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Foro El barco

FanFic || Estrella Polar.

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#0
SoniaULINOA
SoniaULINOA
23/04/2012 17:51
Próximamente...



FanFic.
#161
DaniVilla
DaniVilla
02/12/2012 15:48
vale vale, jajaja sonriente
#162
Anaelbarco
Anaelbarco
02/12/2012 17:23
Muy bonito bravo. Me dio un poquito de pena Ramiro, pero bueno alguien siempre tiene que morir alguien para darle más credibilidad, además me parece que también morirá en la serie..
#163
dchamadoira
dchamadoira
02/12/2012 17:40
[Anaelbarco] Te digo lo mismo que a DaniVilla, Ramiro iba a hacer algo horrible que descubrirá en el siguiente capítulo Gamboa y que hará que no os dé pena...
#164
xuxecita
xuxecita
02/12/2012 19:40
¡¡Está muy bien!! Haber si lo seguis :D Pero pobre Ramiro que al final no me ha caído tan mal.. XD
#165
dchamadoira
dchamadoira
03/12/2012 18:50



En el capítulo 31, ÚLTIMO CAPÍTULO de la SEGUNDA TEMPORADA

[/h1][/u]

La despedida

Toca despedirse. Vilma, Piti y Sol, entre otros tripulantes, se embarcan en el Estrella Sirrah para acudir al rescate de los supervivientes mientras que los demás llegan a un misterioso hotel. Un hotel en el que perderán a varios miembros de su tripulación. Los huéspedes del 'Youhao' les están esperando...

Gamboa, hurgando en la mochila que Ramiro pretendía llevarse, descubre lo que quería hacer el cojo, un plan tan horrible que ni al mismo Gamboa se le hubiera podido pasar por la cabeza jamás.

Julia ha encontrado a Claudia, la única náufraga que no se escapó tras el motín, pero ¿es de fiar? ¿de verás esta de su parte? La pobre doctora no tiene tiempo para averiguarlo, se queda encerrada en el ascensor junto al capitán, con el que se compromete. ¿Lograrán escapar del ascensor?

El cáncer de De la Cuadra empeora cada vez más rápido, y es muy probable que se haya transformado en metástasis y ahora mismo se esté expandiendo a otros tejidos. El oficial a bordo está decidido a no contárselo a Salomé, algo que le llevará a una ruptura.

Y por si eso fuera poco, Gamboa encuentra una caja con los objetos que tenía escondidos Burbuja en el Estrella Polar, entre ellos, una foto de su novia Mari Mar, lo que le llevará a un flashback en el que veremos lo que le ocurrió tras su 'tropiezo' en anteriores capítulos.

La intriga está asegurada. ÉSTO Y MUCHO MÁS ES LO QUE OCURRIRÁ Y DESCUBRIREMOS.

#166
DaniVilla
DaniVilla
03/12/2012 21:25
(waooo) que emoción. Venga, venga, continúalo sonriente
#167
dchamadoira
dchamadoira
03/12/2012 21:30
carcajada Jijijiji, hay que dejar unos días de intriga para que lo cojáis con más ganas pronto, pero seguro que para antes del capitulo de El Barco está ;D
#168
dchamadoira
dchamadoira
04/12/2012 16:52



NUEVOS PERSONAJES PARA LA TERCERA TEMPORADA: IDEAS

[/u]

Ya he comenzado a escribir el primer capítulo de la tercera temporada del fic, con algunas nuevas incorporaciones fijas y personajes que cambiarán de secundarios a protagonistas, pero os pido a todo el que lee el fic que me ayude a idear algún que otro personaje ;-)

Tan sólo debéis decir brevemente cómo es, su nombre, y su papel e intentaré introducirlo en las tramas. Y ya si queréis idear una auténtica trama inventándoos un nuevo personaje que tenga que ver con el P., mejor que mejor! Aquí ayudamos todos ;)





Personajes NUEVOS que aparecerán en la 3ª temporada (Estos y algunos más, más adelante descripción de cada uno)

[/u]

- Max
- Ventura
- Óscar
- Capitán Jean Luc Picard
- Laura
- Marisa
- Desconocido 1
- Desconocido 2

#169
dchamadoira
dchamadoira
06/12/2012 18:45
ATENCIÓN: Para un mayor disfrute del capítulo, reproduce cada uno de los vídeos anclados. Hay música intrigante y una introducción ;)


Capítulo 31 ~ 'La despedida'

[/b][/h1]

Los primeros rayos de sol comenzaban a aparecer por el cielo, y la mayoría de los tripulantes se iban despertando. Aunque ellos no lo supieran, aquella mañana debían tomar una decisión que podría cambiar drásticamente sus vidas, separándolos de sus compañeros.

Julia ya se había levantado y caminaba hacia cubierta para dar un paseo matutino. Estaba muy ilusionada por su cita con el capitán, pero también pensaba en lo que podrían encontrarse tras aquella luz. ¿Estaría allí retenido Ulises? ¿Sería tierra? En cualquier caso, ya tendrían tiempo de pensar en eso más tarde, porque Ricardo aún no se había decidido en poner el Estrella Polar en marcha hacia la misteriosa luz, sino que el buque aún seguía anclado. Una fresca brisa agitaba el cabello de Julia mientras caminaba mirando el horizonte. Estaba un poco cansada de ver solo agua por todas partes tras 3 meses de travesía...

En aquel momento se fijó en algo que había bajo el agua. Se inclinó para observarlo con más claridad. Parecía una ciudad sumergida. ¡Estaban anclados sobre una ciudad! Eso significaba que quizás tras la luz encontraban algo de tierra o un edificio que hubiera aguantado el cataclismo. Sin pensarlo un segundo más, se encaminó rápidamente hacia el camarote de Ricardo. Corrió por los pasillos, algunos alumnos avanzaban hacia el comedor para desayunar. Llamó dos veces a la puerta. Ésta se abrió y Ricardo apareció con un pijama que no le favorecía mucho. En cuanto la vio, se quedó cortado.

—Capitán, ¡bajo el barco hay una ciudad sumergida! Es muy posible que lo que se encuentra tras la luz sea un edificio que no se haya hundido. ¡Debe poner en marcha el Estrella Polar!

—¿Estás segura? —preguntó él bostezando, ya que se acababa de levantar y estaba aún algo dormido—
—Sí, ¡lo he visto con mis propios ojos!

Ricardo sacó inmediatamente el walkie de un cajón y avisó a De la Cuadra que pusiera en marcha el barco. Volvió a guardarse el aparato y miró a Julia. Ésta iba a despedirse, pero en aquel momento…

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!—escucharon un grito de Ainhoa—



El capitán salió corriendo en dirección a cubierta, de dónde parecía provenir el grito. La doctora le seguía detrás, muy asustada. Ambos aparecieron por cubierta y observaron a Ainhoa, que estaba sentada junto a la barandilla, con los ojos cerrados y temblando. Dirigieron la vista hacia la derecha, Ramiro estaba tumbado, inmóvil y pálido.
—Pisé algo… y lo vi.... Está… muerto. —Ainhoa tenía lágrimas en los ojos al haber encontrado muerto a su amigo—
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La noticia del fallecimiento de Ramiro se había extendido como la pólvora. El capitán había declarado día de luto por la muerte de uno de los tripulantes del Estrella, y al conocer la noticia algunos de sus mejores amigos se habían echado a llorar. Gamboa, por su parte, estaba al margen de todo y seguía durmiendo en su camarote. Nadie lo había echado en falta.

Se levantó cuando ya habían dado las dos en punto. Matar gente te daba mucho sueño, o eso parecía. Se cambió de ropa y usó la llave para abrir el cajón en el que escondía la bolsa que el cojo pretendía llevarse para escapar del barco. La abrió y vacío todo su contenido sobre la mesa. Había bastante comida robada de la cocina, una navaja, un martillo, una linterna, medicinas, una caja de cerillas, otra de tiritas, un sobre con semillas, y una especie de mando. El profesor de supervivencia dio un rápido vistazo a todo el contenido y se fijó especialmente en el pequeño mando.



Lo agarró y lo observó de cerca. Tenía un único botón rojo y una pantalla de cristal. En la pantalla pudo observar cómo pasaban varios números: ‘3:20:31’ ‘3:20:20’ ‘3:20’12’ ¡Era una cuenta atrás! En aquel momento se dio cuenta de cuál era el plan de Ramiro. Quería largarse al Estrella Sirrah ahora que Ainhoa había regresado, y por ello se llevaba una bolsa con tantas provisiones. Pero lo peor de todo es que había puesto una bomba en el barco, para que él fuera el único superviviente que avanzara hacia la luz, que Ramiro confiaba en que fuera tierra.

Había una bomba en el Estrella Polar.

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Tres horas y diez minutos para la explosión

[/u]

—Tripulantes, os he reunido a todos en el comedor para que toméis una dura decisión —empezó a hablar el capitán—Recientemente hemos recibido una carta en botella de unos supervivientes que necesitan un rescate inmediato. Pero también hemos avistado una luz en el horizonte.

Todos los presentes empezaron a murmurarse entre ellos, parecía que ellos no eran los únicos supervivientes al cataclismo, y tras 3 meses de travesía ver nuevas caras era algo inimaginable. Ricardo golpeó la mesa y los alumnos dejaron de cuchichear.

—Por ello os dejo que toméis una decisión. Ir hacia la luz en el Estrella Polar o a por los supervivientes en el Estrella Sirrah.

—Los que queráis ir conmigo a por los supervivientes, a la derecha. —prosiguió De la Cuadra— Y los que no, a la izquierda junto al capitán. ¡Copón, daos prisa!

Instantáneamente los alumnos empezaron a moverse a un lado o a otro del comedor. Unos treinta fueron junto a Ricardo y sólo doce se quedaron junto a De la Cuadra. Se miraron entre ellos, concienciándose de que era posible que no los volvieran a ver. Sol, Piti y Vilma, entre otros, habían decidido partir en el Estrella Sirrah mientras que Ainhoa, Palomares, Estela y Óscar quisieron ir hacia la luz junto al capitán.
#170
dchamadoira
dchamadoira
06/12/2012 18:54
—Bien, los que vayan ir con Julián iros preparando vuestro equipaje, porque os vais en una hora. Tú y tú —Ricardo señaló a los primeros que encontró— Llevar las cajas que encontraréis en la sala de mandos al Estrella Sirrah, deben tener víveres suficientes para aguantar.

—¿Pero Julián, cómo se te ocurre irte en el barco ruso? —Salomé estaba indignada— ¿Piensas dejarme aquí sola o qué?

—¡Claro que no, Salomé! Tú te vienes conmigo.

De la Cuadra le dio un beso en la mejilla, salió del comedor y caminó por los pasillos hasta su camarote. Ya iba a entrar cuando Julia le dijo que le esperara. Vino caminando y se paró junto a él.

—Tengo los resultados de tu último análisis. El cáncer está empeorando, Julián. —Julia tenía una expresión triste y llevaba un folio en la mano— Es posible que se haya transformado en metástasis. Quizás no te queden más de dos meses de vida… Tienes que contárselo a Salomé.

La cocinera caminaba por los pasillos para ir a su camarote para prepararse la maleta, cuando de pronto vio a Julián y a Julia hablando en mitad del pasillo. Se escondió en la tras la esquina y escuchó la conversación.

—¿Y qué quieres que le diga? ¿Qué no vamos a poder casarnos? ¿Qué es posible que para antes de que lleguéis a tierra, si es que algún día llegáis, ya estaré muerto? No pienso decirle a la mujer de mi vida que me estoy muriendo de cáncer, ¡copón! —Julián parecía totalmente convencido de su decisión— ¡Así que no me digas que tengo que decírselo, porque no pienso hacerlo! —miró a Julia y vio que se había quedado en shock, y retrocedía lentamente. En unos segundos se había esfumado—

Julián se dio la vuelta y observó que Salomé estaba parada en medio del pasillo, mirándolo con los ojos llorosos. Había escuchado toda la conversación. Salomé se dio media vuelta y caminó para alejarse del oficial, pero éste la agarró del brazo.

—¿Lo.. lo has oído todo?

—¡Sí, lo he oído todo! Y no puedo estar con alguien que me ha ocultado durante semanas que tenía cáncer. No sé cómo has podido hacerme esto, Julián. Ahora por favor déjame. ¡Vete en ese maldito barco, huye de los problemas, cómo haces siempre! Pero no pienses que me iré contigo, no sé como has podido hacerme esto.

Tras estas duras palabras la cocinera se fue rápidamente de allí, con los ojos llorosos y la mirada perdida, dejando al oficial hecho polvo. La había perdido para siempre por no querer contárselo.
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La cubierta del Estrella Polar estaba abarrotada. Los que se quedaban en el barco se habían reunido ahí para despedir a los compañeros que se marchaban. Todos miraban atónitos al Estrella Sirrah. Vieron cómo algunos izaban velas y el barco empezaba a navegar. Los despidieron con la mano, emocionados y con los ojos llorosos de tener que despedirse.

La única que no había acudido para presenciar la despedida había sido Salomé. Julia había dicho que Salomé y el oficial habían roto, pero no les había querido dar más detalles. Les había dicho que si querían saber lo que había ocurrido, que se lo preguntaran a la propia cocinera, pero ninguno se atrevió a hacerlo. Gamboa miró como el Estrella Sirrah se alejaba lentamente dirección sureste, pero él estaba ocupado pensando en dónde podía estar la bomba. Se sacó el mando del bolsillo, vigilando que nadie lo viera, y miró la pantalla. Sólo tenía dos horas y diez minutos o todos estarían muertos. Aprovechó que todos observaban ensimismados al barco ruso para escabullirse y seguir con su exhaustiva búsqueda. Había estado una hora rebuscando cada rincón del buque-escuela pero por ahora no había encontrado la dichosa bomba.

En aquel momento el Estrella Polar también comenzó a avanzar hacia la luz. Rápidamente se adentraron en la niebla y perdieron de vista al barco ruso.
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Una hora para la explosión

[/u]

Veinte tripulantes del Estrella Polar se montaron en diversas motos de agua, provistos de linternas, arpones y arcos, y avanzaron rápidamente hacia aquel misterioso edificio. Conforme se acercaban iban siendo testigos de la majestuosidad de aquel edificio, que aunque tenía la fachada bastante destrozada, era gigantesco y estaba construido con cristal. Por lo que pudieron observar tenía algunas ventanas rotas, pero no podían observar desde tan abajo lo que había en su interior. Sólo sabían que si había aguantado al cataclismo, debía tener muchísimas plantas, y era posible que en alguna de las superiores hubiera más supervivientes.

La primera lancha se paró frente al edificio y unos nueve alumnos junto a Ricardo y Julia fueron nadando y se adentraron en el edificio. Nada más entrar observaron que en aquella planta había un cartel que ponía: ‘104 Floor. YouHao Hotel’ Siguieron avanzando. El interior de aquel hotel no estaba mucho mejor que el exterior, había objetos tirados por todas partes, restos de cristales, sangre, mesas volcadas… Llegaron a las escaleras. Ricardo exigió silencio y los demás le siguieron rápidamente. En aquel momento una segunda lancha se paraba frente a la puerta y de ésta salían otros tantos alumnos, entre ellos Ainhoa. Algunos pensaron que no tenían porqué ir en silencio, si había supervivientes en el hotel ya les habrían visto llegar en lanchas. Para algo había ventanas. Pero Ricardo hizo caso omiso de los comentarios y siguió inspeccionando plantas.

Llegaron a la 109. Estaba totalmente oscura y algo más presentable que las otras plantas inferiores. Avanzaron temerosos hasta el centro de la sala y alguien apareció en la oscuridad. Era bastante joven, delgado, de estatura media y musculoso. Un montón de arcos y arpones le apuntaron.

—Bienvenidos al YouHao. El último hotel del mundo. Soy Max.

Seguidamente aparecieron otros diez supervivientes detrás de Max y los apuntaron con pistolas, cuchillos y metralletas. Los tripulantes del Estrella Polar se quedaron perplejos al ver a tantos supervivientes.

—Somos 193 supervivientes —aclaró Max al ver la cara que ponían—

Inmediatamente los tripulantes bajaron sus armas, no tenían nada que hacer ante tanta gente. Entonces Ulises se abrió hueco y apareció en la sala. Al verlo, Ainhoa corrió hacia él, lo besó en los labios y se quedaron abrazados.
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Hacía bastante rato que habían dejado de ver al Estrella Polar debido a la intensa niebla que los separaba. Afortunadamente el Estrella Sirrah salió de aquella densa niebla. Cada vez estaban más cerca de las coordenadas que ponía en la carta que habían recibido, y los ánimos iban aumentando por momentos. Pero Julián no aparecía por ninguna parte. En realidad el oficial se había quedado en el Estrella Polar. No había podido marcharse en el barco ruso, y en aquel momento estaba en su camarote, mirando entristecido una foto de su amada Salomé. Por fin había conocido a la mujer de su vida, a una mujer tan maravillosa como era ella, y había echado a perder su relación tan sólo por ocultarle aquel secreto. Era demasiado tarde para darse cuenta de que debió decirle que le habían diagnosticado cáncer.

Pero entonces Vilma observó que el radar empezaba a captar algo a tan sólo un par de millas. Aquel objeto no se movía, permanecía quieto, y parecía de grandes dimensiones. La embarazada escuchó gritos de júbilo desde cubierta y caminó boquiabierta hasta sus compañeros. Miró el horizonte y no pudo creérselo. Estaban acercándose a una isla, ¡habían avistado tierra!
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#171
dchamadoira
dchamadoira
06/12/2012 18:59
Se tumbó en una de las habitaciones junto a Ainhoa, y ésta rápidamente se quedó dormida, abrazada a él. Nada en el mundo podía mejorar aquel momento, se había reencontrado con la chica más importante de su vida. Pero entonces recordó lo que había ocurrido para que él se hubiera embarcado en el Estrella Polar. No había elegido un barco al azar para embarcarse como polizón. Había llegado buscando a su padre, a Julián. Un tipo al que no conocía de nada se le había acercado un día en el parque y le había hablado de su padre. Le había entregado una foto suya, pero sólo le dijo que se llamaba Julián. Después había salido corriendo y luego le había encontrado medio muerto. Aquel tipo era Burbuja. Pero Burbuja no se acordaba de que Ulises le había salvado la vida.

Meses antes

Ulises estaba sentado frente a Philippe y Dulce, que lo miraban fijamente sonriendo. Él no sabía para que le habían citado ahí, pero quería encontrar a su padre y éstos le habían prometido que le ayudarían a hacerlo. Philippe le entregó una carpeta, sin dejar de mirarlo.

—Bienvenido al ‘Proyecto’. —le dijo éste, y Ulises se quedó boquiabierto—

—¿Dónde lo encontraré?

—Es el Estrella Polar, aquel barco varado allí. —le señaló un buque-escuela que estaba anclado en el puerto, a poca distancia del coche—

—Gracias —dijo él y abrió la puerta dispuesto a marcharse—
Philippe le agarró del brazo para impedir que se fuera.

—Recuerda que nunca debes decir que nos conoces, pase lo que pase. No cuentes nada sobre el Proyecto, es lo único que te pedimos.
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Nueve minutos para la explosión

Ernesto estaba sudando. Se encontraba tembloroso y pálido. Sólo quedaban nueve segundos y no había encontrado la dichosa bomba. Había registrado todo el Estrella Polar pero, ni rastro. No sabía dónde podía buscar, y empezaba asustarse. Si explotaba aquel barco, el Proyecto Alejandría se iría a la mierda. Y más ahora que ya no tenían a su disposición el Estrella Sirrah.

Pero en aquel momento se le ocurrió un lugar donde no había buscado. ¿Cómo no había podido darse cuenta? Ramiro no era especialmente un genio, y seguro que lo había escondido en su camarote. Corrió hasta la habitación y rebuscó en los cajones, tirando todo al suelo. Miró debajo de la cama. Había una caja alargada bajo ésta. La sacó rápidamente y la abrió. En su interior había dinamita y un aparato en el que parpadeaba una lucecita roja. Cerró de nuevo la caja y miró su mando. Sólo le quedaba un minuto y medio. Abrió tan rápido como pudo la ventana y cogió en sus brazos la caja. Pesaba bastante, pero pudo aguantarla. La lanzó de lado a través de la ventana y la caja quedó flotando a un par de metros. Salió del camarote y corrió fatigado hasta la sala de mandos. Giró el timón hacia estribor y el Estrella Polar se apartó rápidamente. Entonces se escuchó una fuerte explosión y Gamboa vio como el barco zigzagueaba debido a una ola que había provocado la explosión.
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—Julia, hace algunas semanas decidí que en cuanto llegáramos a tierra te haría una proposición… —Ricardo le agarró de la mano y se arrodilló— Julia Wilson, ¿quieres casarte conmigo?

La doctora se quedó en shock y no dijo nada. El capitán, decepcionado, se levantó y caminó para alejarse de ella.

—Ricardo, ¡espera! No te he dicho que no…

—Has dudado y eso ya lo demuestra. Es demasiado pronto para pedírtelo, lo entiendo.

El capitán siguió caminando en busca de algún lugar por el que huir, llamó al ascensor. Uno de los supervivientes del hotel lo observó desde una esquina y desapareció de la escena.

—¡Claro que he dudado! Por Dios, me has pedido matrimonio, y a mí nunca me lo ha pedido nadie. ¡Tengo derecho a pensarme la respuesta!

Ricardo no contestó, empezó a impacientarse y golpeó repetidas veces el botón del ascensor. Julia lo miraba desconcertada. En aquel momento la puerta se abrió y éste entro rápidamente, seguido de Julia, que no lo dejaba tranquilo.

—Según tu, ¿Cuánto se puede dudar? —Julia estaba a unos centímetros de Ricardo, ya que el espacio del ascensor era muy reducido— ¿Medio segundo? ¿Un segundo?

Ricardo no supo que contestarle, pero no tuvo que pensárselo mucho porque en aquel momento la puerta del ascensor se cerró. El capitán pulsó la planta 118, pero el ascensor empezó a descender. La doctora miró boquiabierta a Ricardo, y lo ayudó a pulsar el botón de aquella planta.

Siguieron descendiendo más y más plantas y de pronto se quedaron parados. Julia empezó a golpear los botones, asustada. Escucharon unos crujidos provenientes del ascensor. A Ricardo le cayó una gota de agua en la cabeza y éste miró al techo. Los crujidos parecían provenir de arriba. El ascensor había bajado más allá del nivel del agua. Habían llegado a una planta sumergida.
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El profesor de supervivencia se levantó del suelo. Se había caído debido a la brusca ola que había golpeado el barco. Afortunadamente Gamboa había virado a tiempo alejando el Estrella Polar de la caja lo suficiente. Pero debido al vaivén, uno de los cajones se había desencajado de la cómoda, cayéndose al suelo. Gamboa miró el interior del cajón, había un maletín. Abrió el maletín y lo apoyó sobre la mesa. En su interior había un móvil, algunos objetos de Burbuja y una foto de Mari Mar. Ernesto recordó lo que había ocurrido pocos años antes.

Años antes
Un grito había resonado en toda la planta baja. Mari Mar miraba atónita a quién le había agarrado, pero debido a la intensa oscuridad no pudo ver mucho. En aquel momento una lámpara le iluminó la cara. Era Gamboa.

—Vaya, pero si eres tú. —dijo Gamboa decepcionado— Pensaba que serías una intrusa y quería divertirme un rato.

—Pues ya ves que no. —le respondió Mari Mar fríamente— Ahora, ¿me harías el favor de soltarme el brazo?

—Sí, claro. Pero hay algo que no entiendo, ¿Por qué salías corriendo?

—Porque Roberto está reunido arriba. Sabes perfectamente qué es mejor que no me vea. Si descubre que yo también trabajo para el Proyecto y cuál es el verdadero fin de éste... Seguro que hará una estupidez, algo que podría hacer que el acelerador de partículas no funcionara.
#172
dchamadoira
dchamadoira
06/12/2012 19:06
Estela estaba tumbada en una hamaca, pensando en su padre y en aquel dichoso hotel. Odiaba a su padre como a nadie en el mundo, pero ahora entendió perfectamente por qué le había obligado a subirse al Estrella Polar. Gracias a él ella se había salvado del cataclismo, aunque sólo por enchufada. Entonces recordó cómo era antes, cuando Estela sólo era una niña. Él era un padre atento, cariñoso y feliz. Pero entonces esa mala bruja le dejó. Su padre nunca volvió a ser el mismo.
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Algunos años antes

Salió del baño tras lavarse los dientes y caminó hasta la habitación. Pero Helena no estaba allí. Asustado, empezó a buscarla por todo el apartamento pero no había ni rastro de ella.

—¿Helena? ¡Helena, cariño! ¿Dónde te has metido? —pregunto él y volvió de nuevo a la habitación, con la esperanza de que se hubiera ido a comprar o a algún recado—

Pero entonces lo vio. El cajón estaba abierto. Corrió como un loco hasta él. Le había robado los papeles del proyecto, ¡información privilegiada! Esa zorra solo le había utilizado, su relación era una mentira. Ella sólo había llegado para hacerse con información secreta. Seguro que ni siquiera se llamaba Helena. Soltó un grito de furia, agarró el cajón y lo lanzó a la pared. Juró vengarse de aquella mujer. Como algún día se encontrara con ella, y seguro que lo haría, esa mujer se podía considerar muerta. La mataría del modo más horrible posible. En aquel momento su hija Estela se asomaba por la puerta, asustada ante los gritos y el fuerte golpe. Su padre, enfurecido, se acercó a la puerta y la cerró de un portazo.

—¡Lárgate!
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Su padre no había vuelto a ser el mismo. Ella sentía que él nunca volvió a quererla. Cuando ella cumplió diez años, se trasladaron a una lujosa villa en las Islas Bahamas. Y conforme los años pasaron, su padre acumuló más y más dinero. Y cuanto más dinero tenía, peor padre era. Un día compró un hotel en Singapur, un hotel entero. Aquel hotel en el que se encontraban era suyo.



Unas vacaciones las pasó allí, junto a su novio. Su padre le iba a obligar a embarcarse en un maldito buque-escuela, así que ella quiso huir junto a su novio, pero no lo lograron. Le dijo que lo había matado por su bien, cómo si le hiciera un favor. Ahora ella se enamoraba del primero que veía, intentando olvidarlo. Pero nunca logró olvidarlo. Y todo era culpa de aquella maldita mujer, Helena. Intentó recordar cómo era Helena, y entonces sí que encontró un parecido razonable a la náufraga que encontraron semanas antes. Aunque era morena y bastante más joven, se parecía mucho. Era posible que se hubiera encontrado con la mujer que destrozó su vida y ella no había hecho nada. Si lo hubiera llegado a saber, Leonor ahora estaría muerta.
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—Gracias por cuidarme tan bien, enserio. —dijo Vilma, que estaba tumbada sobre la cama, y le dio un beso en la mejilla a Piti— No sé qué haría sin ti. ¿Y los demás?

—Ya se han ido a la isla, en busca de los supervivientes.

—¿Y por qué tú no has ido con ellos?

—¿Cómo que por qué? ¡No podía dejarte aquí!
Pero la embarazada no pudo contestar. Le dio un tremendo dolor en el estómago y se oprimió la zona que le dolía con las manos.

—Voy a ver si encuentro algún medicamento, creo que trajeron cajas con medicinas antes de partir.

Vilma asintió y lo vio marcharse. No tenía hambre y frecuentemente era víctima de mareos, náuseas, fiebre y dolor de tripa. Aquello debía ser gastroenteritis. Agarró el paño mojado que había en la mesa y se lo colocó en la frente. Entonces escuchó un golpe seco y cómo alguien caía al suelo. Se levantó rápidamente de la cama y corrió por el pasillo.

—¿Piti, estás bien? —dijo ella pero no obtuvo respuesta—

Fue entonces cuando alguien le agarró por detrás. El grito de Vilma resonó en todo el Estrella Sirrah y seguidamente le acercaron un trapo mojado a la nariz de la embarazada. Ésta se desmayo inmediatamente y se desplomó al suelo, inconsciente.

Continuará en la tercera temporada...

[/h1]
#173
Paula25
Paula25
08/12/2012 20:34
Geniaaaaaaal!!bravo Me encanta, pero la otra historia de el virus de Ainhoa ya se ha acabado??
#174
dchamadoira
dchamadoira
10/12/2012 15:17
Quizás aún no ha acabado, pero ella está curada ;)
#175
Paula25
Paula25
12/12/2012 00:10
Ya ya, es que me gusta esa trama, aunque esté curadacarcajada
#176
RicarJulista99
RicarJulista99
14/12/2012 07:14
Wow me he leído el fanfic entero. QUE PASADA! Escribes genial ye encantan las nuevas tramas y las cosas relacionadas con el Proyecto Alejandría. :) Me ha encantado y espero ansiosa la siguinte parte. Felicidades! Ha sido un gran trabajo. Cuando escribas el siguiente me avisas. :D Muchos besos a todos, cuidaos muchisimo! :)
#177
dchamadoira
dchamadoira
13/01/2013 19:14
Capítulo 32: 'Una luz al final del tunel'[/u]

Cuando todo parece perdido, cuando ya no tienes fuerzas para seguir luchando, siempre aparece una luz al final del túnel. Pero a veces esa luz llega demasiado tarde para algunos. Y hasta que llega, poco a poco vas perdiendo la esperanza, lentamente y en silencio. Al final esperas, resignado, a que llegue la muerte y te lleve consigo, alejándote de aquel sufrimiento eterno.

Y es que no hay nada peor para un capitán que perder a parte de su tripulación. En las últimas 24 horas 2 brillantes alumnas habían fallecido deshidratadas, todo por aquella maldita máquina desalinizadora que se había estropeado. No les quedaba más que una mísera botella para repartir entre 35 personas. Jean Luc había tenido que cerrarles los ojos y más tarde tirarlas por la borda. Eso era lo más duro, tener que dejar que alguien muriera para que los demás pudieran sobrevivir. Pero lo peor es que, pese a llevar meses navegando, no habían encontrado ni un mísero trozo de tierra. Jean no sabía el destino que les aguardaba, solo sabía que si no llegaban a tierra pronto, todo habría acabado.



Todos estaban alrededor de la mesa, observando fijamente dos retratos. Sophie miraba la fotografía de la derecha, aún no podia creer que Marie se hubiera marchado para siempre. Desde su llegada al Étoile du Nord, habían vivido muchas cosas juntas. Un terremoto, un cataclismo, una gran tormenta, aviones que cayeron del cielo... Ella había sido su mejor amiga desde su llegada a aquel buque escuela. Al principio Sophie se encerraba en su camarote preguntándose por qué tras acabar el mundo ella había sobrevivido. ¿Por qué ella y no su familia?
Algunos días más tarde conoció a Pierre, del que rápidamente se enamoró. Pero el muchacho había encontrado una carpeta azul escondida en la sala de mandos y se lo contó preocupado a Sophie, aunque ella le dijo que la dejara donde la había encontrado. Pierre afirmó que en aquella carpeta se encontraban los motivos de por qué ellos habían sobrevivido. Enfadado con Sophie por hacer la vista gorda y no querer saber más, se marchó a su camarote y se leyó todos los documentos durante la noche.

Al día siguiente lo habían encontrado muerto, tirado sobre la cama. Sophie cayó en una profunda depresión de la que consiguió salir con la ayuda de Mariè. Pero ahora ella también había muerto.

El capitán Jean Luc Picard se acercó a la mesa y colocó encima una vela encendida. Estuvieron algunos segundos en silencio, rezando, pero de pronto se escuchó un grito que provenía del palo mayor.

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Un chirrido resonó en el ascensor, y poco a poco el agua les llegó hasta la cintura. Julia abrazó a Ricardo, y lo miró a los ojos. Éste le devolvió la mirada, sonriente, intentando tranquilizarla. Entonces la doctora tosió un poco y lo agarró de la mano.

_Sí, si quiero casarme contigo, si salimos de ésta, claro...
_ ¡Claro que vamos a salir de ésta, te lo prometo!

Ricardo le dio un beso en los labios y la doctora apoyó la cabeza en sus hombros. Mientras, en la planta 119, Max y Salomé discutían acaloradamente.

_ ¡Date prisa, por favor!
_ Me doy toda la prisa que puedo... -decía mientras intentaba encender el generador-

Pero los segundos iban pasando y el nivel del agua seguía subiendo por momentos. El agua ya había llegado a la nariz de la doctora. Ricardo agarró a Julia de la cintura y la ayudó a subir para que pudiera respirar mejor. Entonces observaron como la luz volvió a encenderse y el ascensor empezaba a subir. Sonrieron felizmente y esperaron a que se pararan. Entonces la puerta se abrió y ambos salieron corriendo. Se abrazaron y abrazaron a Salomé, que se alegró de verlos vivos. Pero Max estaba preocupado, 10 de los suyos en estos momentos estarían asaltando el Estrella Polar.

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Óscar salió a cubierta y sacó la red del agua. Ese día tampoco había habido suerte, y ni un solo pez se había quedado atrapado. Ya iba entrar de nuevo en el Estrella Polar cuando escuchó un disparo. Se acercó lentamente y caminando de puntillas y observó por el pequeño cristal lo que estaba ocurriendo dentro. Todos se habían agachado debajo de la mesa, asustados, salvo Gamboa, que estaba sentado solo.

Dirigió la vista hacia la tarima y vio a cinco personas, tres hombres y dos mujeres armados que apuntaban a los presentes. Después observó como un tipo calvo se llevaba a Palomares y a otro tripulante a la sala de mandos. En aquel momento la puerta se abrió y un hombre bastante alto salió a cubierta. Óscar le propinó un golpe en la cabeza y éste se desmayó inmediatamente. Le quitó el rifle y siguió caminando por cubierta. Se paró justo frente a la puerta de la sala de mandos y observó lo que ocurría en el interior.

_ ¡Maldita sea, ordena que pongan en marcha este puto barco o le pego un tiro! -le gritaba a Palomares mientras apuntaba a otro tripulante que estaba sentado-
_ Aunque diera la orden, nadie me haría caso porque no soy el capitán.

Se escuchó un disparo y el tripulante cayó al suelo muerto. Entonces Óscar abrió rápidamente la puerta y le disparó al pecho del asesino. Luego soltó a Palomares y le pasó el arma del calvo. Palomares se armó de valor y entró en el comedor, gritando y disparando a los que querían llevarse el Estrella Polar. Justo entonces entraba gente armada con todo lo que había encontrado, desde cuchillos hasta cazuelas. Se escucharon algunos disparos durante varios segundos y todo quedó en silencio. Los presentes se aguantaban la respiración. Entonces se levantaron, todos los del edificio habían muerto.

Pero también había otros cinco tripulantes heridos, entre ellos Claudia, que tenía un agujero de bala en la mano derecha. También había dos que tenían heridas con mucha sangre y otros dos que ya habían muerto. Palomares observó horrorizado la escena y se persignó.

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Sophie estaba parada en cubierta, pensativa. El grito había sido de felicidad, de una felicidad tan absoluta como lo era encontrar tierra. Pero la pobre no estaba contenta, porque seguía pensando en su amiga. En que por muy poco podría haberse salvado. Mientras, el capitán Jean daba órdenes sin parar.

_ Capitán, es mejor que organicemos grupos de exploración, de unas doce personas. Primero debe bajar el primer grupo y examinar la isla.
_ Pero no tenemos víveres suficientes.
_ Jean, acaban de arreglar la desalinizadora. -sonreía feliz la cocinera mientras lo miraba a los ojos-
_ Perfecto, ¡entonces que empiecen a sacar agua inmediatamente! ¡Vosotros once, ir inmediatamente a la bodega! -decía el capitán mientras señalaba a gente al azar- Oficial, usted deberá ir con los demás.

El oficial a bordo asintió y se marchó junto a los demás.

_ Sophie, tú también debes ir con ellos, hija.
_ No pienso bajar -le contestó rotundamente-
_ ¡Bajarás, es una orden de tu capitán!

Sophie salió corriendo de cubierta y entró en el interior, dando un portazo tras ella. Veinte minutos después se había puesto en marcha en una lancha hacia la isla. Marimar miró como se alejaban lentamente del Étoile du Nord y se preparaban para comenzar una nueva vida.
Por fin habían visto una luz al final del túnel.
#178
dchamadoira
dchamadoira
13/01/2013 19:15
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Vilma abrió los ojos, se encontraba en una habitación bastante pequeña. Tan sólo había una cama y un retrete. La embarazada se levantó lentamente con la cabeza dolorida y se acercó hasta la puerta. Ésta estaba abierta. Caminó a través de los pasillos, no había nadie. Pero entonces una nueva puerta se abrió y apareció Piti.

_ ¡Vilma! -gritó él y corrió a abrazarla- ¿Dónde estamos?
_ No lo sé, Piti, pero no me gusta nada.

Entonces varias puertas más se abrieron y aparecieron los demás tripulantes que se habían marchado en el Estrella Sirrah. Todos caminaron por los pasillos y llegaron a la salida. Extrañamente, aquella puerta también estaba abierta. Salieron al exterior y no pudieron contener la emoción. Estaban en medio de una gran isla de extensos bosques que se extendían hasta la playa. Pero hay algo que Vilma no lograba comprender, hasta que observó como en el horizonte, el mar estaba completamente desierto. El Estrella Sirrah había desaparecido.
#179
Anaelbarco
Anaelbarco
16/01/2013 19:10
Me encanta bravo, cada vez lo haces mejor. sonriente
Lo del barco francés me ha encantado, a ver que pasó luego..
#180
dchamadoira
dchamadoira
16/01/2013 19:14
Muchas gracias, que bien que te haya gustado lo de Sophie y el barco francés, no sabía si iba a cuajar mucho :) Y de Vilma y los otros que fueron a 'rescatar', hay bastante misterio, porque les han robado el barco..
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