Crítica 'Berlín'
Más simple -y simplona- que 'La casa de papel'
Uno de los aciertos de 'La casa de papel' es el establecer desde el principio tres grupos de personajes que deben interactuar entre sí: por un lado está la banda con el pasado de los atracadores, por el otro la policía y sus tensiones internas por resolver el atraco, y por el último el de los rehenes. Al final, uno de los aciertos de la serie era cómo interactuaban estos tres grupos.
'Berlín', secuela de 'La casa de papel' comandada por Netflix, es una serie mucho más simple, pues directamente prescinde de los dos últimos grupos de 'La casa de papel' y nos encontramos básicamente ante el personaje de Berlín y su nueva banda en una precuela ambientada pocos años antes del primer atraco de la banda del profesor.Como toda serie de Netflix, 'Berlín' es más corta, mucho más corta que 'La casa de papel'. Con apenas 8 episodios difícil sería mostrar a tantos personajes como su predecesora y las relaciones entre ambos. También como toda serie de Netflix, da la sensación que la mitad del trabajo está hecho por algoritmos. Que 'La casa de papel' funcionó muy bien en Francia, pues nos llevamos la serie a París con el consiguiente problema de traducción que hace que todos los personajes que no hablan español no pasen de adornos.
Por supuesto, no podía faltar la actriz latinoamericana en potencia para vender bien la serie en latinoamérica y el joven con muchísimos seguidores en redes sociales. El resultado de todo este menjunje es una serie que funciona razonablemente bien en el tema robo pero con unas tramas amorosas internas predecibles y aburridas. Que 'Berlín' sea más simple que 'La casa de papel' no es en sí un problema. Que sus tramas amorosas sean tan simplonas sí lastra un producto que no pasa de correcto.