Relato : Un final feliz

Hola a todos. No hace mucho tiempo imaginaba todo tipo de finales para la serie. Todos felices, claro. Pero después de lo que se nos vino encima, me sumí, como la mayoría, en una especie de decepción profunda y como la única manera que conozco de desahogarme es escribiendo, pues, comencé este relato. Me perdonarán si no incluyo a todos los personajes de la serie, pero esta historia son básicamente, Sara y Miguel. Y comienza justo después del entierro del ex teniente.

Espero que la disfruten, para mí ha sido una especie de catarsis y por lo menos, me ha ayudado a sentirme algo mejor, después de lo que no he visto, por que no veo la serie desde la semana pasada, solo me entero de lo que pasa a través de ustedes...


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Sara entró en su dormitorio y cerró la puerta tras ella, y las voces que llegaban desde el salón se perdieron. Se apoyó contra la puerta con los ojos cerrados. Pero ya no lloraba. Ya había derramado todas las lágrimas, pensó. Ahora dejaría a un lado los lamentos y pasaría a la acción.La bandolera del winchester aparecería de nuevo , esta vez para cobrar venganza...para hacer justicia. Solo así se podría mitigar en algo su dolor y su desesperación...

Se despojó del vestido negro y lo enrolló en una bola para desparecerlo...como quería desaparecer ella, para irse junto a Miguel. La vida era para vivirla, le había dicho una vez su padre. Y más tarde había muerto dejándola sola.

Ahora estaba sola otra vez. Y la vida pasaba de largo a su lado, mientras el resto de Arazana continuaba preparándose para el porvenir...Incluidos, tal vez, los asesinos de Miguel...

Fue hacia su escritorio y sacó de un cajoncito su diario...se sentó, tomó la pluma y comenzó a escribir....para él...



Miguel:

Voy por la ancha avenida de mis recuerdos, noche adentro, la propia noche que hay en mí, y por ella camino y camino. Aproximándome a ti...¡No puedo convencerme que te he perdido!...Vivimos un romance, un amor, que se recortaba en el cielo, en el aire como una luz nueva.

Al ver que no estás conmigo te recuerdo, en la noche terrestre y en mi propia e íntima noche.

Así, voy y rehago solitaria los paseos que tantas veces hicimos juntos. Todo está idéntico, sin embargo, de todo se desprende un abandono, es como si ese pedazo de mundo que vimos juntos estuviese deshabitado, triste...

Hasta el aire mismo parece, no existir. Nada me rodea, nada llega junto a mí...¡Pero nunca estoy más junto a ti ni te siento más cerca!...¡Es que estás íntegramente en mis recuerdos, presente y silencioso, íntimo y vivo!...

Vuelvo a nuestra casa. Siento la necesidad inmensa de tocar lo que tus manos tocaron, lo que rodeó tu existencia, lo que más habla de ti. Allá donde quedó algo tuyo, lo que igual que a mi alma fue tocado por tus manos y por tu espíritu.

Junto a tu retrato, mi recuerdo no hace más que evocarte tal cual eras, tus ojos parecen que me miraran y llego a ver en ellos dos caminos paralelos que solo se juntan en el horizonte señalando tu vida y mi vida.

Te has ido. Te has marchado llevándote el bagaje de mis sueños y esperanzas. Me has dejado sola, hundida en las tinieblas de la desesperación.

Te has ido, y tu ausencia es tan grande y mi dolor, inmenso. Sin embargo, mis sueños están junto a ti. Que exististes y tuviste en mi vida un grandioso siginificado. Tu recuerdo subsiste. Tengo la sensación que fuiste algo maravilloso y único. Te siento en mi vida y me pregunto...¿Pero es que en verdad has existido?...¿Fuiste un hombre?...¿Fuiste una sombra, un sueño?...

¡Sí...exististe!...te has marchado, y el destino ha sido tan cruel,, que ha llegado a robarme tu estampa maravillosa. Todos mis pensamientos van en busca tuya. Una angustia desesperada e inútil. Una búsqueda que es una larga espera.

A veces escucho tu risa y veo tus manos blancas y fuertes. Nada me apartará de ti. Eternamente seguirás viviendo en mi presente, ya que fuiste mi pasado. En el día de mi muerte serás mi estrella y mi luz, solo entonces volverás a ser eternemente mío.

Para ninguno de los dos existirá la fatiga de la carne, no existirá el tiempo, frente a nosotros estará la eternidad y en ella creo que nada ni nadie podrá separarnos nunca. Solo entonces estaré cierta de tu amor. Convencida de tu amor y tu cariño.

No tendré miedo de amarte, ni de perderte, te habré rescatado para siempre...y serás mío...únicamente mío...

(Continuara)