Foro Los hombres de Paco
Nueva novela Sara y Lucas. quot;Nos hemos coronadoquot; Un final para ellos
#0
21/04/2013 17:12
Holaa! Bueno, hace tiempo yo escribía una novela de Sara y Lucas en un Fotolog y me fue bastante bien, a mí me encanta escribir y me encantaban Sara y Lucas, hasta que nos metieron el bulo de Sarita poniéndole la cornamenta a Aitor, así que he decidido escribir una nueva novela para poner un final a su historia y hacerle justicia a Lucas porque se rieron de él todo lo que pudieron y un poquillo más. Así que espero que os guste mucho y que me apoyéis. Me va a ayudar con las ideas para la novela una amiga mía que somos las dos unas fanáticas de Sara y Lucas y ale, un besazo para todas.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
#1
21/04/2013 17:13
- Sara… -susurró.
- Por favor, abrázame, Lucas, abrázame muy fuerte, por favor –sollozó.
- Cariño…
Un casto y efímero beso le siguió al abrazo. Sara necesitaba a Lucas, lo necesitaba en ese momento y él estaba allí. Sara se sentía fatal por haber jugado de esa manera con el amor de dos personas, pero sabía que con quien quería pasar el resto de su vida era con Lucas. Sí, de eso estaba segura. Sabía que lo de Aitor había sido un momento de debilidad. Sara cerraba los ojos y solo podía imaginar despertares con Lucas al lado, el sonido de su profunda voz susurrando buenos días, desayunar con olor a pan tostado y besarlo antes de irse al trabajo, apoyarlo en todos sus problemas, consolarlo cuando estuviera triste y dormir con él cada noche y acurrucarse con el calor de su cuerpo. Recordó el sueño de los dos en la cama jugando con un bebé:
- Lucas –susurró Sara.
- Dime.
- Lo siento… -dijo entre sollozos- No debería haberme metido en la ducha contigo –se separó de él.
Sara salió de la ducha y se enroscó en la toalla y Lucas no hizo nada para detenerla. La amaba, joder, la amaba con todas sus fuerzas pero se sentía muy dolido y todavía no era capaz de tener una conversación seria con ella. Sara entró al dormitorio donde su móvil estaba sonando:
- Sí, dime, papá. No, no, estoy bien es solo que bueno… ha sido un día muy duro… Vale, luego iremos. Un beso –colgó.
Justo Lucas salía del baño con una toalla en la cintura y otra sobre los hombros.
- Mi padre ha llamado –dijo Sara- Dice que ya están en el tanatorio… yo le he dicho que iremos más tarde…
- Sí, iremos dentro de un rato… -dijo Lucas y dirigió a una mirada a Sara.
Sara estaba cabizbaja, rebuscando en su maleta la ropa negra que llevó el día de los dos entierros de Lucas Fernández. Lucas la observó cautelosamente con una mirada tierna, entonces se percató de que estaban cayendo lágrimas sobre las manos de Sara.
- Sara, ¿estás bien? –preguntó.
- Sí… es solo… -se limpió la nariz como una niña pequeña- Enseguida se me pasa –y rompió a llorar como una niña pequeña que se cae al suelo, totalmente derrumbada.
- Sara… -se acercó a ella y le agarró la cara entre las manos.
Sara lloraba entre sollozos ahogados y no pudo evitar abrazarse a Lucas de una manera terminal, como si lo necesitara para seguir de pie.
- Shh… -le susurró Lucas- Tranquilízate, ¿vale?
Sara se calmó un poco abrazada a Lucas, cuando esta hubo parado de llorar, se separó de Lucas:
- ¿Ya? –preguntó Lucas- ¿Estás mejor?
Ella asintió como una niña pequeña todavía con la cara húmeda.
- Creo que deberíamos cenar algo antes de ir al tanatorio –dijo Lucas- Voy a preparar algo… ¿Por qué no te echas un rato?
- No, no creo que pueda dormir… Mejor te ayudo con la cena.
- Sara, ha sido un día muy largo… -le agarró la cara entre las manos- Va, túmbate un rato… venga, por favor…
- Vale… -murmuró.
Lucas salió de la habitación y Sara buscó algo para echarse un rato, pero tenía la cabeza en otra parte totalmente y no encontraba nada, de pronto vio la camisa de Lucas, tirada en el suelo, estaba muy sucia pero le dio igual, la cogió y la olió, tenía su olor y no lo dudó un instante, se la puso, abrió la cama y se metió dentro. Lucas mientras en la cocina calentaba algo de caldo para Sara. Él también estaba agotado, le dolía todo el cuerpo, tenía varios
- Por favor, abrázame, Lucas, abrázame muy fuerte, por favor –sollozó.
- Cariño…
Un casto y efímero beso le siguió al abrazo. Sara necesitaba a Lucas, lo necesitaba en ese momento y él estaba allí. Sara se sentía fatal por haber jugado de esa manera con el amor de dos personas, pero sabía que con quien quería pasar el resto de su vida era con Lucas. Sí, de eso estaba segura. Sabía que lo de Aitor había sido un momento de debilidad. Sara cerraba los ojos y solo podía imaginar despertares con Lucas al lado, el sonido de su profunda voz susurrando buenos días, desayunar con olor a pan tostado y besarlo antes de irse al trabajo, apoyarlo en todos sus problemas, consolarlo cuando estuviera triste y dormir con él cada noche y acurrucarse con el calor de su cuerpo. Recordó el sueño de los dos en la cama jugando con un bebé:
- Lucas –susurró Sara.
- Dime.
- Lo siento… -dijo entre sollozos- No debería haberme metido en la ducha contigo –se separó de él.
Sara salió de la ducha y se enroscó en la toalla y Lucas no hizo nada para detenerla. La amaba, joder, la amaba con todas sus fuerzas pero se sentía muy dolido y todavía no era capaz de tener una conversación seria con ella. Sara entró al dormitorio donde su móvil estaba sonando:
- Sí, dime, papá. No, no, estoy bien es solo que bueno… ha sido un día muy duro… Vale, luego iremos. Un beso –colgó.
Justo Lucas salía del baño con una toalla en la cintura y otra sobre los hombros.
- Mi padre ha llamado –dijo Sara- Dice que ya están en el tanatorio… yo le he dicho que iremos más tarde…
- Sí, iremos dentro de un rato… -dijo Lucas y dirigió a una mirada a Sara.
Sara estaba cabizbaja, rebuscando en su maleta la ropa negra que llevó el día de los dos entierros de Lucas Fernández. Lucas la observó cautelosamente con una mirada tierna, entonces se percató de que estaban cayendo lágrimas sobre las manos de Sara.
- Sara, ¿estás bien? –preguntó.
- Sí… es solo… -se limpió la nariz como una niña pequeña- Enseguida se me pasa –y rompió a llorar como una niña pequeña que se cae al suelo, totalmente derrumbada.
- Sara… -se acercó a ella y le agarró la cara entre las manos.
Sara lloraba entre sollozos ahogados y no pudo evitar abrazarse a Lucas de una manera terminal, como si lo necesitara para seguir de pie.
- Shh… -le susurró Lucas- Tranquilízate, ¿vale?
Sara se calmó un poco abrazada a Lucas, cuando esta hubo parado de llorar, se separó de Lucas:
- ¿Ya? –preguntó Lucas- ¿Estás mejor?
Ella asintió como una niña pequeña todavía con la cara húmeda.
- Creo que deberíamos cenar algo antes de ir al tanatorio –dijo Lucas- Voy a preparar algo… ¿Por qué no te echas un rato?
- No, no creo que pueda dormir… Mejor te ayudo con la cena.
- Sara, ha sido un día muy largo… -le agarró la cara entre las manos- Va, túmbate un rato… venga, por favor…
- Vale… -murmuró.
Lucas salió de la habitación y Sara buscó algo para echarse un rato, pero tenía la cabeza en otra parte totalmente y no encontraba nada, de pronto vio la camisa de Lucas, tirada en el suelo, estaba muy sucia pero le dio igual, la cogió y la olió, tenía su olor y no lo dudó un instante, se la puso, abrió la cama y se metió dentro. Lucas mientras en la cocina calentaba algo de caldo para Sara. Él también estaba agotado, le dolía todo el cuerpo, tenía varios
#2
21/04/2013 17:21
moretones y la herida de bala le estaba matando. Lucas terminó de calentar el caldo y lo llevó a la habitación en una bandeja junto con un poco de agua y un calmante. Cuando entró se la encontró acurrucada en una rincón de la cama completamente vencida por el sueño. Lucas se acercó a ella dejando la bandeja encima de una cómoda:
- Sara –susurró y le acarició suavemente la cara para despertarla.
Sara abrió los ojos sobresaltada:
- Shh, tranquila, solo soy yo… Te he traído un poco de caldo…
- Gracias… no sé si me entrará nada…
- Venga, llevas casi todo el día sin comer.
Sara se bebió el caldo y se tomó el calmante, Lucas estaba sentado a su lado:
- Sara, ¿qué haces con esa camisa?
- Es que… no encontraba nada para dormir y la vi… ¿Te molesta?
- No… es simplemente que está asquerosa…
- Es que olía a ti…
- No te preocupes… Bueno, voy a llevar de esto de vuelta a la cocina…
- ¿Tú no vas a dormir? –preguntó Sara y al momento se arrepintió.
Sara quería notarlo a su lado en la cama, como antes, pero le daba miedo que Lucas le reprochara algo, aunque estaba en todo su derecho de hacerlo.
- No sé… a lo mejor ahora después me echo un rato en el sofá o algo…
Lucas se disponía a salir de la habitación cuando hizo un gesto de dolor y tuvo que soltar la bandeja en la cómoda de nuevo:
- Lucas, ¿qué te pasa?
- Nada… es la herida…
Sara se levantó asustada y se dio cuenta de que el pantalón gris que Lucas llevaba a modo de pijama estaba manchado de sangre.
- Joder, Lucas, tienes sangre.
- ¿Qué?
- A lo mejor se te ha abierto la herida, túmbate y me dejas verla, va.
- Sara, no te preocupes…
- Lucas, túmbate, por favor, y dime dónde hay un botiquín…
- En el armario del baño…
Lucas se tumbó en la cama haciendo un gesto de dolor mientras que Sara iba a buscar el botiquín al baño. Lucas se bajó el pantalón a la altura de la rodilla para que Sara pudiera ver la herida. Sara se sentó junto a Lucas y sacó alcohol y un poco de algodón.
- Sara –susurró y le acarició suavemente la cara para despertarla.
Sara abrió los ojos sobresaltada:
- Shh, tranquila, solo soy yo… Te he traído un poco de caldo…
- Gracias… no sé si me entrará nada…
- Venga, llevas casi todo el día sin comer.
Sara se bebió el caldo y se tomó el calmante, Lucas estaba sentado a su lado:
- Sara, ¿qué haces con esa camisa?
- Es que… no encontraba nada para dormir y la vi… ¿Te molesta?
- No… es simplemente que está asquerosa…
- Es que olía a ti…
- No te preocupes… Bueno, voy a llevar de esto de vuelta a la cocina…
- ¿Tú no vas a dormir? –preguntó Sara y al momento se arrepintió.
Sara quería notarlo a su lado en la cama, como antes, pero le daba miedo que Lucas le reprochara algo, aunque estaba en todo su derecho de hacerlo.
- No sé… a lo mejor ahora después me echo un rato en el sofá o algo…
Lucas se disponía a salir de la habitación cuando hizo un gesto de dolor y tuvo que soltar la bandeja en la cómoda de nuevo:
- Lucas, ¿qué te pasa?
- Nada… es la herida…
Sara se levantó asustada y se dio cuenta de que el pantalón gris que Lucas llevaba a modo de pijama estaba manchado de sangre.
- Joder, Lucas, tienes sangre.
- ¿Qué?
- A lo mejor se te ha abierto la herida, túmbate y me dejas verla, va.
- Sara, no te preocupes…
- Lucas, túmbate, por favor, y dime dónde hay un botiquín…
- En el armario del baño…
Lucas se tumbó en la cama haciendo un gesto de dolor mientras que Sara iba a buscar el botiquín al baño. Lucas se bajó el pantalón a la altura de la rodilla para que Sara pudiera ver la herida. Sara se sentó junto a Lucas y sacó alcohol y un poco de algodón.
#3
21/04/2013 17:27
- No se ha abierto, pero parece que vuelve a sangrar… será mejor desinfectarla- dijo y embadurnó el algodón de alcohol y lo puso sobre la herida de Lucas.
- ¡Ah, joder! –gritó.
- ¿Te escuece? –preguntó Sara con preocupación.
- No… -dijo haciéndose el duro.
- Bueno, esto ya está… -dijo Sara- Será mejor que nos vistamos para ir al tanatorio…
- Sí, tienes razón…
Sara rebuscó de nuevo en la maleta y encontró la ropa negra que antes estaba buscando. Lucas abrió el armario y sacó un traje negro con una camisa blanca y corbata negra también. Ambos se vistieron y salieron de casa en dirección al tanatorio. Llegados al tanatorio vieron gran revuelo. En la puerta estaban Mariano, Rita, Curtis y Aitor. Cuando se bajaron del coche Sara agarró a Lucas fuertemente de la mano.
- No me dejes caer, por favor.
Lucas agarró la mano de Sara con fuerza como respuesta a su anhelo y se acercaron a la puerta. Lucas se quedó en la puerta con Mariano y Curtis y Sara entró:
- ¿Estás segura? –preguntó Lucas.
- Sí…
Sara entró, en el centro de la habitación estaban los cuatro ataúdes que contenían los cuatro cuerpos. Don Lorenzo estaba al lado del de Silvia, esta había sido vestida con un vestido de novia, blanco, completamente nuevo a petición de Pepa, decisión que Don Lorenzo respetó. Sara no se dio cuenta de que junto a Don Lorenzo había alguien sentado. Solo cuando Don Lorenzo se levantó un momento, Sara se fijó:
- Mamá –la llamó.
- Sara, hija mía –se levantó con una mezcla de alegría y tristeza en su cara y se abrazó fuertemente a ella- ¿Cómo estás, cariño?
- Bien… -respondió Sara con apenas un hilo de voz.
- ¿Seguro? Tienes mala cara, ¿te apetece que vayamos a tomar el aire?
- No, mamá, estoy bien.
Ambas se acercaron juntas a donde estaban los ataúdes y entonces Sara se mareó:
- Sara –la llamó su madre.
- Eh, ¿estás bien? –notó la mano de Lucas en su brazo.
Lucas la arrancó de la mano de Lola, pero esta no opuso resistencia. Lucas la atrajo hacia su cuerpo:
- ¡Ah, joder! –gritó.
- ¿Te escuece? –preguntó Sara con preocupación.
- No… -dijo haciéndose el duro.
- Bueno, esto ya está… -dijo Sara- Será mejor que nos vistamos para ir al tanatorio…
- Sí, tienes razón…
Sara rebuscó de nuevo en la maleta y encontró la ropa negra que antes estaba buscando. Lucas abrió el armario y sacó un traje negro con una camisa blanca y corbata negra también. Ambos se vistieron y salieron de casa en dirección al tanatorio. Llegados al tanatorio vieron gran revuelo. En la puerta estaban Mariano, Rita, Curtis y Aitor. Cuando se bajaron del coche Sara agarró a Lucas fuertemente de la mano.
- No me dejes caer, por favor.
Lucas agarró la mano de Sara con fuerza como respuesta a su anhelo y se acercaron a la puerta. Lucas se quedó en la puerta con Mariano y Curtis y Sara entró:
- ¿Estás segura? –preguntó Lucas.
- Sí…
Sara entró, en el centro de la habitación estaban los cuatro ataúdes que contenían los cuatro cuerpos. Don Lorenzo estaba al lado del de Silvia, esta había sido vestida con un vestido de novia, blanco, completamente nuevo a petición de Pepa, decisión que Don Lorenzo respetó. Sara no se dio cuenta de que junto a Don Lorenzo había alguien sentado. Solo cuando Don Lorenzo se levantó un momento, Sara se fijó:
- Mamá –la llamó.
- Sara, hija mía –se levantó con una mezcla de alegría y tristeza en su cara y se abrazó fuertemente a ella- ¿Cómo estás, cariño?
- Bien… -respondió Sara con apenas un hilo de voz.
- ¿Seguro? Tienes mala cara, ¿te apetece que vayamos a tomar el aire?
- No, mamá, estoy bien.
Ambas se acercaron juntas a donde estaban los ataúdes y entonces Sara se mareó:
- Sara –la llamó su madre.
- Eh, ¿estás bien? –notó la mano de Lucas en su brazo.
Lucas la arrancó de la mano de Lola, pero esta no opuso resistencia. Lucas la atrajo hacia su cuerpo:
#4
21/04/2013 17:40
- ¿Estás bien? –le volvió a repetir Lucas.
- No… -murmuró Sara- El ambiente está muy cargado aquí…
- Ven, vamos a tomar el aire.
Lola los vio alejarse y una sonrisa se dibujó en su cara. Paco ya le había contado todo lo que había pasado, pero Lola sabía que no había nadie en este mundo que amara más a Sara que Lucas. Sonrió porque sabía que iban a estar juntos para siempre.Sara y Lucas salieron fuera y se alejaron del tanatorio un poco, se fueron al aparcamiento.
- ¿Estás mejor? –preguntó Lucas.
- Un poco –dijo todavía mareada.
Lucas se apoyó en el coche con la espalda y Sara se abrazó a él, apoyando la cabeza en su pecho.
- Tengo frío –murmuró.
Lucas no dudó en quitarse la chaqueta y echársela por encima de los hombros a Sara.
- Ojalá este momento nunca terminara… -susurró Sara.
- Sara… deberías echarte un rato, aunque sea en el coche...
- No, Lucas, estoy bien…
- Sara, no seas cabezota... Escúchame –la separó de su pecho- Te echas un rato, solo un par de horas y yo te llamo después, lo prometo, en dos horas te despierto, pero, por favor, hazme caso. No puedes estar así, sino mañana no tendrás fuerzas para nada.
Sara se tumbó en los asientos traseros del coche, arropada con la chaqueta de Lucas. Después de haberse aseguro que Sara estaba dormida, Lucas volvió al tanatorio. Paco estaba en la puerta:
- ¿Cómo está Sara? –preguntó.
- He conseguido convencerla de que duerma un poco.
- Lucas… yo… sé que no es ni el momento ni el lugar… pero quería explicarte…
- Mira, Paco, no tenéis que explicarme nada… No, porque no vais a poder quitarme la sensación de ser el cornudo marido hijo de puta que deja tirada a su mujer y encima tiene la culpa de que le pongan los cuernos.
- No, Lucas, tú no eres eso… Y lo sabes.
- Sí, yo lo sé, pero, ¿quién más lo sabe? ¿Lo sabe Rita o Curtis? No, Paco, no… ¿sabes por qué? Porque Aitor se ha encargado de ir contando que soy un hijo de puta que dejó tirada a Sara, esa es la sensación que he dado, cuando nadie sabe de la misa la media, Paco.
- Lucas… yo… lo siento… quizás debía haber aclarado las cosas…
- No hay nada que aclarar, Paco, el daño ya está hecho…
- ¡Pero tú quieres a Sara!
- Sí, Paco, yo la quiero, pero eso no cambia nada… no cambia nada…
- Lucas, ella te quiere –se oyó la voz de Lola- Te puedo asegurar, que Sara jamás ha sentido por Aitor, ni la mitad de lo que siente por ti.
- Deberíais hablar… -dijo Paco e hizo un gesto para que Lucas mirara a su espalda.
Lucas se giró y allí estaba ella, toda de negro, pálida y con los ojos rojos de tanto llorar. Paco y Lola se fueron.
- Lucas, yo… Lo siento tanto… he jugado con el amor de dos personas…
- Sara, yo solo quiero saber una cosa… Si te dejé tirada, si te tenía desatendida, ¿por qué coño no me lo dijiste?
- Lucas, tú no me dejaste tirada ni desatendida… Es que simplemente estabas lejos, porque yo te lo pedí, lo reconozco en todo momento… y Aitor estaba cerca… A ti no te podía ver todos los días… y a él sí… y se fue acercando poco a poco… -y rompió a llorar.
- Shh, shh –la abrazó- Ya está, mi amor, ya está. Ya ha pasado todo, ¿eh? Ahora estoy aquí, ¿vale, cariño? Y no te voy a dejar sola nunca más, te voy a cuidar el resto de mi vida… Te juro que voy a intentar hacerte feliz cada minuto, cada segundo de nuestras vidas.
- No… -murmuró Sara- El ambiente está muy cargado aquí…
- Ven, vamos a tomar el aire.
Lola los vio alejarse y una sonrisa se dibujó en su cara. Paco ya le había contado todo lo que había pasado, pero Lola sabía que no había nadie en este mundo que amara más a Sara que Lucas. Sonrió porque sabía que iban a estar juntos para siempre.Sara y Lucas salieron fuera y se alejaron del tanatorio un poco, se fueron al aparcamiento.
- ¿Estás mejor? –preguntó Lucas.
- Un poco –dijo todavía mareada.
Lucas se apoyó en el coche con la espalda y Sara se abrazó a él, apoyando la cabeza en su pecho.
- Tengo frío –murmuró.
Lucas no dudó en quitarse la chaqueta y echársela por encima de los hombros a Sara.
- Ojalá este momento nunca terminara… -susurró Sara.
- Sara… deberías echarte un rato, aunque sea en el coche...
- No, Lucas, estoy bien…
- Sara, no seas cabezota... Escúchame –la separó de su pecho- Te echas un rato, solo un par de horas y yo te llamo después, lo prometo, en dos horas te despierto, pero, por favor, hazme caso. No puedes estar así, sino mañana no tendrás fuerzas para nada.
Sara se tumbó en los asientos traseros del coche, arropada con la chaqueta de Lucas. Después de haberse aseguro que Sara estaba dormida, Lucas volvió al tanatorio. Paco estaba en la puerta:
- ¿Cómo está Sara? –preguntó.
- He conseguido convencerla de que duerma un poco.
- Lucas… yo… sé que no es ni el momento ni el lugar… pero quería explicarte…
- Mira, Paco, no tenéis que explicarme nada… No, porque no vais a poder quitarme la sensación de ser el cornudo marido hijo de puta que deja tirada a su mujer y encima tiene la culpa de que le pongan los cuernos.
- No, Lucas, tú no eres eso… Y lo sabes.
- Sí, yo lo sé, pero, ¿quién más lo sabe? ¿Lo sabe Rita o Curtis? No, Paco, no… ¿sabes por qué? Porque Aitor se ha encargado de ir contando que soy un hijo de puta que dejó tirada a Sara, esa es la sensación que he dado, cuando nadie sabe de la misa la media, Paco.
- Lucas… yo… lo siento… quizás debía haber aclarado las cosas…
- No hay nada que aclarar, Paco, el daño ya está hecho…
- ¡Pero tú quieres a Sara!
- Sí, Paco, yo la quiero, pero eso no cambia nada… no cambia nada…
- Lucas, ella te quiere –se oyó la voz de Lola- Te puedo asegurar, que Sara jamás ha sentido por Aitor, ni la mitad de lo que siente por ti.
- Deberíais hablar… -dijo Paco e hizo un gesto para que Lucas mirara a su espalda.
Lucas se giró y allí estaba ella, toda de negro, pálida y con los ojos rojos de tanto llorar. Paco y Lola se fueron.
- Lucas, yo… Lo siento tanto… he jugado con el amor de dos personas…
- Sara, yo solo quiero saber una cosa… Si te dejé tirada, si te tenía desatendida, ¿por qué coño no me lo dijiste?
- Lucas, tú no me dejaste tirada ni desatendida… Es que simplemente estabas lejos, porque yo te lo pedí, lo reconozco en todo momento… y Aitor estaba cerca… A ti no te podía ver todos los días… y a él sí… y se fue acercando poco a poco… -y rompió a llorar.
- Shh, shh –la abrazó- Ya está, mi amor, ya está. Ya ha pasado todo, ¿eh? Ahora estoy aquí, ¿vale, cariño? Y no te voy a dejar sola nunca más, te voy a cuidar el resto de mi vida… Te juro que voy a intentar hacerte feliz cada minuto, cada segundo de nuestras vidas.
#5
21/04/2013 17:43
Si veo que la gente la lee y le gusta seguiré subiendo. Un besazo a todos.
#6
21/04/2013 20:24
Lanena.... 
muchas gracias por la historia Sara y Lucas!
es fantastico, me gusta mucho, tan me alegro, como continuas Sara y Lucas su historia....
muchas gracias por la historia Sara y Lucas! es fantastico, me gusta mucho, tan me alegro, como continuas Sara y Lucas su historia....
#7
22/04/2013 14:52
Acabo de terminar de leer el primer capítulo y quiero felicitar a su autora, es el final que me hubiera gustado ver en la serie original.
#8
22/04/2013 17:19
Hola!!
Muy buen relato!! Sigue subiendo más capítulos por favor!!
Hasta me emocioné en un momento, es que ellos dos me pueden...
Me encantó!! Gracias!!
Besos!!
Muy buen relato!! Sigue subiendo más capítulos por favor!!
Hasta me emocioné en un momento, es que ellos dos me pueden...
Me encantó!! Gracias!!
Besos!!
#9
22/04/2013 19:27
Está genial! ojalá hubiesen estado en la última temporada y fuese esto todo lo que pasara y no las cosas deprisa y corriendo como las hicieron.
#10
22/04/2013 19:53
Hola chicas, muchas gracias por vuestras palabras. La verdad que no sabéis la rabia que me dio que se rieran de Lucas de aquella forma, primero con unos cuernos más grandes que los del padre de Bambi y segundo con aquel mierda de último capítulo con Sara embarazada y que nadie preguntara por Lucas a excepción de Aitor y bueno, por supuesto, no digamos ya ese momento de Sara diciéndole a Aitor: "donde tenía que estar era con Lucas" que lo decía como con pena y resignación... Y ya el remate del tomate, Sara pariendo de la manita de Aitor, eso ya es que me revienta,vamos y no sigo porque me vengo arriba y no paro. Solo deciros que voy a intentar hacerle justicia a Lucas, que es un personaje muy noble, que es el mejor y que no se merecía el final que tuvo. Un besazo a todas.
#11
23/04/2013 23:21
- ¿De verdad? –sollozó- ¿Me prometes que no te vas a ir nunca más? Y si te vas, me llevarás contigo…
- Te lo prometo, mi amor, estaremos juntos siempre, en cualquier lugar… Los dos para siempre…
Entonces sus labios se fundieron en un tierno beso, un beso que les devolvió a ambos la vida, se transmitieron el amor que sentían el uno por el otro:
- Y ahora explícame por qué te has levantado.
- Es que me dio frío…
- Am… y si me voy yo a echarme un rato contigo, ¿te da frío?
- No, entonces no… -sonrió pícara.
Lucas la cogió en brazos, envuelta en su chaqueta y la llevó de vuelta al coche. Él se sentó en uno de los asientos traseros y dejó que ella apoyase la cabeza en su pecho y estirase las piernas en el resto. Sara apoyó la cabeza en el pecho de Lucas y se quedó dormida. Un par de horas después se despertó, ahora estaba en el regazo de Lucas y al abrir los ojos lo primero que vio fue su cara y sus ojos llenos de lágrimas.
- Lucas… -se incorporó y puso la mano en su mejilla- ¿Qué te pasa?
- He estado pensando en todo lo que ha pasado estos meses que he estado fuera…
- Lucas… -bajó la cabeza.
- Sara, tienes que ayudarme a superar todo lo que ha pasado… Sino yo… me volveré loco…
- Lucas… no te preocupes… yo voy a estar contigo y te voy a ayudar y vamos a salir de esta juntos, como siempre.
- Sí… -susurró Lucas.
Entonces Sara se acercó a los labios de Lucas y se besaron, se besaron para sentir el aire del otro, como si se necesitaran para seguir respirando.
- Te lo prometo, mi amor, estaremos juntos siempre, en cualquier lugar… Los dos para siempre…
Entonces sus labios se fundieron en un tierno beso, un beso que les devolvió a ambos la vida, se transmitieron el amor que sentían el uno por el otro:
- Y ahora explícame por qué te has levantado.
- Es que me dio frío…
- Am… y si me voy yo a echarme un rato contigo, ¿te da frío?
- No, entonces no… -sonrió pícara.
Lucas la cogió en brazos, envuelta en su chaqueta y la llevó de vuelta al coche. Él se sentó en uno de los asientos traseros y dejó que ella apoyase la cabeza en su pecho y estirase las piernas en el resto. Sara apoyó la cabeza en el pecho de Lucas y se quedó dormida. Un par de horas después se despertó, ahora estaba en el regazo de Lucas y al abrir los ojos lo primero que vio fue su cara y sus ojos llenos de lágrimas.
- Lucas… -se incorporó y puso la mano en su mejilla- ¿Qué te pasa?
- He estado pensando en todo lo que ha pasado estos meses que he estado fuera…
- Lucas… -bajó la cabeza.
- Sara, tienes que ayudarme a superar todo lo que ha pasado… Sino yo… me volveré loco…
- Lucas… no te preocupes… yo voy a estar contigo y te voy a ayudar y vamos a salir de esta juntos, como siempre.
- Sí… -susurró Lucas.
Entonces Sara se acercó a los labios de Lucas y se besaron, se besaron para sentir el aire del otro, como si se necesitaran para seguir respirando.
#12
23/04/2013 23:31
El sol comenzaba a salir, eran las siete de la mañana y Lucas y Sara salieron del coche. Paco estaba en la puerta del tanatorio.
- El entierro será dentro de dos horas… -dijo- A las nueve. Vamos a ir a desayunar por turnos.
Sara acompañó a su madre, a su tía Pepa y a Don Lorenzo a desayunar mientras los otros se quedaban en el tanatorio. Justo cuando ellos se fueron, Salgado llegó al tanatorio. Había pasado la noche intentando averiguar el paradero del Gordo y su mafia sin éxito.
- ¡Paco! –gritó nada más llegar a la puerta del tanatorio y se abrazó a él, ambos rompieron a llorar- Lo siento, siento no haber estado contigo esta noche… la he pasado en el CNI intentando averiguar algo del Gordo.
Lucas abrió mucho los ojos al ver como Salgado y Paco se besaban, mientras que Mariano solo podía bajar la mirada.
- Pero bueno, ¿qué coño está pasando aquí? –le preguntó Lucas a Mariano.
- Es evidente, Lucas, estos dos están liados.
- Vamos, lo que me faltaba, me voy seis meses y vuelvo con cornamenta y con una suegrastra comandante del CNI. La leche.
- Todo esto es por mí, solo están intentando hacerme daño.
Lucas puso cara de extrañado y llevó a Mariano con él al parking.
- Mariano, no creo que Paco esté con Marina por hacerte daño a ti.
- Que sí, Lucas, todo esto es una venganza por lo que le hice.
- No, Mariano, no. Quizás Salgado sí, pero Paco no es así.
- ¿Y tú qué sabes, Lucas? ¡Paco te ha escondido lo de Sara!
- Igual que tú. –dijo acusador.
- El entierro será dentro de dos horas… -dijo- A las nueve. Vamos a ir a desayunar por turnos.
Sara acompañó a su madre, a su tía Pepa y a Don Lorenzo a desayunar mientras los otros se quedaban en el tanatorio. Justo cuando ellos se fueron, Salgado llegó al tanatorio. Había pasado la noche intentando averiguar el paradero del Gordo y su mafia sin éxito.
- ¡Paco! –gritó nada más llegar a la puerta del tanatorio y se abrazó a él, ambos rompieron a llorar- Lo siento, siento no haber estado contigo esta noche… la he pasado en el CNI intentando averiguar algo del Gordo.
Lucas abrió mucho los ojos al ver como Salgado y Paco se besaban, mientras que Mariano solo podía bajar la mirada.
- Pero bueno, ¿qué coño está pasando aquí? –le preguntó Lucas a Mariano.
- Es evidente, Lucas, estos dos están liados.
- Vamos, lo que me faltaba, me voy seis meses y vuelvo con cornamenta y con una suegrastra comandante del CNI. La leche.
- Todo esto es por mí, solo están intentando hacerme daño.
Lucas puso cara de extrañado y llevó a Mariano con él al parking.
- Mariano, no creo que Paco esté con Marina por hacerte daño a ti.
- Que sí, Lucas, todo esto es una venganza por lo que le hice.
- No, Mariano, no. Quizás Salgado sí, pero Paco no es así.
- ¿Y tú qué sabes, Lucas? ¡Paco te ha escondido lo de Sara!
- Igual que tú. –dijo acusador.
#13
23/04/2013 23:36
Mariano bajó la mirada avergonzado.
- Yo… Lucas… yo… intenté decírtelo… pero…
- Pero nada, Mariano. ¡Paco y tú no os diferenciáis en nada! Así que no creo que tengas derecho a acusar a Paco de estar con Salgado por hacerte daño a ti. Además que no, no tiene sentido.
Mientras, en la cafetería, Lola y Sara estaban sentadas en una mesa aparte para poder hablar tranquilamente.
- Sara, ¿qué tal con Lucas?
- No sé, mamá, es todo muy raro… Él a ratos parece muy cariñoso y a ratos muy frío y distante… y tengo miedo.
- Hija mía… De verdad no sé cómo ha podido pasar esto, se te veía tan enamorada de él.
- ¡Y lo estoy! –gritó con lágrimas en los ojos.
- Sí, hija, sí… no lo dudo, pero…
- Mamá yo lo quiero… y lo de Aitor ha sido… no sé…un momento de debilidad… echaba de menos a Lucas… y… Aitor estaba tan cerca.
- Sí, hija, te entiendo… Yo con Mariano hace años… ya sabes… Tu padre estaba muy ocupado y Mariano estaba tan cerca…
- Pero papá lo olvidó y Lucas no es como papá. Él es capaz de amar con todas sus fuerzas, pero también de odiar con la misma intensidad.
- Lucas sería incapaz de odiarte nunca, Sara… pero tienes que estar con él y apoyarlo en todo momento.
- Yo solo quiero volver a estar con él como antes… pero creo que él no va a poder…
- No digas eso, Sara, tenéis que intentarlo. Tenéis que volver a apostar por vuestro amor… Yo estoy segura de que saldréis adelante…
- No sé, mamá…
Dos horas después todos estaban en el cementerio, el cura estaba diciendo sus últimas palabras antes de que los ataúdes fueran enterrados. Todos intentaban buscar apoyo en alguien. Paco abrazaba a Pepa mientras agarraba con fuerza la mano de Marina; Curtis, Rita, Povedilla y Aitor se apoyaban entre ellos; Lola y su padre se mantenían fuertemente abrazados y Sara mantenía fuertemente agarrada la mano de Lucas.
- Hermanos Silvia Castro, Nelson Amadú, Enrique Gallardo y Gonzalo Montoya, descansen en paz.
Entonces los enterradores empezaron a arrojar tierra sobre los ataúdes. Ese fue el momento más duro para todos. Sara no pudo evitarlo y rompió a llorar como una niña pequeña. Lucas la estrechó fuertemente contra su pecho y ella agarró la camisa de Lucas con rabia por todo lo que estaba pasando.
- Yo… Lucas… yo… intenté decírtelo… pero…
- Pero nada, Mariano. ¡Paco y tú no os diferenciáis en nada! Así que no creo que tengas derecho a acusar a Paco de estar con Salgado por hacerte daño a ti. Además que no, no tiene sentido.
Mientras, en la cafetería, Lola y Sara estaban sentadas en una mesa aparte para poder hablar tranquilamente.
- Sara, ¿qué tal con Lucas?
- No sé, mamá, es todo muy raro… Él a ratos parece muy cariñoso y a ratos muy frío y distante… y tengo miedo.
- Hija mía… De verdad no sé cómo ha podido pasar esto, se te veía tan enamorada de él.
- ¡Y lo estoy! –gritó con lágrimas en los ojos.
- Sí, hija, sí… no lo dudo, pero…
- Mamá yo lo quiero… y lo de Aitor ha sido… no sé…un momento de debilidad… echaba de menos a Lucas… y… Aitor estaba tan cerca.
- Sí, hija, te entiendo… Yo con Mariano hace años… ya sabes… Tu padre estaba muy ocupado y Mariano estaba tan cerca…
- Pero papá lo olvidó y Lucas no es como papá. Él es capaz de amar con todas sus fuerzas, pero también de odiar con la misma intensidad.
- Lucas sería incapaz de odiarte nunca, Sara… pero tienes que estar con él y apoyarlo en todo momento.
- Yo solo quiero volver a estar con él como antes… pero creo que él no va a poder…
- No digas eso, Sara, tenéis que intentarlo. Tenéis que volver a apostar por vuestro amor… Yo estoy segura de que saldréis adelante…
- No sé, mamá…
Dos horas después todos estaban en el cementerio, el cura estaba diciendo sus últimas palabras antes de que los ataúdes fueran enterrados. Todos intentaban buscar apoyo en alguien. Paco abrazaba a Pepa mientras agarraba con fuerza la mano de Marina; Curtis, Rita, Povedilla y Aitor se apoyaban entre ellos; Lola y su padre se mantenían fuertemente abrazados y Sara mantenía fuertemente agarrada la mano de Lucas.
- Hermanos Silvia Castro, Nelson Amadú, Enrique Gallardo y Gonzalo Montoya, descansen en paz.
Entonces los enterradores empezaron a arrojar tierra sobre los ataúdes. Ese fue el momento más duro para todos. Sara no pudo evitarlo y rompió a llorar como una niña pequeña. Lucas la estrechó fuertemente contra su pecho y ella agarró la camisa de Lucas con rabia por todo lo que estaba pasando.
#14
24/04/2013 16:07
Es que me encanta la novela tia =P ... Lucas se merece un final y no como lo acabaron y lo de el parto de la mano de Aitor.. 
pff! Yo me estaba muriendo de la rabia por que ese lugar es de Lucas y no de Aitor
Un besazooo wapaaa tQ!!
DILUVIO UNIVERSAL SIEMPRE..!!*
pff! Yo me estaba muriendo de la rabia por que ese lugar es de Lucas y no de AitorUn besazooo wapaaa tQ!!
DILUVIO UNIVERSAL SIEMPRE..!!*
#15
24/04/2013 22:52
Lanena me gusta mucho....
#16
25/04/2013 06:04
Gracias por seguir escribiendo!!
Disfruto mucho la historia!!
Disfruto mucho la historia!!
#17
25/04/2013 18:54
Unos minutos más tarde todos estaban en la puerta del cementerio.
- Sara… ¿te importa que me quede un par de días en tu casa hasta que vuelva a Barcelona? –le dijo Lola a Sara.
Sara miró a Lucas porque sentía que no era ella quien tenía que tomar aquella decisión. Lucas hizo un gesto de indiferencia y Sara contestó:
- Claro, mamá.
Lola, Lucas y Sara llegaron a casa. Lucas fue a darse una ducha mientras Sara y Lola hablaban un poco:
- Es una casa preciosa –dijo Lola.
- Sí… -dijo Sara con desánimo.
- Espero no molestaros estos días… pero es que sentía que irme con tu abuelo a casa de tu padre no era lo más adecuado… Sería un poco raro con Marina allí… y además no tenían sitio para mí.
- No te preocupes, mamá, aquí hay sitio suficiente. Así me sentiré más apoyada.
Después de un largo día y una cena sin apenas palabras, todos se fueron a la cama. Sara se acostó en una punta de la cama, tenía miedo de abrazar a Lucas; y Lucas también se puso en la punta opuesta, ambos se daban la espalda. Sara en su rincón pensaba en todo lo ocurrido, cerró los ojos y recordó todo lo que había pasado desde la última noche que pasó con Lucas en Carolina. Recordó su despedida en el aeropuerto y lo que lloró porque no quería separarse de él, recordó como Aitor se iba acercando y las noches que pasó echando de menos a Lucas y ahora lo tenía al lado y no era capaz de acercarse a abrazarlo. Lucas cerró los ojos, recordó la despedida en el aeropuerto de Carolina, recordó las lágrimas de Sara, recordó el beso de bienvenida y de nuevo, las palabras de Aitor resonaban en su conciencia. Otra vez esas palabras lo estaban volviendo loco. Tenía que hacer algo, sentía que tenía la necesidad de hacer feliz a Sara, pero por otra parte su cuerpo la rechazaba. Tantas noches la echó de menos en Carolina, tantas noches que sintió la necesidad de tenerla en sus brazos y ella… ella estaba con otro y eso le hacía arder de rabia. Se giró en la cama para verla de espaldas. Su pelo rubio estaba sobre la cama y su olor era muy tentador, ese olor le traía tantos recuerdos. La vio allí, como una niña pequeña: “En el fondo no es más que eso, una niña…” y no pudo evitar sonreír. Lucas se dio cuenta de que si quería superar lo que había pasado, debía hacer como que no había pasado y decidió deslizar la mano por la cintura de Sara y apoyarse en ella en momentos tan duros como aquellos. Ella no se esperaba aquel gesto por parte de Lucas, pero lo agradeció poniendo su mano sobre la de Lucas. Dos días más tarde Lola se fue y Sara y Lucas se quedaron solos. En la comisaría habían decretado dos semanas de luto y no había que ir a trabajar en ese tiempo. Sara y Lucas aprovecharon ese tiempo para volver a intentar acercarse el uno al otro.
- Sara… ¿te importa que me quede un par de días en tu casa hasta que vuelva a Barcelona? –le dijo Lola a Sara.
Sara miró a Lucas porque sentía que no era ella quien tenía que tomar aquella decisión. Lucas hizo un gesto de indiferencia y Sara contestó:
- Claro, mamá.
Lola, Lucas y Sara llegaron a casa. Lucas fue a darse una ducha mientras Sara y Lola hablaban un poco:
- Es una casa preciosa –dijo Lola.
- Sí… -dijo Sara con desánimo.
- Espero no molestaros estos días… pero es que sentía que irme con tu abuelo a casa de tu padre no era lo más adecuado… Sería un poco raro con Marina allí… y además no tenían sitio para mí.
- No te preocupes, mamá, aquí hay sitio suficiente. Así me sentiré más apoyada.
Después de un largo día y una cena sin apenas palabras, todos se fueron a la cama. Sara se acostó en una punta de la cama, tenía miedo de abrazar a Lucas; y Lucas también se puso en la punta opuesta, ambos se daban la espalda. Sara en su rincón pensaba en todo lo ocurrido, cerró los ojos y recordó todo lo que había pasado desde la última noche que pasó con Lucas en Carolina. Recordó su despedida en el aeropuerto y lo que lloró porque no quería separarse de él, recordó como Aitor se iba acercando y las noches que pasó echando de menos a Lucas y ahora lo tenía al lado y no era capaz de acercarse a abrazarlo. Lucas cerró los ojos, recordó la despedida en el aeropuerto de Carolina, recordó las lágrimas de Sara, recordó el beso de bienvenida y de nuevo, las palabras de Aitor resonaban en su conciencia. Otra vez esas palabras lo estaban volviendo loco. Tenía que hacer algo, sentía que tenía la necesidad de hacer feliz a Sara, pero por otra parte su cuerpo la rechazaba. Tantas noches la echó de menos en Carolina, tantas noches que sintió la necesidad de tenerla en sus brazos y ella… ella estaba con otro y eso le hacía arder de rabia. Se giró en la cama para verla de espaldas. Su pelo rubio estaba sobre la cama y su olor era muy tentador, ese olor le traía tantos recuerdos. La vio allí, como una niña pequeña: “En el fondo no es más que eso, una niña…” y no pudo evitar sonreír. Lucas se dio cuenta de que si quería superar lo que había pasado, debía hacer como que no había pasado y decidió deslizar la mano por la cintura de Sara y apoyarse en ella en momentos tan duros como aquellos. Ella no se esperaba aquel gesto por parte de Lucas, pero lo agradeció poniendo su mano sobre la de Lucas. Dos días más tarde Lola se fue y Sara y Lucas se quedaron solos. En la comisaría habían decretado dos semanas de luto y no había que ir a trabajar en ese tiempo. Sara y Lucas aprovecharon ese tiempo para volver a intentar acercarse el uno al otro.
#18
25/04/2013 18:56
Al tercer día de estar solos, Sara se levantó por la mañana y se metió en la ducha. “Ahora estoy sola con él” pensó. Llevaban dos días cruzando muy pocas palabra y algún que otro roce. Y los besos del primer día de encuentro habían pasado a un segundo plano. Estaban esquivos y fríos, ninguno se atrevía a dar el paso de acercarse un poco al otro. Mientras Sara disfrutaba del agua caliente en su cuerpo, Lucas se levantó y fue al baño. Sara salió de la ducha y se enroscó en la toalla.
- Buenos días –se atrevió a murmurar.
- Buenos días… ¿Qué tal has dormido?
- Bien, gracias… -contestó Sara.
“La misma rutina de todas las mañanas…” pensó Sara. Sara se vistió y fue a preparar el desayuno a la cocina, Lucas entró unos minutos más tarde.
- Esto… Sara… -dijo Lucas- ¿Te apetece que vayamos esta noche a cenar a algún sitio?
- Em… bueno… no sé… -dijo extrañada por la proposición.
- Bueno… creo recordar que hace unos meses te prometí sacarte a bailar, ¿no?
Sara sonrió y asintió.
- Bueno, pues voy a cumplir mi promesa, así que esta noche ponte guapa.
- Vale… -sonrió.
- Bueno, ¿qué vas a hacer hoy?
- Había pensado en ir a ver a mi padre… pero no tengo ganas de ver a Salgado…
- Anda, que vaya joyita se ha buscado tu padre.
- ¿Y tú qué vas a hacer?
- Pues mira no tenía planes… pero resulta que… te he visto esta mañana en la ducha… -dijo acercándose a ella- y no sé… a lo mejor te apetece cambiar de planes…
- Mmm… no sé…
- Buenos días –se atrevió a murmurar.
- Buenos días… ¿Qué tal has dormido?
- Bien, gracias… -contestó Sara.
“La misma rutina de todas las mañanas…” pensó Sara. Sara se vistió y fue a preparar el desayuno a la cocina, Lucas entró unos minutos más tarde.
- Esto… Sara… -dijo Lucas- ¿Te apetece que vayamos esta noche a cenar a algún sitio?
- Em… bueno… no sé… -dijo extrañada por la proposición.
- Bueno… creo recordar que hace unos meses te prometí sacarte a bailar, ¿no?
Sara sonrió y asintió.
- Bueno, pues voy a cumplir mi promesa, así que esta noche ponte guapa.
- Vale… -sonrió.
- Bueno, ¿qué vas a hacer hoy?
- Había pensado en ir a ver a mi padre… pero no tengo ganas de ver a Salgado…
- Anda, que vaya joyita se ha buscado tu padre.
- ¿Y tú qué vas a hacer?
- Pues mira no tenía planes… pero resulta que… te he visto esta mañana en la ducha… -dijo acercándose a ella- y no sé… a lo mejor te apetece cambiar de planes…
- Mmm… no sé…
#19
25/04/2013 19:08
Sara no se podía creer que aquello estuviera pasando, Lucas se acercaba a ella y era tentador y perfecto:
- ¿No hace calor aquí? –dijo Sara desabrochándose un botón de la camisa que llevaba.
- Sí, un poco no… -dijo Lucas agarrándola por la cintura y atrayéndola hacia su cuerpo.
- Uff, pero que mucho calor…
Lucas estaba muy excitado, llevaba seis meses sin tocar a Sara y al mínimo roce del cuerpo de esta, el de Lucas reaccionó. Lucas agarró la camisa de Sara y se la arrancó haciendo saltar los botones. Sara se subió a horcajadas y empezó a besar a Lucas con excitación, Lucas le besaba y lamía el cuello a Sara que jadeaba intensamente mientras trataba de quitarle la camiseta a Lucas.
Cuando por fin lo consiguió era Lucas quien intentaba arrancarle a Sara la falda que llevaba, Sara intentó ayudar a Lucas y se desabrochó el botón de la falda haciéndole a Lucas la tarea más fácil. Lucas la llevó entre besos a la habitación, la cama todavía estaba deshecha y caliente de haber dormido en ella, era el momento de estrenarla como matrimonio. Sara le desabrochó el cinturón a Lucas y le bajó los pantalones, acto seguido lo empujó para tumbarlo en la cama y se tumbó encima de él, besando su cuello con excitación y acariciando íntimamente todas las partes de su cuerpo.
Lucas estaba loco de placer, sus manos se deslizaron por la espalda de Sara hasta alcanzar el broche de su sujetador y se lo quitó:
- Lucas, no sabes cómo te necesito –dijo Sara entre jadeos.
Aquel te necesito hizo que Lucas se volviera loco y diera el último paso para hacerla suya, y lo hizo, y entre jadeos y gemidos se entregaron el uno al otro sintiéndose hasta el final.
- ¿No hace calor aquí? –dijo Sara desabrochándose un botón de la camisa que llevaba.
- Sí, un poco no… -dijo Lucas agarrándola por la cintura y atrayéndola hacia su cuerpo.
- Uff, pero que mucho calor…
Lucas estaba muy excitado, llevaba seis meses sin tocar a Sara y al mínimo roce del cuerpo de esta, el de Lucas reaccionó. Lucas agarró la camisa de Sara y se la arrancó haciendo saltar los botones. Sara se subió a horcajadas y empezó a besar a Lucas con excitación, Lucas le besaba y lamía el cuello a Sara que jadeaba intensamente mientras trataba de quitarle la camiseta a Lucas.
Cuando por fin lo consiguió era Lucas quien intentaba arrancarle a Sara la falda que llevaba, Sara intentó ayudar a Lucas y se desabrochó el botón de la falda haciéndole a Lucas la tarea más fácil. Lucas la llevó entre besos a la habitación, la cama todavía estaba deshecha y caliente de haber dormido en ella, era el momento de estrenarla como matrimonio. Sara le desabrochó el cinturón a Lucas y le bajó los pantalones, acto seguido lo empujó para tumbarlo en la cama y se tumbó encima de él, besando su cuello con excitación y acariciando íntimamente todas las partes de su cuerpo.
Lucas estaba loco de placer, sus manos se deslizaron por la espalda de Sara hasta alcanzar el broche de su sujetador y se lo quitó:
- Lucas, no sabes cómo te necesito –dijo Sara entre jadeos.
Aquel te necesito hizo que Lucas se volviera loco y diera el último paso para hacerla suya, y lo hizo, y entre jadeos y gemidos se entregaron el uno al otro sintiéndose hasta el final.
#20
25/04/2013 21:32
Lanena muy bueno....