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Foro Los hombres de Paco

Nueva novela Sara y Lucas. quot;Nos hemos coronadoquot; Un final para ellos

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lanenapaca
lanenapaca
21/04/2013 17:12
Holaa! Bueno, hace tiempo yo escribía una novela de Sara y Lucas en un Fotolog y me fue bastante bien, a mí me encanta escribir y me encantaban Sara y Lucas, hasta que nos metieron el bulo de Sarita poniéndole la cornamenta a Aitor, así que he decidido escribir una nueva novela para poner un final a su historia y hacerle justicia a Lucas porque se rieron de él todo lo que pudieron y un poquillo más. Así que espero que os guste mucho y que me apoyéis. Me va a ayudar con las ideas para la novela una amiga mía que somos las dos unas fanáticas de Sara y Lucas y ale, un besazo para todas.

LLUVIA ETERNA.

Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
#81
lanenapaca
lanenapaca
24/10/2013 16:31
Lucas abrió la puerta de casa y entró. Sara estaba en la cocina preparando el almuerzo. Se asustó al oír la puerta porque no esperaba a Lucas tan temprano.
- ¡Lucas! Pero, ¿qué te ha pasado? –preguntó al verlo entrar en la cocina con las heridas y los moretones.
- Se ha peleado con Aitor –dijo Paco.
- ¿¡Qué!? –gritó Sara.
- No he sido yo… -murmuró Lucas.
- Pero… ¿qué ha pasado? –preguntó Sara.
- Ha sido Aitor, cariño –dijo Paco- Ha empezado a provocar a Lucas justo después de que tú te fueras.
- ¿Así, sin más? –preguntó ella.
Lucas asintió la cabeza.
- El abuelo los ha suspendido de empleo y sueldo una semana a los dos. Yo solo he venido a traerlo, tengo que volver a comisaría, ya nos veremos, cariño –dijo Paco dándole un beso en la mejilla a su hija.
Paco se fue. Lucas permanecía cabizbajo en medio de la cocina. Sara se acercó a él.
- Lucas…-le puso la mano en la mejilla.
- ¿Lo ves como sí soy una bestia? –intentó sonreír.
- Anda, ve a la habitación, te voy a curar ese labio… -dijo.
Lucas se tumbó en la cama y Sara cogió el botiquín, empapó en alcohol un algodón y lo puso sobre el labio de Lucas.
- ¿Qué ha pasado? –preguntó Sara.
- Yo… entré en la briffing después de que tú te fueras y después entró Aitor y se sentó a mi lado. Empezó a decir que se nos veía muy bien y yo le dije que era lo normal, él empezó a decir que hace unos meses ni te acordabas de mí, que yo no te importaba un mierda y que no te importaba acostarte con él en nuestra cama… -tragó saliva- y que con una barriga yo lo arreglaba todo… entonces yo le dije que cuando el amor era de verdad siempre salía a flote y él me dijo que él también se había casado contigo con uno de mis trajes, que rompiste el móvil mientras yo te llamaba una vez y que me elegiste a mí por pena… -le dirigió una leve mirada y volvió a apartar sus ojos de ella.
- Lucas… -puso la mano en la mejilla- Si yo estoy contigo, es porque te quiero… Y no tendría un hijo tuyo si no te quisiera, ¿no crees?
- Él dijo que seguramente era una carga para ti…
- ¿Qué dices? ¿Tú de verdad piensas que Paquito es una carga para mí?
- No, yo no… -puso la mano en la mejilla de Sara- Pero él sí…
- Anda, déjate de tonterías y déjalo en paz… que diga lo que quiera solo está doli… ¡AH! –gritó y puso la mano en su vientre.
- ¿¡Qué!? –gritó Lucas asustado- ¿Qué te pasa?
- Me duele, me duele muchísimo… -dijo entre sollozos.
- Vamos al hospital, Sara.
- Lucas, no quiero perderlo otra vez… No dejes que lo pierda otra vez, a Paquito no –dijo entre lágrimas.
- Que no, amor, todo va a estar bien… -agarró la cara de Sara entre sus manos- Tranquilízate… -le dio un beso en la frente.
Lucas llevó a Sara al hospital de inmediato y llamó a Paco. Paco llegó una media hora más tarde.
- ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está Sara? –preguntó Paco.
- No sé nada todavía, Paco… -dijo Lucas a la vez que dos lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- Pero, ¿Qué ha pasado?
- Ha sido por lo de Aitor… le estaba contando lo que pasó porque ella me lo preguntó y se habrá puesto nerviosa yo que sé… a veces le daba ansiedad y los nervios no son buenos en su estado… -dijo Lucas- Pero como lo pierda, como le pase algo a mi hijo, te juro que le reviento la cabeza a Aitor, te lo juro, Paco.
El médico salió:
- Todo está bien… ha sido un cuadro de ansiedad, normales en ella en el embarazo, pero algo más fuerte de lo normal. La dejaremos en observación hasta mañana y después podrá volver a casa. Por favor, es muy importante que guarde reposo, ahora el bebé es muy sugestionable a todo, siente todo lo que siente la madre y ella debe estar tranquila.
Lucas asintió y pasó a ver a Sara, que estaba tumbada en la cama y preocupada porque todavía nadie le había dicho nada.
- ¡Lucas! –gritó al verlo- ¿Qué ha pasado?
- Todo está bien, cariño –sonrió- Nuestro Paquito es fuerte… -le dio un beso en la frente.
- Menos mal… -respiró aliviada Sara y sonrió.
- Perdóname-dijo Lucas- nuestro pequeñín tiene un padre demasiado loco que no hace más que meterse en líos y darle disgustos a su madre.
- No, Lucas… ha empezado él… lo has dicho tú y lo ha dicho mi padre… estaba celoso y ya… No pasa nada… -lo acarició.
#82
lanenapaca
lanenapaca
24/10/2013 16:32
Por la tarde, Paco fue a visitar a Sara y se quedó con ella mientras Lucas iba a hacer algo de lo que no quiso soltar prenda. A la mañana siguiente le dieron el alta a Sara, Lucas y ella iban de camino a casa en el coche. Cuando llegaron:
- Te tengo una sorpresa –dijo Lucas.
- ¿Sí? –preguntó Sara incrédula- ¿Qué es?
- ¿Ah? ¡Sorpresa! –dijo tapándole los ojos con un pañuelo.
- ¡Ay, Lucas! ¿Qué es? ¡Quiero saberlo!-dijo dejándose hacer.
Lucas condujo a Sara hacia una de las habitaciones de la casa.
- Espero que te guste, tampoco soy yo un experto en estas cosas…
- ¡Va! ¿Qué es? –volvió a preguntar Sara.
- ¿Estás lista?
Sara asintió con la cabeza. Lucas le quitó el pañuelo. Sara se quedó boquiabierta.
- Lucas… ¡la habitación del bebé! –gritó Sara- Es preciosa –dijo con los ojos brillantes.
- ¿De verdad te gusta? –preguntó Lucas agarrándola por la cintura y apoyando su cabeza en el hombro de Sara.
- ¡Claro! Es genial… Paquito va a estar muy bien aquí… -se giró para mirarlo a los ojos y lo besó.
- Ya falta poco… -susurró Lucas.
- Sí… -sonrió Sara.
- Tengo otra sorpresa… -dijo Lucas.
- ¿Qué? –preguntó Sara.
- Pues que… como estoy suspendido… pues he reservado una cabaña en la playa para que descanses.
- ¿De verdad? –sonrió Sara.
- Sí –afirmó Lucas.
Sara y Lucas se fueron a la playa dejando de lado a San Antonio. La cabaña era preciosa. Tenía un rollo indígena muy bonito, con los tejados de paja, rodeada de palmeras y césped. Los dos primeros días apenas salieron de la cama. Los pasaron recorriendo sus cuerpos y con el único sonido de fondo de sus besos. Al tercer día, por la mañana, Sara se despertó con el sol en la cara, la cabaña no era muy grande pero era preciosa para ellos dos. Lucas no estaba en la cama.
- ¡Lucas! –lo llamó.
No hubo respuesta. Sara se giró en la cama. En el lado de Lucas había una margarita amarilla con una nota: “Buenos días, preciosa, sigue el rastro de pétalos y llegarás a tu destino. Por cierto, he mirado la predicción para hoy y creo que va a llover ;)” Sara se dio cuenta que había un rastro de pétalos de margarita por la habitación. Sara se puso una batita gris y corta con bordados en negro y se levantó. Siguió el rastro de pétalos y llegó al baño de la cabaña. El baño tenía una bañera-jacuzzi hidromasaje enorme. Lucas se había encargado que pareciera un spa. Había una chica joven, de unos 27 años con uniforme de masajista.
- Tú debes de ser Sara –dijo- Soy Emma y soy masajista, tu marido me ha encargado que te relaje un poco –dijo.
Sara se metió en el jacuzzi y se dejó hacer. Emma le dio un masaje muy relajante a Sara con camilla. Sara estaba completamente relajada. Después Emma se fue y Sara se quedó un largo rato en el jacuzzi, descansando y acariciando su tripa. Sentía a Paquito moverse y eso la hacía tremendamente feliz.
- Buenos días, princesa –oyó la voz de Lucas- Veo que te ha sentado bien mi regalo.
Lucas estaba tremendamente guapo. Llevaba unas bermudas marrones y una camisa blanca rollo ibicenco.
- Sí… me ha sentido muy bien –sonrió.
- Anda, sal del agua que todavía tenemos muchas cosas por hacer... –salió del baño.
- ¿Qué cosas? –preguntó Sara.
- Ya lo verás –le guiñó un ojo.
Sara salió rápidamente del agua, se puso el albornoz y siguió a Lucas hasta el dormitorio.
- ¡Va, vístete! –dijo Lucas.
Sara se puso un vestido corto, que apenas le cubría un poco los muslos, blanco, ibicenco de mangas anchas que le llegaban hasta los codos, un collar marrón algo hippie y una pamela blanca.
- Estás muy guapa –sonrió Lucas.
Sara sonrió y agarró a Lucas de la mano. Lucas la llevó a la playa donde lo tenía todo preparado. Había un mantel de cuadros en la arena con una cesta.
- No puede ser… -abrió la boca Sara- ¿¡En serio!? –gritó.
Lucas sonrió.
- ¿Te gusta? –preguntó Lucas.
- ¡Me encanta! –gritó abrazando a Lucas- Eres el mejor… Lucas, de verdad… -sus ojos brillaban- Gracias.
- Eh… venga, ya basta de lagrimitas, ¿eh? –acarició su pelo- Vamos a disfrutar de nuestro tiempo libre… Que luego hay que volver a San Antonio.
- ¡Nooooooo! No nombres nada de eso ahora… -puso un dedo sobre la boca de Lucas- Ahora solo estamos tú y yo.
- Solos tú y yo… -susurró Lucas.
Sara y Lucas disfrutaron del picnic y después se tumbaron a disfrutar del sol y el sonido del mar.
- Me encanta esto, Lucas, me quedaría aquí toda la vida…
- Para eso te he traído… -dijo Lucas- Para que te relajaras… y te olvidaras de todo…
- Ya… pero es tan bonito que no me quiero ir…
- Bueno, no es Madagascar, pero está bien, ¿no?
- Sí…-puso una sonrisa triste- Esa playa sigue esperándonos… -dijo Sara- Bueno, más bien a ti…-dijo- Porque yo ya estuve en ella…
- Ya… Si no hubiera visto a Mariano en el aeropuerto…
- Bueno, Lucas, da igual… no debemos perder en el tiempo en lo que habría pasado si no hubiera pasado esto o no hubiera pasado lo otro… Da igual, estamos juntos y ya, tenemos que aprovechar cada minuto que pasemos juntos y disfrutar de nuestro pequeño…-puso la mano en su tripa.
- Sí, cariño, tienes razón –dijo Lucas besando la frente de Sara- Oye, ¿te apetece un bañito? –le guiñó un ojo.
- No sé, Lucas…
- Que sí… ven aquí… -la cogió en brazos.
Lucas la llevó al mar y se fueron metiendo lentamente, vestidos:
- Ay, ¡qué fría! –dijo Sara.
- Shh… tranquila, pequeña…
#83
Aniko0001
Aniko0001
24/10/2013 20:25
Hola Lanena.... sonriente

me alegro como de nuevo escribes....me gusta.... bravo

Sara y Lucas de nuevo en playa vacaciónes.... bravo
#84
lanenapaca
lanenapaca
26/11/2013 16:38
Sara besó a Lucas agarrada a su cuello. Ambos disfrutaron de un baño y luego volvieron a la cabaña. Sara se quitó la ropa mojada y se empezó a secar. Lucas se había cambiado y salió del baño.
- Pero bueno… -le susurró al oído agarrándola por la cintura- No me había fijado lo guapísima que estás así desnudita… -acarició su tripa.
- Uy, sí… guapísima –dijo Sara irónica- Con esta tripa enorme…
- Pues a mí me parece que estás muy guapa… Es más, me pones mucho… -le susurró.
Sara sonrió:
- Sí, segurísimo que te pongo mucho…
- ¿Es que no te lo he demostrado estos días? –dijo besando su cuello- ¿O es que no te ha gustado?
- Claro que me ha gustado, Lucas… Tú siempre me haces enloquecer… -se dio la vuelta y le agarró la cara entre las manos.
- ¿Entonces? –dijo Lucas dándole un beso.
- Es que no me siento muy sexy con la tripa…
- A mí me parece que estás guapísima –dijo Lucas besando sus pechos suavemente- Mmm, sí que han crecido, ¿eh? –susurró Lucas.
Lucas siguió bajando por su tripa y la cogió en brazos y la tumbó en la cama.
- Me encantas, Sara, eso que no se te olvide nunca –susurró- Y me encantas de todas las maneras, gorda, flaca o llena de heridas, me encantas…
- Mi niño… -le acarició el pelo- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Lucas…
- No, Sarita, no… tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida a mí, tú llegaste a mi vida llenándola de felicidad… yo era un loco que iba sin rumbo por la vida hasta que llegaste a mí… Me has cambiado la vida, tú te has convertido en mi vida, Sara… Todo en mi mundo se reduce a ti…
- Lucas… ¿ya no te acuerdas? Cuando estés feliz me reiré contigo y cuando estés triste lloraré contigo…
- Mi pequeña… -susurró mirándola a los ojos.
Se dedicaron besos y abrazos llenos de pasión. Unos días más tarde volvieron a San Antonio.
Así iban pasando los días, la tripa de Sara crecía cada vez más. Ya casi llegaba el momento del parto. Sara ya tenía preparado un bolso con lo que llevar al hospital el día del parto. Sara estaba tumbada en la cama descansando, se sentía muy cansada. Lucas llegó de comisaría.
- Ey, ¿qué tal está mi gordita? –dijo Lucas besándola.
- Bien… -murmuró.
- Eso no ha sonado muy convincente.
- Es que estoy cansada, Lucas, solo es eso, no te preocupes.
- Ya queda poco, ¿eh? –la besó de nuevo con su mano en la tripa de Sara.
- Sí… estoy un poco asustada… -dijo Sara.
- ¿Por?
- No sé… me da miedo el parto…
- Anda, tonta, verás que todo va a ir genial, yo voy a estar contigo y no te va a pasar nada, ¿eh? –besó su frente.
- ¿De verdad? ¿Vas a estar conmigo en el parto?
- Claro, cariño, no me voy a perder el nacimiento de mi niño…
Estaban a punto de besarse cuando:
- Joder, tengo que ir al baño… -dijo Sara.
Sara se metió en el baño, pensó que como últimamente le pasaba, no había llegado a tiempo, pero:
- ¡Lucas! –gritó Sara desde el baño.
- ¿Qué pasa?
- ¡Creo que acabo de romper aguas!
- ¿¡Qué!? –gritó entrando en el baño de golpe.
- Que sí, Lucas, no para de salir líquido –dijo Sara.
- Pero, ¿tú estás bien? –preguntó nervioso con las manos sobre los hombros de Sara.
#85
sarita1100
sarita1100
27/11/2013 02:56
me gusta lucas cuando se pone nervioso sigue escribiendo por favor estoy enganchada
#86
Aniko0001
Aniko0001
27/11/2013 18:19
muy nervioso....espero será todos bien con bebé.... bravo
#87
lanenapaca
lanenapaca
13/01/2014 22:26
- Que sí, que sí, Lucas, tranquilo, pero Paquito dice que quiere salir ya.
- Va, tranquila, vamos al hospital ya, voy a llamar a tu padre para avisarlo y nos vamos, tú tranquila, Sarita, que todo va a salir bien –dijo dando vueltas por la habitación, nervioso, buscando el móvil.
Sara lo miraba con las manos en los riñones y reía.
- Lucas, el móvil está en la mesita.
- Ay, sí, es verdad, tú, tranquilízate, Sara, ¿eh? –cogió el móvil y marcó el número de Paco- Paco, sí, vamos al hospital, Sara acaba de romper aguas, que sí, Paco, que sí, te espero allí, adiós.
En el camino al hospital comenzaron las contracciones de Sara. Lucas se asustaba cada vez que a Sara le daba una y se giraba para ocuparse de ella. Sara medio reía por la reacción de Lucas, medio lloraba por el dolor.
- Anda, mira a la carretera, Lucas, que a ver si no vamos a llegar al hospital –rio.
Cuando llegaron al hospital, a Sara enseguida la atendieron los médicos. Lucas se quedó en la sala de espera cuando unos minutos más tarde llegaron Paco y Don Lorenzo.
- ¿Qué ha pasado? –dijo Paco nervioso- ¿Ha nacido ya? ¿Cómo está Sara?
- No sé nada todavía, Paco –dijo Lucas.
- Anda, hijos, tranquilizaos los dos que os va a dar algo –dijo Don Lorenzo.
Una media hora más tarde salió una enfermera:
- ¿El marido de Sara Miranda? –preguntó.
- Sí –respondió Lucas.
- Ya puede pasar al paritorio.
Lucas siguió a la enfermera que lo condujo al paritorio. Sara estaba rodeada de enfermeras y una matrona. Estaba sudando y tenía la cara muy cansada.
- Lucas…-sonrió al verlo.
- Hola, preciosa –le besó la frente- ¿Qué tal, amor?
- Bien…-murmuró.
- Ahora vamos a poner la epidural –dijo la matrona.
Sara puso cara de miedo.
- No te preocupes-dijo una enfermera- Tampoco es para tanto-dijo con una aguja en la mano.
#88
lanenapaca
lanenapaca
13/01/2014 22:27
Sara agarró fuertemente la mano de Lucas al sentir el pinchazo y poco a poco se fue relajando.
- Vale, Sara –dijo la matrona- Cuando yo te diga, empujas, ¿vale?
- Sí… -asintió Sara.
- Vale, Sara –dijo mirando el monitor para ver cuando venía la contracción- Ahora.
Sara empezó a empujar, estaba haciendo un gran esfuerzo, apretaba con fuerza la mano de Lucas que la animaba a seguir.
- Muy bien –dijo la matrona- Ya casi está fuera la cabeza-dijo- Un último empujón, ahora.
Sara volvió a empujar y en un último esfuerzo se oyó el llanto del bebé. Sara respiró aliviada mientras dos lágrimas resbalaban por sus mejillas de la emoción. Las enfermeras lavaron al bebé y lo pusieron en brazos de Sara. Lucas sonreía emocionado mirando a su hijo y Sara, emocionada, con el bebé pegado a su pecho, envuelto en una mantita azul.
- Lucas… es precioso…
- Sí, cariño, sí que lo es… -acarició el pelo de Sara y besó su frente.
- ¿Quieres cogerlo? –preguntó.
- ¿Yo? No sé, Sara… a ver si se me va a caer o algo…
- Venga, no seas tonto… -dijo- Lo vas a hacer muy bien.
Lucas cogió al pequeño sujetándolo con cuidado por la cabeza y la espalda y lo acercó a su cuerpo. El niño sonrió al notar cerca a su padre y Lucas no pudo evitar emocionarse al tenerlo tan pequeño y frágil en sus brazos.
Así los años fueron pasando. Las vidas de Sara y Lucas eran felices y rutinarias. Por San Antonio habían pasado muchas cosas. Don Lorenzo aprovechaba los últimos años en la comisaría, Mariano seguía con sus idas de olla naturales, la relación de Paco y Marina parecía haberse consolidado. Pepa había empezado una nueva relación con una chica de la comisaría llamada Laura. Sara era una becaria que de vez en cuando se escapaba a los vestuarios para tener unas palabritas con el oficial del CNI además de una madre de fábula y Lucas, además de uno de los mejores agentes de la división internacional, era el padre perfecto. Paquito era un rubiales de pelo rizado y ojos marrones que disfrutaba de sus padres y su abuelo, y de su abuela Lola cuando la veía. Se divertía corriendo por el jardín, jugando a los vaqueros con su padre o saltando en la cama de sus padres los sábados por la mañana temprano. Era un niño feliz. Aquel sábado, Sara y Lucas dormían plácidamente. Paquito se despertó y sentándose en el borde de la cama dio un salto para levantarse. Se puso en pie y se dirigió a la habitación de sus padres, entró con cuidado y de un salto se subió a la cama.
- ¡Arribaaaaaaaaaaaa! –gritó.
Lucas se tapó la cabeza con la almohada mientras Sara se despertaba sobresaltada.
#89
lanenapaca
lanenapaca
13/01/2014 22:28
- Pero, Paquito, cariño, ¿a qué viene tanta energía por la mañana temprano? –dijo Sara abriendo los brazos a su niño.
- ¡Quiero jugar a los vaqueros! –abrazó a su madre-¡Vamos, papi, despierta, que tenemos que jugar! –dijo moviendo el brazo de su padre.
- Mmmm… -gruñó Lucas- Sí, a los vaqueros, a los vaqueros… -se dio una vuelta en la cama.
- Anda, cariño, vamos tú y yo a desayunar y dejamos que papi descanse un poquito más, ¿eh? –lo cogió en brazos.
- Vale –asintió el niño.
Sara entró en la cocina y sentó al niño en la encimera.
- ¿Qué quieres desayunar?
- ¡Sándwich y zumo!
- Vale.
Sara empezó a preparar el desayuno:
- Mmmm… -dijo Lucas entrando en la cocina- ¿Qué estás haciendo de desayunar que huele tan bien? –agarró a Sara por la cintura.
- ¡Papi! ¡Mami es mía! –gritó intentando bajarse de la encimera.
- ¿Cómo que tuya? –arqueó una ceja.
- ¡Pues que es mi mami y nadie puede tocarla! ¡Es mía, mía y mía! –se bajó de un salto de la encimera y abrazó la pierna de su madre.
- Bueno, pues si es tuya… no jugamos a los vaqueros, ale… -dijo Lucas haciendo que salía de la cocina.
- ¡No, papi, espera! –dijo persiguiéndolo- ¡Que te la dejo! Va, pero vamos a jugar a los vaqueros.
Lucas cogió a su pequeñín en brazos:
- Pero, habrá que desayunar antes, ¿no?
- Va, venga, id al comedor, que estoy está casi listo –dijo Sara.
Lucas se llevó a Paquito al comedor donde el niño puso la tele y empezó a gritar, saltar y cantar:
- ¿Quién vive en la piña debajo del mar? ¡Bob Esponja! –gritaba.
#90
Aniko0001
Aniko0001
13/01/2014 23:08
me gusta mucho.... bravo
#91
sarita1100
sarita1100
14/01/2014 02:49
te ha quedado genial enhorabuena
#92
Aniko0001
Aniko0001
08/02/2014 17:38
Lanena me gusta mucho....continuas?.... bravo
#93
lanenapaca
lanenapaca
18/03/2014 16:42
Unos segundos más tarde entró Sara en la habitación con una bandeja con el desayuno y no puso evitar reír al ver a su hijo saltando en el sofá a la vez que cantaba. Paquito se comía el sándwich sin dejar de mirar a la pantalla. Terminó de desayunar rápidamente y empezó a saltar en el sofá nuevamente agitando el brazo de su padre que tenía una taza de café en la mano.
- ¡Vamos, papi, vamos a jugar! –agitaba su brazo.
A Lucas estuvo a punto de derramársele el café.
- Joder, espera –dijo.
- Papi –dijo el niño serio- No digas palabrotas.
Sara rio ante el regaño del niño a su padre.
- Eso, Lucas, no digas palabrotas.
- Anda que… -dijo Lucas soltando la taza en la mesa- Anda, vamos… -se levantó del sofá.
El niño dio un salto del sofá y siguió a su padre. Ambos estaban todavía en pijama.
- Pero primero tendrás que vestirte, ¿no? ¿O dónde has visto tú a un vaquero en pijama? –lo cogió en brazos.
Lucas llevó al niño a su habitación y le puso una camisa blanca y unos vaqueros. El niño cogió su pistola de juguete, su sombrero y su placa y siguió su padre mientras este iba a cambiarse a su habitación. El niño perseguía a su padre con la pistola.
- ¡Quieto ahí, sin-sin-sin…! Jo, quieto ahí.
- ¿Sinvergüenza? –preguntó Lucas y lo cogió en brazos.
- ¡Sí, eso!
- ¿Me va a detener, agente? –preguntó Lucas haciendo que se asustaba.
- ¡Sí!
- Pero, agente, yo soy inocente… además… me conozco su punto débil –dijo haciéndole cosquillas en la tripa.
- ¡No, papi, jaajajajajaajajajaajajaja! –rio.
Sara sonrió al entrar en la habitación, le encantaba verlos jugar, estaba orgullosísima de Lucas porque para ella era el mejor padre del mundo.
- ¡Quieta ahí! –apuntó el niño a su madre con la pistola- ¡Quedas detenida!
- Pero, agente, soy inocente… -dijo fingiendo miedo.
Sara se acercó a su hijo que permanecía en los brazos de Lucas y lo cogió en brazos.
- Mi pequeño pistolero… -dijo abrazándolo- ¿Sabes una cosa? Me ha llamado el abuelo Paco para que vayamos a comer a su casa hoy.
- ¡Bien! ¡Abuelo Paco! ¡Abuelo Paco! –gritó el niño.
- Venga, ve a soltar eso que nos vamos enseguida, ¿eh? –lo soltó en el suelo.
- ¡Chi! –gritó el niño.
El niño salió de la habitación corriendo.
- Bueno y aquí está mi pistolero favorito… -abrazó a Lucas.
- Sí, sí…tu pistolero favorito pero me tienes de lado, ¿eh?
- ¿De lado? –preguntó Sara separándose de él y mirándolo a los ojos.
- Sí… ya no me quieres como antes… -volvió la cara a un lado.
- ¡Ay, pero que tonto eres! –le volvió la cara- Eres mi preferido… si tú lo sabes… ¿no ves que te hago cosas que no le hago a nadie más? –se acercó a sus labios.
- ¡Eh! –gritó Paquito entrando en la habitación- ¡Vámonos!
Sara se separó de los labios de Lucas y sonrió dedicándole una caricia.
- Sí, venga, cariño, vámonos.
Sara y Lucas se vistieron. Lucas se puso una camisa blanca y unos vaqueros; y Sara un vestido negro, muy corto con un pañuelo rojo. Después fueron a casa de Paco.
- ¡Abuelo! –gritó el niño entrando en la casa.
- ¡Ay, mi chiquitín, pero qué grande estás ya! –lo cogió en brazos.
- ¡Claro, abuelo, es que ya tengo tres años! –dijo sacando tres dedos.
- ¿Sí? ¿Tan viejo eres ya?
- ¡No soy viejo! –se puso serio- ¡Soy un niño!
- Claro, cariño… Anda, ve a darle un beso a Marina…-dijo Paco poniendo a su nieto en el suelo.
El niño puso cara rara, miró a Marina que le sonreía, miró a su abuelo y luego a su madre que asintió. Entonces, con paso lento, se acercó a Marina, acercó la boca a su mejilla, le dio un beso y salió corriendo abrazándose a la pierna de su padre que soltó una carcajada.
La comida transcurrió animada, todos comentaban los últimos casos de comisaría. También estaban Mariano y Don Lorenzo. El fin de semana transcurrió animado y divertido, el lunes Lucas tenía que ir a comisaría mientras Sara tenía el día libre. Lucas estaba con Paco y Mariano en el despacho.
- ¿Qué tal con María ayer por la noche, Mariano? –preguntó Paco.
- ¿Quién es María? –preguntó Lucas.
- Una amiga de Marina, la otra noche vino a casa a cenar e hizo muy buenas migas con Mariano…
- Eh… picarón… -le dio un codazo Lucas a Mariano.
- Nada, Paco, nada… ella es una chica agradable pero… no sé yo…
- Pero, ¿cómo que no, Mariano? Si ella parecía muy interesada en ti…
- Ya, bueno… pero ayer… no fueron las cosas del todo bien… -dijo Mariano- Ella es una gran mujer, demasiado para mí creo yo…
- Bueno, eso mismo pensaba yo de Sara y mira –dijo Lucas.
- Bueno, pero lo tuyo es distinto… -dijo Mariano.
- ¿Qué tiene de distinto? –preguntó Lucas.
- Pues que…
- Haber… pero, ¿qué pasó ayer? –preguntó Paco.
- Pues… fuimos a cenar a ese restaurante nuevo que han abierto y bueno… luego estuvimos bailando y de camino a casa hablamos algo… y me contó que está divorciada y tal…
- ¿Y no te ha dicho de volver a quedar? –preguntó Lucas.
- Bueno… me dijo que íbamos hablando.
- Bueno, entonces no ha cerrado la puerta del todo… Deberías llamarla –dijo Lucas- No puedes estar solo para toda la vida Mariano, estar solo no es una opción, siempre es mejor estar con alguien.
- Ya… -dijo cabizbajo.
En ese momento entró Sara con Paquito en brazos a la comisaría.
- ¡Mira, es Sara! –dijo Paco- ¿Paquito no debería estar en el colegio?
- Es que tenía un poco de fiebre esta mañana y Sara iba a llevarlo al médico.
- Pobrecito mi niño… -dijo Paco saliendo del despacho.
Lucas y Mariano le siguieron.
- ¡Papi! –gritó el niño.
- ¿Qué pasa, tronco? –dijo Lucas cogiendo al niño en brazos y chocando las cinco.
#94
lanenapaca
lanenapaca
18/03/2014 16:44
- ¿Qué pasa, tronco? –preguntó Mariano- ¿Así saludas a tu hijo?
- Claro. ¿Qué pasa?
- Anda, anda, que tienes lo cariñoso en los huevos… Se dice, ¿cómo estás, cariño? O algo así, gilipollas.
- No, Mariano, se dice qué pasa tronco –dijo el niño serio.
- ¿Queréis dejar de decir esas palabras delante del niño? –dijo Sara.
- No he sido yo –dijo Lucas- Es Mariano.
- Gili…gili… Jo, ¡no me sale!
- ¡Chst! –Lucas le hizo un gesto a su hijo para que se callara- Bueno, campeón, ¿te habrás portado bien en el médico, no?
- ¡Claro!
- ¿Y qué te ha dicho?
- Que tengo gui, gui… ¡Mami…!
- Griiiipeee… -dijo Sara entornando los ojos.
- ¿Gripe? Entonces deberías estar en la cama, ¿no?
- Es que quería verte… -puso carita triste.
- Bueno, ya me has visto, ahora a la cama –puso al niño en el suelo.
- Venga, Paquito, vamos a casa –dijo Sara.
- ¡Chi, mami! –agarró la mano de su madre.
- Bueno, nosotros tenemos que ir al despacho de Don Lorenzo –dijo Paco.
Paco, Mariano y Lucas subieron las escaleras para ir al despacho de Don Lorenzo. Mientras Sara se cruzó con Rita.
- Uy, Sarita, ¡pero qué niño más mono! –gritó apretando la mejilla de Paquito que hizo una mueca de dolor.
Mientras Aitor y Daniel miraban a Sara desde la planta de arriba.
- ¡Pero qué buena esta la jodía Sarita! –dijo Dani.
- Ay, ¡con lo buenas que me estaban a mí ese par de tetas!
- ¿Tú? –preguntó Daniel.
- Sí, es que aquí el menda fue el amante de Sarita mientras Luquitas estaba en Carolina… y no veas la niña, en la cama es una puta fiera…
- ¿¡Sí!? –gritó Daniel.
Ambos no habían reparado en que por su lado pasaban Paco, Mariano y Lucas escuchando toda la conversación. Lucas se había parado justo a su lado, su cuerpo ardía de rabia y apretaba los puños con fuerza.
- Lucas, no hagas nada –dijo Paco.
- No vayas a ir, Lucas, por favor… -le dijo Mariano.
Lucas dio dos pasos y se puso justo detrás de Aitor.
- Sí –dijo Lucas- Sarita es una fiera en la cama, yo puedo asegurártelo, Aitor… Ven conmigo, chavalote, que vamos a seguir hablando de las tetas de Sarita…-lo agarró por la nuca.
Lucas llevó a Aitor a rastras a los vestuarios y le metió la cabeza en el váter:
- ¿Te ponen las tetas de Sarita, eh? ¿Te ponen, no? Bueno, pues la próxima vez que te pille hablando de las tetas de mi mujer, esto no va a ser nada comparado con lo que te va a pasar…
- Lucas, ¿qué haces?-gritó Sara.
Lucas volvió la cabeza soltando a Aitor y vio a Sara en la puerta de los vestuarios con Paquito de la mano. Aitor tosía mientras intentaba coger aire.
- ¡Eres una puta bestia! ¡Un animal! –gritó Sara acercándose a Aitor- ¿Estás bien, Aitor?
- Sí, eso creo…
- Anda, venga vamos… vamos a beber un poco de agua… -dijo ayudando a incorporarse a Aitor.
Paquito estaba en el centro de la habitación mirando embobado y sin entender muy bien lo que pasaba.
- Vamos, cariño –alargó la mano Sara para que su hijo la agarrara.
El niño dirigió una mirada a su padre y luego salió corriendo hasta donde estaba su madre.
- Mami, ¿por qué le ha pegado papá a Aitor?
- Porque es un animal, Paquito, por eso.
Unas horas más tarde, Paquito estaba metido en la cama, estaba totalmente ardiendo en fiebre y Sara acariciaba el pelo de su hijo mientras intentaba calmarlo. Oyó el ruido de la puerta, se levantó de la cama y salió al salón. Lucas acababa de llegar y estaba sentado en el sofá.
- ¡Ahora me vas a explicar por qué coño le has hecho eso a Aitor! –gritó.
- ¿Qué más dará? ¿Es que me vas a creer? –dijo Lucas con indiferencia- Si tú te llevas muy bien con Aitorcito y él es un santo… y Lucas es un hijo de puta…
- ¡Yo no he dicho eso! Pero piensa en lo que estará pensando tu hijo de su padre.
- Pues si supiera por qué lo he hecho, creo que entendería a su padre.
Paquito se revolvió en la cama y oyó a sus padres gritando en el salón, se levantó descalzo y fue al salón, iba algo mareado y veía un poco borroso.
- No discutáis, por favor… -murmuró entrando en el salón.
Acto seguido la vista de Paquito se nubló por completo y se cayó al suelo, desmayado, por la fiebre.
- ¡Paquito! –gritó Sara acercándose a él.
Lucas se levantó rápidamente del sofá y se acercó a su hijo que yacía en el suelo. Lucas cogió a Paquito en brazos y lo llevaron rápidamente al hospital. Un par de horas más tarde Lucas daba vueltas por la sala de espera de urgencias nervioso mientras Sara estaba sentada en una de las sillas.
- ¿Por qué coño no salen a decirnos nada? ¡Joder!
- No lo sé… -murmuró Sara.
- ¿Los padres de Francisco Fernández Miranda? –preguntó una doctora.
- ¡Sí! –contestaron.
- Ya ha pasado lo peor… -dijo- Le hemos administrado a su hijo un medicamento a través del suero para que le baje la fiebre y está respondiendo bien. Si sigue así… en un par de días podrán llevárselo a casa.
- ¿Podemos pasar a verlo?
- Sí, por supuesto.
Sara y Lucas entraron en la habitación. Paquito estaba tumbado en la cama, dormido, tenía una bolsa de suero puesta y parecía mucho más tranquilo.
- Pobrecito… -murmuró Sara- Si no hubieras gritado, él no se habría levantado y ahora no estaría aquí –le reprochó a Lucas.
- Ah, claro, el malo de Lucas que siempre tiene la culpa de todo, perdón, se me olvidaba que soy el malo, soy el hijo de puta del ogro.
- ¡No, Lucas, no estoy diciendo eso! Pero, joder, ¿por qué todo lo arreglas con violencia?
#95
Aniko0001
Aniko0001
18/03/2014 23:03
muy bueno Lanena....gracias....me gusta....bravo
#96
Aniko0001
Aniko0001
19/03/2014 19:24
espero continuaras.... sonriente
#97
lanenapaca
lanenapaca
18/05/2014 22:10
- Ah, ¿y qué querías que hiciera? Perdona, Aitor, ¿podrías no volver a hablar de las tetas de mi mujer? Gracias… y le doy una palmadita en la espalda.
En ese momento, Paquito murmuró en sueños:
- Por favor, no os peleéis…
Estaba soñando con el momento en que se cayó en el salón y lo que quería haberles dicho a sus padres. Sara y Lucas miraron a su hijo, Sara le dirigió una suave caricia y después miró a Lucas a los ojos:
- ¿Fue por eso? –preguntó.
- Sí, Sara, fue por eso… Lo pillé hablando de ti, de lo buena que estabas, de que fue tu amante… Tú sabes que si no yo no le hago nada…
Sara simplemente lo calló con un beso en los labios. Lucas la agarró por la cintura y la atrajo hacia su cuerpo mientras notaba los labios de Sara en los suyos.
- Perdóname…-murmuró Sara.
- No te preocupes, princesa.
- ¿Ya sois novios otra vez? –oyeron la voz de Paquito.
Sara sonrió, miró a su hijo y le acarició el pelo:
- ¿Cómo estás, cariño?
- Bien, pero no me has contestado… ¿sois novios o no sois novios?
- Claro, ¿no lo ves? –dijo Lucas agarrando a Sara por detrás y dándole un beso en la mejilla.
Sara le acarició suavemente el pelo a Lucas mientras este la besaba.
- ¡Qué bien! Ya pensaba que os iba a pasar como los papás de un niño de mi clase… Que están di-di… ¡Jo!
- ¿Divorciados? –preguntó Sara.
- Sí, eso…
- Anda, venga, duérmete…
El niño cerró los ojos nuevamente y se quedó dormido. Sara se giró nuevamente para mirar a Lucas a los ojos y le agarró la cara entre las manos.
- Yo no quiero separarme nunca de ti… quiero estar siempre contigo… -le dijo- Y me da igual quien se ponga por delante, Cris, Aitor o quien sea…
- Bueno… nosotros somos unos expertos en pasar de la gente que se interpone entre nosotros, ¿no?
- Sí… -sonrió y nuevamente besó a Lucas.
Un par de días más tarde le dieron el alta a Paquito. Sara y Lucas se lo llevaron a casa. Sara lo acostó y salió al salón donde Lucas estaba dormido en el sofá. Sara se quedó mirándolo por un momento y sonrió. Su cara le recordó a aquel día. Acababan de llegar de cenar y llevaban apenas un mes viviendo juntos después de que Torres la secuestrara e intentara matarla. Nada más llegar a casa, ambos empezaron a cambiarse y ponerse el pijama.
- Oye, Lucas, ¿sabes que Cris me ha contado que ya lo ha hecho con su novio?
Lucas no contestó. Estaba mirando a Sara de reojo mientras se cambiaba. Sara llevaba un pijama blanco con bordados por el escote y de tirantes y con unos pantalones muy cortos blancos también.
- Sí, bueno, buenas noches…-dijo Lucas metiéndose en la cama.
- Oye… ¿cómo que buenas noches? ¿No me vas a decir nada de mi pijama nuevo?
- Sí, sí, muy bonito… y muy corto, ten cuidado no vayas a coger frío…
- Bueno… para eso estás tú, ¿no? Para darme calor… -se puso encima de él- Va, Lucas, ¿de verdad no te gusta mi pijama? –cogió las manos de Lucas y las puso en su culo.
- ¿Qué haces? –dijo quitando las manos rápidamente.
- Lucas, ya en serio, ¿sí o no?
- Que sí, joder, muy bonito…
- ¡Que no estoy hablando de eso!
- Bueno, entonces, ¿de qué?
- Ya sabes de qué.
- Sara… el sexo es otra cosa… eres pequeña para eso todavía –le puso la mano en la mejilla.
- -se enfadó- Ya claro, soy pequeña… pero, ¿soy pequeña para qué? Porque Cris tiene la misma edad que yo, además yo sé hacer más cosas de las que tú te crees –se levantó de la cama.
Lucas sonrió, salió de la cama y la agarró por el brazo y la metió de nuevo en la cama, quedándose los dos cara a cara. La luz estaba apagada y solo algunas rendijas de luz les permitían verse.
- ¿Qué cosas sabes hacer tú, eh? –preguntó Lucas susurrando.
Sara se sonrojó y bajó la mirada. Lucas la agarró por la barbilla y le levantó la cara.
#98
lanenapaca
lanenapaca
18/05/2014 22:11
- ¿Confías en mí? –dijo.
- Claro.
Lucas comenzó a darle suaves besos por el cuello, le hacía cosquillas con la barba. Sara estaba muy nerviosa, no sabía qué hacer.
- Shh… tranquila…
Lucas acarició suavemente a Sara por debajo de su camiseta y se la levantó para darle pequeños besos en la tripa, después fue subiendo, quitándole con cuidado la camiseta y besando sus pechos por encima del sujetador, luego su escote, el cuello y de nuevo la boca. Sara acarició la cara de Lucas porque fue lo primero que se le ocurrió. Quería hacerlo disfrutar pero no sabía cómo. Lucas sonrió.
- ¿Qué? –preguntó Sara.
- No, nada…
- No, Lucas, dime.
- Nada, que te pones muy mona… -sonrió.
Sara se sonrojó de nuevo.
- ¿Lo ves? Te pones muy mona cuando te sonrojas.
Sara se dio la vuelta y se puso encima de Lucas, entonces notó que este estaba excitado y no puedo evitar sino ponerse mucho más roja. Lucas alargó un momento la mano a la mesita de noche y se giró un momento:
- Lucas, ¿qué haces?
- Nada, nada, espera… -dijo.
Después Lucas se volvió a girar para volver a tenerla encima de él. Sara notó que Lucas ya no llevaba calzoncillos y eso la hizo ponerse mucho más nerviosa. Lucas deslizó las manos hasta su cadera, quitándole los pantalones del pijama y dejándolos caer, todo sin dejar de mirarla a los ojos tiernamente. Con cuidado hizo lo mismo con las bragas de Sara. Sara estaba cada vez más nerviosa, el momento se acercaba. Lucas primero la penetró suavemente, despacio, con muchísimo cuidado, Sara hizo un gesto de dolor.
- Ay, espera, por favor… -dijo casi suplicante, como sollozando.
- ¿Estás bien? –dijo preocupado- ¿Quieres que pare?
- No, no, sigue…
- Sara, si quieres lo dejamos… -le agarró la cara entre las manos- Escúchame, esto no es importante para mí, no necesito esto para estar contigo…
A Sara le resbaló una pequeña lágrima de su ojo derecho:
- Para mí sí, Lucas, yo quiero ser tuya, tuya hasta el final, ¿lo entiendes? –le dio un tierno beso.
Lucas volvió a intentarlo y Sara de nuevo hizo un gesto de dolor agarrándose con fuerza a la espalda de Lucas. Ambos se miraron a los ojos, con las frentes pegadas. Lucas siguió haciendo movimientos suaves mientras Sara comenzaba a disfrutar más y más cada vez. Lucas no pudo evitar soltar un gemido de placer que hizo que Sara empezara a excitarse más y más viéndole enloquecer debajo de ella. Así llegaron juntos al clímax, agarrando con fuerza sus manos. Sara se echó sobre el pecho de Lucas.
- ¿Te ha gustado? –preguntó Sara, preocupada.
- ¿Tú estás bien? ¿Te he hecho mucho daño? Mira que yo soy muy bestia… que no estoy acostumbrado a…
- Que no, Lucas, que estoy bien… solo al principio me ha dolido un poco… pero ha sido maravilloso… Pero, ¿a ti te ha gustado? ¿Lo he hecho muy mal?
- Lo has hecho muy bien –le susurró mirándola tiernamente- Pero verás como con el tiempo iremos mejorando y…
- Vamos que lo he hecho fatal…
- Yo no he dicho eso.
- Sí, pero lo piensas…
- Que yo no pienso nada… -le dio un beso en la frente.
- ¡No, Lucas, déjame, si no te ha gustado, me dejas!
- ¡Pero que yo no he dicho que no me haya gustado! –dijo poniendo morritos.
- Qué mono te pones con esa carilla… -iba a besarlo.
- No, no, no… ya no quiero tus besos…
Después Sara se echó sobre el pecho de Lucas, hasta que notó su respiración pausada, se había quedado dormido. Sara volvió a la realidad y allí estaba él. Lucas acababa de despertarse y se frotaba un ojo.
- ¿De qué te ríes? –preguntó.
- Nada, es que me había puesto a recordar nuestra primera vez…
- ¿Ah sí? –se levantó del sofá y la agarró por la cintura- Yo todavía me acuerdo… si quieres… la recordamos…
Estaban en la cama, a punto de culminar el momento cuando Sara:
- Ay, no, Lucas, Lucas, espera…
- ¿Qué?
- Que me haces daño…
- ¿Qué?
Sara estalló en una carcajada:
- La madre que te parió… -dijo- Si quieres paro… ¿eh? Ya te buscas tú la vida…
- Bueno, pues me apaño yo sola…
- ¿¡Cómo que te apañas tú sola!? Aquí el único que hace los apaños soy yo, ¿lo pillas?
- Que sí, tonto… -lo besó.
#99
Aniko0001
Aniko0001
18/05/2014 22:18
Hola Lanena....ya tan he espero como escribes....yo leer.... sonriente
#100
RicardoLHDP
RicardoLHDP
30/05/2014 15:04
Acabo de empezar esta novela y me esta encantando, de verdad te lo digo, tienes un don para escribir. Espero continúes con ella :P
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