El Rincón de Raimundo y Francisca. 16 años después... ¡Queremos gozo en el otoño de la vida!

Los ánimos?!!!??? Ay pues espera que busque, que creo que aún me quedan en alguna parte, en lo más recóndito de mi.......mmmmm a ver a ver, mmmmnmmm sí, creo que algo queda si. Como actualmente en las raipaquistas es un tesoro escondido, me voy a poner a crear y traficar con ello. Jajajaja


Di que sí Sonia, si es tan sólo una novela con la vida puñetera que le han creado a la Montenegro, pero novela de igual modo. Yo la veré modo pa'lante, mucho llorar, pa'tras, pa'lante y pa'tras, paro, inspiro, recojo clinex, empiezo, cabreo y pa'lante jajajaja. No, esto como no se lo tome una con humor, no lo traga "naide".
Y el pedido ya lo hice, modo urgente y avisadas las ambulancias RP por si alguna se queda deshidratada, que le metan suero.

ay señoooooor.... ya voy, yaaaaa

esto no hay quien lo sostenga por ningún lado. Vale que Álex se va de la serie, como tantos y tantos personajes se han ido, pero leñe... no hay mas formas de hacer desparecer a alguien, solo matándolo??? no hombre no, algún trauma deben tener porque mira que les va el drama coñeeeee...

eso si geme, te ahorro mi pedido de suministros.... ya hice mi lista y te la mado por correo express, aquí la tienes...







y esto es letibalm intranasal, para que dentro de unos capitulos, no se cuantos, nos podamos hidratar las naricillas...



Recurrir así al humor, tiene delito... pero que nos queda? vencer o morir, y las raipaquistas no se rinden ante nada, ni ante la enfermedad de Rai, la operación de Francisca, los primeros besos, caricias y paseos, el secuestro, el envenamiento por svarowski, la parrillada de "San Rai", y ahora esto y ahí seguimos, todas a una como "puentevejuna"... jajajajajaj

en fin... resistiremos queridas...

Antes de la catástrofe que nos aguarda, os pongo otro trozo de cicatrices, que nos va a hacer falta.


CICATRICES EN EL ALMA 12

La mañana se desperezaba bajo los primeros rayos de sol mostrando un nuevo amanecer. Los colores del alba difuminaban las estrellas despistadas que aun permanecían en el horizonte negándose a marchar para dar paso al nuevo día. Pero Raimundo no observaba nada de eso. No podía dejar de mirarla, estaba tan hermosa mientras dormía, sólo deseaba estar siempre así, junto a la mujer que más amaba en este mundo. Recordaba cuando la vio por primera vez, como se había enamorado de ella. Ahora por fin, después de tanto sufrimiento, ella formaba parte de su vida de nuevo. La miraba y sentía como si todo fuera un sueño. No podía creer que la tuviera a su lado. En estos últimos meses habían pasado por tantas cosas, que llegó a pensar que este momento nunca llegaría. Pero ahí estaba él, demostrándole cuanto la amaba, prometiéndole que iba a estar siempre a su lado. Sólo quería hacerla feliz. Comenzó a acariciarla, deseaba tanto besarla… pero no quería despertarla, se conformaba con acariciar su pelo.

─Te amo ─susurró ─ No me cansaré de decírtelo. Mi vida no tiene sentido sin ti. Por fin nos vemos recompensados por todo lo que hemos sufrido. Tenerte a mi lado ahora, compensa todo ese sufrimiento. Eres lo que más quiero, la única persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. Me parece estar soñando, pero si es así, no quiero despertar ─terminó apoyando su frente en la de Francisca ─No sabes cuánto te amo ─terminó de decir besando levemente sus labios. Así estuvo largo rato, sin hacer ruido, sólo quería verla dormir y acariciarla dulcemente.

─ Deberías descansar un poco ─Francisca abrió los ojos mirándolo tiernamente ─ seguro que no has dormido nada.

─No te preocupes mi amor, me acabo de despertar – mintió. Pero Francisca tenía razón, no había dormido nada.

─No mientas ─le regañó ─nunca supiste mentir, además, hace rato que noto tus caricias.

─Es cierto, nunca he podido mentirte ─ sonrió ─No he dormido apenas, pero estaba soñando contigo. Te amo, pequeña ─le dijo acercándose a ella susurrándole al oído las últimas palabras.

─Yo también te amo ─le respondió. Raimundo sonrió al escuchar esas palabras, besándola suavemente en los labios. ─Raimundo ¿Estaremos soñando de verdad? ─pregunto ─no puedo creer que estemos juntos por fin.

─No sé si esto es un sueño o no, pero déjame que lo compruebe ─le respondió mientras comenzaba a besarla apasionadamente.

Francisca comenzó a llorar, estaba emocionada. Todo era tan perfecto, Raimundo era para ella lo más importante, lo amaba y deseaba hacerlo feliz.

─No llores ─le dijo mientras limpiaba sus lagrimas ─no me gusta verte así.

─Perdóname, pero es que, soy tan feliz, sólo deseo estar contigo ─ lo abrazo fuertemente ─no me dejes nunca.

─Nunca te dejaré, sólo quiero despertar a tu lado cada mañana durante el resto de mi vida ─respondió abrazándola también.

─Te amo – dijeron los dos al mismo tiempo. Raimundo se separo poniéndose de pie.

─Voy a pedir que te suban el desayuno ─ le refirió mientras se dirigía a la puerta.

─No Raimundo, bajaré a desayunar yo, ya me encuentro bien ─ dijo mientras intentaba levantarse, pero un ligero mareo se lo impidió.

─Acuéstate, todavía estás débil ─le dijo mientras le subía las piernas de nuevo a la cama.

─ ¿Por qué no me dejas decidir a mi si estoy bien o no?, ya te he dicho que me encuentro bien ─protestó.






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─ No, no lo estas, tienes que descansar. Así que, acuéstate y estate quieta, no seas testaruda. ─Francisca se tumbo en la cama con desgana, mientras Raimundo la arropaba de nuevo.

─Eres un tirano ─dijo entre dientes resoplando.

─ ¿Qué murmuras Francisca? ─preguntó Raimundo fingiendo no haber oído sus palabras.

─ ¿Por qué no me besas Raimundo? ─le pidió. Raimundo se acercó y le besó suavemente en la frente. ─Sabes perfectamente a que me refiero, no voy a romperme.

─ No quiero que te ocurra nada, no me perdonaría que por mi culpa recayeras, todavía no estás… ─No pudo terminar la frase, los labios de Francisca se lo impidieron y sin poder resistirse a ellos, le devolvió el beso con la misma pasión.

Se apartó un instante de ella para contemplarla y empezó a besar su cuello, aquel cuello que tanto deseaba y que ahora tenía a su disposición. No paraba de acariciarla ni un instante, hasta que se encontró con la ropa que le impedía seguir su recorrido, lentamente fue bajando el camisón para descubrir la piel desnuda que le esperaba para ser besada y acariciada. Termino de apartar aquellas ropas que ahora era un molesto estorbo. ─Eres tan hermosa ─ Musito mientras la miraba haciéndola sonrojar. La tomó entre sus brazos recostándose sobre ella con sumo cuidado para no rozar su herida. Una vez acomodado, comenzó a besarla lenta y suavemente, aumentando de intensidad con cada nueva caricia que ella le profesaba. Con cada caricia arrancaba un gemido de la boca de Francisca, lo cual, no hacía otra cosa que excitarlo más.

Siguieron acariciándose durante un tiempo, hasta que ella cansada de sólo acariciar, decidió deshacerse de la camisa que cubrían a Raimundo quitándosela con rapidez. Ahora tenía libertad para tocar, acariciar, besar aquel pecho que clamaba sus caricias.

Raimundo no cesaba de contemplarla y no pudo evitar sonreír pensando en cuan hermosa y perfecta era. Siguió mirándola hasta que notó como las hábiles manos de Francisca le despojaban del resto de su ropa. Su respiración se hacía cada vez más acelerada con cada caricia que recibía. Comenzó a besar el área de sus pechos, sintiéndose desfallecer con cada escalofrío de placer que recorría el cuerpo de su amada.
Francisca continuaba con sus caricias, para después besar por donde sus manos habían estado antes, arrancando ahogados gemidos de Raimundo.

Continuaron besándose como si no existiera mundo a su alrededor. Las caricias les hacían sentir como en una nube, haciéndoles pensar, que no aguantarían ni un minuto más aquellas caricias, sin desfallecer. De pronto Francisca dejó escapar un quejido de dolor, apretando con fuerza la espalda de Raimundo, haciendo que este se detuviera. Raimundo suspiró, se sentía culpable por lo que estaba haciendo, pensaba que tal vez, no sería buena idea continuar. Se separó de ella mirándola con preocupación.

Francisca se acerco a él y le susurró al oído ─Te amo Raimundo Ulloa, te amo ─pero viendo la cara de preocupación que tenía Raimundo, decidió tomar la iniciativa. Se abrazó a él aferrándose con fuerza. Raimundo buscó sus ojos intentando poner cordura ─No podemos continuar Francisca, todavía no estás bien ─comentó señalando la herida.

─Estoy bien, ha sido un leve dolor, pero ya ha pasado ─mintió, empezando a besarle de nuevo y aferrándose aun más a su cuerpo, intentando hacerle olvidar el pinchazo de dolor que momentos antes había sentido.
Poco a poco el dolor fue desapareciendo, siendo sustituido por un inmenso placer. Comenzó a moverse en un lento vaivén, provocando la excitación en Raimundo. Raimundo la tomó por la cintura con una mano para acompañarla en sus movimientos, mientras con la otra acariciaba su espalda. No cesaban de besarse, salvo en los momentos en que su agitada respiración, les pedía aire.

Raimundo atacaba su cuello sin que ella pudiera ocultar el placer que esto le causaba. Siguieron así hasta que sintieron como sus cuerpos se amoldaban perfectamente el uno con el otro, abrazándose y besándose en un movimiento acompasado, llegaron al clímax. Así se quedaron, abrazados, regalándose fugaces besos, hasta que Francisca cayó en los brazos de Morfeo. Raimundo la miraba acurrucada entre sus brazos, disfrutando del sentimiento que Francisca despertaba en él, un sentimiento incontrolable, un sentimiento que lo embargaba desde lo más profundo de su ser. Tenía la certeza de que ya no podría estar separado ni un solo instante de esa hermosa mujer, su mujer… su pequeña...



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Ayyyyyyyyy Sonia, como agua de mayo nos viene este relato!!!!! Que bonito!!!!!

Ya están los pedidos entregados y las ambulancias RP Avisadas. Prepararemonos que el premium va a ser impactante. María Bouzas va a estar impresionante con el escenon, aunque ilusión de sufrir con ella no tengo una miaja, pero sólo con ver el pedazo escenificación que nos espera, ya valdrá la pena. Mira que ayer esperaba en los avances ver algún algo ya y no, se lo tienen bien guardadito, como el oro que vale. Ganas de ver también a Ramón, pues a Raimundo también se le muere su ojito derecho y cuando se entere de lo de la Paca, buff!!!!!!!! La que nos espera señoras mías, la que nos espera con estos dos!!!!!!! En fin, decir que fueron maravillosas las escenas entre madre e hijo tanto de buenas como de malas.

Uyyyyyyyy veo que hemos pasado tal día como hoy, casualidades de la vida, a la pág 112. Servicios de urgencias dígame!!!!!! Ambulancias RP preparadas!!!!!!

No podía tener mejor número la página para comentar este gran capítulo. 112 ¡emergencias, dígame!,

Quiero comenzar dando las gracias a María Bouzas, porque sin ella, Francisca Montenegro no sería quien es. María nos regala cada día su impecable interpretación, demostrando la gran actriz que es.

Ya me gustaba María antes de PV por otros trabajos suyos, pero en esta serie me está demostrando que es una actriz que no tiene límites, que tiene registros para toda clase de interpretación. Puede hacerte reír, enfadarte… llorar como en este capítulo, porque ella hace que te metas en la piel del personaje que interpreta, haciendo que sientas como tuyo todo ese sentimiento que refleja.

Pocas actrices en España consiguen esto y María es una de ellas. María es una actriz que puede pasar de la alegría al llanto sin despeinarse, no le cuesta nada interpretar cualquier personaje, tiene un talento natural que hace que cualquier interpretación sea fácil para ella, llegando con ello al corazón del público. Hoy a estado soberbia, ha trasmitido todo el dolor que siente una madre al perder lo que más quiere en este mundo, a su hijo, lo ha hecho tan perfecto, que nos ha hecho llorar con ella, sentir esa desesperación, hundirnos en el dolor, haciendo que nos olvidáramos por un momento que todo es ficción.

María ya nos ha regalado grandes escenas en esta serie, como las del secuestro, que estuvo maravillosamente perfecta, no se le podía achacar ninguna imperfección, fue simplemente perfecta. Pero ahora con estas escenas cargadas de emoción y dramatismo, se ha superado con creces, ha sabido expresar y transmitir toda la emoción que esas escenas requerían. Nos ha sacado las lagrimas sintiendo ese dolor, y no sólo a nosotras que nos solidarizamos con Francisca, si no, a las que también la odian, demostrando así la perfección de su trabajo.

Me alegra que los responsables de esta serie aprovechen el talento de la Bouzas para enriquecer y subir el nivel artístico de esta serie. Hoy me ha gustado de veras el capítulo, como se ha desarrollado esta desgracia, la forma de plantear como la encaran cada uno de los personajes y en especial Francisca. Espero que esta nueva trama que se abre con la muerte de Tristán, nos deje grandes escenas de nuestra pareja favorita, Francisca y Raimundo, sin querer menospreciar a nadie, pero ellos son los más involucrados, ya que Tristán, era el fruto del amor incombustible entre ambos.

Ya termino porque si no, no termino de alagar a María Bouzas y todo lo que pueda decir de ella es poco. Solamente quiero decirle, que muchas gracias por ser así de estupenda y maravillosa, por regalarnos su saber hacer en escena, por habernos hecho que nos enamoráramos de esta compleja pareja, por hacernos sentir tantas y tantas cosas. Gracias María, aquí nos tienes a tus pies aplaudiendo todas y cada una de tus magnificas actuaciones. Un abrazo guapa.

Sonia y tú te crees que con lo que has escrito, nos has dejado a las demás algo para poner????? jajjajaja ole tuuuuu que a gusto te has quedado y cuanta verdad acabas de soltar por esos dedos!!!!!!!

Lo de María Bouzas es impresionante, ayer (osea en el capi de hoy) estuvo majestuosa, maravillosa, admirable, brutal, fabulosa, estupenda, sensacional........ Lloré y sufrí por Francisca Montenegro como nunca, nos hizo meternos en el papel de tal modo, que nerviosita perdía iba conforme avanzaba la novela. Ya nos tenían avisadas que sería un escenón pero hasta que no lo ves, no te haces una idea de lo que es. Si me preguntan por la mejor actriz que hay actualmente en la televisión, no saldría de mi otro nombre que no fuera el de "LA BOUZAS" señores míos, la gran MARÍA BOUZAS.

Yo como estoy dividida en dos, también diré que Ramón Ibarra estuvo magnífico, formidable ,brillante... La misma lagrima que se le cayó a Raimundo Ulloa al decir lo que dijo, se me cayó a mi al mismo tiempo.

Para mí, lo mejor sin lugar a dudas, de Puente Viejo y de entre los grandes actores españoles que hay actualmente, ELLOS. Porque soy de las que de lo bueno, eligen lo mejor, y ellos son eso, LO MEJOR.

Gracias por darnos y hacernos sentir como si fuéramos cada una de nosotras una Francisca Montenegro y un Raimundo Ulloa!!!!! Enormes sois!!!!!!!!!

Madre mia.... madre miaaaa... madre miaaaaa...

Que pedazo capítulo.... que grande... pero para mi... respetando a todos Los demás actores... pero MARIA BOUZAS.... lO ha bordado... no puedo decir mas que ha estado soberbia, impactante, rota de dolor, tierna, maternal... y tantos, y tantos y tantos adjetivos que podría decir de ella y que no me salen para compararla... a la altura de grandes actrices con grandes premios,

Para mi ya era la mejor de PV.. Y después de ese escenón, lo es si cabe mucho más. 
Esa escena llena de dolor, arrepentimiento, de una madre rOta... ufffff... es que lo Recuerdo, y se me saltan las lágrimas... 

Bravo BOUZAS, BRAVOOOOOO.... 

Después de ver el capítulo sigo con el corazón en un puño. La interpretación de María es buenísima...
Mi versión de lo que podía haber pasado, una historia paralela, es la siguiente:
ESPERO QUE OS GUSTE:))



No había podido pegar ojo en toda la noche, solo de pensar que su hijo se casaba en dos días y no había contado con ella le partía el alma.

Seguro que su padre ya tendría elegido el traje y la mar de contento porque se casaba.
Se maldecía por no haber hecho las paces, por no haberle dado todo su apoyo...
Mariana llamó a la puerta.

-Señora, han traido un paquete para usted. ¿Lo hago pasar?-preguntó la criada.

-¿Un paquete? Sí, tráelo.-contestó extrañada.-Bien, déjame sola.-finiquitó la conversación.

Tenía curiosidad por saber de qué se trataba, no lo demoró más y lo abrió.
Parecía un vestido. Lo sacó.
Era rojo, de tirantes con un escote considerable. Acompañado de unos zapatos de tacón negros.
Se quedó impresionada. No tenía ni idea de quien era el que lo había enviado. En ese momento encontró una nota.

"Deseo que me acompañe al altar, quiero empezar una nueva vida haciendo las cosas bien desde un principio. Pasado mañana pasará a recogerla el que ha elegido el traje. Espero que la guste. Allí nos veremos.
La quiere, su hijo"

No sabía qué hacer. Llorar de alegría, reír...
Cogió la caja y la subió a su alcoba donde se lo probó. Le quedaba perfecto. Era un vestido que realzaba su figura notablemente.

Estaba eufórica. El niño de sus ojos le había pedido que le llevase al altar y le había comprado el vestido. No lo podía creer...
Volvió al despacho a contestarle a la carta.

"Hijo, me ha alegrado sobremanera el presente. Es muy bonito, quien lo haya elegido tiene un gusto esquisito. Agradezco que me invites a la ceremonia. Te acompañaré al altar como debía haber hecho la otra vez. Siento haberte dado la espalda en ciertas ocasiones pero has de saber que eres mi vida. Soledad y tú sois mis noches y mis días. Allí estaré como un clavo dándoos mi bendición.
Tu madre te quiere."

La envió y se dispuso a llamar a la capital para encargar un viaje de novios. Un crucero por el mediterráneo estaría muy bien.

(El día de la boda)

Todo Puente Viejo estaba organizando la gran ceremonia que se avecinaba.
Francisca ya se había puesto su vestido y se había hecho un semi recogido hacia un lado, donde la mayoría del pelo caía sobre su hombro derecho.
Se maquilló, se pusó la colonia de las ocasiones especiales y esperó a que fuesen a recogerla.
Francisca iba bajando las escaleras cuando un Raimundo ataviado con su mejor traje se quedó perplejo, pareciera que la mandíbula se le había pegado al suelo.

-Francisca, est...estassss muy guapa...-dijo tartamudeando.

-¿Qué haces aquí?-preguntó.

-He venido a recogerte para ir juntos a la boda de nuestro hijo.-informó.

-Está bien...-

Sentía que le temblaban las rodillas al verle. Estaba realmente guapo y su aroma embriagaba. Se estaba excitando solo con olerle...

Raimundo posó su mano sobre su cintura en forma de caricia, acto que desarmó a Francisca por completo.
Subió sus manos hasta rodearle el cuello, se acercó a su boca hasta rozarle los labios. Él los atrapó con desesperación. Saboreó todos los rincones con delicadeza.
-Raimundo, vamos a llegar tarde...-

-Yo no me puedo ir así...Necesito sentirte mia como antaño. Necesito besarte, adorarte...-rogó.

-Raimundo...-dijo mientras le empujaba contra la puerta principal.-Porque lleguemos un poco mas tarde no creo que ocurra nada...-

-Eso mismo pienso yo.-

La quitó el vestido con delicadeza y la poseyó en el mismísimo suelo.
Se vistieron raudos y salieron de la Casona agarrados del brazo.
Francisca le paró cuando apenas llevaban unos metros.

-Raimundo, necesito decirte una cosa.-empezó.-Nunca he dejado de amarte y siento de todo corazón el daño que haya podido causarte.-

-Eso es pasado, delimitémonos expresamente al presente.-

Se agarró a su fuerte brazo y marcharon a la iglesia. Estaba muy nerviosa. Su hijo se casaba y ella iba a estar presente, estaba eufórica.

Entraron en la iglesia. Francisca fue junto a su hijo. Le arregló la corbata mientras unas lágrimas de alegría la empapaban el rostro.

-Madre, no llore...-la secó las lágrimas.

-Son de felicidad. Te me casas y estoy muy blanda...-contestó.

-Venga aquí, madre.-le dijo mientras la abrazaba. Un abrazo sincero, lleno de amor.

-Ay Tristán...¿Cómo he podido estar todos estos años sin ti? Eres mi vida entera. Tu hermana y tú disteis el sentido a mi esistencia...-se sinceró.

-Madre, deje el pasado. Hoy vamos a disfrutar de la ceremonia, vamos a bailar, a brindar...-

-Está bien hijo...-

En ese momento entró la novia por la puerta. Una novia guapísima del brazo de Raimundo.

Madre e hijo se quedaron boquiabiertos. Francisca no hacía mas que mirar a su hombre, estaba guapísimo. Tristán se limitaba a observar a su futura mujer con la mandíbula pegada al suelo.

Los dos llegaron al altar. Raimundo se acercó al oido de Francisca y le susurró.

-Me vas a matar por esto pero no ansío otra cosa...-

-¿De qué me estás hablando Ulloa?-preguntó cariñosa.

-De esto...-se dio la vuelta y empezó a hablar de cara al público.-Como ya les referimos, esta boda iba a ser un tanto extraña...-

-¿Cómo que "extraña"?-preguntó Francisca.

-Sí, extraña porque van a ser dos en una.-aclaró Tristán.

-¿Dos en una? ¿Y quiénes se van a casar?-preguntó.

-Una pareja que lo tenía que haber hecho hace muchos años...-dijo Candela.

-¡No me gustan los juegos, hablad claro de una vez!-

Raimundo se acercó a ella y se arrodilló delante, buscó en el bolsillo de la chaqueta y sacó un anillo.

-Francisca, amor, ¿Quieres casarte conmigo? Sé que es muy precipitado pero no puedo dejar que te escapes una vez más. Te necesito como agua de mayo y te quiero más que a mi vida.-

Francisca se quedó helada. No se esperaba eso por nada del mundo.

-Raimundo...yo...yo...yo...¿Qué decirte? Que te quiero con toda mi alma y sí, quiero.-
-Menos mal, qué alivio- La gente comenzó a aplaudir.

Se dieron el "sí quiero" ambas parejas y salieron de la iglesia para desearse toda la felicidad.

Francisca a lo lejos vio una sombra que no le gustó ni un pelo. Se acercó un poco hasta distinguir una escopeta, siguió el recorrido que esta marcaba. ¡No podía ser!
Salió corriendo y se colocó delante de Tristán llevándose ella el disparo.

Laura que bonito sería si todo ocurriera de esa manera, pero sigue que que esto no puede quedar así.

Vamos con unas fotos del capitulo del viernes en el que María Bouzas nos hizo llorar a moco tendido con su fantástica actuación.

Voy alegrar el ambiente! Aqui les traigo lo que han pedido. Despues de falta de motivacion, desencantos, y alegrias. Espero que les guste. Un beso!

Lo Esperado
(parte 15)

Era casi medido día y apenas se levantaba la parejita de recién casados. Francisca no podía creer que había dormido toda la mañana. No era usual en ella pero quien no dormiría así, después de la locura de Raimundo anoche. Raimundo se levantó con una energía tremenda y con ganes de llegar a Las Américas. Se sentía orgulloso de haber vencido a Francisca como lo hizo anoche.

-(orgulloso) Como te sientes amor mío? Cansada? Sin fuerzas? (besándola) Llena de satisfacción?
-(burla) Cansada de qué? Ustedes los hombres se creen que porque una se queda dormida después de hacer el amor una está cansada o satisfecha? No! No! No! En realidad es que una se aburre y pues bueno se queda dormida! Eso es todo!
-(agarrándola por la cintura) Así que aburrida y sin satisfacción? (besándole el cuello) Si usted lo desea empezamos con la segunda ronda de placer. (mordiéndola con sensualidad por todos lados)
-(entre carcajadas) Raimundo! No! No! Eso no! Compórtate! (cediendo a su tentación) Está bien tu ganas!
-(haciéndose el sordo) Que has dicho?
-(besándolo con sensualidad) Si… muy satisfecha… amada… deseada… pero sobre todo con mucho placer! (besándolo con pasión)
-Te encanta hacerte la fuerte? (acariciándole el rostro) Pero al final siempre caes! (besándola)

Los dos se levantaron y se alistaron para salir a dar un paseo. El capitán del barco había anunciado que mañana llegarían a Las Américas. Querían aprovechar lo que restaba de tiempo para recorrer el barco. Decidieron ir almorzar a uno de los restaurantes del barco. Una vez terminado el almuerzo se marcharon a recorrer el barco por última vez. Al poco rato Raimundo decidió pasar por la barra y tomarse unos tragos. Francisca lo acompaño con una copa de vino dulce. Francisca noto que Raimundo estaba muy contento y decidió continuar con el paseo pero hasta su cuarto. Raimundo pidió un último trago, a pesar de la petición de Francisca, y se marcharon. Por todo el camino le iba cantando y recitando poemas a Francisca, cosa que a esta le causaba risa y preocupación. Francisca no quería causar ningún espectáculo y caminaba apurada para llegar al cuarto. Cuando vio el último barco salva vidas, sabía que quedaba pocos metros para llegar a su cuarto. De repente sintió la mano de Raimundo retenerla del brazo.

-(extrañada) Raimundo porque me detienes? Amor tenemos que ir a dormir! (tomándolo de la mano) Vamos!
-(con risa de pícaro) A que no adivinas porque me he detenido? (riéndose)
-(mirando hacia todas partes) Raimundo por favor! Te has pasado de tragos cariño! Vamos a descansar, si?
-(riéndose) A que no adivinas? A que no adivinas?
-(no muy contenta con el comportamiento de Raimundo) Haber Ulloa, porque te has detenido?
-Porque? Porque te quiero enseñar algo que descubrí! (poniéndose sus dedos sobre los labios de él y de ella) Sh sh sh! (tomándole la mano) Ven sígueme.
-(resistiendo) Raimundo que haces? El cuarto queda después del salva vidas! (mirando para todos lados) Raimundo? Raimundo suéltame! Que haces? (sorprendida en voz baja) Raimundo pero que haces subiéndote ahí? Bájate del salva vidas? Estás loco! Nos traerás problemas! Bájate de ahí!
-(intentando ser serio) Francisca? No seas tan seria y súbete conmigo. Siempre he querido saber cómo se siente hacer… digo sentarse en uno de estos! (voz baja) Sube! Nadie nos va a ver! Si te subes prometo ir al cuarto!
-(refunfuñando) Estas loco! Lo sabes? Nos meteremos en problemas por tus tonterías! No entiendo cuál es tu interés en sentarte… (Raimundo se le acerco y la callo robándole un beso apasionado) Raimundo no estoy para chanzas!
-(agarrándola por la cintura) Yo tampoco! (risas) Esto es serio! (besándola)
-(evitando los besos) Raimundo NO! Raimundo compórtate! (tratando de soltarse) Si no te comportas me marcho sola! (mirando para todos lados) Raimundo que te van a ver! Nos dirán algo por tu comportamiento!
-(besándole el cuello provocándola) Francisca cuantas locuras cuando éramos jóvenes? (acercándola más a él) Vamos a recordar viejos tiempos? Antes, se nos ocurría cada cosa…(risas)
-(tratando de detener el objetivo de Raimundo) Cariño no somos unos chiquillos! Ya peinamos canas hace rato! Que dirán? Vámonos a nuestro cuarto y ahí si podríamos… (besándolo con picardía) Vamos?
-(retándola) A que no te atreves aquí? Yo lo quiero hacer aquí! (acariciándola para convencerla) Francisca, compláceme? (subiendo su mano por su falda) Dime que no te agrada el peligro? Dime que no recuerdas cuando nos fascinaba el riesgo? (rosándole la entre pierna) Dime que no te provoca mis caricias?
-(cediendo lentamente al placer) No esta correcto! (dejándose besar) Déjame! No me provoques más! (disfrutando de placer) Abusas de mis debilidades!
-(abriéndole las piernas para utilizar sus manos) Te deseo tanto Francisca! Me encanta, me fascina provocarte así! (besándola y acomodándola dentro del barco para colocársele encima) Te amo pequeña! Te necesito como al aire! Eres mi adicción, mi única y mayor adicción! (devorándole los labios)

Francisca olvido sus prejuicios y se dejó llevar por el placer. Raimundo se quitó los pantalones mientras le devoraba el cuello a Francisca. Le elevo la falda y la hizo sentirse mujer. Disfrutaron de un placer lleno de peligro y ardor. Raimundo apenas había terminado cuando sintió, en la distancia, la voz de un hombre que decía “que hacen allí?” “ustedes no tienen otro lugar donde ir”. Francisca se asustó, se quitó a Raimundo de encima, y salió de allí disparada como un cohete. Raimundo le siguió los pasos dejando sus pantalones dentro del salva vidas. Corrieron como cuando eren jóvenes y se sentían descubiertos. Francisca llego al cuarto, abrió la puerta, entro, y cerró. De repente sintió que tocaban la puerta y se sobre salto. Escucho una voz conocida que le decía “abre que soy yo” “me descubren por dios”. Francisca le abrió a un Raimundo agitado y desnudo de la cintura para bajo. Estaban estremecidos, con miedo, pero satisfechos de no ser descubiertos. Se miraron uno al otro y se echaron a reir.

-(sin poder parar de reír) Raimundo no quieres peligro? Del susto has perdido los pantalones!
-(sin tanta risa) Si, ríe! Pero bien que lo estabas disfrutando! (sonriendo) Malditos guardias! Que no pueden mirar hacia otro lado? Que les pasa? Nunca han hecho travesuras? Todo iba tan bien! (mirando a Francisca con deseo) Pero puede ir mejor?
-(girando la cabeza de un lado al otro) NO! NO! NO! Ya tuvimos suficiente excitación en una noche! (elevando las manos con un gesto de parar a Raimundo quien caminaba hacia ella) Voy a dormir a ver si se me quito el salto que llevo!

Raimundo no le hizo caso a Francisca y volvió a provocarla. La tomo del brazo y la giro hacia la pared. La coloco de espalda para poder prevenir su fuga. Una vez presa, le devoro los labios volviendo a provocarle ese deseo que tenían hace unos instantes. Francisca era frágil ante sus caricias y cayó en sus garras, presa de aquella pasión. Se amaron con locura hasta caer muertos en la cama de cansancio. Cuando despertaron al siguiente día, tuvieron que correr para recogerlo todo. En barco había llegado a Las Américas y ellos no habían recogido sus cosas.

Buenas, por decir algo, porque no son buenos tiempos para las RaiPaquistas.

Me da muchísima pena ver a Francisca de esta manera. Parece que su mente ha llegado al límite del sufrimiento y como dice don Pablo, su cerebro se ha apagado.

Hoy me he cabreado mucho con Raimundo, está claro que ellos siempre andan a la gresca, pero estando Francisca como está, me parece poco elegante por parte de Raimundo.

Con esas lagrimas que se le han escapado a Francisca con las duras palabras que le ha soltado Raimundo, parece ser que nos quieren mostrar que Francisca, a pesar de no poder moverse ni hablar, puede escuchar todo lo que ocurre a su alrededor. Lo que va a hacer todavía más duro su estado.

Espero que Raimundo recapacite, que demuestre que todas esas palabras fueron fruto del dolor que está sufriendo por la pérdida de su hijo y que demuestre lo mucho que quiere a Francisca a pesar de todo.

Nos esperan días duros viendo a Francisca así, pero hasta con esa expresión de ausencia en su rostro, está perfecta María Bouzas.

Esperemos que nos den grandes escenas RaiPaquistas, y que esta enfermedad no le dure mucho, que la serie sin ella no es lo mismo. Sólo lleva un par de capítulos así, y ya la echo de menos.
Bueno RaiPaquistas, no nos queda otro remedio que aguantar esta trama, aunque esta sea la peor de todas, incluso peor que la del secuestro, y mira que nos hicieron sufrir por la Paca. Pero las RaiPaquistas además de ser las más pacientes, también somos las más cabezonas y nunca perderemos la esperanza de ver juntos de nuevo a Francisca y a Raimundo.

Os dejo un trozo de este poema de Rosalía de Castro, que parece que habla de nosotras, jajajajaja

"Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:

—Ahí va la loca soñando".

Pues aquí vamos las locas soñando, jajajajjaajajjaja





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Buenas queridas compañeras de viaje!!!!!! , y aunque ahora estemos en plena subida de la montaña, cada vez más empinada, sin agua y a pleno sol, aquí seguiremos dando guerraaaa!!! y por eso ya os aviso que puede q me salga otro tochaco jajajajaja

Llevaba muchos días queriendo escribir, especialmente desde ese capítulo que nos ha marcado un antes y un después ...la muerte de Tristán , pero eran muchas las cosas que quería decir, y muchas más las que esas maravillosas escenas me habían transmitido, y la falta de tiempo y no querer dejarme nada en el tintero, han hecho que vaya con este retraso... prometo compensaros!!

ayyy es que estoy intentando pensar en como expresar con palabras todo lo que quiero y me aturullo!!! jejejejej
Aunque he de decir que mis compis me lo han puesto fácil!!! porque todo lo que pudiese querer decir ya está dicho!!! olé a cada uno de vuestros escritos, aquí al pie del cañón!! porque todos creo reflejan a la perfección el cómo hemos vivido las Raipaquistas estos amargos momentos!!
Ahora voy a intentar aportar mi granito de arena,
He de felicitar a todo el equipo, porque aunque todos sabemos cuales son mis debilidades jejejeje , ha sido uno de los capítulos en los que me he involucrado con la mayoría de personajes (especial mención la escena madre e hijo, estremecedora...., y ese grito desgarrador de candela en el suelo de la iglesia), creo q la suma del gran trabajo de todos ha logrado envolvernos en esa nube de tristeza que ha llegado al corazoncito de todos sacándonos más de una lágrima... (hasta a mi abuela le ha hecho llorar con lo dura q es la tía!! jejejeje) así que enhorabuena a todos!!

Así que allá voy...
Ay ....como muchas de nosotras, fieles y ansiosas seguidoras, hacía ya que sabíamos de la muerte del niño de nuestra Paca y lo primero q nos vino a la mente fueron ese par de tercos , orgullosos y padres de la criatura, ya que sabíamos que interpretados por esos dos actorazos sólo podían traernos escenones con los que sufrir con ellos... y por eso comenzamos a construir un caparazoncito a lo Montenegro con el que resguardarnos en el bache... Sin embargo, aquí estamos... sin señales del caparazoncito , bien se fue a por tabaco y no volvió, bien se asustó al ver a Francisca derramando todo su dolor en la soledad del despacho, bien se deshidrató al escucharle cantarle la nana a su niño o se deshizo al ver cómo Rai pensaba en la madre de su hijo al despedirse de él...La cuestión es que aquí quedamos, una servidora y el reguero del lágrimas, que ya de paso parace que me ha cogido el gusto xq el resto de la semana no quedó muy lejos... , lo que viene siendo que o use los materiales equivocados con esto de la crisis, o con estos dos no se puede señor...no se puede!!! si es q por más que lo intente una, que se pone fuerte como si nada y de repente nos encontramos con una Francisca llorando sobre l cuerpo de su hijo... ¿alguien me puede decir quien puede con eso? lo diré yo...ni la mismísima Francisca Montenegro...y eso te lo debemos a ti MARÍA BOUZAS, y a lo INMENSA que eres en la pantalla, consigues pegarnos al televisor con sólo hacer acto de presencia, pues pocos eran los seguidores puenteviejeros que no estaban pendientes de la gran despedida madre e hijo, incluyendo a sus más fieles enemigos, y eso sólo lo puede lograr una actriz con tu talento. Las expresiones de dolor que nos has regalado demostrando todo ese mar de emociones contenidas propias de cualquier madre, esa flaqueza Montenegro... han ido directas al corazoncillo raipaquista y más de una hemos deseado atravesar el televisor y poder darle a nuestra Paca un buen achuchón!! Pero no a gusto con eso...para mí ya fue el colofón la terrible escena en la que nos encontramos a una Francisca desencajada daga en mano y una mirada de sufrimiento que dolía...para segundos después cambiárnosla por otra totalmente absorta, desconectada de sí misma para no tener que padecer todo ese sufrimiento... ese juego de matices, es tu mayor joya y con la que más disfrutamos con tu enorme trabajo!!! Y aunque nos vienen tiempos difíciles en los que deberemos conformarnos cn verte inerte, nos merecerá la pena, pues aún así eres capaz de estremecernos.... GRACIAS por todo ese trabajo que nos dedicas día tras día., incluso con escenas cn una carga como esa Ahora sólo espero que pronto podamos recuperar el nervio y la ironía Montenegro que PV se desmorona sin ella, y las RPs ya nos qedamos sin uñas!! jejejeje, te esperamossssss cn los brazos abiertooosss y deseosas de tus escenas!!

Ramonnn!!!! qué decir de nuestro Ulloa!!! pues que pocas palabras me alegraron tanto como ese "la conozco bien y sé que la muerte de su hijo le ha destrozado el corazón" bravo Ulloa!!!
y que es otro GRANDE, esas lágrimas deseando salir y las miradas de dolor que lo acompañaban...nos rompieron a partes iguales...cuánto nos habría gustado q ambos se consolasen mutuamente, pero para qué dar una alegría a las sufridoras de Pv?? dejarían de serlo!! mejor dejar a una catatónica y al otro farfullando en su contra, claro q si!!
, me consuela esa lágrima que sólo él fue capaz de sacar de ella, y que ojalá signifique q no está tan lejos como su cuerpo indica y pueda así oir las muchas escenas bonitas q espero y deseo nos regale el Ulloa de nuevo!!! GRACIAS RAMÓN, por seguir alimentando este sueño raipaquista y dejarnos ver en Raimundo ese amor (aún convertido en reproche, pues su cara alejándose de la visión de ella lo delataba gracias a esos pequeños regalos que nos dejas...), que ahora sólo él puede mostrarnos!!

Bueno creo q ya más o menos me quedé a gusto!! jajajajaja, ahora a esperar que nuestro Rai se apiade de la mujer de su vida y permanezca a su lado para que despierte y aunque sea en disputas, puedan seguir dándonos escenas juntos!!! os necesitamoossss!!!!

PD: GRACIAS a todas por esos relatazos, todos increíbles, unos con sus sonrisas, otros con sus momentos tiernos y duros, pero todos cargados del amor que tanto nos gusta!!! y las capturas Sonia, increíbles!! poco dejan para decir CHAPÓ

UN ABRAZO ENORMEEE A TODSSSSSS

CICATRICES EN EL ALMA 13


Francisca y Raimundo disfrutaban de la cena a solas, ya habían pasado varios meses desde el incidente y ahora disfrutaban juntos de esa paz que tanto se merecían. Ambos se miraban ensimismados dirigiendo sus pensamientos el uno para el otro. Raimundo la miraba con nerviosismo, quitando de vez en cuando la mirada para volverla a mirar con anhelo. Raimundo la cogió de la mano sonriendo, mientras introducía la suya en el bolsillo, sacando una pequeña caja de él. Se arrodilló frente a ella dejando a Francisca perpleja.

─Francisca, quiero pedirte algo ─comenzó a hablar con sumo nerviosismo ─ ¿Me harías el honor de casarte conmigo? ─preguntó mostrando el anillo que guardaba la caja.

A Francisca la embargó tal emoción, que sus ojos comenzaron a brillar por las lágrimas de felicidad que amenazaban con salir de ellos ─Por supuesto Raimundo ─contestó radiante ─es lo que más deseo en este mundo.
Raimundo se levantó colocando el anillo en el dedo de Francisca. La abrazó al tiempo que se unía a sus labios, en un largo y apasionado beso. Dejándose llevar por la emoción que invadía su corazón. Francisca se aferró con fuerza a su cuello, aproximándolo más a ella, profundizando el beso. Raimundo embargado por el deseo, mordió con delicadeza los labios de Francisca, disfrutando del dulce néctar de su boca. Lentamente se sentaron en el sillón sin dejar de besarse.

─Raimundo ─comenzó a hablar separándose levemente de él ─ ¿No deberíamos dejar esto para cuando nos casemos? ─comentó sonriendo viendo la cara de sorpresa de Raimundo ante tal pregunta.

Raimundo se echó a reír moviendo negativamente la cabeza, dudando como responder ante tamaña ocurrencia. La atrajo más contra su pecho dispuesto a contestar la pregunta que le había propuesto la endemoniada mujer que tenía en sus brazos.

─Puede que sí, pero yo tengo un par de propuestas ─comentó divertido con la habitual sonrisa traviesa que esbozaba cuando iba a proponer algo ocurrente ─Te propongo que nos quedemos aquí sentados mirándonos y pensando que hacer hasta el día de la boda o, y esta es mi favorita, puedo cogerte en brazos, subir a la alcoba y amarnos como si no hubiera un mañana. ¿Cuál prefieres?

─ ¡Raimundo! ─dijo casi gritando, golpeándole el pecho y estallando en risas.

Continuaron riendo durante un rato. Francisca se recostaba sobre su hombro sin dejar de reír, pensando en los días felices que iba a compartir con su amor, cuando Raimundo por sorpresa, se levantó cogiéndola entre sus brazos y dirigiéndose rápidamente hacía las escaleras. Fue tal la sorpresa, que Francisca no pudo reaccionar ante lo que sucedía hasta que se encontraron dentro de la alcoba.

─Te adoro ─murmuró dejándola suavemente en el suelo.

─Y yo a ti mi bien ─respondió acariciando su rostro.

Se disponían a besarse de nuevo cuando Francisca sintió un repentino mareo. Los brazos de Raimundo impidieron que cayera desplomada al suelo ─Francisca ¿Qué tienes? ─ preguntó alarmado, al tiempo que la ayudaba a sentarse sobre la cama. De pronto unas nauseas se apoderaron de Francisca. Apartó a Raimundo saliendo a toda prisa hacía el baño, Raimundo perplejo salió detrás de ella. Raimundo la llevó de nuevo a la cama, sin dejar de abrazarla le sirvió un vaso de agua. Su rostro reflejaba preocupación al verla de esa manera, estaba blanca como la cera.

─Voy a llamar a don Julián inmediatamente, tiene que venir a verte ─dijo poniéndose en pie dispuesto a marchar. Francisca lo sujetó de la mano haciendo que se detuviera.

─ No es necesario amor, don Pablo ya me ha visto ─le informó.

─ ¿Cómo que ya te ha visto? ¿Estás enferma? ─preguntó todavía más preocupado.

─Tranquilízate mi vida, sólo ha sido un ligero desmayo ─intentó tranquilizarle sin éxito.

-¿Un ligero desmayo? ¿Por qué te desmayas?, ¿Por qué vas al médico y no me dices nada? ─exclamaba excitado, paseando por la habitación.

─Porque estoy embarazada ─le soltó de pronto haciendo que se quedara parado mirándola confuso ─Iba a decírtelo esta noche, pero no me has dejado con tu sorpresa ─ dijo enseñando el anillo que había acompañado su proposición de matrimonio.

─ ¿Es…es eso cierto pequeña? ─preguntó con la voz temblorosa, reflejando en su rostro una inmensa dicha. Francisca asintió sonriendo. Raimundo se abalanzó sobre ella abrazándola mientras la besaba ─Te amo. No sabes lo feliz que me haces mi amor, no podrías haberme dado una noticia mejor ─decía un emocionado Raimundo. ─Gracias cariño por hacerme tan feliz.

Francisca empezó a derramar lágrimas de felicidad. Se sentía la mujer más dichosa del mundo. No podía hablar, estaba tan emocionada que las palabras se ahogaban en su garganta. Tomó el rostro de Raimundo entre sus manos y lo besó con todo el amor que sentía, quería demostrarle cuanto lo adoraba.

Se separó unos segundos para mirarlo, mostrando el infinito amor que le profesaba, Raimundo le devolvió la mirada, sus rostros volvieron a acercarse lentamente hasta encontrarse en un suave beso, separándose de nuevo, para volver a unir sus labios, esta vez, con pasión, perdiéndose uno en los labios del otro, saboreándose mutuamente. Sus respiraciones cada vez se agitaban más. No hablaban, no lo necesitaban, se amaban tanto que no necesitaban palabras para expresar lo que sentían. Retomaron los besos con más pasión, comprendiendo que ya no podrían detenerse.

Despacio se recostaron sobre la cama. Empezando a desnudarse, cubriendo de besos cada centímetro de piel que quedaba al descubierto. Raimundo marco un camino de besos que recorría desde sus labios hasta su suave cuello. Besó cada palmo de piel haciendo temblar de pasión a Francisca. Bajó a través de su pecho, haciéndola estremecer, descendiendo hasta su vientre, depositando en él los más tiernos besos. Volvió a subir por el mismo camino hasta adueñarse nuevamente de sus labios.

Francisca acariciaba con desesperación su espalda, embriagándose del aroma que emanaba de él. Arremetía contra su cuello, para rápidamente volver a atacar su boca con ímpetu. Se separaron para respirar y juntaron sus frentes, sintiendo en sus rostros la respiración agitada del otro, perdiéndose en un vendaval de sensaciones. Francisca se aferró más, entrelazando sus dedos en el cabello de Raimundo, tratando de eliminar el escaso espacio que quedaba entre ellos, preparándose para lo que se aproximaba. Raimundo abrió los ojos para encontrarse con la mirada enamorada de Francisca, una mirada que lo inundó de amor llenándolo de felicidad.

Sus movimientos se fueron haciendo cada vez más rápidos. La excitación del momento les oprimía el pecho. Francisca arqueaba su espalda presa de la pasión que recorría todo su cuerpo. Hasta que por fin, en un profundo y cálido abrazo, sintieron cómo los músculos de sus cuerpos se contraían, anunciándoles que habían llegado al cielo. Ambos dejaron escapar un gemido que resonó en el silencio de la noche. Raimundo se dejó caer al lado de Francisca sin dejar de abrazarla. Francisca le sonrió acomodando la cabeza en su pecho. La felicidad que sentían en aquel momento, lo inundaba todo.

─Te quiero Raimundo ─susurró sobre su pecho. Raimundo buscó su mirada besando sus párpados, su nariz y finalmente… su boca.

─Yo también te quiero ─afirmó junto a sus labios, cubriendo de besos sus mejillas.

Ambos quedaron en silencio. Francisca fue la primera en caer dormida, Raimundo la cubrió con cuidado de no despertarla. La miraba dormir, estaba tan bella, quería quedarse así, mirandola, para verla despertar y decirle cuanto la amaba. ─Te amo ─confesó entre susurros, Francisca se removió suspirando, pero no respondió. Raimundo elevó su mano, observando el anillo que había en ella, no podía dejar de sonreír, le parecía increíble que su pequeña fuese a darle otro hijo, que pronto podría llamarla su esposa. Esos pensamientos hicieron que un escalofrío le recorriera el cuerpo. ─Mi esposa ─repitió en voz alta. Y con ese pensamiento, envolvió a Francisca entre sus brazos y la acompaño en sus sueños.

Buenas raipaquistas!!!!!!!! que aún dentro de nuestra propia catatonia, parece que ya empezamos a tener motivos para eso de "buenas" jajajajajjajajajajaja

Ayyyyyyyyy lo poco que cuesta sacarnos una sonrisa y lo mal acostumbradas q nos tienen!! jajajajja, hoy escribo porque he de felicitar a ese ULLOA que después de tantas regañinas está que se nos sale!!!!!!! al fin ha traído un rayito de sol al mundo raipaquista!!!!! esta semana he muerto de amor con él!!! esa visita...esa manta..ese casi roce!!!!! Aayyyyyyy q crei morir!! pero tuvo que llegar la ahijada a aguarnos la fiesta ... ... digo yo, donde está el sotanas cuando se lo necesita?? que los abuelos también necesitan intimiteee POR FAVORR!!! aunque dejando las interrupciones a un lado...ver a ese Ibarra...dándole esas caricas a nuestro Rai...que con todo su mimo se atreve a arropar a su chica...quedándose con una cara atolondrada para todo el día que hasta el pater nota!! ainsss como se hace de querer cuando hace las cosas como están mandás leñe!!
Y por si fuera poco nos regalan la escena perfume... que dentro de su brevedad y sutileza ..ha llegado al corazón de todas las RPs!!!
Y para rematar...casi se me salen los ojos cuando a medida que avanzo en los adelantos leo "Emilia hace ver a su padre que echa de menos a Francisca" "Raimundo coge las cartas de amor para intentar despertar a Francisca" hola?? UVI móvil por favor!!!! que cn tanto OFF nos ponen esto de seguido y casi me da un patatus de imaginarlo!! no quiero ni pensar en cuando lo vea!!! ya estoy como loca porque empiece la semana puenteviejera!!!!
Ainsss gracias x darnos estos momentos taaan bonicos en momntos tan tristes!! poder disfrutar de ese gran actor Ramón Ibarra, deshaciéndonos con esas expresiones de ternura y cariño que sólo él sabe darnos, no tiene precio!! y sin ellas no habríamos podido sobrevivir a esta sequía Montenegro por mucho tiempo... GRACIAS!!

Y ahora a x esas cicatrices Oléeee Sonia!! di que sí!! igualito que nos lo pintaron eh?? ojalá hubiese sido como nos narras porque te está quedando un relato precioso y de esos que hacen historia!! con boda y churrumbel que nos lo terminas!!!! gracias x seguir cn el teclado para darnos estos preciosos trocitos cada poco!!

Y aunque ya lo haré como es debido...ya que hoy estoy escribiendo por estos lares aprovecharé para cantarle ese CUMPLEAÑOS FELIZ a nuestra montajista y humorista número uno NICUXYYYYYY !!!! Oléeeeeee muchas felicidades guapísima!! sigue viviendo con esa preciosa actitud cada día y llenándonos a todos con ella, es muy valioso no lo pierdas!!! y gracias por todas esas sonrisas que nos sacas con ello!! besotessss guapetonaaa

Bueno al fin vamos levantando cabeza queridas Raipaquistas! Yo por lo menos estoy motivada!
Con esa motivacion les traigo esto.

Lo Esperado (Parte 16)

El barco había llegado a Las Américas. Francisca parecía una niña chiquita admirándolo todo. No podía creer lo civilizado que estaba Las Américas. Algunos inventos que aún no rondaban en Puente Viejo los habian alli. Cuando bajaron del barco, los guiaron hasta el hotel donde se hospedarían. Una vez dentro su habitación, Francisca moría de ganas de salir a conocerlo todo. En el barco, les habían informado de que habría guías para las excursiones fuera del hotel. Francisca no dudo en hacer uso de ellos. Una vez acomodadas sus cosas, salió disparada arrastrando a Raimundo junto a ella. Anhelaba comenzar con las excursiones.

-(ansiosa) Disculpe joven… donde nos apuntamos para las excursiones?
-Señora es aquí. Ponga en esta forma los nombres de las personas que acudirán a la excursión. Le cuento que la excursión del día consiste en un paseo por los jardines de los alrededores. Una vez concluido el paseo, el guía los traerá de vuelta al hotel. Aquí podrán disfrutar del restaurante y de la música que ofrece el hotel. Está interesada?
-(con entusiasmo) Si, por supuesto que sí. (mirando a Raimundo) Estamos interesados.
-(gruñendo) Estamos son muchos. (mirando a la joven) Esta…
-(regañándole con la mirada) Raimundo, estamos! (girándose hacia la joven) Cuando empieza?
-(conteniendo la risa) Enseguida estará el guía con ustedes. (indicando a un grupo de personas) Únase a ese grupo que espera igual que ustedes.
-Gracias joven… muy amable.
-Gracias a ustedes. Que se diviertan.
-(regañándole mientras se acercaban al grupo) Haber Raimundo, porque te comportas como un chiquillo malcriado? Siempre quieres salirte con la tuya? Si fuese tu decisión estaríamos todo el santo día en la habitación… aburridos!
-(entre dientes) Aburridos no… disfrutándonos.
-Que has dicho? Habla en un tono más fuerte para oírte y así poder contestarte. Que has dicho, gruñón?
-Francisca, que no me interesan los jardines de Las Américas. Mis intereses son en conversar, relajarnos, y…
-(sarcástica) Y ponernos hacer acrobacias las cuales ya ni fuerzas tienes para hacer. Es eso lo que ibas a decir Raimundo Ulloa?
-(sorprendido por haberle adivinado) No Francisca… como se te ocurre. Piensas que es lo único que tengo en la mente para nosotros? No querida! Iba a decir leer, ir a la piscina, o simplemente disfrutar estar en compañía el uno del otro. (sarcástico y reganándola con la cabeza) Deberás que tienes una mente perversa Francisca Montenegro... De Ulloa!
-(cruzada de brazos) De Ulloa, no? Perversa? Yo? Que te compre quien no te conozca Ulloa. Vamos apúrate que el guía a llegado.

El guía les explico un poco de cómo iba hacer el paseo. Una vez terminada la explicación, llevo al grupo al carruaje que los llevaría a los jardines para comenzar con el paseo. Francisca estaba encantada con todas las flores y arbustos del lugar. Mientras, Raimundo suspiraba que llegara la santa hora que terminase todo eso. Se iba a volver loco con tanta explicación. Hasta la voz del guía lo tenía irritado. Mientras iba maldiciendo el momento, Francisca se giró hacia el notando su desencanto. Lo tomo del brazo y le susurró al oído que lo amaba. El la miro a los ojos y sonrió mientras esta le daba un beso en la boca. Eso provoco a Raimundo, pero este trato de controlarse. Como a mitad de camino, mientras el guía explicaba la botánica del lugar, Raimundo no soporto más y tomo a Francisca por la mano y la llevo a un lugar más oculto.

-(extrañada) Raimundo que haces? Porque nos apartas del grupo? (mirándole de pies a cabeza) Te sucede algo?
-(acercándola por la cintura) Simplemente esto! (besándola con ardor)
-(rechazándole con miedo hacer descubiertos) Raimundo contrólate! Que nos pueden ver! Que pretendes? Compórtate!
-(provocándola con besos y caricias) Francisca no puedo! Por tu culpa estoy así.
-(incrédula a lo que escuchaba) Por mi culpa? Pero como dices eso si yo no he provocado nada?
-(continuando la provocación) Es que te ves tan arrebatadora en medio de todas estas flores. No me puedo contener. (besándola y mordiéndole los labios) Anda compláceme! Se la esposa complaciente y dame este gusto.
-(mirando a su alrededor) Raimundo tienes que frenar esto. (tratando de soltarse) Pareces un animal salvaje. Pero donde está tu educación, tus principios?
-Qué principio ni educación. Te necesito ahora! (tomándola con fuerza y devorándole el cuello y los labios)
-(tratando de ser fuerte mientras él estaba descontrolado) Raimundo detente. Raimundo que se acerca alguien. (con un quejido mientras él le mordisqueaba el cuello) Por favor… no! Raimundo… por… favor… no… no…

Francisca no pudo controlar más esos deseos que le provocaba Raimundo y se dejó llevar. Ella lo beso con igual arresto. Los dos parecían dos locos desenfrenados. Raimundo busco un arbusto más encubridor para poder devorar a Francisca con plena confianza. Mientras se besaban y se acariciaba Raimundo la fue derrumbando suavemente al suelo. Se revolcaron hasta quedar ella encima de él. Cuando más emocionados estaban los dos, Raimundo se quejó mientras se quitaba a Francisca de encima.

-(extrañada) Que te ocurre?
-(levantándose rápidamente y sacudiéndose los pantalones) Hay Francisca! Que me han picado! Me han picado las hormigas, joder!
-(levantándose rápidamente y buscando las hormigas) Donde? Pero donde te han picado, Raimundo?
-(sacudiéndose la ropa) Me han picado, carajo! (alejándose del lugar) Si las tengo encima, maldición. (tomándola por el brazo) Aléjate de allí!
-(conteniendo la risa al ver a Raimundo saltando para quitarse las de encima) Haber ven que te ayudo! No querías algo arrebatador? Pues aquí lo tienes. Una picazón arrebatadora. (soltando una carcajada)
-(enfadado) Ríete de mí. Disfruta de mí sufrir. (tomándola de la mano) Vámonos que este paseo del demonio ha concluido. (camino hasta encontrar el área donde se encontraba el guía) Usted?
-(el guía se giró) Se dirige a mi señor?
-(sarcásticamente) No al vecino… claro que a usted. (furioso) Mire lo que me ocurrido. Necesito un médico urgente. Me han picado unas hormigas por andar en este dichoso paseo. Pero como trae usted a las personas por esto lugares?
-(asustado) Señor perdóneme! Pero yo los lleve por el camino abierto sin hormigas! Perdóneme!
-Obviamente no era un camino sin hormigas cuando esto me ha ocurrido! Así que exijo ver a un médico. No quisiera tener que preocuparme por una infección a estas alturas del viaje.

El guía rápidamente cancelo el resto del paseo para regresar al hotel. Francisca no podía dejar de reírse en el camino de regreso. Mientras Raimundo estaba que explotaba. Llegaron al hotel y el guía los acompaño al consultorio del hotel. Una vez dentro el guía les indico que tomasen asiento mientras el buscaba al médico.

-(protestando) Maldito paseo del demonio. (mirando a Francisca de reojo) Te advertí que no quería ir! Te lo advertí!
-(conteniendo la risa) El paseo iba bien hasta que Don Juan quiso ponerse romántico. Pero le salió el tiro muy caro.
-(haciéndose el ofendido) Solo quería amar a mi esposa. La que se está burlando de mí en estos instantes.
-(portándose cariñosa) Ya, ya, ya! No te pongas asi mi don juan. (besándole la mejilla) Ya no me rio más.
-(como niño chiquito) Gracias!

La enfermera salió a buscarlo. Lo llevo a la oficina del médico donde le recetaron una pomada para controlar la picazón y prevenir una infección. El médico le recomendó que se aseara bien y se acostara tranquilo. Una vez concluida la visita se regresaron a la habitación. Francisca le preparo el baño y su ropa.

-(acercándose a la bañera donde estaba Francisca) Te vas asear junto a mi como siempre hacemos?
-(asombrada con su propuesta) Raimundo me hablas en serio? Ni teniendo ese malestar dejas de pensar en tus inmoralidades? (ayudándole a desvestir) Anda y mete a la bañera cabezón que hoy se te acabaron la valentías.
-(quejándose de dolor) Está bien no voy a insistir!

Francisca lo ayudo a asearse. Le enjuago la espalda y los lugares donde las hormigas le habían punzado. Lo ayudo a secar y a colocar la pomada recetada. Después lo ayudo a vestir como si de un niño pequeño se tratase y lo llevo a la cama. Le dio un libro de poemas para que este se entretuviese. Mientras ella se iba asear.

-Francisca, dónde vas? No te vas a quedar conmigo?
-(suspirando para no perder la paciencia) Raimundo a mí también me toco asearme, no crees?
-(malcriado como niño pequeño) Si pero después me acompañas, verdad?
-(sonriéndole) Si majadero! Si, cuando termine!

Francisca termino y se acostó en la cama para acompañar a su esposo. Busco un libro para leer y entretenerse. Una vez acostada a su lado Raimundo comenzó con sus majaderías.

-Ven acá pequeña que te voy a leer uno de estos poemas.
-(guardando el libro y recostándose en su pecho) Haber mi pequeño tormento… que me vas a leer?
-(enloquecido con su olor) Me encanta tu olor! Siempre has sabido perfumarte bien. (besándola)
-Raimundo, mi amor! (sarcástica) No decías que te sentías mal?
-(sonriéndole con picardía) Si, pero ahora que te tengo tan cerca, me siento muy pero que muy bien. (guardando el libro para besarla)
-(con la mano sobre su pecho) Raimundo no empieces que no estas para eso. Después te lastimas y se fastidia la paz.
-(acariciándola) Anda mujer que me siento como un roble. (besándola con pasión) No quieres terminar lo que empezamos?
-(zafándose) Si consiste en provocar un malestar, no! Estate quieto!
-(provocándola) Vamos no seas así… ven… acércate más.

Raimundo se le coloco encima a francisca. Pero esto provoco que se lastimara y le comenzara el dolor de las picadas.

-(regañándole) Te dije que te lastimarías. Vamos acomódate tranquilito en la cama y compórtate. (sonriéndole) Pero qué clase de Don Juan me ha tocado? (besándolo) Mi querido Don Juan, mañana será otro día!

Raimundo tristemente acepto su derrota y se quedó tranquilo hasta quedarse dormido. Francisca saco el libro que guardo y se puso a leer hasta acompañar a su amado.

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Un saludo a todas mis Rapaquistas!

Felicidades Nicu!

OLÉEEEEE EVE!!!!! arriba ese humor!!! que no se diga de las raipaquistas!!! JAJAJAJAJAJA cada vez me sacas mas sonrisas cn ese Lo esperado!!! ajjajajaja ahora las hormigas...si es q este Rai recien casao esta desenfrenao!!! me parto!!!!

y ya que estamos en época de bonanza RPs.... vamos a aprovechar a exprimir la inspiración para los momentos de sequía jajajaja así que me lanzo con un relato a ver si os gusta

SOSPECHAS (I)

- Don Raimundo…buenos días.- Dijo la criada extrañada al encontrar al hombre tras la puerta.
- Buenos días Mariana. ¿Se encuentra Soledad o María en la casa? Requiero departir sobre un asunto con ellas.- Se explicó mientras removía su sombrero con las manos en señal del nerviosismo que portaba.
- Así es, ambas se encuentran ahora hablando con el doctor sobre su examen a la señora.
- ¿El doctor…? Así que los rumores son ciertos… Y si no es indiscreción Mariana…¿qué sabes acerca de ese supuesto doctor?- Inquirió con cierta desconfianza.
- Se trata de un primo lejano de la Doña que asegura estar especializado en los males del alma, Don Fulgencio Montenegro. – Apuntó la criada con cierto aire de admiración y asombro. Entre tanto, Raimundo quedó absorto en sus propios pensamientos hasta alertar a la criada.- ¿Don Raimundo? ¿Se encuentra bien?- Preguntó asiéndolo del brazo con gesto acongojado, recuperando su atención con ello.
- Sí, sí…Disculpa Mariana, es sólo que trataba de recordar algún pariente de Francisca con dicho nombre y lo cierto es que aún resultándome familiar no consigo dar con el dueño.
- Lo cierto es que tampoco yo lo recordaba, más parece un hombre versado y con buena disposición. Si lo precisa pongo al tanto a Doña Soledad de su presencia mientras la espera aquí a que termine de departir con el doctor…
- Muchas gracias Mariana, esperaré aquí con gusto.- Dijo acompañando con una lave sonrisa sus palabras en señal de agradecimiento.

Una vez se vio solo en el salón de la Casona, advirtió las puertas del despacho abiertas… Sin saber por qué, sentía como éstas lo llamaban a través de esa pequeña rendija. Eran tantas las veces en que ella le negó su entrada, tantas en las que se valió de él para esconderse del mundo, ocultándole lo que nunca quiso que viera… que la oferta resultaba cuanto menos tentadora. Y sin poder oponerse a ese canto, tras echar un fugaz vistazo y asegurarse de que estaba a solas, cruzó la frontera sin esperar encontrarse con ella…más allí estaba…casi inerte…enfocada al horizonte, con la mirada perdida en su lejanía, como su propio cuerpo. La imagen lo estremeció y sin deparar en la situación, fue acortando los pasos hasta colocarse frente a ella… Aprovechó el alfeizar de la ventana para situarse a su misma altura, contemplando aquellos ojos que tantas veces se le habían clavado hasta dejarlo sin aliento, bien guiados por el amor como por el mayor de los odios, pero jamás observándolos como ahora estaban, sin vida, como dos pequeñas bolas de cristal que decoraban aquella faz inexpresiva, más propia de una estatua que de la mujer que tenía delante, pero en los que aún él, era capaz de verla, sufriendo por la persona que sabía estaba ahí encerrada gritando por salir y desenredar ese dolor que la paralizó hasta penarla con el peor de los castigos, la más inmensa soledad… Y con las pupilas brillantes por la impotencia de la imagen, sin reparar en lo que hacía guió su mano a la de Francisca, lentamente pero sin detenerse, hasta que pudo sentir el calor de su piel, su textura tersa y suave enmascarada por el duro carácter de quien la poseía, pero que encerraba una dulzura que él bien conocía… Y como quien se cuela en un sueño ajeno a su protagonista, creyéndose imperceptible por ella, comenzó a regalarle leves toques por el dorso de la mano, describiendo innumerables formas, hasta recorrer cada uno de sus pliegues, elevándola con la suya para mecerla después queriendo con ello protegerla de esas lejanía… La libertad de tenerla para sí lo embriagó y sin ser consciente de sus actos se valió de la otra mano para encerrar la de ella, como un tesoro, liberando una tímida lágrima que caía por su rostro mientras este acortaba distancias hasta que sus labios dieron con esa que portaba, estrechando el aire que los separaba para nutrirla del roce de aquellos que siempre la pertenecieron. Y sin poder apenas separar sus labios de ella, fue recorriéndola, tomando su palma para seguir las líneas de la vida que se dibujaban en ella, avanzando hasta llegar a su frágil muñeca, por la que aún sentía latir el pulso fuerte y decidido que siempre la había caracterizado. Y como quien reza a su Dios, él le rezaba a ella… - Vuelve Francisca…- Las lágrimas regaban su blanca piel queriendo darle el hálito de vida que parecía faltarle…-Tienes que volver Francisca…no permitiré que ganes esta última batalla, ¡no te lo mereces! ¡Me lo debes! Después de un sin fin de tropelías debes rendirte a mí por esta vez…¡No permitiré que venzas, no lo permitiré!- Añadía aumentando el vigor con que la sostenía.- ¡No te dejaré que abandones este mundo antes que yo Francisca Montenegro, no lo haré! ¡Te lo juro!.- Sentenció con la voz desgarrada y alzando la vista hacia esos cristales que su pensamiento atravesaba entre orden y súplica…

Unos pasos lo alejaron de su particular conversación, alertándolo con el tiempo suficiente para recomponerse y alejarse unos pasos de Francisca.