¿Es verdad que se acaba Cuéntame?

A mí me parece más una expresión de deseo de la redactora, a la que evidentemente no le gusta Cuéntame, que una conclusión objetivamente basada en datos reales.

En primer lugar, creo recordar que ya se ha firmado la renovación por una 21ª temporada, que no es la segunda parte de lo que termina hoy, sino otra, para 2020.

Las audiencias han bajado, sí. Pero han bajado para todos. En 2001 no había tanta oferta televisiva entre la cual distribuirse a los televidentes. Claro que la población ha aumentado, pero el número de cadenas y canales han aumentado más. Y si la audiencia se mide en España en porcentajes, da igual que la población crezca o no.

Además, no sigo el tema de las audiencias (francamente me da igual cuánta gente mira lo que yo miro) pero entiendo que Cuéntame sigue siendo la serie que más reditúa a TVE en términos de público, y que sus series después de Estoy vivo y hasta Monteperdido, que rompió la racha, han sido una sucesión de fracasos uno tras otro. ¿Para qué abandonar un producto que, en el contexto de una merma de audiencias sigue siendo exitoso? ¿Y para qué renovar La otra mirada y Monteperdido (que me alegra muchísimo que las hayan renovado, sobre todo a la primera) y cancelar Cuéntame, que la ve más gente?

En cuanto a la salida de Carlos, creo que esta temporada ha demostrado con creces que ha sobrevivido a esa ausencia. Aquí mismo cada vez lo mencionamos menos, señal de que nos hemos enganchado a las nuevas tramas. Cuéntame acaba de salir airosa del abandono de uno de sus protagonistas. ¿Por qué dejarlo ahora? Y Karina era un personaje que caía bien, pero para la serie el personaje estaba subordinado al de Carlos. Si se fue él era casi imposible que se quedara ella. Y no por una cuestión de machismo, sino porque la serie se centra en los Alcántara. La misma consideración vale para Deborah, Salvador y Marcos en su momento si no estuviera el/la Alcántara que les da sentido para las tramas de la serie.

¿"Adiós a la pareja formada por Merche y Antonio"? Están en crisis, sí. Pero "adiós" me parece todavía prematuro. Y aunque se divorciaran y no volvieran a estar juntos nunca más, ¿eso no daría juego a otro tipo de historias igualmente interesantes para la serie? Ojalá no se divorcien, pero si lo hacen, no tendría que ser eso el final de la serie.

"Inés sigue a lo suyo: buscando novio". ¡Sí, claro! Porque no fue ella la que se encargó de ir a buscar a su madre cuando se fue, de tratar, sin lograrlo, de apaciguar a Antonio cuando estaba convencido de la infidelidad de Merche, de organizar que no estuvieran Herminia ni María y de avisarle a Toni. Y no es una mujer con una carrera, aunque no le vaya del todo bien (¿a qué porcentaje de todos los actores les va realmente bien?), sino que es Penélope, tejiendo en el andén entre novio y novio! ¡Qué visión machista! De acuerdo que la serie se centra bastante en la vida sentimental de Inés, pero reducirla a eso es injusto. Y más ahora, que se insinúa una nueva trama para Inés. Está buscando a su ex, sí. Pero no para no quedarse sola, ¡sino para ver por qué le ha encasquetado a su hija!

"El espíritu ya no es el mismo". ¡Claro! ¿Qué esperábamos? ¿Una Mercedes sumisa como en 1968, un Antonio que da cuatro gritos y no vuela ni una mosca, un Toni ye-ye a los cuarenta años, una Inés sin más aspiraciones que casarse y tener hijos, y los amigos de Carl...itos sentados como tontos a sus veintitantos casi treinta, en el camión del descampado creyendo que se van a morir porque tomaron sin querer una pastilla anticonceptiva?

No conocí (más allá que por películas) el "espíritu" de la España franquista, el de la del 90, ni el actual. Pero no tengo ninguna duda de que el "espíritu" ha cambiado varias veces desde entonces. El espíritu de cualquier persona no es igual veintidós años después. Ninguno de nosotros tiene la misma vida que en 2001. Mantener el espíritu del comienzo (y hacerlo con todos los personajes nuevos, y sin los que ya no están) sería un error imperdonable que celebro que Cuéntame no haya cometido.

Además, si no el "espíritu", esta temporada de Cuéntame en particular está volviendo a dar protagonismo (siempre en segundo plano a los Alcántara, claro) a los vecinos. Los vecinos de siempre (Ramón, Clara) han atravesado los cambios lógicos que impone el tiempo. Ni Ramón tendría mucho sentido ahora, a sus ¿setenta años? reivindicando la dictadura, y yendo a los mítines de los grupos con resabios franquistas que seguramente todavía existían en 1990 (e incluso ahora), ni Clara estaría ya defendiéndose de las acusaciones de haber tenido a un hijo soltera. Y los vecinos nuevos llegan con realidades más propias de los 90 que de los 60. A ver qué futuro habría tenido en 1968 una chica transexual, un chico con autismo, ¡si hasta dudo que Paquita hubiera podido disponer libremente de la herencia de su padre, y luego de la de Miguel!

O sea... ¿Es verdad que se acaba Cuéntame? No lo sé. Pero este artículo de opinión es solamente eso. No lo tomaría en serio ni para dar a Cuéntame por acabada, ni para suponer que le quedan otros veintidós años.

Coincido contigo eduarodi, la audiencia a mi no me importa porque me gusta Cuéntame y lo voy a ver hasta que se acabe. Me da igual si (en algún momento) la gente dejara de verla porque tengo claro que yo la seguiré viendo.
Lo que pasa es que la persona que ha escrito eso parece que tiene unas ganas enormes de que se acabe. Yo, por ahora, no le veo fin cercano.

Copio un poco del texto:

"Es hora de enfrentarse a la realidad que nadie (y todo el mundo) esperaba: Cuéntame cómo pasó se acaba... PARA SIEMPRE."

Esa oración no me gusta nada porque está diciendo algo que no es, que se acaba. Que sí, que será una opinión... Pero podría expresarlo con otras palabras, ¿no?

¡Ja! Hay demasiada gente a la que le cuesta distinguir su opinión de sus deseos, y a ambos de los hechos, y termina mezclando todo. O confundiendo a propósito para generar una idea falsa. ¡Quién sabe! No conozco a la redactora, para suponer por qué escribió eso pero como artículo periodístico deja mucho que desear...

Llevan diciendo que se acaba desde la temporada 10. Como dicen arriba es la mera opinión del redactor. Y si, creo que hay una temporada más firmada para 2020. Y no no es la segunda mitad de esta

¡OJALÁ!
Eso dicen desde hace años, pero ni el fraude de blanqueo por parte de Miguel Angek Bernardeau y el de su esposa Ana Duato, en complicidad con Immanol Arias, pero a TVE le importó un olimpico pepino, y le apostaron a la indulgencia que ofrece la mala memoria de los televidentes... ya ves, todo como si nada.

"X solidaria" pero blanqueando capitales.

¡Y si todos los capítulos fueran como el de hoy, habría Cuéntame para siempre!

¡Gracias, p2n2lop2, por tus comentarios! Mi fascinación por España me viene desde muy chico. Como la mayoría de los argentinos soy descendiente de españoles. Y mi abuela, que era argentina, pero hija de andaluces, me cantaba cosas que había aprendido de sus padres, como:

"Los gitanillos tenemos todo:
la cara alegre y el cuerpo loco,
y no comemos, y no dormimos,
pero bebemos y nos reímos",

o

"1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo, 4 de abril"

... que solo de grande comprendí que hablaba de los sanfermines en Pamplona, en el otro extremo de España del que venían mis bisabuelos, o la expresión "¡San Blas bendito, que se me ahoga este animalito!" cuando empezaba yo a toser sin parar, lo cual empeoraba un poco las cosas, porque entonces, además de toser, me tentaba, y me ponía a reír...

Esa abuela se parecía mucho en su carácter a Herminia. Y mi papá, cuando era más joven, tenía físicamente un aire a Imanol Arias. Además, tanto en España como en Argentina vivimos una dictadura durísima seguida de una apertura democrática que generó muchas expectativas e ilusiones. Aunque con muchas diferencias, las similitudes entre ambos países son llamativas. Con todo esto, ¡era casi imposible que no me enganchara a Cuéntame!

Yo creo que no solo en España sino en todo el mundo, en la segunda mitad del siglo XX, y sobre todo desde los 60, ha habido más cambios que en cualquier otro período de la humanidad. No debe haber habido un choque generacional más grande (con una sola generación de diferencia) que el que hubo entre la gente de la edad de Antonio y Mercedes, y sus hijos.

Pero creo que los cambios no pararon en los 90, sino que siguen hasta ahora. El boom tecnológico, las computadoras (me acuerdo de haberme quedado embobado mirando una computadora cuando era adolescente, hasta perder noción del tiempo, y que mi familia se preocupara porque no llegaba a casa), los celulares (a Merche la habría podido ubicar su familia muy fácilmente si hubiera llevado un móvil cuando se fue en crisis de la boda de Clara), la inmediatez de la información, el vértigo con el que sucede ahora todo...

Esas cosas, creo que cambiaron mucho desde los 90. Yo vivo en una capital de provincia, y en los 80, la televisión de Buenos Aires nos llegaba con una semana de retraso, y la extranjera meses después. Y solo teníamos dos canales de televisión. Ahora yo podría ver Cuéntame apenas termina su emisión en España y lo suben a internet. Tal vez no lo notamos porque crecimos con eso, pero me parece que en las últimas décadas, la sociedad no ha dejado de cambiar constantemente.

Es verdad que muchos argentinos llaman gallegos a todos los españoles, porque en algún momento la gran mayoría de los inmigrantes españoles en Argentina venían de Galicia. A mí no me gusta esa generalización, y no lo hago. De todas maneras creo que la mayoría de esos gallegos (de Galicia de verdad) llegaron antes que mis bisabuelos.

Creo que los cambios tecnológicos también generan cambios sociales como la inmediatez de la información y la necesidad de tener todo ya. Vivimos más rápido y tenemos menos paciencia, me parece. Pero no soy un estudioso del tema.

En cuanto a Cuéntame, ya este año no vuelve, ¿no? Un saludo.