FIC RICARJULISTA [Terminado] || Un día dejé caer una lágrima en el océano. El día que la encuentres, será el día que deje de quererte. || Epílogo ||

Ojala hubiesemos podido ver esta escena en la serie...siempre nos quedarán los FICS!!! Esperando con ansia esos capitulos felices que dices jajaja

Pues lo prometido es deuda, felicidad de momento: NOCHE DE BODAS.
Espero que os guste :)


CAPÍTULO 29 ~


No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo… y sabemos que quizás pedimos demasiado. Pero seguimos teniendo deseos, porque a veces se hacen realidad

A veces lo esperado simplemente se queda en nada en comparación con lo inesperado. Tienes que preguntarte por qué nos aferramos a nuestras esperanzas… porque lo esperado es lo que nos mantiene firmes, derechos… inmóviles. Lo esperado solamente es el comienzo. Lo inesperado… es lo que cambia nuestras vidas, y eso iban a celebrar esa noche Ricardo y Julia, algo inesperado, que no pensaban que llegaría tan pronto pero había llegado y los había convertido en las personas mas felices del mundo.

-Gracias. -Dijo Julia en un susurro, muy cerca de los labios de Ricardo, tan cerca, que le costaba hasta pensar en algo que no fuera él.

-¿Por qué me das las gracias? -Preguntó el capitán sonriendo y acariciando la cintura de la doctora.

-Gracias, por haber aparecido en mi vida, y por haberla cambiado. -Julia abrió sus ojos momentáneamente para poder contemplar la mirada del hombre del que estaba enamorada.

Lo que Julia no entendía es como no se había dado cuenta de que Ricardo estaba ahí, apoyándola, desde el preciso momento en el que el mundo se fue a tomar por culo. Buscaba consuelo y lo encontró en brazos de Ulises. Se esperanzó contra toda lógica a lo que el polizón le daba, contra todo lo que le decía la experiencia. Pero cuando necesitaba consolarse, dejar la mente en blanco y pensar que solo sus sentimientos eran importantes no se refugiaba en los brazos de Ulises, acudía a Ricardo, para que la abrazara y la hiciera sentir especial durante unos minutos.

-Te quiero -Dijo Ricardo, y se acercó a ella para darle un dulce beso, en el que parecía prometerle una noche inolvidable, perfecta. -¿Podemos decir que esta es nuestra noche de bodas? ¿O aún no te sirve?

-Pero aunque llamemos a esto ''nuestra noche de bodas'', tienes que prometerme que me darás mas noche como esta y mas momentos perfectos a tu lado.

En teoría, el día de su boda, y la noche que venía a continuación se iban a convertir en el día perfecto, pero nunca sabes cuál va a ser el día más importante de tu vida. Los días que crees que serán importantes nunca son como los imaginas en tu cabeza. Los días normales que empiezan igual que otro cualquiera son al final los más importantes.Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. No reconoces el día más importante de tu vida hasta que estás dentro de él. El día que te entregas a algo o alguien, el día que te rompen el corazón. El día que conoces a tu alma gemela. El día en que te das cuenta que no hay casi tiempo porque quieres vivir para siempre. Esos son los días más perfectos.


Julia bajó las manos que tenía situadas en el cuello de Ricardo, hasta el pecho del hombre para hacerse con el primer botón de la camisa blanca que llevaba, y mientras ella se entretenía dibujando un camino de caricias para poder desabrochar todos y cada uno de los botones, Ricardo inclinaba su cabeza para poder acercarse al cuello de Julia y poder colmarla de besos.

Ricardo era una línea prohibida que sabía que no debía cruzar nunca, pero lo había hecho, poniendo en peligro sus vidas, pero vemos una línea… y queremos cruzarla. Es quizá la emoción de negociar lo familiar por lo desconocido. El único problema es, que una vez que has cruzado, es casi imposible regresar. Si te las ingenias para cruzar de nuevo esa línea… Encuentras seguridad en cantidad. Y eso era lo que había encontrado Julia en él: La seguridad y la felicidad que durante tanto tiempo había buscado, y no había conseguido encontrar hasta embarcar en el Estrella Polar.


La mujer adentró sus manos en el cuerpo del hombre, haciendo que la camisa que llevaba cayera al suelo, acompañada también de la camiseta de Julia que Ricardo le había quitado, pasando por encima de sus hombros y despeinandola ligeramente haciendo que al hombre le pareciera aún mas hermosa.

Se dejaron caer sobre la cama dándose besos, y susurrandose al oído promesas de amor eterno. Ricardo se colocó encima del hombre colocando sus manos en el pecho del capitán, acariciando y descendiendo para encontrar el botón de su pantalón y la cremallera que le continuaba. Se acercó, después de haber hecho que los pantalones de Ricardo desaparecieran a sus labios y le besó con pasión.

El capitán levantó ligeramente su cuerpo para buscar con sus manos el botón y la cremallera del pantalón de Julia para quitárselo, como ella había hecho segundos antes con el de él. Descendía con sus manos por el abdomen de la doctora y se detuvo un momento a mitad de camino dejando su mano quieta en su abdomen, sabiendo que ahí se encontraba su hijo, el fruto de su amor. Una sonrisa apareció en el rostro de ambos, se miraron y pudieron observar un brillo especial en sus miradas. Él vio el brillo en el marrón miel de la mirada de Julia y ella se perdió en el brillo de la mirada azul cielo de Ricardo.
El hombre continuó el camino que su mano estaba trazando minutos antes para deshacerse del pantalón de la doctora, y después de haberlo hecho subió sus manos por la espalda de Julia para poder desabrochar el sujetador negro que llevaba la mujer.

Cuando lo desabrochó, llevó su mano hasta uno de los tirantes para dejarlo caer, y hizo lo mismo con el otro tirante. Julia posó su mano derecha en el pecho de Ricardo, notando los latidos acelerados de su corazón, notando como se aceleraba, notando como Ricardo ponía sus manos en su cintura y cogía impulso para colocarse justo encima de ella.


Solo la ropa interior les separaba, y no duró mucho tiempo en desaparecer.
Un movimiento rápido haciendo que Julia se estremeciera, y que ambos gimieran.

Cielo, infierno, limbo… nadie sabe a dónde vamos, ni lo que nos espera cuando lleguemos. Pero lo que sí podemos decir, lo que sabemos a ciencia cierta es que hay momentos que nos llevan a otro lugar, momentos celestiales en la Tierra… quizá por ahora es cuanto necesitamos saber. Ricardo transportaba a Julia a todos los lugares que su imaginación le permitía inventar.

Movimientos lentos al principio, muestras de cariño, besos en el cuello, susurros al oído, palabras que solo ellos dos entendían. Las ocho letras de un te quiero.
Se aceleraba el pulso de ambos, cada uno juraría haber encontrado el paraíso en la mirada del otro. Y después de pasar la noche disfrutando mutuamente, cayeron rendidos. Y se durmieron para poder continuar soñando.

Si tenemos suerte, nos damos cuenta, que ante todo, ante la vida, el verdadero sueño, es simplemente poder soñar.


Habían construido su historia, la historia de Ricardo y Julia. En algún momento, todos tenemos que escoger: ¿Damos un paso atrás en lo que sabemos? ¿O damos un paso adelante hacia algo nuevo? Es difícil no ser atormentado por el pasado. Nuestra historia es lo que nos determina, lo que nos guía. Nuestra historia sale a la superficie una y otra y otra vez. Así que tenemos que recordar que: A veces la historia más importante, es la historia que estamos construyendo hoy.

...CONTINUARÁ...

Aiiix que bonito. Me ha encantado, la forma en la que has descrito todo. Precioso. Como siempre digo, es un fanfic pero es que me parece que lo he visto. Perfecto, enserio. Siguelo prontito. :) Y sobretodo, muchisimas gracias por escribirlo :D Me hubiera gustado que hubiera salido en la serie. Ellos dos tan monos!! :3 Me encantan <3 Muchisimos besotos a todos. Cuidaros muhisimo! :)

Por aquí os dejo el capítulo 30, siento la tardanza, pero entre los exámenes y la falta de inspiración... Espero que os guste :)


CAPÍTULO 30 ~

-Buenos días Phillippe -Dijo Julia entrando en la enfermería con una gran sonrisa, y es que la noche que había pasado con Ricardo había sido la mejor de todas las que había estado a su lado. -Vengo a darte el alta.

-Buenos días Julia, me alegro de irme ya de esta enfermería. -El francés se puso en pie y se acercó a la doctora, que buscaba unas pastillas por si a Phillippe le dolía la pierna, porque le iba a dar e alta, pero podría tener dolores. -¿Cómo es eso que estás hoy tan feliz?

-¿De verdad crees que voy a ser tu amiguita? -Dijo Julia mirándole con el rostro serio y con una mueca de gracia.

-Bueno, amiguita... -El hombre se acercaba a ella, mientras que la doctora intentaba separarse. -Yo había pensado en que podríamos ser algo mas que amigos...

Phillippe estaba muy cerca de Julia, que se intentó alejar, pero el francés cogió su brazo y la acercó hacia él para darle un beso que a penas llegó a durar una milésima de segundo, pues Julia se separó inmediatamente de él y le propinó una bofetada, que hizo que la mirada que el hombre tenía momentos antes de picardía ahora estaba llena de rabia, que Julia nunca antes había visto.
Y es que las personas cambian y quien diga que no, miente. Él había cambiado, pero ella también.

Decir cosas como, “la gente no cambia”, vuelve locos a los científicos porque el cambio es literal. La forma en la que la gente trata de no cambiar, es antinatural. La forma en la que nos aferramos a las cosas que eran en lugar de aceptar lo que son. La forma en la que nos aferramos a los viejos recuerdos en lugar de generar nuevos recuerdos. La forma en la que insistimos en creer a pesar de cada indicación científica que todo en esta vida es permanente. El cambio es constante. Cómo experimentamos el cambio está en nuestras manos. Podemos sentir como si muriéramos o podemos tomarlo como una segunda oportunidad. Si abrimos nuestros dedos, nos relajamos, nos dejamos llevar…Se puede sentir como adrenalina pura. Como si en cualquier momento pudiéramos tener una nueva oportunidad en la vida. Como si en cualquier momento, pudiéramos volver a nacer, y Ricardo era su nuevo comienzo.



Y justo en el momento en que Phillippe iba a demostrarle que seguí siendo mas poderoso que ella, entró por la puerta Ricardo que dio un empujón tan fuerte al francés que hizo que se precipitara sobre la camilla.

-Ni se te ocurra tocarle un solo pelo, porque te juro que te mato. -Dijo Ricardo colocándose delante de Julia, demostrándole que él estaba ahí para protegerla e impedir que cualquier persona le hiciera ningún tipo de daño.

-Capitán -Dijo Phillippe poniéndose de pie y colocándose delante Ricardo, desafiante, mirándolo a los ojos. -¿De verdad cree que me asusta los mas mínimo?

Ricardo estaba conteniendo sus ganas de darle un puñetazo en la cara y borrarle esa sonrisa de chulo que tan poco le gustaba.

-No quiero asustarle Phillippe, quiero advertirle. -Contestó Ricardo cogiendo con fuerza la mano de Julia, que seguía detrás de él mientras observaba la cara del francés, que cada vez le repugnaba mas.

-Capitán, yo no me voy a meter entre Julia y usted, de momento. Pero tenga una cosa muy clara, la recuperaré, haré que se vuelva a enamorar de mi y que le tenga tantísimo odia que usted, desee estar muerto. -Julia no pudo contenerse y, son soltar la mano de Ricardo se colocó delante de Phillippe.

-A ver si te entra en la cabeza de una vez, no pienso volver a estar contigo en mi vida, porque Ricardo ha conseguido darme la felicidad que necesitaba en tan solo 4 meses, cosa que tu no has conseguido en años. -Phillippe comenzó a reírse, y dio un paso hacia la mujer.

-Julia, te volverás a enamorar de mi, te lo aseguro.

Ricardo se dio la vuelta y salio de la enfermería dando un portazo, seguido de Julia que salio corriendo detrás de él.

-Yo lo mato Julia, te juro que lo mato, cojo una pistola y le vuelo los sesos. -La doctora cogió el brazo de Ricardo y agarró su mano.

-Ricardo tranquilízate por favor, y escúchame. -Ricardo respiró hondo y se relajó. -No pienso olvidar el daño que me ha hecho Phillippe y lo feliz que tu has conseguido que yo sea. Tú, eres el único que tiene permiso para enamorarme.

Ricardo cerró los ojos y sonrió. Y la mujer pasó su mano por la nuca de él y hacer que se acercara mas a ella para poder abrazarlo y decirle al oído lo muchísimo que le quería.

Y es que los seres humanos somos tan miopes para abarcar la anchura, la longitud, la altura y las profundidades de la realidad, que la pifiamos cuando mas claro creemos tenerlo todo.
Los seres humanos somos tan imbéciles que siempre necesitamos pruebas en cuestiones de amor.

...CONTINUARÁ...

Bien, otro trocito :) Quería leerlo, que rabia me ha dado Philippe, es para pegarle hasta que se quede inconsciente. No me ha hecho nada la verdad, pero siempre que leo algo de el es malo :')
Enfin, continualo prontito que me has dejado con ganas de más. Muchos besos a todos, y sobretodo cuidaros muchísimo.

1 Capítulo para el final... Me da pena que se acabe. :(

Me paso para decir que siento el retraso del fic, pero he tenido un problemilla tecnico, vamos, que el ordenador se me ha roto.
Pero intentare dubirlo nada mas lo arregle

Vale Eva, tu cuando puedas lo pones. Y bueno espero que se te arregle el ordenador :) Un beso muy grande! <3

Os dejo el inicio del capitulo 31, aun sigo con el ordenador roto, pero pronto intentaré subir el capittulo entero.

CAPITULO 31 - Parte |



Las cosas en la isla marchaban estupendamente. Unos recogian las frutas que encontraban en los arboles, otro inspeccionaban el resto de la isla para ver cual era el tamaño de ese paraiso, de su hogar.

La casa que habian encontrado dias atrás la turnaban y Ricardo y Julia iban a disfeutar de un poco de intimidad en un lugaer que no se encontrara en el Estrella. Ricardo, limpiando un poco, había encontrado una bañera antigua y iba a utilizarla como tocaba, así ue la llenó de agua y cogió su walki.

Julia estaba en la playa con Salomé preparando la comida, y mientras la cocinera le decía que Julián estaba insoportable con el embarazo, pero que le gustaba que se preocupara tanto por ella, la doctora se limitaba a reir y pasar un buen rato con su amiga.

-Julia, ¿estás en la playa? -La mujer cogió el walki y se alejó un poco de donde estaba la gente.

-Si, ¿pasa algo? -Preguntó algo preocupada.

-No, tranquila, no pasa nada, pero ¿puedes venir un momento a la casa? -Julia no sabía que era lo que Ricardo quería, pero Salomé se las apañaria sola un rato.

-Ahora voy -Cortó la comunicación, le dijo a Salo que en un rato volvía y se dirigió a la casa.



Julia entró a la casa y no vio a nadie.

-¿Ricardo? -Preguntó la doctora cerrando la puerta, y de repente alguien rodeó su cintura con los brazos y le dio un pequeño beso en el cuello, a lo que Julia al principio se asustó, pero al notar el olor de Ricardo se limitó a sonreír.

-¿Te he asustado? -Preguntó el hombre en un susurro dirigido al oído de Julia.

-Un poco, pero se me ha pasado enseguida.

-Tengo una sorpresa para ti. -Dijo el capitán subiendo sus manos hasta los ojos de la mujer y llevándola hasta la habitación de la casa que supuestamente era el baño y le destapó los ojos. -¿Quieres darte un baño?

Julia se rió y asintió, acercándose a Ricardo para besarlo.
Ambos se desvistieron y se metieron en el agua.

Julia apoyó su cabeza en en el pecho de Ricardo, mientras él besaba los hombros de la mujer y le acariciaba el abdomen, enrollando sus manos con las de Julia.

Me encanta, me encanta, me encanta!!Quiero leer másssssssssssssssss!!!!
Espero que puedas seguirlo pronto!
Muaks!

Pues aquí os dejo la continuación del capítulo 31 :)


CAPÍTULO 31 - Parte ||


-Es una pena que en un rato tengamos que volver al barco -Decía Julia remolona acurrucándose entre los brazos del hombre -Por cierto, ¿Cómo se te ha ocurrido esto? -Preguntó Julia sonriendo y jugando con las manos de Ricardo.

-Pues he visto esta bañera y he pensado en darme un baño con mi mujer, ¿no te gusta la idea? -Contestó el capitán depositando pequeños besos en la espalda de Julia.

-Me encanta la idea, ¿pero sabes que es lo que mas me gusta de tu idea?

-¿Qué? -Preguntó Ricardo curioso

-Estar aqui contigo. -Julia sonrió y inclinó la cabeza para besar los labios del hombre cuando escucharon una voz.

-Ricardo copón, ¿dónde te has metido? -Preguntó De La Cuadra por el walki. -Julia daba pequeños besos en la comisura de los labios a Ricardo y con cada roce le susurraba que no contestara, petición a la que el capitán estaba a punto de acceder. -Ricardo leches, que es importante, deja un rato a la Wilson que ya tendreis tiempo de arrumacos.

Julia soltó una gran carcajada y Ricardo salió de la bañera, y después de él salió la doctora

-¿Qué pasa Julián? -Preguntó Ricardo un poco enfadado por la interrupción de Julián.

-Bueno, por fin te has dignado a soltar a la Wilson y contestar. -Dijo el oficial burlándose, a lo que Julia se volvió a reir

-¿Me vas a decir que quieres o piensas seguir con la bromita?

-Bueno, hombre no te pogas así. Tienes que venir un poco antes al barco que necesito que me ayudes. -Dijo Julián

-De acuerdo, en un rato estoy ahí -Y después de haber dicho esto cortó la comunicación -Pues yo me voy al barco. Tú quédate recogiendo las cosas y preparando a Valeria y luego nos vemos ¿vale?

-Vale -Contestó Julia acercándose a él. -Por cierto, me ha encantado el baño -Julia rodeó el cuello de Ricardo y le dio un dulce beso







-Muy bien Julián aquí estoy, ¿que te pasa? -Dijo Ricardo entrando en el puente de mandos

-En realidad te he contado una mentirijilla, quien quiere hablar contigo, es Leonor. -Ricardo se extrañó mucho -Me ha dicho que vayas a su camarote cuanto antes








El capitán caminaba hacia el camarote de Leonor y cuando se encontró frente a la puerta, cogió aire y llamó.

-Ya era hora -Dijo la mujer al abrir y ver a Ricardo

-¿Qué quieres? -Preguntó el capitán directo y sin muchas ganas de conversación.

-Entra. -Dijo Leonor alejándose de la puerta, dejando espacio para que Ricardo entrara y la cerrara tras de si.







Pasaron las horas y el sol comenzaba a ocultarse.
Julia iba al camarote para dejar la ropa y los juguetes que Valeria habia cogido, cuando vio como la puerta del camarote de Leonor se habría y de dentro salía su marido.

-Ricardo, -dijo Julia haciendo que el hombre se diera la vuelta -¿qué hacias en el camarote de Leonor? -El hombre la miraba a los ojos sin encontrar respuesta -¿Ha pasado algo? -Preguntó Julia algo preocupada.

-No, no pasa nada, ¿vamos al camarote? -Contestó Ricardo cambiando de tema.

-Si claro, pero dime que hacias en el camarote de Leonor

-No... puedo. -Contestó Ricardo ante la mirada atónita de Julia. -No puedo contártelo, lo siento... Pero no es nada tranquila.

-Ricardo, estamos casados y en un matrimonio no deben haber secretos. -Dijo la mujer empezando a enfadarse. -Y si no fuera nada me lo contarias.

-Julia te he dicho que no puedo contártelo, por favor no insistas -Ricardo tenía el semblante descompuesto, y la doctora lo había notado

-Te lo voy a preguntar una última vez, ¿qué hacias en el camarote de Leonor? -Ricardo la volvió a mirar y movió la cabeza negando.

Julia suspiró, dio media vuelta y se largó.


Todos tenemos que aprender alguna vez que en este mundo casi nada es lo que parece. Lo que pasa es que solemos aprenderlo demasido tarde...


...CONTINUARÁ...

El día que Julián deje de interrumpir le damos un premio...xD
Uuuuy que se nos enfadan los tortolitos...que querría Leonor, me encanta que los enfades de vez en cuando jajaja soy fan del drama!!!
Siguelo cuando puedas!

OMG! Contínualo, que quiero saber más, en cuanto puedas síguelo, porque me has dejado con una intriga increíble. Me ha encantado :D Muchos besitos a todos, y haber que ha pasado con lo de Leonor... Ö

Me alegro que os haya gustado el capitulo :)
¿qué habrá pasado con Leonor? Pues en el capitulo 32 o 33 como máximo se verá y ya lo tengo casi acabado asi que mañana seguramente lo suba.
Besos y muchas gracias por los comentarios

CAPÍTULO 32 ~


Despues de haber pasado tantos dias explorando la isla y de haber comprobado que era segura, Ricardo dio la orden de que todos los tripulantes bajaran a tierra firme. Se acabó para todos eso de vivir encerrados en un buque de 70 metros de eslora en el que no podias girar la esquina sin chocar con alguien.

Habian pasado 38 dias. 38 dias sin mirarse. 38 dias sin sonreirse. 38 dias sin hablar, sin darse un beso, sin decirse te quiero todas las mañanas al despertar y todas las noches al acostarse.

Julia seguia enfadada con Ricardo porque el hombre aun no habia accedido a contarle a la doctora que hacia 38 noches atras en el camarote de Leonor.



Julia caminaba por la orilla de la playa pensando en todo lo que habia pasado estos dias cuando notó como una mano se posaba en su cintura y se colocaba a su lado.

-¿Cómo estás? -Preguntó el hombre que habia apartado la mano de la cintura de Julia por la mueca que ella habia hecho.

-Bueno, ni bien ni mal -Contestó la mujer un tanto seca

-Julia tienes que animarte, no puedes estar asi toda la vida... -Le dijo cariñosamente. -¿Qué narices te ha pasado con Ricardo para que estés así?

-Philippe, no tengo ganas de habla... - Y se vio interrumpida por una voz que provenia de su walki.

-Julia, ¿puedes venir un momento al campamento? Tengo que hablar contigo

-Claro Ainhoa, ya voy -Volvió a colocar el walki en su cintura y se dio la vuelta para volver al campamento cuando Philippe la cogió suavemente del brazo.

-Cuando necesites hablar avísame ¿vale? -Dijo el francés a lo que Julia contestó con una pequeña sonrisa mostrando gratitud.






-¿Qué pasa? -Dijo la doctora acercándose a Ainhoa que estaba sentada en el suelo vienndoo el mar

-Eso mismo quiero saber yo, ¿qué pasa? ¿qué mierdas ha pasado con mi padre? -Preguntó Ainhoa algo triste, lo que menos le gustaba era ver a Julia y a su padre así

-¿Para eso me has llamado? -La mujer cerró los ojos y dio media vuelta haciendo intento de marcharse y evitar una conversación que muchas mas personas habian intentado mantener con ella

-Julia por favor, -Dijo Ainhoa poniéndose en pie y haciendo que la doctora se detuviera -¿Has visto a mi padre? ¿le has visto? Está destrozado, está hecho polvo parece un fantasma últimamente, ni siente ni padece. -Julia se giró dejando que Ainhoa pudiera ver como las lágrimas caían por sus mejillas rosadas.

-¿Crees que a mi me gusta? -Contestó Julia elevando un poco la voz. -Te lo pregunto porque si crees que a mi me gusta pasarme todas las noches sin poder dormir, llorando cada vez que no hay nadie delante de mi y comiéndome la cabeza pensando porque tu padre no quiere contarme el motivo por el que me he enfadado con él, estás muy equivocada. No me gusta nada estar así y menos aún me ayuda ver como tu padre está destrozado pudiendo arreglar algo que él ha empezado. -Ainhoa se acercó a Julia y la abrazó intentando calmar sus lágrimas que ahora se dejaban ver con mayor intensidad. -Le quiero, no puedo vivir sin él, pero si quiere que le perdone tendrá que darme una explicación que necesito.

-Está esperándote en el palmeral, cerca de la casa. -Decia Ainhoa pasando sus dedos por el rostro de Julia, limpiando sus lágrimas. -Ve, tampoco puede vivir sin ti, y a lo mejor te da esa explicación que necesitas.






-¿Ricardo? -No sabia como, pero Ainhoa la habia convencido para que buscara a Ricardo y le pidiera de nuevo una explicación.

Así que ahí estaba ella, en medio de una isla llena de palmeras buscando al hombre con el que iba a tener un hijo y con el que por desgracia estaba enfadada.

-Julia -Dijo Ricardo apareciendo en escena como en una obra de teatro.

La doctora cogió aire, se giró y lo vio. "Tan guapo como siempre" fue lo que pensó aunque lo viera tan triste, los latidos de su corazón se aceleraron y contuvo la sonrisa que su rostro estaba a punto de mostrar.

-Antes de que hables y digas cualquier cosa te lo voy a preguntar, ¿qué es lo que hacias en el camarote de Leonor?

-Por favor Julia... -Ricardo se acercó a ella e intentó coger su mano, cosa que consiguió haciendo que a Julia le temblaranlas piernas, se le dilataran las pupilas y su mente le diijera que se lanzara enciima de él y lo besara hasta que ambos se quedaran sin aliento, sin respiración. Pero no podia hacer eso, apartó su mano de la de Ricardo, bajó la mirada y se secó las lágrimas que habían empezado a salir de sus ojos marrones.

-Quieres perdonarme, no eres feliz Julia -Dijo Ricardo que estaba reprimiendo sus lágrimas.

-¿Qué no soy feliz? ¿Ahora sabes mis estados de ánimo? -Contestó molesta

-¿Sabes qué? Cuando nos peleamos recuerdo siempre los momentos que hemos vivido juntos. El momento en que nos conocimos en el puerto, el momento en el que me regalaste esta pulsera, -dijo levantando su muñeca y señalando la pulsera para que Julia la viera- el momento en que bailamos juntos, el momento en el que me enamoré de ti. ¿Y sabes cuando ocurrió esto último? -Antes de continuar hablando Ricardo cogió la barbilla de Julia con sus dedos y hizo que subiera su rostro, apartó la mano de la barbilla de la mujer y le secó las lágrimas dulcemente. -Cuando te escuché reir por primera vez. Y se que no eres feliz gracias a recordar este momento, porque no he vuelto ha escuchar tu risa desde hace 38 dias. Y creeme, cuando te digo que la hecho realmente de menos, a tu risa y sobre todo a ti


...CONTINUARÁ...

Jo que triste :(, Ricardito cuentale lo de Leonor yaaaaa!!!
Espero que lo continues prontito :)
Un beso!!!

Pero bueno! :') ¿Como me lo dejas así? Me has dejado con una intriga increible. Tengo ganas de saber que es lo de Leonor. Me ha encantado el "discurso" de Ricardo. Increible, me ha encantado este capitulo. Continualo cuando puedas, aun que si es antes mejor :) Muchos besos a todos. Cuidaros muchisimo!! <3

Muchas gracias por seguirlo!! a ver que es lo que tenia guardado Leonor para separarlos... mmm..

Espero el próximo!

Me encanta tu fic, continúalo ;) escribes muy bien. Yo le siempre que actualizas desde el móvil, por lo que no comento por no conectarme, pero ahora que tengo ordenador, aprovecho para dejarte un comentario,

Un capitulillo mas por aqui :)



CAPIÍTULO 33 ~


-Julia, te quiero y lo sabes. -Dijo Ricardo acercándose a la doctora con lágrimas en los ojos, al igual que ella.

-Yo también te quiero Ricardo. -Contestó la doctora colocando una de sus manos en el rostro del hombre. -Pero para perdonarte necesito saber el motivo por el que estamos así.




{{Flashback Ricardo}}


-¿Qué quieres Leonor? -Preguntó Ricardo despues de haber cerrado la puerta del camarote.

-Hace unos meses, antes de embarcar en el Estrella, tu mujer murió. -Dijo Leonor buscando algo en el armario.

-Eso es algo que ya sabía, -Dijo el capitán ironizando. -y no es algo que me guste recordar.

-Bien, pues es mentira. -Continuó diciendo Leonor, sosteniendo un walki en su mano. -Marisa está viva.

-¿Pero de qué estás hablando? Esto no tiene ni puñetera gracia. Así que si quieres gastar bromas no lo hagas conmigo, es un consejo. -Y cuando estuvo a punto de salir por la puerta escuchó una voz femenina quue hizo que sus pensamientos se congelaran y que se diera la vuelta para coger el walki que sostenía Leonor.

-¿Ricardo me escuchas? -Dijo Marisa. -Ricardo por favor contesta.

-Nos has mentido. -Contestó el capitán casi a punto de llorar, pero no por tristeza, sino por rabia, impotencia. -Nos has engañado a mi, a Ainhoa y a Valeria, y no quiero hablar un segundo mas contigo.

-Está bien, -Dijo Marisa. -No hace falta que me escuches ahora, pronto nos veremos en persona. Y no digas nada sobre esto, es un consejo. -Y nada mas decir esto cortó la comunicación dejando a un Ricardo complétamente descompuesto.

-Ya la has oído, no puedo tocar a tus hijas, -le dijo Leonor. -pero si puedo hacer lo que quiera con tu querida doctora, así que no te vayas de la lengua con nadie.


{{Fin flashback Ricardo}}





Ricardo cogió aire, comprobó que no había nadie por la zona, y lo dijo. Tuvo que decirlo, o lo decía o su mente iba a explotar.

-Marisa está viva. -Dijo Ricardo sin alzar mucho la voz.

-¿Cómo dices? -Preguntó Julia extrañada y muy sorprendida.

-Leonor me lo demostró, hable con ella por walki Julia, hablé con la madre de mis hijas que hasta hace unos dias supuestamente estaba muerta.

-¿Y por qué no me lo has querido contar? -Preguntó Julia que no entendía nada.

-Leonor me dijo que te haría daño si contaba algo sobre esto. -Contestó el hombre bajando la cabeza.

-¿Has preferido que me enfadara contigo, a decirme la verdad, solo por protegerme? -Julia estaba al borde de las lágrimas, Ricardo no dejaba de conquistarla dia a dia.

-Si, porque prefiero que estés a salvo y enfadada conmigo, a que no estés. -Contestó Ricardo acercándose a Julia, quedándose a muy pocos centímetros de ella.


Pero hasta los momentos bonitos se fastidian. Una bala estuvo a punto de darle a la doctora pero Ricardo fue mas rápido y la apartó justo a tiempo.

-¿Julia estás bien? -Preguntó preocupado mirando todas las partes del cuerpo de la mujer para comprobar que la bala no las había tocado.

-Si, tranquilo. -Dijo la doctora aturdida.

-Alguien nos ha escuchado. -Dijo Ricardo caminando hacia la zona de donde había venido el disparo.

-Para para, ¿dónde crees que vas? Podrían dispararte. -Dijo Julia cogiendo el brazo de Ricardo y haciendo que el hombre se girara y se miraran a los ojos.

Ricardo sacó al exterior una pequeña sonrisa al ver que Julia se preocupaba por él, y puso su mano en la mejilla de Julia.

-Tengo que saber quien nos ha escuchado, tengo que protegerte. -Y mientras decía esto le acariciaba dulcemente el rostro. -Tranquila, tu vuelve al campamento, no digas nada y no te despegues del walki ¿vale?

-Está bien, pero antes de que te vayas necesito hacer algo. -Julia puso sus manos en los hombros de Ricardo, y las fue subiendo hasta ponerlas en su cara.

Se acercó a sus labios, se detuvo, aspiró el olor masculino y rozó sus labios dulcemente para despues besarlo con mayor intensidad. 38 días casi sin mirarse y ambos habrían jurado que ese beso sabía al paraíso.

Y no era un beso de película ni mecho menos, era un beso real. Porque nuestra vida no es una película.
Nuestra vida no está escrita por un famoso y galardonado guionista, ni dirijida por un gran director ni interpretada por conocidos actores. Nuestra vida no está narrada con una banda sonora de fondo, ni hay música bonita para los momentos románticos y tampoco photoshop que pueda tapar las imperfecciones.
No existen los heroes que siempre acaban bien y los malos malísimos no siempre son castigados. No hay dobles que hagan las escenas peligrosas.
No todos los lugares son bonitos y pocos momentos llegan a ser complétamente perfectos.
Y en muy pocas ocasiones hay historias que acaban en un “Y fueron felices y comieron perdices".

Lo único que tienen en común la vida real y las películas es, que hay protagonistas, y en este instante el mundo se había detenido y Ricardo y Julia eran los protagonistas de la película que estaban dirigiendo, la película, de la vida que habían decidido pasar juntos.


...CONTINUARÁ...

Hola Eva, me he quedado estupefacta, que manera de escribir!!! Estoy a tus pies!!! sigo el fic desde q lo empezaste pero no comentaba ni nada por lo de tener que iniciar sesión desde el móvil ( y porque no me acordaba del nombre y contraseña sinceramente... ) pero este capítulo me ha a parecido fantástico y quería q lo supieses, felicidades por lo bien que escribes *-*
Continúa pronto porfis que nos quedamos siempre con muchas ganas de leer más! Muchísimas gracias por tu dedicación! Sin más, saludos y besitos ;)