Rol | Revolution - || Capítulo 3 ||

Mientras Cristina trataba de desatarse las manos, aquella cuerda le oprimía las múñecas y no la dejaba moverse, ni levantarse. Todo aquello era un desesperado intento por escapar y descubrir la verdad.

?: No te esfuerzes bonita, no vas a ir muy lejos.

Cristina se rindió, y volvió a la posición inicial en la que se encontraba.

Cristina: ¿Porque a mí? ¿Eh?. ¿Porque a nosotros?

Cristina comenzó a llorar

?: Verás, digamos, que tú y tus amigos, sois una especie de...

Cristina: ¿De qué?

?: Dejémoslo, en que sois especiales y necesarios, para el futuro del mundo.

Cristina trató de levantarse, plantando cara a la voz.

Cristina: ¿De que va toda esta mierda?

?: Esta mierda va, de que la cagaste, intentado matar a Andrea, hace una semana. Y va, de que no se que cojones se te pasaba por la cabeza para hacerlo.

Cristina: ¿Co...Como sabes tu eso?

Titubeó

?: Ahora ya no estamos tan chulitos, ¿no?

Cristina: Oye, de verdad, haré lo que quieras. Pero porfavor, nadie se puede enterar de lo de Andrea.

?: Tienes suerte de que ella no recuerde nada.

La voz cesó durante un momento, Cristina seguía callada, expectante a lo que le tuviese que ofrecer.

?: Tú y yo, vamos a hacer un trato. Yo te doy los documentos y la información que necesitas.

Cristina: Gracias, muchas gracias...

?: No he terminado. Pero a cambio, tú, tendrás que hacerme un favor....

Fín Del Capítulo 2

En capítulos anteriores...

En
Andrea encuentra una fotografía antigua en su casa, en la que aparecen hombres de caracter humilde, pero lo curioso es que en la fotografía, hay una pancarta en la que pone "Convención Médica del 1940"

Cristina, tras su intento de suicidio, es ingresada en el hospital, para curarse de sus heridas, pero los sedantes la hacen ver algo que ella cree que son alucinaciones, una silueta negra, le deja una nota sobre su camilla. Una nota real, que aún no ha tenido el valor para leer.

Mientras, el resto del grupo sigue su vida normal, sin embargo la relación amorosa entre Roberto y Andrea, comienza a enfriarse por la beca que Andrea recibe para estudiar en el extranjero. Algo que Roberto no acepta, y decide cortar con la relación

El grupo opta por aventurarse, y acudir a la cita en la casa del lago

Una vez dentro, son secuestrados y encerrados. Un terremoto y una réplica, les obliga a protegerse dentro de un búnker instalado en la misteriosa casa.

Son envenenados con un gas tóxico. Y alguien los separa, habitación por habitación.

La voz, trata de chantajear a Cristina con el intento de asesinato de Andrea..., y les confiesa, que ella y sus amigos, son una especie de elegidos.

Cristina: ¿Que favor? Pídeme lo que quieras y lo haré, te juro que lo haré.

?: Bien, ¿recuerdas el terremoto que acaba de suceder, con su consiguiente réplica?

Cristina: Si, ¿que pasa con eso?

?: No ha sido casualidad. Verás, quizás ahora te cueste creerme. Lo entiendo. Pero si estáis aquí. Encerrados. Ha sido para salvar vuestra vida. Hablo en serio.

Cristina: ¿Que pasará ahora?

?: Necesito que tú y tus amigos, os dirijais al puerto. Antes de 32 horas. O si no, tendréis problemas mayores...

Cristina: ¿De que hablas?

?: Tú asegurate de estar dentro del "Hikarian Wings". Es un barco, en el que os estaré esperando a todos.

El altavoz se apagó y la voz cesó definitivamente, por la cabeza de Cristina todavía quedaban muchas preguntas pendientes, pero algo en su interior le decía que no se fiase de aquella misteriosa voz. Ella sabía que le podía traer problemas...

FLASHBACK

Una semana antes

Cristina: Mamá, no me ha dado tiempo a explicarte mucho, pero...

Madre de Cristina: ¿Pero qué? ¿Piensas decirme de una vez que ocurre con Andrea?

Cristina: Mira...es mucho mas complicado que cualquier sencilla excusa y un abrazo para que me perdonaras.


Madre de Cristina: ¿Pero...? ¿Pero que has hecho hija?


El coche frenó en seco en ese momento y la Madre de Cristina salió precipitadamente de él, siguiendo los pasos de su hija. Cristina se dirigió hacia el interior de un almacén abandonado, en el que apabulladamente entraron ambas. Y allí estaba, Andrea...
La chica corrió hacia su mejor amiga, tratando de cortar la soga que le oprimía el cuello. Andrea se estaba ahogando poco a poco y estaba inconsciente debido al medicamento experimental que Paloma le había dado.

Cristina ¿Andrea? Por favor, respira...

La puerta de la habitación en la que estaba retenida, se abrió. Y Cristina, asustada y malherida decidió salir, pero no sin antes buscar incesantemente a sus compañeros.


Cristina: ¿Chicos? ¿Alguien puede oirme? ¿Luis?

Gritó la chica con un esfuerzo en que alguien la escuchase.

?: No te esfuerzes Cristina, nadie te puede oír. Tus amigos están a salvo de momento conmigo. Tú tan solo preocupate de salir de esta casa y llegar al Hikarian Wings sana y salva.

Cristina: ¿Estás de broma? ¿Y que pasa con mis amigos?

?: Ellos llegarán, pero a partir de ahora tú no los conoces. No conoces a nadie, no tienes pasado a partir de este momento.

Cristina retrocedió un par de pasos hacia atrás, y chocó con la barandilla principal de la escalinata. Echó una última mirada general a aquella casa lúgubre con la esperanza de que sus malos presagios no se cumplieran. Se deslizó suavemente por las escaleras generales hasta llegar a la puerta. Al ir a tocar el picaporte. La voz habló por última vez.

?: Cristina...

Cristina se giró de golpe, no esperaba volver a oír a nadie.

Cristina: ¿Q..qué?

?: Me figuro que al entrar, tú y tus amigos habréis visto el coche de la entrada.

Cristina: Sí..¿por?

?: Hay unas llaves metidas entre el tubo de escape. Cógelas y arráncalo. Conduce hasta el puerto y llega lo mas pronto que puedas. Allí estaremos...

Cristina: ¿Estaremos? ¿Quién?

La voz cesó definitivamente, y Cristina quedó dudosa de las ultimas palabras misteriosas que había escuchado. Finalmente, empuñó el picaporte, y la puerta abrió, realizando un crujido intenso e intimidante. Al salir, se respiraba un clima tenso, casi forzado. Cristina avanzó rápidamente, pero con movimientos delicados hacia un Volkswagen Negro. Por la apariencia, de buen calibre.
Al agacharse, comenzó a buscar entre las contaminadas baterías y tubos del coche, hasta que fácilmente encontró las llaves al primer intento.

Las recogió, y suavemente las apretó hasta que llegó a hacerse un ligero daño en la palma de la mano. Camino poco a poco hasta la puerta principal y la abrió sin rodeos. Al sentarse, notó el asiento un poco caliente, como si alguien hubiese estado allí recientemente. Miró de reojo los llaveros que colgaban y adornavan la llave del coche y observó un colgante con un símbolo extraño, casi bizarro, como si le sonara de algo. Finalmente, el coche arrancó dejando una ráfaga de humo tóxico atrás, y provocando una estampida general de las pocas mariposas moribundas y aves que se encontraban por los alrededores.

Mientras tanto en la casa...

Unos botines negros, con tacón de aguja se acercaban a las habitaciones principales. A medida que llegaba a la puerta de una de ellas, la mujer desconocida de momento, sacó un teléfono móvil y realizó una llamada.

Llamada por móvil

Paloma: ¿Eva? Tengo al resto recluido.

(?) Eva: ¿En la casa?

Paloma: Sí. Ya he mandado a la primera hacia el puerto. Encargate de que llege. ¿Vale?

(?) Eva: Claro, descuida. Por cierto, no olvides recoger las cintas de vídeo de los túneles.

Paloma: Ah, sí. Las cintas...

Paloma, estaba pensando en su interior, que la había cagado. Había olvidado quitar todas las grabaciones ocultas de los túneles que interconectaban la Casa Del Lago con las de cada uno de los amigos de Cristina.

(?) Eva: Bueno, nos vemos cuándo estén todo dentro del barco. Si todo sale bien. No tendremos de que preocuparnos.

Eva colgó antes de que Paloma pudiese contestarla. Entonces, colgó ella. Después, guardo su móvil en el bolsillo de detrás y continuó su camino. Abrió otra de las puertas y allí estaba Luis, junto a Andrea y Marc. Al abrir, todos reccionaron inmediatamente, asustados, tratando de escapar, pero les era imposimble, ya que estaban amordazados de pies y manos, y con la boca tapada.

Paloma se agachó y les quitó la mordaza de la boca, uno por uno. Y dijo:

Paloma: Hola chicos, soy Paloma Ciccone.

Andrea: No, eres una perturbada. Suéltame.

Paloma calló durante un momento.

Paloma se sacó del bolso una carpeta morada, llena de documentos. Y escogió tres de ellos. Repartiendolos entre todos.

Marc: ¿Qué es esto?

Paloma se incorporó de nuevo de pie.

Paloma: Veréis, esto son, vuestros pasaportes de vida, son como el aire que respiráis, para que me entendáis.

Luis: ¿A que te refieres con "pasaportes de vida"?

Paloma: Mirad chicos. Yo, ... soy científica. Aquí, en estas hojas, están datos y fechas muy importantes para vosotros. Aquí pone la fecha de vuestra muerte...

Andrea: ¿De qué estás hablando?

Paloma: De supervivencia, de control, de sobrevivir.

Marc: ¿Donde está Cristina?

Paloma: Cristina ya está a salvo.

Andrea: ¿Dónde?

Paloma: Las hojas que teneis en las manos, contienen toda la información necesaria que necesitáis. Id al puerto antes de 32 horas. Y montad en el "Hikarian Wings", es un barco en el que os estaré esperando.

Luis: ¿Y si decidimos no ir? Tú no puedes obligarnos.

Paloma: No puedes decidir. Estáis obligados.

Marc: ¿Sabes? No se como pretendes que confiemos en alguien que nos droga, nos encierra y ata en una sala. Nos dice que vamos a morir y que solo nos salvaremos si la hacemos caso...Creo que tienes mucho que contarnos.

Paloma: Mirad, yo solo puedo deciros que sois especiales, tenéis algo, un don que os hace únicos. Y sois imprescindibles.

Paloma desató a los chicos mientras todos guardaban silencio. En ese momento, Marc, le propinó un codazo en la nuca y Paloma cayó inconsciente. Los tres chicos huyeron rápidamente de la habitación. Y se dividieron para inspeccionar la casa.

EXPLORANDO

Andrea entró en una galería con un ventanal enorme, y una cama en el centro. Revolvió y abrió los cajones en busca de cualquier tipo de información o documento que le pudiera servir. Pero no encontró nada.

Sube pronto que tengo muchísimas ganaaas!

Todas las habitaciones de la casa contenían cierto aroma a perfume, las camas estaban perfectamente hechas, las paredes se hallaban desiertas de cualquier cuadro o fotografía. Era como una casa fantasma.

Andrea se disponía a salir de la habitación principal, cuando un grito estremecedor hizo temblar incluso los cimientos de la casa, Andrea no supo distinguir si era masculino o femenino, vaciló por un instante, pero enseguida recobró la consciencia y salió disparada en busca del resto del grupo.

Marc: ¿Andrea? ¿Eres tú?

Andrea se precipitó sobre los brazos de Marc, cayendo de cara sobre él.

Andrea: Estaba explorando la habitación principal y de repente he escuchado el grito.

Marc: Proviene del fondo del sótano.

Durante un instante, se hizo el silencio, tratando de escuchar algo. Pero nada. Solo silencio.

Andrea: ¿Crees que deberíamos bajar?

Marc: ¿Y Luis? ¿No vamos a esperarle?

Andrea: La casa es muy grande. Y no sabemos donde está.

Marc: Pero...

Andrea: Bajemos a ver qué o quién ha sido eso. Y luego buscaremos a Luis. ¿De acuerdo?

Marc asintió con un gesto de pesadez y ambos caminaron escaleras abajo...