Ah, pero no menos

Gabrielle sigue viéndose con John, el jardinero, mientras su marido Carlos está fuera de casa, hasta el punto de que un día está a punto de pillarles. A partir de entonces, Gabrielle va a visitar a John a su casa, hasta darse cuenta que está viéndose con un chaval que está enamorado de verdad de ella.

La vida sigue en Wisteria Laine tras el suicidio de Mary Alice Young. Las chicas no saben qué hacer con la nota de Mary Alice que encontraron: dársela a su marido o esconderla para siempre. Mientras, Paul y Zachary desentierran un misterioso baúl escondido en la piscina que acaban tirando al río.

Bree le pide a Rex que antes de solicitar el divorcio asistan a terapia matrimonial, mientras tanto Susan sigue intentando conquistar a Mike. Gabrielle se enfada con Carlos cansada de que su marido siempre le regale joyas y no le preste atención. Finalmente, Susan invita a Mike a una cena "familiar" con su hija July. Pero las cosas se tuercen cuando Edie acaba invitándose también a la cena.

En la incendiada casa de Edie, Martha descubre una taza de medir que no es de la dueña, en efecto, es la que Susan dejó olvidada cuando entró en la casa antes de provocar el incendio, algo que Martha descubrirá horas después. Por otra parte, Lynette no puede controlar a sus hijos, e incluso es multada por la policía por ello. Martha aconseja a Lynette que dé un fuerte escarmiento a sus hijos, a raíz de lo cual, Lynette les obliga a bajarse de coche y hace como que los deja abandonados. Lejos de sentirse solos, los chicos acaban en casa de una vecina causando algún que otro estropicio.

En la terapia matrimonial, Bree tiene dificultades para hablar con sinceridad sobre su matrimonio, no obstante, no para de fijarse en el botón del asesor matrimonial: está a punto de descoserse. La perfección maniática de la señora Van De Kamp llega al punto de tener que coser el botón del asesor en privado. Al día siguiente, el asesor muestra a Rex las ventajas de vivir con Bree.

Carlos da un paso más en su particular relación con Gabrielle al regalarle un espectacular deportivo. En la "comida de bienvenida" a Mike, Bongo, el perro de éste, ladra a Susan y no a Edie. Para ganarse la confianza del perro, Susan se unta de salsa para conseguir los lametones del perro... hasta que Bongo se traga el pendiente de ésta. Al final acaban la noche en el veterinario. En casa de Mike, el espectador descubre los sucios secretos que éste guarda tras las paredes...