echando chispas. Parecía que se se comían mutuamente. Una guerra que ninguno de los quería perder por nada del mundo. Ricardo no sabía si era la fiebre que le estaba empezando a subir de nuevo o que la presencia de Julia le afectaba, pero se empezó a encontrar mal.
La observó por unos segundos en silencio. La doctora le había empezado a decir el discurso real del rey de por qué no podían estar juntos, de que no debería acercarse a ella, ni preguntar, ni mucho menos pensar en esta. Finalizó con un suspiro fuerte.
-Tenía que haber hecho caso y no haber venido a cuidarle- al intento de marcharse el hombre la sostuvo del brazo, la mujer le miró- Suelte.
El capitán se acercó a su oído y elevó el mentón para llegar a su frente. Junto de nuevo sus labios y susurró cerca de ella.
-¿Sabe que los médicos recomiendan que para que un resfriado no vaya a más, se debe descansar?- Julia notaba el calor del cuerpo de Ricardo muy cerca, la fiebre aún no había desaparecido.
Se colocó delante del color añil de los ojos masculinos y desplazó la palma de su mano a la frente del hombre.
-Tiene razón, los médicos recomiendan eso. Tumbese en la cama y descanse si quiere estar mañana mejor- el intento de marcharse fue impedido otra vez por el capitán- Quiere soltarme de una vez.
-No me refería a mi. Me refería a usted, tiene fiebre, unas décimas pero sino se cuida podría ser peor- la doctora se separó un poco de él.
-No se debería preocupar por mi- abrió la puerta para marchase del camarote pero antes de cerrar escuchó a Ricardo decir.
-Podría decir lo mismo doctora.
El capitán sonrió para sí. Se adentró de nuevo entre las sabanas, empezaba a notar como la fiebre seguía subiendo por momentos.
La noche pintaba larga. Julia se había despertado demasiadas veces, constantemente las pesadillas y el frío que sentía le hacía desvelarse. Lucas descansaba a su lado, no le había dicho nada de donde había estado unas horas antes y sería mejor que no lo supiera. Se tomó la temperatura, empezaba a notarse más pesada. Maldijo en su mente a Ricardo por haberselo pegado, aunque también fue culpa de ella cuidar del enfermo. Finamente decidió darse una pequeña ducha para apagar un poco el fuego que desprendía su piel.
A los pocos minutos llegó a las duchas del Estrella. No quería despertar a su acompañante de cama con los ruidos de la ducha y decidió llegarse a las duchas mixtas ya que a esas horas no había nadie.
El agua templada empezó a caer sobre su cuerpo. En cierto modo pareció calmarle en sobremanera. Unos segundos después de que el agua empezara a golpear su piel escuchó unos pequeños ruidos procedentes de su espalda. Al girarse se encontró a el hombre que menos deseaba ver en aquel momento. Ricardo se encontraba parado con solamente una toalla envuelta en su cuerpo.
-Perdón, necesitaba una ducha, no me encuentro muy bien doctora y no quería despertar a mi hija- Julia le miró con reprobación- ¿Si quiere me voy y después vuelvo?
-No, no hace falta. Usted necesita más la ducha que yo- sonrió tímidamente- Además ya me ha visto desnuda, no creo que importe- el hombre asintió.
El agua empezó a correr por ambos cuerpos. Los dos de espaldas al otro, con esas ganas increíbles de poder tocarse y estar unos segundos juntos.
Julia empezó a buscar con el tacto de la mano el champú, en cuanto lo encontró abrió los ojos. Allí estaba Ricardo con solo una toalla, el bote en la mano y una sonrisa ¿por qué sonreía? No era lo que el capitán últimamente solía hacer. Un rubor apareció en las mejillas de ella.
-¿Está bien?- preguntó no pasando desapercibido el rubor de la doctora.
-Cla... Claro- titubeó un momento y lo miró fijamente durante unos segundos y se dispuso a salir de la ducha enrollada en su toalla, el hombre la estaba empezando a poner nerviosa.
Ricardo impidió su marcha con un suave agarre y con mucha delicadeza la atrajo hacía sí, hasta estar peligrosamente cerca.
-¿No tendrá algo para el dolor de cabeza?- con la voz seductora la mujer pareció derretirse.
-¿Unas pastillas?- dijo temblorosa.
-O sobres, me es igual- la doctora observó sus ojos, el color añil de estos era tan tranquilizador, seductor e irresistible.
Los labios estaban pidiendo a gritos ser rozados. ¿Qué pretendía? ¿Volverla loca? Los dedos del capitán subieron dando pequeñas caricias por el brazo desnudo de Julia hasta llegar a sus pómulos, finos y delicados.
-¿Doctora sigue en este mundo?- la mujer sin contestar siquiera se lanzó a sus labios.
Se apoderó de ellos gustosamente. Se hizo hueco con la lengua para llegar a la de Ricardo. Mientras que este seguía perplejo ante la intromisión en su espacio personal. Las manos de ella subieron por todo su pecho y enrolló los brazos por el cuello del hombre. Y el beso subió de intensidad, ambas lenguas batallaban por ver quien ganaba la guerra que disputaban en el interior de las dos bocas. Julia hizo ademán de retirarse. Imposible. Ahora Ricardo no la iba dejar escapar tan fácilmente. Aferró las muñecas delicadas de ella y la inmovilizó contra la pared. Quedando Julia entre la pared y Ricardo. La doctora había jugado su carta, ahora le tocaba al capitán hacer su juego. La dos toallas cayeron al suelo y ambos cuerpos desnudos; pero no vulnerables, se juntaron más. Los brazos del hombre elevaron a Julia sin dejarla escapar. Un gemido salió de la garganta de la doctora al sentir a el hombre adentrarse en ella. Una, dos, tres, cuatro y los gemidos de la doctora subían de volumen cada vez más. Cogió con las manos una tubería que había próxima a su cabeza y la apretó con todas sus fuerzas. Los jadeos de ambos resonaban por todo el barco, era raro que nadie se hubiese despertado. La doctora miró a Ricardo suplicante y puso las palmas de las manos en sus mejillas.
-Te juro que como se te ocurra irte ahora te tiro por la borda- y lo besó, el hombre al sentir el roce de Julia una rabia buena subió por toda la espalda y con un potente movimiento de cadera hizo gemir mucho más a la mujer.
-No tenía intención de hacerlo- dijo sonriente y volvió a besarla
La mujer mordió el labio inferior de él. Tan fuerte que provocó un dolor increíble al capitán. Aunque no importó porque tenía tanta ganas de que fuera de nuevo suya que hubiera soportado el dolor más insoportable del mundo.
-Julia, Julia...-la llamaba sofocado.
-Calla y sigue.
-Julia, vamos.
-Dios Ricardo sigue y calla.
-¡Julia despierta!
La mujer abrió los ojos y saltó por la sorpresa. Los jadeos salían de su boca entrecortados y el sudor le caía por la frente. Le costó unos segundos largos averiguar donde se encontraba. Miró a su derecha y encontró a Lucas observando.
#152
sarafrubias
sarafrubias
28/04/2013 19:13
-¿Qué ha pasado?- preguntó confusa.
-Estabas gritando y por eso te he despertado ¿Estas bien?- la mujer recordó el sueño que acababa de tener y rezó para que no hubiera dicho ningún nombre en voz alta.
-Necesito un vaso de agua- se levantó de la cama y se marchó del camarote rápidamente.
Llegó a la cocina con un calor insoportable. Abrió la puerta justo cuando se abría la de enfrente y Ricardo aparecía por ella. Se miraron mutuamente, un tanto incómodos.
-Buenas noches- se atrevió a decir el hombre.
-Buenas noches- contestó ella, el silencio estaba más que presente en ese momento- Venía a... Venía a por un... Un vaso de agua.
-Claro, yo también- sonrió cómplice.
Se acercaron los dos a por los vasos y justo fueron a coger el mismo. Sus dedos se rozaron por unas milésimas.
-Perdón. Tenga usted- le ofreció el vaso.
-No, si yo cojo otro y no pasa nada- hicieron ademán de intentar abrir el grifo, pero de nuevo fueron los dos a la vez.
No pudieron evitar no reírse. Se miraron de nuevo y Julia encogió los hombros, ese gesto hizo que al hombre le recorriera un cosquilleo por toda la espalda, de abajo a arriba.
-Estamos sincronizados- dijo ella sonriente.
-Se ve que si.
-Usted primero- Ricardo vio como la doctora vertía agua en su vaso y bebía.
Julia cerró los ojos unos segundo y recordó el cuerpo masculino privandola de su libertad, aferrando sus muñecas con fuerza contra la pared. Y la batalla de las lenguas en ese momento comenzó a subirle un calor desde el cuello para pasar por las mejillas y acabar en las orejas. Meneó la cabeza apartando ese pensamiento de la cabeza y observó por segundos como Ricardo bebía. En una pequeña fantasía el hombre tiraba el vaso contra la pared, la cogía en brazos y la subía a la mesa donde la besaba sin compasión, una, dos, tres veces hasta que despertó diciendose que no debería pensar esas cosas.
Dejó el vaso en el fregadero y se dispuso a irse. Pero la voz masculina se lo impidió. Esa voz que le hacía estremecerse, que le recorriera un escalofrío desde la punta de los pies hasta la cabeza, esa voz que cuando pronunciaba su nombre el mundo se paraba y todo se iba a pique.
-Julia...
-¿Si?- contestó entusiasmada, aunque lo ocultó muy bien.
-Quería decirle... Pues...- titubeó y se puso serio- Que buenas noches.
-Buenas noches- se marchó de la cocina con un pequeño suspiro.
El hombre rodó los ojos. “Que buenas noches” se dijo a si mismo en voz alta. Que gilipollas eres a veces Ricardo. ¿Y que mas da? NO-TE-QUI-E-RE.
Caminó por los pasillos intentado no pensar en ella. Aunque era cosa imposible, una vez casi se estampa contra una pared y la otra había estado a punto de entrar en un camarote que no era suyo. POR FIN entró y cerró la puerta de SU camarote. Lo que encontró fue un montón de carpetas por el suelo, genial se habían caído todas armando un estropicio. Las recogió como pudo y las dejo sin ordenar encima del escritorio.
Las sabanas le supieron a gloria después de tanta carpeta por el suelo. Pero si se hubiera fijado mejor se habría dado cuenta que las carpetas no se había caído sin querer, si se hubiera fijado mejor se habría dado cuenta que Valeria estaba mejor tapada de cuando se fue a la cocina, si se hubiera fijado mejor se habría dado cuenta de la nota que había quedado revuelta entre las carpetas.

“Te espero mañana por la noche en cubierta.
Quiero explicarlo todo.
Te quiero.
Julia”
#153
yoyo91
yoyo91
29/04/2013 09:51
Aisss que alegría ver capi nuevo!!!!Ya pensé que te habías olvidado de nosotras!!!!
Espero que Ricardito vea el mensaje que le dejo Julia y puedan hacer el sueño realidad jajajaja
No tardes tanto en volver pleaseeeeeeee!!!!
#154
MiriamGonzalez
MiriamGonzalez
29/04/2013 21:02
Hola? tu sabes lo que ha sido ver que habías continuado el fic? casi me da algo jajajajaja.

Por favor, síguelo ya, por favor por favor, no tardes tanto como la otra vez. Eso si, que Julia le cuente todo a Ricardo, que a mi me gustan más juntitos, que apenas han tenido capítulos juntos :( :( :(

Bueno, lo que te he dicho siempre, que me encanta tu fic, aunque eso ya lo sabes, y que espero que lo continues pronto, que siempre me dejas con ganas de mas :)
#155
ricarjulista01
ricarjulista01
03/05/2013 16:15
asdfghjklasdfghjklasdfghjk muero. Me ha encantado el sueño de Julia :)) jajaja y en la escena del vaso de agua me han recordado mucho a los Ricardo y Julia de la serie de verdad xD
Espero que Ricardo vea la notita y que vuelvan a estar juntitos como siempre que están mucho mejor así si guiño
Por cierto, menos mal que escribes más capítulos porque ya los echaba muuuucho de menos :D
#156
EvaRicarjulista
EvaRicarjulista
05/05/2013 21:00
¡POR FIN! Te has hecho de rogar, ¿eh?

Pero en fin, como dicen lo bueno se hace esperar. Me ha encantado.
Eso si, ¿cómo puedes poner sexo Ricarjulista en las duchas y que sea un sueño? Que casi me da un algo por Dios... Lucas me está empezando a tocar los ovarios, así que ya estás haciendo que Julia lo mande a la mierda.
Y POR FAVOR que Ricardo vea la nota o me planto en tu casa y mueres.

Esperando el siguiente ¡No tardes!
#157
sarafrubias
sarafrubias
09/05/2013 15:12
Hola. Vale aqui teneis el siguiente y gracias por comentar ¡Ya os echaba de menos! Por cierto tengo que ponerme al día con los demás fics. Ultimamente no he leído ni uno, así que SORRY. Un besazo.

CAPITULO 28

He venido a protegerte

Los ojos oscuros como el cielo les miraban con odio. Un sonrisa maligna. La brisa de la noche era siniestra, todo apuntaba a que era el fin. Era la oportunidad de acabar con todo, eliminar todo tipo de rastro. Empuñando una pistola apretó el gatillo. El disparo resonó por todo el océano. Un grito desgarrador y el sonido sordo de la muerte llegando poco a poco, lentamente, con la única solución de hacerle caer contra el suelo. Inconsciente.
12 horas antes.
Lucas jugueteaba con una pequeña pelota de plástico. El camarote se había quedado muy solitario desde la marcha de Julia a desayunar. Se tira en la cama y empieza a tirar la esfera contra la pared. Tira, revota y vuelve, tira revota y vuelve. Como un búmeran. Se queda unos diez minutos así hasta que la puerta se abre haciendo que la pelota revote y caiga en otro sitio que no son sus manos.
-Vaya, estaba a punto de batir mi récord- dijo con sorna.
-Levanta monigote, tengo trabajo para ti.
-Son las nueve de la mañana Gamboa no puedes esperarte hasta que la gente se despierte.
-He dicho que te levantes y dejes de hacer el imbécil- el colombiano perdió los nervios.
-¿Qué trabajo tienes para mi?- preguntó más serio.
-Lo único que te puedo decir es que te mataré sino me haces caso.
Lucas lo miró temeroso. Gamboa no es de aquellos que te mandan limpiar cubierta con una cepillo de dientes. Si por él fuera lo harías con la lengua.

Julia se encontraba en la enfermería junto a Vilma. La joven se estaba empezando a encontrar mal. Resfriado se dijo la doctora para sí. La rubia la observó mientras estaba sentada en la camilla.
-Entonces Julia ¿qué es lo que tengo?- la doctora la miró.
-Bueno pues es muy simple. Tienes un resfriado.
-¿Un resfriado?
-Así es, además que no te extrañe porque yo ayer empecé a tener síntomas, pero con un buen sueño y alguien para que te cuide se pasará en seguida.
-Cualquiera de las chicas me podrá cuidar- dijo sonriendo hasta el punto de ser muy adorable.
-¿Y por qué no alguno de los chicos?- la miró como diciendo <<Que crees que no me he enterado>>.
-Bueno, también. Si se lo pido a Piti seguro que acepta encantado.
-Seguro seguro- rió.
-¿Y a ti quien te ha cuidado esta noche?- dijo Vilma.
La doctora paró de sonreír al escuchar la pregunta. Desvió la mirada y empezó a buscar unas pastillas en el mueble de la derecha.
-¿Uhm?- Julia intentaba desviar el tema, pero no lo iba a conseguir tan fácilmente.
-Seguro que ha sido el capitán. Últimamente se os veía muy juntitos.
-No... No yo... Con Ricardo no...- el nerviosismo crecía y aunque lo disimulaba la rubia era muy astuta.
-¿Ya no estáis juntos?
-No- dijo rotundamente- Bueno, no se. No es que no estemos juntos sino...- dejó la frase al aire.
-¿Una crisis?- rió divertida- Tranquila Julia eso les pasa a todas las parejas, pero lo único que tienes que hacer es dejar las tonterías e ir a por él con todas tus ganas. Os pedís perdón y a disfrutar del amor, que es corto- la mujer le dio las pastillas a las más joven- Y gracias por todo.
Se marchó de la enfermería y Julia se quedó dentro. Caminó hasta un taburete y se dejó caer el peso de su cuerpo en él. Resopló y se colocó el pelo. Su cabeza estaba en un lío que era difícil de resolver. Esperaba que esta noche se arreglara todo de una vez por todas.

-Gamboa no se que pretendes pero no me gusta nada- Lucas estaba preocupado.
El colombiano había sacado un bote salvavidas, una cuerda, y un chaleco. La sonrisita maliciosa del hombre le hacía temblar. Lo observó de arriba a abajo, algo malo se proponía. Algo demasiado malo.
-¿Quieres contarme de que va todo esto?
-Lucas calla, parece que no confías en mi. ¿Eres mi amigo no?
-S.... Si- tragó saliva- Claro que confío en ti, pero todo esto me inquieta un poco. No se lo que pretendes con todo esto.
El hombre de ojos verdes lo cogió de los hombros y volvió a sonreír maléficamente. Las piernas del otro temblaron.
-Esta noche mi querido amigo, tendrás el honor de matar a la persona que nos ha dado demasiados problemas.

-¡No! ¡No me hables más!
El grito de una vocecita resonó por la parte baja del Estrella. El hombre intentó acercarse pero le resultó imposible. Valeria era testaruda y se notaba el enfado que tenía, en eso había salido a él. La pequeña siempre que no estaba de acuerdo con algo se enfurruñaba de una manera que era imposible sacarla de su enfado.
-Valeria, lo siento pero tienes que comprenderlo.
-¡No! ¡No lo quiero entender!- gritó en una sentada en una esquina de la bodega- ¡Eres un mentiroso!
-¡Valeria no me hables así!- la pequeña ante el gritó de su padre tembló y poco a poco hundió la cara entre sus brazos y encogió las rodillas.
Se escucharon pequeños sollozos que venían de su garganta. Ricardo fue junto a ella y se sentó a su lado. En un intento de abrazarla la niña se resistió. Él bufó ¿ahora que se supone que tenía que hacer?

Julia había oído gritos que provenían de la bodega. Con curiosidad se acercó a la puerta. No se atrevió a entrar a ver dentro a el hombre que le causaba ese lío de pensamientos y sentimientos.
Se acababa de sentar al lado de su hija que estaba encogida en una esquinita de la bodega. Al intento de su padre de abrazarla ella lo apartó bruscamente. Julia los miró con pena. Valeria cuando se enfadaba era muy difícil de tratar casi como él y Ricardo no era muy bueno en charlas con sus hijas.
-Valeria cariño...- empezó a hablar él- Sé que estás enfadada pero tienes que entenderlo.
-¡No! ¡No es justo!- levantó la cabecita de entre sus brazos y lo miró a la cara- ¡Me dijiste que la querías y que no nos íbamos a separar nunca! ¡Era todo mentira papá!
-¡Valeria ya basta!- gritó, aunque al ver a su hija se calmó de nuevo- Escucha cariño, a veces las personas necesitan tomarse un tiempo para pensar, y en ese tiempo pues se dan cuenta si quieren seguir o no.
-Y después de ese tiempo ¿tú que vas a hacer?- dijo escuchando a su padre y con tristeza en sus ojos.
-Pues no lo se, aún no lo he pensado.
-Pero yo quiero que Julia siga cuidándome y contándome cuentos, que me tape por las noches y que juegue conmigo.
-Y lo podrás seguir haciendo, lo que pasa que no dormirá con nosotros, ni estará conmigo tanto como antes ¿comprendes?- la pequeña asintió aún no muy convencida.
Julia abrió los ojos al escuchar la conversación que mantenían padre e hija. En el fondo le dio un vuelco el corazón al oírles.
-¿Pero la quieres?
-Claro que la quiero, la quiero tanto como a ti princesita- empezó a reír a sentir las cosquillas de su padre y enseguida empezaron las carcajadas de ambos.
#158
sarafrubias
sarafrubias
09/05/2013 15:14
Los nervios le invadían por dentro. Las palabras del hombre había hecho eco en él. ¿Qué se supone que tenía hacer? ¿Acatar la orden? Lo miró a los ojos sin creerlo, el miedo le invadió al ver que lo ojos verdes se volvían oscuros en un instante. El temblor nació en sus manos y llegó a pensar en tirarse por la borda.
-No pienso hacer eso.
-¡Oh! Si que lo harás querido amigo- sonrió de medio lado- Lo harás porque lo digo yo.
-A ti te parecerá normal apretar un gatillo pero...- el hombre se tiró sobre él y lo inmovilizó contra la pared y colocó el brazo justo en el cuello del otro, hasta el punto de ahogarlo.
-Pero... Acaba la frase. Vamos no me querrás dejar con las ganas.
-Pero yo no mataré a nadie Gamboa- dijo casi sin voz ante la privatización de la entrada y salida del aire en sus pulmones.
-Escucha idiota, lleva demasiado tiempo liando cables que no tendrían que liarse. Y no he sido yo quien a dicho que acaben con su vida, recuerda- lo soltó y antes de salir por la puerta de aquel camarote, envió una mirada de reprobación a Lucas.

Ricardo estaba tranquilamente sentado en el puente de mandos observando como la tarde pasaba lentamente. El sol estaba esperando a esconderse, aunque todavía le quedaban unas horas para que pasara eso. El tiempo estaba tranquilo, demasiado tranquilo. Ni una sola nube, ni un solo ruido, ni una voz. Nada de nada, parecía que la tarde incitaba a relajarse y dormirse. Su mirada añil recorrió toda la estancia y se paró en un punto concreto. La mirada atravesó el cristal de dentro y se fijó en la lejanía. Le agradó lo que estaba observando y no pudo evitar sonreír. Dejó caer el peso de la cabeza en la palma de la mano.
La contempló. Sentada leyendo un libro; ya le dijo que le gustaba mucho leer, pasaba páginas en aquella tarde tranquila. La luz del sol atravesaba el ojo de buey y llegaba a su rostro. Preciosa. Unas increíbles ganas de ir a saludar le invadieron pero se la quitó de la cabeza al pensar en que le diría al estar allí. La observó mejor ¿era él o estaba distinta? ¿Más increíble? ¿Más guapa?
El pelo castaño le caía con una pequeños tirabuzones y el moreno de la piel se le estaba empezando a notar; las mañanas de sol las aprovechaba muy bien. Un pequeño vestido azul con tirantes y su increíble sonrisa. Esa que le volvía loco, cada vez más. Vale, le oculta cosas, pero no se puede negar que está enamorado de ella. La quiere. La quiere muchísimo. Tanto que sueña con su cuerpo, sus curvas perfectas, el marrón de los ojos mirando con deseo y besar lentamente su boca. Aún recuerda el sabor de esta, dulce, meloso, adictivo.
Julia se gira hasta encontrarse con su mirada, sonríe y lo saluda levantando un poco la mano. El corazón de Ricardo se desboca, intenta ponerse serio para que no se le note en absoluto que está muriendo lentamente con esa sonrisita. Saluda más duro y recto que ella, pero no puede evitar que se le escape una pequeña sonrisa de lado. El mundo deja de girar en ese momento.

Julián llega a la cocina. No serán ni las diez de la noche. Se encuentra a Salomé que le sonríe.
-Buenas noches oficial- dijo con picardía- No le hacía yo a estar horas por estos lares- rió.
-Que provocadora estás hoy- se unió a su risa- ¿Será por algo especial?
-Pues si- se quitó los guantes de goma y caminó sensualmente hacía él- Resulta que hay un hombre que me vuelve loca y quería pedirle a ver si le gustaría acompañarme al camarote esta noche- le abrazó por el cuello y lo atrajo hacía ella.
Julián pasó los brazos por su cintura. Rió al notar el aliento de Salomé en su cuello. Miró sus ojos marrones y se perdió en ellos.
-Vale, acepto. Pero primero tengo que darle esta nota a Ricardo. Estaba revuelta entre las carpetas y le gustará guardarla- pero la cocinera no hizo caso a las palabras del oficial, fue dejando un recorrido de besos desde el cuello al lóbulo de la oreja izquierda.
Julián tembló. Un pequeño rubor subió por sus mejillas. Al notar los labios de Salomé sobre los suyos dejó la nota en la mesa de la cocina y se dejó llevar por la cocinera, sus besos pasionales y las ganas de tenerla cerca hasta el camarote.

Lucas miró a Gamboa. Ambas miradas parecían decididas, asintieron.
-¿Listo para acabar con todo?
-Listo
-Cogela- le dio la pistola y el joven la cargó y bufó nervioso.
Era hora de acabar con todo. Deshacer cualquier enlace, ser valiente y matar. Aniquilar a sangre fría y sin piedad. Ser fuerte por una orden de los jefes.

Eran casi las doce de la noche. La mujer se había echo a la idea de que no iba a venir. Aunque en el fondo tenía una pequeña esperanza de que aparecería. Observó el cielo oscuro lleno de estrellas luminosas. Le encantaría disfrutarlo con él, el reflejo de la luna en el agua y una brisa gratificante. Imaginarse los brazos masculinos envolviendo su cuerpo, soñar con ese momento, eso era lo único que podía hacer. Cerró los ojos y un pequeña lágrima salió de sus ojos. A su memoria saltó el recuerdo de un niño que acabó con sus sueños cuando apenas era una pequeña.
Unos pasos resonaron en cubierta, su llanto paró. Sonrió alegre al oír que no se había arrepentido, había leído la nota, había ido por ella. Seguía enamorado, seguía queriéndola como el primer día.

Entró a la cocina. No tenía ni idea de la hora que era, pero tarde, la noche se le había venido encima estando en la sala de máquinas. Abrió la nevera y cogió un zumo de piña. Empezaban a pesarle los párpados. Un papel blanco le llamó la atención. Se acercó y lo cogió entre sus manos. Ricardo estaba que no sabía ni donde se encontraba y leyó la nota mientras sorbía el zumo. Al principio asintió y luego sorprendido volvió a leerla.
Un ruido ensordecedor de cubierta le hizo reaccionar. Un disparo. Empezó a unir piezas. Julia. Cubierta. Noche. Te quiero. Disparo.
Empezó a correr a cubierta tirando el zumo y la nota al suelo. Subió rápidamente las escaleras, fue a abrir la puerta pero estaba cerrada ¿quién cojones la había cerrado?
-¡Julia! ¡Julia!- gritó intentando abrir la puerta sin éxito, fue corriendo hacía otra, nada- ¿Pero que pasa aquí?- desesperado cogió un poco de carrerilla y con el hombro intentó abrirla- ¡Julia!- y volvió a remeter contra la puerta- ¡Julia espérame!- su hombro estaba a punto quedarse sin fuerzas.
#159
sarafrubias
sarafrubias
09/05/2013 15:15
La mujer miró al cielo por última vez. Lucas estaba desplomado en el suelo. Y en las manos del hombre de ojos pardos estaba el arma que apuntaba hacía ella. Era el fin, el fin de todo. Cerró los ojos, mientras se le escapaba una lágrima. Moviendo labios sin voz salió <<Adiós Ricardo>>. Y Gamboa apretó el gatillo. Toda su vida pasó por delante de sus narices. Su familia, los inviernos juntos, veranos, primaveras enteras jugando, cada año de su vida lo vio pasar. En todos ellos estaba él. Ese pequeño. Y lo oyó <<Ricardo Montero>> <<Tienes un apellido raro>>. ¡Lo recordó! ¡Era él! Era él, el que la tenía las noches en vela. El que la hacía temblar de arriba a abajo en cuanto lo veía. El que había hecho que se enamorara hasta el punto de depender de su vida.
Un gritó de dolor le hizo abrir de nuevo los ojos. Se miró rápidamente, no tenía ninguna herida, la bala no la había tocado. Le costó unos segundos averiguar que pasaba. Un cuerpo la abrazaba con fuerza. Ricardo estaba delante suya sin moverse, con gesto de dolor. La miró y Julia negó con la cabeza.
-Tú no...- dijo con un hilo de voz.
-Perdón por llegar tarde- sonrió forzosamente.
-Treinta años tarde don apellido raro- de sus ojos saltaba lágrimas como si estuviera lloviendo- Pero has venido.
-He venido a protegerte- se acercó a su oído y le susurró- La última vez sirenita, confía en mi la última vez- ella solamente se abrazó más al cuerpo de Ricardo.
Gamboa atento a la caída del capitán contra el suelo, volvió a cargar el arma para disparar de nuevo a Julia. No contó con que Ricardo siempre tiene un As guardado en la manga. Observó como los dos caía de espaldas hacía el mar, tirándose de cabeza al agua. El colombiano fue directo hasta la barandilla donde habían saltado ambos cuerpos.
-¡Mierda! ¡Siempre te pones en medio de todo Ricardo Montero! ¡Tenía que haberte matado a ti primero!- reaccionó, fue corriendo y soltó la balsa de salvamento al agua, vacía.

Ambos sintieron el contacto del agua. Seguían abrazados. El agua fue pasando a color rojizo, la sangre había invadido casi toda la zona. Se habían tirado del barco en marcha, un suicidio. Un choque contra el casco del barco y poco a poco la muerte llegaba a ellos. Julia sentía como los pulmones se le llenaban de agua y lentamente perdía el sentido. Ricardo se hundía en el mar y la mujer liberada de su agarre lo único que pudo hacer fue cogerle de la mano y esperar a que llegara su hora para llevárselos a los dos, juntos.
#160
EvaRicarjulista
EvaRicarjulista
09/05/2013 16:53
Emmm... Esto...A ver si lo he entendido ¿LO HAS MATADO A LOS DOS? ¿TE HAS PEGADO UN GOLPE EN LA CABBEZA ULTIMAMENTE O ALGO? Dios, te voy a matar.

Te pido POR DIOS que haya sido una pesadilla porque es que me muero.
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