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Foro Bandolera

HISTORIA nueva! Diferente!...Entrad!!

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#0
gabycyr
gabycyr
29/09/2011 23:52
Esta historia no tiene nada que ver con Bandolera pero con tantos libros, historias y relatos que he leído tanto por mi cuenta como en el foro me han inspirado y decidí escribirla. Espero que no os importe que la coloque en el foro de Bandolera pero es que me gusta mucho el ambiente de este foro, siempre hay muy buen rollito. Además con todo lo que ha pasado en Bandolera estoy segura que muchas como yo necesitamos subir los ánimos y distraernos con algo.

A alguna de vosotras se las he enviado por correo y habéis leído el principio de la historia, también la podréis seguir por aquí. Se la dedico especialmente a Silvania y a Faraona para que se animen y se alegren un poquito.Espero que os guste.

Os dejo el primer capítulo completo, luego os iré colocando por trocitos.


1. La Llegada

El avión sobrevolaba en aquel instante un extenso mar de nubes en las que se reflejaban los rayos del sol madrileño dándole a las nubes un color amarillo intenso. Lizzie observaba sonriente aquel precioso paisaje por la ventanilla de su asiento recordando la trayectoria de su vida desde que había dejado aquellas tierras españolas que tanto amaba y había añorado durante tantos años de ausencia.

Al pensar en lo que había dejado atrás no podía evitar entristecerse. El abandonar Caracas era un paso que, aunque estudiado y muy bien pensado, no era del agrado de muchas gentes cercanas. Le habían sucedido tantas cosas inolvidables y había conocido tantas personas, amigos y situaciones que nunca olvidaría, que la habían marcado de por vida y siempre tendrían un lugar en su mente y en su corazón; aunque si hubiera estado en su mano no subirse al avión rumbo a Venezuela aquel día de julio hace ya nueve años, lo habría hecho con la certeza que también lograría ser feliz en España incluso lejos de su familia.

Pero era ya la hora de superarse, debido que al fin había logrado su principal objetivo, perseguido durante los nueve años que había pasado fuera de España. Era hora de olvidar y mirar hacia un futuro prometedor. Lizzie salió de sus pensamientos cuando la voz del piloto resonó por todo el avión pidiendo que regresaran a sus asientos y se colocaran los cinturones de seguridad, el avión ya estaba en descenso sobre Barajas.

Al oír esa frase que tanto conocía, Lizzie no pudo hacer más que sonreír a la primera persona en la que poso su mirada y en ese momento se coloco el cinturón con impaciencia. Solo pensaba en lo que haría en las seis horas de escala que estaría en Madrid. Eso sí, con seguridad tendría que ir al Paseo La Castellana ya que su hermano no la perdonaría nunca si se enteraba que había estado en Madrid y no había regresado a realizar el tour por el Santiago Bernabeu que no pudieron realizar años atrás por no perder el vuelo a Los Rodeos.

Eran las 9.44 am exactamente cuando el avión aterrizo, una vez libre de pisar tierra, Lizzie se puso manos a la obra y no había pasado una hora todavía de su estancia oficial en España cuando ya estaba en el metro camino a la ciudad. Tenía un tres de horas para comprar algún que otro presente para sus amigos tinerfeños que tanto había echado de menos aparte de los que ya traía de Venezuela que con mucha suerte y algo de encanto personal había logrado que los guardias encargados de la seguridad del aeropuerto no se lo confiscaran, y visitar el Bernabeu, ya que quería estar de vuelta a Barajas con tiempo suficiente para coger el otro vuelo que la llevaría directo a Tenerife Sur y esta vez no se arriesgaría a perderlo nuevamente.

Aún así, el tiempo pasó tan rápido y cuando Lizzie observo su reloj cayó en cuenta de lo atrasada que iba. Cuando llego al aeropuerto casi arrastrando su bolso de mano por el suelo del aeropuerto, fue directa a la primera pantalla con los vuelos pautados para esta tarde y rezando por que tuviera tiempo, buscó su vuelo. Tenia justamente veinte minutos para embarcar, no podía permitirse retrasarse esperando otro vuelo más tardío ya que la fiesta de su amiga Sandy comenzaba a las 10 y no quería llegar tarde porque era una sorpresa, así que un poco apurada se giro bruscamente y sin querer tropezó con un hombre que estaba situado tras ella tumbando con su bolsa las maletas que estaban en el cochecito de aquel sujeto. Lizzie al observar aquel desastre y sin ver de quien se trababa, se dirigió a recoger el equipaje de aquel hombre:

-Señor, le ruego que me disculpe…no quise…-comenzó a decir Lizzie con pena mientras intentaba enmendar su torpeza, pero se detuvo cuando el afectado replicó.

(SIGO)
#1
gabycyr
gabycyr
29/09/2011 23:52
-Vaya, mujer, ya podría tener más cuidado por donde va, que causa usted desastres, ve lo que ha hecho-replico al hombre señalando las maletas en el suelo.

En ese instante, Lizzie levanto su mirada desde el suelo recogiendo las maletas y colocándolas en el cochecito nuevamente, se enderezo y observo por vez primera al sujeto. Era un hombre moreno, alto, de unos 25 años, ojos enigmáticos cuyo color sería difícil de acertar.

-Bueno, estaba intentado disculparme cuando me ha interrumpido, ya le estaba diciendo que no quise tropezarme con usted y sus maletas-le susurro Lizzie sonriendo con calma y mirándole directamente a los ojos mientras con un gesto señalaba el equipaje.

-Ya-dijo el sujeto de manera cortante y de malos modos mientras buscaba algún desperfecto ocasionado a su equipaje- Bueno, intente usted que no se repita, por favor.

A Lizzie aquel tono de voz le gusto para nada, y de pronto recordó que no tenía tiempo para discutir con un hombre tan grosero, tenía un vuelo y una fiesta a la que acudir.

-Vaya, es usted de lo mas galante-ironizo Lizzie mientras cogía su mochila y su bolso de mano- se lo aseguro, caballero que no lo incordiare más-levanto la cabeza con un gesto de sarcasmo y le miro fijamente acentuando educadamente cada una de las palabras- y de nuevo acepte mis disculpas por mi torpeza, ahora como ya habrá observado no dispongo de más tiempo, y no quiero seguir perdiéndolo.

Aquel hombre, al oírla observo que su comportamiento no había sido el más adecuado y que Lizzie no había tenido la más mínima intención de molestarle, de inmediato se dispuso a enmendar su error con una disculpa.

-Está bien, lo siento señorita, no la he tratado bien, yo solo… es que…-tartamudeo el hombre con vergüenza tocancandose con una mano el cuello.

-Ya, bueno disculpas aceptadas, ahora nuevamente disculpe Ud. a mí, pero me tengo que ir-le soltó Lizzie rápida y educadamente viendo la hora en su reloj y cuando el sujeto fue a replicar, Lizzie ya se había perdido de su vista dejándolo hablando solo.

-Se había retrasado demasiado en el encuentro con ese hombre- se decía así misma Lizzie mientras estaba en la cola, tenía 10 minutos para pasar la inspección y llegar a la zona de embarque. Se las arreglo para saltarse la cola demasiado extensa y presentar su pasaporte, salió corriendo a la puerta 14 y entrego su pasaje a la sobrecargo al llegar apurada cuando llamaban por última vez.

Aliviada, ya caminando con más calma por el pasillo que se dirige al avión, pensó en aquel hombre que fue tan grosero con ella, Lizzie no recordaba que los hombres españoles fueran tan maleducados cuando vivía en España, eso sí, no podía dejar de reconocer que tenía unos ojos azules muy bonitos e intensos.

Al fin y al cabo, había llovido mucho desde entonces y ella tendría que acostumbrarse a los cambios la gente como la gente se tendría que acostumbrar a los de ella, y vaya si había cambiado. En Lizzie ya no quedaba casi nada de lo que era cuando regreso a Venezuela.

Una vez en el avión alejó aquel sujeto de su cabeza, lo más seguro era que no se volvieran a encontrar, busco su asiento, casualmente de nuevo en la ventanilla, muy cerca de la salida del avión y no había nadie sentado a su lado. Coloco su bolsa de mano encima de su asiento, se sentó colocándose el cinturón y dejando su mochila en su piernas, saco uno de sus libros favoritos, dispuesta a leer un rato para serenarse y poder dormir un par de horas. No llevaba media página leída cuando una voz ligeramente familiar la saco de su lectura.



Nota:Dad me vuestra opinión, si os gusta seguiré colocando lo que ya tengo escrito y luego lo que escriba sobre la marcha. Un besito a tod@s.
#2
Silvania20
Silvania20
29/09/2011 23:55
Ya te lo dije por correo pero te lo vuelvo a decir por aquí
¡¡¡ME ENCANTA!!!

Me alegro de que hayas decidido colgarla aquí, así las demás también disfrutan con ella!!
Besitos! =)
#3
gabycyr
gabycyr
29/09/2011 23:58
Gracias por tu apoyoo!! Mientras guste yo seguiré escribiendo lo que el tiempo me permita!!Un besoo!!
#4
NoeLiia93
NoeLiia93
30/09/2011 01:17
Esta muy bien! Te felicito sigue escribiendo... Yo tambien tengo una historia por ahi... jejejej
#5
gabycyr
gabycyr
30/09/2011 01:56
Bueno Noeliaa pues publicala que seguro tendrás público...
#6
gabycyr
gabycyr
30/09/2011 08:15
Aqui os dejo otro trocitoo!!


2. Coincidencia

Buenas Tardes, señorita, este es mi asiento.-dijo en voz baja el hombre con el que Lizzie se había tropezado, de inmediato al oír su voz Lizzie levanto la mirada de su libro y lo observó mientras colocaba su equipaje junto al de ella y se sentaba a su lado.

-¿Usted? Vaya, esto sí que no me lo esperaba.-dijo Lizzie sorprendida y bajando la mirada.- Así que usted será mi compañero de viaje, bueno, tranquilo que intentare molestarlo lo menos posible.-y regreso a su lectura.

El hombre la observaba arrepentido por las palabras que había cruzado con ella en su encuentro anterior, en el aeropuerto. Ahora ella lo consideraba un ser maleducado que con el cual no valía la pena perder su tiempo y él solo tenía la intención de presentarse y disculparse nuevamente con Lizzie.

- Señorita, lo que menos deseo es importunar su lectura, pero no quería perder la oportunidad de disculparme con usted por el encuentro que tuvimos en el aeropuerto, de verdad, no estaba en mi mejor momento y no fue mi intención faltarle el respeto-le dijo el hombre de la manera más educada que pudo girándose hacia ella.-Llegaba tarde a mi vuelo y no he tenido un buen día, le ruego que me disculpe.

-Tranquilo, de verdad, ya le he dicho que no se preocupe, esta todo perdonado.-afirmo Lizzie con convicción. No valía juzgar al pobre hombre, después de todo Lizzie pensaba que todas las personas tenían malos momentos y no siempre son capaces de controlar sus prontos, lo pensaba desde la voz de la experiencia- Dejémoslo como un simple malentendido, de acuerdo-. Terminó asintiendo.

-De acuerdo.- asintió el hombre.- Yo… es que no quería que tuviera tan mala impresión de mí, es una suerte que la encontrara aquí.

-Creo que las primeras impresiones son importantes, pero normalmente me decanto por conocer la persona para poder formarme una opinión valida de ella, creo que es lo más justo para todos-.dijo Lizzie sin levantar la mirada de su libro.- A mí no me gustaría que nadie me juzgara solo por una primera impresión.

- Con más razón, entonces, permítame presentarme, mi nombre es Marcos Ávila-dijo extendiéndole su mano.-Pero puede llamarme Marcos.

Lizzie levanto la mirada de su libro, la fijo en la mano frente a ella y luego le miro directamente a los ojos arriesgándose a perderse en ellos y sonrió.

-Muy bien…Marcos.-asintió Lizzie que le estrecho su mano con un suave contacto.- Soy Elizabeth Garcés.

-¿Es usted extranjera? Si no es mucha indiscreción-.Preguntó Marcos-.Es que su acento no parece español ni siquiera canario.

- En efecto, soy extranjera pero también soy española.-respondió Lizzie intentando darle una respuesta coherente, ya que ella prácticamente no era de ningún sitio, había vivido en tantos pueblos y ciudades distintas durante su vida, que solo podría decirle con certeza a alguien que era venezolana-española, sin entrar en muchos detalles.-Lo que pasa es que he estado fuera del país a lo largo de muchos años, y estoy acostumbrada a adaptar mi forma de hablar dependiendo de donde me encuentre.

-Eso quiere decir que no es su primera visita a España.-prosiguió Marcos cada vez más interesado en ella.- ¿Y de donde es ese acento tan cautivador que tiene usted?
- De Venezuela.-contestó Lizzie sonriendo y mirándole directamente a los ojos. Al decir esto Lizzie cerró levemente su libro, dejando ver su titulo. Este gesto irrelevante para ella, lo notó Marcos.
-¿Rebelión en la Granja, de George Orwell? ¿Es usted una fan de los clásicos, señorita?-preguntó Marcos al observar el título del libro que Lizzie tenía entre manos. Al oír esa pregunta, Lizzie miró su libro y comenzó a reír.
-Parece usted policía, Marcos.-le respondió Lizzie entre risas.- ¿Acaso está usted interrogándome?-bromeó ella.


Mas tarde colocare el resto del capi
#7
NoeLiia93
NoeLiia93
30/09/2011 10:44
Esta muy bien!! Respecto a mi historia no creo qe sea muy buena la verdad......
#8
gabycyr
gabycyr
30/09/2011 10:56
Noelia...igual publica la por aquí siempre habrá alguien que la lea y seguro que estará muy bien..

Ahora ...La otra parte del Capi...


-Mmm…yo…quiero decir…no quise agobiarla con mis indiscreciones, nuevamente discúlpeme.-susurró Marcos ligeramente avergonzado, tocándose el cuello.

-No se preocupe, Marcos, solo estaba bromeando, deje usted de disculparse tanto que pronto perderé la cuenta.-le dijo Lizzie para tranquilizarlo.-Tiene usted toda la razón, me tengo a mi misma como una ávida lectora y gran fan de los clásicos de la literatura, pero no me malinterprete suelo leer de todo un poco.-siguió mientras le enseñaba el libro.-Este libro me gusto mucho la primera vez que lo leí, tiene una moraleja muy interesante ¿No le parece?

-Bueno, Elizabeth, si no le importa que la llame por su nombre de pila.-dijo mientras Lizzie asentía.- Yo no he tenido el placer de leerlo, solo he oído hablar de él a una buena amiga mía a la que le gustan tanto los clásicos tanto o más que a usted me atrevería a decir.

-Ah!...-Lizzie asimilaba.-Bueno, en todo caso como ya habrá hecho su amiga, se lo recomiendo. No es la típica novela antigua, es mas como una fabula con moraleja política con un final un tanto polémico.

Marcos le dio las gracias por la recomendación, ella asintió y giró la cabeza, se dispuso a abrir la ventanilla del avión y guardo el libro en su mochila.

Habría pasado ya una hora desde que habían dejado Madrid, Lizzie miraba por la ventana lo que comenzaba a ser un bonito atardecer y decidió escuchar algo de música que la ayudaría a dormir el resto del viaje para no estar tan cansada y poder así acudir a la fiesta sorpresa que le habían preparado a una de sus mejores amigas, Sandy, aunque en realidad la sorpresa era que Lizzie iría a la fiesta. Abrió su mochila, sacó su iPod y sus audífonos, y se los puso mientras se recostaba su cabeza en el asiento.

Lizzie no tardo mucho en dormirse, rápidamente se le cerraron los ojos y su cabeza resbalo lentamente hasta el hombro de su compañero de viaje, Marcos que pensaba que debía estar muy cansada puesto que llevaba a cuestas 15 horas de viaje desde Caracas. Este saco una manta de la aerolínea y se la coloco encima Lizzie que inconscientemente estrechó la distancia que había entre ambos.
Marcos que no tenía nada de sueño dedico su tiempo a observarla dormir. La miraba y la evaluaba detenidamente. Lizzie era morena, delgada y alta, tenía grandes ojos marrones con largas pestañas que resaltaban en su blanco rostro, llevaba una trenza hasta la cintura, y vestía ropa ligera y cómoda. Marcos pensaba que era muy guapa e inteligente, y calculaba que tendría poco más de veinte años.

Cuando Lizzie comenzó a despertarse, Marcos se había quedado dormido recostado sobre la cabeza de ella, alarmada y un poco avergonzada por esa situación, rezaba para que él no se hubiera dado cuenta. Intentó por varios modos salirse de su pequeño abrazo sin que él se despertara pero no lo consiguió y Marcos al darse cuenta de sus intentos decidió ahorrarle el mal rato y haciéndose el dormido se movió hacia el otro lado de su asiento quedando Lizzie libre de moverse hacia la ventana.

Eran las 6.30 pm según el reloj de Lizzie cuando el avión comenzó su descenso, tenía el tiempo justo para buscar sus maletas, pasar por aduana y cambiarse para la fiesta antes de coger un taxi que la llevara al Puerto de la Cruz, trayecto que como mínimo le llevaría dos horas. Marcos, su compañero de viaje se había quedado dormido nuevamente y cuando aterrizaron Lizzie le despertó, tocándole la mano.

-Hey, Marcos, Marcos… ya aterrizamos, tenemos que dejar el avión-le dijo Lizzie sonriéndole ya de pie cogiendo su mochila y su bolsa de mano.-A menos que te quieras ir de vuelta a Madrid, claro está.

Marcos oyó las palabras de Lizzie como si la voz de un ángel se tratara y sintió su tacto en su mano ligero y áspero, abrió los ojos con lentitud, y la observo de pie junto a él con asombro.

-Bueno, mira quien volvió de los brazos de Morfeo.-le susurro entre risas Lizzie acercándose a él.-Ya llegamos y creo que deberías apresurarte, no querrás quedarte solo en el avión.
-Vaya, que rápido llegamos.-dijo Marcos desviando la mirada de Lizzie y echando un vistazo al resto del avión que se estaba vaciando con rapidez.-Siento que llevo horas y horas durmiendo.-se levanto.

-Si, eso pasa, el transporte de hoy en día es así, veloz.-le dijo Lizzie con obviedad y le sonrió mientras él le daba la espalda para coger su equipaje- Bueno, Marcos, ha sido un verdadero placer hablar contigo y conocerte, pero tengo un compromiso al que atender, así que me despido hasta otra coincidencia -Marcos al escucharla se le cayó su equipaje al suelo y para esquivarlo se echo hacia atrás, pero atrás de él ya no había nadie. Se giro velozmente y observo que Lizzie ya no estaba ahí.
#9
Esgara
Esgara
30/09/2011 13:41
Muy chula tu historia, me encanta cuando puedas más por favor.
#10
gabycyr
gabycyr
30/09/2011 21:24
Aquí os dejo otro trozoo...
También la colocaré en la nueva casa...


3. La Sorpresa

Lizzie apresurada salía del baño de damas del aeropuerto ya cambiada y lista para la fiesta. Llevaba un vestido granate por encima de las rodillas, ajustado a la cintura con una cinta azul índigo y en el cuello un pañuelo del mismo color con pequeños puntos blancos. Se había recogido la trenza en un moño a excepción de varios mechones de pelo que le caían en el rostro resaltando su mirada. Inmediatamente se dirigió a la salida para coger un taxi cuando se detuvo en seco.
Lizzie se había quedado quieta, asombrada de ver a Eric, uno de sus mejores amigos esperándola fuera del aeropuerto. Cuando salió de su asombro, arrastro sus maletas hasta donde estaba Eric y le saltó encima abrazándolo mientras le daba un beso en la mejilla.
-¡¡¡Eric!!!-grito Lizzie sin soltar su gran abrazo.-Tanto tiempo sin vernos, has cambiado muchísimo.-Lizzie le cogió la mano y se separo ligeramente de él.- Mírate, estas guapísimo, tenemos mucho de lo que hablar.-aparto su mirada de Eric observando que había venido a buscarla en su coche.-Vaya, Eric, ya te había dicho que no hacía falta que vinieras a buscarme, que yo podría llegar al Puerto solita.
-Si ya lo sé, Liz, pero no podría dejar que mi querida amiga no la recibiera nadie en su gran vuelta a Tenerife-le replico Eric que la abrazo nuevamente.-Te he extrañado muchísimo, Liz, no sabes cuánto. Pero por favor, mírate tu, estas preciosa, ya verás cómo se pondrá Sandy cuando te vea, ha estado algo triste últimamente, la noto preocupada, seguro con tu llegada lo verá todo de nuevo color de rosas.
- Gracias, Eric.-le dijo dándole otro beso en la mejilla.-Bueno, no sé si lo verá color de rosas, pero hare mi mejor esfuerzo te lo aseguro-se susurro en el oído mientras lo abrazaba de nuevo- Ohm, Eric, yo también los he extrañado muchísimo, te agradezco que vinieras a buscarme, tan encantador como siempre.
-Bueno, vámonos ya que tenemos que llegar al Puerto y tenemos el tiempo justo.-le dijo Eric deshaciendo su abrazo y cogiendo el equipaje de Lizzie para meterlo en la parte de atrás del coche.-Ven, tenemos que hablar del desastre que causaste ayer, según Sandy me dijo tu hermano se molesto muchísimo.
- La verdad es que no me quede a verlo molestarse, ya ves donde estoy- le respondió Lizzie sonriéndole mientras se montaba en el coche.- Tienes suerte, te lo contare todo durante el trayecto.-Una vez Eric dentro arrancó el coche y agarraron la autopista del sur.
Ajeno a este encuentro Marcos, observaba la situación desde lejos sintiendo un poco de envidia por Eric, pensando que era el novio de Lizzie. Había visto a Lizzie salir del baño cambiada, se le quedo viendo como hipnotizado y a punto había estado de llamarla justo en el momento en que llego Eric, quiso interrumpirlos pero pensó que sería demasiada casualidad, además tampoco era su problema, apenas conocía a aquella chica pero aun así, su manera de ser y su mirada matadora le llamaba increíblemente la atención y lo habían cautivado, lo más seguro es que a Marcos no le habría importado que el destino cruzara nuevamente sus caminos. Cuando el coche de Eric arrancó, Marcos salió del aeropuerto dispuesto a buscar su coche cabizbajo.

Lizzie y Eric hablaban sin parar camino al Puerto, contándose mutuamente anécdotas divertidas, vergonzosas, tristes, irónicas de todo lo que habían pasado cuando estuvieron lejos. Hablaron de sus familias pero sin entrar en detalles, Lizzie le contó lo que había estado haciendo en Caracas y su última terrible travesura.
-…y entonces sin pensarlo, hable con Luis, un antiguo amigo de mi padre para que me consiguiera un boleto de avión para el próximo vuelo a Tenerife como favor personal, el siempre me había tratado muy bien, le explique la situación y accedió a no decirle nada a Santiago y aquí me tienes.- le termino de contar Lizzie a Eric sin dejar de mirar el paisaje de Puerto de la Cruz que se le presentaba frente a ella.-No sabes cuánto eche de menos Tenerife, esta imagen del Puerto se había quedado grabada en mi mente pero nunca será comparable con la realidad.

Mañana la continuación...
#11
NoeLiia93
NoeLiia93
01/10/2011 18:48
Os e echo caso! pero la e puesto en otro sitio! jejejeje
http://noeliia-historia.blogspot.com/2011/10/segundo.html
#12
NoeLiia93
NoeLiia93
01/10/2011 18:48
Os e echo caso! pero la e puesto en otro sitio! jejejeje
http://noeliia-historia.blogspot.com/
#13
gabycyr
gabycyr
01/10/2011 22:33
Aquí os dejo la otra parte del capítulo 3!!!!!



-Liz, tu definitivamente has perdido la cabeza…-.le respondió Eric mirándola de reojo, Lizzie se giró para verlo.-No me malinterpretes, tu perfectamente sabes cuanto me alegra que hayas vuelto, todos te hemos extrañado un montón, pero es que no puedo creer lo que has hecho, no me extraña que Santiago este tan molesto.
-Si ya lo sé, Eric, pero es mi vida y no la de mi hermano… si él quiere que lo haga él pero yo no estaba preparada para eso…soy demasiado joven ¿No te parece? Solo tengo 23 tres años- le replico Lizzie señalándose a sí misma y al ver la cara de Eric prosiguió.- debí darme cuenta antes de esto, lo sé, pero mejor tarde que nunca, además tu sabes perfectamente que mi futuro se encuentra en España y Santiago no puede hacer nada para impedirlo, me imagino que a estas alturas ya habrá leído mi carta y sabrá donde estoy, solo espero que no se le ocurra nada y me deje estar en paz de una vez
-Bueno, ya tranquila, si yo lo comprendo todo a la perfección, yo tampoco lo hubiera hecho en tu lugar-le susurro Eric, que conducía por una calle, ya en el Puerto buscando aparcamiento y agarrándole la mano para tranquilizarla prosiguió.- Ahora relájate que ya llegamos, Sandy no tiene ni idea de que vienes de hecho nadie lo sabe, ella piensa que estoy en Sta. Cruz comprándole su regalo.-y entre risas bromeó.- aunque al fin y al cabo tu serás mas o menos mi regalo.
Una vez aparcados, Eric se bajo del coche dispuesto a abrirle la puerta a Lizzie, si fuera porque ella ya se había bajado.
-Veo que no estás acostumbradas a galanterías-le dijo Eric cuando se reunía con ella en la acera.
- Pues no la verdad, nunca he tenido el suficiente tiempo para acostúmbrame a algo como tú sabes bien, además también sabes que no soy una persona de halagos ni galanteos, más bien me gusta hacer las cosas por mí misma.-le replico Lizzie agarrándole el brazo mientras caminaban.
-Ya, bueno…este es el bar, voy a entrar para que asegurarme que no te vea a primero, te presentare como mi cita.-le susurro Eric arrancándole a Lizzie una gran sonrisa.-No te importa, ¿Verdad?
-Por supuesto que no.-le respondió Lizzie.- Además ¿Quién osaría a rechazar a una cita tan guapa?-prosiguió teatralmente entre risas soltándole el brazo.-Te esperare aquí.

Lizzie le observo mientras entraba a echar un vistazo rápido, salió de inmediato dándole señas a que se acercara.
-Vamos, ahora esta despistada hablando con unas antiguas compañeras de La Laguna.-se dijo Eric muy bajito mientras le extendía su mano para que Lizzie la cogiera.
Era un bar amplio tenía una barra larga con taburetes y su borracho de turno, y varias mesas redondas esparcidas por toda la estancia, en la parte de atrás de la barra había un reservado que tenia música a un volumen elevado, tanto que Lizzie se extrañaba que no se oyera desde la calle. Eric saludo al camarero con la cabeza y este se le quedo viendo a Lizzie de arriba abajo, gesto al que ella sonrió con condescendencia.
-Tendrás que darle tu pañuelo a ese tío para que se limpie la baba, Liz-le susurro Eric con seriedad colocándole la mano en la cintura.
-Si ya vi, no te pongas celosillo, Eric- le dijo bajito entre risas mirando hacia atras.-Estoy acostumbrada, en Venezuela los hombres son mucho más babosos que él, te lo aseguro.-Lizzie giró la cabeza y vio a una chica alta, delgada con el cabello corto negro azabache con un vestido esmeralda brillante que resaltaba en la habitación. Cuando la reconoció estuvo a punto de echar a correr si fuera porque Eric la detuvo.- Vamos Eric, es Sandy…déjame ir.
-Con calma o sino no podremos ver su cara de asombro cuando te vea.-le susurro Eric al oído mientras se acercaban.-¡¡¡Sandy!!!-dijo en voz alta.-te tengo tu regalo, además quiero que conozcas a mi cita.- sonrió cuando Sandy se giro.-No sé si te la habré presentado antes…
La mirada de Sandy paso de diversión a sorpresa, de sorpresa a un atisbo de locura, de ese atisbo de locura a una inmensa felicidad. No podía creer lo que sus pequeños ojos azabaches estaban viendo. Se había quedado ensimismada.
-Sandy, ¿no me vas a saludar?-le dijo Lizzie sonriéndole.- ¿Acaso no te alegras de verme? Es tu cumpleaños…-intento seguir Lizzie cuando Sandy se le abalanzo echando de Eric hacia un lado y ahogándola a ella en un gran abrazo.-Bueno, por lo menos reaccionaste. Felicidades.-consiguió decir Lizzie devolviéndole el abrazo con ganas mientras notaba que comenzaba a llorar poco a poco.
#14
gabycyr
gabycyr
03/10/2011 08:25
Aqui esta otra buenaa ración...


4. Bienvenida

Lizzie y Sandy se separaron para poder verse con calma. Sandy estaba radiante y lloraba de felicidad y Lizzie le sonreía mientras le agarraba la mano.
-Inaudito, esto es increíble…cuando Santi me dijo que no habías desaparecido dejando como despedida solo una carta nunca pensé que tu destino seria venir aquí…por dios…no me lo puedo creer.-le dijo abrazándola de nuevo.-oh, Liz, te he echado tanto de menos. ¿Por qué no me dijiste que venias? Te habría ido a buscar al aeropuerto.
-Pero entonces dejaría de ser una sorpresa de cumpleaños, Sandy.-le replico Lizzie con cariño. -Además, mi cómplice fue de lo más amable de ir a buscarme al Tf Sur.-añadió mirando a Eric que sonrió a Sandy.
-Vaya, así que tú fuiste el que tramó todo esto, ¿no?- le dijo dándole un pequeño golpe en el brazo.-Me mentiste, dijiste que estarías en Santa Cruz.-refunfuñó.-…No sé cómo agradecerte, Eric me encanta tu regalo.-le susurro al oído mientras le abrazaba y besaba en la mejilla.- Gracias de verdad.
-De nada, la verdad es que la idea no fue mía.-le dijo Eric.-Fue Lizzie, me llamo ayer, me pidió que no te dijera nada porque sería un sorpresa.-Sonrió.-Aunque que ella regresara no es lo mejor, ¿Sabes?
- ¿Ah, no?-pregunto Sandy desconcertada.-Pues déjame decirte que tendrás que esforzarte mucho para superarte. -añadió mirando a Lizzie abrazándola a medias por la cintura.-porque tu visita es lo mejor que ha pasado en mucho tiempo.
-Bueno, Sandy, resulta que esta no es una visita cualquiera, la verdad es que esta no es una visita…yo…pues ya termine la carrera, tengo la homologación de mi título y del negocio familiar se ocupara de sobra Santiago…-tartamudeo Lizzie con la mirada vaga.- Veras, Sandy-prosiguió agarrándole ambas manos que lo he pensado mucho, y bueno que he regresado para quedarme…para quedarme para siempre.
-¿No me estas bromeando? Por favor, con eso no me juegues, ¡Eh!-le replicó Sandy mientras Lizzie asentía.-Oh. Lizzie, eso es fantástico…-la abrazo.- No tienes donde quedarte, ¿Verdad?
- Pues no, tenía la esperanza que alguno de vosotros me hiciera un huequito en su apartamento hasta que consiga un trabajo y un piso. -respondió Lizzie deshaciendo el abrazo y mirando a Eric y a Sandy.-Se que ha sido rápido e inoportuno pero espero que solo sea por un par de semanas, os prometo que no os incordiare mucho tiempo.
-Por supuesto que no, tu nunca molestarías te quedaras en mi casa todo el tiempo que necesites, ¿de acuerdo?-le replico Sandy.-Debes estar cansada…si quieres irte a descansar te doy la llave, ahora vivo en el antiguo apartamento de mis padres con mi hermano, ¿Sabes llegar?
-Se llegar pero prefiero quedarme un rato, es tu cumpleaños, tenemos mucho que contarnos y dormí un par de horas en el avión desde Madrid.-le dijo Lizzie mirando en rededor.-Además, me vendrá bien algo de diversión.
El reservado estaba lleno de gente, abarrotado podría decirse, algunas de ellas Lizzie las reconoció y se dirigió a saludarlas, y en otras ocasiones fue presentada tanto por Eric como por Sandra recorriendo así todo el bar.
En un momento de tranquilidad cuando Eric estaba hablando con unas chicas y Sandy hablando por teléfono, Lizzie se dedicó a observar la estancia, estaba decorada con gran cantidad de globos blancos y verdes, había altavoces repartidos por las esquinas, había gente bailando en el centro bajo las luces de discoteca y hacia el lado izquierdo apenas entrando había una mesa que comida que con la emoción del reencuentro paso de largo pero al verla se dio cuenta que estaba hambrienta pues no había comido nada desde el desayuno. De inmediato se acerco la mesa y cogió en un plato varios bocadillos para calmar su hambre y empezó a comer. De pronto una melodía familiar comenzó a sonar en el lugar.
Lizzie se giro hacia la pista de baile donde todos se habían detenido por el cambio de melodía, entre protestas y preguntas, Sandy se acercaba a Lizzie desde el centro de la pista con la mano extendida. Lizzie estaba algo desconcertada porque todas las miradas estaban puestas en ella y Sandy, no comprendía lo que esta última pretendía hacer.
-¿Qué haces, Sandy? Todos nos miran.-le susurro Lizzie en el oído una vez que Sandy estuvo a su lado y le agarró la mano.
-Ven-le dijo Sandy arrastrándola hasta el centro de la mesa.-Me imagino que tantos años en Venezuela, habrás aprendido nuevos movimientos.-prosiguió moviendo los pies al ritmo de la música.
-¿Por eso has cambiado la música? ¿Y Me pones salsa?- le replico Lizzie negando con la cabeza entre risas, girándose e intentando volver a la mesa de comida.
-Vamos, Lizzie, no te hagas de rogar, por favor.- le pidió Sandy.-Es mi cumpleaños, hazlo por mí y además si a ti siempre te ha gustado bailar, ¿recuerdas aquella vez que coincidimos en México?-le recordó Sandy.
Hacia dos años Lizzie había estado de vacaciones con su hermano en México coincidiendo con la visita anual de Sandy a su familia materna. Habían pisado todos las discotecas y bares la cuidad. Nunca antes se habían divertido tanto.
-Como olvidarlo, con las broncas que me lleve de Santi por llegar demasiado tarde, tienes razón, fue la bomba.-le respondió Lizzie con una sonrisa radiante que detendría el trafico.
-Bueno, entonces…vamos…muévete que ya estas tardando.-le dijo Sandy con picardia.-vamos a enseñarle a todos como se baila de verdad.
- Esta bien, pero que la ponga de nuevo.- se replico entre risas.- Que la ocasión lo merece…
La música resonó en la estancia nuevamente, Lizzie y Sandy comenzaron a bailar bajo la mirada de todos. Cualquiera que hubiese conocido a Lizzie años atrás estaba sorprendido por como bailaba, llevando ella a Sandy por toda la pista haciendo vueltas poco comunes. Los pies y la cintura de Lizzie eran dos organismos con movimiento independiente al ritmo de la música. Estuvieron bailando por mucho rato, hasta que Eric se atrevió a interrumpir para poder bailar con Lizzie.
-Liz, lamento interrumpir, pero acepta bailar conmigo por favor.-le pidió Eric sonriendo.
-¿Podrás manejarla, Eric?-le replico Sandy entre risas sin soltarse del abrazo de Lizzie.-Como te abras fijado nuestra Liz se ha convertido en la fierecilla indomable.-siguió mientras la señalaba con la cabeza.
-No diga tonterías, Sandy- le dijo Lizzie pasando su mirada de Sandy a Eric y sonrió.-Aquí no hay nada que manejar, además Eric sabe bailar y sino pues yo le enseño. Vamos, Eric, por supuesto que acepto.
Lizzie comenzó a bailar con Eric que lo hacía francamente bien, después de un rato todos estaban bailando juntos, divirtiéndose y lo siguieron haciendo hasta entradas horas de la madrugada cuando la gente empezó a irse, quedándose bailando solo la anfitriona con sus dos mejores amigos abrazados.
#15
gabycyr
gabycyr
04/10/2011 01:12
5. Malentendido

Eran ya pasadas las 4 am cuando el dueño del bar les aviso que tenían que ir abandonando el local porque iban a cerrar. Lizzie le pidió a las llaves del coche y del piso a Eric y a Sandy respectivamente para poder sacar sus equipaje de la maleta y así poder adelantarse a ellos. Estaba tan cansada que podría quedarse dormida en cualquier superficie llana que soportara su peso. Le pregunto al dueño si tenía algo de café para estar más activa por lo menos hasta que llegara a casa de Sandy, pero Lizzie tuvo que conformarse con la cafeína que le proporcionaría un refresco.
El efecto de la cafeína en su sistema fue inmediato, salió del bar levantando la mirada hacia el cielo despejado. Las estrellas brillaban como luceros resplandecientes en lo que todavía era noche cerrada, a Lizzie le gustaba pensar que las estrellas eran como los ojos de una persona enamorada, hermosos y deslumbrantes, aunque en su realidad Lizzie nunca había creído en la existencia del amor.
Estaba Lizzie pensando en Santiago y en Fernando mientras caminaba hacia el coche de Eric. “Fernando” se repetía en su cabeza. Lizzie lamentaba mucho lo que le había hecho, pero no tenía otra opción. Tras vivir muchas situaciones difíciles durante su corta existencia y nada mas con ver a su alrededor el trato entre sus semejantes, el odio y rencor con el que las personas se tratan entre sí solo para conseguir sus objetivos no hacía más que aclararle a Lizzie que el amor es relativo, que lo que la gente llama amor solo es pura atracción física y ganas de alejar la soledad de sus vidas para siempre. El único amor en el que ella creía era en el amor familiar y materno, un amor que ella había perdido mucho tiempo atrás y nunca recuperaría.
Una vez que había sacado las maletas, su bolsa y su mochila del coche de Eric, comenzó a caminar con rapidez para llegar cuanto antes al edificio de Sandy que quedaba a cuatro cuadras y media del bar. Eric se quedaría a dormir en el piso de Sandy, así que le devolvería las llaves cuando regresaran. De pronto Lizzie sintió unos pasos tras ella, pasos que no había sentido antes cuando salió del bar. Pensó que ya estaba paranoica, así que no se detuvo y siguió caminando, pero nuevamente volvió a escucharlo; miró hacia un lado sin dejar de caminar y vio la sombra a la luz de la luna de lo que parecía ser un hombre que cada vez se acercaba más a ella.
Sabia que no era Eric porque se había quedado en el bar a solventar las cuentas con el dueño del bar y a ayudar a Sandy con los regalos, cuando el hombre estuvo casi a su altura, este le toco en el hombro a Lizzie que no hizo más que reaccionar a la defensiva. Al instante soltó el equipaje y sin voltearse, le dio un pisotón con el tacón al hombre que había bajado la guardia, le golpeo en la nariz y le dio un codazo en el estomago que lo dejo sin aire. Lizzie se giro, se subió el vestido y saco una pequeña navaja que había pertenecido a su abuelo, la cual siempre llevaba escondida para situaciones extremas y la abrió apuntando al sujeto que había caído de rodillas en la acera.
-Aléjese de mi, se lo diré solo una vez.-le dijo Lizzie con voz amenazante sin dejar de empuñar la navaja y al ver que no se movía.- ¡VAYASE! Vamos, a que espera…Largo.
- Tranquilícese…-Intento replicar el sujeto a medias mientras se levantaba con dificultad. Tenía la nariz rota y sangraba bastante.- Por favor, cálmese…mire soy policía.-el hombre hizo un amago de sacara algo de su chaqueta pero Lizzie se lo impidió.- Créame, soy policía, trabajo en la Central del Puerto, mi nombre es Salvador Márquez, puede usted comprobarlo, mi placa esta en el bolsillo izquierdo de mi chaqueta.- le insistió el hombre a Lizzie asintiendo y mirándola directamente a los ojos de Lizzie que en este momento brillaban a la luz de la noche.- Además ¿no me recuerda usted?…estaba en la fiesta de Sandy.
Lizzie hizo el movimiento de acercarse para comprobar lo que el sujeto decía con desconfianza y sin dejar de empuñar la navaja. Metió la mano con delicadeza en el bolsillo de aquel hombre para comprobar que lo que decía era cierto. Se trataba de un inspector de la Central del Puerto de la Cruz. Había metido la pata hasta el fondo, pero para justificarse había pensado que quería atacarla.

(SIGO)
#16
gabycyr
gabycyr
04/10/2011 01:12
-Ya ve que es cierto.-dijo el Inspector Márquez con calma.- Ahora, por favor le ruego que guarde esa navaja y devuélvame mi placa.
Lizzie que no había reaccionado aun, paso su mirada de la placa a la navaja y viceversa. De inmediato, cerró la navaja, acto seguido, se subió la falda y la guardo en la liguilla.
-Discúlpeme, Inspector, aquí tiene su placa.-le dijo Lizzie más tranquila mirándolo fijamente.-Pense que quería atacarme o algo así, estoy acostumbrada a reaccionar en defensa propia.
-¿Ah, sí? Pues haber si se acostumbra a esto.-le respondió el inspector Márquez sacando unas esposas de la parte de atrás de su cinturón.- Está usted detenida por agresión a una autoridad.
-¿Cómo? ¿Detenida?-le replico Lizzie desconcertada mientras el inspector le colocaba las esposas en las muñecas.- ¿Esto es una broma? ¿O qué?...Oh, no…usted va en serio…por favor si no le he hecho nada solo habrán sido unos rasguños sin importancia.-Lizzie le miraba fijamente con los ojos encendidos en rabia.
-Señorita, usted me ha roto la nariz con sus golpes sin importancia.-le respondió el inspector en voz de grito.- Así que queda arrestada, tiene derecho a un abogado y a una llamada de teléfono. Vamos, muévase.- Empujándola mientras recogía en equipaje de Lizzie.
Caminaron una cuadra más hacia la derecha en silencio, Lizzie se le habían quitado las horas de sueño y cansancio que había tenido encima sustituyéndolas con rabia. Mientras intentaba deshacerse de las esposas por todas las maneras posibles pensaba que estaba claro que el destino no quería que descansara hoy o alguien la estaba castigando por sus pecados. El inspector que arrastraba sin ningún cuidado el equipaje de Lizzie, se detuvo frente a un pequeño coche rojo, guardo el equipaje en la maleta, abrió la puerta del asiento de atrás cogiendo a Lizzie por un brazo mientras esta lo fulminaba con la mirada, la empujo para que entrara y le cerró la puerta de un portazo.
El inspector se sentía humillado por Lizzie, aunque lo había pillado con la guardia baja pero aun así le había pegado una paliza que lo había dejado pegado al suelo. Lo que más le molestaba es que Lizzie estaba despampanante con ese vestido y no podía evitar sentirse atraído hacia ella.
Ya estaba amaneciendo cuando llegaron a la central policial del Puerto. El inspector le abrió la puerta a Lizzie más calmado que antes. El dolor se había mitigado pero la humillación seguía latente.
-Debería ir a que un médico le vea esa nariz, inspector.-le insinuó Lizzie con tono mordaz mirándolo fijamente echando fuego por los ojos.- Se le está inflamando, y no querrá usted quedar desfigurado, creo que se la he roto.
- Ignorare su comentario, señorita, por su propio bien-Le replico el inspector intentando mantener la calma mientras observaba como Lizzie salía del asiento trasero de su coche. El aspecto Lizzie a pesar del cansancio en sus ojos era todavía genial, el peinado recogido en la larga trenza se había deshecho y su oscura cabellera ondulada caía extendida hasta más abajo de la cintura favoreciendo mucho a su esbelta figura, y el vestido no había sufrido ningún percance - y muévase que no tengo todo el día para dedicárselo a usted.
Lizzie entró en la comisaria buscando a alguien competente con el que pudiera aclarar aquel malentendido con el inspector tras ella. Era una estancia rectangular, había un mostrador de información en la entrada hacia la derecha con sillas en frente, hacia la izquierda había una gran cantidad de cubículos algunos vacios y al fondo Lizzie localizó varios despachos y una pequeña puerta. Lizzie se dispuso a caminar hacia los despachos cuando oyó una voz familiar.
-¡Ey, Márquez! ¿No me vas a dar la bienvenida?- gritó la voz de Marcos desde la entrada de la central.
#17
gabycyr
gabycyr
17/10/2011 04:26
hola gente! hace días que no público aqui!...así que coloco un buen trozo de esta historia si gusta la seguiré colocando!


6. ”Fue Sin Querer”

Al momento Lizzie se giró para comprobar si estaba soñando o era que las casualidades existían de verdad.
Era él, Marcos, el compañero de viaje de Lizzie, que cuando se dio cuenta quien era la chica que estaba con el inspector Márquez, se quedo tieso sin poder pronunciar palabra alguna al igual que ella. Sus caras reflejaban la perplejidad que en la que se encontraban los pensamientos de ambos. Fue Lizzie la más veloz en salir de su ensimismamiento y reaccionar.
-¿Marcos?-dijo Lizzie extrañada, esta situación le parecía rara e inusual, tanto que no le cabía en la cabeza que fuera una mera coincidencia.-¿Está usted persiguiéndome?¿Qué hace aquí?
Marcos salió de su cubículo y se acerco a Lizzie mirándola de arriba abajo con sus bonitos y brillantes ojos azules. Lucía unos vaqueros azules y una camisa blanca ajustada a su cuerpo. Estaba muy guapo y se le notaba mucho más descansado.
-Pues…podría decir yo lo mismo de ti, Elizabeth. Y no te estoy persiguiendo, trabajo aquí.-se respondió Marcos mirando las esposas.- No has tardado mucho en meterte en líos ¿No?-le bromeo y se dirigió a Márquez con la mirada señalando con la mano a Lizzie.-¿Qué sucede aquí. Márquez?
-Veras, Ávila… -comenzó a decir Márquez acercándose a Marcos mientras le estrechaba la mano como saludo, pero fue interrumpido por Lizzie.
-Marcos, todo esto es un malentendido, yo te explicare lo que ocurrió.-le dijo Lizzie acercándose más a él. Le conto que había salido de un bar en la madrugada y que había sentido que alguien la seguía mientras iba camino a su casa, le explico que había pensado que el inspector quería atacarla.-…y cuando me toco el hombro reaccioné a la defensiva.-se miró los zapatos.- le di un taconazo, le partí la nariz y le pegue en el estomago, de verdad, fue sin querer…bueno en realidad lo hice a conciencia pero entiéndeme, pensé que me quería atacar…y yo …pues me defendí.
A Marcos le costaba contener la risa mientras oía el relato de Lizzie, estaba fascinado y ligeramente sorprendido, aunque no entendía porque tanto asombro, ya que pensaba que Lizzie tenía algo especial.
-Mira, morena.-dijo despectivamente Márquez fulminándola con la mirada.- ¿Por qué no le cuentas tu detallazo con la navaja? Todo lo que dice es cierto, Ávila pero se salto la parte en la que me amenazó con una navaja.
-¿Navaja?-dijo Marcos cada vez más sorprendido.- ¿Y dónde esa navaja?
-Pues se la guardo…en…en-tartamudeó Márquez mirándole el vestido a Lizzie sin poder continuar.
-Oh, por favor.-siguió Lizzie poniendo los ojos en blanco e ignorando a Márquez.- Si le apunte con la navaja y le dije que le se fuera, que se alejara de mí…cuando aclaramos quien era…guarde mi navaja en una liga, -señaló su pierna derecha con la cabeza.- y me arrestó por agresión a una autoridad. Si quieres verla…la navaja me refiero, quítame las esposas.-se giro para mirar a Márquez y con ironía dijo.-prometo que no le hare daño al inspector Márquez.
Después de ese comentario, Marcos no pudo evitar reírse de la situación en la que se encontraba, por un lado estaba asombrado por la valentía y la insolencia de Lizzie y por el otro le daba pena Márquez que iba ser el hazmerreir de todo el cuerpo policial cuando él le contara con pelos y señales lo ocurrido con la señorita. Para desgracia de Lizzie, Marcos no podía ayudarla en nada tendría que pasar unas horas en la cárcel, como mínimo hasta que alguien pagara su fianza.
-Esta bien, basta de explicaciones.-dijo Marcos con una sonrisa dibujada en su rostro mirando la pierna derecha de Lizzie como si estuviera esperando que la falda cobrara vida y se levantara para poder ver la liga…y la navaja.- Elizabeth, no puedo hacer nada por ti, tendrás que quedarte un par de horas, si tienes a alguien a quien llamar para que venga a pagar la fianza, podrás hacerlo sin problemas pero ahora tengo que escoltarte a la celda.-se movió hacia un lado y con la mano hizo un gesto para que caminara delante de él.-De veras, lo lamento, y tendrás que darme esa navaja.- se giro para decir.-Márquez, lleve el equipaje de la señorita a su lugar, por favor y venga luego a buscar los objetos que pueda llevar encima.
Lizzie llamó a Sandy a casa, contesto Eric quien le dijo que Sandy había salido a buscarla en los lugares más concurridos, estaban preocupados por ella porque nunca había llegado a casa pero Lizzie lo tranquilizó y le dijo que la vinieran a buscar que cuando llegaran le explicaría todo lo sucedido.
Sandy fue la primera que llego a la central, llevaba la misma ropa que anoche y se notaba que no había pegado ojo en ningún momento, entró buscando a alguien en los cubículos, cuando los localizó fue directamente a hablar con ellos.
Marcos estaba en su cubículo con el Inspector Márquez cuando Sandy se les acercó y les dijo:
-Buenos Días, Márquez ¿Qué te ha ocurrido? Luces horrible-le sonrió Sandy.-Espero que el otro haya quedado peor. Veo que ni paraste por tu casa después de la fiesta.-se dirigió a Marcos que había comenzado a reírse de nuevo.- Marcos, que sorpresa encontrarte aquí, te hacía en Madrid.-se acerco y le abrazó para darle la bienvenida.- ¿Por qué no me dijiste que estabas en el Puerto? Tendrías que haber venido a la fiesta ¿Sabes? Ayer fue mi cumpleaños.
- Sandy-le replico Marcos mientras correspondía al abrazo.-Apenas llegue anoche, además estaba agotado pero no te preocupes, te traje tu regalo.- sonriente Marcos deshizo el abrazo.-Ya va, ¿la fiesta donde estaba tu detenida era la fiesta de Sandy?-dijo mirando a Márquez con ojos desconcertados.
-Si, yo también estaba en la fiesta y…- comenzó a responder el inspector cuando Sandy le interrumpió.
-Ya va…entonces…Márquez…-susurró Sandy desconcertada con la mirada vaga.- ¿tu detuviste a Lizzie? Pero ¿Por qué?
-Así que tú conoces a Elizabeth.-dijo Marcos en voz baja.-Esto ya no puede ser una coincidencia.
-¿Qué si la conozco?- respondió entre risas.-Es mi mejor amiga. Te he hablado de ella. Esta situación demuestra lo atento que eres cuando hablo contigo.-regaño Sandy con la mirada y le exigió a Márquez.-Pero basta, hoy no he venido de visita chicos, quiero ver a mi amiga, decidme cuanto es la fianza para sacarla de aquí y quiero que me digáis que es lo que hizo para que la detuvieras, Márquez y es es ya. Vamos.

Marcos se levanto de la silla de su cubículo y les hizo señas a Sandy y a Márquez para que lo siguieran. Se dirigió a hacia la pequeña puerta de madera.
-Resulta que entre Elizabeth y Márquez hubo un pequeño malentendido.-le respondió entre risas mientras la miraba de reojo.-Y cómo ves aquí Márquez salió un poco malherido. No tuvo otra opción que detenerla por agresión.
Sandy se detuvo en seco, miro a Márquez de arriba abajo y estalló en carcajadas. Estaba asombrada y divertida ante la actitud de Lizzie.
-Esto es lo máximo.-balbuceo Sandy entre risas y mirando hacia el suelo ensimismada.- Joder, como ha cambiado esta chica. Se ha hecho de hierro a base de palos.
-¿Cómo?-le preguntó Marcos desconcertado.- ¿Qué quisiste decir con eso… de los palos?
-Nada, nada importante.-le respondió Sandy saliendo de sus pensamientos.- A ver, cuanto hay que pagar y dejadme verla, por favor.
#18
pepitajimenez
pepitajimenez
19/10/2011 20:40
Hola
Me gustaría seguir leyendo tu historia.
#19
gabycyr
gabycyr
19/10/2011 22:52
6.2. Fue Sin querer


-Está bien. -asintió Marcos. No estaba seguro si había oído bien, pero creyó entender que la Lizzie no lo había pasado bien últimamente. La ávida curiosidad de Marcos estaba encendida, quería saber que era lo que hacía que Lizzie fuese tan dura, quería saber porque era de hierro.- Sígueme.-añadió atravesando la puerta.
Era una habitación con varias celdas seguidas en una pasillo estrecho, en la última celda del pasillo estaba Lizzie completamente desvelada acostada en un banquillo mirando al techo. Al oír los pasos, se levanto agilidad y se acerco a la reja.
-Sandy.-dijo con desesperación mirándola fijamente haciendo caso omiso a los acompañantes de su amiga.- No sabes cuánto siento, ponerte en esta situación pero tienes que ayudarme…-siguió diciendo en voz cada vez más baja con la intención de que solo Sandy la oyera, que al verla corrió a reunirse con ella.
-Una preguntita, Marcos…-comenzó a decir Márquez con mirada interrogante mientras se detenía.- ¿De qué conoces a esta chica?
-Bueno…-empezó a responder Marcos colocándole un brazo en el hombro a su compañero.- La conocí en Madrid, en Barajas para serte más especifico.-Márquez lo miro con extrañeza y Marcos río-Si y yo que pensaba que las casualidades no existían, yo como tú no empecé con buen pie con ella, la ofendí pero por suerte resulto que Elizabeth.-y señalo a la celda con discreción mientras observaba a las dos amigas hablar.- era mi compañera de viaje…solucionamos todo y hablamos un buen rato por el camino. Es una chica sorprendente e inteligente.
-Si si si…. –replicó Márquez con mala cara viendo a las chicas.- También es muy guapa y no veas lo ágil y rápida que es. Vamos que me dejo pegado a la acera con tres golpes nada más.-giro le cabeza y bromeó entre risas.-Casualidad es que se la mejor amiga de Sandy. Seguro que eso no te lo esperabas.
- Tienes razón, es muy guapa… y lo de ágil no necesito que me lo digas tu.-le sonrió.-Nada mas hace falta verte la cara.-Márquez borró la sonrisa de su rostro.- Sabes ya demostró ser bastante escurridiza cuando la conocí.-Siguió Marcos pensando en las dos ocasiones que desapareció de su vista en un abrir y cerrar de ojos, una en el aeropuerto y luego en el avión al llegar a Tenerife.
Marcos salió de su ensimismamiento cuando Sandy se le acercó y le preguntó dónde podía pagar la fianza de Lizzie. Este le indico que lo siguiera nuevamente con el inspector Márquez. Una vez hubo pagado la fianza volvieron a la celda y Marcos la abrió dejando libre a Lizzie. Cuando estuvo fuera de la celda lo primero que hizo fue darle un abrazo a Sandy y agradecerle por haberla sacado de la cárcel.
-Te prometo que una vez estemos en casa te pagaré hasta el último céntimo.-le decía Lizzie mientras deshacía el abrazo bajo la mirada de los policías.-Te compensare por todo lo que estás haciendo por mí. De verdad. Muchísimas Gracias.
-No tienes nada que agradecer, Liz.-le replicó Sandy cogiéndole las dos manos con su mirada fija en los centelleantes ojos de Lizzie.- Me basta con que estés aquí. Bueno, vayamos a buscar tu equipaje porque necesitas descansar y relajarte.- Miró a Marcos y le toco el brazo en señal de agradecimiento.-Marcos, gracias por todo.
-No fue nada, Sandy.-le sonrió a ambas chicas.-Ya sabes que es mi trabajo.-añadió cuando dejaban atrás las celdas y se disponían a salir de la Central.-Eso sí, le agradezco a usted, Elizabeth.-la miro a los ojos.-No agreda a mas oficiales…o mejor dicho no agreda a nadie más, por favor sino me temo que nos seguiremos encontrando más a menudo.
¿Y eso le molestaría?-le replico Lizzie devolviéndole una divertida mirada. Se detuvieron en la salida. Marcos pensaba en ese no le importaría lo más mínimo que Lizzie golpeara a todo el escuadrón policial nada más para tener la excusa de verla otra vez.- ¿O acaso mi presencia le incomoda?
-¿Qué? ¿Co-cómo?-tartamudeó Marcos que se había perdido en sus pensamientos.- Quiero decir, ¿Cómo ha dicho? Discúlpeme estaba en las nubes por un momento.
-He dicho que fue todo un malentendido.-le respondió Lizzie, respuesta que arranco una sonrisa a Sandy.- Es verdad, yo no quise hacerle tanto daño, aunque tampoco fue para tanto…es que el inspector venía detrás de mí, había oído sus pasos y vi su sombra que se acercaba.-paso su mirada de Sandy a Marcos.- Creí que me iba a atacar y no lo pensé dos veces. De verdad, lo siento muchísimo.
(...)
#20
gabycyr
gabycyr
19/10/2011 22:52
(...)


-Ya.-dijo Márquez que se había acercado de nuevo para saber qué era lo que estaban hablando.- ¿Y la navaja? ¿También siente eso?- añadió con resentimiento.
-Oiga, inspector la navaja era para ahuyentarlo.-le replicó Lizzie con serenidad.- No le herí ni pretendí hacerlo con ella. ¿De acuerdo? –y poniéndose los brazos en la cintura con una mirada interrogante fija en el inspector Márquez.-Lo que no entiendo es… ¿Qué hacia usted siguiéndome? ¿Qué quería?
Tres pares de ojos fijaron rápidamente su mirada interrogante en el inspector Márquez que no sabía cómo explicar sin exponerse a la vergüenza nuevamente porque estaba donde estaba.
-Eso sí es una buena pregunta, Márquez.-Le sonrió.- ¿Por qué la seguías?
-Yo no la estaba siguiendo.-balbuceo con la mirada vaga.
-¿Ah, no? Y entonces, ¿Por qué me toco el hombro?-le replicó Lizzie poniendo los ojos en blanco y respirando hondo ante la actitud del inspector añadió con sarcasmo.- ¿O quería dar un paseo a la luz de la luna en plena madrugada.-Lizzie miró de pasada a Marcos y Sandy y prosiguió.- no no…seguro que quería que me quedara con usted a ver un…bonito…amanecer?...Vamos, dígalo que una vez…
-Ya le he dicho, no la estaba siguiendo…Yo me quede en el bar cuando la fiesta terminó, me dirigía a mi coche para irme a mi casa cuando la vi, solo la iba a saludar pero usted me atacó-Rectifico el Inspector de manera poco convincente. La realidad era que el inspector tenía la intención de acercarse para invitarla a salir, pero había cambiado de opinión debido a que pensaba que Lizzie era demasiado para él.
-Bueno, es suficiente-zanjó Marcos con una sonrisa dibujada en su rostro ya que sospechaba cual era la verdadera razón del Inspector pero no quiso ponerlo en evidencia aún más. Se dirigió a las chicas-Creo que ambas estarán agotadas, sobretodo usted Elizabeth.-la miro.-me imagino que no ha dormido desde la tarde pasada y recuerdo que no fue mucho. Deberían ir y descansar. ¿Sandy, Necesitas que las lleve o trajiste tu coche?
- Vaya, pues no… no lo traje…es que cuando vi que Lizzie no había llegado a casa salí en su búsqueda a pie pero no… ¡Eric!- Eric estaba subiendo las escaleras de la comisaria, se había cambiado de ropa y lucia más descansado que las chicas aunque tampoco había pegado ojo.- No te preocupes Marcos, Eric nos llevara, de hecho creo que no se conocen aún.
-Sandy, Liz…-dijo abrazando a las dos y demorándose unos segundos más con Lizzie le dijo.-¿Estás bien? No tardaste mucho en meterte en líos ¿Eh?
-Todo fue producto de una confusión.-le respondió mientras le besaba en la mejilla bajo la mirada de el inspector Márquez y de Marcos.-Un pequeño error de mi parte que Sandy te explicará camino a casa.
-Entonces, ¿Está todo solucionado?-le preguntó a Sandy.
-Si está todo bien, gracias a Marcos que nos ayudo a solucionarlo con mas rápidez.-al ver la mirada desconcertada de Eric añadió.-Eric, creo que no conoces a mi buen amigo, Marcos Ávila, trabaja aquí.
-Encantado.-le dijo Eric sin soltar la mano de Lizzie.-Gracias por todo.
-Igualmente.-le susurro Marcos que había observado el encuentro con recelo. Era la segunda situación similar que presenciaba y no le gustaba lo que había sentido en ambas ocasiones. No tenía nombre para esos sentimientos y eso le intrigaba.- No hay nada que agradecer de verdad, solo es mi deber.
-Bueno, vámonos chicas.-haciendo señas con la cabeza para que salieran y añadió.- Márquez, que mala cara tienes. Te han dejado lindo.-ese comentario arranco risas en las chicas y en Marcos.
-Gracias Marcos, espero verlo de nuevo.-le susurro Lizzie acercándose a él, le sonrió y le toco el brazo como otra señal de agradecimiento. Un roce ligero y áspero que hizo que Marcos recordara sus momentos con ella en el avión, pensamientos que hicieran que le devolviera una sonrisa tonta a Lizzie.
-No hay de que.- susurró en voz baja sin que nadie más que si mismo escuchara mientras veía como Lizzie le cogía el otro brazo de Eric y bajaban las escaleras para irse, juntos.
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