FanFic || Estrella Polar.

Di que si Juliaa!! OLee en toda la entrepiernaa! Jajajaja,y Vilma pobrecica,espero que no le pase nada al bebe. Y a ver que hay en el yatee. Por cierto Gamboaa me parece un cabron,ya esta xD. Siguelo enseguida que esta....Buff :)

Capítulo 12: ‘No estamos solos’

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_ ¿Qué pasa? –preguntó el capitán asustado- ¿Por qué me has llamado con tanta prisa?

_ Fíjese. –contestó De la Cuadra y le pasó los prismáticos- Yo creo que está algo más de media milla marítima. ¿Deberíamos ir?

Ricardo agarró los prismáticos y miró ansioso a través de ellos. Se quedó con la boca abierta, en efecto, un pequeño yate de veraneo se dirigía hacia ellos. A simple vista parecía que iba a la deriva. Se fijó algo más, no veía a nadie por ningún lado de la cubierta. En cualquier caso debían organizar una inspección, y así por lo menos intentar sacar algo de provisiones de ese yate, agua, comida, combustible… Porque en realidad solo tenían provisiones para el viaje que habían preparado, que era de dos meses, y ahora que se había acabado el mundo, no quería ni pensar en lo que harían si no encontraban tierra pronto. Y si la encontraban, ¿En qué condiciones estaría aquella tierra? ¿Habría cultivos, animales, ríos o lagos? Aquello era mucho pedir. Suficiente tendrían con encontrar una islita en medio de aquel gigante mar azul.

Estaba claro que debían acudir a ese yate. Además, ¿Y si hubiera algún otro superviviente, aparte de ellos? Quizás no estaban solos en aquel mundo tan cambiado.

_ Julia –dijo Ricardo a través del walkie- ¡Julia!

_ ¿Qué ocurre, Ricardo? –contestó ella algo nerviosa- Ahora mismo estoy llevando a Vilma en la enfermería.

_ ¿Qué ha pasado? –respondió él preocupado- ¿Eh?

_ No lo sé, quizás tiene algunos problemas con el niño… Pero bueno, ¿Qué quería?

_ Ah, sí. Solo quería pedirte si me podías traer los trajes protectores para acudir a inspeccionar un yate, pero si estás ocupada, ahora mismo voy yo a la enfermería a cogerlos. Corto.
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¿Un yate? ¿Había oído bien? Bueno, podía ser. Ella sabía perfectamente que cualquier barco que estuviera en el momento del cataclismo en cualquiera de los puntos situados en el mapa que tenía en una carpeta sobre su mesa, podría haberse salvado y los pasajeros haber sobrevivido. Pero si habría sobrevivido alguien, el capitán empezaría a investigar, y tras el incidente con la carpeta… Estaba muy segura de que Ricardo había visto con claridad la carpeta en la que ponía ‘Proyecto Alejandría’ y se había quedado mirándola durante algunos instantes. ¿Y si le empezaban a hacer preguntas? Cada vez tenía más dudas de a qué bando apoyar, si al bando que lo destruyó todo y al que no le importa la vida de nadie y no tendrán ningún reparo en matar a todo el que se cruce en su camino, o a un puñado de alumnos de un buque-escuela. La decisión estaba tomada. No iba a ayudar a esos egoístas nunca más. Y a encubrir el asesinato de Roberto, tampoco. Pero tenía que hacer las cosas con calma, porque ahora mismo tenía que ocuparse de atender a Vilma.

Julia entró todo lo rápido que pudo en la enfermería, arrastrando con cuidado la camilla sobre la que estaba inconsciente Vilma. Abrió el cajón y sacó de éste un estetoscopio. Lo agarró, lo puso sobre el pecho de Vilma e intentó escuchar el ritmo cardíaco.
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_ Ainhoa –dijo la pequeña Valeria- ¿Cuándo volveremos a tierra? ¿Cuándo se acabara este viaje?

_ No, lo sé, Valeria. –contestó Ainhoa mirándola comprensiva, y la agarró y la sentó junto a ella, en la cama- Aún queda un poco…

_ ¿Y qué dijo papá de un cataclismo o algo así? –contestó ella mirándola fijamente a los ojos- Os oí hablar.

_ ¿Qué nos oíste? Qué cotilla eres, eh. –respondió Ainhoa y empezó a hacerle cosquillas a su hermana- Lo que dijo papá es que el mundo ha cambiado un poquito.

_ ¿Y somos los únicos que estamos ahora? ¿Todos se han ido al cielo? ¿Con mamá?

_ ¡No, Valeria! No digas eso. Te puedo asegurar que no estamos solos en este mundo. Pero sí, hay gente que se habrá ido al cielo. Sí, con mamá… –respondió ella y unas lágrimas resbalaron desde sus ojos hacia sus mejillas-

Ainhoa ya no tenía ninguna duda. El cáncer ya le había arrebatado a su madre años atrás, y su padre se había encerrado en sí mismo para intentar no darse cuenta de la pérdida de Marisa, para ahora permitir que Gamboa matara a Valeria, Ulises y a su padre, si ella salía con alguien. Era algo que no iba a consentir. Pero no sabía qué hacer, pero quizás era la hora de contarle todo a su padre, y que él decidiera lo que debían hacer con Gamboa.
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Una canción empezó a retumbar por todo el Estrella Polar. Todos los alumnos salieron rápidamente a cubierta, y se sorprendieron al divisar un yate que se dirigía lentamente hacia ellos, a la deriva. En aquel momento Ricardo y De la Cuadra salían remando del Estrella Polar en una pequeña balsa. Siguieron remando durante algunos minutos y subieron rápidamente al pequeño yate.

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Al llegar se quedaron sorprendidos. Sobre la mesa estaban colocados cuidadosamente cuatro platos, con sus respectivos cubiertos y comida recién hecha. Ricardo entró rápidamente al interior, no había nadie en ninguna parte, ni en las dos habitaciones, ni en la cubierta. De la Cuadra rozó la comida, todavía estaba algo caliente, estaba claro que había ocurrido hacía muy poco tiempo. Entonces Ricardo vio una pequeña cámara tirada en el sofá, la agarró, pulsó unos cuantos botones y miró el vídeo que se reproducía en la pantalla de la cámara.

Joooo,como le pasee algoo a Vilma te mato!! Jajajaja. Lo del yate estaa super interesante, se nota que la tension yaa jajajaja, siguelo YA que esta Genial!
P.D. Soniaa a ver cuandoo sigues tu fic, que ahora que van a ser padress esta super interesante tambien :')

Capítulo 13: ‘Ernesto Gamboa’

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Ainhoa salió rápidamente de su camarote, tras arropar a la pequeña Valeria y esperar a que se durmiera. Tras haber mantenido aquella conversación, sabía perfectamente lo que tenía que hacer. No iba a permitir por nada del mundo que aquel maldito Gamboa matara a la familia que le quedaba. ¡De ninguna manera! Ignoró completamente las caras conocidas que vio por los pasillos. En aquel momento no quería perder ni un segundo. Se colaría en el despacho de Gamboa, buscaría algo entre los cajones, quizás una pistola, y le amenazaría. Eso es lo que iba a hacer. Abrió lentamente la puerta y entró con mucho cuidado, muy despacio… Bien, afortunadamente no había nadie. Empezó a rebuscar entre los cajones, no encontraba nada. Pero ella sabía perfectamente como era Gamboa, seguro que tenía alguna pistola en aquella habitación. Se acercó a la cama y levantó rápidamente el colchón, dejando al descubierto un revólver que agarró al instante. Primera fase del plan. Hecho. En aquel momento se percató de que una carpeta había caído al suelo mientras ella revolvía los cajones. Se acercó hacia ella pero entonces la puerta se abrió de golpe. Ainhoa dio un brinco, agarró con fuerza el revólver y lo escondió tras su espalda.

_ ¡Ainhoa! –dijo Julia, que había sido ella la que acababa de entrar- No sabía que estuvieras aquí…

_ Vine... –titubeó un poco y siguió hablando- Vine a buscar a Gamboa, pero parece que no está.

_ ¡Ah! –contestó Julia extrañada- Qué raro, no sé donde estará.

_ Bueno, yo me voy ya. –contestó Ainhoa olvidándose de mirar la carpeta que había bajo la cómoda- Adiós, Julia.

_ Adiós Ainhoa –contestó Julia y salió de la habitación, cerrando tras ella la puerta-
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_ ¿Cómo te encuentras? –dijo Julia, que estaba sentada cerca de ella- ¿Estás mejor?

_ Sí. –Contestó Vilma, que estaba tumbada en la camilla- Pero, ¿Qué me ha pasado?

_ Bueno, has tenido algunos problemillas. Si no te hubiera encontrado, seguramente habrías perdido al bebé, pero afortunadamente no ha sufrido ningún daño aparente.

_ ¡Menos mal! –contestó Vilma aliviada- Gracias, Julia.

_ ¡VILMA! –gritó Piti, que acababa de entrar en la enfermería- ¿Estás bien? ¿Está bien el bebé?

_ Sí, sí. –contestó Julia acompañándolo a la puerta- Pero ahora necesita descansar. Mejor vuelves cuando haya podido dormir algo.
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Una mujer apareció por la cocina, llevando consigo algunos platos y algunos cubiertos, y los colocó sobre la mesa. Mientras, un hombre algo mayor, abría un tetrabrik de zumo y lo vertía cuidadosamente en los cuatro vasos. Un poco más allá, una chica estaba sentada en un cómodo sofá grabando un vídeo con su videocámara, y junto a ella, estaba otro chico. La mujer se sentó frente a la mesa y empezó a servir algo de comida en cada uno de los cuatro platos.

_ ¡Sheila! –dijo ella algo enfadada- ¿Quieres dejar de grabar y venir de una vez a comer? ¡No tengo todo el día!

En aquel momento se vio a la mujer y al otro hombre girar la cabeza asustados, y una voz que solo dijo:

_ Apaga esa cámara.

Y segundos después se escuchó un grito y la grabación se cortó. Ricardo intentó recapacitar y asimilar lo que acababa de ver en aquel vídeo. Extrañamente, aquella voz intimidatoria le resultaba familiar. Tenía la impresión de haberla escuchado en alguna parte, en el Estrella Polar, o en cualquier lado. Pero esa voz ya la había escuchado. En aquel momento no se le venía a la mente de quién era esa voz. Pero una cosa estaba cierta. Aquella voz era de un hombre. Eso descartaba a unas cuantas personas. Pero ese vídeo y esa comida todavía caliente solo podían significar una cosa: había más supervivientes aparte de ellos. Y ahora la pregunta era, ¿Qué les había pasado a aquellas personas? Parecía una familia feliz que ni se habían enterado del cataclismo y de pronto alguien les atacó. Estaba claro que el Estrella Polar era el único lugar seguro de aquel destrozado mundo. Aunque ahora lo que tenían que hacer era buscar a más supervivientes que hubieran logrado salvarse de aquella tormenta que lo destruyó todo y darles cobijo en el Estrella Polar, allí había sitio para todos, hasta que se acabaran las provisiones.
Así que echaron un último vistazo a aquel pequeño yate, y con algo de tristeza se subieron al bote y empezaron a remar en dirección al barco. Ignorando completamente la sombra que se proyectaba en la habitación, la sombra de alguien escondido, que esperaba a que se irían al Estrella.
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Poco a poco, las estrellas iban iluminando el cielo, y en el barco se respiraba un aire de tranquilidad. Julia estaba parada en cubierta, apoyada sobre la barandilla y mirando fijamente el cielo nocturno. En aquel momento apareció Ricardo, que acababa de llegar del bote y se acercó junto a ella, mirando las estrellas. Pasaron algunos segundos incómodos, y entonces Julia y Ricardo se miraron a los ojos fijamente. Y en aquel momento Julia acercó sus labios a los del capitán y ambos se fundieron en un apasionado beso.

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Buaaa a tardado pero ha merecido la pena!! Lo del yate es una pasadoo y de Ainhoa ya ni te cuento, pro que le mate y ya esta!! Jajajajjja.Me alegro de que Vilmaa este bienn y por finn se besannn!!
Sigueloooo enseguidaaaa :)

Capítulo 14: ‘Burbujas’

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_ Buenas noches. –dijo Julia y caminó hacia su camarote tras el beso con Ricardo-

_ Buenas noches. –contestó él algo cortado-

Ricardo esbozó una pequeña sonrisa tras lo ocurrido y entró en el interior del barco. Caminó lentamente hacia su camarote, y abrió la puerta. Entró y vio que Valeria ya se había acostado. Se acercó a ella, le dio el beso de buenas noches, le arropó un poco más, se puso el pijama y se metió en la cama. Aquel había sido un gran día, y había que descansar para el día siguiente.
Estaba claro que tras el cataclismo, cualquier cosa podría haber ocurrido cuando te levantaras…
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22.00 horas [/u]

Ainhoa no había visto a Gamboa en toda la tarde. Desde que acudió a su camarote, no había aparecido. De pronto se acordó de la carpeta que había tirado durante su ‘visita’ al camarote de Gamboa. Y que fue a recoger para observar lo que contenía, y justo entonces entró Julia y la vio, y menos mal que no le vio la pistola. Un momento, ¿Dónde está la pistola? Uff, la llevaba en el bolsillo derecho del pantalón, con la chaqueta bajada casi hasta la rodilla para evitar que se apreciara el revólver, aunque se notaba un pequeño bulto. Caminó rápidamente por los pasillos, parándose de vez en cuando para ver si había alguien, hasta que se paró frente a la puerta. La abrió y entró lentamente en la habitación, sin hacer el menor ruido. Echó un rápido vistazo al camarote: no había aparecido Gamboa. ¿Qué demonios estaría haciendo ese? No se fíaba ni un pelo de ese tipo… Pero entonces se acordó de la carpeta que había tirado, miró bajo la cómoda, y… ¡Ya no estaba! Alguien había entrado ahí. Y seguramente si hubiera entrado Gamboa ahora mismo ya sospecharía quien le había tirado esa carpeta. ¡Como podía haber sido tan estúpida de dejar las pruebas ahí e irse! Y ni siquiera la había abierto…

Entonces escuchó unos pasos que avanzaban por el pasillo. Giró la cabeza y se escondió tras la puerta, mirando quién se acercaba. De pronto lo vio, era Gamboa, que caminaba rápidamente hacia cubierta. Esperó unos segundos y salió del camarote con cuidado. Comenzó a andar lentamente siguiéndole y guardando una distancia de seguridad para que no le viera. Llegó al comedor y salió a cubierta. Cuando hubo salido, observó que Gamboa había desaparecido. Miró hacia todas partes, buscándolo entre aquella cubierta vacía. Giró la cabeza, y algo le propinó un golpe en la cabeza, e inmediatamente cayó al suelo, inconsciente.
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Ramiro estaba sentado en el comedor, terminando de tomarse una sopa caliente, cuando Estela se sentó en frente de él. Se sintió algo incómodo y la miró de reojo. Llevaba un impecable vestido rojo que le favorecía. No pudo evitar esbozar una sonrisa, que fue correspondida por Estela. Ambos se miraron ruborizados, y tras unos segundos de incómodo silencio, Ramiro volvió a la realidad y se dio toda la prisa que pudo en acabar de cenar. Agarró su plato y sus cubiertos y los dejó sobre una gran mesa que estaba a algunos metros hacia la derecha. Y sin siquiera decir un ‘Adiós, muy buenas’ salió rápidamente hacia su camarote, sonrojado, dejando a Estela confusa y con la palabra en la boca.
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Burbuja estaba parado en cubierta, inquieto. Acababa de escuchar un golpe y que alguien caía al suelo en la cubierta 2. Luego todo había vuelto a la normalidad. Miró fijamente el horizonte y entonces escuchó algo en el agua. Se fijó un poco más y observó unas tremendas burbujas que emanaban de las profundidades marinas. Entonces comenzó un burbujeo alrededor del Estrella Polar, y poco a poco Burbuja se iba quedando sin aire. Intentó respirar, pero le costaba mucho. ¿Qué estaba pasando? De pronto, vislumbró en sus pensamientos a una mujer bastante joven y guapa, con un pelo largo y moreno. Se fijó más y llevaba un precioso anillo de compromiso. Aquella chica no paraba de sonreírle. Entonces todo se apagó y cayó al suelo, inconsciente.
Y mientras los alumnos del Estrella Polar terminaban de cenar para irse a sus camarotes a dormir, las burbujas no paraban de brotar del agua, liberando una extraña neblina en los alrededores de El Barco, y poco a poco, expandiéndose hacia el horizonte.
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Julia se revolvía inquieta entre las sábanas, inmersa en una profunda pesadilla. De pronto, un extraño olor se empezaba a apreciar en el camarote de la doctora. Se despertó sobresaltada y vio que poco a poco, una extraña niebla marrón se adentraba en el camarote. En aquel momento empezó a tener dificultades para respirar. No dudó un segundo más, se levantó de la cama, se acercó rápidamente hacia la ventana, y la cerró. Poco a poco, el extraño gas se fue disolviendo en la habitación, y volvió a respirar con normalidad. ¡Debía de avisar a Ricardo de que algo raro estaba pasando!
Julia salió corriendo de su camarote, todavía en pijama y sin zapatillas, dejando la puerta abierta de par en par. Caminó todo lo rápido que pudo hacia el camarote de Ricardo, y empezó a golpear la puerta con fuerza. Segundos después la puerta se abría.

_ ¿Qué ocurre? –gritó Ricardo asustado- ¿Qué está pasando?

_ ¡Capitán! –contestó ella cansada- ¡Tiene que dar la voz de alarma! Hay una extraña niebla ahí fuera que impide la respiración. ¡Y hay que ir a cubierta, y mirar si hay algún herido! ¡Y cerrar puertas y ventanas! ¡Pero muy rápido! Porque, si alguien ha caído ahí fuera… Todos los segundos que tardemos son cruciales.

_ ¡De la Cuadra! –gritó él a través del walkie- ¡Despierta, gandul!

_ No estoy durmiendo. –contestó el enfurecido- ¿Qué ocurre?

_ ¡Tienes que dar la voz de alarma! ¡Que cierren todas las ventanas! No tengo tiempo para explicártelo. Corto.

Entonces Ricardo y Julia salieron rápidamente del camarote, hacia el comedor, para salir todo lo rápido que pudieran a cubierta y ver si había algún intoxicado.
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Piti se empezó a quitar la ropa para meterse en la cama cuando una extraña alarma empezó a sonar con fuerza. Al instante, Palomares se despertó sobresaltado y se levantó de la cama, para escuchar mejor lo que decía De la Cuadra.

_ ¡Atención! –decía De la Cuadra por megafonía- Cerrar todas las puertas y ventanas, y no salir al pasillo ni a cubierta hasta nuevo aviso. No puedo deciros nada más.

Tras escuchar las palabras de De la Cuadra, Piti se acercó rápidamente a la ventana, y comprobó si estaba cerrada. Afortunadamente lo estaba. Pero, ¿Qué demonios estaría pasando para qué dieran aquella alarma? ¿Qué ocurría ahí fuera?
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Ricardo salió rápidamente a cubierta, seguido por Julia, que llevaba con ella una camilla. Ambos llevaban una pequeña mascarilla para evitar inhalar aquel extraño gas. Avanzaron por la cubierta, sin poder ver casi por esa extraña niebla. De pronto Ricardo lo vio. Burbuja estaba ahí tirado, a algunos metros delante de él. Se acercó rápidamente a él, y lo subió a la camilla. Entonces, Julia le puso una mascarilla a Burbuja, para evitar que inhalara más ese gas, y salió rápidamente hacia el interior del barco, hacia la enfermería.

Todo se va a complicar.. TRES ÚLTIMOS CAPÍTULOS de la 1ª temporada

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Capítulo 15: ‘Infectada’

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10.00 horas

Poco a poco, sus bonitos ojos empezaron a abrirse y lentamente fue volviendo en sí misma. La cabeza le dolía bastante. Ainhoa se tocó con cuidado la frente, que estaba un poco hinchada y con una herida algo profunda. Luego observó donde se encontraba. Era el camarote de Gamboa. Entonces se dio cuenta. Estaba fuertemente atada a la cama, y amordazada. Estaba claro que gritar no le iba a servir de nada. Intentó con todas sus fuerzas despegarse la venda de la boca, pero como tenía las manos atadas, no lo consiguió. Empezó a recordar lo que había ocurrido. A ver, vio a Gamboa saliendo a cubierta la noche anterior, le siguió y al salir a la cubierta 2… ¿Qué pasó entonces? Volvió a hacer un repaso de sus recuerdos, pero no sabía lo que había ocurrido. De pronto se acordó. Había… había girado la cabeza, y solo había tenido tiempo para ver como algo le golpeaba fuertemente la cabeza, lo que le hizo aquella herida y aquel traumatismo, y luego cayó inconsciente. Y si estaba atada en el camarote de Gamboa, no había que ser muy listos para saber quién le golpeó y le tenía allí retenida. Pero, ¿Por qué le harían eso?

El único motivo que se le ocurrió es haber desobedecido sus ‘órdenes’ de no estar con nadie más, haber entrado en su camarote para matarlo y haber aparentemente leído una misteriosa carpeta. Demasiados motivos. Y como era ese tipo, ¿Quién podía saber lo que le iba a hacer? Empezó a asustarse, e intentó con todas sus fuerzas liberarse de aquellas fuertes cuerdas que le ataban a la cama. Era inútil. Pensó en posibles vías de escape. Miró desde su posición a la ventana, pero estaba cerrada a cal y canto. Además, ¿Cómo iba a liberarse de las cuerdas?

En aquel momento la puerta chirrió y Gamboa entró rápidamente en el camarote, con una sonrisa malévola.
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Ricardo golpeó lentamente la puerta. Tras unos segundos esperando, esta se abrió rápidamente.

_ Vaya, capitán. –dijo Ramiro mirándolo con curiosidad- ¿Ocurre algo?

_ Sí. Pero me parece que mejor lo hablamos en privado, si no te importa. –contestó él haciendo un ademán para que le acompañara a su despacho-

_ Como quieras. –contestó él cerrando la puerta y siguiéndole-

El chico empezó a pensar en por qué querría el capitán hablar con él. ¿Qué estaría ocurriendo? Dobló la esquina y entró lentamente en el despacho, sentándose en una cómoda silla, frente al capitán. Observó su alrededor, había una foto de una mujer en la mesa, algunas fotos de Valeria y Ainhoa en las paredes, y una extraña figura de un pez espada.

_Verás. Tras el incidente del avión Ulises consiguió rescatar la caja negra. Tengo entendido que tú eres ingeniero de telecomunicaciones, y quizás podrías conseguir averiguar dónde se encuentra la tierra.

_ Bueno, veré lo que puedo hacer. –contestó él sonriente- ¿Dónde está la caja negra?

_ Aquí. –respondió el capitán sacándola de un cajón y entregándosela a Ramiro- Si tienes una remota idea del paradero de una isla, házmela llegar, por favor.

_ Sí, por supuesto.
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_ ¿Por qué me tienes aquí encerrada? –intentaba gritarle Ainhoa a Gamboa - ¿Qué te he hecho?

_No hace falta que te molestes en hablar, ni en despegarte esa venda, porque sería inútil. –Contestó él sentándose muy cerca de ella y mirándola fijamente- Lo primero de todo, si observas tu brazo derecho, verás que llevas un trozo de algodón.

Ainhoa miró su brazo derecho, que como llevaba camiseta de manga corta, pudo observar que efectivamente tenía un trozo de algodón. Antes de que pudiera preguntar por qué lo llevaba, Gamboa empezó a hablar:

_ Sé perfectamente que no cumpliste tu parte del trato, y ya te dije que mataría a tu padre, a Valeria y a Ulises si no lo cumplías. Además, también sé que entraste a escondidas en mi camarote cuando no estaba, y ojeaste una carpeta roja que no debías. Y por eso te he inyectado un potente virus degenerativo en tu organismo.

Aquella última frase impactó en Ainhoa como un puñado de balas sobre el corazón. O no le había entendido bien, o acababa de decir que le había metido un virus en su organismo.

_ Ese potente virus puede acabar contigo en cuestión de unas 48 horas. Primero comenzarás a tener escalofríos, a sangrarte la nariz, y a sentir dolores musculares. Más tarde dejarás de hablar y oír. Luego tus piernas dejarán de funcionar, y pronto no podrás ver nada. Al final morirás de la forma más dolorosa que te puedas imaginar.

Ainhoa comenzó a acumular rabia, intentó liberarse de esas infernales cuerdas. Tenía unas infinitas ganas de lanzarse a Gamboa y pegarle un tiro en el corazón. Pero ni siquiera tenía la pistola.

_ Lógicamente ese virus tiene un antídoto, que yo te proporcionaré cada dos o tres días. Lo único que te pido a cambio es que hagas todo lo que te ordene, dejes de ver a Ulises y no le cuentes una palabra de esto a tu padre, ni a nadie. Ni se te ocurra, o antes de que puedas darte cuenta dejarás de recibir el antídoto y acabarás muerta. Y es muy posible que tu padre y tu hermana Valeria acaben igual.

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La doctora tomó el pulso a Burbuja, que estaba todavía inconsciente en la camilla y conectado a una extraña máquina de oxígeno. Comprobó aliviada que poco a poco empezó a respirar. Esbozó una pequeña sonrisa y salió de la enfermería, con dirección al camarote del capitán. Ahora que ya había pasado todo, quería contarle la verdad sobre el Proyecto Alejandría, la verdad sobre el asesinato de Martínez y el de Roberto, y toda la verdad sobre el astuto Gamboa.

No quería volver a mentirle nunca más. Y menos tras aquel beso de la otra noche... Caminó rápidamente a través de los pasillos, y cuando pasaba junto al camarote de Gamboa, la puerta se abrió y alguien le agarró con fuerza del brazo y le tiró hacia el interior de la habitación. La puerta se cerró de un portazo y Gamboa le tapó fuertemente la boca con una venda, y cerró la puerta con llave. Para su horror, Julia contempló a una Ainhoa demacrada y con algunas heridas, tumbada y atada en la cama.

_ Julia. Ainhoa está infectada con el virus HSW-2. Creo que tú sabes más que nadie lo que hace ese virus. Ella necesita antídoto, y yo se lo voy a dar con unas condiciones que he hablado con ella. Pero tú no le dirás nada de esto ni de los asesinatos ni del proyecto a tu noviecito Ricardo o ella estará muerta.

La doctora, que sabía perfectamente lo que ese virus podía hacerle a Ainhoa si no se tomaba el antídoto, asintió comprensiva. Gamboa dejó de taparle la boca y Julia salió lentamente del camarote, reflexionando. No podía creer que Gamboa hubiera sido capaz de inyectarle uno de los virus del proyecto a Ainhoa. Había que hacer lo que él quería, no podían hacer otra cosa. Así que decidió dar media vuelta y volver a la enfermería, desechando la idea de contárselo todo a Ricardo. Entonces se acordó de que tenía que explicarle lo de las extrañas burbujas y la niebla. Así que caminó hacia el despacho del capitán, entró sin siquiera llamar y se sentó frente a Ricardo.

_ Ricardo. Esas extrañas burbujas y esa niebla tan espesa, son debidas a que anoche atravesamos una zona en la que había erupcionado un volcán submarino. Lo que provocó esas extrañas burbujas calientes y que las redes de todo el Estrella Polar estuviera llena de cangrejos medio asados.

_ Ah, por cierto. ¿Has visto a Ainhoa? No la encuentro por ninguna parte desde anoche. He mirado en su camarote pero su cama estaba hecha, y ella no estaba.

_ No, lo siento, no la he visto. –mintió ella mirando al suelo- Bueno, tengo que irme.
Julia salió del despacho del capitán y puso rumbo hacia la enfermería. No podía creer que por aquel maldito Gamboa tuviera que volver a mentirle a Ricardo. Abrió la puerta y para su sorpresa, la cama estaba vacía, Burbuja había desaparecido.

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Burbuja bajó rápidamente a las bodegas, sacó un casco de las cajas, y sin pensárselo un segundo más se lo puso. Al fin y al cabo, cuando se quedó sin respiración en cubierta debido a esa extraña niebla, empezó a recordar cosas. Quizás si estaba algún tiempo más sin respirar, podía recordar algunas cosas más. En cuanto le empezó a faltar el aire, un recuerdo se empezó a proyectar en su mente.

Algunos meses antes

Burbuja iba vestido con un impecable traje, con corbata a rayas, y llevaba un extraño maletín en el brazo. Giró la cabeza, y al ver a dos hombres uniformados que venían corriendo hacia él, echó una correndida agarrando fuertemente el maletín. Saltó a través de varios coches, y se adentró en un callejón. Giró de nuevo la cabeza para ver si le seguían, y como efectivamente venían tras él, cruzó la esquina a toda prisa y se escondió tras una pared, observando como esos tipos pasaban de largo.
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_ Una cosa más. Como han pasado unas doce horas, muy pronto te empezará a sangrar la nariz y empezarás a sentir dolores musculares, como te dije. Y luego no podrás hablar. Y en unas doce horas el efecto será irreversible. A no ser, que vuelvas en cuanto salgas por esa puerta y me digas que aceptarás mis condiciones.

Gamboa se acercó a Ainhoa y le quitó la venda que le impedía hablar. Parecía que había comprendido que ella iba a morir si contaba algo de aquello a su padre, o hacía alguna locura como empezar a gritar en el camarote. Después, le quitó las cuerdas y le dejó marchar. Ainhoa salió escopeteada del camarote de Gamboa, cerrando la puerta de un portazo. Estela, que pasaba en ese momento por el pasillo, al verla salir del camarote de Gamboa, se pensó lo peor.

Ainhoa caminaba rápidamente hacia el despacho de su padre, dispuesta a contarle todo. No se creía esa sarta de mentiras del supuesto virus. Lo único que sabía es que él estaba loco y Julia se había tragado ese cuento. Pero Julia al enterarse del supuesto virus que le habían metido, puso una cara de compresión y quedó algo triste, y ella es doctora...

Al doblar la esquina, una puerta se abrió y de allí salió Ulises, que se acercó rápidamente a ella y la abrazó.

_ ¡Pensaba que te había pasado algo! –dijo Ulises mirándola sonriente- No te veía desde ayer, y tus amigas tampoco. ¡Menos mal!

_ Gracias por preocuparte, Ulises… Pero tengo prisa.

_ ¿Qué tienes prisa? –contestó él invitándola a pasar a su camarote y cerrando la puerta tras ella- ¿Cómo que tienes prisa?

Entonces ella quiso contarle la verdad, contarle todo sobre Gamboa, sobre que le había tenido retenida en su camarote toda la noche, y que ahora mismo iba a contárselo a su padre, pero en aquel momento sintió como unas cuantas gotas de sangre se deslizaban desde su nariz bajando hasta las mejillas. En aquel momento las esperanzas se le quedaron por los suelos. Estaba claro que todo lo que le había dicho ese cabrón de Gamboa era verdad, y que ella iba a morir si no tomaba el antídoto. Así que esa sería su último día con Ulises. Ya no valdría de nada ir a contárselo a su padre, es probable que se quedara sin habla antes de que pudiera desvelárselo todo, así que solo acercó sus labios a los de Ulises. Mientras, la mano derecha de Ulises fue subiendo lentamente desde la cintura hasta el pecho, para quitarle lentamente el sujetador, mientras la izquierda le acariciaba la cara y sus labios estaban ocupados con los labios de Ainhoa. A su vez, Ainhoa pasaba su mano lentamente por el torso y luego le quitó la camiseta.
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Ricardo caminó rápidamente por cubierta, buscando en todas partes a Ainhoa, cuando vio a Julia parada, apoyando sus brazos en la barandilla y mirando fijamente las estrellas. Ricardo se acercó a ella y con una mirada picaresca, le dijo:

_ ¿Qué le parecería venir mañana a mi camarote? –preguntó él algo nervioso-

_ ¿A tu camarote? –contestó ella esbozando una sonrisa-

_ Sí. A… ¡A cenar! –respondió él sonrojándose- Si tu quieres.

_ Claro.

_ Pues. ¿Qué te parece venir a las nueve y media?

_ Ahí estaré entonces. –respondió ella algo sonrojada, le dio un romántico beso al capitán y se fue de cubierta, dejando a Ricardo ruborizado-

[img=fanficestrellapolar] https://www.formulatv.com/fotos/a/137000/137983/ft6xezi6vgtc0btb3u4ecee26589a94_ricardo-y-juliaand9829-el-barco-2x13_m.jpg [/img]

Ya queda muy poco... pronto ÚLTIMO CAPÍTULO de la temporada.

Buaaaa!!!! ¡Que pasado de capitulo por Dios!!! Gamboa es un hijo de puta. Y Ainhoaa pobrecitaa,me ha parecidoo superr bonitoo lo que ha hecho luego con Ulisess pero no la mates por faavor. Quieroo que encuetrenn tierra YA!!
Por ciertoo en la seriee lo piensoo y en tu fic tambien, estoyy casii segura de que Burbujaa era un malo maliisimo antes del accidente. Pero ahi lo dejo jajajajajaja.
SIGUELOO YAA!!

Tu sigue contandome ami por Facebook cada vez que escribas porque chico.. tienes un arte feito que no se yo de donde lo has sacado.. Ya me contarás eh? Esque es tan fgñdkfjgdfñh aunque te has pasado.. Ya te lo dije ayer.. *________* me encanta! Me has viciado tengo ganas de que se acabe esta temporada y continue la otra eres grande cariiiii eres grande Jajaja sabes que I love you muuuuuuucho eh Jajajja 1 besi amor

Jajaja muchas gracias feita! ;) <3

dchamaidora cuandoo vas a colgar otroo capituloo? :)

Eso mismo me estaba preguntando yo, Nagore.. jajajajajajaj

Hoy mismo, NO PREOCUPATION ;)

Jajajajajjaja,okkkk :)
por cierto no se si has puesto PREOCUPATION adrede o no,pero me he reido...jajajajjaja :)

Soniaa jajajajja,a ti te digoo lo mismo,me encanta :D

dchamaidora para cuandoo otro capiii?? :))

Sisis este mucho NO PREOCUPATION pero no sube ni para atrás eh.. Te voy a tener que dar una paliza, aver si aprendes.. Jajajjajajaj Nagore mersi cariño ♥

Jajajajaja, eso eso :P jajajajaja,no PREOCUPATION peroo no hay nuevo capi jajajajajjjaj Soniaaaaa :D