Foro Bandolera
HISTORIA PARALELA de SarayMiguel/Fandemi
#0
01/05/2011 21:21
Por petición, de que os liáis he copiado la historia aquí. Espero de que os guste.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
1. Medio pueblo ha pasado por la habitación de Sara y ahora le toca al Chato.
Chato abrió lo ojos y vio que estaba acostado en la cama de Sara ella no se encontraba allí y lo único que el recordaba era que el Galeno le había extraído la bala que el civil le había disparado en el estómago.
Después de acomodarlo sobre la cama Sara y Marcial se habían ido de allí dejándolo a el solo durmiendo.
Sentía un dolor punzante en la herida la cual la tenia liada con vendas y cosida, no podía levantarse ya que ese dolor se acentuaba cada vez que el se movía. Se había despertado por culpa de esos pinchazos y maldecía por no tener una botella cerca para aliviar el dolor.
Se sentía en deuda con ambos por su ayuda.
-Cuanto tardara la señoritinga en regresar- pensó para él. No podía chillar aunque lo estaba deseando ya que sino lo descubrirían.
De pronto oyó pasos que se acercaban hacia la habitación y se mantuvo callado y poniendo la oreja era Sara pero venia acompañada de alguien, ambos se pararon en el umbral de la puerta.
Miguel había ido a buscar a Sara a la imprenta y ambos habían dado un paseo y habían comido en la taberna.
-Miguel gracias por acompañarme no tenias que haberte molestado.
Miguel cogió las manos de Sara y las besó. Sara respondió al gesto con una sonrisa radiante.
-Sabes que no es ninguna molestia, me encanta acompañarte.
Mientras ellos hablaban el Chato estaba pendiente notó como gotas de sudor le caían por la frente no sabia si eso se debía a que la herida le había producido fiebre o por saber que el teniente de la guardia civil estaba al otro lado de la puerta y si lo descubría estando convaleciente no podría ni enfrentarse a el ni huir.
-Miguel creó que deberías irte ya es tarde.
-Tan pocas ganas tienes de verme. Dijo en tono irónico.
-No es eso y lo sabes es porque no quiero que tengas problemas con Olmedo.
-No te preocupes hasta dentro de dos horas no tengo que volver al cuartel. Tenemos tiempo.
Miguel la agarró por la cintura y la besó. Sara derritiéndose y dejándose besar, busco en su bolsillo la llave para que pudieran entrar a su dormitorio pero al rozar con los dedos la llave volvió a la realidad no podía dejarlo entrar y no saco la llave del bolsillo.
Miguel acercó sus labios al oído de Sara y con un susurró le preguntó a Sara.
-¿Entramos?
Al notar sus labios cerca se erizó pero no podía.
Así que le cogió la cara con las manos para mirarlo a los ojos y que el no la atontara con sus besos pero le costó concentrarse ya que lo miraba a los ojos, esos ojos azules y tiernos que tanto le gustaban.
-Miguel estoy un poco cansada y mareada parece que la comida no me a sentado bien y tengo nauseas.
Estaba cansada pero lo otro no era del todo verdad pero no le quedaba mas remedio si quería alejarlo de su cuarto.
Miguel al oírla, se separó un poco.
-¿Necesitas algo?
Preguntó preocupado.
-Solo descansar y dormir un par de horas.
-Luego cuando terminé vengo haber como te encuentras por si necesitas algo más.
-Esta bien, gracias.
-Te quiero, cuídate.
Miguel besó la frente de Sara y se marchó mientras esta sacaba la llave y entraba en la habitación.
2. Se queda con la banda.
Sara entró en la habitación y al oír que entraba el Chato se hizo el dormido.
Esta intentó no hacer ruido, se sentó en la silla saco su diario del escritorio y empezó a escribir.
El Chato pensó que era mejor que Sara no se enterara que había escuchado su conversación pero no se podía aguantar más la herida le ardía y tenía que pedirle algo para beber.
Frunciendo el entrecejo el Chato le dijo.
-No sabía que tu relación con el teniente era tan estrecha.
Sara no se sobresalto, guardo el diario en el cajón y giro la silla para sentarse mirando en dirección a la cama.
-Y yo no sabia que eras como una vieja cotilla que escucha detrás de las puertas.
-Y no lo soy solo que no puedes…
Sara lo calló de golpe.
-No me digas lo que tengo que hacer Chato lo se muy bien.
En vez de responder de mala manera y ponerse tensó se relajó entre los cojines nunca había dormido en algo tan cómodo.
Sara se dio cuenta que había sido un poco brusca pero estaba harta que los bandoleros le dijeran lo mismo ella amaba a Miguel y tenía la situación controlada así que no quería que nadie más se lo echara en cara.
-¿Como te encuentras?
Preguntó con tono amable.
-Estoy de cojones con una herida en el estómago pero de cojones.
Sonrió el Chato.
-No mientas Chato, Galeno dijo que te dolería es lo normal.
-No tienes alguna botellita para pasar el mal trago.
-Botella no, pero el Galeno dejó algo para ti.
Sara se levantó cogió un vaso lo lleno de agua y de un bote pequeño que tenia en el cajón saco una pastilla.
-Tomate esto para la fiebre y el dolor.
Al verlo el Chato puso cara de asco.
-Joder, yo prefería una botella.
-Chato esto es mejor y tómatelo.
-¡Si jefa!
Dijo con retintín.
-Gracias, por impedir que el teniente entrara.
-No me lo tienes que agradecer, Miguel y la banda son dos cosas diferentes.
-Ya veo que tenías razón y todo esta controlado. Y nunca más te voy a repetir que no puedes que estar con el.
-¿Nunca más?
-Si es que me gustaría seguir a tu disposición y quedarme en la banda, estoy en deuda contigo y con Galeno.
Sara sonrió al ver que el Chato se estaba dando cuenta que no podía hacer las cosas sin contar con la opinión de otros y guiarse solo por arrebatos.
-Claro que puedes quedarte, pero por favor no te guies por más arrebatos.
-Lo que tú digas jefa y tranquila que mañana a primera hora me iré a la cueva y no saldré a ningún robo si tu no estas al frente del grupo.
Y con una sonrisa pícara el Chato cerró los ojos y se durmió ya que le estaba haciendo efectos los calmantes. Mientras Sara se arregló para ir a la imprenta, salió y cerró la puerta con llave.
#1
01/05/2011 21:21
3.Hablan en la taberna.
Miguel se encontraba pensativo mientras caminaba, estaba preocupado por la salud de Sara había estado dando un paseo por la Alameda de camino hacia el cuartel. Cuando estaba apuntó de entrar vio a Morales que salia de un calle y que lo llamaba. Morales le indicaba con una mano que se parara.
-Buenas tardes Morales.
-¿Teniente a donde se cree que va?
-Morales a usted tampoco le ha sentado bien la comida sobre todo los chatos ¿verdad? A donde cree que voy al cuartel.
-Ya lo veo teniente pero si todavía quedan 45 minutos de la hora de la comida, ya se quiere encerrar en el cuartel hacerle compañía al capitán.
Ambos pusieron cara de asco, a Miguel le dio un escalofrío de pensar en Olmedo y en sus órdenes.
-Pues la verdad Morales que no me apetece para nada verle la cara a ese…
-Calle teniente que estamos cerca del cuartel y nos puede oír por que no vamos mejor a la taberna y nos tomamos un vinito mientras esperamos la hora de entrar al cuartel.
-Esta, bien.
-Por cierto teniente ¿A quien le ha sentado mal la comida?
-A Sara.
-Vamonos a la taberna y me cuenta.
-Moralesss!!! Parece una chismosa.
Dijo Miguel con retintín y una sonrisa pícara.
Ambos desviaron el rumbo y en vez de ir al cuartel entraron en la taberna donde se sentaron y Julieta les sirvió unos chatos algo que ambos le agradecieron y pagaron.
-Bueno teniente cuénteme ¿Que le pasa a Sara?
Miguel no sabía si contárselo pero Morales era su mejor amigo y el que siempre le ayudaba con Olmedo, Sara….
-Es que hoy la he notado un poco rara y luego cuando la he acompañado a la posada me ha dicho que tenía náuseas y que estaba mareada.
Morales se quedo pensativo pero de repente se le iluminó la bombillita.
-Ah! ya se lo que le pasa.
Lo dijo casi chillando y con forma de intriga, cosa que Miguel le desaprobó.
-Por favor, Morales baje la voz que nos van a escuchar.
-Es que es algo muy sencillo.
-¿Y que es?
Morales no respondió solo se tocó la barriga.
-¿Que quiere decir con eso Morales? Que tiene gases.
Morales se puso a reír con el comentario.
-No, teniente con lo avispado que es para unas cosas y tan cortito para otras.
Morales hizo la forma de un bulto en su barriga.
-Quiere explicarse bien Morales.
-Que mi lady puede estar embarazada.
Vociferó Morales. Miguel miró para ambos lado pero parece que nadie les pretaba atención. Miguel miró a Morales con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Esta seguro?
-Teniente puede que se le halla escapado algún soldado.
Dijo Morales acercándose a Miguel para que no los oyeran.
-No sea bruto Morales.
-Pero es la verdad, mi teniente puede haber dejado embarazada a la señorita.
A Miguel no se le iba la sonrisa de la cara.
Justo en ese momento apareció Olmedo, con muy mala leche (la habitual en el) Morales y Miguel le hicieron su saludo.
-Pedazo de holgazanes, ahora mismo los dos para el cuartel que hay trabajo.
-Pero capitán, nos quedan 10 minutos.
-Morales quiere saber que va a pasar con sus próximos tiempos de descanso como no se vengan ya para el cuartel.
Olmedo se giro con su cara habitual de mala leche y desfilo hasta la salida y, a Morales y Miguel no les quedo más remedio que obedecerle.
Miguel no paraba de pensar en lo que le había dicho Morales:
Sara embarazada?!
4. Apartado a) ¿Si o no? En que quedamos???
Miguel salía del cuartel corriendo quería llegar a la posada cuanto antes se moría de ganas de ver a Sara no podía dejar de pensar en lo que había dicho Morales.
Pero se detuvo en seco cuando vio que ella estaba cerrando la puerta de la imprenta algo que provoco que Miguel se molestara, esta lo vio al girarse y lo saludo. Este fue hasta donde estaba.
-Se puede saber por que no estas descansando.
-¿Miguel no me saludas y porque me hablas así? ¿Que te ocurre?
Miguel estaba preocupado por su estado pero vio que el había intentado decírselo normal pero se lo había dicho de forma muy bruta.
-Perdón, es que he estado todo el día preocupado por ti.
-Estoy bien.
Sara le beso la mejilla mientras se lo decía en tono tranquilizador.
-Es que antes parecía que te encontrabas muy mal.
Sara no se encontraba tan mal antes, se lo había dicho para que el no entrara en la habitación. Pero ahora parecía que la mentira se había vuelto realidad estaba cansada y un poco mareada.
-No deberías haber venido a la imprenta, tienes mala cara.
Miguel le acaricio la mejilla con cariño.
-Solo necesito aire fresco.
-Entonces que te parece si vamos a la Alameda allí no hay casi gente y tendrás ese aire fresco que tanto necesitas y además… podemos hablar de un tema que llevo pensando todo el día.
-Me parece una idea genial.
Sara le sonrió cosa que Miguel le respondió con otra sonrisa.
Sara se agarró del brazo de Miguel y juntos se dirigieron a la Alameda.
Llevaban un ratito paseando y ninguno abría la boca, Sara cada vez se encontraba peor y se sentía cada vez más mareada mientras que Miguel estaba nervioso y no sabia como preguntarle a Sara si estaba embarazada.
Finalmente Miguel decidió arrancar.
-Sara nunca te lo he preguntado desde que nos conocemos ¿Te gustan los niños?
A Sara le estallaba se encontraba muy mal pero ella era fuerte y no quería preocupar mas a Miguel.
-Si
Solo dijo un si seco y soso a ella le encantaban los niños pero no le salía nada de la garganta a causa de su malestar.
A Miguel se le borró la sonrisa ya que no veía a Sara especialmente ilusionada, el pensó que a lo mejor ella no quería tener hijos cosa que a Miguel le ilusionaba ser padre y junto a la mujer que amaba.
Sara se percató de su cara deprimida.
-¿Que te ocurre Miguel? ¿Por qué me preguntas eso?
Lo conocía y sabía que la pregunta venia con doble intención.
-Sara te lo pregunto por que hay una cosa que me llevo preguntando todo el día…….
No pudo terminar ya que Sara se balanceo y si no llega a ser por el, ella se cae al suelo. Miguel con una mano le rodeo la espalda y con la otra le sujetaba la cara preocupado.
-Sara, amor ¿que te ocurre?
-Me…siento...mal.
Sara veía borroso.
-Voy a llevarte a la posada y busco al médico.
-No…Miguel, llevame a casa…de Flor que allí…esta Marcial.
Sara se desmayó en los brazos de Miguel.
Este la tomó en brazos y salio velozmente hacia casa de Flor.
Miguel esta muy nervioso, que le pasaba a Sara.
Miguel se encontraba pensativo mientras caminaba, estaba preocupado por la salud de Sara había estado dando un paseo por la Alameda de camino hacia el cuartel. Cuando estaba apuntó de entrar vio a Morales que salia de un calle y que lo llamaba. Morales le indicaba con una mano que se parara.
-Buenas tardes Morales.
-¿Teniente a donde se cree que va?
-Morales a usted tampoco le ha sentado bien la comida sobre todo los chatos ¿verdad? A donde cree que voy al cuartel.
-Ya lo veo teniente pero si todavía quedan 45 minutos de la hora de la comida, ya se quiere encerrar en el cuartel hacerle compañía al capitán.
Ambos pusieron cara de asco, a Miguel le dio un escalofrío de pensar en Olmedo y en sus órdenes.
-Pues la verdad Morales que no me apetece para nada verle la cara a ese…
-Calle teniente que estamos cerca del cuartel y nos puede oír por que no vamos mejor a la taberna y nos tomamos un vinito mientras esperamos la hora de entrar al cuartel.
-Esta, bien.
-Por cierto teniente ¿A quien le ha sentado mal la comida?
-A Sara.
-Vamonos a la taberna y me cuenta.
-Moralesss!!! Parece una chismosa.
Dijo Miguel con retintín y una sonrisa pícara.
Ambos desviaron el rumbo y en vez de ir al cuartel entraron en la taberna donde se sentaron y Julieta les sirvió unos chatos algo que ambos le agradecieron y pagaron.
-Bueno teniente cuénteme ¿Que le pasa a Sara?
Miguel no sabía si contárselo pero Morales era su mejor amigo y el que siempre le ayudaba con Olmedo, Sara….
-Es que hoy la he notado un poco rara y luego cuando la he acompañado a la posada me ha dicho que tenía náuseas y que estaba mareada.
Morales se quedo pensativo pero de repente se le iluminó la bombillita.
-Ah! ya se lo que le pasa.
Lo dijo casi chillando y con forma de intriga, cosa que Miguel le desaprobó.
-Por favor, Morales baje la voz que nos van a escuchar.
-Es que es algo muy sencillo.
-¿Y que es?
Morales no respondió solo se tocó la barriga.
-¿Que quiere decir con eso Morales? Que tiene gases.
Morales se puso a reír con el comentario.
-No, teniente con lo avispado que es para unas cosas y tan cortito para otras.
Morales hizo la forma de un bulto en su barriga.
-Quiere explicarse bien Morales.
-Que mi lady puede estar embarazada.
Vociferó Morales. Miguel miró para ambos lado pero parece que nadie les pretaba atención. Miguel miró a Morales con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Esta seguro?
-Teniente puede que se le halla escapado algún soldado.
Dijo Morales acercándose a Miguel para que no los oyeran.
-No sea bruto Morales.
-Pero es la verdad, mi teniente puede haber dejado embarazada a la señorita.
A Miguel no se le iba la sonrisa de la cara.
Justo en ese momento apareció Olmedo, con muy mala leche (la habitual en el) Morales y Miguel le hicieron su saludo.
-Pedazo de holgazanes, ahora mismo los dos para el cuartel que hay trabajo.
-Pero capitán, nos quedan 10 minutos.
-Morales quiere saber que va a pasar con sus próximos tiempos de descanso como no se vengan ya para el cuartel.
Olmedo se giro con su cara habitual de mala leche y desfilo hasta la salida y, a Morales y Miguel no les quedo más remedio que obedecerle.
Miguel no paraba de pensar en lo que le había dicho Morales:
Sara embarazada?!
4. Apartado a) ¿Si o no? En que quedamos???
Miguel salía del cuartel corriendo quería llegar a la posada cuanto antes se moría de ganas de ver a Sara no podía dejar de pensar en lo que había dicho Morales.
Pero se detuvo en seco cuando vio que ella estaba cerrando la puerta de la imprenta algo que provoco que Miguel se molestara, esta lo vio al girarse y lo saludo. Este fue hasta donde estaba.
-Se puede saber por que no estas descansando.
-¿Miguel no me saludas y porque me hablas así? ¿Que te ocurre?
Miguel estaba preocupado por su estado pero vio que el había intentado decírselo normal pero se lo había dicho de forma muy bruta.
-Perdón, es que he estado todo el día preocupado por ti.
-Estoy bien.
Sara le beso la mejilla mientras se lo decía en tono tranquilizador.
-Es que antes parecía que te encontrabas muy mal.
Sara no se encontraba tan mal antes, se lo había dicho para que el no entrara en la habitación. Pero ahora parecía que la mentira se había vuelto realidad estaba cansada y un poco mareada.
-No deberías haber venido a la imprenta, tienes mala cara.
Miguel le acaricio la mejilla con cariño.
-Solo necesito aire fresco.
-Entonces que te parece si vamos a la Alameda allí no hay casi gente y tendrás ese aire fresco que tanto necesitas y además… podemos hablar de un tema que llevo pensando todo el día.
-Me parece una idea genial.
Sara le sonrió cosa que Miguel le respondió con otra sonrisa.
Sara se agarró del brazo de Miguel y juntos se dirigieron a la Alameda.
Llevaban un ratito paseando y ninguno abría la boca, Sara cada vez se encontraba peor y se sentía cada vez más mareada mientras que Miguel estaba nervioso y no sabia como preguntarle a Sara si estaba embarazada.
Finalmente Miguel decidió arrancar.
-Sara nunca te lo he preguntado desde que nos conocemos ¿Te gustan los niños?
A Sara le estallaba se encontraba muy mal pero ella era fuerte y no quería preocupar mas a Miguel.
-Si
Solo dijo un si seco y soso a ella le encantaban los niños pero no le salía nada de la garganta a causa de su malestar.
A Miguel se le borró la sonrisa ya que no veía a Sara especialmente ilusionada, el pensó que a lo mejor ella no quería tener hijos cosa que a Miguel le ilusionaba ser padre y junto a la mujer que amaba.
Sara se percató de su cara deprimida.
-¿Que te ocurre Miguel? ¿Por qué me preguntas eso?
Lo conocía y sabía que la pregunta venia con doble intención.
-Sara te lo pregunto por que hay una cosa que me llevo preguntando todo el día…….
No pudo terminar ya que Sara se balanceo y si no llega a ser por el, ella se cae al suelo. Miguel con una mano le rodeo la espalda y con la otra le sujetaba la cara preocupado.
-Sara, amor ¿que te ocurre?
-Me…siento...mal.
Sara veía borroso.
-Voy a llevarte a la posada y busco al médico.
-No…Miguel, llevame a casa…de Flor que allí…esta Marcial.
Sara se desmayó en los brazos de Miguel.
Este la tomó en brazos y salio velozmente hacia casa de Flor.
Miguel esta muy nervioso, que le pasaba a Sara.
#2
01/05/2011 21:22
4. Apartado b)
Era una habitación pequeña con una cama, una cómoda, un espejo y una ventana amplia que daba a la calle.
Sara se despertó por un olor extraño, al abrir los ojos se dio cuenta de que estaba en una cama y Marcial le había puesto cerca de la nariz unas hierbas de un frasco de donde salía el olor detrás de el estaban Flor y Miguel ambos muy preocupados, se fijo en la cara de Miguel la cual se iluminó al verla con los ojos abiertos.
-¿Donde estoy?
Preguntó aturdida.
-Estas en casa de Flor, Miguel te ha traído en sus brazos y estabas desmayada.
Marcial se levantó del borde de la cama y se acercó a Flor mientras que Sara se incorporo y apoyo la espalda en el cabecero.
-¿Como te encuentras?
Miguel se acercó a ella le cogio las manos y se sentó en el borde de la cama.
-Mucho mejor y todo gracias a ti.
-Nunca voy a dejar que nada malo te pase.
Miguel se lo decía mientras le besaba las manos.
-Mejor os dejamos un rato solos.
Dijo Flor entonces ella y Marcial salieron de la habitación dejando a ambos solos.
-Miguel ¿que me querías preguntar antes? Parecía importante.
-Si, para mí si que lo es.
-Pues pregúntamelo.
-Sara…estas…
-Miguel creo que tu y yo ya tenemos bastante confianza ¿no?
Le dijo de forma cariñosa pero a la vez pícara a Miguel.
-Si, esta bien lo diré de un tirón. ¿Sara podrías estar embarazada?
Sara se quedo helada ¿Por q creería eso Miguel? Se preguntó.
-Creo que no Miguel, pienso que no estoy embarazada.
Miguel no sabia que sentir por un lado sabia que tenia toda la vida por delante para tener hijos con Sara pero por otro le hacia mucha ilusión.
-¿Por que crees eso, Miguel?
-Por tu malestar.
Ese malestar anterior era mentira por eso creía que no estaba embarazada ahora se encontraba mal de verdad. Tuvo que mentirle no podía decir que lo que le había dicho en la posada era mentira para encubrir a un bandolero, así que opto por otra mentirijilla.
-La verdad Miguel esta mañana al desayunar e desayunado más de lo normal y seguro que me a sentado mal.
-¿Entonces por que ahora en el paseo te has desmayado?
-Pues no lo se supongo que por lo mismo tendré todavía el malestar metido en el cuerpo.
Miguel se encontraba nuevamente abatido pero Sara le puso una sonrisa de oreja a oreja.
-Miguel si, me encantan los niños y me encantaría tenerlos contigo por que eres la persona que mas quiero y quien mejor que tu para ser el padre de mis hijos con la excelente persona que tu eres. Miguel al oírla se animo y sonrió.
Miguel se acercó más y la besó suavemente en los labios mientras ella le dijo.
-Cuando quieras buscamos el primero.
Miguel la volvió a besar con más pasión que antes.
En ese momento entró Marcial. Lo que hizo que Miguel y Sara se pusieran rojos por la situación.
-Perdón por molestar pero tengo que hacerte unas preguntas y hacerte un reconocimiento para ver por que te has desmayado.
-Claro, pase doctor.
Dijo Miguel avergonzado por como los había pillado.
-Pregunte lo que quiera Marcial.
Dijo Sara acomodándose en las almohadas.
-Esta bien empiezo con el cuestionario ¿Sara se encuentra fatigada’
-Si últimamente estoy muy cansada.
-¿Tiene ardor de estómago o náuseas?
- Si, ambas.
Marcial se acercó le examinó la boca y los ojos, finalmente le palpo la barriga y le puso el fonendoscopio que Flor le había traído. Todos estaban en silencio esperando el veredicto del médico.
Marcial se levanto y se fue al fondo de la habitación.
4. Apartado c) ¿Si o no?... SI
-No tengo ninguna duda de lo que te pasa Sara.
Marcial sonrió a los presentes y fijó la vista en Sara.
-Y que le pasa preguntó Miguel nervioso.
-El mareo y desmayo es normal en tu estado. Enhorabuena esta embarazada.
Porque Miguel estaba sentado por que sino se cae al suelo redondo por la impresión, después de lo que le había dicho Sara no pensaba que estuviera embarazada.
-Que alegría, felicidades.
Flor abrazó a Sara y luego a Miguel que todavía estaba en trance y se fue a abrazar a Marcial.
A Sara se le saltaron las lágrimas una felicidad que no esperaba recibir en esos momentos se apoderó de ella iba a tener un hijo con Miguel.
Miró a Miguel pero este estaba inmóvil.
Le acarició la cara.
-Miguel ¿Qué te ocurre? ¿Dime algo?
Con un nudo en la garganta por la felicidad que sentía dijo mirándola a la cara.
-Ya no hace falta que busquemos el primero. Te quiero.
Sara se rió, lo besó y este salió de su atontamiento le rodeo la cintura con suavidad y le devolvió el beso.
-Y una cosa más Sara tienes que llevar una vida normal con cuidado pero normal ya que son nueves de embarazo así que tómatelo con paciencia y no dejes de hacer tus cosas diarias.
Sara sabia porque Marcial le decía eso, era por la banda y eso la tranquilizo saber que podría estar como hasta ahora pero con mucha más precaución.
-Os invitamos a cenar dijo contenta Flor voy a preparar algo.
-No hace falta que te molestes Flor.
Dijo Miguel sonriendo.
-No es molestia y además habrá que celebrar la llegada de un/a arazanito/a a Arazana.
Flor y Marcial bajaron a las cocina a preparar algo de cena, y Sara y Miguel se volvieron a quedar solos.
Ambos no podían de dejar de mirarse a los ojos y no podían soltarse las manos, estaban felices y se amaban tanto.
-¿Estas feliz Miguel?
-Soy el hombre más feliz del mundo, voy a tener un hijo con la persona que más quiero. ¿Y tú?
-Me siento como tú no me lo esperaba pero bienvenido sea.
Oyeron a Marcial que les llamaba para cenar. Miguel ayudo a Sara a salir de la cama.
Sara se agarró a su cuello y le susurró a al oído.
-Miguel, Marcial ha dicho que puedo hacer vida normal y me gustaría que tú y yo también celebráramos lo del niño después.
-No te preocupes que lo celebraremos a solas.
Ambos se besaron y bajaron a la cocina todo fueron risas, abrazos y besos de las dos parejitas esa noche.
Era una habitación pequeña con una cama, una cómoda, un espejo y una ventana amplia que daba a la calle.
Sara se despertó por un olor extraño, al abrir los ojos se dio cuenta de que estaba en una cama y Marcial le había puesto cerca de la nariz unas hierbas de un frasco de donde salía el olor detrás de el estaban Flor y Miguel ambos muy preocupados, se fijo en la cara de Miguel la cual se iluminó al verla con los ojos abiertos.
-¿Donde estoy?
Preguntó aturdida.
-Estas en casa de Flor, Miguel te ha traído en sus brazos y estabas desmayada.
Marcial se levantó del borde de la cama y se acercó a Flor mientras que Sara se incorporo y apoyo la espalda en el cabecero.
-¿Como te encuentras?
Miguel se acercó a ella le cogio las manos y se sentó en el borde de la cama.
-Mucho mejor y todo gracias a ti.
-Nunca voy a dejar que nada malo te pase.
Miguel se lo decía mientras le besaba las manos.
-Mejor os dejamos un rato solos.
Dijo Flor entonces ella y Marcial salieron de la habitación dejando a ambos solos.
-Miguel ¿que me querías preguntar antes? Parecía importante.
-Si, para mí si que lo es.
-Pues pregúntamelo.
-Sara…estas…
-Miguel creo que tu y yo ya tenemos bastante confianza ¿no?
Le dijo de forma cariñosa pero a la vez pícara a Miguel.
-Si, esta bien lo diré de un tirón. ¿Sara podrías estar embarazada?
Sara se quedo helada ¿Por q creería eso Miguel? Se preguntó.
-Creo que no Miguel, pienso que no estoy embarazada.
Miguel no sabia que sentir por un lado sabia que tenia toda la vida por delante para tener hijos con Sara pero por otro le hacia mucha ilusión.
-¿Por que crees eso, Miguel?
-Por tu malestar.
Ese malestar anterior era mentira por eso creía que no estaba embarazada ahora se encontraba mal de verdad. Tuvo que mentirle no podía decir que lo que le había dicho en la posada era mentira para encubrir a un bandolero, así que opto por otra mentirijilla.
-La verdad Miguel esta mañana al desayunar e desayunado más de lo normal y seguro que me a sentado mal.
-¿Entonces por que ahora en el paseo te has desmayado?
-Pues no lo se supongo que por lo mismo tendré todavía el malestar metido en el cuerpo.
Miguel se encontraba nuevamente abatido pero Sara le puso una sonrisa de oreja a oreja.
-Miguel si, me encantan los niños y me encantaría tenerlos contigo por que eres la persona que mas quiero y quien mejor que tu para ser el padre de mis hijos con la excelente persona que tu eres. Miguel al oírla se animo y sonrió.
Miguel se acercó más y la besó suavemente en los labios mientras ella le dijo.
-Cuando quieras buscamos el primero.
Miguel la volvió a besar con más pasión que antes.
En ese momento entró Marcial. Lo que hizo que Miguel y Sara se pusieran rojos por la situación.
-Perdón por molestar pero tengo que hacerte unas preguntas y hacerte un reconocimiento para ver por que te has desmayado.
-Claro, pase doctor.
Dijo Miguel avergonzado por como los había pillado.
-Pregunte lo que quiera Marcial.
Dijo Sara acomodándose en las almohadas.
-Esta bien empiezo con el cuestionario ¿Sara se encuentra fatigada’
-Si últimamente estoy muy cansada.
-¿Tiene ardor de estómago o náuseas?
- Si, ambas.
Marcial se acercó le examinó la boca y los ojos, finalmente le palpo la barriga y le puso el fonendoscopio que Flor le había traído. Todos estaban en silencio esperando el veredicto del médico.
Marcial se levanto y se fue al fondo de la habitación.
4. Apartado c) ¿Si o no?... SI
-No tengo ninguna duda de lo que te pasa Sara.
Marcial sonrió a los presentes y fijó la vista en Sara.
-Y que le pasa preguntó Miguel nervioso.
-El mareo y desmayo es normal en tu estado. Enhorabuena esta embarazada.
Porque Miguel estaba sentado por que sino se cae al suelo redondo por la impresión, después de lo que le había dicho Sara no pensaba que estuviera embarazada.
-Que alegría, felicidades.
Flor abrazó a Sara y luego a Miguel que todavía estaba en trance y se fue a abrazar a Marcial.
A Sara se le saltaron las lágrimas una felicidad que no esperaba recibir en esos momentos se apoderó de ella iba a tener un hijo con Miguel.
Miró a Miguel pero este estaba inmóvil.
Le acarició la cara.
-Miguel ¿Qué te ocurre? ¿Dime algo?
Con un nudo en la garganta por la felicidad que sentía dijo mirándola a la cara.
-Ya no hace falta que busquemos el primero. Te quiero.
Sara se rió, lo besó y este salió de su atontamiento le rodeo la cintura con suavidad y le devolvió el beso.
-Y una cosa más Sara tienes que llevar una vida normal con cuidado pero normal ya que son nueves de embarazo así que tómatelo con paciencia y no dejes de hacer tus cosas diarias.
Sara sabia porque Marcial le decía eso, era por la banda y eso la tranquilizo saber que podría estar como hasta ahora pero con mucha más precaución.
-Os invitamos a cenar dijo contenta Flor voy a preparar algo.
-No hace falta que te molestes Flor.
Dijo Miguel sonriendo.
-No es molestia y además habrá que celebrar la llegada de un/a arazanito/a a Arazana.
Flor y Marcial bajaron a las cocina a preparar algo de cena, y Sara y Miguel se volvieron a quedar solos.
Ambos no podían de dejar de mirarse a los ojos y no podían soltarse las manos, estaban felices y se amaban tanto.
-¿Estas feliz Miguel?
-Soy el hombre más feliz del mundo, voy a tener un hijo con la persona que más quiero. ¿Y tú?
-Me siento como tú no me lo esperaba pero bienvenido sea.
Oyeron a Marcial que les llamaba para cenar. Miguel ayudo a Sara a salir de la cama.
Sara se agarró a su cuello y le susurró a al oído.
-Miguel, Marcial ha dicho que puedo hacer vida normal y me gustaría que tú y yo también celebráramos lo del niño después.
-No te preocupes que lo celebraremos a solas.
Ambos se besaron y bajaron a la cocina todo fueron risas, abrazos y besos de las dos parejitas esa noche.
#3
01/05/2011 21:23
5. Salida de la posada del Chato.
Marcial y Flor le prometieron a Sara y Miguel que no dirían nada del embarazo hasta que ellos no dijeran nada.
Era muy tarde cuando Sara y Miguel se fueron de casa de Flor, Miguel la acompaño a la posada no la quería dejar sola tan tarde y al llegar a la posada ella no tuvo que inventarse nada para que Miguel no entrara a su dormitorio fue el mismo el que le dijo que era mejor que descansara sola y se marchó pero no sin antes decirle que se cuidara y que se verían al día siguiente a las 8 de la tarde en la imprenta.
Sara entró en la habitación, el Chato dormía y no quería molestarlo así que se acomodó en el sillón y apoyo los brazos encima del escritorio donde finalmente ella se durmió con la cabeza sobre los brazos, estaba agotada había sentido esa tarde muchas emociones juntas.
Empezó amanecer en Arazana y los primeros rayos despertaron a Sara sin darse cuenta se llevó las manos a la barriga no lo estaba soñando, estaba embarazada y una cosita crecía dentro de ella, iba a ser madre, esta cogio un biombo que tenia al lado del armario plegado y lo abrió detrás de el (para que no la viera el Chato) se cambio de ropa cuando terminó lo guardo en su sitio se peino y cuando se colocaba los pendientes la cajita se cayó al suelo lo que provocó un suave golpe el cual hizo despertar al Chato.
-Buenos días.
Dijo Sara educadamente mientras lo miraba.
-¿Ya ha amanecido?
Pregunto soñoliento y restregándose los ojos.
-Si, es la hora.
El Chato se levantó para marcharse.
-Espera primero déjame bajar a mí para ver si hay gente.
Sara recogió la cajita poniéndola sobre la cómoda y salio de la habitación.
El pasillo estaba desierto, bajo al recibidor y tampoco pero alguien salio de la cocina era una de las chicas de la Maña.
-Buenos días Julia. Parece que somos las únicas madrugadoras.
-Buenos días Sara no, lo que pasa es que ayer por la tarde noche la Maña se llevo a mis compañeras a un pueblo cercano donde había una fiesta.
-Con razón no vi a nadie ayer cuando regrese, pensé que no había nadie por que era muy tarde. ¿Y tú por que no te has ido?
-Es que, la Maña te estaba buscando ayer por la tarde y como no te encontró no quería dejar la posada sola así que me dijo que yo me quedara.
¿Sara te importa quedarte un momento vigilando voy a comprar una cosas que me encargó la Maña antes de irse?
-No te preocupes ve tranquila.
Julia le sonrió agradecidamente cogió una toquilla y salio por la puerta.
Ahora o nunca pensó Sara y subió corriendo a la habitación donde el Chato ya estaba preparado para marcharse.
-Chato ya puedes irte para la cueva y no te muevas de allí que voy enseguida tenemos que hablar de la banda.
-Claro, lo que digas jefa y muchas gracias.
-No hay porque darlas.
El Chato le sonrió y salió lo más deprisa como la herida le permitió.
6. Todos en las cuevas.
Sara terminó de arreglarse y una vez que Julia había regresado a la posada decidió que era hora de ir a la cueva.
Así que cogio el caballo y salio en dirección a la cueva cuando estaba por el camino se encontró a Rafalín con Mantecao y le dijo que había reunión de la banda y que la siguiera este se subió a Mantecao y la siguió hasta la cueva.
Hicieron su habitual silbido y el Chato les respondió y entraron Sara se sorprendió al ver a Juan (Chato se lo había encontrado regresando a la cueva) pero mas se sorprendió al ver a al Galeno.
-Marcial que haces aquí, si se entera Flor no te lo perdonaría.
-Lo se Sara pero tenia que advertirte por tu estado, con Miguel y Flor por en medio no hemos hablado de los problemas.
-Espera un segundo en que estado? ¿Se puede saber que le pasa a Sara?
Intervino Juan.
-Esto no me huele bien.
Regruñó el Chato.
-Os lo diré además tarde o temprano no lo podré ocultar.
-El que Sara.
Dijo Juan preocupado.
-Estoy embarazada de Miguel.
Sonrió tímidamente Sara la idea le iluminaba la cara pero tenia miedo de su reacción.
-Enhorabuena sita Sara que alegría.
Grito Rafalin, que bien me alegro por los dos.
-¿El lo sabe?
Preguntó Juan.
-Si y esta tan ilusionado con la idea como yo. Reconozco que no era el momento para eso…
-Si es un mal momento.
Sentenció el Chato con mala leche.
-Pero no os niego que tengo muchas ganas de tenerlo.
-¿Y que vas hacer ahora?
-Me gustaría seguir como hasta ahora.
-Vamos a ser el hazmerreír de todas la bandas encima de que nos manda una mujer encima esta está preña. Esto es el colmo de los colmos.
Dijo el Chato cabreado.
-Chato quieres dejarla terminar.
Le reprimió Juan.
-Todavía me quedan nueve meses.
-Siete, tienes un par de semanas y luego tienes que descansar no puedes estar por la sierra apuntó de dar a luz.
Puntualizó Marcial.
-Pero esos dos o tres últimos meses puedo venir a la cueva y organizar los asaltos quedándome en la cueva.
-Por mi no hay problema rubita podemos seguir como tu dices.
-Gracias Juan. ¿Y tu Chato que piensas?
-Si no me queda más remedio pero que sepas que cuando te den antojos no pienso cumplirlos ni te voy a tratar de forma diferente.
-Gracias a todos. Y no podéis decir nada a nadie.
-Como se lo contemos a las ratas, si no salimos de aquí.
Sara beso en la mejilla el Chato en señal de agradecimiento.
-Creó que debo irme al pueblo ya y tú deberías hacer lo mismo Marcial antes de que Flor te eche de menos.
-Me bajo al pueblo contigo Sara y hablamos por el pueblo.
Marcial y Sara se despidieron del resto y se bajaron al pueblo, los dos iban conversando.
-Sara te dije que mantuvieras una vida normal pero ten mucho cuidado es arriesgado lo que quieres hacer.
Le comentó preocupado.
-Marcial no puedo dejar de hacer lo que me gusta, deseo tener el niño y estar con Miguel pero me quiero sentir útil.
-Si te entiendo pero lleva cuidado.
-Muchas gracias por todo.
Sara sonrió.
Quería llegar a la posada para comer y arreglarse había quedado con Miguel a las 8 en la imprenta y tenia ganas de verlo, se sentía feliz los bandoleros ya lo sabían y lo habían aceptado.
Marcial y Flor le prometieron a Sara y Miguel que no dirían nada del embarazo hasta que ellos no dijeran nada.
Era muy tarde cuando Sara y Miguel se fueron de casa de Flor, Miguel la acompaño a la posada no la quería dejar sola tan tarde y al llegar a la posada ella no tuvo que inventarse nada para que Miguel no entrara a su dormitorio fue el mismo el que le dijo que era mejor que descansara sola y se marchó pero no sin antes decirle que se cuidara y que se verían al día siguiente a las 8 de la tarde en la imprenta.
Sara entró en la habitación, el Chato dormía y no quería molestarlo así que se acomodó en el sillón y apoyo los brazos encima del escritorio donde finalmente ella se durmió con la cabeza sobre los brazos, estaba agotada había sentido esa tarde muchas emociones juntas.
Empezó amanecer en Arazana y los primeros rayos despertaron a Sara sin darse cuenta se llevó las manos a la barriga no lo estaba soñando, estaba embarazada y una cosita crecía dentro de ella, iba a ser madre, esta cogio un biombo que tenia al lado del armario plegado y lo abrió detrás de el (para que no la viera el Chato) se cambio de ropa cuando terminó lo guardo en su sitio se peino y cuando se colocaba los pendientes la cajita se cayó al suelo lo que provocó un suave golpe el cual hizo despertar al Chato.
-Buenos días.
Dijo Sara educadamente mientras lo miraba.
-¿Ya ha amanecido?
Pregunto soñoliento y restregándose los ojos.
-Si, es la hora.
El Chato se levantó para marcharse.
-Espera primero déjame bajar a mí para ver si hay gente.
Sara recogió la cajita poniéndola sobre la cómoda y salio de la habitación.
El pasillo estaba desierto, bajo al recibidor y tampoco pero alguien salio de la cocina era una de las chicas de la Maña.
-Buenos días Julia. Parece que somos las únicas madrugadoras.
-Buenos días Sara no, lo que pasa es que ayer por la tarde noche la Maña se llevo a mis compañeras a un pueblo cercano donde había una fiesta.
-Con razón no vi a nadie ayer cuando regrese, pensé que no había nadie por que era muy tarde. ¿Y tú por que no te has ido?
-Es que, la Maña te estaba buscando ayer por la tarde y como no te encontró no quería dejar la posada sola así que me dijo que yo me quedara.
¿Sara te importa quedarte un momento vigilando voy a comprar una cosas que me encargó la Maña antes de irse?
-No te preocupes ve tranquila.
Julia le sonrió agradecidamente cogió una toquilla y salio por la puerta.
Ahora o nunca pensó Sara y subió corriendo a la habitación donde el Chato ya estaba preparado para marcharse.
-Chato ya puedes irte para la cueva y no te muevas de allí que voy enseguida tenemos que hablar de la banda.
-Claro, lo que digas jefa y muchas gracias.
-No hay porque darlas.
El Chato le sonrió y salió lo más deprisa como la herida le permitió.
6. Todos en las cuevas.
Sara terminó de arreglarse y una vez que Julia había regresado a la posada decidió que era hora de ir a la cueva.
Así que cogio el caballo y salio en dirección a la cueva cuando estaba por el camino se encontró a Rafalín con Mantecao y le dijo que había reunión de la banda y que la siguiera este se subió a Mantecao y la siguió hasta la cueva.
Hicieron su habitual silbido y el Chato les respondió y entraron Sara se sorprendió al ver a Juan (Chato se lo había encontrado regresando a la cueva) pero mas se sorprendió al ver a al Galeno.
-Marcial que haces aquí, si se entera Flor no te lo perdonaría.
-Lo se Sara pero tenia que advertirte por tu estado, con Miguel y Flor por en medio no hemos hablado de los problemas.
-Espera un segundo en que estado? ¿Se puede saber que le pasa a Sara?
Intervino Juan.
-Esto no me huele bien.
Regruñó el Chato.
-Os lo diré además tarde o temprano no lo podré ocultar.
-El que Sara.
Dijo Juan preocupado.
-Estoy embarazada de Miguel.
Sonrió tímidamente Sara la idea le iluminaba la cara pero tenia miedo de su reacción.
-Enhorabuena sita Sara que alegría.
Grito Rafalin, que bien me alegro por los dos.
-¿El lo sabe?
Preguntó Juan.
-Si y esta tan ilusionado con la idea como yo. Reconozco que no era el momento para eso…
-Si es un mal momento.
Sentenció el Chato con mala leche.
-Pero no os niego que tengo muchas ganas de tenerlo.
-¿Y que vas hacer ahora?
-Me gustaría seguir como hasta ahora.
-Vamos a ser el hazmerreír de todas la bandas encima de que nos manda una mujer encima esta está preña. Esto es el colmo de los colmos.
Dijo el Chato cabreado.
-Chato quieres dejarla terminar.
Le reprimió Juan.
-Todavía me quedan nueve meses.
-Siete, tienes un par de semanas y luego tienes que descansar no puedes estar por la sierra apuntó de dar a luz.
Puntualizó Marcial.
-Pero esos dos o tres últimos meses puedo venir a la cueva y organizar los asaltos quedándome en la cueva.
-Por mi no hay problema rubita podemos seguir como tu dices.
-Gracias Juan. ¿Y tu Chato que piensas?
-Si no me queda más remedio pero que sepas que cuando te den antojos no pienso cumplirlos ni te voy a tratar de forma diferente.
-Gracias a todos. Y no podéis decir nada a nadie.
-Como se lo contemos a las ratas, si no salimos de aquí.
Sara beso en la mejilla el Chato en señal de agradecimiento.
-Creó que debo irme al pueblo ya y tú deberías hacer lo mismo Marcial antes de que Flor te eche de menos.
-Me bajo al pueblo contigo Sara y hablamos por el pueblo.
Marcial y Sara se despidieron del resto y se bajaron al pueblo, los dos iban conversando.
-Sara te dije que mantuvieras una vida normal pero ten mucho cuidado es arriesgado lo que quieres hacer.
Le comentó preocupado.
-Marcial no puedo dejar de hacer lo que me gusta, deseo tener el niño y estar con Miguel pero me quiero sentir útil.
-Si te entiendo pero lleva cuidado.
-Muchas gracias por todo.
Sara sonrió.
Quería llegar a la posada para comer y arreglarse había quedado con Miguel a las 8 en la imprenta y tenia ganas de verlo, se sentía feliz los bandoleros ya lo sabían y lo habían aceptado.
#4
01/05/2011 21:24
7. ¿Hemos quedado? No te olvides.
Sara iba hacia la posada eran las 3 de la tarde cuando entro por la puerta se encontró con Miguel.
Ambos se abrazaron con cariño iba acalorado y deprisa.
-¿Cariño que haces aquí? ¿Venias a verme?
-No venia a ver a la Maña.
-Ya veo que prefieres a otras.
Rió Sara.
-Sabes que no, que solo me gusta verte a ti y si es a solas mejor.
Dijo picaronamente Miguel mientras la besaba en la mejilla.
-Debo irme, llevo todo el día fuera y Olmedo debe estar furioso que no se te olvide que hemos quedado a las 8 en la imprenta esta noche.
Y antes de que Sara dijera nada le beso las manos y fue hacia su caballo para salir galopando hacia el pueblo.
¿Dónde había estado Miguel? ¿Para que buscaba a la Maña? Se pregunto para si misma Sara, intentó sacarle información pero ella solo ponía malas excusas y decía que era un secreto.
Comió y se fue a dormir un rato no había dormido bien.
Se levantó sobre las seis y media como le quedaba tiempo decidió ir a la imprenta como ahora Marcial trabajaba allí estaba siempre abierta. Se puso dos rosas rojas en el pelo y se retoco la ropa.
Dio un paseo largo por la Alameda y llegó a las siete y media. Marcial ya estaba cerrando.
-Buenas tardes, doctor.
-Buenas tardes, Sara. ¿Como es que vienes tan tarde?
Respondió sonriendo.
-Es que he quedado aquí con Miguel.
-Hola.
Beso en la cara a ambos. Saludo Flor que había venido para irse a casa con Marcial.
Se quedaron un rato hablando. Ya eran casi las 8 cuando Flor preguntó.
-¿Nos vamos amor?
-Claro.
Flor se agarró del brazo de Marcial, ambos se despidieron de Sara y se marcharon a casa de Flor.
Sara cerraba la puerta de la imprenta con llave cuando Miguel la rodeó por la cintura y le besó la cara y el cuello.
-Tengo una sorpresa para ti.
Sara se dio la vuelta y ambos se miraron a los ojos.
-Ah si? ¿Y cual es?
-No seas impaciente.
-Ven, vamos a un sitio.
Miguel le cogio con cariño la mano montaron ambos en su caballo el le tapo los ojos con una venda y le susurró al oído.
-Confía en mi, y déjate la venda hasta que yo te lo diga.
Sara confiaba en el era la persona que mas confiaba se relajo y apoyo su cabeza a su hombro mientras le sujetaba la cintura. Finalmente notó como el caballo se ponía en marcha.
8.Siempre juntos.
Sara iba abrazada a la cintura de Miguel se sentía tan segura a su lado no tenia miedo cuando estaba junto a el.
Al rato de notar el movimiento del caballo notó que se paraban.
-Ya hemos llegado.
Sara extendió los brazos para que Miguel la ayudara a bajar, este la cogio entre sus brazos y la bajo el suelo. Con una mano rodeo su cintura por detrás y con la otra le cogio la mano y la hizo avanzar cinco pasos.
-Espero que te guste.
Miguel le destapo los ojos a Sara esta no pudo creer lo que veía era precioso.
Estaban en el rió donde había una mini-cascada con rocas (lugar donde Sara estaba con Roberto tirando piedras) cerca de la orilla había un mantel y sobre el platos con comida, un jarrón con flores y una vela, alrededor del mantel habían velas haciendo la forma de un corazón.
El cielo estaba despejado creando un clima muy romántico ya que se veían muchas estrellas las cuales se reflejaban en el río.
A Sara al verlo se le saltaron las lágrimas.
-Es precioso Miguel muchísimas gracias.
-Tú te lo mereces todo Sara.
Miguel cogio en brazos a Sara, la dejo sobre el mantel y el se sentó a su lado.
-Para esto estaba hoy en la posada, la Maña me ha ayudado a preparar toda la comida.
-Es muy buena conmigo.
-Si te quiere mucho.
Empezaron a cenar y estuvieron hablando del bebe, del pueblo mientras se dedicaban caricias y palabras bonitas.
Ambos se sentían en el cielo estaban tan relajados y felices que en esos momentos solo existían ellos y su hijo.
-Sara hoy no he estado en Arazana en toda la mañana.
-¿Y donde has estado?
-En un pueblo un poco lejos de aquí.
-¿A pasado algo? ¿Por qué has ido lejos?
Preguntó Sara con inquietud.
-Por ti.
Dijo cariñosamente Miguel.
-¿Por mi?
-Si es que te quería comprar una cosa y me han dicho que esa persona vendía lo que yo buscaba.
Mientras decía esto Miguel saco una bonita cajita de madera y la abrió preguntándole a Sara y esta se le resbalaban lágrimas
-Sara eres la persona que mas quiero y va a ser la madre de mi hijo por eso te pido que te cases conmigo ¿Te gustaría casarte conmigo Sara Reeves?
Pero no consiguió terminar de abrirla ya que Sara se tiro encima de él y empezó a besarlo con pasión el dejo la cajita al lado y le respondió ambos se levantaron empezaron a abrazarse, acariciarse empezaron a moverse (casi se queman con una vela) y antes de que se dieran cuenta ambos cayeron al río. Al verse empapados empezaron a reír y se volvieron a besar con pasión, se quitaron la ropa e hicieron el amor en el agua del río con cariño y pasión al terminar se durmieron abrazados Miguel apoyado a una roca y Sara con la espalda apoyada a su pecho y entre sus brazos.
Cuando amaneció ambos todavía dormían el primero en despertar fue Miguel.
-Sara debemos irnos o nos pillaran aquí.
Le dijo dulcemente mientras le besaba los labios.
Sara despertó.
-¿No nos podemos quedar aquí toda la vida?
-Sara tenemos cosas que hacer y una de ellas es responderme a lo que te pregunte anoche.
-Miguel sabes de sobra la respuesta, te quiero y claro que me casaré contigo.
Se besaron nuevamente. Al salir ambos se vistieron y Miguel le entregó un bonito anillo de oro y una pequeña piedra en el centro a Sara le encantó y el se lo colocó en el dedo.
-Que te parece dentro de un mes.
-Por mi me casaba ahora mismo contigo, te quiero.
-Yo también te quiero.
Sara iba hacia la posada eran las 3 de la tarde cuando entro por la puerta se encontró con Miguel.
Ambos se abrazaron con cariño iba acalorado y deprisa.
-¿Cariño que haces aquí? ¿Venias a verme?
-No venia a ver a la Maña.
-Ya veo que prefieres a otras.
Rió Sara.
-Sabes que no, que solo me gusta verte a ti y si es a solas mejor.
Dijo picaronamente Miguel mientras la besaba en la mejilla.
-Debo irme, llevo todo el día fuera y Olmedo debe estar furioso que no se te olvide que hemos quedado a las 8 en la imprenta esta noche.
Y antes de que Sara dijera nada le beso las manos y fue hacia su caballo para salir galopando hacia el pueblo.
¿Dónde había estado Miguel? ¿Para que buscaba a la Maña? Se pregunto para si misma Sara, intentó sacarle información pero ella solo ponía malas excusas y decía que era un secreto.
Comió y se fue a dormir un rato no había dormido bien.
Se levantó sobre las seis y media como le quedaba tiempo decidió ir a la imprenta como ahora Marcial trabajaba allí estaba siempre abierta. Se puso dos rosas rojas en el pelo y se retoco la ropa.
Dio un paseo largo por la Alameda y llegó a las siete y media. Marcial ya estaba cerrando.
-Buenas tardes, doctor.
-Buenas tardes, Sara. ¿Como es que vienes tan tarde?
Respondió sonriendo.
-Es que he quedado aquí con Miguel.
-Hola.
Beso en la cara a ambos. Saludo Flor que había venido para irse a casa con Marcial.
Se quedaron un rato hablando. Ya eran casi las 8 cuando Flor preguntó.
-¿Nos vamos amor?
-Claro.
Flor se agarró del brazo de Marcial, ambos se despidieron de Sara y se marcharon a casa de Flor.
Sara cerraba la puerta de la imprenta con llave cuando Miguel la rodeó por la cintura y le besó la cara y el cuello.
-Tengo una sorpresa para ti.
Sara se dio la vuelta y ambos se miraron a los ojos.
-Ah si? ¿Y cual es?
-No seas impaciente.
-Ven, vamos a un sitio.
Miguel le cogio con cariño la mano montaron ambos en su caballo el le tapo los ojos con una venda y le susurró al oído.
-Confía en mi, y déjate la venda hasta que yo te lo diga.
Sara confiaba en el era la persona que mas confiaba se relajo y apoyo su cabeza a su hombro mientras le sujetaba la cintura. Finalmente notó como el caballo se ponía en marcha.
8.Siempre juntos.
Sara iba abrazada a la cintura de Miguel se sentía tan segura a su lado no tenia miedo cuando estaba junto a el.
Al rato de notar el movimiento del caballo notó que se paraban.
-Ya hemos llegado.
Sara extendió los brazos para que Miguel la ayudara a bajar, este la cogio entre sus brazos y la bajo el suelo. Con una mano rodeo su cintura por detrás y con la otra le cogio la mano y la hizo avanzar cinco pasos.
-Espero que te guste.
Miguel le destapo los ojos a Sara esta no pudo creer lo que veía era precioso.
Estaban en el rió donde había una mini-cascada con rocas (lugar donde Sara estaba con Roberto tirando piedras) cerca de la orilla había un mantel y sobre el platos con comida, un jarrón con flores y una vela, alrededor del mantel habían velas haciendo la forma de un corazón.
El cielo estaba despejado creando un clima muy romántico ya que se veían muchas estrellas las cuales se reflejaban en el río.
A Sara al verlo se le saltaron las lágrimas.
-Es precioso Miguel muchísimas gracias.
-Tú te lo mereces todo Sara.
Miguel cogio en brazos a Sara, la dejo sobre el mantel y el se sentó a su lado.
-Para esto estaba hoy en la posada, la Maña me ha ayudado a preparar toda la comida.
-Es muy buena conmigo.
-Si te quiere mucho.
Empezaron a cenar y estuvieron hablando del bebe, del pueblo mientras se dedicaban caricias y palabras bonitas.
Ambos se sentían en el cielo estaban tan relajados y felices que en esos momentos solo existían ellos y su hijo.
-Sara hoy no he estado en Arazana en toda la mañana.
-¿Y donde has estado?
-En un pueblo un poco lejos de aquí.
-¿A pasado algo? ¿Por qué has ido lejos?
Preguntó Sara con inquietud.
-Por ti.
Dijo cariñosamente Miguel.
-¿Por mi?
-Si es que te quería comprar una cosa y me han dicho que esa persona vendía lo que yo buscaba.
Mientras decía esto Miguel saco una bonita cajita de madera y la abrió preguntándole a Sara y esta se le resbalaban lágrimas
-Sara eres la persona que mas quiero y va a ser la madre de mi hijo por eso te pido que te cases conmigo ¿Te gustaría casarte conmigo Sara Reeves?
Pero no consiguió terminar de abrirla ya que Sara se tiro encima de él y empezó a besarlo con pasión el dejo la cajita al lado y le respondió ambos se levantaron empezaron a abrazarse, acariciarse empezaron a moverse (casi se queman con una vela) y antes de que se dieran cuenta ambos cayeron al río. Al verse empapados empezaron a reír y se volvieron a besar con pasión, se quitaron la ropa e hicieron el amor en el agua del río con cariño y pasión al terminar se durmieron abrazados Miguel apoyado a una roca y Sara con la espalda apoyada a su pecho y entre sus brazos.
Cuando amaneció ambos todavía dormían el primero en despertar fue Miguel.
-Sara debemos irnos o nos pillaran aquí.
Le dijo dulcemente mientras le besaba los labios.
Sara despertó.
-¿No nos podemos quedar aquí toda la vida?
-Sara tenemos cosas que hacer y una de ellas es responderme a lo que te pregunte anoche.
-Miguel sabes de sobra la respuesta, te quiero y claro que me casaré contigo.
Se besaron nuevamente. Al salir ambos se vistieron y Miguel le entregó un bonito anillo de oro y una pequeña piedra en el centro a Sara le encantó y el se lo colocó en el dedo.
-Que te parece dentro de un mes.
-Por mi me casaba ahora mismo contigo, te quiero.
-Yo también te quiero.
#5
01/05/2011 21:24
9. Se lo dicen a los demás.Apartado 1
Sara entro a hurtadillas a la posada, Miguel se había ido a cambiarse ambos estaban empapados. Cuando iba ya por el pasillo oyó a la Maña chillar.
-¿Se puede saber quien me ha puesto el suelo hecho un cristo? ¿Cuando lo pille se va ha enterar?
Sara se asomo a las escaleras solo estaba la Maña.
-Lo siento Maña he sido yo.
A la Maña se le cambió la cara al ver que había sido ella y con semblante serio pero con voz cariñosa le dijo. Al hablar se dio cuenta de su ropa.
-Sara ten más cuidado la próxima vez pero Saritica estas empapada ¿que a pasado? ¿Tan mal ha acabado la cena con el teniente’
-No podía haber acabado de mejor manera Maña.-Dijo atontadamente.-Me acompañas a la habitación y te cuento.
-Claro que si ve ya a cambiarte no te cojas una pulmonía mientras yo friego esto y voy a tu cuarto.
Sara fue a su cuarto era primavera y quedaba poco para el verano y no tenia mucho frió. Se quitó la ropa empapada y se cambio al rato cuando se secaba el pelo con la toalla la Maña llamó a la puerta.
La dejo pasar y cerró la puerta.
-Haber cuéntame Sara ¿Que os ha pasado?
-De todo.
Rió Sara.
-¿No os habréis peleado?
-Ha pasado de todo menos eso.
-Uf! que alegría.
Maña respiro aliviada.
-Maña para nosotros se acabaron las peleas.
Sara le mostró el anillo a la Maña que salto de un brinco de la cama para cogerle la mano y verlo bien.
-Sara es precioso.
-Y también la forma de pedírmelo es tan adorable. Muchas gracias por ayudarlo con la comida todo estaba buenísimo.
-No tienes nada que agradecerme nada, me alegro tanto por ti.
A la Maña se le saltaron las lágrimas y ambas se abrazaron fuertemente como una madre y una hija.
Al separarse se quedaron cogidas de la mano.
-Sara ¿y que te vas a poner?
-No tengo ni idea y es dentro de un mes.
-¿Dentro de un mes chiquilla? vamos a tener que empezar ya con los preparativos y por el vestido no te preocupes compramos tela y hay unas señoras que saben bordar y coser muy bien y te harán algo tan bonito como tu.
Le toco la cara cariñosamente a Sara y luego le toco la barriga mientras la Maña decía.
Además con el tipito que tienes todo te quedara genial pero al tocarle la barriga la Maña cayó.
-Sarita te están sentando muy bien las comidas de aquí. No te ofendas pero parece que tienes barriguita.
-A ti no te puedo ocultar nada es que ha pasado otra cosa maravillosa.
-¿Tan maravillosa como la boda con el ser amado?
-Tan maravillosa como un embarazo.
-¿Sara…estas…embarazada?
-Si.
Sara grito de felicidad y ambas se volvieron abrazar ambas fuertemente.
-Que alegría Sara ah con razón tenéis un poco de prisa.
-Es uno de los motivos la verdad, la otra es que amo al padre del niño y deseo ser su esposa.
-Pues vamonos ya a empezar a organizar la fiesta.
Ambas se arreglaron y se fueron al pueblo de camino se encontraron con Flor que se alegro muchísimo con la noticia y las acompaño.
Fueron a mirar la tela y las cosas para la boda.
Y después de comer fue a la cueva a avisar a los bandoleros pero estos no se sorprendieron sabían que tarde o temprano acabarían casados y le felicitaron por el enlace la respetaban.
Después volvió a la posada a descansar.
9.Se lo dicen a los demás.Apartado2
Cuando despertó se arreglo el pelo y quitándose las arrugas de la falda salio por la puerta de la habitación cuando llegó a la escalera no puedo evitar sonreír Miguel se encontraba allí hablando con la Maña. Esta al verla la saludo pero llegó un cliente y tubo que ir a atenderlo.
Lo saludo con un besito cariñoso en la mejilla.
-¿Que gusto me da verte?
-A mí también.
-He venido para hablar con la Maña. Le he preguntado si quería ser la madrina.
Sara puso cara seria.
-Sin consultarme!
Miguel se puso nervioso no quería que se enfadara porque se molestaba.
-Bueno…yo pensé…
Al notarlo nervioso y tartamudo Sara sonrió.
-Miguel es broma y me parece una idea genial sabes que es como una madre para mi.
Sara lo besó en la frente.
Cosa que a Miguel le encantó y sonrió.
-Veo que ya estas con los preparativos y yo también.
-¿Así, y cuales son los tuyo?
-Ya lo sabrás, no seas impaciente que es una sorpresa.
-Si es tan bonita como la de anoche estoy deseando verla o recibirla.
-Sara voy hablar con Pepe y el padre Damián para la boda ¿te gustaría acompañarme?
-Por su puesto que te acompaño.
Sara se agarró a su brazo y ambos se despidieron de la Maña y marcharon hacia el pueblo.
Se encontraron al cura cuando este salía de la Iglesia se pararon a hablar con el para darle la noticia cosa que el padre Damián le encantó y felicito a ambos.
-¿Entonces padre nos podrá casar en un mes?
Pregunto Miguel ilusionado Sara no se había despegado de su brazo.
-Me temo que no.
Dijo serio el padre Damián.
-¿Porque?
Preguntó Sara angustiada.
-Señorita usted no es de nuestra religión.
-¿Pero padre no se puede hacer nada?
Miguel y Sara empezaban a angustiarse.
-Si la hay, y es que ella se bautice.
-Me bautizare y me haré católica.
Dijo firmemente Sara lo que hizo que Miguel sonriera ella se cambiaria de religión por el.
-Pues dentro de una semana te bautizare y en un mes os caso.
-Muchas gracias.
Dijeron ambos.
-No pienso dejar a Arazana sin la boda del año con la bonita pareja que hacen y a usted señorita después la buscaré para que hablemos de su bautismo.
Ambos volvieron a agradecérselo y el padre Damián se marchaba dejándolos solo en la plaza estaba vacía todo el mundo estaba o trabajando o en la taberna de Pepe.
Miguel miró a los ojos a Sara la agarró por la cintura.
-Te quiero.
Y la besó en los labios.
Pero como todo no podía ser felicidad en ese momento apareció Olmedo que salía del cuartel.
Se acercó a ellos y estos al verlo se separaron. Puso cara de mala leche al verlos tan felices y sin saludar dijo.
-Creo que sabe teniente que hay tener decoro y tengo razón, además no están casados no pueden ir besándose por la calle con dos cualquiera.
-No estamos casados pero pronto lo estaremos.
Sara le pego el anillo a la cara para que lo viera bien y sonrió, al ver el gesto de Sara, Miguel también sonrió.
-Se casan que alegría.
-No se ha cínico capitán sabemos que no le agrada en absoluto.
-¿Tanto se me nota?
-Pues si capitán.
Sentenció Miguel.
-Pero nos da igual su opinión.
Soltó felizmente Sara.
-Teniente al cuartel inmediatamente.
Quería pagar su mala leche con Miguel.
-Capitán es mi tarde libre.
-Pues que sepa que no le pienso dar ningún día libre después de la boda.
-El reglamente dice que tengo derecho a dos días de asuntos propios y los voy a coger después de la boda.
Olmedo se tuvo que morder la lengua estaba que echaba humo, mientras que Miguel y Sara seguían igual de felices.
-Buenos que sean felices.
Olmedo se fue al cuartel y mientras se alejaba Sara le gritó
-No se preocupe lo seremos.
Sara y Miguel se fueron a la taberna.
Sara entro a hurtadillas a la posada, Miguel se había ido a cambiarse ambos estaban empapados. Cuando iba ya por el pasillo oyó a la Maña chillar.
-¿Se puede saber quien me ha puesto el suelo hecho un cristo? ¿Cuando lo pille se va ha enterar?
Sara se asomo a las escaleras solo estaba la Maña.
-Lo siento Maña he sido yo.
A la Maña se le cambió la cara al ver que había sido ella y con semblante serio pero con voz cariñosa le dijo. Al hablar se dio cuenta de su ropa.
-Sara ten más cuidado la próxima vez pero Saritica estas empapada ¿que a pasado? ¿Tan mal ha acabado la cena con el teniente’
-No podía haber acabado de mejor manera Maña.-Dijo atontadamente.-Me acompañas a la habitación y te cuento.
-Claro que si ve ya a cambiarte no te cojas una pulmonía mientras yo friego esto y voy a tu cuarto.
Sara fue a su cuarto era primavera y quedaba poco para el verano y no tenia mucho frió. Se quitó la ropa empapada y se cambio al rato cuando se secaba el pelo con la toalla la Maña llamó a la puerta.
La dejo pasar y cerró la puerta.
-Haber cuéntame Sara ¿Que os ha pasado?
-De todo.
Rió Sara.
-¿No os habréis peleado?
-Ha pasado de todo menos eso.
-Uf! que alegría.
Maña respiro aliviada.
-Maña para nosotros se acabaron las peleas.
Sara le mostró el anillo a la Maña que salto de un brinco de la cama para cogerle la mano y verlo bien.
-Sara es precioso.
-Y también la forma de pedírmelo es tan adorable. Muchas gracias por ayudarlo con la comida todo estaba buenísimo.
-No tienes nada que agradecerme nada, me alegro tanto por ti.
A la Maña se le saltaron las lágrimas y ambas se abrazaron fuertemente como una madre y una hija.
Al separarse se quedaron cogidas de la mano.
-Sara ¿y que te vas a poner?
-No tengo ni idea y es dentro de un mes.
-¿Dentro de un mes chiquilla? vamos a tener que empezar ya con los preparativos y por el vestido no te preocupes compramos tela y hay unas señoras que saben bordar y coser muy bien y te harán algo tan bonito como tu.
Le toco la cara cariñosamente a Sara y luego le toco la barriga mientras la Maña decía.
Además con el tipito que tienes todo te quedara genial pero al tocarle la barriga la Maña cayó.
-Sarita te están sentando muy bien las comidas de aquí. No te ofendas pero parece que tienes barriguita.
-A ti no te puedo ocultar nada es que ha pasado otra cosa maravillosa.
-¿Tan maravillosa como la boda con el ser amado?
-Tan maravillosa como un embarazo.
-¿Sara…estas…embarazada?
-Si.
Sara grito de felicidad y ambas se volvieron abrazar ambas fuertemente.
-Que alegría Sara ah con razón tenéis un poco de prisa.
-Es uno de los motivos la verdad, la otra es que amo al padre del niño y deseo ser su esposa.
-Pues vamonos ya a empezar a organizar la fiesta.
Ambas se arreglaron y se fueron al pueblo de camino se encontraron con Flor que se alegro muchísimo con la noticia y las acompaño.
Fueron a mirar la tela y las cosas para la boda.
Y después de comer fue a la cueva a avisar a los bandoleros pero estos no se sorprendieron sabían que tarde o temprano acabarían casados y le felicitaron por el enlace la respetaban.
Después volvió a la posada a descansar.
9.Se lo dicen a los demás.Apartado2
Cuando despertó se arreglo el pelo y quitándose las arrugas de la falda salio por la puerta de la habitación cuando llegó a la escalera no puedo evitar sonreír Miguel se encontraba allí hablando con la Maña. Esta al verla la saludo pero llegó un cliente y tubo que ir a atenderlo.
Lo saludo con un besito cariñoso en la mejilla.
-¿Que gusto me da verte?
-A mí también.
-He venido para hablar con la Maña. Le he preguntado si quería ser la madrina.
Sara puso cara seria.
-Sin consultarme!
Miguel se puso nervioso no quería que se enfadara porque se molestaba.
-Bueno…yo pensé…
Al notarlo nervioso y tartamudo Sara sonrió.
-Miguel es broma y me parece una idea genial sabes que es como una madre para mi.
Sara lo besó en la frente.
Cosa que a Miguel le encantó y sonrió.
-Veo que ya estas con los preparativos y yo también.
-¿Así, y cuales son los tuyo?
-Ya lo sabrás, no seas impaciente que es una sorpresa.
-Si es tan bonita como la de anoche estoy deseando verla o recibirla.
-Sara voy hablar con Pepe y el padre Damián para la boda ¿te gustaría acompañarme?
-Por su puesto que te acompaño.
Sara se agarró a su brazo y ambos se despidieron de la Maña y marcharon hacia el pueblo.
Se encontraron al cura cuando este salía de la Iglesia se pararon a hablar con el para darle la noticia cosa que el padre Damián le encantó y felicito a ambos.
-¿Entonces padre nos podrá casar en un mes?
Pregunto Miguel ilusionado Sara no se había despegado de su brazo.
-Me temo que no.
Dijo serio el padre Damián.
-¿Porque?
Preguntó Sara angustiada.
-Señorita usted no es de nuestra religión.
-¿Pero padre no se puede hacer nada?
Miguel y Sara empezaban a angustiarse.
-Si la hay, y es que ella se bautice.
-Me bautizare y me haré católica.
Dijo firmemente Sara lo que hizo que Miguel sonriera ella se cambiaria de religión por el.
-Pues dentro de una semana te bautizare y en un mes os caso.
-Muchas gracias.
Dijeron ambos.
-No pienso dejar a Arazana sin la boda del año con la bonita pareja que hacen y a usted señorita después la buscaré para que hablemos de su bautismo.
Ambos volvieron a agradecérselo y el padre Damián se marchaba dejándolos solo en la plaza estaba vacía todo el mundo estaba o trabajando o en la taberna de Pepe.
Miguel miró a los ojos a Sara la agarró por la cintura.
-Te quiero.
Y la besó en los labios.
Pero como todo no podía ser felicidad en ese momento apareció Olmedo que salía del cuartel.
Se acercó a ellos y estos al verlo se separaron. Puso cara de mala leche al verlos tan felices y sin saludar dijo.
-Creo que sabe teniente que hay tener decoro y tengo razón, además no están casados no pueden ir besándose por la calle con dos cualquiera.
-No estamos casados pero pronto lo estaremos.
Sara le pego el anillo a la cara para que lo viera bien y sonrió, al ver el gesto de Sara, Miguel también sonrió.
-Se casan que alegría.
-No se ha cínico capitán sabemos que no le agrada en absoluto.
-¿Tanto se me nota?
-Pues si capitán.
Sentenció Miguel.
-Pero nos da igual su opinión.
Soltó felizmente Sara.
-Teniente al cuartel inmediatamente.
Quería pagar su mala leche con Miguel.
-Capitán es mi tarde libre.
-Pues que sepa que no le pienso dar ningún día libre después de la boda.
-El reglamente dice que tengo derecho a dos días de asuntos propios y los voy a coger después de la boda.
Olmedo se tuvo que morder la lengua estaba que echaba humo, mientras que Miguel y Sara seguían igual de felices.
-Buenos que sean felices.
Olmedo se fue al cuartel y mientras se alejaba Sara le gritó
-No se preocupe lo seremos.
Sara y Miguel se fueron a la taberna.
#6
01/05/2011 21:26
Pero no lo has colgado todo, no? Te faltan varios trozos al inicio....
#7
01/05/2011 21:27
tienes razon perdon enseguida lo copio
#8
01/05/2011 21:48
9.Se lo dicen a los demás. Apartado 3
Sara y Miguel entraron en la taberna del brazo, Pepe estaba sirviendo Chatos en la barra mientras Julieta los servia ambos se acercaron a el y Julieta al verlos fue a reunirse con ellos.
Miguel empezó a hablar.
-Pepe queremos decirte que Sara y yo queremos casarnos y nos gustaría celebrar una pequeña fiesta.
-Que me contáis que alegría, felicidad y buena noticia es esa para Arazana.
-Si felicidades hacéis una bonita pareja.
-Gracias.
Dijeron a la vez.
-¿Julieta me gustaría preguntarte una cosa?
-Claro pregunta Sara.
-Me gustaría que tu y Flor fuerais mis damas de honor, ella me ha dicho que si y me gustaría que tu me dijeras lo mismo.
-Por supuesto que si Sara.
Julieta salio detrás de la barra y abrazó a Sara.
-Por la fiesta no os preocupéis nosotros nos encargamos ¿verdad papa?
-Claro que si nosotros todos nos encargaremos, será vuestro regalo de bodas, una gran fiesta en la plaza.
-Pues muchas gracias Pepe.
En ese momento apareció Morales por la puerta, Sara y Miguel se sentaron con el en una mesa.
-Morales lo estábamos buscando para preguntarle una cosa.
-¿De que se trata mi lady?
Sara sonrió a Miguel y contesto a Morales.
-Con el permiso de mi futuro marido…
-Claro que lo tienes.
La cortó Miguel.
-Gracias mi amor.
-Como decía con el permiso de mi futuro marido me gustaría preguntarle si le gustaría ser el padrino de nuestra boda.
-Espere un momento.-Morales necesitaba asimilarlo.- Se casan pero que alegría vengan y dame un abrazo teniente.
Ambos se abrazaron y se volvieron a sentar y le beso la mano a Sara.
-Pues claro que acepto.
Ambos brindaron por ello y se quedaron hablando de ello un rato.
Poco después Miguel y Sara abandonaron la taberna despidiéndose de los presentes.
Iban de camino hacia la posada cuando Sara se detuvo.
-Amor tenemos que contarle lo de la boda a Roberto antes de que se entere por otras personas.
-Estoy deacuerdo contigo mi amor, ¿vamos a verlo ahora?
-Mejor ahora que después.
Ambos cambiaron de rumbo.
Al llegar a la entrada saludaron a Cosme que estaba sentado en una silla y Carmen que estaba tendiendo unas sabanas.
-¿Esta Roberto?
Pregunto Sara.
-Si voy a llamarlo.
Dijo Cosme mientras se levantaba y entraba en la casa al ratito salio Cosme con Roberto. Este saludo a ambos.
-Queríamos darle la noticia de que nos vamos a casar dentro de un mes y están todos invitados.
Carmen y Cosme los felicitaron pero Roberto permaneció sentado en la silla serio, Miguel y Sara se miraban, hasta que se levanto y se acercó a Miguel.
Sara tuvo miedo a que se pelearan e instintivamente se agarró el brazo de Miguel. Pero Roberto no hizo nada miro a los ojos a Miguel, sonrió, y le tendió la mano la cual Miguel estrechó.
-Muchas felicidades a ambos.
-Gracias.
-Miguel estos últimos días me ha dado cuenta como eres, me has ayudado y siempre te lo agradeceré por eso creo que Sara será muy feliz a tu lado.
-Muchas gracias, Roberto.
Solo es la verdad.
Le volvió a extender el brazo pero Miguel lo abrazó directamente.
Sara no sabia porque pero se le saltaron las lágrimas si era por las hormonas del embarazo pero se dio cuenta de que en realidad si sabia porque lloraba, era completamente feliz.
Sara y Miguel entraron en la taberna del brazo, Pepe estaba sirviendo Chatos en la barra mientras Julieta los servia ambos se acercaron a el y Julieta al verlos fue a reunirse con ellos.
Miguel empezó a hablar.
-Pepe queremos decirte que Sara y yo queremos casarnos y nos gustaría celebrar una pequeña fiesta.
-Que me contáis que alegría, felicidad y buena noticia es esa para Arazana.
-Si felicidades hacéis una bonita pareja.
-Gracias.
Dijeron a la vez.
-¿Julieta me gustaría preguntarte una cosa?
-Claro pregunta Sara.
-Me gustaría que tu y Flor fuerais mis damas de honor, ella me ha dicho que si y me gustaría que tu me dijeras lo mismo.
-Por supuesto que si Sara.
Julieta salio detrás de la barra y abrazó a Sara.
-Por la fiesta no os preocupéis nosotros nos encargamos ¿verdad papa?
-Claro que si nosotros todos nos encargaremos, será vuestro regalo de bodas, una gran fiesta en la plaza.
-Pues muchas gracias Pepe.
En ese momento apareció Morales por la puerta, Sara y Miguel se sentaron con el en una mesa.
-Morales lo estábamos buscando para preguntarle una cosa.
-¿De que se trata mi lady?
Sara sonrió a Miguel y contesto a Morales.
-Con el permiso de mi futuro marido…
-Claro que lo tienes.
La cortó Miguel.
-Gracias mi amor.
-Como decía con el permiso de mi futuro marido me gustaría preguntarle si le gustaría ser el padrino de nuestra boda.
-Espere un momento.-Morales necesitaba asimilarlo.- Se casan pero que alegría vengan y dame un abrazo teniente.
Ambos se abrazaron y se volvieron a sentar y le beso la mano a Sara.
-Pues claro que acepto.
Ambos brindaron por ello y se quedaron hablando de ello un rato.
Poco después Miguel y Sara abandonaron la taberna despidiéndose de los presentes.
Iban de camino hacia la posada cuando Sara se detuvo.
-Amor tenemos que contarle lo de la boda a Roberto antes de que se entere por otras personas.
-Estoy deacuerdo contigo mi amor, ¿vamos a verlo ahora?
-Mejor ahora que después.
Ambos cambiaron de rumbo.
Al llegar a la entrada saludaron a Cosme que estaba sentado en una silla y Carmen que estaba tendiendo unas sabanas.
-¿Esta Roberto?
Pregunto Sara.
-Si voy a llamarlo.
Dijo Cosme mientras se levantaba y entraba en la casa al ratito salio Cosme con Roberto. Este saludo a ambos.
-Queríamos darle la noticia de que nos vamos a casar dentro de un mes y están todos invitados.
Carmen y Cosme los felicitaron pero Roberto permaneció sentado en la silla serio, Miguel y Sara se miraban, hasta que se levanto y se acercó a Miguel.
Sara tuvo miedo a que se pelearan e instintivamente se agarró el brazo de Miguel. Pero Roberto no hizo nada miro a los ojos a Miguel, sonrió, y le tendió la mano la cual Miguel estrechó.
-Muchas felicidades a ambos.
-Gracias.
-Miguel estos últimos días me ha dado cuenta como eres, me has ayudado y siempre te lo agradeceré por eso creo que Sara será muy feliz a tu lado.
-Muchas gracias, Roberto.
Solo es la verdad.
Le volvió a extender el brazo pero Miguel lo abrazó directamente.
Sara no sabia porque pero se le saltaron las lágrimas si era por las hormonas del embarazo pero se dio cuenta de que en realidad si sabia porque lloraba, era completamente feliz.
#9
01/05/2011 21:55
nena que bonito llevo media hora leyendo y no me canso tengo ganas de ver el final YA Ojala que pasase asi enla telenovela ivamos todas a llorar de felicidad sigue corre ya se que soy muy pesada pero es que me encanta
#10
01/05/2011 22:00
Me encanta el relato y eso que yo no soy de las que quiere que Miguel y Sara se casen.
No quiero decir que no estén juntos y eso.........claro, pero no quiero embarazarlos ni casarlos tan pronto y , a pesar de eso, me encanta tu historia fandemi.
No quiero decir que no estén juntos y eso.........claro, pero no quiero embarazarlos ni casarlos tan pronto y , a pesar de eso, me encanta tu historia fandemi.
#11
01/05/2011 22:00
voy a empezar a escribirlo cuando este lo pongo.
faraona no os vais a librar tan facilmente de mi
esta parte que voy a escribir no es el final me queda muuucha historia.
faraona no os vais a librar tan facilmente de mi
esta parte que voy a escribir no es el final me queda muuucha historia.
#12
01/05/2011 22:07
Gracias, fandemi, ha sido muy buena idea ponerlo todo junto en un post.
Y me alegra el que tengas un monton de ideas para la historia!! Sigue asi!!
Y me alegra el que tengas un monton de ideas para la historia!! Sigue asi!!
#13
01/05/2011 22:52
Genial, todo junto, así no me lío, que últimamente no doy una.
Muchas gracias, ¿para cuando la boda?
Muchas gracias, ¿para cuando la boda?
#14
01/05/2011 23:05
para dentro de cinco minutos la estoy terminando ya.
#15
01/05/2011 23:10
Fandemi, estupendo que esté todo junto........es que ya no sabia donde buscarlos...
Sigue con la historia......me encanta,,,,,
Gracias, gracias.....
Sigue con la historia......me encanta,,,,,
Gracias, gracias.....
#16
01/05/2011 23:13
10. Sara ya estaba bautizada y todo el pueblo estaba encantado con los preparativos de la plaza.
Había pasado un mes y era el día de la boda, se levantó muy temprano y empezó a peinarse estaba nerviosa, todo estaba preparado, el vestido y la chaquetilla estaba sobre la silla al lado de esta estaban los botines de encaje y el ramo de flores (rosas rojas y azahar) sobre el escritorio en un jarrón con agua.
Al rato llego la Maña iba muy guapa llevaba un vestido rojo y el pelo recogido con una peineta y mantilla negra.
Sara se puso el vestido, era atado al cuello y con escote en pico, ajustado por la cintura y con caída, y con un fino bordado el color blanco le sentaba muy bien.
Sara se miró en el espejo mientras la Maña le recogía los pelos que le caía por la cara hacia atrás y se los sujeto con una pequeña peineta de plata y brillantes.
Sara se acariciaba el vientre le había crecido un poco pero todavía podía disimularla ya tenia 2 meses de embarazo.
-Estaba preocupada por si no me venia el vestido.
-¿Pero Sara no crees que se te marca mucho el vientre?
-La verdad es que si y ahora como lo disimulo la chaquetita es corta.
Se preocupo Sara.
-Espera que tengo la solución.
La Maña salio de la habitación y a los pocos minutos apareció con una tela de seda dorada. Y con ella le rodeo a Sara el vientre de manera que no se le notaba el embarazo.
El conjunto quedaba especial, era precioso y ella estaba preciosa. La Maña le ayudo a colocarse la chaquetilla y le entrego el ramo.
Se puso los botines y bajó al recibidor allí estaba Morales esperándola con su uniforme de gala.
-Esta preciosa Mi lady.
-Muchas gracias Morales.
En seguida aparecieron Flor y Julieta ambas iban de azul y muy bellas.
La Maña ya se había ido ya que tenía que entrar con Miguel a la iglesia.
Esperaron 15 minutos y todos montaron en una carroza destapada tirada por dos preciosos caballos blancos se los habían regalado Morales y la Maña por su boda como padrinos que eran.
Al llegar a la plaza y verla sonrió de felicidad estaba toda engalanada con flores y farolillos, en el centro había un largo tablero con un mantel blanco y sillas alrededor se veía muy bonita.
Todos la estaban esperando dentro de la iglesia, todos se habían puesto sus mejores vestidos. Las campanas empezaron a sonar.
Flor y Julieta bajaron primero, luego Morales y por ultimo Sara ayudada por Morales.
Sara empezó andar del brazo de Morales con Julieta y Flor delante.
En el altar con el padre Damián estaban Miguel con su uniforme de gala que al verla entrar se le dibujo una sonrisa en la cara a su lado estaba la Maña sonriéndole también.
Podía estar más guapo, al verlo así lo confirmo.
No podía creer que hubiera llegado el día, era tan feliz, iba a empezar una vida junto a él llena de amor y cariño, y junto a su futuro hijo.
Morales junto la mano de Sara con la de Miguel y se puso al lado de la Maña.
Ambos se juraron amor mientras se miraban a los ojos todo el tiempo, se besaron como ya marido y mujer.
Todos empezaron aplaudir con energía.
Salieron de la iglesia cogidos de la mano, una vez fuera le tiraron el arroz y los pétalos de rosa.
Y se volvieron a besar.
-Te quiero señora Romero.
-Y yo te quiero más
-Y yo más.
Sara corto la discusión volviéndolo a besar con ternura.
Después lanzó el ramo alcanzándolo Flor en el aire.
Todos los felicitaron y al rato todos se sentaron en la larga mesa y empezaron a comer. Partieron la tarta. Unos músicos amenizaban la velada.
Sara y Miguel abrieron el baile muy pegado el la estrechaba contra el con un brazo y la otra cogia la mano de Sara que le quedaba libre estaba agarrada a su cuello y lo acariciaba con suavidad mientras apoyaba su cabeza en su pecho y todos se unieron.
-Estas guapísima.
-Y tú pareces un príncipe.
Sonrieron ambos.
Pepe bailo con la Maña, Flor con Marcial, Julieta con Roberto…( cada oveja con su pareja)
Festejaron hasta muy tarde.
Todos ya se estaban yendo, cuando Sara se percató de una cosa.
-¿Miguel donde vamos a vivir? Con todos los preparativos no nos hemos acordado.
-Pues en cualquier sitio que encontremos.
Sonrió Miguel.
-¿Estas loco?
-Si por ti, pero eso no viene a cuento ahora.
-Sara confía, en mi sube a la carroza.
A Sara le pareció una hermosa locura, no sabia a donde la llevaba.
Miguel le ayudo a subir no sin antes despedirse de los invitados restantes.
Y juntos se alejaron de la plaza en la carroza.
CONTINUARA
Gracias por la colaboración a la hora de elegir vestido.
espero que os guste
Había pasado un mes y era el día de la boda, se levantó muy temprano y empezó a peinarse estaba nerviosa, todo estaba preparado, el vestido y la chaquetilla estaba sobre la silla al lado de esta estaban los botines de encaje y el ramo de flores (rosas rojas y azahar) sobre el escritorio en un jarrón con agua.
Al rato llego la Maña iba muy guapa llevaba un vestido rojo y el pelo recogido con una peineta y mantilla negra.
Sara se puso el vestido, era atado al cuello y con escote en pico, ajustado por la cintura y con caída, y con un fino bordado el color blanco le sentaba muy bien.
Sara se miró en el espejo mientras la Maña le recogía los pelos que le caía por la cara hacia atrás y se los sujeto con una pequeña peineta de plata y brillantes.
Sara se acariciaba el vientre le había crecido un poco pero todavía podía disimularla ya tenia 2 meses de embarazo.
-Estaba preocupada por si no me venia el vestido.
-¿Pero Sara no crees que se te marca mucho el vientre?
-La verdad es que si y ahora como lo disimulo la chaquetita es corta.
Se preocupo Sara.
-Espera que tengo la solución.
La Maña salio de la habitación y a los pocos minutos apareció con una tela de seda dorada. Y con ella le rodeo a Sara el vientre de manera que no se le notaba el embarazo.
El conjunto quedaba especial, era precioso y ella estaba preciosa. La Maña le ayudo a colocarse la chaquetilla y le entrego el ramo.
Se puso los botines y bajó al recibidor allí estaba Morales esperándola con su uniforme de gala.
-Esta preciosa Mi lady.
-Muchas gracias Morales.
En seguida aparecieron Flor y Julieta ambas iban de azul y muy bellas.
La Maña ya se había ido ya que tenía que entrar con Miguel a la iglesia.
Esperaron 15 minutos y todos montaron en una carroza destapada tirada por dos preciosos caballos blancos se los habían regalado Morales y la Maña por su boda como padrinos que eran.
Al llegar a la plaza y verla sonrió de felicidad estaba toda engalanada con flores y farolillos, en el centro había un largo tablero con un mantel blanco y sillas alrededor se veía muy bonita.
Todos la estaban esperando dentro de la iglesia, todos se habían puesto sus mejores vestidos. Las campanas empezaron a sonar.
Flor y Julieta bajaron primero, luego Morales y por ultimo Sara ayudada por Morales.
Sara empezó andar del brazo de Morales con Julieta y Flor delante.
En el altar con el padre Damián estaban Miguel con su uniforme de gala que al verla entrar se le dibujo una sonrisa en la cara a su lado estaba la Maña sonriéndole también.
Podía estar más guapo, al verlo así lo confirmo.
No podía creer que hubiera llegado el día, era tan feliz, iba a empezar una vida junto a él llena de amor y cariño, y junto a su futuro hijo.
Morales junto la mano de Sara con la de Miguel y se puso al lado de la Maña.
Ambos se juraron amor mientras se miraban a los ojos todo el tiempo, se besaron como ya marido y mujer.
Todos empezaron aplaudir con energía.
Salieron de la iglesia cogidos de la mano, una vez fuera le tiraron el arroz y los pétalos de rosa.
Y se volvieron a besar.
-Te quiero señora Romero.
-Y yo te quiero más
-Y yo más.
Sara corto la discusión volviéndolo a besar con ternura.
Después lanzó el ramo alcanzándolo Flor en el aire.
Todos los felicitaron y al rato todos se sentaron en la larga mesa y empezaron a comer. Partieron la tarta. Unos músicos amenizaban la velada.
Sara y Miguel abrieron el baile muy pegado el la estrechaba contra el con un brazo y la otra cogia la mano de Sara que le quedaba libre estaba agarrada a su cuello y lo acariciaba con suavidad mientras apoyaba su cabeza en su pecho y todos se unieron.
-Estas guapísima.
-Y tú pareces un príncipe.
Sonrieron ambos.
Pepe bailo con la Maña, Flor con Marcial, Julieta con Roberto…( cada oveja con su pareja)
Festejaron hasta muy tarde.
Todos ya se estaban yendo, cuando Sara se percató de una cosa.
-¿Miguel donde vamos a vivir? Con todos los preparativos no nos hemos acordado.
-Pues en cualquier sitio que encontremos.
Sonrió Miguel.
-¿Estas loco?
-Si por ti, pero eso no viene a cuento ahora.
-Sara confía, en mi sube a la carroza.
A Sara le pareció una hermosa locura, no sabia a donde la llevaba.
Miguel le ayudo a subir no sin antes despedirse de los invitados restantes.
Y juntos se alejaron de la plaza en la carroza.
CONTINUARA
Gracias por la colaboración a la hora de elegir vestido.
espero que os guste
#17
01/05/2011 23:23
PRECIOSA me e imaginado la boda paso a paso x favor continua
#18
01/05/2011 23:25
Preciosa la boda, como preciosos iban los 2!!! Qué maravilla! Gracias, Fandemi.
#19
01/05/2011 23:27
Muy chulo fandemi.
Lo bueno de todo ésto es que al leerlo todo el fin de semana pues nos hemos imaginado en la cabeza cada una de las escenas que narrabáis y claro, es como si hubieramos tenido capítulo hasta el fin de semana incluido ;-)
Y ya mañana, lunes.....
Lo bueno de todo ésto es que al leerlo todo el fin de semana pues nos hemos imaginado en la cabeza cada una de las escenas que narrabáis y claro, es como si hubieramos tenido capítulo hasta el fin de semana incluido ;-)
Y ya mañana, lunes.....
#20
01/05/2011 23:28
uffffffffffffff me he leido cuatro trozos de un golpe y tengo una cara de felicidad, que parezco jili......as ajajajjajaja, sigue por favor.