FanFic || Estrella Polar.

Nuevo capítulo, esta noche!!

Capítulo 3x03 (34) “Hay algo ahí fuera”

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La luna llena resplandecía en lo alto del firmamento, dando un horrible toque fantasmagórico a la playa. Los árboles se mecían suavemente al compás del viento y unos finos y débiles copos de nieve caían suavemente sobre la arena. Mientras, todos los tripulantes franceses en tierra se hallaban juntos en una sola tienda de campaña, principalmente por el frío presente en el exterior, pero también por el miedo de quedarse solo y ser el siguiente en aparecer muerto.

A raíz de esto, a cada racha de aire o ruido fuera de lo normal, todos los presentes daban un respingo y retrocedían aun más, tapándose todo lo posible con su saco de dormir, como si eso pudiera salvarles. Ninguno de ellos había podido pegar ojo. Ajenas a todo, Mélodie, Sophie y Marimar estaban discutiendo en la esquina derecha. La traducción sería la siguiente:

_ ¿No podemos encender un fuego? –dijo Sophie temblando- Me estoy congelando…
_ No, aunque el fuego ahuyentaría a los animales, ¿y si no somos los únicos habitantes de la isla? –contestó Melodié-
_ Eso no puedo asegurarlo, pero a Alphonse lo devoró algo.
_ Entonces lo que sí sabemos es que hay algo ahí fuera.
_ Pero mi padre desembarcará mañana, ¿no? –respondió Sophie aunque no muy convencida- Aunque no hemos podido hablar con él, esta es la segunda noche que pasamos aquí. ¡Deberían bajar al amanecer!
_ Pues yo no pienso esperar tanto. –afirmó Marimar mientras abría la mochila colocada a su izquierda-

La abrió rápidamente y sacó una pistola de su interior. Se levantó y salió de la tienda de campaña, situándose de pie junto a esta. Después apuntó al cielo y la disparó. Al instante una bengala salió despedida, iluminando débilmente la playa durante algunos instantes, para después explotar en el aire.
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La doctora salió de su camarote, cabizbaja y pensativa, y se fue caminando hasta llegar al pasillo B-4. No había nadie, todo estaba en un absoluto silencio. Se acercó a la puerta del camarote 40 y apoyó la cabeza. Inmediatamente escuchó los pasos de alguien en el interior del camarote, que luego se aproximaron a la puerta.

Al escuchar esto, Julia se alejó corriendo de ahí y dobló la esquina. Gamboa salió del camarote y miró a cada lado del pasillo. Después se alejo en dirección contraria a Julia. Ella salió corriendo, abrió la puerta con cuidado y entró en el camarote. Nada más entrar vio a Palomares, que estaba maniatado e inconsciente, sentado frente a ella. Cerró la puerta a su paso y se acercó a él. Tenía un trozo de algodón en el brazo, por lo que supuso que ya era demasiado tarde. Se acercó a él para desatarlo, pero entonces se percató de que si lo hacía, el profesor de supervivencia sabría que alguien había entrado en su camarote. Y de todas formas Palomares ya tenía al virus campando a sus anchas en su organismo.

Julia no pudo decidirse, porque en aquel momento escuchó los pasos de Gamboa acercándose al camarote.



Abrió rápidamente las puertas del armario y entró justo cuando la puerta del camarote se abría. Observó a través de las pequeñas rendijas cómo Gamboa cogía una llave de la mesa y salía de nuevo de su camarote. Pero esta vez cerró la puerta con llave…
¿Cómo iba a salir de allí?
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Se quedaron en completo silencio. Piti miró de reojo a Vilma, que también estaba con la boca abierta. No sabían cómo reaccionar, ambos seguían mirando fijamente la fotografía. Entonces, Sol les había mintiendo todo este tiempo. Bueno, en realidad, Elena. ¿Pero cómo se le habría pasado por la cabeza suplantar la identidad de su hermana?

_ Pero… ¿Cómo? –dijo simplemente Piti mirando los azules ojos de Elena-
Las fuerzas de Elena menguaban por momentos, mientras el corazón dejaba poco a poco de latir. Justo en aquel momento la tierra volvió a temblar, y la zona de la montaña se desprendió. Las piedras cayeron rodando, pero los dos pudieron retirarse rápidamente y echar a correr. Elena quedó completamente sepultada, falleciendo en el acto. Vilma lanzó un grito de desesperación al contemplar aquella horrible escena.
_ ¿Dónde están los demás?
_ Al llegar a la zona del pantano seco, decidimos dividirnos en varios grupos. –le explicó Vilma- Yo me quedé con Elena, y con la confusión del terremoto, perdí de vista a los demás… No sé donde están.
_ ¡Pues estamos jodidos! –exclamó Piti- ¿Qué coño vamos a hacer ahora? ¡Puñetera isla!
_ ¡No grites, que por tu culpa estamos aquí! Tú quisiste venir a por los supervivientes, ¡así que basta ya! Vamos a tranquilizarnos y a volver a la cabaña.

Los dos se marcharon de aquel paraje en mitad del bosque y comenzaron a ascender la colina por dónde habían venido, procurando seguir las huellas para no perderse. Faltaba poco para anochecer, por lo que se daban prisa para intentar llegar lo antes posible. Pero aún les quedaba la mitad de camino, y alguien les vigilaba atentamente desde unos arbustos.

Ellos no se dieron cuenta de su presencia, hasta que el sonido de una pisada sobre las hojas les hizo girar rápidamente la vista. Asustado, Piti agarró a su novia del brazo y echó a correr para escapar de allí.
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Agarró su plato, se echó algo de macarrones y volvió a sentarse de nuevo. Echó una ojeada al comedor, estaba repleto de tripulantes que acudían a cenar, al igual que él. Max miró de reojo a Ainhoa, que estaba sentada en la mesa de su izquierda. No podía dejar de mirarla. En cuanto el Estrella Polar llegó al edificio, él se fijó en la hija del capitán. Se enamoró perdidamente de ella. Pero también se fijó en un pequeño detalle: tenía novio, Ulises.

Pero eso lo podía solucionar fácilmente, puesto que el hijo del oficial no había contado a Ainhoa algunas cosillas sobre su pasado. Y Max sabía qué hacer para que ellos rompieran, o al menos,
Ainhoa empezara a desconfiar en su novio. Decidido, se levantó de la mesa sin terminar de cenar y se dirigió hacia la salida. En aquel momento apareció el capitán, por lo que Max chocó con él y cayó bruscamente hacia atrás.

_ Perdón, capitán. –dijo levantándose con ayuda de Ricardo- No miraba por donde iba.

En aquel momento vio que Ricardo se quedaba en estado de shock, con la mirada fija en Max. Sin darle mayor importancia, ya que tenía prisa por cumplir su propósito, se alejó del comedor mientras el capitán lo seguía con la mirada.

Ricardo recordó entonces lo sucedido semanas atrás, cuando encontraron aquel pequeño barco en el que no había nadie, pero la comida estaba caliente y los platos sobre la mesa. En la grabación habían escuchado una voz amenazante que le ordenaba apagar la cámara y entonces se cortaba. En aquel momento le resultó tremendamente familiar aquella voz, y ahora ya sabía de quién era. La voz era de Max. Y él lo conocía antes de embarcarse en el Estrella Polar.

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La cocinera se quitó la bata y la dejó colgada en el perchero. Después se lavó las manos y se las secó rápidamente con la toalla. Exhausta tras aquel día de trabajo, salió de la cocina y se encaminó hacia su camarote. Reflexionó acerca de lo sucedido con Julián. Le había mentido, ocultándole el importante hecho de que su prometido tenía cáncer y era posible que se muriera antes de que ellos llegaran a tierra, si es que algún día llegaban. Ella, ante esta situación, reaccionó como era comprensible: finalizando la relación. Aunque ahora no se arrepentía, se sentía algo triste al haber tratado de aquella manera a De la Cuadra, que en aquellos instantes estaría en alguna parte del mundo, en una pequeña isla, y probablemente ya hubiera encontrado a los supervivientes que habían enviado la carta en botella, pero el oficial estaría triste, y seguramente pensando en ella.

Llegó al pasillo donde estaba su camarote, abrió y la muerta, y al entrar se quedó paralizada. De la Cuadra estaba sentado en la cama, recogiendo sus pertenencias en una minúscula maleta roja. Al verla giró la vista durante algunos segundos, pero después siguió con su objetivo.

_ ¿Qué… que estás haciendo aquí? –preguntó ella al verlo- ¿No me digas que has dejado que los chicos se vayan solos en el barco ruso?
_ Sí. No podía irme, no podía dejarte aquí. –tragó saliva y comenzó un tremendo discurso-

Aunque tú ya no sientas lo mismo, yo te quiero igual, y me arrepiento de lo que hice. Sí, Salomé, no sé que se me pasó por la cabeza para ocultarte una cosa así, pero lo hecho hecho está y créeme, que si pudiera volver atrás y cambiar las cosas, lo haría. Lo haría por ti, porque te quiero y desearía pasarme el día entero contigo. No pido que me perdones, porque sé que en estos momentos te será difícil hacerlo, solo pido que no me eches en cara lo que he hecho. Sólo eso.
Salomé se quedó parada en el sitio, sin moverse y sin tan siquiera pestañear. El oficial la miró preocupado, pero la cocinera recuperó la compostura segundos después, y caminó hasta el baño, derramando algunas lágrimas, aunque tapándose para que Julián no lo apreciara.
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_ ¿Qué hacemos, Jean? –preguntó la cocinera mirando el horizonte, por dónde minutos antes habían visto explotar una bengala- Parece que están en peligro, necesitan nuestra ayuda.
_ ¡Ya lo sé, Charlotte, lo sé! –el capitán permanecía quieto e impasible- Quiero bajar inmediatamente a tierra y asegurarme de que mi hija está bien, pero si bajo sé que puedo poner en peligro a toda la tripulación. No sé lo que hacer, pero también sé que debo actuar lo más rápido posible.
_ Capitán, ¿por qué no manda a un pequeño grupo que baje a ver qué ocurre? –Contestó Charlotte aportando una idea- Nosotros nos quedaremos aquí, esperando y rezando para que todos estén bien. Pero ten fe de que lo estarán. No creo que sea nada importante.

Jean asintió levemente con la cabeza y caminó hacia cubierta. Allí estaban parados cinco tripulantes, dos de ellos echaban una fina red al agua. El capitán les ordenó que bajaran en la última lancha que quedaba a tierra y que trajeran de vuelta a todos sanos y salvos. Los cinco tripulantes asintieron y le prometieron regresar. Aunque eso fuera muy difícil…
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La doctora abrió los cajones en busca de una llave para salir de aquel camarote, pero sin éxito. Suspirando, encontró una pequeña caja blanca con el símbolo del Proyecto Alejandría. Inmediatamente la sacó del cajón y la abrió sin dudarlo. Había una jeringuilla y un pequeño bote en cuyo interior había un líquido azulado. Sin dudarlo ni un segundo, lo tiró contra el suelo. Por fin había destruido el maldito virus de Gamboa, ahora ya no podría chantajear a nadie más, o al menos, a nadie aparte de a Palomares, para quién ya había sido demasiado tarde.

Ahora la cuestión estaba en cómo salir de aquel camarote antes de que volviera el profesor de supervivencia. Porque como regresara y se encontrara al virus destrozado y a ella husmeando en su camarote… Decidida a que no había una maldita llave en aquella maldita habitación, se quitó una horquilla del pelo y se acercó hacia la puerta. La introdujo en la cerradura y probó forzándola, para ver si abría. En un primer intento no lo consiguió, pero tras repetirlo dos veces más, la puerta cedió, abriéndose. Justo en aquel momento escuchó una voz a través del walkie. Lo agarró de su bolsillo, se había olvidado de que lo llevaba. Activó el micrófono y salió rápidamente del camarote, dejando la puerta abierta.

_ Julia, Valeria ya se ha recuperado. –oyó la voz de Ricardo a través del aparato- ¿Qué le parecería celebrar la boda… mañana mismo? Palomares puede oficiarla.
_ Me parece, sinceramente, una gran idea. Ahora mismo se lo cuento a Salomé para que la prepare. Nos vemos en el camarote, Ricardito..
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Por fin, justo cuando ya comenzaba a anochecer, Vilma y Piti llegaron a la explanada situada en el exterior del bosque, aunque algo alejada de la playa, donde estaba situada la cabaña. Siguieron caminando, de la mano, pero se pararon horrorizados ante la escena. El techo de la cabaña se había venido abajo, destruyendo completamente la estructura de la casa.

Había ladrillos y cristales por todas partes, ya que debido a los múltiples seísmos la cabaña no había aguantado y se había derrumbado. Ambos se miraron a los ojos, sin saber lo que hacer. Ya no tenían ni un techo en el que refugiarse, y no encontraban a los demás tripulantes por ninguna parte.

_ Lo mejor será que encendamos un fuego y nos sentemos aquí. Yo iré a buscar algo de comer. –dijo Vilma y dejó a Piti solo, frotando varias piedras intentando que saltaran chispas-

Varios minutos después la embarazada regresó, con algunas frutas silvestres, bayas y dos manzanas. Las guardó en su mochila y colocó la misma en el suelo. Con ayuda de Piti, arrastraron un tronco junto al fuego, que el muchacho había conseguido encender con duras penas, y se sentaron.

Mientras, a menos de un kilómetro de distancia, alguien se afanaba en correr a través del bosque, intentando localizar a los jóvenes que había visto salir corriendo. Pero, debido a su negado estado de salud, se cansó rápidamente y tuvo que pararse en seco para respirar.
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_ Vale, está bien, cálmate Sophie. –decía Marimar, que le costaba hablar en francés- Sé que por lanzar la bengala he hecho que nos vieran desde cualquier parte de la isla, pero, ¿Qué preferías? ¿Quedarnos aquí esperando a que nos maten?
_ También es cierto. Confiemos en que mi padre venga pronto a por nosotros.,,
_ ¡Mira! ¡Son ellos, vienen en una lancha! –gritó Melodié haciéndoles señas para que miraran al agua-

Una lancha se iba acercando poco a poco, a toda velocidad, hacia ellos. El oficial salió de la tienda de campaña al oír tanto griterío y se acercó hacia ellas. Entonces se escuchó un disparo y cayó al suelo, muerto. Sophie gritó y seguidamente todos los tripulantes salieron de la tienda de campaña, quedándose asombrados al ver al oficial tirado en el suelo. Se escucharon más disparos, y la gente empezó a correr de un lado a otro, sin siquiera ver de dónde les estaban disparando. Marimar corrió hacia al agua sin mirar atrás y nadó para alejarse todo lo que pudo de allí. La lancha aún estaba a algo de distancia de ellos, pero navegaba todo lo rápido que podía.

Entonces los tripulantes observaron a un grupo de unas quince personas que aparecían del palmeral y se acercaban hacia ellos, armados.

_ ¿Dónde está Max? –gritó uno de ellos, mientras apuntaba con una escopeta a la cabeza de Sophie-

Nadie dijo nada, tampoco nadie se percató de que Marimar ya se había alejado nadando de allí.

_ Repito, ¡Dónde está Max!
_ ¡Te juro que no lo sé! –exclamó Sophie desesperada- Se fue, ¡se fue, os lo juro! No sabemos donde está.

Melodié se acercó hacia los armados, no podía dejar a Sophie atrás.

_ ¡Por favor, soltadla! ¡No le hagáis nada, por favor!
_ ¡No, Melodié, corre! ¡Vete, sálvate! –le contestó Sophie, y segundos después le dio un puntapié
al hombre que la retenía, y salió corriendo de allí-

En aquel momento Marimar se subió a la lancha, que ya estaba próxima a la playa, y segundos después quedó varada en la misma. Todos los tripulantes corrieron hacia ella, seguidos de Melodie, que corría todo lo que podía. Pero entonces se escuchó un nuevo disparo y Sophie cayó muerta en el suelo, ensangrentando la arena de su alrededor. Sophie no quiso mirar atrás y corrió aun más, con lágrimas en los ojos, y se lanzó a la lancha. Apretujados, no quisieron esperar a todos los tripulantes, por lo que los dos últimos que iban demasiado lentos, se quedaron atrás. La lancha se alejó a todo motor, mientras dos últimos disparos hacían que 2 tripulantes más murieran en el acto.

Los demás ya se encontraban demasiado lejos para que les alcanzaran las balas, pero todos estaban traumatizados, mirando de reojo aquella isla infernal. Allí habían perdido a algunos de sus amigos, al oficial, y a la hija del capitán. Sophie ahora descansaba en paz, junto a Pierre, por fin.
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El sol comenzó a aparecer temeroso por el horizonte, mientras los primeros rayos iluminaban débilmente el exterior del camarote. Varias horas después, Ainhoa se despertó con algo de sueño y salió corriendo hasta el baño. Se lavó la cara, se planchó el pelo y regresó a su cama. Entonces se dio cuenta de que había un sobre encima de su cama. Se acercó a él y lo abrió sin dudarlo.

Entonces se quedó perpleja, había una foto de Ulises junto a la náufraga Dulce en su interior. ¿Cómo era posible que su novio le hubiera ocultado aquel secreto? Ulises había estado con una de las náufragas que entró semanas atrás en el Estrella Polar con la intención de matarlos si no les entregaban la caja negra. Pero él ni se había molestado en contarle ese “pequeño detalle”. En aquel momento Ulises apareció por la puerta, pero al verla con aquella mala cara se quedó en el umbral.

_ ¿Cómo has sido capaz de ocultarme durante tanto tiempo esto? –le chilló Ainhoa mostrándole la foto- Pensaba que podía confiar en ti, Ulises, pero quizá me he equivocado. ¡Cómo no me pudiste contar que estuviste con alguien que intento matarnos! ¡Cómo!
_ Ainhoa, yo me comprometí a no decir nada, lo siento…
_ ¿Qué te comprometiste? –Ainhoa estaba cada vez más enfadada- ¡Lárgate ahora mismo de aquí, no te quiero ver!
_ Pero…
_ ¡FUERA!

Ulises salió del camarote, cerrando la puerta tras él, y Ainhoa se sentó sobre la cama, pensativa. Ya no sabía en quién podía confiar.
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La doctora se puso su mejor ropa: un precioso vestido azul de doble encaje, acompañado de una diadema y unos zapatos azules de tacón. Había llegado el gran día. Había llegado el día en el que se iba a casar con Ricardo. Después de tanto tiempo, las cosas comenzaban a mejorar. Ella se iba a casar y pronto el Estrella Polar llegaría a tierra. En cuánto ellos se casaran pondrían rumbo a tierra.

Pero entonces llamaron a la puerta, y Gamboa entró sonriendo en el camarote. La cerró tras él y se le quedó mirando. Julia se sentó sobre la cama, mientras se ponía unos pendientes y terminaba de alisarse el pelo.

_ Julia, sabes perfectamente que casarte no estaba precisamente en los planes del Proyecto. Esa boda no puede celebrar…
_ ¡Esa boda, MI BODA se va a celebrar! –le interrumpió la doctora, mirándole enfurecida a los ojos- ¡Te guste o no! A la mierda el maldito Proyecto Alejandría, ya te dije una vez que no quiero saber nada más. Déjame en paz, métete el maldito proyecto por donde te quepa. Y ahora lárgate de mi camarote, no me vas a estropear el mejor día de mi vida.

Gamboa no contestó, esbozó una maliciosa sonría y se quedó en su mismo sitio, mirándola fijamente.

_ ¡Qué te vayas! Mira, Ernesto, no sé como decírtelo para que me entiendas. He destruido tu virus, sí, lo he hecho. Ya no tienes nada con lo que chantajearme. Y como no te largues ahora mismo y dejes de tocarme las narices te juro que voy ahora mismo y le cuento todo lo que has hecho desde que te embarcaste a Ricardo. ¡FUERA!

El profesor de supervivencia se fue del camarote dando un portazo, y Julia, orgullosa, tragó saliva y siguió arreglándose.
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_ Perdona, ¿nos conocemos? –preguntó Salomé a una extraña muchacha que paseaba por el pasillo-
_ Pues claro. Llevo meses en este barco, otra cosa será que no hayamos coincidido nunca. Pero yo a ti sí que te he visto.
_ Ah, vale. –contestó la cocinera no muy convencida, ya que conocía a todos los que iban en aquel barco- ¿Cómo te llamas?
_ Celeste. –contestó ella esbozando una sonrisa-
_ Vale, pues Celeste, en unos minutos empezará la boda. Hazme el favor y lleva este ramo de flores al hotel, a la planta 112.
La cocinera le entregó el ramo de flores y se alejó del pasillo, pensativa. Salomé era la única que se había dado cuenta de que Celeste no había embarcado en el Estrella Polar, si no que era una recién llegada.

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Max no podía dejar en quién habría robado el mapa del interior del oso de Valeria. Ahora no sabía dónde iba a poder encontrarlo. De pronto se acordó de que había un niño en el edificio. ¡Él también debía tener un oso de peluche! Salió corriendo a cubierta, se lanzó a la primera barca que vio, y empezó a remara con todas sus fuerzas.
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Todos estaban reunidos, vestidos con sus mejores atuendos, y sentados en la planta 112 del YouHao Hotel. Esperaron durante algunos minutos, y en aquel momento Julia entró lentamente en la sala. Iba preciosa, y se acerca al altar sonriente, mientras Ricardo, vestido con un esmoquin y pajarita, la miraba embelesado. Una música acorde al evento retumbaba mientras los presentes contemplaban felices la escena. Mientras, Estela discutía con Claudia, en la segunda fila.

_ Sé perfectamente que eres la hermana de Leonor, no te molestes en negarlo.
_ No lo iba a hacer. –contestó Claudia, mirando hacia el altar-
_ Por culpa de tu hermana mi padre cambió totalmente. Ella solo le utilizó para robarle información. Y te juro que me lo vais a pagar.
_ ¿Vais? ¿Por qué me incluyes a mí? ¡Yo también odio a mi hermana! Esa egocéntrica narcisista, nunca pensó en mí, me metió en este maldito barco a la fuerza, yo no quería entrar en el Proyecto. ¡Y para colmo se va y me deja aquí tirada! Me dan ganas de matarla…
_ En ese caso, dime donde está, y te prometo que en cuanto la encuentre la mataré yo misma. –contestó Estela sonriente, ajenas a los demás-
_ Está en un submarino que sique de cerca al Estrella Polar. Sólo puedo decirte esto. Y supongo que sabrás que el submarino es de tu padre.
_ ¿QUÉ? –gritó ella y todos los demás se giraron para mirarla- ¡Perdón, lo siento!
Palomares se volvió resignado y continúo hablando.
_ Si nadie tiene nada más que añadir, -Palomares miraba a los novios- Yo os declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Ricardo le dio un romántico y apasionado beso mientras todos aplaudían. Ainhoa miraba feliz a su padre, que por fin parecía contento desde la muerte de su madre. Giró la cabeza para mirar a Ulises, que la miraba de reojo poniendo cara de pena. Ella se volvió resignada.

Y de pronto, dejando asombrados a todos los presentes, Ainhoa cayó al suelo, inconsciente.

Muy bueno el capi.
Oye ¿tu no querías ser guionista? Se te da muy bien, en serio .
¿Y que le pasa a Ainhoa? ¿No estaba ya curada o me he perdido algo? Ay que lo arreglen por fi..
Enhorabuena .

Hola, Ana, sí, yo quiero ser guionista, de hecho también estoy escribiendo un libro ;-) En cuanto a lo de Ainhoa, no puedo desvelartelo, sólo te digo que no tiene que ver con el virus y que se descubrirá en el siguiente capítulo, además de una noticia sorprendente que le unirá a Ulises.

que fuerte, algo que unira a ulises y ainhoa !!! creo que ya se que es y me encanta !! q ganas de leer ya el proximo capitulo !! estoy deseando de ver la parte de ulises y ainhoa pq si es lo que creo me muero de amor !! por cierto enhorabuena por el fic, es fantastico y muy completo!! puedes decir cuando vas a subir el proximo capitulo?? por favor intenta subirlo cuando antes !!

Pues no sé, de momento estoy escribiendo la sinopsis y me pondré a escribirlo lo antes posible, pero supongo que para el martes que viene estará ya publicado!! Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te guste el fic!!

David siguelo que está muy bien, engancha mucho :P

Excelente capítulo :D
Se te da esto genial !
Y es verdad lo que comentan por aqui y tal , Ainhoa ya estaba curada ¿no?

Jiji, me alegro de que enganche ^^ El próximo capítulo será impactante, las dudas comienzan a resolverse, pero se abrirán nuevos interrogantes. Esta temporada tendremos que lamentar varias muertes... (ya habéis visto unos cuantos del barco francés, Sophie y Sol, pero habrá más de importantes) Ricardo conoce a Max antes de embarcar en el Estrella, algunos secretos saldrán a la luz, Piti y Vilma intentarán salir de aquella isla, pero se encontrarán con alguien...

Además, desvelaré lo que ocurrió con el Proyecto y como se desencadenó el fin del mundo. Todo esto en los siguientes capítulos. Por ahora voy pensando como continuar los siguientes, el 4º ya lo tengo planeado ;)

Sí, SamSumTV, Ainhoa ya está completamente curada, se ha desmayado por otro motivo, que como dije a Ana, se descubrirá en el cuarto capítulo (el siguiente), una noticia bastante buena ;)

:O Que intriga dios!! Espero que esto siga tras el final de El Barco...jajaja

Sí, yo seguiré hasta que se me acaben las ideas o hasta que sea demasiado seguir estirando el chicle, pero claro, si a vosotros os gusta que siga yo sigo hasta exprimir todas las tramas por completo ;-)

Un adelanto: La cuarta temporada de mi fic será bastante especial ya que mezclará en capítulos (algunos capítulos enteros) las tramas de los tripulantes hoy en día y lo que les ocurra, pero también "El proyecto Alejandría, el origen de todo" que narrará como comenzó todo.

me esta encantando pero si me permites dar te una idea cuando Ainhoa se encuentra la nota yo lo q aria es q perdone a Ulises y q siga la historia de amor por q de el barco eso es lo q no ha gustado de la tercera temporada q no han dejado estar juntos a Ulises y a Ainhoa pero yo solo digo q doy esa idea y si te ha molestado lo siento :)

Buah, ME ENCANTA en mayúsculas en serio, las tramas auhqslasnkaeby todo, sigue!

No te preocupes BlancaSMarioC3, porque en mi fic no van a estar separados, no te preocupes ;)

Andrea, muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te guste!!

MUY PRONTO, sinopsis del 3x04 (34) 'Un punto en el radar'

Por ahora un breve resumen para dejaros con las ganas: Pasado de Max, pasado de Julia, pasado de Burbuja, mas peligros en la isla, una nueva cara, ¿Quién es Celeste? Palomares, aliado de Gamboa, continúa la aventura del barco francés, y mucho, mucho más...

Porque en mi fic no hay ni un sólo capítulo de relleno . Muchas gracias por haberme leído durante todo este tiempo, y a los nuevos, ¡bienvenidos!. Aunque la serie se acaba, yo seguiré inventándome mis historias, espero que os gusten, y ¡sobre todo que sigáis enganchados al fic! Nos vemos pronto en este viaje...

Me encanta tu fic, espero que lo continúes por mucho tiempo! así podremos seguir teniendo al menos un trocito de la serie y además, estas tramas son mucho más interesantes :)