Crítica 'Hispania'

Desypués de haber seguido todas las producciones del mal llamado género peplum, el rescate del tema épico Romano que se está llevando a cabo por las cinematográficas durante esta última década da resultados bastante desiguales, tendiendo a la mediocridad. Gladiator, Artorius, La Última Legion... títulos que, por muy buena voluntad que se les ponga, no conseguirán nunca emular un Yo Claudio o un Espartaco. Por mucho que se esfuercen, ni Lluís Homar estará jamas a la altura de Lawrence Olivier, ni el guapo (eso no se puede negar) y bueno de Ballesta se asomará a Tony Curtis. Luís Marco, pues, ehem.... después de haber gastado sus últimos cartuchos en las mediocres, por no decir, malísimas series de TV de Catalunya, que me lo pongan como el Panoramix de la serie, pues como que ya la cosa termina por fastidiar el reparto. Lo dicho, de todos ellos sólo salvo al Ballesta y al que hace de Marco, por la belleza de sus ojazos, no por nada más. Y la mujer del todopoderoso romano, ni me molesté en mirar quien interpreta un papel, que, ya sólo por los poco originales, ordinarios, repetitivos y anacrónicos diálogos, me termina de caer de la gracia con una burda interpretación. Los actores, en general, no es que sean malos, pero es que los pobres, con el guión que les han encolomado, pus no se les puede pedir más de si. Viendo un capítulo con volumen 0, les aseguro que uno de mis alumnos de ESO los habría escrito mejor.

Luego haber si se curran más los uniformes de los legionarios, que a parte de no corresponderse con la época que ilustran (los de la serie son más propios de los de Trajano o los del siglo II dC), les aseguro yo que con esos andrajos, Roma no se habría adueñado del mundo, y menos aun con las torpes "coreografías" de combate que muestran. Aunque, pobres legionarios, los ponen como bailarinas más que rudos y experimentados combatientes, la verdad sea dicha. No era tan fácil vencer a un hombre que de media llevaba 10 años de luchas, en combate singular.

La banda sonora intenta ser algo parecido a lo sinfónico, pero, la verdad, las composiciones de Miklós Rozsa para Quo Vadis, o la de Alex North para Espartaco nada tienen que envidiar a esa especie de refrito que en producciones similares quieren usar con aromas de leyenda.

En fin, en vez de un buen contingente de lusitanos que nos deleiten con más auténticos combates contra unos romanos dispuestos a vender cara su piel, nos encontramos con cuatro bandoleros, igual que en el Curro Jiménez (y conste que admiro a Sancho Gracia) Viriato, curro, Sandro Algarrobo, Paulo el Gitano y Darío el Estudiante. El formato viene a ser el mismo, lo que pasa que en Hispania dudo que tengan los recursos argumentales que gastaron con las andaduras del bandolero andaluz de cantillana.

Pngo 6,1 pq me gustan mucho las de romanos, y si la cosa termina con el Viriato muerto, el Sandro pillado en combate, y nuestro Darío y Paulo crucifiados (sólo con el taparrabo, puntualizaba una señora el otro día en una panadería), ya tendremos un mínimo de veracidad histórica, y un factor diferenciador en el producto de la serue: los protas pasaos por la piedra.

Y si puede ser, al pretor que no me lo toquen, que me molan esos personajes a lo JR de Dallas.

Dicho esto, disculpen mi sarcasmo, pero después de ver como hicieron trizas la obra de Simon Scarrow con El Centurion, se me suben las sangres al ver lo que algunos ineptos osan llamar diálogos.

Lo siento, pero de momento me quedo con el Calígula de Joan Pera y nuestro queridísimo Sancho Gracia.