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Foro El barco

FanFic || Estrella Polar.

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#0
SoniaULINOA
SoniaULINOA
23/04/2012 17:51
Próximamente...



FanFic.
#141
maarta
maarta
08/11/2012 00:12
Esta geniaaaal,ya lo he leido de un tiron! Siguelo pronto porfi :D Un saludoo
#142
dchamadoira
dchamadoira
09/11/2012 19:51

Capítulo 29 ~Un motín, una muerte y una carta en botella~



Guión: David Chamadoira

_ ¡Qué entres ahí te he dicho! –le gritó Leonor y le propinó una patada para que Vilma entrara en la bodega-

Pero Estela se acercó al ver aquello, acababa de pegar a su amiga, que además estaba embarazada. Miró a Leonor fijamente a los ojos, con una mezcla entre desprecio y un odio profundo.

_ Apártate de mi vista, estúpida. Más te vale no utilizar tus ‘técnicas marciales’ conmigo, recuerda que llevo un arma.

La muchacha quedó descolocada al escuchar estas palabras de la boca de Leonor. ¿Cómo podía saber que ella dominaba las artes marciales? ¿Acaso la conocía de algo? Estela juraría que no había visto a aquella mujer en su vida, ni a ninguno de los que le acompañaban. Pero entonces, ¿Cómo lo había descubierto? Pero mirándola desde otra perspectiva, ¿no sería…? No, ella se llamaba Helena. No, era imposible que fuese ella. Ni siquiera era rubia.

Varios años antes[/u]
Se acercó lentamente y se tumbó junto a él, en la cama. Él tenía una extraña sensación de estar siendo observado, lo que le llevó a despertarse sobresaltado. Pero al contemplar a la mujer de su vida a su lado, no deseó estar en ningún otro lugar del mundo. Leonor le plantó un beso en los labios y se tapó con la sábana.

_ Buenas noches, cariño.

_ Buenas noches. –contestó Leonor apagando la luz de la lámpara situada en la mesilla de noche, a su izquierda-

Todo quedó en silencio. Sólo el sonido de los coches y camiones al pasar rápidamente por la carretera lograba perturbar débilmente el tranquilo ambiente. Pero justo cuando estaba a punto de dormirse, el estruendoso sonido del teléfono comenzó a sonar, interrumpiéndola. No sabía quién podía llamar tan tarde, pero cuándo iba a coger el teléfono para decirle cuatro cosas al que osaba llamar a esas horas, su novio se adelantó.

_ Ya lo cojo yo, tranquila. –dijo él sonriendo y descolgó el aparato- ¿Sí?

_ Te necesitamos. Ven ya.

_ Ahora mismo voy para allá. –contestó él y colgó el auricular- Tengo que irme, volveré por la mañana.

_ ¿Pero qué ocurre ahora? –respondió Leonor, aparentemente cansada de que su novio se marchara tantas noches- ¿Otra vez el trabajo?

_ Sí, cariño. Pero al menos puedo traer dinero a casa. Bueno, que duermas bien, Helena. –
contestó amablemente su novio y le dio un beso en los labios-

_ ¿Y no te vas a llevar a Estela? –comentó Leonor intentándose escaquear- Ya sabes que no me llevo muy bien con tu hija, no le he gustado desde que llegué. Y la verdad es que no sé muy bien por qué…

Mientras, la pequeña Estela escuchaba todo desde la puerta. Ella tenía sus motivos para odiar a aquella mujer.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Terminó de rebuscar bajo el colchón, y empezó a revolver todos los cajones. Tiraba todos los objetos al suelo, desesperada por encontrar algo de antídoto. Y por fin, tras una exhaustiva búsqueda encontró unos cuantos portaobjetos sobre los cuales había seis botecitos del ansiado antídoto. Los agarró desesperada y se los guardó. Respiró aliviada, pero entonces, escuchó el sonido de un disparo. ¿Qué estaba ocurriendo ahí afuera?

Lo primero que se le vino a la mente fue que aquel disparo había sido provocado por alguno de los náufragos. Ya sabía desde un primer momento, y más después de espiarles y escuchar lo que decían en una de sus reuniones clandestinas. Aunque no había podido probar gran cosa, estaba segura de que habían sido ellos. ¿Habrían venido al Estrella Polar con el objetivo de matarles? No lo creía, lo habrían hecho mucho antes, o por la noche. Pero no podía evitar pensar que algo malo les podía ocurrir a Ulises, o a Ricardo, o a Valeria… Toda su familia estaba ahí fuera.

Decidida a no intentar pensar en eso, cerró la puerta y se encerró con llave en el camarote. Recordó que afortunadamente llevaba un walkie, el que le regaló Ulises. Con suerte podría hablar con él.

_ ¡Ulises! –gritó Ainhoa a través del walkie- ¡Ulises!

_ ¿Estás bien? –contestó él a través del aparato- He oído un disparo, ¿Dónde estás? ¿Qué está pasando?

_ No lo sé, estoy encerrada en el camarote de Gamboa. Ulises, enciérrate en tu… ¿Ulises? –preguntó Ainhoa al ver que se había cortado la comunicación- ¡Ulises!
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_ Está bien, me da igual que se quede el cojo en la enfermería, pero tú no te quedarás aquí. Y ahora, Ricardo, dime ahora mismo dónde la tienes.

_ No te lo diré –repitió firmemente Ricardo-

_ No te lo repetiré… -contestó Leonor que se empezaba a impacientar- Dime donde está la caja negra. ¡Dónde la has escondido! –Leonor dio un puñetazo a la mesa-

Ricardo no contestaba, por lo que Víctor se acercó a ellos dos y apuntó con una pistola al capitán. Leonor seguía mirándole fijamente.

_ ¡No se lo diremos! –chilló Julia intentándose quitar las vendas que la amarraban a la silla- ¡NUNCA!

_ Está… está en la cocina –interumpió Ricardo pensando en que harían Ainhoa y Valeria si lo mataran. En cuanto se libraran de los náufragos, tenía que buscar a su hija mayor, llevaba desaparecida un día y no la habían encontrado por ninguna parte. Pero ella no podía haberse escapado del barco, debía seguir allí, escondida en algún sitio.-

_ Pues entonces vamos ahora mismo hasta allí, tú me llevarás. –sonrío Leonor al oír la respuesta- Ah, y Julia que venga también, por si acaso. –añadió Leonor señalando a Victor-

Tras desatarles, Leonor, Ricardo y Julia caminaron hacia la cocina, mientras que Víctor se quedó vigilando la bodega. La otra mitad de los tripulantes permanecía encerrada en el despacho del capitán. Llegaron a la cocina, entraron a paso ligero, y Leonor esperó a que Ricardo desvelara dónde estaba oculto el aparato, pero él se calló. Dirigió una mirada de asentimiento a la doctora, parecía que habían planeado algo. Y antes de que Leonor se diera cuenta, los dos se abalanzaron sobre ella y la derribaron, pero la escopeta se le disparó, impactándole a Ricardo en la cintura. El capitán cayó al suelo herido y perdiendo sangre. Julia, rabiosa, golpeó a Leonor en la cabeza, que quedó inconsciente en el suelo.
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Escuchó los pasos de alguien que se acercaba al camarote, parecían que solo era una persona. Miró por la mirilla de la puerta y observó a Tom, que caminaba derecho hacia su camarote. Debía haber dejado inconsciente a Ulises, y ahora venía a por ella. Se quedó parada en la puerta. Tenía que pensar un plan. Pero no tenía mucho tiempo para idearlo, ya había llegado a su puerta.

_ Podemos hacerlo por las buenas o por las malas. Ábreme ahora mismo o te juro que voy y le pego un tiro a tu novio. –le amenazó Tom-

_ Está bien. Me rindo. Pasa –contestó ella, giró la llave en la cerradura y abrió la puerta-

Pero justo en el momento en que abría la puerta, agarró el walkie por la mano, dispuesta a hacerlo. Se escondió detrás de la puerta y en cuanto Tom entró en el camarote, le golpeó con todas sus fuerzas con el walkie en la cabeza, haciendo que el náufrago cayera al suelo inconsciente. Un charco de sangre se formó en pocos segundos alrededor de la cabeza de Tom.
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#143
dchamadoira
dchamadoira
09/11/2012 19:57
A pesar de que no había nadie en el barco, tenía un mal presentimiento. A cada sombra en el Estrella Sirrah, cada ruido, cualquier cosa fuera de lo normal, le hacía ver cosas que no estaban sucediendo de verdad. Pero es que él todavía seguía muy asustado por lo ocurrido. Se habían llevado a todos los tripulantes, habían matado a algunos, y eso es algo que uno no puede digerir a la primera. Y menos después de estar encerrado para que no le pillaran. Afortunadamente, no habían logrado atraparlo.

Terminó de cenar el filete con patatas que se había preparado, agarró los utensilios y el plato y los dejó en el fregadero. Total, ahora que solo él estaba en ese barco, daba igual que limpiara o no, y ya que todo estaba destrozado, poco importaba. Se limpió un poco la cara y caminó hacia la sala de mandos. Quería asegurarse de que no había nadie cerca del Estrella Sirrah. Miró al radar, por suerte no había nada por lo que preocuparse. Pero, de pronto, debido a un brusco golpe con algo que había bajo el barco, un cajón se salió de la cómoda y cayó al suelo. Como la ventana estaba abierta y había bastante viento, los papeles volaron por todas partes. Cerró la ventana y se dispuso a recoger las hojas, pero entonces encontró algo que le llamó la atención. Una carpeta de color rojo estaba tirada en el suelo.

Se acercó a recogerla, y con algo de curiosidad, la abrió. Dentro había fotografías de todos los tripulantes del Estrella Sirrah, incluido él. ¿Qué era eso? No entendía nada de lo que ponía, puesto que no estaba escrito en coreano. Sólo observó que en todas las hojas guardadas en la carpeta, había en la esquina superior derecha un extraño símbolo y dos palabras: ‘Projet Alexandrie’.
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Julia miró a Ricardo mientras le extraía la bala de la cintura. Se apresuró en ponerle algo sobre la herida para evitar que siguiera saliendo sangre, pero el capitán había perdido demasiada. Entonces, el aparato junto a la mesa empezó a pitar. ¡Se estaba yendo! Corrió a por los desfibriladores, los recargó e intentó reanimar a Ricardo.

Mientras, el hombre veía pasar ante sus ojos todas las escenas más importantes de su vida, que pasaban como fotogramas de una película protagonizada por él…
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Meses antes
Ricardo miró a su mujer entristecido y después a la carta. Buenas o malas noticias, tenía que escucharlas. Quisiera o no quisiera, debía hacerlo…

Marisa abrió la carta, en ella había doblada una hoja. La agarró, la aplanó y la colocó sobre la mesa. Eran los resultados del completo análisis que le habían realizado semanas antes. Ricardo se acercó y leyó la carta rápidamente. ¡NO! No, no podía ser cierto. No… Su mujer tenía leucemia, cáncer de sangre. Y estaba en una fase muy desarrollada, según ponía en la hoja, era muy probable que a Marisa sólo le quedaran meses de vida. No podía creerlo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
_ ¡Ricardo! ¡Ricardo, vuelve! ¡VUELVE! –gritó histérica Julia intentando reanimarle una y otra vez-

Y justo entonces el capitán abrió los ojos y los dirigió hacia Julia. Ésta no pudo evitar soltar un grito de euforia y comenzó a llorar de alegría. Le dio un apasionante beso a su capitán y se abrazó a él, sin casi ni dejarle respirar. Había estado tan cerca de perderle…
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_ ¿Y dónde está el capitán? –le preguntó Palomares a la doctora-

_ Está en la enfermería, recuperándose. La maldita Leonor le disparó en la cintura. Asquerosa hija de.. –gruñó la doctora entre dientes- Bueno, ahora hay que ir a liberar a los demás. Por cierto, ¿Alguien ha atrapado a los náufragos?

_ No hemos podido, estábamos aquí encerrados. Cuando usted llegó, Víctor salió corriendo de aquí y no nos dio tiempo a detenerlo.

Al escuchar estas palabras, la doctora corrió hacia la cocina. Echó un rápido vistazo, pero observó a simple vista que Leonor había desaparecido. Y Víctor tampoco estaba. Salió a cubierta, pero no se veía a nadie en los alrededores del Estrella Polar. Caminó hasta la sala de mandos, tampoco había nada en el radar. ¿Cómo puñetas se habían escapado?

Mientras estaba inmersa en sus pensamientos, escuchó el sonido de la puerta al abrirse, y dentro entró la hija del capitán.

_ ¡Ven, corre! –gritó ella intentándose recuperarse tras venir corriendo- Ramiro está muy mal. Sigue inconsciente, no podemos reanimarlo y casi ni respira.

_ Me había olvidado completamente de él. –contestó la doctora y salió con Ainhoa de la sala de mandos, caminando rápidamente hacia la enfermería- ¿Y dónde está el otro náufrago, Tom? ¿Y Claudia?

_ Él… -intento hablar Ainhoa- Bueno, intentó atraparme… Le di con un walkie… Ha muerto. Y Claudia, nadie la vio, ni siquiera en el motín. No sabemos dónde está.

_ Ah. Bueno… Fue en defensa propia, tú no intentaste matarlo. –intentó tranquilizarla Julia, al ver que Ainhoa estaba a punto de llorar- Seguramente esa huyó, como los otros.

Ainhoa se abrazó a ella, se secó las lágrimas y la siguió hasta la enfermería. La doctora entró en ésta y se puso a examinar al cojo, que estaba quieto en la camilla.

_ Malas noticias. Me temo que tiene un traumatismo cráneo-encefálico severo, ha perdido mucha sangre y no se despierta. Es posible que no sobreviva. Habrá que ver cómo evoluciona… -comentó la doctora, bastante triste-
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Estela caminaba por cubierta, intentando tranquilizarse después de lo sucedido en el interior del Estrella, cuándo distinguió algo en la superficie del agua. Alargó el brazo para cogerlo, era una botella con una carta. Abrió el tapón y la sacó de la botella. La abrió y no pudo creerlo. Había que decírselo al capitán, urgentemente.

Y mientras Estela corría hacia la enfermería para contárselo a Ricardo, un barco de iguales dimensiones a las del Estrella navegaba lentamente hacia ellos, con las luces apagadas, a pesar de que ya comenzaba a anochecer. Y por si eso no fuera poco, Gamboa apareció de la nada, en la misma barca en la que se fue, subió al barco, y como si nada hubiera pasado y recuperado completamente del disparo, sin muestras de deshidratación ni hambre, caminó hasta su camarote, con una manzana en la mano.

Continuará…[/u]
#144
MeloStella19
MeloStella19
09/11/2012 21:02
David, esta genial! Me ha encantado este capitulo!
Me gusto mucho el flashback de Leonor y Estela, vamos aprendiendo mas cosas sobre su pasado! Y, por supuesto, me encanto la escena Ricarjulista de cuando Ricardo se despierta y Julia le besa *-*
Cada vez escribes mejor, enhorabuena! Siguelo cuando puedas!!! :)
#145
Paula25
Paula25
09/11/2012 23:21
Genial David, me encanta, se me ha echo cortito!! Eres buenissimo haciendo fics, sigue asi! bravo
#146
Ainhoa449
Ainhoa449
10/11/2012 14:51

Capítulo 30: 'Lo que esconde la luz'

[/u][/h1]

Noche oscura. Hay un silencio absoluto. La cámara recorre los pasillos del Estrella Polar con sigilo. Observamos hasta el más mínimo detalle del lugar y centramos la imagen en un osito de peluche. Se trata de Bobby, el peluche de Valeria (está apoyado en un una pared de mala manera). Seguimos avanzando hasta llegar a la puerta de las habitaciones de los chicos mientras escuchamos la voz en off de RICARDO. Está escribiendo una carta.

RICARDO (OFF): Marisa…como cada noche desde que te fuiste, aquí estoy, escribiéndote de nuevo. Ha pasado ya mucho tiempo desde que te fuiste y es duro. Los días se hacen demasiado largos…

ENCADENA CON: Avanzamos sobre las camas de los chicos. PITI, PALOMARES y ÓSCAR duermen profundamente, a pierna suelta. Hay una gran quietud. Seguimos avanzando y llegamos a la cama de RAMIRO. Sobre el edredón hay todo tipo de herramientas: una linterna y cuatro pilas sueltas, dos cuerdas, una cantimplora llena de agua, dos armas (pistola y cuchillo) y una mochila. De pronto nos vamos a él. Vemos que se está poniendo los pantalones, en silencio, procurando no despertar a sus compañeros de habitación. Seguidamente, se pone una camiseta de manga corta y se ata unas botas de montaña. Cambiamos de imagen y nos vamos un segundo con PITI, que gruñe y tuerce el gesto. RAMIRO muestra una pequeña sonrisa.

RICARDO (OFF): A lo mejor nos estás viendo desde el cielo… o le estás mandando un beso de buenas noches a Valeria. Aún recuerdo tu mirada, junto aquella sonrisa en los labios cuando nos decías "buenos días"... No sabes como la hecho de menos…

RAMIRO empieza a guardar todas las herramientas dentro de la mochila, con mucho cuidado y procurando no hacer ruido. Coge el cuchillo y lo envuelve con un pañuelo.

ENCADENA CON: RICARDO tiene la mesa llena de mapas y documentos. Está serio. Triste. Se siente culpable. Observa los mapas ensimismado y decide qué es lo correcto. RICARDO abre una gran carpeta para los documentos que tiene al lado y al hacerlo, le cambia la cara. Saca una fotografía que hay dentro y le da el bajón. Es una fotografía de Marisa, su mujer. Ella sale guapísima y sonríe dulce. Los ojos de RICARDO se humedecen y la deja en la mesa sobre los documentos. RICARDO apoya sus puños sobre la mesa, tiene que ser fuerte.

RICARDO (OFF): Ahora tengo que afrontar todos los problemas y situaciones difíciles de un modo diferente. Ainhoa está… cambiada. Supongo que todo esto la ha hecho madurar a marchas forzadas, aunque sigue siendo la misma, eso sí, pero con otro aire. Y Valeria, bueno… te echa mucho de menos.

ENCADENA CON: VALERIA está sentada en el suelo de su habitación, escribiendo algo que no vemos con un rotulador. A su lado tiene un globo de color rojo atado a un largo cordón. Vemos como los ojos de la niña se van emocionando. Mientras escribe, balancea los pies.

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RICARDO sigue como le dejamos.

RICARDO (OFF): Marisa… se me hace imposible olvidar todas esas palabras que pronunciabas antes de irte a dormir. Recuerdo tus explicaciones… y nuestro hogar… Como las paredes donde los juguetes tenían vida propia, la chimenea o la escalera dónde siempre tropezabas con la mejor de tus sonrisas… Pero como tú decías, un hogar es mucho más que un puñado de habitaciones. Son todos los momentos que vives en ellas. Y créeme, no hace falta tener lazos de sangre para crear un hogar. En este barco de 50 metros de eslora, se ha creado una familia… un hogar.
#147
Ainhoa449
Ainhoa449
10/11/2012 15:18
De repente, una fuerte e intensa luz giratoria invade el lugar. RICARDO levanta la vista y al otro lado del cristal se ve un enorme “foco” que parpadea con gran intensidad. Se queda paralizado, asustado. No sabe qué hacer. Sin pensarlo demasiado, deja los documentos sobre la mesa y decide salir fuera a comprobar la situación.

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Proa. RICARDO mira dubitativo al frente. Está asustado. No sabe que hacer. De pronto, aparece BURBUJA, con un vaso de leche en la mano derecha. Empieza a observar la luz con gran entusiasmo y se acerca sigilosamente hacia RICARDO.

BURBUJA: (Tartamudeando) Es una luz muy bonita. Y misteriosa. No… no para de dar vueltas y es… es raro. ¡A lo mejor es tierra, capi... capitán!

RICARDO se gira y lo observa fijamente, sorprendido. Ambos intercambian miradas de desconcierto. La cámara nos muestra la luz del horizonte y nos crea un fundido en blanco.

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BURBUJA está sentado en el suelo. Tiene en sus manos un cacharro para enviar códigos morse. Está preocupado. Intentando comunicarse con “tierra”, pero nadie responde. De pronto, aparece SALOMÉ, con una taza de caldo en la mano derecha y una manta a cuestas. Se acerca despacio hacia BURBUJA.

SALOMÉ: (Cariñosa) ¿Cómo vas, cariño?

BURBUJA: Bien, pero no… no responde na… nadie.

SALOMÉ: Anda, toma… (Le da la taza) Un caldito hecho con todo mi amor. Y una mantita para que no cojas frio, ¿de acuerdo, mi vida?

BURBUJA asiente. SALOMÉ le pone la manta por encima de los hombros y seguidamente, contempla la luz del horizonte. Ésta encantada, feliz, aunque un poco preocupada. De pronto y de forma inesperada, la luz giratoria desaparece por completo, sin dejar ningún rastro. Ambos se quedan paralizados. SALOMÉ coge un walkie que tiene sujeto a la falda.

SALOMÉ: (Asustada) Ricardo… Ricardo, tienes que ver esto.

Nos quedamos con la cara de preocupación de SALOMÉ.

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Plano de situación del exterior del barco. Los rayos de sol iluminan el paisaje, dándole un baño de luz fantasmagórico.

Zona de la enfermería. El pasillo está vacío, todos parecen estar dormidos o haberse marchado. RAMIRO avanza renqueante hacia la enfermería. Antes de llegar a la puerta duda y se detiene. Escucha algo a su espalda. Se gira y ve al fondo del pasillo una misteriosa sombra. RAMIRO se acojona. Respira profundamente y seguidamente, entra en la enfermería.
#148
Ainhoa449
Ainhoa449
11/11/2012 11:04
ENFERMERÍA: RAMIRO entra. Está asustado. Mira a ambos lados, inspeccionando el lugar y asegurándose de que nadie le está observando. Sin pensarlo demasiado, se dirige hacia un armario de color blanco y coge todo tipo de medicamentos. De pronto, escucha unos pasos amenazantes y una respiración entrecortada que se aproximan. El suelo vibra, como si se acercase un gigante. RAMIRO se queda paralizado. No sabe qué hacer. Entonces, los pasos se detienen. Nos quedamos con la cara de preocupación de RAMIRO.

~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~

Plano subjetivo desde los prismáticos. Observamos como la luz del horizonte está apagada. RICARDO deja los prismáticos sobre la mesa. A su derecha está JULIÁN y más atrás, SALOMÉ y BURBUJA. Está lo abraza, cariñosamente. JULIÁN observa la situación, sin dar crédito.

SALOMÉ: ¿Qué demonios es eso, Ricardo? ¿Y porqué ha desaparecido así, como por arte de magia?

RICARDO: No lo sé, Salomé. A simple vista parece un faro. Puede que se haya quedado sin energía, pero no estamos seguros. Hemos intentando comunicarnos con ellos, pero nada. No dan señales de vida.

De pronto, aparece ESTELA, que entra apresurada, vestida con el pijama y zapatillas de color rosa. Lleva una nota en la mano derecha.

ESTELA: ¡Capitán!... Tengo que contarle una cosa

RICARDO: Tendrá que esperar, Estela. Estamos ocupados.

ESTELA: ¡No, tiene que ser ahora! Es muy importante, Capitán. (Toma aire) Lo que le voy a decir puede que nos cambie la vida, créame.
#149
Ainhoa449
Ainhoa449
11/11/2012 21:41
JULIÁN: (Cansado, se dirige hacía Estela) Pero vamos a ver, chiquilla… ¡Qué el capitán le ha dicho que tendrá que esperar, copón! No me sea pesadita, ¿quiere?

ESTELA hace caso omiso a JULIÁN y se acerca al capitán. Seguidamente, le hace entrega de la nota. RICARDO la coge y la observa ensimismado. Su cara se ilumina. Está completamente emocionado. Sólo lo ve el, nunca el espectador.

JULIÁN: (Preocupado) ¿Qué pasa, Ricardo?

RICARDO le hace entrega de la nota, sin mirarle. JULIÁN empieza a leer el contenido e inmediatamente, se queda a cuadros. No da crédito. Sin pensarlo, le hace entrega de la nota a SALOMÉ y está la coge. Empieza a leerla en voz alta.

SALOMÉ: Necesitamos que nos rescaten. Estamos a 29 grados, 32,8 minutos-norte y 24 grados, 15,7 minutos-oeste. (Cambia, a Estela) ¿Qué significa esto, Estela? Esto son unas coordenadas.
#150
tereelbarco
tereelbarco
13/11/2012 19:24
Me encanta esta genial bueno perdon que no me halla presentado me llamo Teresa y tengo 12 años vivo en málaga y bueno que esta superbien y encima con lo que a mi me gusta el barco
#151
dchamadoira
dchamadoira
01/12/2012 18:32

~Continuación capítulo 30 'Lo que la luz esconde'~ [Parte 1]

[/u]

La luz continuaba apagada. Ya había amanecido y la mayoría de los alumnos se encontraban en la cubierta, observando ensimismados el punto donde antes se encontraba la extraña luz parpadeante. Ramiro había desaparecido. Ricardo estaba muy preocupado y debatía en sus pensamientos sobre lo que debía hacer. En aquel momento comenzaron a escuchar algo procedente del walkie que llevaba el capitán en su mano derecha. Éste se lo acercó al oído para intentar escuchar lo que le decían, pero sólo oye unos gruñidos constantes. De pronto el radar comenzó a sonar fuertemente y Ricardo y el oficial a bordo corrieron hacia la sala de mando. El aparato había detectado algo acercarse a toda velocidad hacia ellos. El pobre capitán está cada vez más asustado. ¿Qué narices venía hacia ellos?

Observó de nuevo el radar, parecía un barco de iguales dimensiones al Estrella Polar, y cada vez estaba más cerca de ellos. ¿Y si era el Estrella Sirrah, aquel barco que encontraron días antes y en el que se fue su hija junto a Ulises? Quizás eran ellos. Pero lo peor de todo era que aquel barco no disminuía su velocidad, navegaba rápidamente hacia ellos. Ricardo dio órdenes de girar rápidamente hacia nordeste para evitar la colisión, pero entonces, entre la niebla todos observaron cómo el Estrella Sirrah se acercaba hacia ellos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Cinco días antes[/u]

Se acercó a la ventana, hacía una noche preciosa. Ya no estaba tan asustado, se había acostumbrado a vivir en aquel barco desierto. Ahora su único objetivo era encontrar tierra, aunque como era el único tripulante le sobraban víveres a montones. Cho Sung se encontraba feliz, a pesar de que en su mente seguía discutiendo la posibilidad de que los que habían asaltado el Estrella Sirrah volvieran a matarlo. Si fuera así, quería disfrutar de los momentos que le quedaban, porque si volvían a por él no le iba a servir de nada esconderse en una habitación oculta de la sala de máquinas…

Pero entonces, y para su sorpresa y espanto, el radar detectó algo que se acercaba hacia ellos. No pudo evitar soltar un grito de pánico y desesperación, y antes de que siquiera le diera tiempo a reaccionar, ya se había esfumado de la sala de mando y corría como un loco hacia la habitación oculta.

Dos días después[/u]

Ainhoa caminaba por los pasillos, acababa de tomarse la última dosis de antídoto que le quedaba. A pesar de que Gamboa había vuelto hacía dos días al Estrella Polar, en extrañas condiciones puesto que estaba recuperado totalmente, le había dicho que no le daría ni un bote de antídoto más, que la iba a dejar morir. Eso fue un golpe en el fondo de su corazón para Ainhoa, ahora que había vuelto con Ulises no podía hacerse a la idea de no volver a verlo nunca. Tenía que despedirse de él, pero no encontraba el momento ni las palabras para decírselo. Aún se estaba concienciando. No quería ni podía creérselo. En cuanto a Valeria, y a su padre, no les diría nada.

Escribiría una nota contando todo sobre Gamboa y lo que le había obligado a hacer, deseándole que su vida junto a la doctora fuera feliz, y se la dejaría en el despacho de su padre. Después caminaría hasta el camarote de Ulises para pasar sus últimos momentos junto a él. En aquel momento Ainhoa se derrumbó y cayó al suelo como una pluma. Las fuerzas le empezaban a flaquear…

Se levantó agarrándose la pierna derecha y caminó hasta el camarote de Ulises. Abrió la puerta, pero al entrar en él vio que no había nadie. Mientras, Julia caminaba por los pasillos y observó a
Ainhoa entrar en el camarote de Ulises, sufriendo los primeros síntomas del virus. Se dio la vuelta y corrió lo rápido que pudo hacia el laboratorio. Ainhoa cerró la puerta, agarró un cuaderno que había sobre la cama y lo observó. Su novio había escrito ‘He ido al barco ruso junto a los demás para inspeccionarlo. No tardo. Te quiero. U.’

Ainhoa sonrío feliz y no pudo evitar llenar aquel papelillo de lágrimas. Después arrancó una nota y escribió en ella la carta a su padre. La mano le empezó a doler en aquel instante. En cuanto fue a levantarse para ir al despacho de su padre, las piernas no se lo permitieron. Intentó de nuevo levantarse, decidida a llevar aquella carta hasta su padre, pero su cuerpo no pudo con el esfuerzo, y la moribunda Ainhoa cayó de espaldas hacia la cama, desmayada.
#152
dchamadoira
dchamadoira
01/12/2012 18:35
Julia estaba en el laboratorio, examinando con el microscopio decenas de muestras, lo más rápido que podía. Tenía que encontrar el antídoto total para el virus de Ainhoa, o para mañana la muchacha estaría muerta. Ya había oído a Gamboa decirle a la hija de Ricardo que no le iba a dar ni un solo bote de antídoto más, por lo que Ainhoa lo tenía bastante complicado.

A la doctora le sudaban las manos, le palpitaba el corazón a mil por hora y tenía un extraño sudor frío, pero no podía tomarse el lujo de descansar. Introdujo un extraño líquido en un recipiente, lo mezcló con algunos más y el contenido se volvió de un color azul marino. Observó el líquido, no muy convencida y echó unas pocas gotas sobre la muestra que estaba sobre la mesa. Esperó unos segundos y la volvió a observar en el microscopio. ¡No podía creerlo! El virus había desaparecido en aquella bacteria, eso significaba… ¡Que había encontrado el antídoto! Cogió el tubo de ensayo, vertió un poco en un pequeño bote, lo cerró con el tapón y guardó el tubo bajo llave en el armario. Gamboa podía atreverse a envenenar a otro y lo necesitarían de nuevo. Corrió hacia el camarote de Ulises, más tarde tendría que volver a apuntar cómo había conseguido lograr el antídoto total, por si acaso alguien o mejor dicho, Ernesto, le robaba el tubo de ensayo. Siguió por los pasillos y frenó en seco al llegar al camarote del polizón.

La puerta estaba abierta. Empujó la puerta, que chirrió dando un aspecto macabro a aquella habitación, y entró lentamente en la misma. El camarote estaba completamente a oscuras, y la hija del capitán estaba inmóvil sobre la cama. Cerró la puerta con llave, afortunadamente estar con el capitán tenía algunas ventajas como tener una llave maestra, y se acercó rápidamente a Ainhoa. Tenía muy mal aspecto, estaba completamente pálida y permanecía inerte sobre la cama, pero tenía pulso. Su respiración era muy débil. Miró a la hija de Ricardo, casi llorando al verla en aquel estado. Estaba blanca como la nieve, se le habían producido moratones a lo largo del cuerpo debido a unas extrañas inflamaciones… Pero no esperó ni un segundo más, abrió el tapón del botecito, se sacó una jeringuilla que llevaba sobre el bolsillo y succionó con ella unos mililitros del líquido azul. Ya iba a acercarse al brazo de Ainhoa, cuando alguien apareció de la oscuridad y le miró fijamente. Julia soltó un grito de pánico. Ernesto había aparecido de la nada, la había estado espiado desde una esquina desde que entró en la habitación.

— Dame esa jeringuilla, Julia. —dijo totalmente calmado— No me obligues…
— ¿Qué no te obligue a qué? ¡Mira, Ernesto, ya va siendo hora de que alguien te diga un par de cosas! —exclamó la doctora histérica— No te pienso dar nada, me da igual que me intentes matar, o lo que te dé a ti la gana pero pienso salvarle la vida a Ainhoa, quieras o no. No logro entender porque la quieres ver muerta, ¿y ese amor tuyo hacia ella, se esfumó hace semanas, no? Tu amor hacia la hija del capitán no estaba indicado en el Proyecto, ¿te acuerdas?
— Claro que me acuerdo.
— ¿Y entonces?
— Ya no siento nada hacia ella —afirmó pausadamente el profesor, esforzándose por contener la furia que sentía en aquel momento al haberle gritado Julia—
— ¡Que no se te olvide que soy tu superior! Tú solo eres mi facilitador, o así te encomendaron. Y sabes qué, a la mierda este maldito proyecto, si nos topamos algún día con nuestros superiores, no nos querrán ni a ti ni a mí, y lo sabes. Así que ahora déjame en paz y lárgate de aquí. ¡Y no vuelvas a intentar matar a ningún alumno del Estrella Polar!

Tras haberse desahogado, Julia agarró de nuevo la jeringuilla, que estaba tirada en el suelo al habérsele caído de las manos al ver a Gamboa, y se acercó de nuevo a Ainhoa. Le pinchó en el brazo izquierdo hasta que la jeringuilla se hubo vaciado. Aliviada, miró de nuevo al profesor.

Estaba con los ojos en blanco, mordiéndose el labio superior y meditando. Aprovechó ese momento de distracción para abrir la puerta del camarote y empujar a Gamboa hacia el exterior. En cuanto hubo salido, la cerró de nuevo con llave. Ernesto empezó a apalear la puerta y se escuchó un disparo. La bala entró a través de la puerta, pero impactó en una ventana. Al ver lo que había ocurrido, Julia se lanzó hacia Ainhoa, la agarró del brazo y se escondió junto a ella bajo la cama. Escucharon nuevos disparos sobre la cerradura. Después, los balazos pararon y escuchó a De la Cuadra hablar con Gamboa.

—¿Qué eran esos disparos? ¿Y qué haces aquí vigilando? —preguntó el oficial y miró hacia la cerradura— ¿Por qué demonios disparas a la cerradura?
—Me pareció ver que un intruso se había colado y se encerraba en el camarote, capitán.
—Un intruso dice,anda, lárgate de aquí, copón.

Ernesto desapareció de la vista lanzando juramentos y De la Cuadra caminó de nuevo a cubierta. En aquel momento Ainhoa se despertó y abrió sus preciosos ojos. Al ver a Julia a su lado, las dos bajo la cama y agujeros de bala en el camarote de Ulises, no comprendió lo que ocurría.

—Gamboa. —le explicó simplemente Julia al ver que miraba confusa la escena— Pero no debes decir lo que te hizo, ya está muy enfadado por lo que le he dicho, y le daría igual que lo descubrieran, pero nos mataría a todos antes que dejarse atrapar.
Ainhoa asintió levemente con la cabeza, y caminó junto a la doctora fuera del camarote. Sin decir una palabra, corrió a los brazos de Ulises, que estaba en el pasillo en aquel momento, y le besó como nunca había hecho.

[Dos horas más tarde, la pareja de enamorados se había ‘mudado’ al barco ruso, y Ricardo no los había vuelto a ver]
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El Estrella Sirrah disminuyó la marcha justo a tiempo para quedarse a unos pocos metros del barco. Ricardo escuchó la voz de Ainhoa gritando y la vio lanzarse rápidamente al agua y nadar hacia ellos. Esbozó una tremenda sonrisa y corrió a abrazarla. Le dio un beso en la mejilla y observó el horizonte. Para su sorpresa, la luz había vuelto a parpadear. Ahora tenía que tomar una decisión: ir hacia el rescate de los supervivientes de la carta en botella, o navegar hacia la luz…
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Ramiro dio un mordisco a la manzana que le había entregado Gamboa al volver, agarró la bolsa con todos los instrumentos necesarios, y salió a cubierta. Ya no había nadie. Todos habían desaparecido, estaban dentro, celebrando el regreso de Ainhoa y cenando. Aprovechó que todo estaba desierto y se acercó hacia la moto de agua. Iba a desencadenarla cuándo escuchó unos pasos a sus espaldas. Gamboa estaba detrás suyo, mirándolo con aquellos ojos que tanto temor infundían, y sin decirle nada lo agarró del cuello y comenzó a asfixiarlo.

—Ai, cojito, cojito… ¿Pero es que pretendías escaparte sin despedirte? Estabas equivocado si pensabas que no me daría cuenta. —fueron las últimas palabras que escuchó Ramiro—
La manzana que llevaba el cojo en la mano se le resbaló de las manos, cayó al suelo, y fue rodando un par de metros. Ramiro se desplomó sobre el suelo, muerto.

El profesor de supervivencia lo había matado al cansarse de su incompetencia. Le había exigido robar unos documentos del barco ruso, pero éste se había negado a hacerlo si no obtenía algunas respuestas. Gamboa le había explicado algo sobre el Proyecto Alejandría, y el cojo había ido hasta el barco ruso para traerle una carpeta. Pero, y eso fue lo que no había tolerado, le habían visto salir del Estrella Sirrah con una carpeta con un extraño símbolo y las iniciales ‘P.A’ Además, desde hacía tiempo que quería librarse de él, y al ser un elegido, contarle información secreta del Proyecto Alejandría era un motivo para matarlo que sus superiores no le podrían discutir.
Además, tras la conversación con Julia hacía tres días, estaba completamente harto de todo el mundo, y no quería aguantar a unos incompetentes como aquel maldito cojo.
#153
dchamadoira
dchamadoira
01/12/2012 18:43
Una armonía feliz se respiraba en el ambiente. Todos estaban contentos de haber vuelto a ver a la hija del capitán, y más aún al contarles el capitán que había nuevos supervivientes que habían escrito una carta y la habían mandado en una botella. Pero lo que casi ninguno sabía era que Ulises estaba encerrado en lo que se ocultaba tras la luz, y Ricardo tenía que decidirse si ir a por el polizón o a por los nuevos supervivientes. En aquel momento se le ocurrió una magnífica idea. Podrían ir unos pocos en el Estrella Polar hacia la luz y otros en el Estrella Sirrah a por los supervivientes, eso sí, cada uno que eligiera su destino. Ricardo salió de sus pensamientos, ya era bastante tarde y sería mejor realizar la elección a la mañana siguiente, así que se acercó hacia la doctora.

—Julia, ¿Qué le parece… —había conseguido no tratarla de usted, ¡viva!—si cenamos mañana?
—¡Me encantaría! —exclamó Julia sorprendida ante la pregunta! Digo, me gustaría cenar contigo, capitán.

La doctora le dio un beso en los labios a Ricardo y éste observó a Ainhoa reírse de la cara que puso en aquel momento. Julia sonrío feliz y salió del comedor. Caminaba por los pasillos, contenta por la cita que iba a tener con el capitán, cuándo escuchó unos extraños ruidos. Todos estaban en cubierta cenando, ¿Qué podría ser aquello? Avanzó por el pasillo, y bajó las escaleras lentamente. Los ruidos parecían proceder de la sala en la que Ramiro inspeccionaba la caja negra semanas antes. Sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta. Claudia estaba en el interior, estaba comiendo un plato de espinacas que había sobre la mesa. Julia se quedó estupefacta al ver a la náufraga escondida allí, y la miró sin parpadear.

_Esto tiene una explicación, créeme. Yo vine con ellos, pero no tenía intención de robar la caja negra, ni participé en el motín, ni me alié con ellos ni nada. –intentaba explicarse Claudia, aunque no sonaba muy convincente- ¡No tengo que ver con ellos en absoluto! Y por eso me he quedado aquí, para demostrar que soy inocente. No he huido como los demás. Quiero estar en el Estrella Polar, ahora es como un hogar para mí. Leonor y los demás siempre me trataron mal, los quiero ver muertos.

Julia reflexionó unos instantes sobre lo que debía hacer, pero las palabras de Claudia parecían sinceras.

_Está bien. Te instalarás en el camarote de Ainhoa, Vilma y Estela. En cuanto a que los quieres
ver muertos, Tom y Dulce lo están, sólo se escaparon Víctor y Leonor.
Claudia hizo una mueca de pánico y empezó a llorar en silencio. Habían matado a Tom, lo habían matado. Llevaban dos años juntos, y ahora no lo volvería a ver…

Continuará en el último capítulo de la 2ª temporada...[/u]

¡Dejad vuestros comentarios, estaré encantado de leerlos y me haríais un gran favor para seguir escribiendo cada día mejor! Muchísimas gracias y espero que os haya gustado este capítulo...

SPOILER (puntero encima para mostrar)

Habrá finalón de temporada, pasarán más cosas que en la serie, y las muertes no han acabado. Preparaos para la GRAN TERCERA TEMPORADA

#154
Paula25
Paula25
01/12/2012 23:29
Genial me encanta sobretodo la trama del antidoto!! Lo que pasa es que me he liado un poco, porqué en la primera parte sale Ainhoa con la trama esta del antídoto y después se encuentra con Ulises y tal, y en la segunda parte dice que celebran el regreso de Ainhoa y que detrás de esa luz está Ulises... Es la misma historia o son 2 diferentes? :S
#155
DaniVilla
DaniVilla
01/12/2012 23:31
Está genial. Mis felicitaciones bravo
#156
dchamadoira
dchamadoira
02/12/2012 12:12
[PAULA25] Es que Aihoa449 escribió lo de cuando ven la luz y eso, así que yo tuve que explicar lo que había pasado en flashbacks. Mira, primero se ve lo de Cho Sung cuando ven al barco ruso (Que es donde nos quedamos en el anterior capítulo) luego avanza dos días para cuando Ainhoa se cura y se va con Ulises, y al final volvemos al inicio del capítulo, cuando vuelve ella sola sin Ulises.

[DaniVilla] Muchas gracias, no sabía que tú también leias mi fic!! :)
#157
DaniVilla
DaniVilla
02/12/2012 15:09
[dchamadoira] me enganché hace poco, sonriente
#158
dchamadoira
dchamadoira
02/12/2012 15:13
Me alegro :) ¿Te ha gustado la muerte de Ramiro y lo de la carta en botella? carcajada
#159
DaniVilla
DaniVilla
02/12/2012 15:40
La muerte de Ramiro me ha dado un poquito de pena, pero sin muertes una serie no es realista. Y la carta en la botella, le da mucho mas intriga a la serie, meee encanta. Seguid Así. A ver el final de temporada. Que ganas sonriente
#160
dchamadoira
dchamadoira
02/12/2012 15:43
Si pero vas a descubrir en el último capítulo lo que pretendía hacer Ramiro y ya verás como no te da pena...
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