El verdadero FINAL que debió tener Gran Hotel.

A mi personalmente si me gustaria leerlo. Siempre es bueno ver las diferentes ideas pue tenemos cada uno del final de la serie. Asi que yo te animo a que lo escribas. Adelante!!

Estaría genial...

¡Yo también te animo a que lo escribas!

ME ENCANTARIA!!! A GRAN HOTEL le faltan fanfics! Y encima si es con el final de la serie(: te doy tofo mi apoyo y todo mi animo!!

Por supuesto, a mí también me encantaría leerlo, anímate!!!!!!

Claro que nos encantaría leerlo!!!

Por supuesto! cuenta con mi lectura!

Capítulo 39 - Primera parte

Cuando el detective Ayala abandonó la habitación de Doña Teresa con una evidente molestia en su rostro, se quitó el sombrero de su cabellera plateada y se lo lanzó a Hernando para que lo detuviera.
—¿Ha enviado a esos hombres por los perros?
—Han ido ya, señor.
—Nosotros empezaremos el rastreo desde aquí dentro. Interrogue a todo el personal del Hotel, alguien tuvo que haberlo visto. Así posiblemente consigamos algun indicio de a donde se ha dirigido.
—… ¿Cree que Doña Teresa está mintiendo?
—Es evidente que algo no está bien aquí Hernando, pero como siempre el trabajo de nosotros es asegurarnos de ello y averiguarlo. Ese hombre no tiene que estar muy lejos.
Todavía no terminaban de discutir el asunto, y antes de que llegaran a la escalinata que baja a la recepción, apareció frente a ellos una figura menuda y dispuesta. Era el recepcionista, Mateo, y parecía estar esperando al par para anunciarles algo.
—Detective, el padre Grau está esperándolo desde hace un rato en recepción. Quiere hablar con usted.
—El padre Grau tendrá que esperar, tenemos que hacer un interrogatorio urgente.
—También esto parece urgente señor. No es indiscreción pero tal parece que el padre Grau se marcha de Cantaloa.
Ayala y Hernando bajaron al recibidor a prisa, y ambos no pudieron disimular su sorpresa al ver al padre Grau sin su característica sotana, y con sus manos juntas sosteniendo un sencillo equipaje. Tenía puesto un sombrero, enfundaba un traje ocre y encima una capa para cubrirse de las inclemencias y ventiscas que acababa de arreciar fuera.
—Padre Grau. ¿A que se debe su urgente necesidad de hablar conmigo? —inquirió Ayala absorto.
—Con nosotros. —repuso Hernando sin apartar sus pequeños ojos del hombre preocupado que no movía siquiera los labios.
El detective ignoró el comentario de su pareja e invitó con una seña al padre Grau para ir al salón y conversar sin que nadie más escuchara, ya que el hombre parecía mudo y más pálido que de costumbre.
Una vez los tres se apartaron de la recepción, Ayala no despegó su atención del padre y disminuyó el tono de su voz para apaciguarlo.
—Le diría que puede comenzar cuando quiera, pero estamos en medio de una situación delicada.
Daba la impresión de que el hombre de dios, no movería esos labios nunca, hasta que elevó pesadamente esos enormes ojos que parecieron acababan de tomar el valor que le faltaba, y empezó:
—Hace unos días lo he decidido. Hoy mismo tomo el último tren de Cantaloa hacia Santander… como verán he dejado de oficiar como padre de la iglesia desde hace unos días. Las habladurías y los chismes han terminado conmigo… y como sabrán, la dignidad está por delante de todo.
—Oímos algo, a decir verdad. Usted es todo un caso con las mujeres…
—¡HERNANDO! Continúe por favor.
Grau, gestó un suspiro en su pecho que pronto emergió en su boca. Y tras ello, comenzó a explicarse con diversos tropiezos.
—Esta ha sido una decisión muy difícil. No he podido con ello. Quizás no es así, pero me gusta creerlo. Solo así tendría una esperanza de librarme de las garras de Lucifer y enmendar mi alma y mi camino por el buen camino… Si lo hago, puede que sea perdonado por caer en bajas tentaciones… entonces sí podré ser libre…
—Espere un momento… pa… señor Grau. Si mi intuición no me falla, usted quiere confesar algo.
—No se equivoca, Detective… quiero confesar algo que sé desde hace algún tiempo, y también se que puede ayudar a que se haga justicia.
—Al grano señor Grau. Tenemos muchos pendientes que resolver en estos tempestuosos días. ¡Prosiga!
—Han sucedido dos asesinatos, y el verdadero culpable sigue impune. Sé quién es, sé quién es la culpable…
El trío se quedó perplejo cuando el ruido de pasos sobre la moqueta se escucharon recorrer el vestíbulo. Sofía y Alfredo acababan de bajar por las escaleras. Sofía torció el cuello apresuradamente hacia el salón al ver a Grau sentado con el Detective Ayala y compañía. Su sorpresa fue tan devastadora que su rostro no pudo reprimir el pánico. No había podido disimular al esquivar bruscamente el juego de ojos que la observaban.
—Sofía ha cobrado la vida de dos personas. Dos almas inocentes. Dos muertes que tiene en su conciencia, que le atormentan. No le dejan dormir, no puede con la culpa. Estoy seguro que el que cumpla con su castigo, liberará su alma del infierno. Espero fielmente por el contrario, no habérmelo ganármelo también… He roto los votos de silencio. Sofía me lo ha dicho en secreto de confesión.
Ayala levantó la voz sin cotejos.
—Señor Grau, no estoy seguro de que usted se haya ganado o no el perdón de dios debido a su adulterio, pero de lo que sí estoy seguro, es que ha hecho lo correcto para mucha gente en decir lo que sabe. Posiblemente ha salvado la vida de alguna futura víctima más. ¡Vamos!
Ayala y Hernando se pusieron de pie y caminaron hacia recepción donde Alfredo compartía unas palabras con Mateo. Sofía sabía lo que pasaría al ver a los agentes yendo hacia ella con tal diligencia, no podía hacer resistencia ante tal presión. El codo de Sofía deslizó accidentalmente el libro de registros, y cayó al suelo. Alfredo notó el extraño semblante de su mujer y dejó conversando a Mateo para sujetar a Sofía que temblaba sin control.
—Sofía Alarcón. Queda detenida por cometer doble homocidi…
Un brusco movimiento. Un grupo de cartas sobre el mostrador volaron por los aires, varios gemidos de sorpresa y de pronto…
—¡NO SE ACERQUEN! —Sofía empuñaba con fuerza el abrecartas y se alejó de su esposo y de la pareja de detectives que miraron acomplejados la escena.
Alfredo estaba petrificado sin descomponer su elegante porte, pero sus ojos estaban desechos. No procesaba lo que acababa de escuchar.
Ayala estaba bajo control, no hiso ningún movimiento brusco para que Sofía no se pusiera más nerviosa. Pero estaba muy consciente de que en cualquier momento, podría cometer una locura.
—No quiera empeorar las cosas señora Alarcón. Dos crímenes serán más que suficientes.
El rostro de Sofía se apagó como la luna cubierta por nubarrones nocturnos, y sus ojos se humedecieron hasta inyectarse de relámpagos de sangre.
—Sofía, tranquilízate por favor. —gimió Alfredo, que apenas podía articular. —Podremos sentarnos a hablar un momento. Hablaremos con nuestros mejores abogados. Esto tiene que tener…

Continuación Capítulo 39 - Primera parte:

—Sofía, tranquilízate por favor. —gimió Alfredo, que apenas podía articular. —Podremos sentarnos a hablar un momento. Hablaremos con nuestros mejores abogados. Esto tiene que tener…
—Señora, suelte el arma.
Doña Teresa apareció en la escalinata, y gimió estremecida.
—¿Qué está sucediendo aquí? ¡Hija!
—Madre, le juro… le juro que yo no…
—¿Qué sucede, Detective?
—Señora, su hija ha cometido dos asesinatos. No me sorprendería que a usted no le cause sorpresa. Estoy casi seguro que lo sabía.
—No diga tonterías y termine esto de una vez. Un hombre peligroso anda suelto allá afuera y ustedes están aquí entretenidos cometiendo un grave error y perdiendo el tiempo.
Grau se incorporó exacerbado, abandonando la oscuridad del salón, y siendo iluminado por el candelabro del recibidor. No podía hacer otra cosa más que observar el acontecimiento pero hacía esquiva a la mirada de Sofía.
—¿Cómo has podido?
—Lo… lo siento mucho Sofía. Te quise tanto de una manera que… que no quiero que te condenes a una eternidad fuera de las manos de nuestro señor.
—Se acabó señora. Suelte el arma. —prorrumpió Ayala con poderío.
Sofía bramó un grito de impotencia y de rabia. En sus ojos todo lo que había logrado volver a levantar con tanto esfuerzo y sufrimiento se desmoronaba como una, aunque débil, gran torre de naipes. En su mente vio el reflejo del brillo de los ojos de su hijo. La sonrisa de Alfredo hoy al amanecer. Entonces… se abalanzó por impulso hacia Grau empuñando el abrecartas y proyectó una zarpada hacia su pecho gruñendo como una maniática. La capa de Grau se deslizó de su cuerpo como una sombra. Había librado la agresión y se fue de bruces de contra el esquinero del jarrón azul que cayó al suelo y se resquebrajó. A Sofía se le resbaló el abre cartas que únicamente consiguió rebanar el broche de la capa del antiguo padre, y el arma patinó hacia Hernando, quién la detuvo con la suela del zapato y la levantó torpemente.
—¡Deténgala!
Hernando sacó las esposas y se las colocó a doña Sofía que se desmoronaba en un llanto inconsolable.
—Detective, se lo pido por favor... —suplicó Alfredo.
—Ni lo intente. La última vez, usted quiso defender a su mujer a costa de lo que fuere y no volveré a creerle el mismo cuento. Siempre lo supe, y estuve esperando con muchas ansias este momento. Desde esa vez estuve esperando una prueba más para recobrar el caso y dar con la verdadera culpable de la muerte de Cristina Olmedo. Aunque debo aceptar que nunca creí que sería en una confesión. Ahora estoy casi seguro que la otra muerte se trata de doña Beatriz. ¿O me equivoco?
Alfredo estaba anonadado.
—¿De qué habla? Ella no la ha matado. ¡Cómo se le ocurre, Detective! El propio Benjamín, el meitre ha confesado antes de ir al garrote vil que esa muerte ha sido obra suya —desplegó Alfredo convencido.
—Benjamín no ha hecho más que un acto de misericordia hacia la familia Alarcón, señor.
—¡Sofía, dime que es mentira! ¡Dime que todo es un grave error!
Sofía estaba hundida en la derrota. Sus ojos estaban casi cerrados, su lívida piel sudaba que bien le daba una apariencia perlada. No podía hablar.
—¡DÍMELO! DIME QUE ES MENTIRA, MALDITA SEA!
Pero no logró que su amada lograra admitirlo. Y no había sido necesario, porque conforme transcurrían los segundos, Alfredo se daba cuenta de que Sofía se había evidenciado ella misma tras su reciente comportamiento.
Doña Teresa fue retenida por Alfredo para que no interviniera con el trabajo de los agentes a quienes no les costó trabajo someter a Sofía. Para esos momentos, varios huéspedes del hotel y gente del personal se había reunido allí tras escuchar los gritos y el gran alboroto.
El rostro lastimero de Grau estaba tan solo alumbrado por la esperanza en haber hecho lo correcto. Le dolía ver a Sofía sufrir, pero sabía que era lo mejor para protegerla de ella misma y al resto de la gente de algún otro mal.
—Que dios te bendiga a ti y a toda tu familia.

Entre el piélago de murmullos se le escuchó jadear a doña Teresa. Exclamaba haría algo para que no tocaran a su hija. Que haría todo lo que estuviese en sus manos para ayudarla. Pero hasta ella misma, sabía que eso no era posible, y se ahogó en una decepción aplastante. Supo que únicamente sus fatuas palabras eran dichas para no desolar de desesperanza a su hija mayor de la oscuridad que traerían consigo el interior de los barrotes.
Ayala y Hernando salieron por la puerta principal del Gran Hotel, con Sofía esposada y rumbo a los calabozos en Cantaloa, para así comenzar el juicio cuanto antes. Juicio en el que, debido a los cargos, era inapelable escaparse del garrote vil, lugar que estuvo esperando durante mucho tiempo cobrarle a la señora Alarcón, dos muertes por la suya.

Magnífico, trama muy bien cerrada y redacción muy bien desarrollada y entretenida de leer. Te animo a que sigas, yo lo he disfrutado.
Respecto a la trama en si, a mi me gusta que las historias se crucen entre si, siempre deseé que el padre Grau tuviera algo que ver con Beatriz, incluso que no fuese cura y hubiera ido a Cantaloa solo a vengarse de Sofía. Pero vamos, es una opción más personal mía.

Desde luego tu final tiene mucho más sentido que el final real, que no deja de ser un fallo de Ayala y
que una culpable de dos asesinatos salga de rositas.

Saludos y enhorabuena por el texto.

Felicidades!! Que bien escribes, esta muy bien!!
Por favor continua con la historia, esta muy interesante.
Enhorabuena por tu relato.

Perfecto, ¡qué bien narrado! Enhorabuenísima, con qué facilidad has cerrado las tramas, tenían que haberte cogido de guionista para eso! ;)

Genial, que bien cerrada la trama de Sofía, me ha gustado muchísimo!!¡ Te animo a que sigas! Feliciades!

Que ganas de leer el siguiente!!! me tienes en ascuas,jejejeje

EDITO: Aunque me encanta la idea de este final con Sofía condenada, entiendo perfectamente que en la serie no lo hicieran. Simplemente porque Sofía ha demostrado que va de mosquita muerta, pero es más lista de lo que nos pensamos. De sus dos asesinatos, dos personas fueron culpadas, es decir que no son asesinatos que se quedaron sin resolver, en su momento se resolvieron con falsos culpables, pero lo hicieron. Ella supo engatusar a Alfredo y Alicia para que no la culparan de esas muertes. Y realmente no tienen ninguna prueba contra ella, a no ser que ella diga que lo hizo.

Pero bueno, me gusta la idea de que pague por lo que ha hecho.

Aquí vengo de visita de rápido. Muchas gracias a todos de verdad. No saben como me alegra leer que les haya gustado, lo he escrito con mucho gusto. Ya tengo preparada la resolución de la siguientes tramas, espero que les guste y sorprenda.
Más al rato comento con más tranquilidad y detenimiento, gracias por sus comentarios.
Y a ustedes, ¿que les gustaría que les sucediera al resto de los personajes?

Hola Sandrita. Fíjate que a mi también me gustaba la idea de que Sofía lograra escaparse debido a su agilidad. Pero lo cierto es que ya había cometido varios descuidos, entre esos dejarse el arma del crimen en la escena en dos ocasiones, y también su nerviosismo tan obvio ante los interrogatorios. Ayala siempre supo que esos dos asesinatos eran obra suya, pero nunca tuvo un testigo, o pruebas (aunque si las tuvo, y supo bien que fueron modificadas por su familia) que simplemente se lo confirmara (al resto, ya que el si está completamente seguro) y así ponerse manos a la obra. Quise utilizar a un personaje que no aportó en realidad nada sobresaliente, que es el padre, y era el de confesar los asesinatos de Sofía.
Así hubiera sido más redonda su participación y con una mejor finalidad.
Si vemos detenidamente la escena de Ayala y Sofía, Ayala pudo solo detener a Sofía para buscar una prueba contundente o hacer que ella misma lo confesara en el cuartel, pero tras evidenciarse al compartir esas palabras con Grau e intentar herirlo con el abrecartas, termina por delatarse ella sola.

Pero si estoy de acuerdo en que la hayan descubierto, faltaría más, solo digo que entiendo que en la serie no lo finalizaran así.

En esta serie hay tantas cosas que no comprendo, y una de ellas es el porqué cuando Ayala habla con Alicia, y le dice lo de "lo sabemos, usted, yo y su conciencia" no aprovecha la ocasión para insinuarle lo de la muerte de Cristina Olmedo, en plan " que sepa que su hermana es la segunda vez que se libra de matar a alguien".

Enhorabuena danieloman, muy bien explicado, me ha encantado, yo tambien eche a faltar eso, que despues de 2 crimenes no le pasara nada a Sofia, al igual que tampoco se supiera de quien era su hijo, sobretodo quien era el padre.

Y lo que tampoco vino a cuento y aparecio de sopeton fue la relación de Andres y Maite, pero quisieron acabarlo asi.

Supongo que al final se les echo el tiempo encima y no tenian mas capitulos para cerrarlo todo y quedaron lagunas.

Puedes seguir escribiendo que tal y como lo cuentas es como si lo estuviera viendo.

Sandrita, tienes mucha razón. En esos momentos era la oportunidad de que Ayala le revelara a Alicia lo que sabía de Sofía, así Alicia lo aceptaria ante Julio, y Julio sabría quién era el verdadero asesino de su hermana. Esto haría cerrar a la perfección la trama inicial y principal de Gran Hotel. (aunque nosotros los espectadores sabemos la verdad siempre es satisfactorio ver lograr al protagonista cumplir sus cometidos y verlo satisfecho también, esto faltó de Julio) Espero redondear más este tipo de situaciones en mi FIC. (:

Sylvy, muchas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado y que lo disfrutes de esa forma tan viva como yo al releerlo. Y también estoy de acuerdo que muchas cosas quedaron sin cerrarse y debieron hacerlo para hacer la serie más redonda y cerrar bien las tramas, ciclos y misterios. Debieron tomarse el tiempo, y al menos hacer una temporada corta de unos 3 o 4 capítulos más para cerrar todo con broche de oro. Es una lástima que no lo hayan considerado. Eso intentaré crear con el FIC a ver que tal me queda :D

Me ha encantado DanieloMan! Por favor sigue escribiendo! Cuando lo he leído es como si lo estuviera viendo en la tele, vamos que le he puesto a las voces a los personajes! Enhorabuena, está muy bien escrito(;

Muy bien explicado! Me he imaginado la escena, con la banda sonora de fondo y todo!