Rol | Aulas - Finalizado

Sara ignora el comentario de su madre y se lanza a sus brazos. Ambas quedan juntas unos minutos, así parecía que el dolor sólo era uno.
Toma aire para lo que iba a decir a continuación:

Sara: Lo siento.

Sonsoles: ¿¡COMO!?, ¿¡me has mentido!?

Sonsoles se echa a llorar desconsoladamente.

Sonsoles: ¡¡¡HAS JUGADO CONMIGO, ESAS NOCHES LOCAS EN MI CASA... TODO ERA UNA MENTIRA!!!, ¡TE ODIO!

Sonsoles le da un bofetón en toda la cara a Dani y sale corriendo.

Las dos se quedan paralizadas por unos momentos. Es imposible romper ese lazo familiar que las une. Ese lazo de sangre. Las lágrimas caen de los ojos y empapan respectivas camisetas.

Olivia: (Susurrando) Más lo siento yo... (Pausa) Siento no haber creído en ti... Siento no haberte contado toda la verdad cuando era su momento... Siento ser la madre que nunca deseaste tener... Siento que todo esto tenga que ser así.. Siento ser la madre a la que nunca admiraras... Siento ser quien ahora diga eso... Siento que no tengas un padre a tu lado que te proteja más que yo... (Toma aire) Lo siento.

Dani se lleva la mano a la mejilla, con un gesto de dolor, y ve como Sonsoles se va.

Dani: ¿Noches locas? ¿Pero que dice?

Sube al coche, aun confundido por lo que acaba de pasar.

Sonsoles llega a su casa, llorando.

Sonsoles: ¡Que asco de vida, me voy a suicidar!

Tira el bolso al sillón, enfadada.

Sara se separa extrañada y sorprendida unos centímetros de su madre. Prefería hablarle a los ojos, para ayudar así a las palabras.

Sara: Sé que lo hiciste para protegerme, Javier me abrió los ojos... Pero te pido por favor que no lo vuelvas a hacer. Creo que ya tengo la edad suficiente para saber este tipo de cosas, crecí hace tiempo, antes de lo que piensas, aunque tú eso no lo quieras ver.

Las lágrimas volvieron a inundar los ojos de Sara. Olivia bajó la cabeza, no quería ver llorar a su hija. Sara aparentaba ser muy fuerte, ya que en sus momentos de debilidad siempre solía esconderse.

Sara: Eh... mírame.

Le levantó el mentón, haciendo que los ojos de ambas se encontrasen de nuevo.

Sara: Y recuerda esto. Recuérdalo. No podría tener una madre mejor que tú. Qué sí, que muchas veces discutimos e incluso me escapo de casa, pero tú estás siempre ahí para encontrarme adonde quiera que vaya y arreglarlo. Hay algunas cosas que te sacan de tus casillas, y odias esperar por algo o por alguien, pero por mí sacas toda la paciencia inexistente en los demás momentos. Y a veces lo hago, me escapo... simplemente porque sé que vendrás... adonde quiera que vaya, tú llegarás tarde o temprano.

Le sonríe, lo que hace que las lágrimas bajen más rápido por sus mejillas.

Sara: Y... lo de mi padre... Él fue quien se lo perdió, tú no tienes la culpa de que él se marchase y nos dejase. Además, no debemos pensar en ello... Es y siempre fue agua pasada. Un asunto enterrado en el más hondo de los recuerdos del ser humano.

Olivia empieza a secarse sus lágrimas. El sol entra por la puerta que da salida al balcón e ilumina el habitáculo dándole un baño de luz extraordinario. Se forma el silencio. Se escucha el "tic-tac del reloj. Olivia sigue observando los ojos de su hija, admirándolos. Decide romper el silencio y contar la verdad.

Olivia: Sara... Tú eres lo más frágil que tengo en mis manos. Eres lo único que me queda. No quiero que te vayas... (Empieza a llorar) Sé que eres mayor y lo único que quieres es divertirte, pero... Yo no sé como va este mundo. Los niños no vienen con un manual de instrucciones y menos tú. He tenido que sacar adelante esta familia yo sola... Y con la mano en el corazón te digo que eres lo mejor que me ha pasado en esta vida. Y que eres mi pajarito...

La respiración de Olivia es entrecortada. Vuelve a formarse un silencio. Los recuerdos recorren la mente de esta, invadiendo sus pensamientos.

[cita=PASILLO HOSPITAL. INT / NOCHE (FLASH)]
El pasillo está vacío, todos parecen estar dormidos o haberse marchado. Olivia, con aspecto enfermizo, avanza renqueante hacia la puerta de salida. Antes de llegar a la puerta duda y se detiene. Escucha algo a su espalda. Se gira y ve al fondo del pasillo un doctor que la mira en silencio. Olivia se pone nerviosa.

Doctor: ¿A dónde va?

Olivia no sabe qué contestar, mira fugazmente hacia la puerta, pero no puede dejar de mirar al doctor.

Olivia: Me tengo que ir... Tengo que ir a buscar a mí novio.

El doctor se acerca hacia ella, suavemente. Olivia ve como se acerca, con muchos nervios y dolor. El doctor llega hasta ella.

Doctor: No puedes marcharte...

Olivia: Tengo que encontrarlo... (Dolorida y nerviosa) Tiene que ver a su hija... Es su padre.. ¡La tiene que ver!

El doctor llega muy cerca de ella. Se miran intensamente. El doctor la coge de las manos.

Doctor: (Con tacto) Olivia... Lo siento mucho, pero tú novio no va a venir... Son más de las dos de la madrugada y seguimos aquí, esperando... Esto no sirve de nada... Volvamos a la habitación.

Olivia duda. Nos quedamos con la imagen de ambos mirándose, doloridos.[/cita]

Sonsoles ya estaba sentada en el balcón de su casa, cuando de repente, escucha el telefono.

Sonsoles: ¡¡¡MIERDA!!!, ¡No se puede suicidar una tranquila!.

Sonsoles se incorpora y va hacía el salón. Coge el teléfono de mala gana.

Sonsoles: ¿¡Si!?... ¿¡comooooooooooooooooooooooooo!?.... ¡¡¡SOY ASQUEROSAMENTE RICA, SIIIIIIII!!!!!!!!!!!!

Sonsoles empieza a dar saltos por toda la casa. Después de un rato, sale corriendo de su casa y aporrea la puerta de Olivia.

Desde el exterior de la casa se escuchan los gritos de Sonsoles. Quiere llamar la atención y desconoce el modo de como hacerlo. Sigue golpeando la puerta hasta que Olivia sale de su habitación, donde seguía abrazando a su hija y hablando sobre ese doloroso tema y abre la puerta del recibidor, cansada.

Olivia: (Sorprendida, sarcástica) ¡Sonsoles! ¿Qué haces aquí? No te esperaba tan pronto, como siempre sueles venir a las dos del mediodía... A las tres... A las cuatro... (Cambia) ¿Querías algo?

Sonsoles: ¡¡¡SOY JODIDAMENTE RICA!!!

Grita, haciendo que Sara y Javier salgan de sus respectivos cuartos.

Sonsoles: ¡Uy, el yogurín!

Sonsoles va corriendo hacía Javier.

Sonsoles: Oye, que acabo de dejar a mi novio, y soy rica, si quieres..

Le guiña un ojo, lo que Javier responde con una cara de asco.

Sara, al ver la cara que pone Javier, ríe por lo bajo.

Olivia: (Agarra a Javier por el brazo y le aparta de Sonsoles) No, no... Sonsoles, no es tu tipo, créeme...

El sol brilla con fuerza. Alumbra todo el habitáculo. Sonsoles sin pedir permiso, se sienta en el sofá al estilo de una multimillonaria y como si fuera un mino, le pide una taza de café a Olivia. Esta se queda paralizada, flipando. Reacciona de forma inmediata, sin darse cuenta y se dirige hacia la cocina en compañía de su hija.

Olivia: (A Sara, susurrando) Nada de meterte con ella... Nos conocemos. Esta mujer tiene un trastorno maníaco depresivo o eso es lo que creo yo. Hay que seguir el juego si queremos perderla de vista para siempre.

Sara: Sí, anda, para que se nos meta en casa.

Mira a Sonsoles con una ceja alzada.

Sara: Mírala como se sienta. ¿Qué se cree aquí? ¿Mariano Rajoy? No, no, esto no va a quedar así. Déjame a mí.

Se acerca con paso decidido a su vecina y se planta delante de ella con los brazos en jarra.

Sara: Sonso.

Sonsoles: Dime, bonita.

Dice mirando a Sara con atención, con aires de superioridad.

Olivia se queda paralizada mientras prepara una taza de café. Ya es un poco tarde para interrumpir las palabras de Sara. Lo último que queda es cerras los ojos y desear que todo salga bien. Continúa preparando la taza de café.

La mira mordiéndose la lengua, ninguna de las dos se habían caído nunca bien.

Sara: Levante su gran trasero de ahí o le...

Iván y Dulce se levantan del banco, y pasean sin prisas por las ramblas de Barcelona.

Iván: Entonces... ¿Ya no puedo hacer nada para que te quedes? ¿No tengo opción?

La mira apenado, intentando creer que todo esto ha sido una mala broma.

Sonsoles: ¿¡O me que!?, ¡¡¡Olivia tu hija drogadicta me esta intentando pegar!!!!

Grita.

Javier: ¡Eh!, ¡cuidadito!

Javier se acerca hacía Sonsoles.

Sonsoles: ¡Y el yogurín me acosa!, ¡AYUDAAAAAA!

Grita.

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Dulce: Es que.. ¿que hago aquí? mi familia esta allí.. aquí no tengo nada.

Suspira.

Olivia escucha con atención las palabras pronunciadas por Sonsoles. En un acto reflejo y con enfado, deja caer la taza de café que lleva en sus manos. Esta se rompe en pequeños pedazos en el suelo. Empieza a acercarse hacia Sonsoles.

Olivia: (Con enfado)¡Sonsoles! Que sea la última vez que llamas drogadicta a mi hia... ¡¿Te queda claro?! Mi hija no es ninguna drogadicta. Es la mejor persona que existe en este mundo, que quede claro.

Sonsoles: ¡Si lo es, lo he visto con mis propios ojos!. ¿O acaso no te acuerdas de cuando venía borracha a casa! Ja ja ja vaya hija...

Dice señalando a Sara.