FormulaTV Foros

Foro El secreto de Puente Viejo

Subforo La Casona

Eres mi verdad... Toda historia tiene un principio... Raimundo Francisca.

Anterior 1 2 3 4 5 6 7
#0
lnaeowyn
lnaeowyn
30/09/2012 20:48
Bueno, finalmente me he decidido. En vista del éxito que tiene este relato entre mis queridas Raipaquistas, voy a seguir su consejo. Voy a colgar el relato íntegro aquí. Bueno, íntegro... hasta la página 172 que tiene actualmente. He estado desaparecida casi un año, debido a múltiples motivos, pero he vuelto. Esta novelita no merece quedarse a medias...

Dedicada a todos y todas a los que les guste la electrizante pareja que hacen Raimundo Ulloa y Francisca Montenegro. Porque su historia es muy larga...


Eres mi verdad…

Capítulo 1.

Francisca Montenegro no lo entendía. Por más que su madre, su padre, Rosario, el cura y toda la gente respetable de la comarca se lo dijese, simplemente no lo entendía. No acababa de ver el sentido a aquello. Su distinguida madre se lo había repetido un millón de veces. “- Francisca, hija, recuerda que eres una Montenegro.-“ Había oído esa frase desde que tenía memoria y desde luego que lo recordaba. No lo olvidaría nunca, de eso estaba segura. Y eso le había dicho a su madre, mientras ella la miraba severamente. Su padre también la miraba, pero pese a que en su rostro quería dibujarse un digno enfado, Francisca sabía que tras aquella máscara pretendía asomar una tierna sonrisa.
- Francisca…- volvió a llamarla su madre.
Ella volvió a mirarla.
- ¿Has comprendido lo que te he dicho?- le preguntó severa.
- Sí, madre.- contestó como en una letanía.
- Pues repítemelo.- exigió ella.
Francisca reprimió el impulso de resoplar. Alzó la cabeza y una de sus largas trenzas cayó por su espalda.
- Soy una señorita de alta alcurnia y como tal, debo conducirme. No debo correr por el campo, ni saltar vallas, ni trepar a ningún árbol. No debo juntarme con los muchachos del pueblo ni mucho menos jugar con ninguno de ellos. Siempre llevaré la cabeza alta como corresponde a mi clase y, a partir de ahora, dedicaré a mi tiempo a los quehaceres propios de mi condición.- repitió casi sin detenerse a respirar.
Su madre le clavó una severa mirada. Una cosa estaba clara. Esa muchacha tenía una asombrosa memoria.
- Bien, espero que todo eso entre no sólo en tu cabeza, sino también en tu alma. ¿Entendido?
- Sí madre.
- Ahora puedes retirarte.
Francisca obedeció. Mientras se marchaba, pudo advertir una levísima sonrisa en el rostro de su padre que le hizo sentirse mucho mejor. Una vez que se hubo ido, Alejandro Montenegro miró a su esposa.
- Querida, ¿no crees que eres demasiado severa con ella?
- En absoluto.- ella le miró fijamente.- ¿Olvidas que es la única heredera de nuestra familia? No permitiré que nos deshonre. Quiero que sea una digna sucesora.
- Ya lo es.- insistió él.- Francisca es una muchacha despierta e inteligente.
- No lo dudo, pero no se conduce como debería hacerlo una señorita de buena familia.- rebatió ella.- ¿Acaso es propio de la heredera de los Montenegro que dedique su tiempo de ocio a corretear por los prados como una vulgar campesina?
- Elena, sólo tiene diez años.
La mujer le miró fijamente.
- Con diez años yo era una señorita bien educada, que sabía estar como correspondía. No me dedicaba a trepar a ningún árbol.
Un destello malicioso brilló en los ojos oscuros de Alejandro.
- Te creo, querida. Pero Francisca es una chiquilla llena de energía. Tiempo habrá para que esté sentada bordando sin replicar.- dijo con una sátira amarga.
Elena miró a su marido.
- Alejandro, la culpa de que Francisca sea así la tienes tú. Jamás la regañas por su comportamiento. ¿Qué quieres? ¿Qué se convierta en una joven sin educación, sin distinción? Así no logrará hacer un buen matrimonio.

Alejandro sintió que se lo llevaban los demonios. Siempre le pasaba eso. Odiaba pensar que todo el futuro de su hija se reducía a casarse con un buen partido que se encargase de su patrimonio y que ella enterrase toda su vitalidad, toda su energía y su inteligencia bajo una apariencia de dulce docilidad. Él adoraba a su hija tal como era. Pero sabía que, por más que lo intentase, todo estaba en su contra. Su mujer tenía razón. Francisca debería casarse, simplemente porque en 1864 una mujer no podía ser dueña de ningún patrimonio, ni mucho menos hacerse cargo de él, por muy heredera que fuese. Elena meneó la cabeza, entre desesperada y resignada.
- Si al menos… hubiese podido darte un heredero varón.
Los ojos de él relampaguearon.
- Ningún heredero varón valdría más que ella. Así que no vuelvas a decir una cosa así.- la fulminó con la mirada.- Deberías sentirte mucho más orgullosa de tu propia hija.

Ella le miró sorprendida y temerosa. Alejandro Montenegro le dedicó una última mirada, entre furioso y decepcionado. Después se marchó.
#121
chatosara
chatosara
14/01/2013 20:50
No, con lo bien que estábamos y ya ha tenido que llegar el idiota de Castro... Quiero que Alejandro mate a Castro.
Con todos mis respeto Mariajo, pero al final me volveré loca yo también con estas descripciones que hace Lourdes de Alejandro, por dios. Pero todo tuyo, yo me conformo con Raimundo y Francisca.
#122
paquirai
paquirai
22/01/2013 22:58
Lourdeeeeees!!!!! Va, va, vaaaaaa... mi gemelilla y yo queremos a nuestros tÓrtolos... y mariajo a los suyos.... jajajjaja....
#123
paquirai
paquirai
11/03/2013 00:52
Aquí llega la pesada de turno a pedir: PORFA PORFA PORFAAAAAAAA!!! Danos un trocito mas de este estupendo y maravilloso relato.... angel

Aiiiiins... venga... que ahora mismo la novela da asquito... con tanta venganza y tanta tonteria...

Necesito aire fresco... y quiero saber que pasa con SC... y que Rai y Francisca se casen y todo, todo, todo...

Un beso guapa, y ya sabes... carcajada
#124
mariajo76
mariajo76
13/04/2013 23:42
Estoy pasando la noche con Alejandro Montenegro. ¿Cómo se puede ser tan increíblemente guapo?
Venga Lourdes que ya hace meses que nos tienes a pan y agua, ¿cuando vas a seguir con la historia?. Escribe algo pronto por faaaaa
#125
lnaeowyn
lnaeowyn
31/07/2013 22:04
De nuevo, millones de disculpas y lo sientooos. Y de nuevo, va por ti, Mariajo. Y por todaaas, que quede claro ;-)

-“Una semana”-
Raimundo sentía que aquella sensación de flotar en nubes no era real. Una semana. Era el tiempo que tenía que pasar para unir su vida a la de Francisca para siempre. Una semana. O bien mirado, parecía un siglo. Había deseado tanto ese momento que ahora creía que no sería capaz de sobrevivir hasta el siguiente sábado. Cerró los ojos, procurando dejar de oír el latir de su corazón en las sienes. No sabía cómo ese testarudo órgano no había colapsado ya por tanto esfuerzo. Apretó contra él el libro de “20000 leguas de viaje submarino”, sintiendo cómo el furioso repiqueteo hacía lo hacía temblar. Cerró los ojos. Su corazón había sufrido y amado y más lo haría por Francisca.
De pronto, la puerta de la biblioteca se abrió. Fernando Ulloa le miró fijamente, aún aferrando el pomo.

- Raimundo, acompáñame a mi despacho. He de hablarte.
El joven no reprimió un gruñido de molestia.
- ¿Tiene que ser ahora? ¿No puede ser aquí?
- Sí y no.- Respondió Fernando tajante. Le atravesó con sus ojos de hielo. – No olvides que sigues siendo mi hijo y me debes un respeto.

Raimundo a duras penas se mordió la lengua. Deseaba desahogarse con toda su alma. Decirle por fin a la cara lo que pensaba de él y de ser su hijo. Pero no. No era aún el momento. Se levantó de mala gana y siguió a su padre hasta el enorme despacho.
- Siéntate.- ordenó Fernando.
Su hijo lo hizo. La irritación había desaparecido, sustituida por cierta curiosidad y suspicacia.
- ¿De qué se trata?
Fernando le miró detenidamente antes de hablar.
- Raimundo, eres mi hijo y único heredero y, como tal, no está tan lejano el día en el que todo esto te pertenezca.
- No diga eso padre. Estoy seguro de que disfrutaremos durante mucho tiempo de su grata presencia.- replicó el joven con un inconfundible sarcasmo.
Raimundo sintió deseos de cerrarle esa bocaza, tan parecida a la de Esteban, pero se contuvo. Su expresión calculadora no se alteró un ápice.
- La cuestión es…- prosiguió.-… que ya va siendo hora de que, como heredero adulto que eres, hagas un buen matrimonio con una dama de alcurnia suficiente, a fin de incrementar nuestro patrimonio.
Raimundo le miró, inquisidor.
- Creo que usted tiene un ligero problema de oído. He de recordarle que hace unos meses le anuncié mi compromiso con Francisca. Así que no creo que tenga que preocuparse por eso. Como buen hijo que soy, me he adelantado a sus deseos.- terminó mordaz.
- ¿Francisca Montenegro?- casi escupió con desprecio.- Vamos hijo, no pensarás que ella encaja en la descripción de “dama de alcurnia suficiente”, ¿verdad?
- ¿Por qué no?- inquirió Raimundo. – Tiene más clase que cualquier estúpida malcriada.
- Pero no más dinero.
- Tiene el suficiente – Raimundo sentía que la cólera empezaba a crecer en él.
- Eso no lo tienes que decidir tú.
Raimundo le miró incrédulo.
- ¿Me está diciendo que es USTED quien debe decidir con quién me caso y con quién no?
- Exactamente. Así se ha hecho desde siempre en esta familia.
- Oh, sí, desde luego. Y por eso a todos les ha ido tan fantásticamente bien.- gruñó sarcástico.
- No sé a qué te re…
Raimundo le fulminó con la mirada.
- Pues al tío Esteban, por ejemplo. Él amaba a Esperanza Montenegro y destrozaron sus vidas. Y también a mi madre. – el odio oscureció sus ojos.- la casaron con usted y firmó también su desgracia con ello.
- ¿Cómo te atreves…?
- Me atrevo porque es la verdad.- Raimundo le sostuvo la mirada.- Usted jamás amó a mi madre. Usted jamás ha amado a nadie además de a sí mismo.
- Eso es… mentira.- la voz de Fernando tembló.
Raimundo alzó una ceja.
- ¿Acaso me va a decir ahora que ha conocido el amor? ¿Qué ha estado locamente enamorado de alguien? No me haga reír…
Fernando tragó saliva, pero alzó el mentón.
- Eso no es de tu incumbencia.- la frase sólo pudo avivar la curiosidad del joven.- La cuestión es que Francisca Montenegro no es la mujer adecuada para ti.
- Claro, y eso lo sabe usted mejor que yo…el experto en amores.
-¡Ya basta, Raimundo Ulloa!
#126
lnaeowyn
lnaeowyn
31/07/2013 22:04
Raimundo se quedó atónito. Hacía mucho tiempo que no veía a su padre tan alterado. ¿Y sólo porque le había picado en su “supuesto romance”? No tenía ningún sentido. Él sabía que su padre jamás había estado enamorado de nadie. Lo sabía… o… ¿no? Fernando alzó un amenazador dedo hacia el joven.
- No te vas a casar con Francisca.
Raimundo le atravesó con la mirada.
- ¿De qué demonios…??? ¿Acaso piensa que puede amenazarme??- apretó furioso la mandíbula.- Si cree que va a arruinar nuestra vida como hizo con todos los que le rodearon, está muy equivocado. No le tengo ningún miedo.
- Eso ya lo sé.- Fernando entrecerró sus ojos de hielo.- Sé que ninguna amenaza sobre ti causaría efecto. Pero conozco tu punto débil.
Raimundo sintió que su corazón se paraba.
- Usted… no podrá hacerle daño a Francisca. Porque antes le mataré.- concluyó sin que le temblara la voz.
- Vamos, hijo, ¿crees que tengo tan mal gusto? No voy a hacerle ningún daño a esa muchacha… al menos, no físicamente.
- ¿Qué diablos… quiere decir?
El azul eléctrico de los ojos de Fernando le congelaron el alma.
- Que si te casas con ella, me ocuparé personalmente de que desee no haber nacido. Me ocuparé de que el apellido Montenegro quede al nivel que le pertenece. Al de la escoria.
Raimundo apretó los dientes.
- Es usted un experto en echarse faroles. No puede hacer eso. Alejandro…
- Alejandro es un don nadie, separado y amancebado con nada menos que Alicia Ulloa, nuestra querida prima. ¿Acaso crees que él es más poderoso que yo? No, hijo mío, no. Si quisiera, pondría en la calle a todos los Montenegro sólo con hacer un par de llamadas a Madrid. Y deberías saber que yo nunca amenazo en balde.
- Eso… no… es verdad.
- Piensa lo que quieras, Raimundo. El tiempo te lo mostrará. Veremos si tu adorada Francisca te quiere tanto viviendo en la miseria absoluta.- se mofó.
Fernando no gastó más palabras. Simplemente se levantó y caminó hacia la puerta. Antes de salir por ella, se volvió de nuevo a su hijo.
- Si de verdad amas a Francisca, no te casarás con ella. ¿Podrías hacer tal acto de amor?- se burló.
Raimundo sintió que su corazón se paraba, al tiempo que la pesada puerta de roble se abatía sobre su marco.
#127
mariajo76
mariajo76
02/08/2013 23:37
Ayyyyyy madre mía Lourdes de mi alma, casi se me sale el corazón por la boca cuando he visto que continuabas la historia aunque después de haber leído el capítulo...no se si alegrarme o no.

Fuera de bromas, estoy más que encantada de que continues, ya sabes mi opinión, esta historia tan increible se merece un gran final pero esperemos que aun tarde un poquito y que podamos disfrutar un poco más.

Por cierto y por si se te ha olvidado (ejem ejem), recuerdas que quedamos que le darías un final feliz ¿verdad?, así que haznos sufrir lo que quieras pero no nos los dejes separados ahora que el raipaquismo ha muerto (de momento por lo menos), no nos vayas a dar tu otro disgusto.

y gracias por seguir, espero impaciente y ansiolítica perdida el proximo capi.

Muacccccccc
Anterior 1 2 3 4 5 6 7