La Cachetada

es que son los 80, si te ponías tonto tu madre te pegaba un guantazo, un cachete o con la zapatilla; no te escandalices porque era así y ya está.
lo que pasa es que el guantazo no debería habérselo llevado Santiago, pobrecillo que sólo pasaba por allí liándola con su primo, sino María que está insoportable la niña...

de acuerdo con el ultimo comentario, dentro de todo era una cosa normal, pero no deberia haber sido santiago quien recibiera

Parece que no os dais cuenta que la serie transcurre en 1984, y eso era lo más normal del mundo. Anda que no me llevé yo ostias cuando era peque, y aquí estoy sin ningún trauma ni nada por el estilo ... tengo 38 años, saludos!!

Ya salió el buenrollista de salón a quejarse de algo sin tener ni idea de la situación ( no tiene hijos) ni del contexto (fue hace 30 años). No te olvides de comentarlo en twitter.

A mí la cachetada no me escandaliza. Lo que me escandaliza es que no se la haya dado a María, su propia hija, que sí se la merecía. Hay muchas cachetadas, nalgadas y "lo que a ti no te importa, a callar!" que yo rescataría del método antiguo de crianza hoy día. Seguro muchos niños actuales serían menos repelentes e insufribles y habría menos adolescentes hostiables si así fuera. Ni traumas, ni psicólogos ni leches.

Pff...pues yo es que cada vez le tengo más tirria a Antonio, y no soy la única al parecer.
Pero no me escandaliza la torta en si...supongo que en esa época no era tan raro, lo malo es que ni era quien para pegar al niño ni el pobre tenia culpa.

Exactamente, lo que nos escandaliza es que la bofetada se la llevó el pobre Santi sin tener culpa de nada.

Soy de la opinión de que un golpe puntual quizás no traumatice a un niño (de la misma manera que si esta tarde discutís con vuestro vecino y os arrea una bofetada, no os provocará ningún trauma ni tendréis que ir al psicólogo por eso), pero que tampoco le enseña nada excepto que los adultos (primera autoridad que conocemos) tienen derecho a pegarle si no hace lo que ellos consideran correcto. Hay muchas maneras de educar a un niño, ponerle normas y límites, regañarle... sin necesidad de levantarle la mano. Otra cosa es que, como bien decís, estemos hablando de 1984, cuando darle un cachete a los hijos era lo más normal del mundo si alborotaban mucho, e incluso para algunos padres era una "obligación", algo así como "Me duele más a mí que a ti, pero es por tu bien", ya que era lo que habían aprendido y lo que creían de corazón. No obstante, en el capítulo de ayer Antonio le pega a su nieto no porque el crío se esté portando mejor o peor, sino porque está cabreado con sus hijos y lo paga el pobre Santiago. Nada que ver... y Toni, aunque nació en los 50, parece tener una mentalidad muy distinta en ese tema, porque ayer se cabreó pero bien.

Yo creo que Antonio ni miró qué niño era, estaba muy enfadado y sacudió al que más ruido hacía o pasaba más cerca en ese momento. Habría recibido igualmente María si hubiera sido ella quien pasaba por allí.

Que sí, que no va a coger trauma y que aun así no está bien pegar... pero a todos los que tenemos cierta edad nos han dado alguna hostia porque era lo que se hacía entonces, y cuando el padre de familia estaba cabreado y sacaba la mano a pasear no siempre la recibía quien más debía, sino el alborotador que se ponía más a tiro. Y al que no le guste, que de gracias por haber nacido en el siglo XXI

Bueno, todavía se estila lo de la bofetada a tiempo por mucho que vivamos en el siglo XXI, aunque es verdad que menos que antes.

De todas formas hay un detalle a tener en cuenta (supongo): Santi no es hijo de Antonio, sino su nieto. Imagino que en la época daba un poco igual, pero me refiero a que si un padre pega a su hijo no hay nadie "por delante de él" que pueda decirle nada, mientras que si pega al nieto, los padres del niño se le pueden echar al cuello.

La hostia correctiva la da cualqueir adulto de la familia, no importa que sea padre, madre o abuelo/a... aunque la "obligación" de dársela era sólo del padre.
Alguna vez mi abuela me dio con la zapatilla delante de mis padres y no pasaba nada... de hecho, corría el riesgo de llevarme una segunda por parte de ellos como osara cuestionar la autoridad de mi abuela para zurrarme XD
Lo único reprochable a Antonio era que el niño no era el culpable directo de su frustración, aunque eso tampoco solía tener mucha importancia (si la hostia no era un acto grave, dar la hostia a quien no es no puede ser un error grave) y se solucionaba con un "hombre, que para una vez que no ha sido el chiquillo..." XD

Después de todo lo que monto para comprar el muñeco a su nieto :). Pero es cierto que sobraba la bofetada, estaba muy caliente con sus hijos y la acaba pagando el nieto pequeño.

Igual no os habeis fijado en la escena... La escena es:

Antonio está su momento "pongo verde a todo Dios". Concretamente está diciendo "sus verdades" a Carlos, en medio de eso aparecen los dos crios corriendo por el salón y Antonio dice:

- ¡Niños, paraos quietos!

Mientras sigue rajando de Carlos. Los niños siguen:

- Que os paréis quietos, coño ya.

Sigue;

- ¡Santi, ya, me cago en la leche!

Hostia va.

Un tio como Antonio, cabreado, de pronto fácil y a la tercera le suelta una galleta a un mocoso como era habitual en la epoca cuando no se comportaban como debían. Sentaditos y relajados es muy fácil decir "Qué mal... No se puede reaccionar así". Pero Antonio ni estaba sentado, ni estaba relajado, ni se ha caracterizado nunca por su paciencia.

Toni debería haberle soltado el mismo guantazo a su padre. Pues empieza Antonio bien esta temporada.

Hola:
Estoy de acuerdo con vosotros en q n los 80 era habitual q los niños cobrásemos (cobrábamos hasta de los profes) pero creoq no era habitual q los abuelos nos pegasen ( y menos con nuestros padres delante. Tb creó q oriol y maria se la merecían más. Y hablando de maria, me chirría l poco respeto con l q trata a sus padres y sobre todo a su abuela, sobre todo teniendo en cuenta q en aquella época te inculcaban concienciudamente el respeto a los mayores. Tb me pareció fuera de contexto su berrinche por los regalos ya q un niño de los 80 jamás se quejaba por eso (y es más, creó q un vinilo de michael jackson y un qimicefa eran regalos estupendos para una cría de 12 años en l 84, no me quiero imaginar como hubiese reaccionado si le regalaran unas bragas)

En esos años te caía un guantazo a veces simplemente porque pasabas por allí. Y con él te quedabas. La de veces que oí yo aquello de: "ah que no había sido él? Bueno, pues por todas las veces que no le habré pillado". Hostias preventivas, quién no tenía un primo que se llevaba siempre las suyas y una o dos de regalo? :) Así nos criamos muchos en este país y trauma yo creo que no nos ha quedado, porque incluso lo recordamos con una sonrisa. Ahora son otros tiempos.

yo, naciendo en 75 me llevé unas cuantas cachetadas por mis padres y no estoy traumada. Era de lo mas normal. Lo que no es normal es que le permitan a Maria esa actitud, es insufrible sobretodo con su abuela. Me acuerdo que Carlos recibió un trato mucho mas duro y una educación mas firme. Es cierto que Maria a sus padres los pilla mas viejos y que haciendose mayores los padres se ablandan, pero cuanta falta le hace!

He leído vuestros comentarios y, básicamente, estoy de acuerdo en todo. Yo nací en el 75 y un azote no te lo quitaba nadie. Es más, se veía como algo normal y positivo porque servía de lección para aquel niño que se portaba mal. Porque esa es otra, en general y salvo algún pobre incauto que pasaba por ahí y se llevaba un azote que no le correspondía, como Santiago el otro día, la mayoría de los azotes estaban justificados. No estoy diciendo con ello que haya que sacudir a un niño para que aprenda, no, solo hablo de un azote que no hace daño alguno y que sirve para recordar la autoridad. Además del azote estaban los castigos que correspondieran que tampoco eran para traumatizarse y que servían para enseñarte un poco de educación y de buenas formas. No solo no estoy traumatizado, sino que agradezco en el alma el haberme llevado algún azote (pocos, porque mis padres siempre han sido tranquilos para eso) y algún que otro castigo. Viendo a los niños y jóvenes de hoy en día, creo sinceramente que no era un método malo ni tonterías de traumas psicológicos y demás chorradas.

En cuanto a María, que se merece más de un castigo y/o azote (aunque es mayor para darla un azote en el culo, pero bueno), me imagino que con ella nuestros ilustres guionistas nos querrán mostrar que ya está en la edad del pavo y que la generación de entonces (la mía) era más contestona e insoportable que las generaciones anteriores. La verdad es que en general no era así. No digo que no hubiera un poco más de mano ancha que décadas atrás, pero a mi generación, a los que nacimos allá por los 70 (principios o mediados sobre todo), se nos inculcaron unos principios que, lamentablemente, hoy no vemos, y así nos encontramos con lo que nos encontramos día sí y día también en las calles y a veces en nuestro propio entorno, niños y adolescentes que como les digas algo, o sin decir nada, te regalan varios insultos y algún hostión a padres y hermanos. En cualquier caso, María era la merecedora de la cachetada y no Santiago, pero bueno, el pobre pasaba por allí y le tocó.

Tampoco es para tanto, que siempre ha habido de todo y los adolescentes hostiables y maleducados han existido desde el principio de los tiempos, más aún en los ochenta, que entre Movida y drogas había gente a la que había que echar de comer aparte... otra cosa es que hoy en día, gracias a internet, te enteres de todo lo que pasa en cualquier parte del mundo.

En cuanto a María, pues yo veo normal que acabe con un pavo importante. A ella no la han atado en corto desde pequeña como a sus hermanos, y dado que sus padres son mayores es normal que el "no me entiendes" se mayor también... aparte de eso, si tenemos que Antonio le regala un juego de qúimica porque en otro de sus descabellados planes ha decidido que quiere que su hija sea química para ayudar en la bodega en lugar del monopatín que ella quería, pues la tenemos liada. No hay reacción química más explosiva que adolescente en la edad del pavo y un padre tratando de imponer su voluntad.