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HASTA LA ETERNIDAD, una historia de Raimundo y Francisca (by Cris y Ruth) // Raimundo escribe a Francisca

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#0
Kerala
Kerala
14/07/2012 21:58
hastalaeternidadunahistoriaderaimundoyfranciscabycrisyruthraimundoescribeafrancisca


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes.
Porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

Porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro...

Porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque la noche pase y yo te tenga
y no...

(M. Benedetti)
#1
Kerala
Kerala
14/07/2012 21:58
Puente Viejo. 1903.

Acarició por tercera vez la misiva que guardaba celosamente en el bolsillo de su chaleco. La había recibido esa misma mañana, temprano. Un zagal se la había hecho llegar de manera discreta. Supo inmediatamente que se trataba de una carta de Sebastián, aunque las señas que aparecían en el sobre revelaran la identidad de otra persona.

Sabía que era por seguridad. Para evitar ser descubierto por los civiles y que estos emprendieran una ardua búsqueda para darle caza y llevarle a prisión. Cierto era que las cosas en torno a la Conservera se habían calmado considerablemente, pero toda precaución era poca.

Aunque nervioso, respiraba aliviado por tener al fin noticias de su muchacho. Hacía demasiadas semanas que no sabía nada de él, y aunque aún no había dispuesto de un solo segundo de tranquilidad para poder leerla, ardía en deseos de conocer su contenido. Además llegaba a sus manos en el momento más propicio. Justo cuando más necesitaba tener alguna buena nueva en su vida. Justo cuando más precisaba encontrar un motivo para seguir adelante.

Era la hora del almuerzo y la taberna estaba hasta los topes. Sería imposible encontrar una buena ocasión para desaparecer y hallar la intimidad necesaria para poder saber acerca de las noticias que le refería Sebastián. Por eso, cuando Emilia apareció por la puerta, vio el cielo abierto de par en par y encontró la oportunidad perfecta.

- Emilia hija, ¿podrías ayudar a Alfonso? Necesito ausentarme unos minutos -.

No se atrevió a decirle de qué se trataba. Al menos, no de momento.

- Lo siento padre, pero he de marchar rápido hacia la Casona. Pasé nada más a saludarles y a ver cómo se encontraba Alfonso -, le respondió la joven observando a lo lejos a su marido con el semblante entristecido. Suspiró apenada, volviendo a mirar de nuevo a su padre con el ceño fruncido. – ¿Ocurre algo? Le noto algo nervioso. Y déjeme decirle que es algo que vengo notando desde hace ya varios días -.

Raimundo apartó la mirada. No podía revelarle a su hija lo que atormentaba su corazón desde hacía un par de semanas. Emilia le tomó por el mentón obligándole a que le mirase.

- Si no me lo quiere contar no me lo cuente. Pero no me tome por tonta -, le reprendió con una leve sonrisa en sus labios.

Él sonrió también. Su hija siempre había tenido la virtud de leer en los demás, especialmente en él.

– No te inquietes Emilia que nada me ocurre. Y ahora por favor ¡concédeme tan solo cinco minutos! -, le volvió a insistir. - Necesito hacer algo que no requiere más demora por mi parte. Será solo un momento, te lo prometo. ¿Harás el favor a este pobre viejo? -.

Emilia arqueó una ceja divertida ante el mohín que puso su padre. – Ande marche tranquilo y tómese el tiempo que sea necesario… ¡Alfonso! -. Le entregó a su marido la cesta de fruta que llevaba entre las manos para que la guardara tras la barra no sin antes depositar un suave beso en sus labios. Después, casi arrebató de las manos de su padre la jarra de vino que este llevaba.

Raimundo meneó la cabeza al tiempo que sonreía. Emilia era una buena muchacha y se sentía muy orgulloso de ella. En realidad lo estaba de todos sus hijos, de los tres. Lástima que en el caso de Tristán no hubiera tenido la oportunidad de disfrutar de su infancia. De sus primeras palabras. El destino es en muchas ocasiones cruel y juega malas pasadas y a él le privó de demasiadas cosas. No solo perdió el ver crecer a su hijo, sino que perdió al amor de su vida.

Francisca Montenegro. Suspiró resignado. No era un buen momento para pararse a pensar en ella. Tenía los sentimientos a flor de piel y en poco o nada servía lamentarse por errores pasados que ya no tenían ninguna solución. Lo mejor era mirar hacia adelante y afrontar el futuro con valentía y esperanza. Con resignación. Aunque sintiera que el aire de Puente Viejo le ahogara con mayor intensidad si cabe.

Mientras abandonaba la taberna y se dirigía hasta su habitación, pensó de nuevo en Sebastián y en su carta. Aún no le había referido a su hijo la noticia de que tenía un hermano mayor y que precisamente, este se trataba de Tristán. Había pensado muchas veces en la manera de decírselo pero no era capaz de encontrar las palabras adecuadas. Sebastián era un tanto receloso y saber que Tristán era su hermano, puede que no le causara la misma felicidad que le ocasiono a él mismo o a Emilia.

Cerró la puerta de su cuarto cuando estuvo en el interior y se sentó en el borde de la cama. Acarició el sobre con la mano antes de abrirlo.


Padre:

Espero que al recibo de estas líneas tanto usted como Emilia se encuentren bien de salud. Imagino que a estas alturas me habré convertido en tío de una preciosa criatura, ¿no es cierto?

Disculpe mi tardanza por escribirle en esta ocasión, pero apenas he tenido tiempo de instalarme en esta nueva ciudad. Me muevo constantemente aún con el temor de que a la vuelta de la esquina puedan apresarme. ¡Es terrible vivir con miedo! Pero aún lo es más saber que nunca pueda regresar a mi hogar con Emilia y con usted. A veces creo que no podré soportarlo durante más tiempo…

Panamá parece el lugar idóneo para instalarme de manera definitiva. Al menos hasta que las aguas vuelvan a su cauce. ¡No sabe cuánta falta me hacen ahora sus consejos y su apoyo…! Siento que no supe apreciarlos en su momento, cuando mi cabezonería y mis ganas de prosperar a como diera lugar, cegaron mi entendimiento. Perdóneme si percibe un cierto tono derrotista en mis palabras, pero el saberme tantos meses alejado de mi hogar y el miedo que supone para mí empezar una nueva vida me tienen el espíritu algo desasosegado.

Sepa que a partir de ahora nuestro contacto será mucho más frecuente, se lo prometo. He conseguido arrendar una modesta habitación y mañana mismo comenzaré a buscar trabajo. Con mis estudios, no considero que me resulte complicado encontrar alguno que me permita vivir de manera humilde per digna. Y honesta. ¡Y quién sabe! Tal vez algún día no muy lejano usted pueda viajar hasta aquí y visitarme.

Cuídense mucho, por favor. Y no penen por mí que saldré adelante. Como lo he hecho siempre. Si algo he aprendido de usted en esta vida es que uno no puede dejarse vencer por las dificultades.

Le quiere

Sebastián


Aferró con fuerza contra su pecho aquel preciado papel. Ya iba siendo hora de que las cosas empezaran a marcharle bien a su familia. ¡El destino se lo debía! Ese mismo que se había cebado en ellos enviándoles una desgracia tras otra. Empezando por él y siguiendo por Sebastián, Emilia, Alfonso… Y ahora Tristán…

Volvió a leer la carta con detenimiento. Tal vez escondida entre aquellas líneas se encontrara la solución no solo a la nostalgia y tristeza de Sebastián, sino a la suya propia.
#2
thirdwatch
thirdwatch
15/07/2012 02:01
Dile que me iba a pasar mañana pero no he podido evitar pasarme hoy a leer a mis dos artistas y encima me encuentro con una edición de Cris que quita el sentío. Enorms las dos!! y como pide Miri quiero massssssssssssssss
#3
Jessicavalido
Jessicavalido
15/07/2012 14:12
Chicas sois unas maestras escribiendo,me teneis enganchada a esta historia que habeis creado,espero poder leer pronto la continuacion.Un beso enorme guapas.
#4
Crippy
Crippy
15/07/2012 21:51
It's my turn! Esperamos que os guste!

---------------------------


Volvió a leer la carta con detenimiento. Tal vez escondida entre aquellas líneas se encontrara la solución no solo a la nostalgia y tristeza de Sebastián, sino a la suya propia.

Quizá esa carta traía más respuestas de las que había creído en un primer momento. Reflexionó. Abusó de los cinco minutos que le había pedido a su hija, no pudiendo quitarse aquella idea que había nacido en su mente minutos atrás.

La manera de pasar página de una vez por todas.

Esa noche apenas durmió, como tampoco lo hizo la siguiente. Su concentración en las labores de la taberna empeoró y tan extraño comportamiento no pasó desapercibido para todos los que tenía su alrededor, que le querían y que se preguntaban una y otra vez qué le estaba ocurriendo.

Fue su hija la que, al terminar su jornada en la Casona, acudió a la taberna a encontrarse con él y con su marido y enfrentarlo al fin, pues, de aquellas maneras, había dejado pasar el extraño proceder de su padre durante las pasadas semanas, el cual había llegado a niveles realmente alarmantes en los últimos días.

Él se aseguró de que hasta el último parroquiano había abandonado la casa de comidas para hablarle de la carta recibida. Observó como a su hija se le iluminaba la mirada al oír hablar de su hermano, meses atrás huido y ahora por fin situado en algún punto del mapa. Mas su alegría duró poco cuando su padre le expuso cumplidos planes de lo que había pensado. Intentó tranquilizarla hablándole de una marcha previsiblemente temporal, aunque en su interior tuviese serias dudas a ese respecto.

Se iría y se liberaría de todas las ataduras que le ligaban a ese pueblo donde tantas desgracias recientes y tan pocas dichas cada vez más lejanas había vivido.

Se informó acerca de los precios de los pasajes y escribió a Sebastián contándole sus intenciones. Le dolía en el alma cada vez que veía a su nieta recién nacida sonreírle desde su cunita o la cara de tristeza que se le quedaba a su hija cada vez que recordaba su inminente partida, pero luchaba por mantener su decisión.

Todo cuanto debía estar dispuesto para su partida se llevo a cabo con la máxima discreción: por un lado, por la seguridad de su hijo y por el otro, por evitar que la noticia se propagase antes de que él estuviese sobre ese barco que, a pesar de alejarlo de sus seres queridos, esperaba le ofreciese la posibilidad de volver a ser feliz.

Y llegó la noche de su partida. Ese día se había reunido con Don Anselmo y con el alcalde, quienes no solo se habían sorprendido sino que habían quedado visiblemente afectados. Una despedida especialmente dura de los que consideraba verdaderos amigos.

Aunque más difícil podría resultarle despedirse de otra persona. Por unos segundos valoró la posibilidad de hacerlo. Podría ser la última vez que se viesen en mucho tiempo... o incluso en lo que les restaba de vida.

Pero el miedo a una reacción indiferente ante su marcha le pudo más incluso que las ganas de verla y solo aquella última noche se permitió rescatar del fondo de su armario la pequeña cajita de latón, que se dedicó a contemplar durante varios minutos sin ni siquiera atreverse a abrirla.

Allí guardada estaba su juventud más feliz. Mas, ni era ya joven, ni era ya feliz. Y aquel pasado lo ligaba irremediablemente a esas tierras. Por mucho que le doliese, había de deshacerse de ella si quería tener la oportunidad y la valentía de partir.

Pero no era capaz de destruirla, no podía.

El mismo día de su partida marchó muy temprano a despedirse de aquellos parajes que lo habían visto convertirse en un muchacho y envejecer; ser feliz y desdichado. Una muda pero necesaria despedida. A su vuelta volvió a contemplar la pequeña caja que ahora descansaba sobre la maleta que le acompañaría en su viaje.

Salió de la habitación con ambos bultos entre sus manos. Su hija, su pequeña Emilia, ya le esperaba sentada en una de las mesas de la taberna, junto a su marido.

Recibió entonces el abrazo más largo y a la vez el más fugaz de toda su vida. No quería separarse de ella y, sin embargo, debía hacerlo. Minutos después le entregó la caja para después rogarle con discreción que la enterrase en las tierras de la ahora ya cerrada conservera. Allí donde todo había comenzado.

Era el momento de enterrar el pasado.

Su hijo Tristán apareció poco después para hacerlo fundirse en un nuevo abrazo. Poco habían podido disfrutar el uno del otro y a ambos les dolía.

Todos los reunidos, sus más cercanos, lo acompañaron a la diligencia que lo conduciría hasta la capital, donde tomaría un nuevo transporte que lo llevaría al puerto de Barcelona. No iba a ser un viaje rápido, ni mucho menos descansado, pero era el único modo.

Con lágrimas en los ojos cargó su maleta y contempló por última vez a su gente. Un tembloroso gesto con la mano a través del cristal fue lo último que ellos vieron de ese hombre que había formado parte de sus vidas durante muchos años y que, finalmente, había decidido dar un cambio radical a su existencia.
#5
Franrai
Franrai
15/07/2012 22:26
Vale, y ahora es cuando le dice Raimundo al cochero que pare, que ha olvidado una cosa muuy importante y no podrá irse sin ella...

Joder, ¡me moría por leer la despedida de Raimundo y Francisca! Necesitaba un "venga va, Francisca, impide que me vaya".

Pero bueno... Os perdono en cuanto sigáis sonriente
#6
soyi
soyi
15/07/2012 22:28
HOLA CHICAS :

!!!!!!!Que chulada!!!!!! !!!!!!QUE IDEA MAS BUENA !!!!!!!


CRIS Y RUHT



PDT: Esto si que va a ser un buen guion señores guionista haver si aprenden


UN BESO ARTISTAS
#7
Kerala
Kerala
15/07/2012 22:37
Antes de que nos odiéis... ¡Paciencia! Dadnos un voto de confianza carcajada
Que no nos ha abducido nadie...
#8
mariajose1903
mariajose1903
15/07/2012 23:15
Chicas! Sois lo mejor!! Pero hacerme un favor... Continuad rapido que entre pañal y pañal sois mi entretenimiento!!! Por fa... Tengo muchas ganas de que sigais!!
#9
MrsT
MrsT
15/07/2012 23:28
Cris, me alegro mucho que te hayas animado a escribir otra vez!!! fiesta fiesta fiesta

Qué buena pinta tiene estooooo!
Claro, yo os doy un voto de confianza!
Ahora Ruth, una cosa dejaré clara, la palabra PACIENCIA ya me empieza a provocar sarpullido, como que ya empiezo a tenerle tirria. No me pidas de ESO! La necesito para otros menesteres raipaquísticos! asíque, que empiece a asomar la Paca ya!!! Tira porque te toca!!

por cierto, la poesía de Mario Benedetti, no puede ser más adecuada! preciosa!
#10
thirdwatch
thirdwatch
16/07/2012 02:06
Se puede? otra vez de visita a las tantas de la madrugada pero que se le va a hacer entre vosotras dos y Law con su historia de navidad estoy enganchadica y no peudo evitar pasarme antes de ir a dormir.

Ulloa ¿Se puede saber en que piensa sin despedirse de francisca? como lo pille la doña le va a tirar de donde me sé yo una buena temporada.

Quiero massss
#11
mariajo76
mariajo76
16/07/2012 06:47
Bueno, ahora que he tenido un poco de tiempo y me he puesto al día tengo que decirlo:

SOIS LA LECHE, yo no os doy un voto de confianza, os doy una urna entera por que me parece que un pajarito os dió la idea de este relato que salió en un momento wuasapero no hace mucho tiempo.

Se que me va a gustar y ya tengo los pelos de punta sólo de pensarlo. En cuanto a que el Ulloa se haya ido sin despedirse de Francisca...lo veo normal, igual si la ve le fallan las fuerzas para irse.

En fin, seguid, seguid, seguid. Mi pequeña, mi Riri, os quiero, gracias por esta historia que sé que va a ser simplemente maravillosa
#12
EspeLuthor
EspeLuthor
16/07/2012 22:45
¡Tíiiias muérome! ¿Pero esto qué es? Jajjajajaj sois unas... degeneradaas, ¿cómo nos podéis dejar así?. Aunque es cierto, confiamos en vosotras, sois unas máquinas, de eso no hay duda. Espero que mañana subáis otro trocito porque vuestros relatos es lo único que leo en el tren para no aburrirme, así que quiero un final a lo GRANDE jajjajaja.
Un abrazo chicas y muchos besos.
PD: Tenéis razón, guionistaaaaas, mirad, a ver si llegamos a un acuerdo, hacednos sufrir un poco, como hacen ellas, pero sabiendo que al final habrá un beso, un algo, una ESPERANZA.guiño
#13
Kerala
Kerala
17/07/2012 19:48
Chiquillas, muchísimas gracias por el apoyo. En nombre de Cris y mío deciros que estamos muy contentas de contar con vosotras guiño


..............................

El viaje hasta Barcelona, se le hizo largo y penoso. En su escaso equipaje, además de unos pocos enseres que había dispuesto para el viaje, le acompañaban miles de recuerdos del pasado. Pesada carga si tenía en cuenta que había decidido cambiar de vida. Y para ello debía renunciar a muchos de ellos. Los más numerosos y los que más costaba dejar atrás. Los que habían alimentado sus días, sus noches y sus madrugadas. Pero nada de eso tenía sentido ya.

Cuando llegó a su destino era bien entrada la mañana. Había viajado en diligencia durante toda la noche, dando pequeñas cabezadas que no lograron calmar su excitación. Era la primera vez en realidad que abandonaba España para embarcarse en una nueva vida lejos de todo lo que amaba.

Disponía de un par de horas aún ya que el barco no zarpaba hasta primera hora de la tarde. A pesar del tumulto de gente que se arremolinaba en el puerto, divisó a lo lejos una pequeña taberna. Y aunque no tenía demasiado apetito, decidió que se acercaría para comer algo y llenar el buche. Además se proveería de algunos víveres para el largo viaje al que se enfrentaba.

Abrió la puerta del negocio consiguiendo que todas las miradas se volviesen hacia él. Pero a los pocos segundos cada parroquiano volvió a su particular mundo sin dedicarle más atención. Eligió la mesa del fondo, la más alejada y apartada de la gente. Sinceramente, en esos momentos no deseaba integrarse en ninguna charla insulsa y banal.

Pidió unas mollejas y rechazó amablemente un vaso de vino que el posadero le ofreció para refrescar el gaznate. Pero lo que sí hizo fue pedir una jarra de agua fresca para conseguir pasar la comida. Entre que no tenía demasiada hambre y que los nervios le oprimían la boca del estómago, la comida se le había hecho una bola que era incapaz de tragar.

Comió en silencio perdido en sus propios pensamientos. En cuanto llegara a Panamá, lo primero que haría sería enviar aviso de su llegada a Emilia y a Tristán. Les haría saber que se encontraba bien y que no esperasen su pronto regreso. Era algo que no había expresado con palabras desde el instante en que tomó la decisión de partir en busca de un nuevo futuro, pero que había flotado en su mente desde el principio.

Tan solo esperaba que ellos lo comprendieran. No podía volver a Puente Viejo. No ahora.

Pagó la comida y salió al exterior. A disfrutar de los últimos minutos en tierra firme que pasaría en varios días. El viaje era largo pero estaba esperanzado. Quizá por primera vez en demasiadas semanas encontraba un nuevo sentido a su vida. Aunque fuera lejos de…

Meneó la cabeza. Parecía imposible borrar ciertas cosas de su memoria y de su corazón, y más si estas le habían acompañado durante tantos años. El hombre es un animal de costumbres y él llevaba demasiados años anclado en el pasado. Uno que por más que lo había intentado hasta el último aliento, no había podido recuperar.

De pronto escuchó la sirena del barco a lo lejos. Sorprendido, observó cómo los primeros viajeros subían a bordo. Había estado tan ajeno a lo que pasaba a su alrededor, que el tiempo había volado demasiado deprisa. Tomó aire, cerrando los ojos y llenando sus pulmones. Había llegado el momento de la verdad.

Entregó su pasaje y subió al barco. Una nueva vida comenzaba en ese instante.

…………………………………

Aquella noche no pudo dormir, quizá preso de la ansiedad por la separación y el abandono a sus raíces, y a la vez por los fervientes deseos que sentía por poder estrechar de nuevo entre sus brazos a Sebastián.

Tumbado en su jergón, sonrió al recordar la carta de su muchacho cuando fue conocedor de que marchaba de Puente Viejo para reunirse con él. No podía haber mostrado más felicidad que en esas cuatro líneas que escribió. Se incorporó hasta quedar sentado, para leerlas de nuevo a pesar de que las conocía de memoria.

Hurgó entre los bolsillos de su chaqueta buscándolas, hasta que topo con algo. No recordaba que lo hubiese guardado allí ni el motivo que le impulsó a hacerlo, pero el caso es que ahí estaba. Sintió una punzada de dolor en el pecho cuando lo sacó del bolsillo y lo comenzó a deslizar entre sus dedos.


**************

Los primeros rayos de sol le acariciaron tímidamente la cara, sacándole del estado de sopor en el que había pasado toda la noche. Movió ligeramente la cabeza descubriendo a Francisca a su lado, de espaldas a él. Sonrió casi sin querer, incorporándose para observarla. Acariciándola con la mirada igual que sus manos lo habían hecho durante la noche. Amándola.

No supo cuánto tiempo permaneció así, sentado a su lado. Observándola dormir. ¿Para qué cerrar los ojos y seguir disfrutando de unas horas más de sueño cuando ya lo era solo mirarla?

Sin embargo, era hora de partir. En cuestión de minutos el sol estaría en lo alto y no quería ocasionarle problemas con la llegada del día y que fueran descubiertos como consecuencia de su encuentro apasionado. Como si le costase un mundo separarse de ella, se puso en pie lentamente. Inclinándose lo suficiente para aspirar el aroma de su piel una vez más. Y llevándose consigo la cinta que sujetaba su pelo.

Rodeó la cama hasta quedar frente a su rostro apacible. Y no se privó de rozar tímidamente sus labios en su beso infinito.

- Te amo, pequeña mía… -.


***************

Amor. Corta palabra para definir tantas sensaciones que podía encerrar el corazón humano. El suyo albergaba tantos sentimientos encontrados que a veces sentía que se ahogaba. Que terminaría por volverse loco.

Con un suspiro, se puso en pie y subió a cubierta. El frío aire de la brisa le golpeó en la cara, más no le importó en demasía. En ese momento eran otras cosas las que lo atormentaban.

Se apoyó en la barandilla mientras el barco se mecía suavemente entre las olas. Descendió la mirada hacia la cinta de pelo que se enredaba entre sus dedos. Era necesario romper con el pasado si quería emprender una nueva vida. Por eso la acercó hasta sus labios, depositando un fugaz beso sobre ella. Extendiendo su mano a continuación y dejando que cayera al mar.

- Adiós amor… Adiós… -.

………………………

Tras doce largos días, el barco al fin arribó a las costas de Panamá. El puerto estaba lleno de gente deseosa de recibir a familiares o amigos que viajaban a bordo. Apretujado entre la muchedumbre que se agolpaba en la baranda de cubierta esperando divisar desde allí a sus seres queridos, buscó con ahínco a Sebastián.

No pasaron ni dos minutos cuando sus ojos se cruzaron. El corazón le dio un vuelco en el pecho y saltó de júbilo por la emoción.

- ¡Padre! -.

Sebastián se había lanzado a sus brazos en cuanto puso los pies en tierra. Ambos se fundieron en un eterno abrazo tantas veces anhelado.

Y allí, aferrado a su hijo, a su muchacho, supo inmediatamente que había tomado la elección correcta.
#14
MrsT
MrsT
17/07/2012 20:39
yo me uno a Miri! snif snif snif

ay qué dolor! qué le puede atormentar a este hombre tanto?
qué mal nos lo vais a hacer pasar! Pero qué jodidamente buenas que sois!

buff, y cuándo se enterará la Paca que se ha ido? .... ya siento desfallecer con ella snif snif snif,
#15
EspeLuthor
EspeLuthor
17/07/2012 21:53
............... No tengo nada que decir a parte de.... ¡Ruuuuuuuth!Como han dicho las demás escribes de lujo, pero esto es drama puro, me has dejado llorando en medio del tren ¿Te parece bonito? Todos me miraban como si estuviera loca...
Lo único que me consuela es que valdrá la pena, confío en vosotras.
Por lo demás bravobravobravo ¡Ole vosotras!
Un beso enorme chicas y un abrazo.
¡FUERZA RAIPAQUISTA!
#16
soyi
soyi
17/07/2012 22:19
chicas a mi tambien me hubiera gustado que se que dara con la cinta , pero aunque ha tirado la cinta los recuerdos no le sera tan facil de olvidar ¿ puede ser RUHT Y CRIS?

UN BESO
#17
Franrai
Franrai
18/07/2012 00:16
Jooo... snifsnifsnif

Con esto nos vais a dejar sin pañuelos. ¡Que recuerdo más bonito! Y que triste cuando ha tirado la cinta al mar.

Ahora te toca a ti, Cris. ¡A ver como nos levantas el animo!
#18
mariajose1903
mariajose1903
18/07/2012 00:26
Ay pero por que se ha idoo!?? Y francisca lo sabe? Como reaccionara? Necesito mas! Chicas sois famtasticas!!! No tardeis mucho por faaaa..!

Besos a todas!!
#19
Crippy
Crippy
18/07/2012 22:50
¡Buenas noches! Dejo aquí la continuación. Como ya dijo Ruth el otro día, se agradece un montón el apoyo que le estáis dando al relato. Y además estamos todas aquí... ¡como en los viejos tiempos!
Esperamos que os guste.

----------------------------


Agarró todavía con más fuerza el bastón con su mano derecha al mismo tiempo que caminaba tan apresuradamente como su supuesta cojera le permitía. No podía evitar sentirse observada por los campesinos que se encontraban en las callejuelas del pueblo hablando unos con otros o intercambiando todo tipo de bienes y que se apartaban temerosamente a su paso. Y pensaba… ¿Acaso alguien podría imaginarse el motivo de su desazón?

A su lado, Mauricio le seguía el paso con el semblante preocupado ante la charla que, de seguro, le esperaba nada más se encontrasen en un lugar más tranquilo.

-Maldita Mirañar… -murmuró para sí mismo.

Cuando llegaron a la calesa, doña Francisca ni siquiera se dejó ayudar a subir, sino que desapareció rápidamente en su interior nada más tenerla al lado. El cochero emprendió la marcha cuando los dos ocupantes se hubieron acomodado dentro.

-¿Cuándo pensabas decírmelo? –habló al fin Francisca tras varios minutos de silencio. Le había resultado obvio que el capataz estaba más que enterado cuando, tras el par de frases de la indiscreta Dolores acerca de la partida de Raimundo, éste había evitado su mirada.

-Yo… pensé que no era la mejor noticia que podía darle en estos momentos… Desde que pasó lo de…

-¡Cállate Mauricio! –le cortó - Una de las razones por las que te pago, y no poco precisamente, es para que me mantengas informada de cuanto sucede en este maldito pueblo –realmente no era eso lo que le dolía, pero de alguna manera tenía que disfrazarlo… estaba furiosa.

Mauricio intentaba evitar de nuevo la mirada de su ama, pero le resultaba bastante complicado en tan reducido espacio. Al fin se decidió a hablar.

-Usted… no ha sido la misma desde entonces y ha estado… particularmente triste –en la Casona todos lo habían notado, mas nadie allí había tenido arrestos suficientes para preguntarle el por qué –así que creí que debía esperar un tiempo a que se recuperase… teniendo en cuenta su debil… -iba a decir debilidad, pero bien era sabido que Francisca Montenegro no tenía… o no las mostraba – su vínculo con el Ulloa…

Calló ante la gravedad de la mirada de ella.

-¿Piensas que lo que me tiene así es la marcha de ese… tabernero? –le preguntó – Si estoy así es por tu falta de determinación y lealtad para con las órdenes que se te dan y lo que se te pide –mintió, y dio gracias mentalmente cuando sintió que la calesa aminoraba la marcha y frenaba frente a los grandes muros de la Casona.

-Vete a los campos y comprueba el trabajo de los braceros con el nuevo vallado. Y hoy no se te ocurra dejar el trabajo sin terminar, aunque se os haga de noche –le ordenó.

Mauricio asintió y se perdió camino de las caballerizas sin realizar siquiera un mal gesto ante la orden de su ama, quien no pudo evitar sentir una inmensa gratitud hacia ese hombre. Pero no podía admitirlo; no podía admitir que todo cuanto había dicho durante el trayecto era totalmente cierto. Le molestaba que no se lo hubiese dicho, pero también entendía que lo había hecho para resguardarla de un nuevo dolor. Quién lo hubiese podido imaginar.

Y su mente vagó hacia el verdadero culpable, haciendo que una mezcla de frustración e ira volviera a surgir desde lo más hondo de su ser.

A su entrada a la Casona se cruzó con Emilia y observó como a ésta le faltaba garbo en el trabajar. Tampoco sonreía.

Ahora comenzaba a entender las cosas.

Pidió únicamente una infusión y no ser molestada en lo que restaba de tarde y, una vez le trajeron la bebida, cerró la puerta de su despacho con llave para que, efectivamente, ese deseo se viese satisfecho.

Aprovechó la intimidad de su despacho para ponerse en pie y caminar sin el bastón que utilizaba frente al resto del mundo. Ella era fuerte, no necesitaba de apoyos que se quebrasen cuando una más los necesitaba. Bien lo había aprendido.

Se situó junto a la ventana y contempló a las gentes que entraban y salían de tanto en cuando de la Casona, trayendo todo tipo de mercancías. Pero ni esa visión ni la mezcla de tila y manzanilla consiguieron templar los nervios de su cabeza ni los de su estómago. Se sentía traicionada. Pero no iba a llorar.

Simplemente era otra de las muchas heridas que le habían hecho a lo largo de su vida. Otra más a cargo de Raimundo Ulloa.

Le costaba comprenderlo todavía… se había ido… y ni siquiera se había molestado en escribirle una carta, siquiera unas palabras de despedida, aun cuando era consciente de que les iba a separar un océano, muy probablemente, de por vida. Pero había sido su decisión. Él siempre había tenido la posibilidad de decidir.

Ella no había tenido tanta suerte.

Apoyó suavemente la cabeza contra el cristal a la vez que daba pequeños sorbos a su taza y dejaba que los recuerdos la inundasen.

Cada beso… cada caricia que ahora debía olvidar si no quería convertirse en un despojo para el resto de su vida. Treinta años viviendo de sueños e ilusiones que ahora le golpeaban en la cara. Nunca había perdido la esperanza, por muy mal que se tratasen el uno al otro o cuánto optaran por ignorarse. Mas ahora era ya imposible. Él había decidido abandonar su vida y en ello la había dejado inevitablemente atrás. Todo había acabado.

-Buen viaje, Raimundo –y orgullosa, apoyó con fuerza la taza sobre el plato de porcelana, dirigiéndose después a su mesa para continuar con el trabajo del día a día. Ni una lágrima más había de derramar por él.

Aunque en el fondo le doliese el alma.
#20
MrsT
MrsT
18/07/2012 23:38
... desde que ha pasao lo de qué, quién, cómo, cuándo?????? qué narices ha pasao??

qué intriga y qué angustia,por Dios!! sufro mucho con mi Paquis, esa que sufre debajo de su coraza.
me has dejao kaputt, Crispy.
a ver si no tardan esa eternidad en volver a verse, en comunicarse, en lo que sea eh!!! no no no no no no snifsnifsnifsnif

Bicos e boas noites!!
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