Foro Los hombres de Paco
Nueva novela Sara y Lucas. quot;Nos hemos coronadoquot; Un final para ellos
#0
21/04/2013 17:12
Holaa! Bueno, hace tiempo yo escribía una novela de Sara y Lucas en un Fotolog y me fue bastante bien, a mí me encanta escribir y me encantaban Sara y Lucas, hasta que nos metieron el bulo de Sarita poniéndole la cornamenta a Aitor, así que he decidido escribir una nueva novela para poner un final a su historia y hacerle justicia a Lucas porque se rieron de él todo lo que pudieron y un poquillo más. Así que espero que os guste mucho y que me apoyéis. Me va a ayudar con las ideas para la novela una amiga mía que somos las dos unas fanáticas de Sara y Lucas y ale, un besazo para todas.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
#61
25/05/2013 07:38
Qué duro!! Pobre Sara!!
Sigue escribiendo!!
Gracias!!
Sigue escribiendo!!
Gracias!!
#62
26/05/2013 17:49
A Sara la llevaron al hospital inmediatamente, tras varias horas de incertidumbre, salió el médico:
- Ella está bien –dijo- Tiene un pequeño desgarro vaginal, pero… tememos por el feto… ha perdido mucha sangre en el camino al hospital.
- ¿El feto? –preguntó Lucas- ¿Pero ella está…? ¿De ahora?
- No, no, no ha sido la violación –dijo el médico- Está de dos semanas más o menos…
Lucas respiró aliviado y a la vez sonrió.
“Embarazada” pensó “La pienso cuidar hasta que se aburra de mí…”. Lucas entró a verla. Allí estaba ella, preciosa, con algunas magulladuras y las manos sobre su tripa.
- ¿Ya te han dicho que los espermatozoides de papi Lucas son los mejores?
- ¿Los espermatozoides de papi Lucas? Perdona, pero yo creo que mis óvulos son los que siempre están dispuestos…
- ¿Lo ves cómo tendríamos más oportunidades?
- Sí…pero me han dicho que estoy muy débil… que he perdido mucha sangre… y tengo miedo…
- Shh… Ahora está aquí Lucas para cuidar esta tripa… -dijo Lucas besando su tripa.
- Jajajajajajajaja, Lucas, para, me haces cosquillas…
- ¿Qué tal? –señaló a la parte íntima de Sara.
- Estoy muy dolorida… Me hizo mucho daño… -dijo.
- Shh… ya está, preciosa… ahora te voy a cuidar… no te voy a dejar sola… Lo que te hizo ese cabrón no tiene nombre… -le acarició la cara- Y todo por mi culpa, me dejé coger como un vulgar becario…
- No, Lucas, no fue tu culpa… Era un hijo de puta y ya está… -le acarició la cara- Ojalá le encierren para toda su puta vida.
- Por su bien que lo encierren porque si lo pillo te juro que lo mato, porque tu abuelo me paró que sino lo mismo nuestro niño habría tenido que ir a ver a su padre a la cárcel.
- Anda, deja de decir tonterías, cariño… Tenemos que olvidarnos cuanto antes de lo que ha pasado… y centrarnos en nuestro pequeñín… -acarició su tripa.
- Sí… mi pequeño pistolero… -besó la tripa de Sara- A este le hago yo policía como que me llamo Lucas Fernández.
- Bueno… pero a lo mejor es una niña –dijo Sara.
- Bueno, pues entonces será mi pequeña pistolera…
- Anda… yo espero que tenga un poco más de cabeza… que no salga a su padre…
- ¿¡Cómo!? ¿¡Me estás llamando loco!?
- ¿¡Yo!? Yo no he nombrado la palabra loco en ningún momento…
- ¿Quieres que te demuestre lo loco que estoy? –le susurró al oído.
Lucas empezó a besarle el cuello y deslizó sus manos por debajo del camisón de Sara acariciando su tripa. Sara puso sus manos sobre las de Lucas mientras este la besaba en los labios.
- Ella está bien –dijo- Tiene un pequeño desgarro vaginal, pero… tememos por el feto… ha perdido mucha sangre en el camino al hospital.
- ¿El feto? –preguntó Lucas- ¿Pero ella está…? ¿De ahora?
- No, no, no ha sido la violación –dijo el médico- Está de dos semanas más o menos…
Lucas respiró aliviado y a la vez sonrió.
“Embarazada” pensó “La pienso cuidar hasta que se aburra de mí…”. Lucas entró a verla. Allí estaba ella, preciosa, con algunas magulladuras y las manos sobre su tripa.
- ¿Ya te han dicho que los espermatozoides de papi Lucas son los mejores?
- ¿Los espermatozoides de papi Lucas? Perdona, pero yo creo que mis óvulos son los que siempre están dispuestos…
- ¿Lo ves cómo tendríamos más oportunidades?
- Sí…pero me han dicho que estoy muy débil… que he perdido mucha sangre… y tengo miedo…
- Shh… Ahora está aquí Lucas para cuidar esta tripa… -dijo Lucas besando su tripa.
- Jajajajajajajaja, Lucas, para, me haces cosquillas…
- ¿Qué tal? –señaló a la parte íntima de Sara.
- Estoy muy dolorida… Me hizo mucho daño… -dijo.
- Shh… ya está, preciosa… ahora te voy a cuidar… no te voy a dejar sola… Lo que te hizo ese cabrón no tiene nombre… -le acarició la cara- Y todo por mi culpa, me dejé coger como un vulgar becario…
- No, Lucas, no fue tu culpa… Era un hijo de puta y ya está… -le acarició la cara- Ojalá le encierren para toda su puta vida.
- Por su bien que lo encierren porque si lo pillo te juro que lo mato, porque tu abuelo me paró que sino lo mismo nuestro niño habría tenido que ir a ver a su padre a la cárcel.
- Anda, deja de decir tonterías, cariño… Tenemos que olvidarnos cuanto antes de lo que ha pasado… y centrarnos en nuestro pequeñín… -acarició su tripa.
- Sí… mi pequeño pistolero… -besó la tripa de Sara- A este le hago yo policía como que me llamo Lucas Fernández.
- Bueno… pero a lo mejor es una niña –dijo Sara.
- Bueno, pues entonces será mi pequeña pistolera…
- Anda… yo espero que tenga un poco más de cabeza… que no salga a su padre…
- ¿¡Cómo!? ¿¡Me estás llamando loco!?
- ¿¡Yo!? Yo no he nombrado la palabra loco en ningún momento…
- ¿Quieres que te demuestre lo loco que estoy? –le susurró al oído.
Lucas empezó a besarle el cuello y deslizó sus manos por debajo del camisón de Sara acariciando su tripa. Sara puso sus manos sobre las de Lucas mientras este la besaba en los labios.
#63
26/05/2013 21:08
Hola Lanena! gracias por nuevo parte....espero pronto será todos bien para Sara y Lucas.... 
#64
06/06/2013 06:02
Hola Lanena!! Cuando continúas con la historia???
Gracias!!!
Besazos!!
Gracias!!!
Besazos!!
#65
07/06/2013 12:32
Unos días más tarde a Sara le dieron el alta. Lucas la cuidaba mucho, estaba todo el día pendiente de ella. Sara tenía que guardar reposo absoluto. Sara estaba de baja y no iba a la comisaría. Aquella mañana sonó el despertador, Lucas se revolvió en la cama para levantarse para ir a comisaría:
- Mmmm… Lucas… -se abrazó Sara a él- No te vayas…
- Sí, claro… y tu abuelo me corta los cojones y ya no te puedo dejar embarazada más…
- ¿Más? –preguntó Sara- ¿Es que no tienes bastante con uno?
- ¿Yo? No… necesito un equipo de fútbol por lo menos…
- ¿Qué dices? Míralo, qué gracioso él… cómo tu no los tienes que traer al mundo… Oye, ¿y por qué no le pides unos días libres a mi abuelo y nos vamos a la playa los dos?
- Sí… seguro que me los da, vamos… con lo irascible que está… Bueno, me voy, que si no llego tarde y me cuelga de los pulgares…
Lucas le dio un beso a Sara y se levantó. Sara se revolvió, se arropó y se tumbó en el lado de Lucas. Lucas se duchó y se fue a comisaría. Cuando llegó vio a Mariano hablando con Paco muy alterados en el despacho de Paco.
- Bueno, Paco, pues yo que sé… No sé… ¿y has probado la postura profunda?
- ¿Pero qué profunda ni que mierda, Mariano? Que no, que no…
- ¿Qué os pasa? –preguntó Lucas cuando entró.
- Nada, nada… -dijo Paco con el pañuelo.
- Nada, no, Paco, cuéntaselo a Lucas, Paco, que él más joven y lo mismo pues… con sus tres veces al día te puede dar alguna lección. Lucas, ¿Sara llega al orgasmo?
- ¿Pero qué coño me estás contando, Mariano? ¿Qué te interesa a ti si Sara llega o no llega al orgasmo o al clímax?
- Si no es por mí, es por Paco, que dice que tiene problemas con Salgado…
- ¿Cómo problemas? –preguntó Lucas.
- Que sí, que dice que no llega… que no la satisface, vamos…
A Lucas se le escapó una carcajada:
- Pues para esto… lo mejor es aprender de profesionales…
- ¿Profesionales? –preguntó Mariano.
- Porno. –dijo Lucas.
- ¡No, no, no! –gritó Paco- ¡Ni de coña! ¡Los problemas que yo tenga con mi Marina son solo cosa mía!
- ¿Pero tú has probado lo del bajarte al pilón? –dijo Mariano- A mí con Bernarda siempre me funcionaba…
- Que sí, que sí, que lo he probado todo…
- Haber… -dijo Lucas- Pero tú… ¿cómo… lo haces?
- ¿Qué coño me estás preguntando, Lucas? ¿Qué quieres información privilegiada de cómo me bajo al pilón?
- ¡Que no es eso, gilipollas! ¡Que lo mismo el problema está en la técnica!
- Pues, joder… yo que sé… chupar ahí y ya está… ¿no? –dijo Paco con el pañuelo.
- ¡Mal! –gritó Lucas- Para que a una mujer le guste que tú te bajes al pilón lo primero que tienes que hacer es empezar por la espalda…
- ¿La espalda? –preguntó Paco.
- Sí, la espalda… luego vas bajando a las caderas y entonces le quitas las bragas, el tanga o lo que mierda lleve… y después le empiezas a dar besos por la parte final de la espalda y este es el momento en que ella levanta el culo y abre las piernas, y si no lo hace es que lo has hecho muy mal… Luego empiezas con lametones y besos por la cara interna de los muslos… por la parte cercana al final de los glúteos… pero ella todavía de espaldas a ti… Vale, y ahora compruebas el grado de humedad…
- ¿El grado de humedad? –dijo Paco con el pañuelo.
- ¡Si le está gustando, gilipollas! Anda que… ¡no estás tú pegado ni nada en estos temas! Después le das la vuelta, ya la tienes de cara a ti… Pones las manos en el nacimiento de sus muslos… presionas suavemente y no dejes que abra las piernas del todo todavía… Te vas acercando lentamente… y aspiras el olor.
- ¡Dios, qué asco! –dijo Mariano- Hablar de estas cosas recién desayunado…
- Pues si esto te da asco… -dijo Lucas- Mejor dedícate a la música porque no sirves para el sexo, ¿eh?
- ¿Qué no sirvo yo para el sexo? –gritó Mariano- Pues mi Bernarda no decía lo mismo…
- Bueno, coño, calla y déjame acabar… y ahora que parece que ya se lo vas a… ¡Pues no!
- ¡No, no, todavía no! –repitió Mariano.
- Coges y te vas por su tripa para arriba, por encima de sus bragas… le lames un poquito… por el ombligo… ahora un beso en el pubis… cerca de lo más sagrado… luego empiezas a bajar por las ingles… Vale, ahora empiezas con lametones y besos húmedos, intensos… Joder, que calor me está entrando…-dijo Lucas- Bueno… pero que tampoco parezcan que no puedes aguantarte… vuelve a la cara interior de los muslos… Acaricias desde la punta del pie, empeine… tobillo… piernas… Si lo has hecho bien cuando vuelvas al triangulito, estará hechito agua…
- ¡Dios, qué asco!
- Un asco que te cagas… -dijo Lucas abanicándose con una de las carpetas que había sobre la mesa- Ahora soplas un poco y…
Lucas no pudo seguir porque en ese momento su cuerpo reaccionó haciendo que Lucas se tuviera que tapar con la carpeta.
- Joder…
- ¿Qué coño te pasa? –preguntó Mariano.
- Joder, que es que me estoy imaginando a Sara y… no he podido evitarlo…
- Pero, tú… ¿¡TÚ QUE LE HACES A MI NIÑA, CABRÓN!? –gritó Paco.
- Bueno, Paco, tu niña no es ya tan niña…-dijo Mariano- Además que es su mujer, coño, ve asumiendo que embarazada no se ha quedado por arte de magia…
- Eso está claro… -dijo Lucas.
- Pedazo de animal –dijo Paco-seguro que la obligaste…
- ¿¡Que la obligué!? Tú no conoces a tu hija, Paco…
- ¿Estás llamando a mi hija guarra?
- No, Paco, guarra, no… ninfomaníaca, que es distinto… -dijo Mariano- Porque con Aitor bien que estaba todo el día dale que te pego… que te lo dije… que Sarita siempre ha sido ligerita de cascos…
- ¡Mariano, coño! –gritó Paco y le dio un coscorrón.
- Joder, si es que es verdad… lo de esa niña no es normal…
- Un respeto, Mariano, joder, que estás hablando de mi mujer… -dijo Lucas.
- Bueno, algo tenemos que hacer con lo de Paco.
- Yo ya lo he dicho antes, porno. –dijo Lucas- Mira, esta tarde Sara se va a un curso preparto de eso, venís a casa y la vemos allí.
- Mmmm… Lucas… -se abrazó Sara a él- No te vayas…
- Sí, claro… y tu abuelo me corta los cojones y ya no te puedo dejar embarazada más…
- ¿Más? –preguntó Sara- ¿Es que no tienes bastante con uno?
- ¿Yo? No… necesito un equipo de fútbol por lo menos…
- ¿Qué dices? Míralo, qué gracioso él… cómo tu no los tienes que traer al mundo… Oye, ¿y por qué no le pides unos días libres a mi abuelo y nos vamos a la playa los dos?
- Sí… seguro que me los da, vamos… con lo irascible que está… Bueno, me voy, que si no llego tarde y me cuelga de los pulgares…
Lucas le dio un beso a Sara y se levantó. Sara se revolvió, se arropó y se tumbó en el lado de Lucas. Lucas se duchó y se fue a comisaría. Cuando llegó vio a Mariano hablando con Paco muy alterados en el despacho de Paco.
- Bueno, Paco, pues yo que sé… No sé… ¿y has probado la postura profunda?
- ¿Pero qué profunda ni que mierda, Mariano? Que no, que no…
- ¿Qué os pasa? –preguntó Lucas cuando entró.
- Nada, nada… -dijo Paco con el pañuelo.
- Nada, no, Paco, cuéntaselo a Lucas, Paco, que él más joven y lo mismo pues… con sus tres veces al día te puede dar alguna lección. Lucas, ¿Sara llega al orgasmo?
- ¿Pero qué coño me estás contando, Mariano? ¿Qué te interesa a ti si Sara llega o no llega al orgasmo o al clímax?
- Si no es por mí, es por Paco, que dice que tiene problemas con Salgado…
- ¿Cómo problemas? –preguntó Lucas.
- Que sí, que dice que no llega… que no la satisface, vamos…
A Lucas se le escapó una carcajada:
- Pues para esto… lo mejor es aprender de profesionales…
- ¿Profesionales? –preguntó Mariano.
- Porno. –dijo Lucas.
- ¡No, no, no! –gritó Paco- ¡Ni de coña! ¡Los problemas que yo tenga con mi Marina son solo cosa mía!
- ¿Pero tú has probado lo del bajarte al pilón? –dijo Mariano- A mí con Bernarda siempre me funcionaba…
- Que sí, que sí, que lo he probado todo…
- Haber… -dijo Lucas- Pero tú… ¿cómo… lo haces?
- ¿Qué coño me estás preguntando, Lucas? ¿Qué quieres información privilegiada de cómo me bajo al pilón?
- ¡Que no es eso, gilipollas! ¡Que lo mismo el problema está en la técnica!
- Pues, joder… yo que sé… chupar ahí y ya está… ¿no? –dijo Paco con el pañuelo.
- ¡Mal! –gritó Lucas- Para que a una mujer le guste que tú te bajes al pilón lo primero que tienes que hacer es empezar por la espalda…
- ¿La espalda? –preguntó Paco.
- Sí, la espalda… luego vas bajando a las caderas y entonces le quitas las bragas, el tanga o lo que mierda lleve… y después le empiezas a dar besos por la parte final de la espalda y este es el momento en que ella levanta el culo y abre las piernas, y si no lo hace es que lo has hecho muy mal… Luego empiezas con lametones y besos por la cara interna de los muslos… por la parte cercana al final de los glúteos… pero ella todavía de espaldas a ti… Vale, y ahora compruebas el grado de humedad…
- ¿El grado de humedad? –dijo Paco con el pañuelo.
- ¡Si le está gustando, gilipollas! Anda que… ¡no estás tú pegado ni nada en estos temas! Después le das la vuelta, ya la tienes de cara a ti… Pones las manos en el nacimiento de sus muslos… presionas suavemente y no dejes que abra las piernas del todo todavía… Te vas acercando lentamente… y aspiras el olor.
- ¡Dios, qué asco! –dijo Mariano- Hablar de estas cosas recién desayunado…
- Pues si esto te da asco… -dijo Lucas- Mejor dedícate a la música porque no sirves para el sexo, ¿eh?
- ¿Qué no sirvo yo para el sexo? –gritó Mariano- Pues mi Bernarda no decía lo mismo…
- Bueno, coño, calla y déjame acabar… y ahora que parece que ya se lo vas a… ¡Pues no!
- ¡No, no, todavía no! –repitió Mariano.
- Coges y te vas por su tripa para arriba, por encima de sus bragas… le lames un poquito… por el ombligo… ahora un beso en el pubis… cerca de lo más sagrado… luego empiezas a bajar por las ingles… Vale, ahora empiezas con lametones y besos húmedos, intensos… Joder, que calor me está entrando…-dijo Lucas- Bueno… pero que tampoco parezcan que no puedes aguantarte… vuelve a la cara interior de los muslos… Acaricias desde la punta del pie, empeine… tobillo… piernas… Si lo has hecho bien cuando vuelvas al triangulito, estará hechito agua…
- ¡Dios, qué asco!
- Un asco que te cagas… -dijo Lucas abanicándose con una de las carpetas que había sobre la mesa- Ahora soplas un poco y…
Lucas no pudo seguir porque en ese momento su cuerpo reaccionó haciendo que Lucas se tuviera que tapar con la carpeta.
- Joder…
- ¿Qué coño te pasa? –preguntó Mariano.
- Joder, que es que me estoy imaginando a Sara y… no he podido evitarlo…
- Pero, tú… ¿¡TÚ QUE LE HACES A MI NIÑA, CABRÓN!? –gritó Paco.
- Bueno, Paco, tu niña no es ya tan niña…-dijo Mariano- Además que es su mujer, coño, ve asumiendo que embarazada no se ha quedado por arte de magia…
- Eso está claro… -dijo Lucas.
- Pedazo de animal –dijo Paco-seguro que la obligaste…
- ¿¡Que la obligué!? Tú no conoces a tu hija, Paco…
- ¿Estás llamando a mi hija guarra?
- No, Paco, guarra, no… ninfomaníaca, que es distinto… -dijo Mariano- Porque con Aitor bien que estaba todo el día dale que te pego… que te lo dije… que Sarita siempre ha sido ligerita de cascos…
- ¡Mariano, coño! –gritó Paco y le dio un coscorrón.
- Joder, si es que es verdad… lo de esa niña no es normal…
- Un respeto, Mariano, joder, que estás hablando de mi mujer… -dijo Lucas.
- Bueno, algo tenemos que hacer con lo de Paco.
- Yo ya lo he dicho antes, porno. –dijo Lucas- Mira, esta tarde Sara se va a un curso preparto de eso, venís a casa y la vemos allí.
#66
07/06/2013 12:49
Unas horas más tarde estaban en el sofá delante de la tele viendo una película porno:
- ¡Dios! ¿¡Pero qué le está haciendo!? –gritó Mariano.
- Madre mía, qué bestia, qué bestia… -dijo Paco con el pañuelo.
- Pero, ¿de qué os asustáis? –dijo Lucas- Yo lo veo lo más normal del mundo…
Estaban tan ensimismados con la película que no se dieron cuenta del ruido de la puerta. Sara entró en el salón:
- ¿Se puede saber qué estáis viendo? –dijo Sara.
Lucas tragó saliva y se dio la vuelta para mirar a Sara:
- Na-nada…
- Ya… -dijo Sara- ¿Y el tío ese dándole por detrás a la tía esa?
- Nada, cariño, pasando canales…-dijo Paco.
- Lucas…
- Joder, Sara, que lo estoy haciendo por tu padre, que el pobre tiene problemas con Salgado…
- ¿Ah, sí? –dijo- Lo mismo tenemos que darle tú y yo unas clasecitas… -se acercó a Lucas y se abrazó a él apoyando la cabeza en su pecho.
- Para, Sara, que la tenemos… que me estás calentando y no respondo…
- Paco, verás que este se la zumba aquí mismo…-dijo Mariano al oído de Paco- Aquí delante de ti…
- Venga, que corra el aire, ¿eh? –dijo Paco.
- Papi, es mi marido… -dijo dándole besitos por el cuello.
- ¡Mierda! –gritó Lucas poniéndose las manos en su entrepierna.
- ¡Joder, qué asco! –gritó Paco- Anda, Mariano, vámonos… que aquí molestamos.
Paco y Mariano se fueron:
- Sara… -dijo Lucas.
- ¿Qué? –dijo dándole besos por el cuello y le quitó la camiseta.
- ¿A ti te parece normal que me magrees delante de tu padre?
- Yo te magreo lo que quiero… y delante de quien me dé la gana… -dijo dándole besos por el pecho- Eres mi marido, ¿no? No creo que tenga que esconderme para darte un beso o si quiero hacer el amor contigo…
- ¿Qué pasa que vienes con ganas de juerga del curso?
- Sí… -le empezó a dar besos por la cara buscando su boca- Es que desde que supiste que estaba embarazada no me has puesto la mano encima… y no me rompo, ¿sabes? –cogió las manos de Lucas y las puso en su culo.
- No, Sara, no… -quitó las manos- Déjame… -se separó un poco de ella.
- Pero, Lucas, ¿se puede saber qué te pasa? Estoy embarazada, no tengo una enfermedad contagiosa…
- Que no es eso, Sara…
- ¿Entonces?
- Es que el médico dijo que habías perdido mucha sangre… y que estabas débil… y yo que soy una puta bestia animal… te puedo hacer daño y la liamos otra vez… -dijo nervioso.
- Lucas… -sonrió y puso la mano en su mejilla- Tú no eres un bestia… -le dio un beso en la mejilla.
- Que sí, Sara, soy un bestia… si no llega a ser por tu abuelo le habría reventado la cabeza al Gordo… dime si eso no es ser un bestia… Coño, que no, que no me arriesgo yo a que le pase algo al niño…
- Pero, Lucas, no seas tonto… Si tú siempre eres muy cariñoso conmigo… -le intentó besar mientras él apartaba la cara.
- Sí, pero según me pille… que me da miedo hacerte daño además… después de lo que te hizo el cabrón ese lo mismo todavía te duele que te haga algo…
- Lucas… ¿no te pena saber que el último tío con el que me acosté fue el Gordo? –intentó hacerle chantaje para ver si caía- ¿No te da rabia pensar que fueron sus manos las últimas en tocar mi cuerpo? ¿Qué me manoseó y tocó lo que sólo tú debes tocar?
- No sería la primera vez… -dijo Lucas.
- ¡Lucas! –gritó sorprendida.
- Lo siento, cariño, me sale solo… no puedo evitar pensarlo a veces…
Por un momento, Sara se entristeció y agachó la cabeza. Ahora se sentía mal porque había sido ella la que había hecho que saliera el tema, se tocó la tripa, ahora llevaba al hijo de Lucas dentro de ella y quería estar con él por el resto de sus días. Ella no quería que Lucas se acordara del pasado, pero era inevitable. Sara sabía que era Lucas a quien amaba por encima de todas las cosas y ese niño era la prueba, pero quizás Lucas no tenía tan claro que Sara lo amaba y ella quería que él no tuviera dudas, que nada lo frenara a estar con ella.
- Eh… -Lucas levantó la cabeza de Sara- No te pongas triste… soy yo que soy un… imbécil por haberte dicho eso… Perdóname…
Sara se abrazó a Lucas, se abrazó muy fuerte a Lucas, como si necesitara apoyarse en él para seguir de pie y apretó la cabeza fuertemente contra su pecho para oír el latido de su corazón. No pudo evitarlo, salieron solas. Sara comenzó a llorar.
- No, Lucas… perdóname tú a mí… Te tengo a mi lado y todavía no me lo creo… No sé ni qué haces aquí… cualquier otro me habría mandado a la mierda…
- Tú lo has dicho… -Lucas la separó de su pecho y la miró a los ojos- Cualquier otro… pero no yo… Porque no hay nadie en este mundo que te quiera tanto como yo… Ni él, ni nadie… Nadie te quiere tanto como te quiero yo… Y tengo pruebas… -sonrió al poner las manos en la tripa de Sara.
Sara puso las manos sobre las de Lucas.
- Lucas…
- Este niño nos va a traer mucha felicidad, Sara, estoy seguro…
- Ya nos la está trayendo y todavía no ha nacido… -se abrazó de nuevo a él.
Lucas la cogió en brazos y entre besos la llevó a la habitación, para hacerla suya, despacio, suave y con toda la pasión y el amor que solo él sabía dar cuando estaba con ella.
Lucas estaba echado sobre el pecho de Sara, todavía desnudos ambos.
- ¿Te he hecho daño? –preguntó Lucas.
- Ha sido increíble…
- ¿En serio no te he hecho daño, no te ha dolido nada? No me habré pasado, ¿no? A lo mejor estabas dolorida todavía… -dijo mirándola a los ojos encima de ella.
- Que no, Lucas, que no… que ha sido maravilloso, amor… -lo acarició- Mi maderito zumbao... –lo acurrucó de nuevo entre sus brazos- Tú siempre serás mi bebé… No sé qué vamos a hacer cuando nazca nuestro peque, porque no voy a tener tiempo para los dos…
- ¡Dios! ¿¡Pero qué le está haciendo!? –gritó Mariano.
- Madre mía, qué bestia, qué bestia… -dijo Paco con el pañuelo.
- Pero, ¿de qué os asustáis? –dijo Lucas- Yo lo veo lo más normal del mundo…
Estaban tan ensimismados con la película que no se dieron cuenta del ruido de la puerta. Sara entró en el salón:
- ¿Se puede saber qué estáis viendo? –dijo Sara.
Lucas tragó saliva y se dio la vuelta para mirar a Sara:
- Na-nada…
- Ya… -dijo Sara- ¿Y el tío ese dándole por detrás a la tía esa?
- Nada, cariño, pasando canales…-dijo Paco.
- Lucas…
- Joder, Sara, que lo estoy haciendo por tu padre, que el pobre tiene problemas con Salgado…
- ¿Ah, sí? –dijo- Lo mismo tenemos que darle tú y yo unas clasecitas… -se acercó a Lucas y se abrazó a él apoyando la cabeza en su pecho.
- Para, Sara, que la tenemos… que me estás calentando y no respondo…
- Paco, verás que este se la zumba aquí mismo…-dijo Mariano al oído de Paco- Aquí delante de ti…
- Venga, que corra el aire, ¿eh? –dijo Paco.
- Papi, es mi marido… -dijo dándole besitos por el cuello.
- ¡Mierda! –gritó Lucas poniéndose las manos en su entrepierna.
- ¡Joder, qué asco! –gritó Paco- Anda, Mariano, vámonos… que aquí molestamos.
Paco y Mariano se fueron:
- Sara… -dijo Lucas.
- ¿Qué? –dijo dándole besos por el cuello y le quitó la camiseta.
- ¿A ti te parece normal que me magrees delante de tu padre?
- Yo te magreo lo que quiero… y delante de quien me dé la gana… -dijo dándole besos por el pecho- Eres mi marido, ¿no? No creo que tenga que esconderme para darte un beso o si quiero hacer el amor contigo…
- ¿Qué pasa que vienes con ganas de juerga del curso?
- Sí… -le empezó a dar besos por la cara buscando su boca- Es que desde que supiste que estaba embarazada no me has puesto la mano encima… y no me rompo, ¿sabes? –cogió las manos de Lucas y las puso en su culo.
- No, Sara, no… -quitó las manos- Déjame… -se separó un poco de ella.
- Pero, Lucas, ¿se puede saber qué te pasa? Estoy embarazada, no tengo una enfermedad contagiosa…
- Que no es eso, Sara…
- ¿Entonces?
- Es que el médico dijo que habías perdido mucha sangre… y que estabas débil… y yo que soy una puta bestia animal… te puedo hacer daño y la liamos otra vez… -dijo nervioso.
- Lucas… -sonrió y puso la mano en su mejilla- Tú no eres un bestia… -le dio un beso en la mejilla.
- Que sí, Sara, soy un bestia… si no llega a ser por tu abuelo le habría reventado la cabeza al Gordo… dime si eso no es ser un bestia… Coño, que no, que no me arriesgo yo a que le pase algo al niño…
- Pero, Lucas, no seas tonto… Si tú siempre eres muy cariñoso conmigo… -le intentó besar mientras él apartaba la cara.
- Sí, pero según me pille… que me da miedo hacerte daño además… después de lo que te hizo el cabrón ese lo mismo todavía te duele que te haga algo…
- Lucas… ¿no te pena saber que el último tío con el que me acosté fue el Gordo? –intentó hacerle chantaje para ver si caía- ¿No te da rabia pensar que fueron sus manos las últimas en tocar mi cuerpo? ¿Qué me manoseó y tocó lo que sólo tú debes tocar?
- No sería la primera vez… -dijo Lucas.
- ¡Lucas! –gritó sorprendida.
- Lo siento, cariño, me sale solo… no puedo evitar pensarlo a veces…
Por un momento, Sara se entristeció y agachó la cabeza. Ahora se sentía mal porque había sido ella la que había hecho que saliera el tema, se tocó la tripa, ahora llevaba al hijo de Lucas dentro de ella y quería estar con él por el resto de sus días. Ella no quería que Lucas se acordara del pasado, pero era inevitable. Sara sabía que era Lucas a quien amaba por encima de todas las cosas y ese niño era la prueba, pero quizás Lucas no tenía tan claro que Sara lo amaba y ella quería que él no tuviera dudas, que nada lo frenara a estar con ella.
- Eh… -Lucas levantó la cabeza de Sara- No te pongas triste… soy yo que soy un… imbécil por haberte dicho eso… Perdóname…
Sara se abrazó a Lucas, se abrazó muy fuerte a Lucas, como si necesitara apoyarse en él para seguir de pie y apretó la cabeza fuertemente contra su pecho para oír el latido de su corazón. No pudo evitarlo, salieron solas. Sara comenzó a llorar.
- No, Lucas… perdóname tú a mí… Te tengo a mi lado y todavía no me lo creo… No sé ni qué haces aquí… cualquier otro me habría mandado a la mierda…
- Tú lo has dicho… -Lucas la separó de su pecho y la miró a los ojos- Cualquier otro… pero no yo… Porque no hay nadie en este mundo que te quiera tanto como yo… Ni él, ni nadie… Nadie te quiere tanto como te quiero yo… Y tengo pruebas… -sonrió al poner las manos en la tripa de Sara.
Sara puso las manos sobre las de Lucas.
- Lucas…
- Este niño nos va a traer mucha felicidad, Sara, estoy seguro…
- Ya nos la está trayendo y todavía no ha nacido… -se abrazó de nuevo a él.
Lucas la cogió en brazos y entre besos la llevó a la habitación, para hacerla suya, despacio, suave y con toda la pasión y el amor que solo él sabía dar cuando estaba con ella.
Lucas estaba echado sobre el pecho de Sara, todavía desnudos ambos.
- ¿Te he hecho daño? –preguntó Lucas.
- Ha sido increíble…
- ¿En serio no te he hecho daño, no te ha dolido nada? No me habré pasado, ¿no? A lo mejor estabas dolorida todavía… -dijo mirándola a los ojos encima de ella.
- Que no, Lucas, que no… que ha sido maravilloso, amor… -lo acarició- Mi maderito zumbao... –lo acurrucó de nuevo entre sus brazos- Tú siempre serás mi bebé… No sé qué vamos a hacer cuando nazca nuestro peque, porque no voy a tener tiempo para los dos…
#67
07/06/2013 20:52
muy interesante parte....broma....
#68
08/06/2013 06:44
Joder!! Qué familia tan liberal!!
#69
23/06/2013 21:17
- Escúchame una cosita, Sarita, este sitio es privilegiado mío… -se acurrucó aún más.
- ¿Ah, sí? –sonrió Sara- Pues no sé yo, ¿eh? ¿Tengo que recordarte de dónde comen los bebés?
- ¡No, ni hablar! ¡Esto es solo mío! ¡Me niego a compartirlo! Así que chaval… -dijo a la tripa de Sara- Vete buscando otra que te dé teta porque tu madre es solo mía…
- ¡Lucas! –rio acariciándole el pelo.
- Bueno… tendré que dejarlo que coma… pero solo comer, después vuelve a su cuna y yo a donde me corresponde…
- Oye, ¿y qué nombre le vamos a poner? –preguntó Sara acariciando el pelo de Lucas.
- Si ni siquiera sabemos lo que es… -dijo Lucas.
- Bueno, pero en un par de días voy a la revisión del ginecólogo y lo mismo me dicen lo qué es… deberíamos empezar a llamarlo por su nombre… ¿Te acuerdas aquella vez que mi padre me dijo que si tuviera un niño lo llamara Francisco o Francisca si era niña?
- Bueno… si es un niño Francisco está bien… pero si es una niña… Francisca… pobrecita, ¿no?
- Sí… -sonrió- Madre mía… ¿Y cómo le ponemos si es niña? ¿Qué tal Sonia, como tu madre?
- Sí… Sonia… -sonrió Lucas- Es bonito… me gusta…
- Lucas… -acarició su pelo- Gracias por este regalo tan maravilloso que me has hecho…
- Gracias a ti, princesa –se acercó a su boca y sonrió- Estoy seguro de que vas a ser la mejor madre del mundo… -la besó.
- Eso está claro… -sonrió- Lo que yo no sé es si tú de padre…
- ¿Perdona? –arqueó una ceja- ¿Me estás queriendo decir que no voy a saber hacer de padre?
- No, no estoy diciendo eso… Solo digo que vamos a criar a otro loco…
- Pues mira… Mejor para ti… A ti te gustan locos, ¿no? –se acurrucó de nuevo en el pecho de Sara- Eso es lo que te ponía de mí, ¿no?
- Sí… Bueno… Aunque a mí me ponía un poco todo, ¿eh? –acarició su pelo y levantó su cabeza para mirarlo a los ojos- Me ponía tu pelo… -lo besó- Tu boca… tu barba… tu cuerpo… -deslizó la mano por el pecho y la tripa de Lucas- Lucas… ¿sabes que me encantas?
- ¿Más de lo que tú me encantas a mí? –sonrió Lucas y la besó.
- Lucas… ¿vas a venir conmigo a la ecografía? –dijo acariciando su pelo.
- Claro, no me puedo perder eso… Ver la carita de mi pequeño pistolero por primera vez…
- ¡Qué perra te ha dado con lo del niño! ¡Y si es una niña qué pasa!
- Pues que será una pequeña pistolera… Y no pasará nada… ¿Verdad que sí, cosita bonita? –dijo a la tripa de Sara.
- Anda, deja de hacer tonterías… -acarició el pelo de Lucas.
- No hago tonterías… solo escucho a mi niño… -puso la oreja de la barriga de Sara- Sí, sí… -empezó a asentir- Claro, yo se lo digo… Dice que no le gusta su madre… que hace cosas extrañas con su padre y que estamos invadiendo su espacio y que lo dejemos en paz…
- ¡Anda ya, Lucas! –le dio un empujón a la cabeza de broma.
- Que sí, dice que le dejemos flotar tranquilamente y que no metamos cosas extrañas ahí…
- ¿Cosas extrañas? Yo no sé que tienen de extrañas, a mí me encantan… Bueno, voy a preparar la cena… -separó a Lucas de su cuerpo y se levantó de la cama.
- ¿Ah, sí? –sonrió Sara- Pues no sé yo, ¿eh? ¿Tengo que recordarte de dónde comen los bebés?
- ¡No, ni hablar! ¡Esto es solo mío! ¡Me niego a compartirlo! Así que chaval… -dijo a la tripa de Sara- Vete buscando otra que te dé teta porque tu madre es solo mía…
- ¡Lucas! –rio acariciándole el pelo.
- Bueno… tendré que dejarlo que coma… pero solo comer, después vuelve a su cuna y yo a donde me corresponde…
- Oye, ¿y qué nombre le vamos a poner? –preguntó Sara acariciando el pelo de Lucas.
- Si ni siquiera sabemos lo que es… -dijo Lucas.
- Bueno, pero en un par de días voy a la revisión del ginecólogo y lo mismo me dicen lo qué es… deberíamos empezar a llamarlo por su nombre… ¿Te acuerdas aquella vez que mi padre me dijo que si tuviera un niño lo llamara Francisco o Francisca si era niña?
- Bueno… si es un niño Francisco está bien… pero si es una niña… Francisca… pobrecita, ¿no?
- Sí… -sonrió- Madre mía… ¿Y cómo le ponemos si es niña? ¿Qué tal Sonia, como tu madre?
- Sí… Sonia… -sonrió Lucas- Es bonito… me gusta…
- Lucas… -acarició su pelo- Gracias por este regalo tan maravilloso que me has hecho…
- Gracias a ti, princesa –se acercó a su boca y sonrió- Estoy seguro de que vas a ser la mejor madre del mundo… -la besó.
- Eso está claro… -sonrió- Lo que yo no sé es si tú de padre…
- ¿Perdona? –arqueó una ceja- ¿Me estás queriendo decir que no voy a saber hacer de padre?
- No, no estoy diciendo eso… Solo digo que vamos a criar a otro loco…
- Pues mira… Mejor para ti… A ti te gustan locos, ¿no? –se acurrucó de nuevo en el pecho de Sara- Eso es lo que te ponía de mí, ¿no?
- Sí… Bueno… Aunque a mí me ponía un poco todo, ¿eh? –acarició su pelo y levantó su cabeza para mirarlo a los ojos- Me ponía tu pelo… -lo besó- Tu boca… tu barba… tu cuerpo… -deslizó la mano por el pecho y la tripa de Lucas- Lucas… ¿sabes que me encantas?
- ¿Más de lo que tú me encantas a mí? –sonrió Lucas y la besó.
- Lucas… ¿vas a venir conmigo a la ecografía? –dijo acariciando su pelo.
- Claro, no me puedo perder eso… Ver la carita de mi pequeño pistolero por primera vez…
- ¡Qué perra te ha dado con lo del niño! ¡Y si es una niña qué pasa!
- Pues que será una pequeña pistolera… Y no pasará nada… ¿Verdad que sí, cosita bonita? –dijo a la tripa de Sara.
- Anda, deja de hacer tonterías… -acarició el pelo de Lucas.
- No hago tonterías… solo escucho a mi niño… -puso la oreja de la barriga de Sara- Sí, sí… -empezó a asentir- Claro, yo se lo digo… Dice que no le gusta su madre… que hace cosas extrañas con su padre y que estamos invadiendo su espacio y que lo dejemos en paz…
- ¡Anda ya, Lucas! –le dio un empujón a la cabeza de broma.
- Que sí, dice que le dejemos flotar tranquilamente y que no metamos cosas extrañas ahí…
- ¿Cosas extrañas? Yo no sé que tienen de extrañas, a mí me encantan… Bueno, voy a preparar la cena… -separó a Lucas de su cuerpo y se levantó de la cama.
#70
23/06/2013 21:19
Sara cogió la camiseta de Lucas que estaba tirada por el suelo y se la puso.
- Tengo un antojo de chocolate…
- Uff, por lo menos esta vez es algo que te gusta… No como la otra vez que comías cosas que ni siquiera te gustaban…
- Esta vez apenas tengo síntomas de nada… Ni vómitos, ni mareos… Nada de nada…
- ¿Y no es mejor así? –preguntó Lucas levantándose de la cama y la atrajo por la cintura hacia sí.
- Bueno, no sé… Sin síntomas… y además todavía no noto al bebé… no noto nada de nada…
- ¿No? –dijo Lucas- Yo lo único que noto es un aumento de pecho… -acarició los pechos de Sara por debajo de su camiseta.
- Lucas… estate quieto… -rio.
- Mmm… que suavecitos… me encantan… el niño tiene demasiada suerte de comer de aquí… -dijo levantándole la camiseta y dándole besitos.
- Lucas, por favor… -su piel se erizó mientras acariciaba el pelo de Lucas.
- Es que me gustan mucho… -le dio un mordisco- Saben a leche materna…
- ¿Qué dices? ¿Cómo van a saber a leche?
- Sí… ya saben a leche…
Lucas subió por el cuello de Sara acabando en su boca.
- Oye, y cuando sepamos lo que es el bebé, tendremos que comprar las cosas para su habitación, y su ropita y todo… ¿no? –dijo Sara ilusionada.
- Si te hace ilusión… yo que pensaba que mi pequeñín dormiría con nosotros para poder jugar con él hasta que se quedara dormidito y después acurrucarlo en mi pecho… -dijo Lucas.
- ¿Dónde dices que lo querías acurrucar? –apoyó la cabeza en el pecho de Lucas.
- Justo donde tú estás en este momento…
- ¡No, ni de coña! ¡Esto es mío! El pecho de papi es mío… Para darle besitos… y mordisquitos…
- Pues lo mismo que los tuyos son míos… pero como tengo que compartirlos… pues tú también –se dio la vuelta y le dio la espalda.
- ¿Qué te pasa? ¿Estás celoso de que tu hijo vaya a probar más el pecho de su madre que su padre? Vamos, amor… Si sabes que son solo tuyos… -se acercó a Lucas por la espalda y lo abrazó.
- Joder, Sara, anda tápate, tápate… no me vayas a coger frío…
- Si tú quisieras darme calor… pero como no quieres… tendré que buscarme la manera… - se cogió la manta, se enroscó en ella y salió de la habitación.
- Déjate de tonterías, rubia… -la abrazó por la espalda y le besó el pelo- Nada ni nadie puede darte el calor que te doy yo… Nadie nunca te va a hacer sudar como yo… -le susurró al oído.
- Lucas… -se dio la vuelta y le agarró la cara entre las manos- Tengo tantas ganas de tenerlo con nosotros…
- Pronto, mi vida, pronto… -la abrazó- Seremos muy felices los tres, ya verás… y nos olvidaremos de todo lo malo…
- Lucas… tengo miedo a no estar preparada…
- Bueno… es nuestra primera vez… es normal… yo también tengo mucho miedo… a no saber hacerlo bien con él… no saber educarlo…
- Lucas… seguro que lo vas a hacer muy bien –le agarró la cara entre las manos- Eres el mejor marido del mundo… y como padre vas a ser mejor todavía, ya lo verás…
- Tengo un antojo de chocolate…
- Uff, por lo menos esta vez es algo que te gusta… No como la otra vez que comías cosas que ni siquiera te gustaban…
- Esta vez apenas tengo síntomas de nada… Ni vómitos, ni mareos… Nada de nada…
- ¿Y no es mejor así? –preguntó Lucas levantándose de la cama y la atrajo por la cintura hacia sí.
- Bueno, no sé… Sin síntomas… y además todavía no noto al bebé… no noto nada de nada…
- ¿No? –dijo Lucas- Yo lo único que noto es un aumento de pecho… -acarició los pechos de Sara por debajo de su camiseta.
- Lucas… estate quieto… -rio.
- Mmm… que suavecitos… me encantan… el niño tiene demasiada suerte de comer de aquí… -dijo levantándole la camiseta y dándole besitos.
- Lucas, por favor… -su piel se erizó mientras acariciaba el pelo de Lucas.
- Es que me gustan mucho… -le dio un mordisco- Saben a leche materna…
- ¿Qué dices? ¿Cómo van a saber a leche?
- Sí… ya saben a leche…
Lucas subió por el cuello de Sara acabando en su boca.
- Oye, y cuando sepamos lo que es el bebé, tendremos que comprar las cosas para su habitación, y su ropita y todo… ¿no? –dijo Sara ilusionada.
- Si te hace ilusión… yo que pensaba que mi pequeñín dormiría con nosotros para poder jugar con él hasta que se quedara dormidito y después acurrucarlo en mi pecho… -dijo Lucas.
- ¿Dónde dices que lo querías acurrucar? –apoyó la cabeza en el pecho de Lucas.
- Justo donde tú estás en este momento…
- ¡No, ni de coña! ¡Esto es mío! El pecho de papi es mío… Para darle besitos… y mordisquitos…
- Pues lo mismo que los tuyos son míos… pero como tengo que compartirlos… pues tú también –se dio la vuelta y le dio la espalda.
- ¿Qué te pasa? ¿Estás celoso de que tu hijo vaya a probar más el pecho de su madre que su padre? Vamos, amor… Si sabes que son solo tuyos… -se acercó a Lucas por la espalda y lo abrazó.
- Joder, Sara, anda tápate, tápate… no me vayas a coger frío…
- Si tú quisieras darme calor… pero como no quieres… tendré que buscarme la manera… - se cogió la manta, se enroscó en ella y salió de la habitación.
- Déjate de tonterías, rubia… -la abrazó por la espalda y le besó el pelo- Nada ni nadie puede darte el calor que te doy yo… Nadie nunca te va a hacer sudar como yo… -le susurró al oído.
- Lucas… -se dio la vuelta y le agarró la cara entre las manos- Tengo tantas ganas de tenerlo con nosotros…
- Pronto, mi vida, pronto… -la abrazó- Seremos muy felices los tres, ya verás… y nos olvidaremos de todo lo malo…
- Lucas… tengo miedo a no estar preparada…
- Bueno… es nuestra primera vez… es normal… yo también tengo mucho miedo… a no saber hacerlo bien con él… no saber educarlo…
- Lucas… seguro que lo vas a hacer muy bien –le agarró la cara entre las manos- Eres el mejor marido del mundo… y como padre vas a ser mejor todavía, ya lo verás…
#71
23/06/2013 22:01
Lanena es la parte muy amable como hablan Sara y lucas....
me gusta mucho....
me gusta mucho....
#72
04/07/2013 17:16
Dos días más tarde, Sara y Lucas estaban en la sala de espera de la consulta del ginecólogo. Sara llevaba un vestido largo, un poco hippie, verde, con rayas del mismo color más claras y había obligado a Lucas a llevar traje.
- Te has emperrado con el puto traje, ¿eh? –dijo aflojándose la corbata.
- Sí, porque a estos sitios hay que venir formal y guapo…
- Perdona, Sarita, pero yo siempre estoy guapo… -puso cara de seductor.
- Sí, sí, sí… no sé yo qué decirte, ¿eh?
- Bueno, pues si estoy feo lo mejor es que me vaya para que no te vean con un hombre tan feo como yo… -hizo el acto de levantarse.
- ¡Eh! ¿Dónde vas? ¡Tú te quedas ahí sentado! –le gritó.
Toda la sala de espera se quedó mirándolos y Sara bajó la mirada avergonzada mientras Lucas se reía.
- ¿Sara Miranda? –preguntó la enfermera.
- Sí –respondió Sara.
- Pase.
Lucas y Sara entraron en la consulta.
- Hola, buenos días –dijo el médico- Soy el doctor Diego Burgueño.
- Hola –dijo Sara sonriente- Yo soy Sara –le dio la mano- y este es mi marido Lucas…
Lucas le dio la mano al médico:
- Bueno, Sara, vamos a ver ese bebé… Túmbese en la camilla.
Sara se tumbó y se levantó el vestido. El médico le echó el gel y cogió el transductor.
- Vale… aquí lo tenemos… ¿Ves esa pequeña manchita negra? –señaló al monitor- Ese es el bebé.
- ¿Tan pequeño? –dijo Sara sorprendida.
- Sí, ahora mismo mide unos dos centímetros.
- ¿¡Dos centímetros!? –gritó Lucas sorprendido- Sí que es pequeño, ¿no? –se acercó al monitor.
- ¿Todavía no se puede saber el sexo? –preguntó Sara.
- No, todavía es pronto, no es hasta el tercer o cuarto mes cuando se puede ver…
- ¿Está todo bien entonces? –preguntó Lucas.
- Sí, sí… está todo perfecto… -dijo el médico- Lo único que si te pido es que guardes mucho reposo… -dijo- Porque todavía estás débil por la pérdida de sangre que tuviste… Es bueno que des paseos por fortalecer el cuerpo y así fabricas más sangre, claro.
Unos minutos más tarde estaban en el coche de vuelta a casa:
- Jo, ¡qué pena que no se haya podido saber el sexo…! –dijo Sara mirando las ecografías.
- No seas impaciente, Sara… si es un renacuajo todavía… -dijo Lucas.
- Oye, Lucas, ¿y tú por qué quieres que sea un niño?
- Pues, ¿por qué va a ser? Para educarlo a mi imagen y semejanza… además que no quiero yo que me salga una cría loca que va persiguiendo a viejunos a los quince años.
- ¿Qué dices? –dijo Sara- Mi niña –puso la mano en su tripa- va a ser la más guapa del mundo y no va a tener que perseguir a nadie, porque todos van a venir detrás de ella.
- Ya, claro… “tu niña”-dijo irónico-¿Qué quieres? ¿Una habitación entera pintada de rosa y peluches por todas partes? Quita, quita… que yo con mi niño me las apaño bien, jugando a los vaqueros.
- ¡No! ¡Tú vas a jugar a las muñecas con mi pequeñina! Además, ¿no ves que las niñas siempre adoran a sus padres?
- ¿Y los niños no? –dijo Lucas- ¡Que no, una niña no! ¿No ves que tendría que ponerme en plan Paco? Niña, no esto, niña, no lo otro…
- Se llama Sonia, Lucas… -dijo Sara.
- Bueno, ¡pues Sonia no esto o Sonia no lo otro! Que yo no quiero parecerme a tu padre… además luego me trae los novios a casa y le pincho la habitación, le pongo cámaras, no, no y no.
- ¿Y si fuera niño no?
- No, porque los niños van a las casas de las chicas así que de eso que se encargue el padre de la cría.
- O sea, tú –rio Sara.
- ¡NO!
Así iban pasando los días, la tripa de Sara iba creciendo poco a poco, lentamente. Sara y Lucas vivían juntos e ilusionados un montón de sensaciones nuevas para ellos, pero estaban felices, completamente felices. Lucas aparecía por comisaría cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja y al volver, Sara estaba esperándolo para seguir siendo felices. Sara estaba de cuatro meses, no era mucho pero ya tenía una preciosa curva en su tripa que según Lucas la hacía aún más guapa. Sara disfrutaba como una niña pequeña con Lucas a todas horas dedicándole mimos y cariños y aunque estaba harta de estar todo el día haciendo reposo y de no poder apenas salir de casa, que Lucas estuviera con ella la hacía feliz.
- Te has emperrado con el puto traje, ¿eh? –dijo aflojándose la corbata.
- Sí, porque a estos sitios hay que venir formal y guapo…
- Perdona, Sarita, pero yo siempre estoy guapo… -puso cara de seductor.
- Sí, sí, sí… no sé yo qué decirte, ¿eh?
- Bueno, pues si estoy feo lo mejor es que me vaya para que no te vean con un hombre tan feo como yo… -hizo el acto de levantarse.
- ¡Eh! ¿Dónde vas? ¡Tú te quedas ahí sentado! –le gritó.
Toda la sala de espera se quedó mirándolos y Sara bajó la mirada avergonzada mientras Lucas se reía.
- ¿Sara Miranda? –preguntó la enfermera.
- Sí –respondió Sara.
- Pase.
Lucas y Sara entraron en la consulta.
- Hola, buenos días –dijo el médico- Soy el doctor Diego Burgueño.
- Hola –dijo Sara sonriente- Yo soy Sara –le dio la mano- y este es mi marido Lucas…
Lucas le dio la mano al médico:
- Bueno, Sara, vamos a ver ese bebé… Túmbese en la camilla.
Sara se tumbó y se levantó el vestido. El médico le echó el gel y cogió el transductor.
- Vale… aquí lo tenemos… ¿Ves esa pequeña manchita negra? –señaló al monitor- Ese es el bebé.
- ¿Tan pequeño? –dijo Sara sorprendida.
- Sí, ahora mismo mide unos dos centímetros.
- ¿¡Dos centímetros!? –gritó Lucas sorprendido- Sí que es pequeño, ¿no? –se acercó al monitor.
- ¿Todavía no se puede saber el sexo? –preguntó Sara.
- No, todavía es pronto, no es hasta el tercer o cuarto mes cuando se puede ver…
- ¿Está todo bien entonces? –preguntó Lucas.
- Sí, sí… está todo perfecto… -dijo el médico- Lo único que si te pido es que guardes mucho reposo… -dijo- Porque todavía estás débil por la pérdida de sangre que tuviste… Es bueno que des paseos por fortalecer el cuerpo y así fabricas más sangre, claro.
Unos minutos más tarde estaban en el coche de vuelta a casa:
- Jo, ¡qué pena que no se haya podido saber el sexo…! –dijo Sara mirando las ecografías.
- No seas impaciente, Sara… si es un renacuajo todavía… -dijo Lucas.
- Oye, Lucas, ¿y tú por qué quieres que sea un niño?
- Pues, ¿por qué va a ser? Para educarlo a mi imagen y semejanza… además que no quiero yo que me salga una cría loca que va persiguiendo a viejunos a los quince años.
- ¿Qué dices? –dijo Sara- Mi niña –puso la mano en su tripa- va a ser la más guapa del mundo y no va a tener que perseguir a nadie, porque todos van a venir detrás de ella.
- Ya, claro… “tu niña”-dijo irónico-¿Qué quieres? ¿Una habitación entera pintada de rosa y peluches por todas partes? Quita, quita… que yo con mi niño me las apaño bien, jugando a los vaqueros.
- ¡No! ¡Tú vas a jugar a las muñecas con mi pequeñina! Además, ¿no ves que las niñas siempre adoran a sus padres?
- ¿Y los niños no? –dijo Lucas- ¡Que no, una niña no! ¿No ves que tendría que ponerme en plan Paco? Niña, no esto, niña, no lo otro…
- Se llama Sonia, Lucas… -dijo Sara.
- Bueno, ¡pues Sonia no esto o Sonia no lo otro! Que yo no quiero parecerme a tu padre… además luego me trae los novios a casa y le pincho la habitación, le pongo cámaras, no, no y no.
- ¿Y si fuera niño no?
- No, porque los niños van a las casas de las chicas así que de eso que se encargue el padre de la cría.
- O sea, tú –rio Sara.
- ¡NO!
Así iban pasando los días, la tripa de Sara iba creciendo poco a poco, lentamente. Sara y Lucas vivían juntos e ilusionados un montón de sensaciones nuevas para ellos, pero estaban felices, completamente felices. Lucas aparecía por comisaría cada mañana con una sonrisa de oreja a oreja y al volver, Sara estaba esperándolo para seguir siendo felices. Sara estaba de cuatro meses, no era mucho pero ya tenía una preciosa curva en su tripa que según Lucas la hacía aún más guapa. Sara disfrutaba como una niña pequeña con Lucas a todas horas dedicándole mimos y cariños y aunque estaba harta de estar todo el día haciendo reposo y de no poder apenas salir de casa, que Lucas estuviera con ella la hacía feliz.
#73
04/07/2013 17:45
- Oye, Lucas, ¿qué tal Sara? –preguntó Paco en comisaría- Ya hace que no me paso a verla… seguro que tiene que tener ya una tripa enorme.
- Bueno, algo se le nota ya –dijo Lucas- y está genial, guapísima, vamos… -dijo.
- Claro, el marido qué va a decir… -dijo Mariano.
- Si es que es verdad… está guapísima con esa tripa tan redondita –dijo haciendo como que tenía barriga.
- Pues a ver si una noche nos pasamos Marina y yo a verla, que hace un montón que no la vemos de verdad, con la comisaría y que ella está de baja…
- No me lo digas, anda, que está harta de la baja y de tener que hacer tanto reposo…
- ¿Y todavía no sabéis lo que es? –preguntó Mariano.
- No, es que joder cuando fuimos a la última ecografía de los tres meses el bebé medía cinco centímetros… Y anda no me saques el tema del sexo porque tenemos una pelea todo el día.
- ¿Y eso? –preguntó Paco.
- Porque ella quiere una niña y yo un niño y estamos todo el día discutiendo por lo que será…
- ¿Y habéis pensado ya cómo lo vais a llamar? –preguntó Mariano.
- Hemos pensado que si es niño se llame Francisco y si es niña, Sonia.
- ¡Pues entonces que sea niño, que sea niño y que lleve el nombre de su abuelo! –gritó Paco ilusionado.
Lucas llegó a casa, Sara estaba tumbada en la cama, con un camisón blanco de manga corta con un bordado azul y botones también azules. Estaba completamente vencida por el sueño y con la tele encendida.Lucas se acercó con cuidado y le dio un suave beso en la mejilla mientras acariciaba suavemente con mucho cariño su tripa.
- Hola, pequeñín… -susurró.
Sara se despertó, se estiró un poco y murmuró:
- Hola…
- Hola, princesa… -le dio un suave beso en los labios.
- ¿Qué tal el día? –preguntó Sara.
- Bien… cansado –dijo- Por cierto, me ha dicho tu padre que se pasará alguna noche de estas con Marina para verte…
- Qué bien… hace tiempo que no lo veo…
- ¿Y tú qué tal?
- Bien… esta mañana estuve en el curso…
- ¿Sí? ¿Y qué tal? –preguntó Lucas mientras se cambiaba de ropa.
- Pues muy bien, nos han contado que el bebé ya puede escuchar nuestra voz, ¿sabes? Y además… Ay… -dijo poniendo la mano en su tripa.
- ¿Qué pasa? –preguntó Lucas preocupado.
- Nada, nada… es que ya puedo notarlo moverse…
- ¿En serio? –preguntó Lucas incrédulo.
- Bueno, algo se le nota ya –dijo Lucas- y está genial, guapísima, vamos… -dijo.
- Claro, el marido qué va a decir… -dijo Mariano.
- Si es que es verdad… está guapísima con esa tripa tan redondita –dijo haciendo como que tenía barriga.
- Pues a ver si una noche nos pasamos Marina y yo a verla, que hace un montón que no la vemos de verdad, con la comisaría y que ella está de baja…
- No me lo digas, anda, que está harta de la baja y de tener que hacer tanto reposo…
- ¿Y todavía no sabéis lo que es? –preguntó Mariano.
- No, es que joder cuando fuimos a la última ecografía de los tres meses el bebé medía cinco centímetros… Y anda no me saques el tema del sexo porque tenemos una pelea todo el día.
- ¿Y eso? –preguntó Paco.
- Porque ella quiere una niña y yo un niño y estamos todo el día discutiendo por lo que será…
- ¿Y habéis pensado ya cómo lo vais a llamar? –preguntó Mariano.
- Hemos pensado que si es niño se llame Francisco y si es niña, Sonia.
- ¡Pues entonces que sea niño, que sea niño y que lleve el nombre de su abuelo! –gritó Paco ilusionado.
Lucas llegó a casa, Sara estaba tumbada en la cama, con un camisón blanco de manga corta con un bordado azul y botones también azules. Estaba completamente vencida por el sueño y con la tele encendida.Lucas se acercó con cuidado y le dio un suave beso en la mejilla mientras acariciaba suavemente con mucho cariño su tripa.
- Hola, pequeñín… -susurró.
Sara se despertó, se estiró un poco y murmuró:
- Hola…
- Hola, princesa… -le dio un suave beso en los labios.
- ¿Qué tal el día? –preguntó Sara.
- Bien… cansado –dijo- Por cierto, me ha dicho tu padre que se pasará alguna noche de estas con Marina para verte…
- Qué bien… hace tiempo que no lo veo…
- ¿Y tú qué tal?
- Bien… esta mañana estuve en el curso…
- ¿Sí? ¿Y qué tal? –preguntó Lucas mientras se cambiaba de ropa.
- Pues muy bien, nos han contado que el bebé ya puede escuchar nuestra voz, ¿sabes? Y además… Ay… -dijo poniendo la mano en su tripa.
- ¿Qué pasa? –preguntó Lucas preocupado.
- Nada, nada… es que ya puedo notarlo moverse…
- ¿En serio? –preguntó Lucas incrédulo.
#74
04/07/2013 22:25
Hola Lanena....muy bueno ....me gusta mucho....amable parte.... 
#75
28/07/2013 17:36
- Sí… -dijo con la mano en su tripa- Mira, ven…
- Pero si la última vez medía cinco centímetros, ¿cómo lo vas a notar moverse? –puso la mano en la tripa de Sara.
Sara cogió la mano de Lucas y la puso justo por donde ella notaba los movimientos del niño.
- ¡Joder, es verdad! –dijo Lucas abriendo mucho los ojos y sonriendo.
- ¿A que sí? –sonrió Sara al verlo tan emocionado y acarició su pelo- Es que debe haber crecido mucho desde la última vez…
- ¿Cuándo tienes la próxima ecografía?
- Dentro de tres días… seguro que ya nos dicen lo que es…
- Anda, que no estás impaciente ni nada… -dijo acariciando su tripa.
- Sí –sonrió Sara- Es que tengo muchísimas ganas de tenerlo entre mis brazos ya, y cuidarlo y llenarlo de mimitos…
- Bueno, bueno, de vez en cuando tendrás que dedicarle algo también al padre, ¿no?
- Sí, también… -le acarició la cara y le dio un pequeño beso en los labios.
- Bueno, ¿y tú cómo estás? –dijo Lucas- Porque solo hemos hablado del peque…
- Bien… bueno a veces me da un poco de ansiedad… ya lo sabes… pero por lo demás bien… -se acurrucó de nuevo en la cama- Y lo demás típico… esta mañana sangré un poco por la nariz… y tengo un hambre a todas horas…
- ¿Quieres que te prepare algo para cenar?
- Sí, por favor… estoy muy cansada y tengo las piernas súper hinchadas… seguro que me salen varices…
- Bueno, venga, descansa –le dio un beso en la frente.
Lucas le preparó algo de cenar a Sara y se lo llevó a la cama. Sara se lo comió con muchas ganas y después se tumbó nuevamente. Le dolía todo el cuerpo. Se sentía bastante hinchada y estaba totalmente sensible a cualquier cosa. Lucas entró en la habitación y se tumbó a su lado. Sara se acurrucó entre sus brazos.
- ¿Sabes que nos han dicho que es bueno que le vayamos hablando al bebé para que reconozca nuestra voz al nacer?
- ¿Sí? –dijo Lucas- Bueno, entonces habrá que hablarle… -dijo.
Lucas puso la cabeza a la altura de la tripa de Sara:
- ¡Hola, chiquitín! Te habla tu papi del alma desde la tierra al útero de Sarita Miranda, ¿estás ahí?
- ¡Lucas!
- Sí, estoy aquí, papi… oye, dile a mami que deje de manosearme… -puso voz de niño.
Sara soltó una carcajada mientras miraba la cara de ilusión de Lucas con una mirada llena amor y ternura.
De pronto, no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado entre Lucas y ella hasta que habían llegado a ese momento. En todo el sufrimiento porque no los dejaban estar juntos, en su boda, su primer año de casados, su infidelidad y ahora, ahora era para ella, no tenía que esconderse más porque Lucas era todo suyo y no pudo evitar emocionarse y llorar.
- Eh, ¿qué pasa? –dijo Lucas acariciando su cara.
- Nada, amor… -se limpió las lágrimas- Solo son cosas de embarazadas…
Lucas la besó con pasión y ternura:
- Te quiero… -susurró Sara- ¿Tienes ganas de que nazca, verdad? –preguntó Sara mirando las manos de Lucas sobre su tripa.
- Muchas… -dijo Lucas- Pequeñín, sal pronto, ¿eh? Que estamos impacientes por verte.
Así llegó el día de la ecografía, entraron en la consulta del médico:
- Bueno, Sara –dijo el médico- ¿Qué tal? ¿Cómo lo llevas?
- Bien –dijo Sara.
- ¿Has notado acidez o dolor de cabeza?
- Sí, bueno, un poco a veces…-dijo.
- Bien, túmbate en la camilla. Esta vez tenemos que hacer más pruebas.
- ¿Qué pruebas? –preguntó Lucas asustado.
- No es nada especial, es algo rutinario. Primero tenemos que sacarte sangre… -dijo el doctor- También vamos a hacerte la prueba del amnios…
Sara puso cara de asustada.
- No te preocupes… -dijo el médico- Apenas vas a notar nada.
- ¿Prueba del amnios? –preguntó Lucas.
- Sí… tenemos que insertar una aguja por el abdomen y extraer un poco de líquido del útero.
Lucas miró la cara de miedo de Sara y sonrió, se acercó a ella, le agarró la mano y le dio un beso en la frente.
- Shh… no tengas miedo, princesa, yo estoy aquí contigo…
- Luego haremos la ecografía rutinaria para medir el tamaño del útero, también te haremos un control del peso, de la tensión y un análisis de orina.
- ¿Y todo eso es rutinario? –preguntó Lucas.
- Sí, es lo normal a los cuatro meses de embarazo.
- Joder –dijo Lucas.
El médico le inyectó a Sara un anestésico para que no sintiera dolor y le inyectó la aguja para extraer el líquido. Sara hizo un gesto de dolor y apretó fuertemente la mano de Lucas.
- Ya está –dijo el médico al sacar la aguja.
Sara apoyó la cabeza sobre el pecho de Lucas aliviada.
- Has sido muy valiente… -le susurró Lucas y le dio un beso en la frente.
Después le hicieron la ecografía:
- Bueno, parece que el tamaño del útero está bien –dijo el médico- ¡Vaya! ¡Creo que ya podemos saber el sexo! –anunció.
- ¿En serio? –preguntó Sara.
- Sí, ¿queréis saberlo? –preguntó el médico.
- ¡Sí! –exclamaron los dos al unísono.
- Bueno pues es… ¡un niño! –exclamó.
- ¡Toma! –gritó Lucas.
- Pero si la última vez medía cinco centímetros, ¿cómo lo vas a notar moverse? –puso la mano en la tripa de Sara.
Sara cogió la mano de Lucas y la puso justo por donde ella notaba los movimientos del niño.
- ¡Joder, es verdad! –dijo Lucas abriendo mucho los ojos y sonriendo.
- ¿A que sí? –sonrió Sara al verlo tan emocionado y acarició su pelo- Es que debe haber crecido mucho desde la última vez…
- ¿Cuándo tienes la próxima ecografía?
- Dentro de tres días… seguro que ya nos dicen lo que es…
- Anda, que no estás impaciente ni nada… -dijo acariciando su tripa.
- Sí –sonrió Sara- Es que tengo muchísimas ganas de tenerlo entre mis brazos ya, y cuidarlo y llenarlo de mimitos…
- Bueno, bueno, de vez en cuando tendrás que dedicarle algo también al padre, ¿no?
- Sí, también… -le acarició la cara y le dio un pequeño beso en los labios.
- Bueno, ¿y tú cómo estás? –dijo Lucas- Porque solo hemos hablado del peque…
- Bien… bueno a veces me da un poco de ansiedad… ya lo sabes… pero por lo demás bien… -se acurrucó de nuevo en la cama- Y lo demás típico… esta mañana sangré un poco por la nariz… y tengo un hambre a todas horas…
- ¿Quieres que te prepare algo para cenar?
- Sí, por favor… estoy muy cansada y tengo las piernas súper hinchadas… seguro que me salen varices…
- Bueno, venga, descansa –le dio un beso en la frente.
Lucas le preparó algo de cenar a Sara y se lo llevó a la cama. Sara se lo comió con muchas ganas y después se tumbó nuevamente. Le dolía todo el cuerpo. Se sentía bastante hinchada y estaba totalmente sensible a cualquier cosa. Lucas entró en la habitación y se tumbó a su lado. Sara se acurrucó entre sus brazos.
- ¿Sabes que nos han dicho que es bueno que le vayamos hablando al bebé para que reconozca nuestra voz al nacer?
- ¿Sí? –dijo Lucas- Bueno, entonces habrá que hablarle… -dijo.
Lucas puso la cabeza a la altura de la tripa de Sara:
- ¡Hola, chiquitín! Te habla tu papi del alma desde la tierra al útero de Sarita Miranda, ¿estás ahí?
- ¡Lucas!
- Sí, estoy aquí, papi… oye, dile a mami que deje de manosearme… -puso voz de niño.
Sara soltó una carcajada mientras miraba la cara de ilusión de Lucas con una mirada llena amor y ternura.
De pronto, no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado entre Lucas y ella hasta que habían llegado a ese momento. En todo el sufrimiento porque no los dejaban estar juntos, en su boda, su primer año de casados, su infidelidad y ahora, ahora era para ella, no tenía que esconderse más porque Lucas era todo suyo y no pudo evitar emocionarse y llorar.
- Eh, ¿qué pasa? –dijo Lucas acariciando su cara.
- Nada, amor… -se limpió las lágrimas- Solo son cosas de embarazadas…
Lucas la besó con pasión y ternura:
- Te quiero… -susurró Sara- ¿Tienes ganas de que nazca, verdad? –preguntó Sara mirando las manos de Lucas sobre su tripa.
- Muchas… -dijo Lucas- Pequeñín, sal pronto, ¿eh? Que estamos impacientes por verte.
Así llegó el día de la ecografía, entraron en la consulta del médico:
- Bueno, Sara –dijo el médico- ¿Qué tal? ¿Cómo lo llevas?
- Bien –dijo Sara.
- ¿Has notado acidez o dolor de cabeza?
- Sí, bueno, un poco a veces…-dijo.
- Bien, túmbate en la camilla. Esta vez tenemos que hacer más pruebas.
- ¿Qué pruebas? –preguntó Lucas asustado.
- No es nada especial, es algo rutinario. Primero tenemos que sacarte sangre… -dijo el doctor- También vamos a hacerte la prueba del amnios…
Sara puso cara de asustada.
- No te preocupes… -dijo el médico- Apenas vas a notar nada.
- ¿Prueba del amnios? –preguntó Lucas.
- Sí… tenemos que insertar una aguja por el abdomen y extraer un poco de líquido del útero.
Lucas miró la cara de miedo de Sara y sonrió, se acercó a ella, le agarró la mano y le dio un beso en la frente.
- Shh… no tengas miedo, princesa, yo estoy aquí contigo…
- Luego haremos la ecografía rutinaria para medir el tamaño del útero, también te haremos un control del peso, de la tensión y un análisis de orina.
- ¿Y todo eso es rutinario? –preguntó Lucas.
- Sí, es lo normal a los cuatro meses de embarazo.
- Joder –dijo Lucas.
El médico le inyectó a Sara un anestésico para que no sintiera dolor y le inyectó la aguja para extraer el líquido. Sara hizo un gesto de dolor y apretó fuertemente la mano de Lucas.
- Ya está –dijo el médico al sacar la aguja.
Sara apoyó la cabeza sobre el pecho de Lucas aliviada.
- Has sido muy valiente… -le susurró Lucas y le dio un beso en la frente.
Después le hicieron la ecografía:
- Bueno, parece que el tamaño del útero está bien –dijo el médico- ¡Vaya! ¡Creo que ya podemos saber el sexo! –anunció.
- ¿En serio? –preguntó Sara.
- Sí, ¿queréis saberlo? –preguntó el médico.
- ¡Sí! –exclamaron los dos al unísono.
- Bueno pues es… ¡un niño! –exclamó.
- ¡Toma! –gritó Lucas.
#76
29/07/2013 21:37
Hola Lanena! me gusta la nuevo parte....me alegro como de nuevo escribas....
muy amble parte....Sara Lucas y la Bebé....
muy amble parte....Sara Lucas y la Bebé....
#77
12/08/2013 18:46
me gustaria hacer un relato a mi tambien pero no se por donde empezar en principio suprimiria que lucas se fuera a la carolina y tambien suprimiria el breve romance de sara y aitor .
darme ideas a ver si me animo tiempo tengo jajajajaj hace poco que descubri esta historia de amor pero desde que la descubri me encantan estos personajes.
ah por ciento me encanto tu relato ya lo lei varias veces enhorabuena
darme ideas a ver si me animo tiempo tengo jajajajaj hace poco que descubri esta historia de amor pero desde que la descubri me encantan estos personajes.
ah por ciento me encanto tu relato ya lo lei varias veces enhorabuena
#78
17/08/2013 01:26
Sara rio y miró lo contento que estaba. Después de terminar de hacerle todas las pruebas salieron de la consulta.
- Te dije que iba a ser un pequeño pistolero… -dijo Lucas todo chulito.
- Nuestro pequeño Paquito –dijo Sara.
- Sí… -susurró Lucas antes de dedicarle un tierno y apasionado beso a Sara.
La felicidad había invadido la vida de Sara y Lucas. Todo giraba en torno del “pequeño Paquito” como sus padres lo llamaban. Sara estaba de cinco meses. Ese día tenía que ir a hacerse la ecografía rutinaria pero Lucas no podía acompañarla. Estaba liado con un caso muy importante en comisaría. Sara fue al hospital y después pasó por comisaría para saludar y enseñarle a Lucas la nueva ecografía. Cuando entró, al primero que vio fue a su padre:
- ¡Sara, cariño! –gritó al verla- Madre mía, ¡pero cómo estás ya! –dijo tocando su tripa.
- ¿Has visto? –sonrió.
- Ay, mi nietecito querido del alma, anda sal ya pequeñín que espero que seas tan guapo como tu abuelo y hagas honor a nuestro nombre…
- Todavía quedan cuatro meses, papá… -dijo Sara con cara de obviedad.
- Ya lo sé, Sarita, pero es que estoy impaciente…
- Bueno, ¿has visto a Lucas?
- Sí, estaba en el despacho del abuelo… creo que bajará enseguida, espéralo en la puerta si quieres.
- Sí, vale, haré eso.
Sara subió a la planta de arriba y vio a Lucas en el despacho de su abuelo, discutiendo con él. “Vaya dos…” pensó. Lucas salió unos minutos más tarde.
- Ey, ¿qué haces aquí? –preguntó Lucas al verla- ¿No deberías estar descansando?
- Sí… es que como he estado en el hospital y estaba cerca… he venido para enseñarte la ecografía… no me regañes… -puso carita triste.
- No te regaño, cariño… -le dio un beso en la frente- ¿Qué tal está el peque?
- Está perfecto… -le enseñó la ecografía- Ya mide 18 centímetros.
- Si que ha crecido desde la última vez… -dijo Lucas mirando la ecografía emocionado.
- Y pesa 350 gramos…
- Oye, ¿soy yo o parece que está sonriendo? –dijo Lucas.
- No, no eres tú… es que ya tiene expresiones faciales… seguro que va a ser muy guapo… -dijo Sara.
- Pues claro, ¿no ves que se va a parecer a su padre?
- Ya, claro…-sonrió.
- ¿Y tú qué tal?-preguntó Lucas.
- Bueno… creo que voy a ir a comprarme ropa premamá… porque la mía ya no da más de sí… no puedo ocultar más esta tripa…-puso las manos sobre ella.
- ¿Y para qué quieres esconderla? –puso las manos sobre ella.
- No, si yo estoy muy orgullosa de ella… -sonrió.
- ¿Te han hecho alguna prueba rara esta vez?-preguntó Lucas.
- Un ultrasonido… pero dice el médico que es rutinario… es para ver la anatomía del bebé, para ver si progresa bien.
- Ya te digo yo a ti que mi Paquito progresa adecuadamente –dijo Lucas.
- Anda, tonto… bueno, me voy de compras, nos vemos luego en casa, ¿vale? –le dio un beso.
- Adiós, cariño, no te canses mucho.
Sara se fue. Lucas se dirigió a la briffing donde Don Lorenzo había convocado una reunión. Lucas se sentó junto a Paco, Aitor llegó unos segundos más tarde y se sentó al lado de Lucas.
- Oye, Lucas, se te ve muy bien con Sara, ¿no? –dijo Aitor.
- Hombre, es mi mujer, normal que me lleve bien con ella, ¿no?
- Am, bueno… yo lo decía porque… hace unos meses casi no se acordaba de que existías… Es más, no le importó reemplazarte… y acostarse conmigo en vuestra camita de matrimonio… Pero bueno, con una barriga se arregla todo, ¿verdad, Lucas?
- No es que con una barriga se arregle todo, Aitor, es que resulta que cuando el amor es verdadero, da igual quien intente romperlo, porque siempre sale a flote… y luego tiene resultados como el nuestro…
- ¿Verdadero? Ah, vale, bueno… Es verdad que tú te casaste con ella… Aunque ahora que lo dices… Yo también, ¿sabes? Sí, con uno de tus trajes… me acuerdo porque ese día no dejaste de dar por culo llamando y Sara tiró el móvil y lo rompió mientras tú llamabas… Pero bueno, ¡qué bonito es el amor! ¿Verdad?
Lucas respiró hondo intentando no reventarle la cabeza a aquel niñato insolente y celoso que estaba buscándole las cosquillas a Lucas.
- ¿Sabes una cosa, Aitor? Que me das pena, me das muchísima pena porque simplemente eres un niñato celoso de lo que tenemos Sara y yo.
- ¿De lo que tenéis Sara y tú? Bueno, Lucas, hazte las ilusiones que quieras pero ¿sabes qué creo? Que Sara te eligió por pena, porque le dabas muchísima pena, porque eres el típico guapo canalla que mucho follar y nadie lo quiere.
A Lucas se le empezaba a notar considerablemente la vena del cuello. Estaba haciendo esfuerzos titánicos por no pegarle una ostia a Aitor y partirle la cara.
- Y claro, ahora la has dejado embarazada y la pobre tiene que cargar con un hijo tuyo. Pobre Sara, Lucas… deberías dejarla en paz que fuera feliz, ¿sabes?
Eso no, eso sí que no otra vez, no le iba a consentir que le dijera otra vez que no hacía feliz a Sara, no podía tolerarlo más. Lucas se levantó de la silla y agarró a Aitor por la camiseta.
- Mira, niñato asqueroso, ¡tú no sabes nada de si Sara es feliz o no! Así que cállate la puta boca, ¿vale? –le pegó un puñetazo a la altura de la boca y le partió el labio.
Lucas soltó a Aitor de un empujón, pero este quería más, y le propició a Lucas un puñetazo en la barriga y luego otro en la boca, haciendo que el labio de Lucas comenzara a sangrar. Lucas comenzó a descargar una lluvia de puñetazos sobre Aitor que este intentaba devolverle a Lucas. Ambos parecían dos lobos peleándose por una presa. Povedilla y Curtis sujetaron a Aitor mientras Paco y Mariano hacían lo mismo con Lucas.
- ¿Qué coño estáis haciendo? –gritó Don Lorenzo- Pelándoos como dos niñatos de feria, ¡dos hombres adultos! –les gritó- ¡Quedáis suspendidos de empleo y sueldo una semana! ¡La placa y la pistola! –gritó.
Lucas se quitó la placa que llevaba colgada al cuello y la pistola y las soltó con brusquedad en la mano de Don Lorenzo saliendo de la briffing a toda velocidad. Paco y Mariano lo siguieron.
- Lucas, pero, ¿tú estás loco? –dijo Mariano.
- ¡Que no ha sido él, Mariano, coño! Ya has oído lo que le estaba diciendo Aitor, él se lo ha buscado. Anda, venga, Lucas, te llevamos a casa –dijo Paco.
- Te dije que iba a ser un pequeño pistolero… -dijo Lucas todo chulito.
- Nuestro pequeño Paquito –dijo Sara.
- Sí… -susurró Lucas antes de dedicarle un tierno y apasionado beso a Sara.
La felicidad había invadido la vida de Sara y Lucas. Todo giraba en torno del “pequeño Paquito” como sus padres lo llamaban. Sara estaba de cinco meses. Ese día tenía que ir a hacerse la ecografía rutinaria pero Lucas no podía acompañarla. Estaba liado con un caso muy importante en comisaría. Sara fue al hospital y después pasó por comisaría para saludar y enseñarle a Lucas la nueva ecografía. Cuando entró, al primero que vio fue a su padre:
- ¡Sara, cariño! –gritó al verla- Madre mía, ¡pero cómo estás ya! –dijo tocando su tripa.
- ¿Has visto? –sonrió.
- Ay, mi nietecito querido del alma, anda sal ya pequeñín que espero que seas tan guapo como tu abuelo y hagas honor a nuestro nombre…
- Todavía quedan cuatro meses, papá… -dijo Sara con cara de obviedad.
- Ya lo sé, Sarita, pero es que estoy impaciente…
- Bueno, ¿has visto a Lucas?
- Sí, estaba en el despacho del abuelo… creo que bajará enseguida, espéralo en la puerta si quieres.
- Sí, vale, haré eso.
Sara subió a la planta de arriba y vio a Lucas en el despacho de su abuelo, discutiendo con él. “Vaya dos…” pensó. Lucas salió unos minutos más tarde.
- Ey, ¿qué haces aquí? –preguntó Lucas al verla- ¿No deberías estar descansando?
- Sí… es que como he estado en el hospital y estaba cerca… he venido para enseñarte la ecografía… no me regañes… -puso carita triste.
- No te regaño, cariño… -le dio un beso en la frente- ¿Qué tal está el peque?
- Está perfecto… -le enseñó la ecografía- Ya mide 18 centímetros.
- Si que ha crecido desde la última vez… -dijo Lucas mirando la ecografía emocionado.
- Y pesa 350 gramos…
- Oye, ¿soy yo o parece que está sonriendo? –dijo Lucas.
- No, no eres tú… es que ya tiene expresiones faciales… seguro que va a ser muy guapo… -dijo Sara.
- Pues claro, ¿no ves que se va a parecer a su padre?
- Ya, claro…-sonrió.
- ¿Y tú qué tal?-preguntó Lucas.
- Bueno… creo que voy a ir a comprarme ropa premamá… porque la mía ya no da más de sí… no puedo ocultar más esta tripa…-puso las manos sobre ella.
- ¿Y para qué quieres esconderla? –puso las manos sobre ella.
- No, si yo estoy muy orgullosa de ella… -sonrió.
- ¿Te han hecho alguna prueba rara esta vez?-preguntó Lucas.
- Un ultrasonido… pero dice el médico que es rutinario… es para ver la anatomía del bebé, para ver si progresa bien.
- Ya te digo yo a ti que mi Paquito progresa adecuadamente –dijo Lucas.
- Anda, tonto… bueno, me voy de compras, nos vemos luego en casa, ¿vale? –le dio un beso.
- Adiós, cariño, no te canses mucho.
Sara se fue. Lucas se dirigió a la briffing donde Don Lorenzo había convocado una reunión. Lucas se sentó junto a Paco, Aitor llegó unos segundos más tarde y se sentó al lado de Lucas.
- Oye, Lucas, se te ve muy bien con Sara, ¿no? –dijo Aitor.
- Hombre, es mi mujer, normal que me lleve bien con ella, ¿no?
- Am, bueno… yo lo decía porque… hace unos meses casi no se acordaba de que existías… Es más, no le importó reemplazarte… y acostarse conmigo en vuestra camita de matrimonio… Pero bueno, con una barriga se arregla todo, ¿verdad, Lucas?
- No es que con una barriga se arregle todo, Aitor, es que resulta que cuando el amor es verdadero, da igual quien intente romperlo, porque siempre sale a flote… y luego tiene resultados como el nuestro…
- ¿Verdadero? Ah, vale, bueno… Es verdad que tú te casaste con ella… Aunque ahora que lo dices… Yo también, ¿sabes? Sí, con uno de tus trajes… me acuerdo porque ese día no dejaste de dar por culo llamando y Sara tiró el móvil y lo rompió mientras tú llamabas… Pero bueno, ¡qué bonito es el amor! ¿Verdad?
Lucas respiró hondo intentando no reventarle la cabeza a aquel niñato insolente y celoso que estaba buscándole las cosquillas a Lucas.
- ¿Sabes una cosa, Aitor? Que me das pena, me das muchísima pena porque simplemente eres un niñato celoso de lo que tenemos Sara y yo.
- ¿De lo que tenéis Sara y tú? Bueno, Lucas, hazte las ilusiones que quieras pero ¿sabes qué creo? Que Sara te eligió por pena, porque le dabas muchísima pena, porque eres el típico guapo canalla que mucho follar y nadie lo quiere.
A Lucas se le empezaba a notar considerablemente la vena del cuello. Estaba haciendo esfuerzos titánicos por no pegarle una ostia a Aitor y partirle la cara.
- Y claro, ahora la has dejado embarazada y la pobre tiene que cargar con un hijo tuyo. Pobre Sara, Lucas… deberías dejarla en paz que fuera feliz, ¿sabes?
Eso no, eso sí que no otra vez, no le iba a consentir que le dijera otra vez que no hacía feliz a Sara, no podía tolerarlo más. Lucas se levantó de la silla y agarró a Aitor por la camiseta.
- Mira, niñato asqueroso, ¡tú no sabes nada de si Sara es feliz o no! Así que cállate la puta boca, ¿vale? –le pegó un puñetazo a la altura de la boca y le partió el labio.
Lucas soltó a Aitor de un empujón, pero este quería más, y le propició a Lucas un puñetazo en la barriga y luego otro en la boca, haciendo que el labio de Lucas comenzara a sangrar. Lucas comenzó a descargar una lluvia de puñetazos sobre Aitor que este intentaba devolverle a Lucas. Ambos parecían dos lobos peleándose por una presa. Povedilla y Curtis sujetaron a Aitor mientras Paco y Mariano hacían lo mismo con Lucas.
- ¿Qué coño estáis haciendo? –gritó Don Lorenzo- Pelándoos como dos niñatos de feria, ¡dos hombres adultos! –les gritó- ¡Quedáis suspendidos de empleo y sueldo una semana! ¡La placa y la pistola! –gritó.
Lucas se quitó la placa que llevaba colgada al cuello y la pistola y las soltó con brusquedad en la mano de Don Lorenzo saliendo de la briffing a toda velocidad. Paco y Mariano lo siguieron.
- Lucas, pero, ¿tú estás loco? –dijo Mariano.
- ¡Que no ha sido él, Mariano, coño! Ya has oído lo que le estaba diciendo Aitor, él se lo ha buscado. Anda, venga, Lucas, te llevamos a casa –dijo Paco.
#79
17/08/2013 23:07
hola Lanena....muy nervioso parte....Lucas y Ajtor....
Sara y Lucas....me gusta mucho....duce bebé....
Sara y Lucas....me gusta mucho....duce bebé....
#80
25/09/2013 17:36
Gran novelaaa, esta muy interesante
No dejes de acerlaa porfaaa queremos saber como sigue ><
No dejes de acerlaa porfaaa queremos saber como sigue ><