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Foro El secreto de Puente Viejo

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#0
FermariaRules
FermariaRules
17/08/2011 13:26
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EL RINCÓN DE AHA
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El destino.

EL RINCÓN DE ÁLEX
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El Secreto de Puente Viejo, El Origen.

EL RINCÓN DE ABRIL
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El mejor hombre de Puente Viejo.
La chica de la trenza I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII.

EL RINCÓN DE ALFEMI
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De siempre y para siempre.
Hace frío I, II.
Pensando en ti.
Yo te elegí a ti.

EL RINCÓN DE ANTOJEP
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Bajo la luz de la luna I, II, III, IV.
Como un rayo de sol I, II, III, IV.
La traición I, II.

EL RINCÓN DE ARICIA
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Reacción I, II, III, IV.
Emilia, el lobo y el cazador.
El secreto de Alfonso Castañeda.
La mancha de mora I, II, III, IV, V.
Historias que se repiten. 20 años después.
La historia de Ana Castañeda I, II, III, VI, V, Final.

EL RINCÓN DE ARTEMISILLA
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Ojalá fuera cierto.
Una historia de dos

EL RINCÓN DE CAROLINA
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Mi historia.

EL RINCÓN DE CINDERELLA
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Cierra los ojos.

EL RINCÓN DE COLGADA
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Cartas, huidas, regalos y el diluvio universal I-XI.
El secreto de Gregoria Casas.
La decisión I,II, III, IV, V.
Curando heridas I,II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII.
una nueva vida I,II, III

EL RINCÓN DE CUQUINA
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Lo que me sale de las teclas.
El origen de Tristán Ulloa.

EL RINCÓN DE EIZA
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En los ojos de un Castañeda.
Bajando a los infiernos.
¡¿De qué?!
Pensamientos

EL RINCÓN DE FERMARÍA
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Noche de bodas. (Descarga directa aquí)
Lo que no se ve.
En el baile.
De valientes y cobardes.
Descubriendo a Alfonso.
¿Por qué no me besaste?
Dejarse llevar.
Amar a Alfonso Castañeda.
Serenidad.
Así.
Quiero.
El corazón de un jornalero (I) (II).
Lo único cierto I, II.
Tiempo.
Sabor a chocolate.

EL RINCÓN DE FRANRAI
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Un amor inquebrantable.
Un perfecto malentendido.
Gotas del pasado.

EL RINCÓN DE GESPA
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La rutina.
Cada cosa en su sitio.
El baile.
Tomando decisiones.
Volver I, II.
Chismorreo.
Sola.
Tareas.
El desayuno.
Amigas.
Risas.
La manzana.

EL RINCÓN DE INMILLA
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Rain Over Me I, II, III.

EL RINCÓN DE JAJIJU
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Diálogos que nos encantaría que pasaran.

EL RINCÓN DE KERALA
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Amor, lucha y rendición I - VII, VIII, IX, X, XI (I) (II), XII, XIII, XIV, XV, XVI,
XVII, XVIII, XIX, XX (I) (II), XXI, XXII (I) (II).
Borracha de tu amor.
Lo que debió haber sido.
Tu amor es mi droga I, II. (Escena alternativa).
PACA´S TABERN I, II.
Recuerdos.
Dibujando tu cuerpo.
Tu amor es mi condena I, II.
Encuentro en la posada. Historia alternativa
Tu amor es mi condena I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI
#1021
colgada
colgada
20/11/2011 12:08
Recuerdo
--------------

-Durante toda la vida Alfonso ha sido mi mejor amigo... me ha dado su cariño y lealtad sin pedirme nada a cambio... y era tan atento y tan bueno... cuando me quise dar cuenta le estaba mirando con otros ojos...

Recuerdo una ocasión en que estábamos pasando la tarde en el lago, junto a otras mozas y mozos del pueblo... yo no debía tener más de 15 años... había mucha algarabía porque éramos bastantes los que estábamos allí reunidos. Y sin venir a cuento me miró y me dijo que estaba enamorado de una de las muchachas. Con un nudo en la garganta, le pregunté de quién, y me retó a adivinarlo. Tenía mucho miedo a hacerme ilusiones, así que como pude fui recitando los nombres de las mozas que nos acompañaban. Ante cada nombre, Alfonso negaba con la cabeza y me animaba a seguir... El corazón me estallaba en el pecho, pero me negé a pensar que se refiriese a mí. Temía que todo fuera fruto de mi imaginación, y supongo que tenía un poco de miedo al ridículo. Pero ya había dicho todos los nombres salvo el mío, y Alfonso había seguido negando, con una media sonrisa. Ya sólo quedaba mi nombre. Alfonso me miraba expectante. Pero no podía ser yo... Una mocosa marimacho, con las rodillas y los brazos llenos de arañazos. Entonces oímos un grito y Alfonso tuvo que salir corriendo para auxiliar a Hipólito que se había subido a un árbol y no sabía como bajar.

De camino a casa, como siempre, Alfonso me acompañaba. Íbamos solos, cada uno perdido en sus pensamientos. Hipólito hacía rato que se había vuelto al pueblo para curarse una rodilla que había salido mal parada de la aventura. Esperanzada, reuní todo el valor que fui capaz y le pregunté si quería decirme quién era la muchacha a la que se refería antes. Él me miró con tristeza y me dijo que no importaba, que no era nadie. A mí se me rompió el corazón y me regañé a mi misma por haber dejado volar mi imaginación de aquella manera. Tonta, sólo somos amigos. Al llegar a casa nos despedimos como cada tarde, y a la mañana siguiente nos encontramos como cada día.
#1022
CUQUINA37
CUQUINA37
20/11/2011 13:28
¿Nos vas a dejar asi?..Ayss por dios sigue.
#1023
susivo
susivo
20/11/2011 16:18
Colgada, me encanta!
#1024
olsi
olsi
20/11/2011 16:38
ay colgada.... que bonito! gracias! guiño
#1025
LadyG
LadyG
20/11/2011 17:13
Me parece que ya lo he dicho antes pero lo repito, las histórias de la infancia/juventud de Emilia y Alfonso me encantaaaaann, son tan tiernas... gracias Colgada <3
#1026
martileo
martileo
20/11/2011 19:19
Pero colgada por dios no nos dejes así, sigue sigue
#1027
Kerala
Kerala
21/11/2011 22:49
"Tu amor es mi condena" CAPÍTULO XVII

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/251/el-rincon-de-francisca-y-raimundo-porque-nosotras-si-creemos-en-su-historia-de-amor-aqui-se-admite-a-todo-el-mundo-sin-censura/
#1028
FermariaRules
FermariaRules
22/11/2011 20:13
La biblioteca ha vuelto a llegar al límite de caracteres y no deja actualizar. Me gustaría preguntarle a Kerala si le importaría que, una vez esté completo su fic, lo pasemos todo a un documento Word y lo pongamos para descarga directa, ahorraríamos mucho espacio y quien quiera leerlo completo, puede hacerlo del tirón. :)
Igual podríamos hacer con el que ya está completo y con todos los que tienen varios capítulos, por ejemplo, el de Colgada o alguno más que hay por ahí.
Si os apetece, mandadme un privado y os paso mi dire de correo para que me envieis el word.
#1029
Kerala
Kerala
22/11/2011 22:22
María te contesté por privado,pero vamos,me parece estupendo
lo que decidais me parece bien guiño
#1030
Aricia
Aricia
26/11/2011 10:00
Fermaria, por mi no hay problema con tu idea. Lo que vaya a ser más cómodo. Yo tengo mis fics guardadicos muy bien, jijijijiji

Por cierto, que hace mucho que no posteo aquí, pero que me leo todos y todos, y como siempre me encantan.... Artistazas
#1031
eiza
eiza
30/11/2011 15:12
Buenas, ayer me contaron el capi mientras espiaba en el curro y luego segui escaqueandome un rato y escribi un fic titulado "penamientos" pero antes de ponerlo para que le echeis un vistazo, aclaro que soy pesima en herbolaria y que cuando me dijeron que iban al rio a por "pensamientos" yo me fui por los cerros de ubeda confundiendo esas flores silvestres con el tipico diente de leon blanco (ahora me se el nombre porque he googleado que si no...) ese al que le soplas y salen las filigranas de la flor volando para todas partes como motitas de algodon y al que se supone que le pides un deseo antes de soplar, bueno pues eso que confundi diente de leon con pensamientos, tenedlo en cuenta cuando lo leais.

PENSAMIENTOS



Hace un frío que pela…Cierro los ojos y suspiro, recojo los vasos de la mesa del fondo mientras niego con la cabeza…Todas las noches lo mismo, algún parroquiano al que se le ocurre venir a última hora a llenar el buche y calentarse a base de morapio, y todas las noches tengo que azuzarles para que se vallan a calentarse a sus casas…pero cada día me siento más cansada, siento que mis piernas están hartas de resignarse a muchas horas de aquí para allá de allá para acá sirviendo vinos y cortando queso, siento que mi cuerpo me pide que le de un respiro, que me siente en el patio y deje que me calienten los rayos del sol, pero soy una necia…

Soy una necia porque les digo a mi padre y mi hermano que me encuentro perfectamente, que no estoy cansada, que no necesito un respiro. Cuando en realidad mi cuerpo por dentro se resiente a cada instante un poco más.

Soy una necia porque creo que no se las arreglaran sin mi, que tengo que cargarme con todo porque cuando el hijo que llevo en las entrañas este a las puertas de venir al mundo no seré capaz de ayudarlos.

Soy una necia porque no dejo que me cuiden. Ni mi padre, ni mi hermano, ni Pepa, ni…
Alfonso.

Siento un escalofrío recorrerme todo el cuerpo y las lágrimas que amenazan con brotar de mis ojos.

Pero hago acope de fuerzas, achico el corazón y me obligo a tragarme las lágrimas hacía dentro.
No me merezco el amor de ese hombre. Las cosas podían haber sido diferentes, pero yo soy una necia, una tonta, una lerda….y ahora, ahora ya es tarde.

Me llevo la mano al vientre.

Una parte de mi se reprocha haberse dejado embaucar por ese don nadie mal nacido, se maldice por haberse quedado embaraza de un hombre al que no amo, y que jamás me amó, se maldice por darle el mayor regalo que se le puede dar a un hombre…Pero la otra parte siente que este regalo es mío, solo mío, y que la vida que está creciendo en mi, es mi dicha, mi alegría y mi propia vida.

Me aferro al delantal con fuerza y lo retuerzo. Es mi dicha, mi alegría y mi propia vida pero…todo podía haber sido tan diferente si no hubiera estado tan ciega. Si me hubiera dado cuenta antes de todo el amor que me procesaba Alfonso. Si hubiera escuchado sus consejos cuando me avisaba del mal bicho que era Severiano…si Alfonso fuera su padre…

Y no puedo evitar más que las lágrimas salgan de mis ojos, retuerzo el delantal con tanta fuerza que podría hacerlo añicos…añicos como estoy haciendo mi corazón al negarle tener un amor verdadero, puro, sano y pleno como el que me ofrece él…
Paso la mano dulcemente por mi vientre. No quiero que sienta que su madre le reprocha nada. La culpa de que no tengas el padre que mereces es mía, solo mía.
Me enjugo las lágrimas de los ojos y respiro hondo. Huele a humedad, a frío, a musgo, a cera de vela derretida y a lavanda...

Me doy la vuelta despacio porque no puede ser verdad lo que pasa por mi mente.
Pero si lo es. Ahí esta él. Apoyado en el quicio de la puerta, en una de las noches más frías de lo que va de infierno mojado hasta las pestañas…Y trae un ramo, trae un ramo de flores.
Se ha vuelto loco, y se lo reprocho…

- ¿Alfonso te has vuelto loco?

Se acerca poco a poco a mí, y el olor a humedad, frío, musgo y lavanda se intensifica.
Se queda parado a dos palmos de mi, me mira a los ojos y siento como me desarmo entera, creo que mis piernas dejaran de responderme y que me caeré de bruces contra el suelo, pero si el me sostiene no tengo miedo…

- Si, loco de remate – Me dice mientras se va acercando poco a poco, muy poco a poco.
Sonríe. Y esta inmensamente guapo, con la camisa a medio abrir, empapado y despeinado. Baja la mirada al suelo y yo aprovecho para sonreír sin que lo note. Extiende las manos sin levantar la vista de mis pies, me acerca el ramo de flores a la cara y noto que son “pensamientos”, mis flores preferidas. Y un nudo empieza a formarse en mi estómago cuando él levanta su mirada y clava sus ojos en los míos – Por cada uno de tus huesos, por cada lágrima, por cada sonrisa – Y acerca dudosamente su mano a mi mejilla por donde rueda una lágrima furtiva – por cada pensamiento…
Y yo no cojo el ramo de flores. No lo cojo y me muero por hacerlo. Doy un paso en falso hacia el, y solo deseo perderme en su boca. Solo deseo un nuevo beso que me haga estremecerme como aquella vez. Solo deseo agradecerle que haya cogido esas flores para mí. Solo deseo agradecerle que este ahí, solo deseo gritarle que lo quiero y lo querré el resto de mis días. Pero no lo hago. Lo miro sin coger el ramo que me ofrece.

- Solo a ti puede ocurrírsete jugarte tu salud yendo calado hasta los huesos en una noche tan fría como esta por un mísero ramo de flores – Le reprocho con ímpetu y desdén, y noto como las palabras le duelen en el alma haciéndole una herida quizás irreparable, tan irreparable como el agujero que se ha formado en mi pecho cuando yo misma he arrancado de cuajo mi corazón, mis sentimientos y mis pensamientos, solo porque el se merece algo mejor que yo – No te ha funcionado ninguna de tus artimañas y tejemanejes y crees que podrás conseguir que me case contigo por un ramo de flores – Me doy la vuelta porque no puedo mirarlo, no puedo ver el dolor en sus ojos, no puedo ver el daño que le estoy haciendo sin que se me rompa el alma en pedazos. Me odio inmensamente por todo lo que he soltado por la boca, pero necesito que sea feliz, necesito que encuentre el amor en una mujer que sea digna de él.

- Emilia yo…

- Alfonso no digas nada más – Lo corto porque no seré capaz de escuchar ni una sola palabra de su boca sin darme la vuelta y tirarme a sus brazos rogándole que me perdone por hablarle así, rogándole que me perdone por no haberlo notado, rogándole que se case conmigo, que me enseñe lo que es el amor de verdad…

Y noto como se acerca a mi espalda, como pone su mano en mi hombro, noto su tacto y siento como el corazón se me desencaja del sitio, como desplaza mis pulmones y hace que se atoren en mi garganta, y quiero gritarle que se valla pues no puedo contener más las ganas de robarle un beso, pero mis pulmones atoran mi garganta y no puedo articular palabra. Así que me zafó bruscamente de la presión de su mano en mi hombro. Me alejo de él y siento como lo he exterminado sin articular palabras. Siento el frío que entra por la puerta cuando él la abre para marcharse sin decir nada más. Siento el golpe seco de la puerta al cerrarse. Y entonces me giro. Me giro deseando que aún este ahí. Pero no lo esta. No lo esta y yo no puedo con mi alma. El mundo se me viene a los pies y yo me dejo caer de rodillas en el suelo. Lloro como nunca he llorado. Lloro porque he exterminado su corazón y el mío propio. Lloro porque el se merece amor y no exterminio. Lloro porque yo me merezco todo esto. Lloro porque mi hijo no podría haber tenido mejor padre que él. Lloro porque moriría si lo viera feliz del brazo de otra moza. Lloro porque amo con todo mi ser a Alfonso Castañeda. Lloro porque se que él debería ser el padre de mi hijo. Lloro por todo el daño que le he hecho….Lloro por Alfonso Castañeda.
#1032
eiza
eiza
30/11/2011 15:17
Intento dejar de llorar, intento que mi corazón vuelva a encajarse en su sitio, que deje a mis pulmones retomar a su lugar y desatorar mi garganta. Deseo gritar y no puedo.

Con mucho esfuerzo me pongo de pie. Seco mis lágrimas con el delantal y entonces lo veo. Veo un pequeño ramillete de “pensamientos” apoyado en la barra. Con mimo. Con cuidado. Para mi, dentro de un vaso de barro.

Me acerco a él y lo cojo con mimo, con cuidado, con cariño, con nostalgia, con culpabilidad y con amor.

No se ni como ni porque, pero ahora mismo estoy en medio de la plaza, sin ponerme siquiera un chal o algo que me abrigue en esta fría noche.
Solo yo, con mi culpa, con mi vergüenza, con mi hijo y con mi amor por él. Con mi amor por Alfonso Castañeda.

Las lágrimas aún salen sin cese de mis ojos, que debo tener muy hinchados de lo que he llorado.

Sostengo en mis manos temblorosas el ramillete de “pensamientos” y sin pensarlo si quiera, consigo sacar la voz de mi corazón, que creo que se ha encogido tanto por el dolor que ha dejado que mis pulmones retornen a su posición original.

- Quiero que Alfonso sea feliz

No digo nada más porque no hace falta, si el es feliz, yo tengo suficiente. Soplo fuerte para que las flores se deshagan y salgan volando en esta fría y dolorosa noche de invierno. Las contemplo volar lejos y sonrió. Ojala se me cumpla el deseo. Suspiro y cierro los ojos. Y entonces lo escucho.

- Solo puedo ser feliz si te tengo a ti, Emilia Ulloa.

Mi corazón da un vuelco al sentir su voz a mi espalda. Tengo miedo de girarme y que no este ahí, que solo haya sido mi imaginación y mi deseo.

Muerdo mi labio inferior con ímpetu y me giró. Y ahí esta él. Mojado, de las pestañas a los pies. Mirándome a los ojos con eso bonitos ojos marrones que tienen rastro de haber llorado por todo lo que yo le he hecho.

Esta vez soy yo la que se acerca. Quiero decirle que ha de encontrar la felicidad en otra parte, Quiero decirle que no puede tenerme porque no le merezco, quiero decirle que voy a tener un hijo de otro.

Y entonces recuerdo que mi hijo, es solo mío. Me pongo frente a él y no le digo nada. Cojo sus manos y las pongo en mi vientre. Ese es el motivo por el que no puedo dejar que me ames. Y no se lo digo, pero creo que lo ve en mis ojos.

- Lo querré como si fuera mío. Porque mío lo siento.

Y entonces lo siento. Siento un sentimiento que nunca había sentido. Siento que mi vientre arde y puedo sentir la vida que hay dentro de mi, siento que el corazón de mi hijo a empezado a latir al sentir el amor que aquel que debería haber sido su padre le procesa. Y se que si se lo dijera a Pepa me diría que estoy loca y que es imposible que sienta al bebe tan pronto. Pero soy su madre, y se lo que digo. Mi hijo a renacido en mi vientre al sentir el calor de un padre, y el corazón desbordado de su madre. Mi hijo es mi dicha, mi alegría y mi propia vida. Y hasta ahora no me había dado cuenta, pero también es la suya.

No lo pienso un segundo más y me lanzo a sus brazos, rodeo su cuello con mis brazos y lo aprieto fuertemente contra mi pecho en el mayor de los abrazos. Siento el frio de sus ropas mojadas calar en mi cuerpo. Me estremezco de amor al sentir sus manos deslizarse por mi espalda. Me separo ligeramente del mejor abrazo que me han dado en la vida. Lo miro a sus bonitos ojos castaños y veo dos lágrimas que resbalan por sus frías mejillas. Me pongo de puntillas y se las enjugo con mi dedo. Lo miro y le sonrío, y el sonríe. Acaricio sus labios con la yema de mis dedos y respiro su olor nuevamente. Cierro los ojos y me guio por mi corazón. Me acerco con cuidado a él y beso tierna y dulcemente sus labios. El me coge de la cintura y me trae hacia si. Dejo a mis manos fluir por su espalda, parar en su nuca y estremecerse al contacto de su piel. Y el beso se hace más intenso cuando mezclamos nuestra saliva. Siento que en mi cuerpo entero un estallido de jolgorio, nerviosismo y excitación.

Él se separa lentamente aunque yo podría estar besándolo toda la vida. Ahora que he descubierto el sabor del amor de la mano de su saliva creo que no podre parar jamás de saborearlo. Me mira sonriente, y pone sus manos en mi vientre. Yo le sonrío y pongo mis manos en sus mejillas, acariciándolas con mimo.

- Se ha cumplido tu deseo.

Me dice aún más sonriente. Y yo suelto una risotada y le sonrío. Le sonrío porque él es feliz. Y desde mi vientre, mi hijo, NUESTRO HIJO también sonríe.

Sigo acariciando cada surco de su cara cuando veo posarse en su hombro uno de las pequeñas filigranas de “pensamientos”. Lo recojo y jugueteo con el entre mis dedos.

Si, se ha cumplido mi deseo. Por que el es feliz y yo lo seré de su mano. Porque el hijo que crece en mis entrañas, ya no es solo mi hijo. Desde el mismo instante en el que lo note arder en mi vientre es y será por siempre su hijo. El hijo de Alfonso Castañeda. Nuestro hijo.

Y vuelvo a sentir el calor de mi vientre, que yo se que proviene de nuestro hijo. Y sonrío. Acaricio sus manos que aún reposan en mi vientre y entonces lo digo.

- Cásate conmigo Alfonso.
#1033
martileo
martileo
01/12/2011 12:34
Eiza que pena que no tengas tiempo para escribir fics tan bonitos como éste más a menudo. Es sencillamente precioso, gracias
#1034
FermariaRules
FermariaRules
01/12/2011 20:27
Caía la tarde cuando Alfonso culminó el ascenso hasta la pequeña casa que ahora era su hogar. El frío del norte, mojado de mar, le había calado los huesos a traición durante toda la jornada, y agradeció el calor que desprendía la chimenea que su padre atizaba. Las mujeres de los jornaleros trajinaban en las casas contiguas, puchereando guisos que harían las veces de cena para esa noche y almuerzo al día siguiente. A esas horas, siempre acudía alguna y les dejaba una tartera pequeña y un buen cacho de pan. A cambio, Alfonso ayudaba en lo que podía en el caserío. Sólo habían transcurrido unas pocas semanas desde su llegada, pero todo el mundo apreciaba ya su buena voluntad y su inagotable capacidad de trabajo en el campo.

Ayudó a su padre a acomodarse en el asiento y dispuso un par de platos sobre la mesa. Fuera, una llovizna suave, hecha con sal de mar, comenzaba a regar la tierra. Pensó que a Emilia le encantaría el olor del Cantábrico, el rumor de las olas por la noche, y por un instante, la imaginó entre sus brazos, en aquella misma casa, en su catre, maravillándose a medianoche con los sonidos de las olas lamiendo los acantilados.

Abstraído como estaba en aquella Emilia anhelada, a la que ni la distancia ni los días conseguían alejar, no oyó el galope del caballo que ascendía por el sendero. El hombre de Mesía tuvo que aporrear la puerta con insistencia para cumplir con el cometido de entregar aquella misiva en mano. Alfonso la recogió con extrañeza y apenas atinó a balbucear cuatro palabras, ofreciendo al jinete un plato caliente antes de partir de nuevo, cuando reconoció la letra redonda, con la tinta apretada, de Emilia. El hombre declinó la invitación y se perdió bajo la lluvia, que comenzaba ya a arreciar.

Con un desasosiego que le hizo temblar las manos, dejó caer el sobre en la mesa y recogió los trastos de la cena, incapaz de aventurarse a leer lo que hubiera dentro. Si hallaba indiferencia entre las líneas, historias de los Mirañar, de Don Anselmo y la taberna, no sabría recomponerse. Prefería mil veces que se lo tragara el mar antes que saber que su marcha no había hecho mella en ella.

Sólo cuando su padre ya se hallaba en el catre, y el caserío entero parecía dormir, se sentó junto a los rescoldos del fuego y abrió el sobre. Las dos hojas, pulcramente dobladas, le rompieron la falsa calma que había sentido alejándose de ella. Ahí estaba, su esencia, entre sus dedos. Las abrió despacio y empezó a leer…

Mi querido Alfonso,

Espero te encuentres bien al recibo de la presente, esta que tanto me cuesta escribir pues quizá, si alcanzas a leer el final, pienses de mí que soy una niña malcriada, egoísta y ruin, que no merece ni el tiempo que han de tomarte estas líneas. Quizá sea mejor que esta tinta y este papel sean pasto de las llamas y nuestra historia quede así, prendida en lumbre por unos segundos y muerta en cenizas después. A tiempo estás, olvídame, si acaso no lo has hecho ya, alimenta tu lumbre con lo que te queda de mí, olvídame del todo, no pienses en mí, menos aún en cómo pudo haber sido. Eso ya lo hago yo por los dos.

En la taberna se te echa de menos. Mi padre se toma el orujo solo a media tarde, sabes que Sebastián va a la suya y de un tiempo a esta parte, poco mira por nadie. Tu madre anda como alma en pena, de tu casa a la casona, y de la casona a tu casa, faenando y rumiando su dolor callado. Mariana apenas se llega hasta el colmado un día a la semana, pero pocas ganas de chanza se le ven, aunque no mucho podría contarte de ella pues, desde tu marcha, me mira con un ligero desdén. No la culpo, créeme. Si alguna mujer hubiera hecho penar a mi hermano la mitad de lo que yo te hice penar a ti, habría arrastrado a esa malnacida por todo el empedrado de Puente Viejo tirándole de las greñas.

No te aflijas por lo que te cuento, que no era esa la intención. Aún no sé a cuento de qué me gasto tanta palabrería, será que no sé cómo decir lo que quiero decir…

Vuelve Alfonso. Descruza por mí, de nuevo, las tierras que ya anduviste por mi causa. Vuelve y sé para mí lo que quieras ser. Te necesito a mi lado. Necesito a mi Alfonso. Mi amigo… esa palabra se me clava en el alma mil veces por cada vez que la usé para contigo. No te quiero así. Te quiero apoyado en el quicio de mi puerta, empapado en agua fría con flores en la mano, diciéndome que no te resignas, que poco te importa lo que digan de mí, o de ti. Te quiero como padre de mi hijo. Como marido. Como amante. Te quiero, sin más.

Juro por lo que más quieras que no escribiría estas letras si hubiera encontrado otra forma de sosegar lo que llevo dentro. He procurado convencerme de que era mejor así, que amándote como te amo, debía ser generosa y querer lo mejor para ti. Pero miente quien dice que no es egoísta el amor. No te quiero feliz en otra parte.

Mira que si no vuelves, bien me conoces, sabes que sería capaz de plantarme ante tu puerta y gritarle a los cuatro vientos que no me quieres reconocer al niño. Si no te casas conmigo, tus convecinos te molerían a palos. No te rías, sé que lo estás haciendo, casi puedo ver tu sonrisa de medio lado desde aquí, mire donde mire en esta taberna ahora vacía. Igual que sé que ahora, azorado porque te conozco demasiado, tus dedos juguetean nerviosos con tu pelo, se pasean por la oreja, de la que ahora te apartas presto para no darme la razón.

Si acaso no quieres volver, por favor, no me lo hagas saber. Déjame soñar que esta carta nunca llegó, que se extravió y vuela por los caminos mientras tú aún aguardas su llegada.

Vuelve, te lo ruego, vuelve.

Tuya siempre,

Emilia.


Volvió a doblar las hojas y tomó conciencia de su sonrisa al llevarse los dedos a los labios, arrebatados de nuevo por el sabor de aquel único beso. Su sonrisa torcida, maldita Emilia.

Tratando de no hacer ruido, y moviéndose a tientas de un lado a otro, reunió sus ropas sobre la mesa y formó un pequeño hatillo. En cuanto el sol amenazara con despuntar el alba, partiría de vuelta. Volvería a por ella.

(Continuará...)
#1035
eiza
eiza
01/12/2011 20:43
Martileo muchas gracias, me alegro de que te guste ^^

Mari, que te digo a ti ahora, me has costado medio paquete de kleenex, y sabes que me encanta llorar por estos motivos ;P que grandisima eres pequeña!
#1036
Aricia
Aricia
01/12/2011 20:50
Eiza y Maria, preciosos vuestros relatos.

Se os echaba de menos :). Y qué bonito escribes las cartas, jodía
#1037
martileo
martileo
01/12/2011 21:06
¡María que bonito escribes! Me gustaría que pasara algo parecido.....
#1038
silviaxy
silviaxy
01/12/2011 23:26
Buenas noches!

Eiza, Fermaria: muchísimas gracias a las dos. Hacía mucho que no escribiais y la verdad es que se os echaba de menos. Me han encantado los dos. Son brutalmente bonitos y cualquiera de ellos sería una solución fantástica para este par!

Muchas gracias!!!
#1039
laia1990
laia1990
01/12/2011 23:41
Precioso ains bravo
#1040
eiza
eiza
03/12/2011 00:12
muchas gracias!! hace mucho que no escribia y si llego a saber que os iba a gustar tanto abro el word antes jejeje!!

procurare escribir mas, pero no tengo tiempo, pero yo lo intentaré

gracias de verdad
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