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Foro El barco

FanFic || Estrella Polar.

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#0
SoniaULINOA
SoniaULINOA
23/04/2012 17:51
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FanFic.
#21
dchamadoira
dchamadoira
14/05/2012 17:16

Capítulo 5: ‘El asesino’

[/u] [/h1]

Vilma cada vez sospechaba más, y se preguntaba, qué demonios había pasado. Ni había cobertura en los móviles, ni iba la televisión, ni los ordenadores, y en cuanto a ese pez que le había mordido… No podía ser una casualidad. Y ella debía averiguar qué había ocurrido, y por qué esa actitud tan misteriosa del capitán, por qué esas ‘reuniones’ a altas horas de la noche con la doctora, y con De la Cuadra… Algo estaba pasando, y ella lo iba a descubrir.
Entre tanto, tenía que acudir a su primera clase de Biología y Bioquímica marítima, ya se había acabado lo bueno, los dos días que habían pasado sin hacer nada. Abrió la puerta, y para su sorpresa, vio que ya estaban todos en clase. Entró rápidamente y se sentó junto a Estela, su compañera de camarote.

_ Martínez. –dijo Julia Wilson pasando lista-

_ Siento el retraso. –interrumpió Vilma y sacó un libro y un cuaderno de la mochila-

_ No pasa nada, Vilma. –le contestó sonriendo- ¿Alguien ha visto a Martínez? Porque según tengo anotado aquí, si que embarcó… ¿Nadie lo ha visto?

_ No. –respondieron todos a la vez-

_ Qué extraño.
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¿Qué demonios había sido ese ruido? Ulises había escuchado claramente un gran golpe en la puerta del camarote de Gamboa, y le había parecido ver a un chaval dentro… ¿Y si había pasado algo? Decidió acercarse, abrió la puerta lentamente, pero no vio ni al chaval, ni nada raro.

_ ¿Por qué entras en mi camarote a escondidas? –le preguntó intimidante Gamboa-

_ Me pareció oír algo…

_ Bueno, pues largo. –le contestó firme y le hizo un ademán de que se marchara- ¡Venga!

Entonces observó boquiabierto lo que había al lado de su deportivo derecho. Se agachó, y pasó el dedo por el suelo, y entonces lo tuvo claro: era sangre. Algo había pasado ahí, estaba claro que a Gamboa no le había sangrado la nariz. Había algo en aquel tipo, desde el primer momento supo que no era de fiar. Y estaba claro que él tenía razón. Y lo primero que debía hacer era largarse de allí y ver quién había desaparecido del Estrella.
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Julia caminó rápidamente por los pasillos hacia el camarote del capitán. Golpeó suavemente la puerta, y entró en la habitación. Ricardo estaba vestido con un impecable uniforme negro de capitán, con su gorra, y sus zapatillas negras, y la esperaba frente a la puerta.

_ Si viene a decirme qué debo contarles a todos la verdad, haga el favor de callarse. –le gritó el en cuanto entró- Ya he reunido a todos en el comedor, y ahora mismo iré y les diré lo que no quieren oír. ¿Contenta?

_ Sí… -murmuró la doctora- Aunque yo no venía por eso.

Así que los dos salieron rápidamente de la habitación, avanzaron por los pasillos y llegaron al comedor, donde se encontraba toda la tripulación de El Barco, esperando impaciente a qué hablara el capitán. Julia y Ricardo se subieron a una pequeña tarima que habían colocado allí y se murmuraron algo entre ellos, para luego comenzar Ricardo con un pequeño discurso:

_ Bueno, no sé muy bien cómo empezar esto, pero… El día que salimos del puerto de Valencia hubo una gran tormenta, que trajo consigo consecuencias terribles. El mundo tal como lo conocéis ya no existe, vuestros familiares han fallecido, pero ahora los tripulantes del Estrella Polar somos vuestra familia.

Todos se echaron a reír, incrédulos ante lo que acababa de decir Ricardo, pero viendo la expresión de Ricardo y la de Julia, que asentían entristecidos, todos dejaron de reír al instante. Algunos empezaron a llorar, y una de las chavalas cayó desmayada al suelo, víctima de un ataque de ansiedad.
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Ulises estaba andando por el pasillo, extrañado tras el raro discurso del capitán sobre ‘el fin del mundo’, y también pensando en quién habría matado Gamboa. Había recorrido todos los camarotes, preguntando si faltaba alguien, pero todos estaban llenos. Tenía que conseguir, fuera como fuera, averiguar a quién demonios había asesinado ese tipo. Avanzó unos metros más, y tras doblar la esquina, se topó de frente con Ainhoa, que venía ojeando un libro.

_ Vaya, vaya, mira quién está aquí. La hija buena del capitán. –le dijo él mirándola fijamente- ¿No puedes dejar de estudiar ni un segundo, empollona?

_ Métete en tus asuntos, listillo. A ti que más te da lo que hago o dejo de hacer.

_ Claro que me da, fea.

_ ¿Me quieres dejar en paz? ¡No te soporto!

Ulises se echó a reír y Ainhoa le miró fijamente a los ojos, y tras unos segundos de incómodo silencio, la hija del capitán se acercó a él y los dos se besaron. Ulises abrió la puerta, agarró de la mano a Ainhoa y los dos entraron en el camarote. Ainhoa se tumbó boca arriba en la cama y empezó a quitarle la camiseta rápidamente a Ulises.

[img=fanficestrellapolar] http://1.bp.blogspot.com/-UvkuIsaKe0U/TYZgEXEnK6I/AAAAAAAAJDs/Wz_CoqOcUA8/s1600/ainhoa%2By%2Bulises.jpg [/img]

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Julia se acercó rápidamente a Ricardo, que se encontraba sentado en la sala de navegación, ojeando unos mapas.

_ Ricardo. En realidad lo que quería decirle es que hay un chaval que se embarcó en el barco el primer día, pero que ha desaparecido.

_ ¿Cómo? ¿Quién ha desaparecido? ¡Julia!

_ Martínez. Hoy no asistió a mi clase, he ido a su camarote y no estaba. No lo encuentro por ninguna parte y en tu discurso tampoco lo he visto.

_ Pues vamos inmediatamente a su camarote. El 28, si no recuerdo mal.

Así que los dos se pusieron en marcha, avanzaron rápidamente por el pasillo hasta el camarote de Martínez. Abrieron la puerta y entraron en la habitación, que estaba muy ordenada. Y lo primero que vio Julia nada más entrar es algo que la dejó boquiabierta. Sobre la mesa, junto a la lámpara estaba una carta que ella no había visto al entrar por la mañana. Y dejar una carta y desaparecer tampoco era un buen augurio. Se acercó a la carta, la abrió y la leyó en alto, para que pudiera escucharla el capitán.

_ Me imagino que pronto leeréis esta carta. He decidido marcharme para siempre, no quiero vivir en este mundo, mi familia y mis amigos han muerto, y yo me voy con ellos.

_ ¿Pero qué estás diciendo? ¡No puede ser verdad –contestó él gritando, y agarró con fuerza la carta, para después dejarla caer- ¡Fíjate! Cuatro días navegando y ya ha muerto alguien. ¡Esto no puede seguir así!

_ ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! –se escuchó un grito de repente-

_ ¿Qué ha sido eso?! ¡Creo que viene de la sala de máquinas!

Así que tras escuchar ese grito, Julia y Ricardo bajaron rápidamente a la sala de máquinas, avanzaron un poco y allí lo encontraron. Martínez estaba colgado en el aire, se había ahorcado, y de su cuello todavía chorreaban algunas gotas de sangre. Estaba claro que no había ocurrido hace mucho. Quizá habían pasado treinta minutos. Nada más. Si hubieran llegado antes, si hubieran evitado que se suicidara… A su lado estaba una chica, que había gritado tras encontrarse el cádaver.

[img=fanficestrellapolar] http://www.exito-motivacion-y-superacionpersonal.com/image-files/ahorcado.jpg [/img]

En aquel momento apareció Gamboa, que había acudido para observar si el plan salía a la perfección. Se acercó a Ricardo, que contemplaba como Julia se llevaba a Martínez en una camilla.

_ ¿Qué ha pasado? –preguntó él para disimular-

_ Se ha ahorcado. Dejó una carta de suicidio y se ahorcó.

_ Ah… -contestó Gamboa intentando parecer que sentía lástima-
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#22
dchamadoira
dchamadoira
19/05/2012 21:46

Capítulo 6: ‘Fin del mundo’

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Ulises se levantó lentamente de la cama, se puso los pantalones, la camiseta y los deportivos y se acercó silenciosamente hasta la puerta. Giró la cabeza, observó como Ainhoa seguía durmiendo plácidamente en el lado derecho de la cama, esbozó una pequeña sonrisa y salió del camarote. De pronto se acordó, tenía que revisar si alguien había desaparecido en El Estrella Polar. Pero al doblar la esquina, y pasar rápidamente por el pasillo junto a la enfermería, observó asombrado que un cadáver yacía sobre la camilla. A su lado, estaba la doctora Julia, revisando unos libros que había sacado de la estantería. Entró rápidamente, echó un pequeño vistazo por si le sonaba quién había muerto y le preguntó.

_ Julia… ¿Quién es y como ha muerto?

_ ¡Ah! –Pegó un pequeño grito al asustarse un poco al no haberlo escuchado entrar- Martínez, lo encontraron ahorcado anoche. Por lo visto dejó una nota de suicidio, no quería vivir después de que se enterara del fin del mundo… Ya sabes.

_ Sí, sí. Bueno, gracias.

Se giró y salió rápidamente de la enfermería. Ese maldito Gamboa había asesinado a Martínez y había hecho que pareciera que se hubiese suicidado. Pero si él lo mató, quizás la doctora descubriera como murió, y se daría cuenta de que no ocurrió por ahorcamiento. Quizás, solo quizás, a él podían creerle, podían creer lo que escuchó, la sangre que vio en el camarote de Gamboa. Cuando se quiso dar cuenta, estaba de frente contra el camarote de aquel asesino. Decidió acercarse rápidamente, abrir la puerta y entrar como una manada de elefantes en una estampida. Agarró a Gamboa del cuello, y lo puso contra la pared.

_ ¡ASESINO! ¡Confiesa que has asesinado a Martínez! ¡Confiésalo!

_ No sé de qué me estás hablando. Ese chaval se suicidó. Y ahora, ¡Sal de mi camarote! ¡VAMOS!

En aquel momento apareció por allí Ainhoa, que había acudido rápidamente tras escuchar tanto alboroto. Se acercó para separar a Ulises y Gamboa.

_ ¿Pero qué demonios te pasa?

_ ¡Él ha asesinado a un chaval del barco! ¡CONFIESALO!

_ No te inventes más cosas, niñato. ¡SALIR LOS DOS DE MI CAMAROTE! Cuando tengáis pruebas, volvéis. ¡FUERA!

Ulises, resignado, miró con furia a Gamboa y salió echando chispas del camarote. Entonces empezó a caminar hacia el despacho del capitán, pero Ainhoa le agarró el brazo para que se detuviera.

_ Y tú. Después de todo lo de anoche, coges y te largas por dónde has venido sin decir nada, ¡como si solo habría sido un ligue de una noche para ti!

Pero Ulises no contestó, simplemente se acercó y le plantó un beso en sus labios que dejó a Ainhoa todavía más confusa.
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Julia estaba extrañada, acababa de observar que Martínez tenía un traumatismo cráneo-encefálico severo que podía haberle causado la muerte, y él no podía haberse hecho aquello ahorcándose. ¡Lo habían asesinado! Estaba claro, acababa de verlo, Martínez no había muerto ahorcado. Y tan siquiera se había suicidado, alguien lo había matado y había dejado una nota de suicidio para tapar aquello.

Tenía que contárselo al capitán, debían investigar quién había asesinado a Martínez, y por qué. Así que salió de la enfermería y se dirigió al camarote del capitán. Golpeó la puerta, entró sin pedir permiso, y se encontró al capitán recién salido de la ducha, tapado tan solo por una toalla a rayas.

_ ¡Perdón! –Dijo Julia avergonzada, se giró rápidamente y salió rápidamente de la habitación-
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Valeria caminaba lentamente por los pasillos del Estrella, estaba buscando a su hermana para que jugara con ella, no sabía qué hacer, como en ese barco no había ningún niño de su edad… Entonces se dio cuenta de que se le había caído la muñeca que llevaba agarrada en el brazo, se giró y vio que un chico la miraba.

_ ¿Ee-es tu-tuya?

_ Sí. Muchas gracias –respondió ella sonriendo- ¿Cómo te llamas?

_ Bur-bu-buja. ¿Y tú?

_ Valeria. ¡Encantada!
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Estela estaba parada en la cubierta del barco, agarrando en una mano una linterna y en la otra su móvil, que como comprobó, no tenía cobertura. Todavía no había asimilado el fin del mundo, no había asimilado que sus padres, sus amigos, todos habían muerto… Y para el colmo le habían encasquetado vigilar a ella la cubierta del barco desde las ocho hasta las cuatro de la madrugada. Y luego tenía que ir a clase a las nueve. ¿Cuánto se supone que iba a dormir? ¿4 o 5 horas?

Estaba absorta en sus pensamientos, cuando observó para su sorpresa un extraño objeto que estaba en el cielo. Intentó observar lo que era, pero estaba demasiado lejos para observarlo. Y había comenzado a anochecer. Entró rápidamente a la sala de navegación, abrió un cajón y sacó de su interior los prismáticos. Salió a cubierta, se acercó los prismáticos a los ojos, y se quedó horrorizada. Un avión se dirigía hacia ellos a toda velocidad. Los prismáticos se le cayeron de las manos. No podía moverse, no podía reaccionar. Solo estaba ahí parada, intentando pensar qué hacer.
#23
Nagore31
Nagore31
19/05/2012 22:22
Buaaa esta genail enserio! No suelo comentar peroo si quee lo leoo :)))),tengo ganas de saber que hara el avion,si chocarse con el estrella o hundirsee en el marr jajajajaja,igual hay gente o algo...seguidlo prontoo porfa :'D
#24
dchamadoira
dchamadoira
20/05/2012 13:34
Muchas gracias, Nagore! ;) Sí, la verdad esque se está poniendo todo muy interesante... El próximo capítulo muy pronto!
#25
Nagore31
Nagore31
20/05/2012 14:18
De nada hombre :). Y que lo digass jajajajaja, eso espeeero :)
#26
dchamadoira
dchamadoira
20/05/2012 16:55

Capítulo 7: ‘¿Qué cae del cielo?’

[/u] [/h1]

Eran las diez de la noche. Todo estaba en un tranquilo silencio, parecía que todos ya habían terminado de cenar y se habían metido en sus camarotes. Pero ella no podía dormir, estaba dándole vueltas a la cabeza, pensando en lo que ocurrió la noche anterior. Si había hecho bien enrollándose con Ulises…

No quería que se enterara ninguna de sus compañeras de habitación, pero al mismo tiempo necesitaba contárselo a alguien. Además, para su sorpresa, Estela no estaba en el camarote. Cierto, a ella hoy le tocaba vigilar la cubierta del barco. Francamente, después de lo que había dicho días atrás su padre, sobre lo del fin del mundo, nadie sabía lo que les deparaba el futuro. Ni lo que habría ahí fuera, si habría supervivientes, una isla, algo. Porque las provisiones no iban a durar eternamente, ahora era pronto para que empezara a escasear la comida, porque estaban programadas las provisiones para un viaje de dos meses, y tan solo llevaban ocho días… Pero, ¿Qué pasaría cuando hubieran pasado los dos meses, y no habrían encontrado tierra? Intentó no pensar en eso. Tenía otras cosas en las que pensar. Como no podía dormir, decidió salir a dar un paseo por cubierta, mirar las estrellas, estar sentada algún ratito y luego volver a la cama. Al fin y al cabo, ¿Cómo podrían pretender que todos se durmieran a las diez de la noche?

Abrió la puerta lentamente para no hacer ruido y no despertar a Vilma, que estaba durmiendo, la cerró con cuidado y avanzó lentamente por los pasillos. Giró a la izquierda y vio a Estela correr a toda prisa en dirección contraria. Quiso preguntarle qué estaba ocurriendo, pero como ya se había alejado bastante, siguió caminando.
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Siguió corriendo todo lo que pudo, no le quedaba mucho tiempo. Frenó en seco, llamó a la puerta y entró rápidamente.

_ ¡Capitán! ¡Debe venir a cubierta! Un avión se dirige a toda velocidad hacia nosotros.

_ ¿¡Qué?! ¡Vamos inmediatamente!

Del camarote salieron Estela, el capitán, y Julia, para sorpresa de Estela, porque no se había dado cuenta de su presencia. Salieron corriendo por los pasillos, y vieron como ante tanto alboroto algunos alumnos salían asustados de sus camarotes. Pero no tenían tiempo para decirles lo qué ocurría. Salieron rápidamente a cubierta, allí estaba Ainhoa, que había salido para dar un paseo y despejarse. Ainhoa no entendía lo que estaba ocurriendo, hasta que su padre le pasó los prismáticos. Observó con curiosidad a través de ellos. ¡Un avión se dirigía hacia ellos a toda velocidad! Había que hacer algo.

Ricardo dio la voz de alarma por el walkie. Entro en la sala de navegación, y viró algunos grados hacia la derecha. Quizás les diera tiempo de evitar el impacto de aquel avión. Salió de nuevo a cubierta, y volvió a mirar por los prismáticos. Aquel avión cada vez estaba más cerca. Era casi imposible que les diera tiempo a evitar el choque.
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Todos los alumnos salían rápidamente de sus camarotes. Un extraño pitido se repetía incesantemente, era la voz de alarma. Los pasillos estaban llenos de estudiantes asustados, qué preguntaban preocupados por lo que estaba ocurriendo. No les habían permitido salir a cubierta, les habían obligado a quedarse en el pasillo L-1.

Ramiro salió de su camarote, y se unió a aquel bullicio de gente que esperaba agolpada alguna noticia del capitán. Pero nadie decía nada, nadie explicaba lo qué estaba pasando, porqué les habían avisado por megafonía que salieran todos de sus camarotes y permanecieran en los pasillos. Y segundos después se había activado la alarma. Algo estaba ocurriendo, y bastante grave debía ser. Aunque tras aquella tormenta que lo destruyó todo, cualquier cosa podría pasar. Un ruido se escuchaba cada vez más fuerte.

De pronto, todos lo percibieron con claridad. Era el ruido de un avión que se acercaba a ellos cada vez más. Y entonces, cundió el pánico. La gente empezó a gritar, y hubo una estampida, todos empezaron a correr sin ningún rumbo, intentando buscar un lugar donde protegerse de algún choque de un avión. La gente corría como loca por los pasillos, pisando a los que tenían la desgracia de haberse caído en medio de aquella estampida, sin socorrer a nadie.

Cuando el pasillo L-1 se hubo vaciado, nadie se dio cuenta de que en el medio, yacía un chaval tumbado inmóvil en el suelo, con algunos moratones, y gotas de sangre que le bajaban de la cabeza.
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De la Cuadra caminaba rápidamente por los pasillos, intentando abrirse paso entre aquella multitud de estudiantes. Salió a cubierta, que ahora estaba llena de curiosos que miraban asustados al cielo.

_ ¿Pero qué pasa, copón? –dijo De la Cuadra y miró hacia el cielo- ¿Qué estáis mirando todos?

Nadie le prestó atención, todos estaban preocupados, observando lo que ocurriría en los segundos siguientes. El Estrella Polar viró lentamente hacia la derecha, mientras el avión se precipitaba hacia ellos a toda velocidad, pero justo en el momento de recibir el impacto, el avión también viró, pero hacia la izquierda. Afortunadamente, ni tan siquiera les rozó, y menos mal, porque hubiera acarreado consecuencias fatales. Si les hubiera tan solo rozado algunos compartimentos, el Estrella habría terminado naufragando. Y en aquel mundo sin tierra, estarían condenados a morir. Pero no había ocurrido eso, y todos se alegraron por unos instantes, hasta que el avión se estrelló contra el agua. Entonces hubo una gran explosión, seguida de una pequeña ola que inundó una pequeña parte de la cubierta del barco, tirando a algunos alumnos al agua. Rápidamente les tiraron unos flotadores, y les subieron de nuevo al Estrella.
En el agua, todos contemplaron horrorizados decenas de objetos flotando, libros, revistas carbonizadas, peluches, e incluso algún cuerpo. Estaba claro que nadie había sobrevivido al impacto.

Aunque en aquel momento observaron estupefactos como caía lentamente algo del cielo. Se fijaron más, y en aquel momento Ramiro lo vio. Lo que caía del cielo era una persona que había desplegado un paracaídas.
#27
Nagore31
Nagore31
20/05/2012 18:34
Wuaaaa, felicidadeess en serio!! Esta genial, has sabido explicar super bien todo lo del avion.Tengo dos dudas,la primera, quien puede ser el que se ha quedaod medio muerto en el pasillo y la segunda quien es y que intenciones tiene el que ha caidoo del cielooo :D,
Siguelo YA por dioss jaaj
#28
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 17:16
Tus dudas se van a responder, pero a su tiempo. Dentro de dos capítulos todo se empieza a complicar... Habrá flashbacks para contar pasados, e incluso alguna muerte... ¡Ya veras!
#29
Nagore31
Nagore31
21/05/2012 17:31
Guay! Cuanto misterio! Me encanta :D,espero que siga igual de bien que hasta ahora,y me gustaria que hubiera alguna muerte, aunque depende quien muera, pero le daria bola a la historia, tengo ganas de mas capitulos :D
#30
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 17:35

Capítulo 8: ‘El extraño visitante’

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Vilma avanzaba lentamente por los pasillos, buscando a alguien entre aquellos camarotes vacíos. ¿Qué había pasado? Ella se había quedado dormida en su camarote, y al despertarse, no estaban ni Estela ni Ainhoa. Y luego, había sentido el movimiento brusco del barco, y segundos después algo que caía en el agua, a tan solo unos metros de ellos. Luego el barco se movió ligeramente, pero no ocurrió nada más.

Revisó todos los camarotes, no había nadie, ni en los pasillos. Miró en el comedor. Tampoco. Giró a la izquierda, para subir a cubierta, y lo vio. En el suelo, a tan solo unos metros de ella, había un chaval tirado en el suelo. Estaba inmóvil, y ensangrentado. Se acercó rápidamente y lo reconoció. Era Piti, que yacía inconsciente en el móvil, con cantidad de moratones, gotas de sangre alrededor de su cabeza, y heridas que le recorrían las piernas y los brazos. ¿Qué demonios había pasado?

En aquel momento Vilma empezó a asustarse. Gritó pidiendo ayuda, pero nadie acudía a su llamada. Miró de nuevo a Piti, parecía que estaba muy grave. Si no hacían algo pronto…

_ Espérame aquí. No te muevas, volveré con ayuda. –dijo ella por si Piti podía escucharle-

Le dio un beso en la mejilla, y salió corriendo a la enfermería. Ahí tampoco había nadie, ni la doctora. Decidió entonces salir a cubierta. Y para su sorpresa, toda la cubierta estaba llena de estudiantes, toda la tripulación se había reunido ahí. Avanzó lentamente, y observó los restos de un avión que flotaban en el agua. A tan solo unos metros de ella, al lado del Estrella Polar, distinguió a una persona que flotaba entre aquel mar de miseria. Estaba muerta. Solo había que mirar como había quedado el avión. Y ella ni se había enterado de lo que había ocurrido.

_ ¡Mirar! –dijo Ramiro entre la multitud- ¡Es una persona!

Miró donde señalaba la mano de Ramiro, y entonces lo vio. En efecto, una persona, que colgaba de un pequeño paracaídas, bajaba lentamente hacía el agua. Entonces cayó, y segundos después salió de nuevo a la superficie, y empezó a nadar hacia ellos.
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Piti yacía todavía inconsciente en el pasillo L-1 del Estrella. Estaba en una especie de trance, toda su vida comenzó a pasar ante sus ojos. Vio su nacimiento, sus cumpleaños, su infancia, sus amigos, su familia… Y de pronto todo se apagó.

Se sumergió en una completa oscuridad. Todo se había apagado, sus recuerdos habían cesado de pasar ante él. Y entonces, surgió de la nada. Un tremendo rayo de luz le alumbró de repente. Tenía la sensación de que debía ir hacia la luz. Sentía que debía abandonar esa completa oscuridad y adentrarse en el horizonte. Comenzó a andar, primero lentamente, luego más rápido. De pronto observó una cueva, y en el interior, estaban sus padres y todos sus amigos esperándole. La luz provenía de aquella misteriosa cueva. Se quedó pensando, y luego avanzó lentamente hacia la cueva, como hipnotizado.
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Todos entraron de nuevo en el interior del barco. Les habían ordenado salir de cubierta por si aquella persona estuviera enferma, o algo por el estilo. Julia se acercó rápidamente a la cubierta, llevaba una especie de traje protector. Le alargó el brazo para ayudarle a subir. Le echó un rápido vistazo. Era un hombre de algo menos de treinta años, moreno, bastante alto y con el pelo corto. Vestía una especie de uniforme. Era un uniforme de piloto.

A simple vista no parecía enfermo. Le revisó por si llevaba alguna pistola o algo por el estilo. Nada. Se quitó el traje para poder escuchar lo que decía. Entonces le hizo una señal y le acompañó al despacho del capitán.
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Justo cuando estaba a punto de tocar con sus manos la entrada de aquella gigantesca caverna, alguien gritó su nombre. Frenó en seco. De nuevo alguien repitió su nombre, se giró y la observó. Era ella. Vilma repetía una y otra vez su nombre. Entonces se dio la vuelta y caminó hacia ella. Y entonces todo se apagó de nuevo. Sus amigos y sus padres desaparecieron, junto a la luz, y entonces sintió como si cayera cientos de metros hacia el vacío. Y de pronto, abrió los ojos.

Miró aturdido a su alrededor, estaba en la enfermería del Estrella Polar. Junto a él, estaba sentada Vilma, que no cesaba de mirarle buscando algún movimiento que le certificara que estaba vivo. Al otro lado, estaba Julia, que sostenía una aguja en la mano.
No recordaba nada de lo que había pasado. Lo único que sabía con seguridad es que había comenzado su viaje en aquel barco, y… Y algunos días después les dijeron que el mundo tal como lo conocían, se había acabado.

_ ¿Qué..? ¿Qué ha pasado? –le preguntó a la doctora Julia-

_ ¡Piti! –gritó Vilma al escucharle hablar, y se acercó a él rápidamente- ¿Estás…?

_ Es difícil de explicar. –le interrumpió Julia- Lo diré brevemente. Un avión se precipitaba hacia nosotros, y entonces cundió el pánico. Hubo una estampida y acabaste en el suelo. Nadie advirtió tu presencia, y todos te pisoteaban corriendo como locos. Eso es lo que ha ocurrido.

_ Sí, estoy bien. –contestó Piti- ¿Y qué me ha ocurrido a mí, Julia?

_ Bueno, tienes un traumatismo cráneo encefálico severo, pero afortunadamente no te causó la muerte. Vilma nos avisó justo a tiempo. También tienes algunas contusiones en el brazo derecho y la pierna izquierda, y algunos moratones e heridas. Nada más.

_ Ah. –dijo Piti y se giró hacia Vilma- Y gracias a ti…

_ De nada –contestó Vilma y se acercó un poco más a Piti, sentándose en la camilla, con cuidado de no sentarse encima de su pierna-

_ Bueno… –contestó Julia y caminó rápidamente hacia la puerta, cerrándola tras ella-

_ Pensé que estabas enfadada todavía. –murmuró Piti-

_ ¿Y qué si lo estoy? Aunque lo estuviera, no te iba a dejar ahí tirado. –Contestó ella y se alejó hacia la puerta, aunque aliviándose porque él estaba vivo- Eres estúpido si crees eso.

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#31
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 18:41

Capítulo 9: ‘La inmersión’

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Ainhoa caminó rápidamente hacia su camarote. No podía creer que le hubiera hecho eso Ulises. Pensaba que a ella la quería… Pensaba que él no era así, por mucho que le dijera Vilma. Pero ya había comprobado que no. Y francamente, no quería volver a verlo. Giró a la derecha, vio a Gamboa. A ese tampoco lo quería ni ver. Siguió caminando, ignorándole completamente y haciendo como que no le había visto, pero le agarró fuertemente del brazo. Le mordió con todas sus ganas y se encerró en su cuarto. Se llevó las manos a la cabeza, y empezó a llorar. Cerró con el pestillo, y se agachó lentamente hacia el suelo, inmersa en un mar de lágrimas. Agarró la muñeca de Valeria, que estaba tirada en el suelo a su lado, y de nuevo comenzó a llorar. Gran cantidad de recuerdos se le pasaron por la mente. No podía permitir que les hicieran eso, debía hacer algo…

Cuatro horas antes

Julia miró de arriba a abajo al recién llegado. Estaba claro que no estaba enfermo, ni tenía armas. Pero no podían fiarse de nadie. Le dirigió una mirada de consentimiento al capitán y se sentó en la silla. Entonces Ricardo le invitó a sentarse, y comenzó a hablar.

_ Cuéntanos algo acerca de ti. –le dijo Ricardo al extraño, mirándole interrogante- Tú ya lo sabes todo sobre nosotros, te hemos acogido aquí. Lo más lógico es que al menos te presentes.

_ Sí, como no. Me llamo Roberto, Roberto Muñoz. –comenzó a hablar Roberto- Bueno, el día 20 de Abril, el día de la ‘tormenta’, partí del aeropuerto de Barcelona a eso de las ocho. Estuvimos algunas horas en un trayecto bastante normal con dirección a Moscú, y de pronto, sentimos algunas turbulencias. La alarma comenzó a sonar, y todo comenzó a agitarse. Entonces hubo una gran tormenta, perdíamos el control. Intenté comunicarme con tierra, pero nada. No me contestaban. Envíe mensajes de socorro a todos los aeropuertos que estuvieran próximos, pero parecía que todo el mundo había desaparecido. Y de pronto todo se estabilizó, y ya no había ningún problema. Empezamos a extrañarnos de no ver ni otros aviones en el radar, ni de mantener ninguna comunicación con tierra. Nadie nos daba permiso de aterrizar, y poco a poco se nos iba acabando el combustible...

_ Ah. –interrumpió Julia- Entonces, ¿Eres el piloto de aquel avión, no?

_ Sí…– contestó Roberto y prosiguió- Y entonces ya no quedó ni una gota de combustible. Y caímos en picado. La verdad es que a mí me entró miedo, me cogí un paracaídas y me lancé antes de que el avión llegara al agua. Me avergüenzo de lo que hice, no estuvo nada bien. Y los demás pasajeros, las azafatas, el copiloto, todos murieron…Todos menos yo. Por lo demás, no sé nada. Pero hay una cosa que sí sé, donde está la tierra.
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Ulises se puso el traje de neopreno, y espero las instrucciones. De un momento a otro llegaría De la Cuadra y bajarían buceando para intentar encontrar la caja negra del avión, provisiones, cualquier cosa. Quizás con la caja negra, podían averiguar dónde se encontraba tierra e ir a esas coordenadas. Quizás, solo quizás. Ricardo le dijo por el walkie que se prepara para sumergirse.

Segundos después se lanzo al agua, y se acercó rápidamente a los escombros del avión, que flotaban a unos pocos metros de la cubierta del Estrella Polar. Buceó algunos metros bajo el agua y empezó a buscar entre aquel mar de basura. No parecía que hubiera nada de utilidad, hasta que lo vio. A algunos metros de él. Claramente, aquello era la caja negra del avión. Se acercó buceando hacia ella, y entonces se quedó sin aire. Intentó subir hacia arriba, pero algo le agarraba del pie. Se había enredado en una especie de coral, o algo por el estilo. Intentó nadar hacia arriba, pero era inútil. Forcejeó durante algunos instantes más, y luego quedó inconsciente.
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_ ¿Cómo que sabe dónde está la tierra? ¡Pues dígalo, vamos! ¡No se quede callado, demonios! –empezó a gritar Ricardo-

_ Capitán, ha ocurrido algo. –dijo Gamboa, que acababa de entrar en el despacho, mirando fijamente a Roberto- Ulises se quedó sin aire durante la inmersión para lo de la caja negra, ya sabe… El caso es que está en cubierta, parece grave..

_ Voy inmediatamente –contestaron a la vez Julia y Ricardo y salieron de la habitación, dejando solos a Roberto y a Gamboa-
#32
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 18:41
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Ainhoa estaba muy contenta, había quedado con Ulises para tomar algo en el comedor, y luego dar un paseo por cubierta. Se duchó, se vistió con lo mejor que tenía en el armario, y se arregló todo lo que pudo. A eso de las diez de la noche metió a su hermana Valeria en la cama, y salió sin hacer ruido del camarote. Llegó a cubierta, y esperó durante algunos minutos. Ulises no aparecía y los minutos pasaban. Empezó a impacientarse. Era normal que llegara algo tarde, pero no tanto. Se empezó a preocupar y decidió irse al camarote de Ulises, por si lo encontraba allí.
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_ ¿Qué ha pasado? –dijo Ulises mirando a su alrededor-

Estaba en la enfermería del barco. Miró su reloj, eran las diez y media. ¡Había quedado con Ainhoa a las diez! Se levantó de la cama, sin esperar a que le dijera lo qué había ocurrido la doctora, y salió rápidamente de la enfermería, hacia su camarote. Se vistió todo lo rápido que pudo, y se dirigió hacia la puerta, pero entonces Estela entró en el camarote.

_ Me han contado lo que te ha ocurrido. –dijo Estela mirando fijamente a Ulises- ¿Estás bien?

_ Sí, sí. –dijo Ulises en tono cortante y mirando constantemente el reloj- Perdona, tengo prisa.

_ No tienes por qué fingir. –le contestó Estela y se acercó más a él- Tú y yo lo sabemos.

_ Mira, niña, no sé de que me estás hablando, pero…

En aquel momento, y sin esperar a que él terminara, ocurrieron dos cosas. Estela se lanzó a los labios de Ulises y justo entonces Ainhoa abrió la puerta. Ainhoa le empezó a gritar a Ulises, y salió de la habitación dando un tremendo portazo. Ulises se quedó allí parado, y Estela salió también del camarote.
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Caminó rápidamente por los pasillos para subir a cubierta. En aquel momento quería estar sola y olvidarse de todo. No podía creer lo que había visto. Ulises había quedado con ella, y no había aparecido. Tenía otras cosas más importantes que hacer, como liarse con Estela. Algunas lágrimas brotaron de sus ojos y bajaron lentamente por sus mejillas. Intentó no recordar lo que acababa de ver.

_ Hola. –dijo Gamboa, a algunos pasos de ella, mirándola fijamente-

_ Perdona, pero ahora no tengo ganas de hablar contigo, ¿Vale? Déjame en paz.

_ Tú y yo acabaremos juntos, quieras o no. –le contestó él, intimidante-

_ Pero, ¿Tú qué demonios te crees que eres? –contestó ella y le pegó una bofetada- ¡Eh!

Gamboa le agarró fuertemente y la empujó contra la pared.

_ Puedo entender que no quieras estar conmigo, pero no estarás con nadie más. Si me entero de que estás con alguien, te juro que mataré a Ulises, a Valeria, y al pobre capitán. Y más te vale no contar a nadie lo que te acabo de decir. –contestó él y se largó dejándola allí-

En aquel momento el mundo se le vino encima. Era la guinda que le faltaba en el pastel, la gota que colmaba el vaso, después de su mierda de día, le acababan de amenazar de muerte. Y no a ella, sino a su familia. Y a quién más quería en el mundo era a su hermana Valeria. Pero Gamboa tampoco tenía por qué preocuparse, porque parecía que lo de Ulises había durado poco de por sí. A ella le daba igual que le matara a aquel niñato, o que le hiciese lo que querría. En realidad, no le daba igual, y sentía algo por él, pero estaba muy dolida por lo que acababa de presenciar en el camarote de Ulises. Intentó calmarse un poco, pensar un poco en lo ocurrido y caminó lentamente hacia el comedor.
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Ricardo acababa de ponerse el pijama, y ya se había tumbado en la cama. A su lado, miró feliz como dormía tranquilamente la pequeña Valeria. Se levantó de nuevo, le dio un beso de buenas noches, y volvió a la cama. Cuando estaba a punto de alcanzar el sueño, alguien llamó a la puerta. Lo ignoró completamente, fuera lo que fuese, seguro que no era importante. Suficientes cosas habían pasado aquel día. Volvió a concentrarse en dormir, y de nuevo escuchó otros golpes en la puerta. Se hartó, se levantó enfurecido y abrió rápidamente la dichosa puerta.

_ ¿Qué demonios ocurre? –murmuró él enfadado- Mi hija está durmiendo, y a mí también me gustaría dormir, si me lo permiten, claro. Espero que sea importante

_ Sí, es importante…

_ Pues venga, dígalo, no tengo toda la noche. –le interrumpió Ricardo impaciente-

_ Han encontrado muerto a Roberto. -contestó Julia mirando al suelo-
#33
Nagore31
Nagore31
21/05/2012 19:09
Buaaaaaaa!!!!! Ahora si que siiii!! Se pasaa el fic. ¿Por que has matado a Robertiño?? Sabiaa donde estaba la tierra y no le has dado tiempoo a decirlo al pobre xD. Y has explicado genial cuan Piti esta a punto de palmarla jajjaja,y todo el resto tambien.Que cabron Gamboa por dios...jajajajaja,y pobre Ainhoa claro :)
Por cierto, 2 capitulazos, di que si ;D jajajaa
#34
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 19:16
Jajajaja, muchas gracias. La verdad es que todo se está complicando... y buff. Va a ir a peor, las relaciones siguen su curso. Ainhoa y Ulises y Gamboa... Nuevos sucesos en el Estrella Polar... Quizás nuevos personajes. Y las muertes no han acabado. ¡Menudos capítulos nos esperan! ;) Cuenta atrás para que lleguemos a la '2ª temporada de verdad en la serie, aunque yo me invento casi todo' JAJA
#35
Nagore31
Nagore31
21/05/2012 19:43
De nada :), bufff y que lo digas.¿Va a ir a peor? Vaya hombre xD,el trio ese chungolo veo jjajajaja.Yo quierooo que haya nuevos personajess y mas tramass :D Esooo esperooo. Y para inventartelo lo estas haciendo muy bien ajjjaja :)
#36
dchamadoira
dchamadoira
21/05/2012 20:05
Jajajaja. Tú espera, y verás. Pero jajaja, menuda trama más interesante e intrigante ;P
#37
dchamadoira
dchamadoira
22/05/2012 13:59

Capítulo 10: ‘La bandada’

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Poco a poco, los rayos de sol empezaron a aparecer por el lejano horizonte. No se distinguía ni una sola nube en el cielo, y parecía que sería un día tranquilo…

El sonido del despertador la obligó a despertarse. Agarró la almohada rápidamente y se la puso entre las orejas, para no escuchar el pitido. Agarró el despertador y lo lanzó contra el suelo. De pronto miró su reloj, las ocho y media. Miró a las otras dos camas que había en el camarote, no estaban ni Vilma ni la guarra de Estela. Se levantó rápidamente y se vistió todo lo rápido que pudo, se lavó un poco la cara, cogió la mochila y se dirigió a su clase de Supervivencia. Genial, ahora vería a ese maldito Gamboa, y seguramente también a Ulises. Dió un golpe a la puerta de la clase, entró y se sentó junto a Vilma. Su amiga Vilma la miró, iba poco arreglada y con pintas de haberse acabado de levantar.

Giró la cabeza y lo miró de reojo. Tres asientos detrás de ella, ahí estaba. Ulises la miró con cara de pena. Ninguna mirada podía justificar lo que había hecho. Volvió a girarse e hizo como que estaba prestando atención a lo que decía Gamboa. Abrió lentamente el cuaderno, e hizo como apuntaba algo, ignorando completamente todo lo que explicaba Gamboa. Al fin y al cabo, ¿A quién le importa?

El graznido de un pájaro la despertó de sus pensamientos. Volvió a la realidad, y la realidad era que un pájaro había aparecido por el conducto de ventilación. Lo miró con más atención, era un pequeño pájaro negro con una larga cola, una especie de tordo, o de cuervo… Entonces se dio cuenta de lo raro que era aquello. Habían pasado bastantes días desde aquella tormenta que lo destruyó todo. Y ahora aparecía un pájaro en medio del mar. Y estaba claro que tendría hambre, y sed, de haber pasado días sin parar de volar. No había que ser muy listo para darse cuenta, ellos eran como una especie de ‘tierra flotante’ y si había muchos más pájaros por la zona…
Entonces miró horrorizada por la ventana, acababan de aterrizar en la cubierta otros tres pájaros más. Tenía que avisar a su padre de que ocurría algo…
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Ricardo miró el cadáver que yacía sobre la camilla de la enfermería. Dos personas habían muerto en el Estrella Polar en tan solo los ocho días que llevaban de curso… Se giró de nuevo y miró a Julia.

_ ¿Cómo ha muerto? Porque es un poco sospechoso que un piloto de un avión nos diga que sabe dónde está la tierra, y antes de que pueda decirnos dónde, lo encuentran muerto.

_ Pues. Ha tenido un paro cardíaco. –mintió Julia mirando fijamente a Ricardo- Es todo lo que puedo decir por ahora.

_ Está bien. –contestó el capitán muy poco convencido y salió de la enfermería-

En cuanto hubo salido el capitán de la enfermería, y habían pasado algunos segundos, entró rápidamente Gamboa y se acercó a Julia.

_ ¿Le dijiste lo que te dije, no? –le dijo Gamboa- ¿No?

_ Sí. Claro que sí. –Contestó ella algo nerviosa- Pero no me gusta mentirle al capitán.

_ Julia, no querrás que el capitán se entere de nada sobre el Proyecto Alejandría, ¿NO? –

Contestó él elevando bastante la voz- ¿NO?

_ Por supuesto que no, pero…

_ Ni peros, ni nada. –contestó Gamboa rotundamente y salió de la enfermería-

Julia se sentó junto a la camilla y se quedó pensativa. No sabía si era muy ético lo que estaba haciendo por un maldito proyecto. Al fin y al cabo, todo había salido mal, y ella estaba ayudando a otras personas a las que ella misma no les importaba, ni Gamboa tampoco. Y estaba ayudando a encubrir un asesinato, que era lo peor de todo lo que había hecho nunca.
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Ricardo abrió la puerta y salió lentamente a cubierta. No estaba muy convencido de que Roberto hubiera muerto de un paro cardíaco, pero si lo decía la doctora, tenía que creerla. Aunque era muy sospechoso que apareciera el primer superviviente aparte de ellos desde la tormenta, y acabara muerto sin poder decirles donde estaba la tierra. Pero él tampoco tenía ningún derecho para dudar de la palabra de Julia. Decidió creerse esa historia, pero investigar por su cuenta. Entonces se dio cuenta de algo. Quizás Ramiro podía ayudarles a descifrar la caja negra, y saber donde había tierra. Pero en aquel momento tenía otras cosas más importantes en las que pensar, y es que, observó horrorizado como una bandada de cientos de aves se dirigían volando hacia ellos. Dio la voz de alarma por el walkie y se metió rápidamente en el interior del barco.
Sacó las llaves de su bolsillo y cerró rápidamente la puerta que comunicaba la cubierta del barco con el comedor. Segundos después se activó una alarma y se escuchó la voz de De la Cuadra por megafonía.

_ ¡Atención! Todos los alumnos dirigíos a vuestras habitaciones y cerrar los conductos de
ventilación con lo que podáis. Una bandada de pajarracos viene hacia nosotros. Cerrar puertas y ventanas y permanecer en vuestros camarotes hasta nuevo aviso.

El pánico cundió de nuevo, y en un abrir y cerrar de ojos, todos los pasillos estaban vacíos. Ya no quedaba nadie en los pasillos, ni en las clases, ni en la cubierta. ¿Nadie en la cubierta? Ricardo salió del comedor sin observar como alguien en cubierta forcejeaba por abrir la puerta para tratar de entrar en el Estrella Polar.
#38
dchamadoira
dchamadoira
22/05/2012 14:00
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Ulises caminó rápidamente por los pasillos, buscando desesperadamente a Ainhoa. La había visto salir de clase, y media hora más tarde, habían dado la voz de alarma. Y entonces ella había desaparecido. Tenía que encontrarla y hablar con ella, explicarle lo que había ocurrido la noche anterior con Estela. Golpeó a la puerta y entró en el camarote de Ainhoa. Pero ahí solo estaban Vilma y Estela, que se afanaban en cerrar el conducto de ventilación con cartones precintados.

_ ¿Habéis visto a Ainhoa? –Dijo él evitando la mirada de Estela- No la encuentro por ningún lado.

_ Yo sí. La vi hace unos veinte minutos, creo que iba a cubierta para despejarse un poco, pero no estoy muy segura. ¿Por qué? –contestó Vilma y vio que Ulises se había ido a toda prisa-
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Ainhoa intentó pensar en qué podía hacer. Miró hacia el cielo y vio como la bandada de pájaros se acercaba a ella cada vez más. Empezó a golpear fuertemente la puerta. Era inútil, estaba cerrada a cal y canto. Volvió a intentar abrir la puerta histérica, pero tampoco lo consiguió. Miró en su bolsillo por si llevaba el walkie, pero no tuvo suerte. Se llevó las manos a la cabeza y empezó a dar vueltas, intentando pensar.

Era el final. Ella iba a morir allí, estaba claro. Si nadie acudía en su busca antes de que llegaran esos malditos pajarracos, se acabó. Pero al menos tenía que luchar, y no rendirse a la primera de cambio. Giró la cabeza y vio horrorizada como los primeros pájaros ya habían aterrizado en la cubierta del Estrella Polar y se acercaban hacia ella intimidantes. Ainhoa se acercó más hacia la puerta, y empezó a pegarle patadas, intentando tirarla abajo. Pero no lo consiguió, y segundos después, decenas de pájaros volaron hacia ella y comenzaron a atacarla. En aquel momento Ulises entró rápidamente en el comedor, agarró las llaves del bolsillo, y abrió con cuidado la puerta. Salió todo lo rápido que pudo, agarró a Ainhoa, que estaba desmayada en el suelo, y cerró la puerta. Afortunadamente, solo media docena de pájaros habían conseguido entrar en el comedor. Cerró la puerta con llave, y miró a Ainhoa. Tenía bastantes heridas por todo el cuerpo y una brecha en la frente. Intentó reanimarla, pero no respondía. Agarró fuertemente a Ainhoa en sus brazos y salió hacia la enfermería.

Mientras, decenas de pájaros se afanaban por entrar y atacar a aquel banquete que esperaban atemorizados en sus camarotes. La cubierta se había llenado de cientos de pájaros, plumas y restos de peces que habían traído consigo. Pero para el horror de todos, más y más pájaros seguían llegando, hasta que toda la cubierta del Estrella Polar estaba llena de cuervos, palomas y gaviotas que intentaban ansiosas acceder al interior.
#39
Nagore31
Nagore31
22/05/2012 19:50
Cada vez escriber mejor!! Pedazo capítulo. Aunque no me gusta que Julia mienta al capitán para proteger el proyecto.... Todo está genial, y tampoco quiero que muera Ainhoa :(, quiero otro capítulo YA :D
#40
dchamadoira
dchamadoira
23/05/2012 16:52

Capítulo 11: ‘El Proyecto Alejandría’

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_ Afortunadamente Ulises te encontró a tiempo. –dijo la doctora mirando a Ainhoa- Unos segundos más y esos pájaros te habrían despedazado.
Ainhoa miró con algo de desprecio a Ulises. Poco a poco, la mirada de desprecio se convirtió en agradecimiento. No sabía por qué había actuado como lo había hecho, sin dejarle tan siquiera explicarse. ¿Y si eso no era lo que parecía?

Julia salió rápidamente de la enfermería para dejarles charlar y avanzó por los pasillos hacia su camarote.

_ Ainhoa. En realidad no ocurrió como pensabas. –comenzó a hablar Ulises, sentado en la camilla junto a Ainhoa- Por la tarde estuve buceando entre los restos del avión para encontrar la caja negra y podamos descubrir dónde hay tierra. Pero me quedé enganchado y me quedé inconsciente bajo el agua. Cuando me desperté estaba en la enfermería, y como ya era muy tarde, fui a mi camarote para cambiarme de ropa. Entonces, justo cuando iba a salir llegó Estela y me plantó un morreo. Y el resto ya lo conoces…

_ ¿Pretendes que me crea ese cuento? –contestó Ainhoa enfadada- Gracias por salvarme la vida. ¡Ahora, lárgate!
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Julia caminaba rápidamente por los pasillos, llevaba entre los brazos unos cuantos papeles. Al girar, se chocó contra el capitán, que venía en sentido contrario, y todos los papeles cayeron al suelo. Los dos se agacharon a recogerlo, y sus manos se tocaron, y sus miradas se cruzaron, y entonces Ricardo, al agarrar una hoja, leyó lo que ponía en la esquina: ‘Proyecto Alejandría’ No sabía lo que era aquello y no quería pensar nada que no fuera cierto, así que ayudó a recoger todos sus papeles a Julia, se despidió y se fue de allí confuso y sonrojado.

En aquel momento Gamboa salió de la nada y se acercó a Julia, que estaba ordenando los papeles. Le miró fijamente, y le hizo un ademán para que entrara en su camarote.

_ ¿No le habrás contado nada al capitán? ¡JULIA! ¡Contéstame!

_ ¡No, no le he contado nada! –respondió ella histérica- Pero, ¿Y qué si quiero hacerlo? Sabes tan bien cómo yo que a quiénes ayudas les importa bien poco la vida de todos los que están en este barco, incluido tú.

_ Mira, Julia.. –contestó Gamboa agarrándola fuertemente del brazo- No te vuelvas a atrever a hablarme de esa manera.

_ ¡No te atrevas tú a ponerme la mano encima! –contestó Julia quitándole el brazo y pegándole una patada en la entrepierna- Que nunca se te olvide. Eres mi ‘facilitador’.

Algunos meses antes [/u]

Julia subió rápidamente las escaleras. Llevaba una mochila, y en su interior una carpeta con un extraño símbolo, y dos móviles. Llamó a la puerta y entró con cuidado. Miró hacia delante, había una mesa, encima de la cual estaban algunos portátiles, y algunas carpetas. Avanzó lentamente, con paso decidido, y miró a los que estaban en frente suyo. Philippe la miraba fijamente.

[img=fanficestrellapolar] http://dl.dropbox.com/u/14968377/PERSONAJES/CHRISTOPHE%20MIRAVAL%2013.JPG [/img]

_ Recuerda que debes seguir pautadamente estas cláusulas de confidencialidad –dijo un hombre que estaba sentado frente a ella- Y ese es tu facilitador, Ernesto Gamboa.

Julia miró de reojo al recién nombrado. Allí estaba, apoyado frente a la pared, un hombre de mediana edad, seguramente sudamericano, con el pelo corto y moreno.
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De la Cuadra sacó sus llaves del bolsillo y abrió la puerta lentamente. Salió a cubierta y percibió un desagradable olor a plumas de pájaro, restos de peces, y heces. La cubierta del Estrella Polar estaba llena de plumas de cuervo, palomas, y otros tantos pájaros que habían acudido en masa el día anterior. Afortunadamente habían visto que ahí no iban a poder comer nada y habían salido volando por la madrugada.

De la Cuadra se acercó un poco a la barandilla situada a estribor. Miró fijamente el horizonte, y le pareció percibir algo que se dirigía hacia ellos. Sacó los prismáticos de su bolsillo, y miró a través de ellos, era un yate.

_ Ricardo. –dijo De la Cuadra a través del walkie- Ven a cubierta. Tienes que echarle un vistazo a esto. Cambio.

_ Ahora mismo voy. –contestó el capitán saliendo a toda prisa de su camarote- Corto.
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Vilma se levantó lentamente de la cama, todo se estaba moviendo. Le dolía mucho la cabeza y estaba mareada. Intentó agarrarse a algo, pero tropezó y cayó al suelo. El bebé le dio en aquel momento una patada. Se levantó con cuidado y salió del camarote, caminando despacio hacia la enfermería. Dio algunos pasos más, y no pudo evitar gritar. Algo le dio un tremendo pinchazo en la tripa. Segundos después caía desmayada en medio del pasillo.
Julia, que salía enfurecida del camarote de Gamboa, la vio allí tumbada. Se acercó rápidamente a ella, y le echó un rápido vistazo. Luego salió rápidamente a la enfermería y volvió minutos después con una camilla. Tumbó a Vilma en la camilla y fue todo lo rápido que pudo de nuevo a la enfermería.
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Ainhoa seguía tumbada allí, esperado a que llegara la doctora y le dijera que podía irse. Escuchó el ruido de la puerta al abrirse, giró la cabeza y allí la vio. ¿Cómo se había atrevido? Acababa de entrar en la enfermería Estela, y caminaba hacia ella decidida. Después de lo que había hecho, y ahora tenía la poca vergüenza de presentarse allí tan normal.

_ ¿Qué demonios quieres tú? –dijo Ainhoa mirándole con mala cara- Lárgate de aquí y déjame en paz.

_ Perdóname. –contestó Estela haciendo caso omiso de lo que decía Ainhoa- Fui una estúpida. Encontré una nota de Ulises en mi mochila, y pensé… Da lo mismo. La culpa fue mía. Todo lo que te ha dicho Ulises es cierto.

_ ¿Qué? –contestó Ainhoa recapacitando- ¿Una nota? ¿De Ulises? ¿Y qué ponía?

_ Pues. –contestó ella y sacó algo de su bolsillo- Está aquí, mírala.

Ainhoa agarró rápidamente la nota y la leyó en voz baja. Lo único que ponía en aquel extraño mensaje era: ‘Estela, te quiero. Siempre te he querido. Ven ahora mismo a mi camarote. Ainhoa no es nada para mí’ Y abajo ponía: ‘Ulises’ Enseguida reconoció aquella letra. Esa nota no la había escrito Ulises, sino el maldito Gamboa. Primero la amenazaba con matar a su familia y a Ulises si estaba con alguien que no fuera él, y además le hizo esa jugarreta a Estela, por si las moscas. Estaba claro que sabía que ella había quedado con él, y también sabía que él estaba inconsciente en la enfermería. Le dejó la nota a Estela y ella no tardó en presentarse en la habitación de Ulises. Y sabía que ella misma acudiría al camarote de Ulises para ver si él estaba allí, porque no acudió a la cita, y luego al salir le soltó aquella amenaza. Tenía todo planeado. Pero las cosas no tenían por qué salir como él quería que saliesen. Y ella no estaba dispuesta a resignarse y esperar a que Gamboa mate a sus seres queridos. Ella no lo iba a consentir. Por nada del mundo.
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