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Foro Amar en tiempos revueltos

Leyendas urbanas sobre la posguerra

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#0
HipolitoDefender
HipolitoDefender
01/07/2008 13:26
Ejercicio memorioso
Escrito por Luci Garcés
30 de Abril de 2008 a las 1:00h

Hay cosas que no deben de olvidarse. La recuperación de la memoria, tal y como el nuevo premio Cervantes, Gelman, nos recordaba, es importante para comprender el inmediato presente. Una guarda o encuentra pequeños tesoros procedentes de su pasado, de su memoria, que explican algunos de los hechos que suceden ahora mismo.

Por ejemplo la violencia de género.“La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular –o disimular no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse”. (Medina, revista de la Sección Femenina, 13 de agosto de 1944).

Esto podría ser una frase nada feliz, pero si adecuada para hacer que las mujeres abandonaran los puestos de trabajo que la guerra civil les había abierto y la postguerra, mantenido. Pero se fue más lejos en la reeducación femenina, o en el lavado de cerebro que motivó un resurgir patriarcal esencialmente machista. Porque el texto que incluyo debajo era lo que una servidora estudiaba en sexto de bachillerato (1966) en la asignatura de Economía Doméstica (que también estudiaban alumnas de Magisterio).

Preparación de la mujer al matrimonio.

Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo.

Ofrécete a quitarle los zapatos.Habla en tono bajo, relajado y placentero.

Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo y uno de tus deberes es proporcionárselo.

Durante los días más fríos debéis preparar un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Preocuparte por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.

Minimiza cualquier ruido. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle.

Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.

Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti.

Intenta comprender su mundo de tensión y estrés. Haz que se sienta a gusto que repose en un sillón cómodo.

Ten preparada una bebida fría o caliente para él.

No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones, su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.

Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.

Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo en la mañana. Cuando os retiréis a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño.

Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama… si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante a un hombre a última hora de la noche.

En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales. Si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer.

Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que haya podido experimentar.

Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes.

Cuando tu marido caiga en un sueño profundo, acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello.

Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.

Extractos de Sección Femenina de la Falange Española y de las JONS - 1958.


http://blogs.lavozdegalicia.es/lucigarces/2008/04/30/ejercicio-memorioso/


Expongo este texto porque no es la primera vez que encuentro en Internet posts similares relativos a las pautas que daba la Sección Femenina de Falange a las mujeres españolas casadas. Y cada vez que tropiezo con algún texto de este estilo, deduzco por los comentarios escandalizados y horrorizados de lectores y lectoras, que la gente actualmente cree que los matrimonios de la época funcionaban en la práctica siguiendo a rajatabla las indicaciones de las falangistas.

No sé vosotr@s, pero yo no conocí en mi infancia, ni en mi familia y parientes, ni en el vecindario, ni en las familias de mis amigos y compañeros de escuela, a ninguna esposa con este grado de sumisión (y en cambio de las que por un quítame allá esas pajas, les cantaban las cuarenta al marido, conocí a más de una) y atención a tantísimos detalles para la comodidad y solaz de su esposo. Por lo que yo ví, yo diría que el funcionamiento interno de las familias no difería demasiado del actual, salvo el hecho de que la esposa tenía trabajo más que de sobra con atender a la habitualmente numerosa prole que tenían, y que los hombres hoy día ayudamos a la esposa una pizquita más que lo que se hacía entonces, que era nada.

Pero la inmensa mayoría de la gente, que era de clase popular y por ello mantenía una durísima lucha por la supervivencia, no sólo no aplicaba ninguna de estas pautas, sino que ni siquieran las conocían. No digo yo que la Falange no predicara esto a un puñado de señoritas finolis, pero desde luego que las clases populares vivían totalmente ajenos a todo esto.

Es importante no confundir los textos teóricos de la época con la práctica.

Saludos forer@s
#1
luanquina
luanquina
01/07/2008 14:58
Yo tengo una tía, que cuando venia su marido tenia que tener la cena hecha, ponerle las zapatillas, sé musita.

En fin tenerle como un rey, él que decide por ella y por él mismo.

Saludos.
#2
NinoPostguerrero
NinoPostguerrero
01/07/2008 15:02
¡Qué fragil es la memoria!. Desde luego, estoy leyendo el escrito de la tal Luci y no me lo creo. Pero es verdad, escrito está y publicado también. Es que lo releo y me horrorizo como es posible que se escribieran esas cosas. Es inaudito. ¡Qué pena de pais!.Me entristezco al estar escribiendo esto después de lo que he leido. ¡Qué miserables eramos!. No culpo ni a hombres ni a mujeres, sino al genero humano (español, se entiende) en general por haber llegado a ese punto tan denigrante.Que no vuelva jamás ha haber gente con esas ideas, ¡jamás!
#3
Mafaldilla
Mafaldilla
01/07/2008 15:24
Así se habla, NIÑO!!!!
#4
Mafaldilla
Mafaldilla
01/07/2008 15:27
HD, es cierto que mucha gente no viviría así, pero desde luego sí que eran las ideas que el régimen trató de interiorizar en muchas personas y es inevitable que algo de ello impregnara en la sociedad. Aunque tb es cierto que las más influenciadas fueron las señoritas finas de la época, esas que ahora salen en el HOLA enseñando sus casas y creyéndose todas unas señoronas. Buag...
#5
HipolitoDefender
HipolitoDefender
01/07/2008 15:36
Por supuesto, Mafaldilla, que esas eran las ideas, totalmente patéticas y rídiculas, que el régimen franquista quería imponer, pero ¿tú crees que lo consiguió?. Para mal en algunas cosas y para bien en otras, los españoles hemos sido siempre un pueblo bastante anárquico en nuestros comportamientos e irreverentes con las ideas que trataban de imponernos quienes no mandaban. Por eso, la mayoría de la gente oía las prédicas de la Falange con la misma actitud que oía los sermones del cura: "Yo pongo cara de creérmelo, a ver si acaba de una vez, y cuando salga de aquí haré lo que a mí de salga de donde yo quiera".
#6
marea44
marea44
01/07/2008 17:39
yo viví la época y estoy de acuerdo contigo, los españoles somos anárquicos por naturaleza, en mi familia, vecinos amigos, lo que recuerdo era un matriarcado, la mujer administraba el dinero que el marido traía a casa, decidía que hacer con él, con los hijos y éste era respetado pero no servilmente como sería si ese texto se hubiera practicado. Lo que sí echo de menos es elr espeto y reconocimiento al mayor que había hasta hace bien poco, ahora parece que un anciano n sabe nada, y es cierto que de algunos temas no sabe, la vida ha avanzado mucho en pocos años, pero en otros nos dan sopas con honda.En minórías étnicas, léase gitanos sí que se les sigue respetando
Enga besillos
#7
indala
indala
01/07/2008 18:22
Me da la impresión que estas leyendas no lo son tanto, todo depende de en la zona de España donde se viviera.
La sumisión al marido ha sido durante muchos años de obligación para las mujeres , siempre me llamo la atención que mis amigas hablaran del trato al padre como si fuese un semi dios , es mas aun se oye por ciertas ciudades eso de que el marido tiene a la mujer muy suelta.cando era pequeña nos trasladamos a una pequeña ciudad de extremadura , cuando llegamos mi padre fue al banco porque a mi madre no le dejaban sacar dinero ni manejar la cuenta, alli lo veian como algo horrible, los hombres daban una cantidad al mes a sus mujeres con la que "pasar", con el resto ellos y solo ellos manejaban el cotarro.

En los coles aparte de cantar el himno español cada mañana , nos metian unas arengas tremendas del deber de la mujer, es mas en el intituto habia una asignatura de Sus Labores, esto era ya muerto el dictador, como veis en cada sitio era distinto, por ende ibamos a Barcelona , y las relaciones eran completamente difrentes , es mas en mi casa lo eran, chocaba mucho que mis padres nos dejaran ir de campamento siendo chicas.

Y contaros la historia de mi suegra a los 16 años se la llevo su "marido" sin saber ella que estaba separado, ya que era viudo , pero no le dijo que se habia vuelto a casar, total,bebedor mujeriego, 28 años mayor que ella, nunca entrego sueldo en casa, se jugaba los cerdos que criaba mi suegra , con lo cual se quedaban sin comida , aunque él la suya la tenia a buen recaudo, bajo llave en el arcon.

Cuando ella se quejo al cura le dijo que ese era su sino, que el er un hombre y ella debia aguantar.

Es triste lo que trajo la dichosa guerra, mis abuelos me contaban que en la republica , se intentaba que todo el mudo aprendiera a leer , que a nuestros colegios y universidades venian extranjeros a estudiar por su alto nivel, todo eso se perdio con la dictadura y muchas cosas mas.
#8
NinoPostguerrero
NinoPostguerrero
01/07/2008 18:50
Aquí en este foro ¡Hay mucho rojo!. Voy a llamar a Quintero...¡Os vais a enterar!
#9
angie785
angie785
01/07/2008 18:51
Así me gusta NINO: venga llama a QUINTERO que entre todos le empujamos a la Isla Perejil
#10
NinoPostguerrero
NinoPostguerrero
01/07/2008 18:53
Pero bueno ANGIE, tú por aquí; te hacia en otro hilo votando tres veces lo que haya que votar. Je,je
#11
angie785
angie785
01/07/2008 18:55
Je,je, que te creias que te me ibas a escapar: que te tengo controlado.... yo es que me parto de risa con los comentarios que haceis, así que no tengo más remedio que ir de hilo en hilo.....
#12
NinoPostguerrero
NinoPostguerrero
01/07/2008 19:04
Adios a todos que me voy al Carrefour con la parienta de rebajas. Si veo una bufanda bonita os la compraré.
#13
lai-ka
lai-ka
01/07/2008 19:28
Pues SI, hay mucho rojo, pero es que se supone que somos fans de Amor en ......
Pero bueno sí Nino que venga Quintero que lo mandamos a Perejil, pero antes nos lo comemos entre todos.

Ahora en serio, lo que contais es terrible, mis padres vivian en Valencia, y aquí no era tan extremado. Pero aunque en general no fuese tan terrible, (Y estoy de acuerdo con vosotros que las enseñanzas de la Sección Femenina, las aprovechaban mejor las "señoritas" de familia bien, las pobres, bastante hacían con sobrevivir), en realidad yo creo que sí marcaron la mentalidad de la gente, y que el cabeza de familia era el hombre, y las leyes mejor ni hablar, y la mujer pintaba bien poquito. Uf que horror.
Y si que creo que durante la Républica estaban mucho más adelantados, pero claro es que hubo un golpe de estado, y supongo que debe haber un gran retroceso en los los paises que se de.

Ay espero que nunca más se vuelva a repetir. Parece mentira, que todo eso haya pasado, relativamente hace no tantos años. B7
#14
lai-ka
lai-ka
01/07/2008 19:31
Pero Nino, tú no te ibas a comprarnos la bufanda? Yo creo que con el calor que hace, mejor te vas a tomar una horchata con fartons, por cierto conoces "La Suprema"? Es de las mejores heladerias de Valencia, la nata , la leche merengada y la horchata están buenísimas. B7
#15
HipolitoDefender
HipolitoDefender
01/07/2008 19:55
Indala

El comportamiento del marido dependía más de la personalidad de éste que de la zona en que se viviera, pues aunque lógicamente había diferencias entre las zonas rurales y las urbanas, tanto mi padre como mi madre eran campesinos (y de mis abuelos, ya no te digo nada...), y yo no vi en mi familia nada de eso que tú dices. Lógicamente, cuando un hombre salía "malo", que tiraba más para sí que para su familia (o también cuando lo hacía la mujer, que casos los había), la historia familiar se complicaba.

Pero también en estos mismos momentos, y en las ciudades más avanzadas de España, hay hombres golfos y brutales que despilfarran el sueldo que deberían llevar a su casa, y esposa que sisan (o incluso arruinan) de la economía familiar para tirar el dinero en el bingo.

España estaba atrasadísima entonces, pero sigue estando atrasada en muchísimas cosas todavía.
#16
HipolitoDefender
HipolitoDefender
01/07/2008 22:37
Marea, estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho. Yo, como tú, admiro del pueblo gitano el gran respeto que tienen por sus mayores. No verás ancianos gitanos en los geriátricos; los gitanos siguen cuidando a sus mayores, como siempre se había hecho antes.
#17
HipolitoDefender
HipolitoDefender
02/07/2008 08:48
"La mujer es, ante todo, madre"38. La maternidad "es el desarrollo normal de la mujer"39, "una necesidad fisiológica de la naturaleza femenina"40 que "encierra la esencia de la feminidad. Todo cuanto perjudica a la psicología femenina, todo cuanto bastardea su sexo, lo hombruno, lo amuchachado, -profetizaban algunas lecturas edificantes de posguerra- desvía de la maternidad o la mancha con imperfecciones y lacras"41. El más mínimo síntoma de virilidad presuponía una amenaza a la maternidad, ponía en entredicho la regeneración nacional y auguraba a la mujer apocalípticos desarreglos psíquicos y fisiológicos, pues, "sin hijos la mujer es un cuerpo incompleto, un alma insatisfecha, ya que es precisamente por las alegrías del amor, de la maternidad y de la familia como la mujer realiza su espléndido destino"42. Rizando el rizo, la mujer mujer de posguerra no debía excederse en su femineidad. El Dr. José Botella Lluisá, respaldado en su rigor científico, sentencia, en un funambulesco giro lingüístico, como la mujer, tras el logro de su feminidad, "se hace un poco menos femenina", ya que "una mujer exageradamentefemenina, exaltada en todo su éxito de mujer, no será una buena madre. A veces ni siquiera llegará a serlo"43. Pese a la aparente, paradójica complejidad del discurso oficial, enzarzado en una retórica dialéctica entorno a los conceptos de feminidad y hombría, el mensaje, que concretaba la tradicional apuesta de la Iglesia por la maternidad, no daba pie a confusiones: como elemento de identidad femenino, la maternidad culminaba el desarrollo personal de la mujer, que "en pago de su esfuerzo reproductivo, debería verse libre del áspero contacto con el mundo exterior. Debería vivir defendida por el hombre en el microcosmos que es la familia"44.

El matrimonio institucionalizaba una estricta división sexual del trabajo, adjudicando a la mujer despóticos poderes en la intimidad del hogar y el importante cometido de ayudar al hombre en su cotidiana misión directora, ser "el principal aliciente espiritual para su marido"45. "El hombre es fundamentalmente creador de valores económicos, y la mujer es el centro del hogar, su jefe, su inspector y su realizador"46, insistían las chicas de Pilar Primo de Rivera en un logrado intento por emular los postulados eclesiásticos. "En el concepto cristiano del hogar, -sentenciaban algunas lecturas edificantes- la mujer es esencialmente la esposa y la madre que gobierna la casa, atiende al marido y educa a los hijos; el hombre es el obrero de la familia, el que le ha de proporcionar lo necesario para su sustento y desarrollo, dentro de las exigencias de su clase social"47. El régimen, a través de la institución matrimonial, cerraba a cal y canto, entre cuatro paredes, a la recién casada. La supuesta fragilidad de los corazones femeninos, su etérea voluntad, extremadamente sensible a impresiones sensoriales, colisionaban con el papel que se le otorgó como baluarte de la moral y de las tradiciones, muro de contención de los arrebatos pasionales masculinos y transmisora ideológica de excepción, pilar de un régimen que vio en ella un eficaz instrumento de propaganda, garantía de estabilidad y perpetuidad política. Junto a la escuela y los diversos medios de entretenimiento, la mujer revelaba su potencial adoctrinador, -"porque los hijos serán como quieran las madres que sean"48-, despertando un meticuloso interés estatal por su educación en los principios morales oficialmente estipulados, pues la mujer, "dando a conocer a los suyos la fuerza y el valor que dan la fe y el amor a la patria, forjando almas templadas que no desfallezcan nunca en el duro luchar de la vida"49, cumplía una función adoctrinadora de primera índole. Sin embargo, en esencia, sin someterse a una esmerada educación moral, la mujer era reducto de todos los males, caja de Pandora, aliento de tentaciones en la más pura línea argumental de la institución eclesiástica, que la sometió a sospecha como heredera moral de la bíblica Eva, motivo de perdición e incitadora de transgresiones. Dada su extremada susceptibilidad habría que mantener a la joven alejada de tentaciones, palabra que se aplicó indiscriminadamente a cualquier espacio de ocio o expansión. La lectura de novelas, "confeccionadas con retazos de adulterios, de aventuras pasionales, de intrigas sensuales, de evoluciones de amor libre"50, el baile, "vestíbulo de las casas públicas"51, la playa, "inmenso pudridero moral, donde entre montones de carnaza se revuelven los sapos de la sociedad"52, y el cine, máximo exponente de corrupción, concentraron los instigadores esfuerzos de la Iglesia, que se irguió en mecenas de la castidad y la pureza, oscuramente preocupada por la integridad psíquica de la mujer, pues, argumentaba, esos "perjuicios, esas ilusiones dañan sobre todo a la psicología femenina, que es demasiado impresionable, que tiene demasiada imaginación"53.

http://www.historiacritica.org/anteriors/anteriors2/estudis/estudis08.html#2
#18
HipolitoDefender
HipolitoDefender
02/07/2008 08:48
Como revulsivo a tan pecaminoso ambiente y en aras de garantizar el correcto funcionamiento de la mujer como instrumento adoctrinador, desde el púlpito y desde instancias estatales, se le exigió sacrificio, entereza, templanza y capacidad de represión sobre su desbocada imaginación. "La educación de la voluntad será una de las principales preocupaciones de la mujer, puesto que mucha necesita. (...) el ama de casa estará siempre sobre sí, dominándose para ceder con acierto e imponerse con agrado"54. Graciosamente abnegada, sumisa y silenciosa, el ideal de mujer que el régimen recuperó hincaba sus raíces en la España Moderna de la Inquisición y del Imperio, cuando Fray Luis de León, en su Perfecta casada -lectura recomendada a toda aspirante al matrimonio-, escribía que "así como a la mujer buena y honesta la naturaleza no la hizo para el estudio de las ciencias ni para los negocios de dificultades, sino para un solo oficio simple y doméstico, así les limitó el entender, y por consiguiente les tasó las palabras y las razones"55. "Las mujeres -recordaba cuatro siglos más tarde, ante el I Consejo Nacional del SEM, Pilar Primo de Rivera- nunca descubren nada; les falta, desde luego el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles"56. La tan contrastada inferioridad intelectual femenina justificaba su desplazada posición en la jerarquía social y familiar, que lejos de incomodarla, parecía brindarle la codiciada oportunidad de demostrar su natural disposición al sacrificio y la abnegación, porque, "simplemente servir, prestar servicio, es siempre agradable a toda naturaleza femenina"57. Al fin y al cabo, la abnegación, "virtud agradable a Dios; (...) cualidad necesaria al falangista"58, era un mal menor, una salida casi epicúrea para la mujer, pues, auguraba Enciso Viana, autor edificante, "la que no soporta un mal genio o una cara hosca, o una contestación desabrida, la tenaz en sostener su punto de vista, está condenada a sufrir mucho"59. A la abnegada esposa se la privaba incluso del derecho de pataleta. Reina de la casa, delegaba su cetro ante la presencia marital, "aceptando de grado el ceder"60, reuniendo la "bastante abnegación para no tener en cuenta sus ligeras molestias, a fin de satisfacer el deseo de su marido"61, porque "en un matrimonio normal siempre será la mujer la que tenga que hacer más concesiones"62. No le quedaba más que acatar o imponer calladamente sus convicciones, con disimulo, insistía convincente Enciso Viana, pues, "la mujer convence al hombre callando y le vence cediendo; que no influye en él atacándole de frente, sino de costado, por medio del corazón"63.

A fin de educar su voluntad en estos menesteres, se publicaron gran número de lecturas orientativas, y en el Bachillerato se concedió especial atención al estudio de pautas de comportamiento, estrictas normas de educación, destinadas a ejercitar el dominio de las jóvenes sobre sí mismas, la represión de sus anhelos. Rehuyendo las pasiones incontroladas, la educación buscó imponer en las mujeres un cierto hieratismo sentimental, el gusto por la atonía, o dicho de otra manera, la pasión por la rutina que, organizada en tablas de actividad para la limpieza del hogar64, imprimía ritmo al quehacer cotidiano. Frente al heroísmo varonil que ensalzaba Falange, el discurso dirigido a la mujer defendía la mediocridad, el anonimato, un femenino pasar desapercibido. Toda mujer debía aspirar "más que a morir heroicamente, a vivir heroicamente", "porque su temperamento soporta mejor la constante abnegación de todos los días que el hecho extraordinario"65.


http://www.historiacritica.org/anteriors/anteriors2/estudis/estudis08.html#2
#19
chamaca
chamaca
02/07/2008 09:11
Me parece increible lo que estais contando ( no dudo de vuestras fuentes ) pero parecen cosas de la edad media y no de hace 50 años. Pare mi es impensable ese sometimiento lo hubiera pasado fatal en aquella época. Se lo he contado a mi novio y casi se muere de la risa.
#20
HipolitoDefender
HipolitoDefender
02/07/2008 09:29
Chamaca

No es tan sencillo analizar esto, porque en medio de esta retórica delirante, expresada efectivamente casi de una manera medieval, se esconden también algunas verdades que hoy hemos perdido de vista, y pagamos las consecuencias, por ejemplo (y pondré sólo un par de ejemplos, pero habría otros muchos posibles):

- La mitificación actual del trabajo laboral como garantía de independencia de la mujer, de valía propia e incluso de "dignidad" como persona, junto a la creencia que el enaltecimiento de la maternidad es algo antiguo, lleva a una proporción de las mujeres a relegar la maternidad en el tiempo hasta tal punto que a veces cuando quieren ya no pueden serlo. Y después se sienten frustadas el resto de su vida; por otro lado la bajísima natalidad española (creo que la más baja del mundo), ha traído como consecuencias que el país se nos llene de inmigrantes (no quisimos tener hijos, ahora andan por nuestras calles los hijos ajenos) con los conseguientes problemas de convivencia, de saturación de servicios médicos y sociales, etc... que esto ha comportado.

- El deseo de no ser "sumisa" con el marido, para no caer en el esquema de mujer antiguo, ha comportado en no pocas mujeres una confusión de fondo por la que creen que para "curarse en salud", para no ser sumisa, es mejor no ser demasiado agradable con el marido ni darle la razón con demasiada frecuencia, es mejor plantarle cara y defender a ultranza los propios derechos y las propias opiniones. Supongo que sabes cual está siendo la consecuencia de esta actitud: España tiene la tasa más alta de divorcios de la UE, y quien dice divorcios no está hablando sólo de rupturas de pareja, sino de familias rotas, con todas las muy negativas consecuencias que eso conlleva.

Toda moneda tiene dos caras.
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