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El Barco - Aqui todo es posible

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#0
Adrian1797
Adrian1797
02/04/2012 21:45
Vivir en el fin del mundo es algo que ninguno de los tripulantes del Estrella Polar se esperaba. ¿Como pensar que acabarian asi? ¿Como imaginarse que acabarian siendo los unicos supervivientes de una catástrofe que acabaría con toda la existencia en la Tierra? Solo quedaban ellos, o eso creian. Las aventuras que se pueden vivir en el Estrella Polar son infinitas, desde cada punto de vista, desde cada personaje, desde cada mente, mirada y pensamiento, infinititas. Los amores, desamores, aventuras, misterios, tramas, locuras, romances, pérdidas... todo lo que puedas imaginar, sirve de inspiracion para crear historias increibles, capaces de cautivar la atencion de cualquier persona. Te invito a imaginar una historia inventada por la mente de un barquero. Déjate llevar guiño
#1
JRobertoC
JRobertoC
02/04/2012 21:52
Me gusta, empiézalo pronto que tiene buena pinta :)
#2
KateSyd
KateSyd
02/04/2012 22:24
A mi también, sube pronto el primer capítulo!
#3
Adrian1797
Adrian1797
03/04/2012 16:19
1° PARTE

El Sol salia por el horizonte lentamente, la luz entraba por las escotillas, el viento soplaba suavemente, incidiendo sobre las velas del buque. El mar estaba tranquilo, parecia una larga llanura azul que no acababa. El Estrella Polar seguia sin rumbo, ningun alumno estaba despierto, todos seguian durmiendo plácidamente en sus camarotes. "DESPERTAD HOLGAZANES! QUE YA ES DE DIA". Era la voz de Julian, al que todos llaman "De La Cuadra", que avisaba a la tripulación por megafonia. Tal grito pegó que Ramiro, que dormia tranquilamente, pegó un brinco que hizo que se cayera de su cama. Palomares observaba desde su cama como su compañero caía, y su carcajada fue tal que rápidamente se despojó del sueño. Todos los tripulantes acudieron al comedor para desayunar. El capitán ya se encontraba despierto, habia estado en el puente de mando toda la mañana. De la Cuadra observaba como los tripulantes iban sentandose lentamente. "Madre mia, y pensar que son capaces de estar hasta las tantas de la noche de parranda, y no saben levantarse como Dios manda, copón", pensaba mientras ponia una cara seria. Ya estaba la mayoria de la tripulación desayunando. Ulises y Ainhoa seguian como siempre, enamorados hasta las trancas, y se lanzaban alguna que otra mirada desde sus respectivos sitios. Vilma observaba detenidamente a Palomares, que desayunaba sin darse cuenta de que la chica le observaba. Piti tenia la mirada puesta en ella, él tenia una cara de tristeza que nadie le quitaba.Desde que lo dejaron los dos, Piti estaba bastante cambiado, ya no hacia sus tipicas tonterias, ya ni sonreia. Sol estaba al lado del joven, intentando animarle, y alguna que otra vez le sacaba una sonrisa, o simplemente, él la fingia. Apareció Ramiro con la cojera de siempre, aunque últimamente nadie se la notaba, y menos con ese pequeño moratón que llevaba en la frente, causado por la caida que tuvo unos minutos atrás.
-¿Y ese moratón?-preguntó Sol, intrigada.
-Nada, que me he caido de la cama con el grito de De La Cuadra -contestó su compañero.
-Yo tambien he estado a punto de caerme, desde que él y Salomé rompieron está muy serio.
-¿Y estas bien?-dijo Piti, con un tono mas triste de lo normal.
-Si, no ha sido nada. -contestó Ramiro, mientras se sentaba frente a su compañero- ¿Y tu?Te noto raro
-¿Yo?¿Raro? Que va -decia mientras forzaba una sonrisa- Yo soy el Piti de siempre, solo que se me pegan las sábanas y no soy yo cuando tengo sueño.
-Bueno...-decia Ramiro mientras dejaba su desayuno en la mesa y comenzaba a desayunar.

Ricardo se dirigió hacia la cocina, preparó el desayuno, y lo llevó hacia una de las mesas, en la que estaba Julia, la doctora. Ella, al ver que Ricardo se le acercaba, no pudo más que sonreir, haciendo que Ricardo se pusiese nervioso al verla, hasta que el temblor de sus manos fue tal que, sin darse cuenta, se le cayó la bandeja en la que llevaba su desayuno. Julia dirigió su mirada hacia él, se levantó, se acercó a Ricardo, y le ayudó a recoger lo que quedaba de su desayuno.
-Hay que ver -dijo ella- últimamente estás de un torpe... -le guiñó un ojo.
-Ehh... que? -decia el hombre mientras tragaba saliva- lo sé, estoy un poco despistado -respondió mientras miraba sus labios, los cuales no dejaba de observar.
-Te ocurre algo? -dijo mientras recogia lo que quedaba en el suelo, y cogia su mano.
-Me has puesto un poco nervioso, con esa sonrisa que tienes, que me vuelve loco -decia con voz entrecortada.
-Nervioso?-decia mientras soltaba una alegre carcajada- pobrecillo, al final te llevaré a la locura -añadia mientras se levantaba.
-Bueno -tambien levantandose- la locura no es problema, mientras esté con la mujer que mas amo, todo es perfecto -acercaba sus labios a los de Julia.
Ella tambien acercaba sus labios, hasta que se encontraban a dos centimetros los unos de los otros, cuando de repente se escuchó "VENGA! Todos los alumnos a clase! Que no tenga que daros una patada en el culo a cada uno". Era Julián, avisando a los alumnos, los cuales se levantaban y se iban del comedor, impidiendo ese beso entre los dos.Todos se habian ido de allí, solo quedaban el capitán y la doctora.
-Bueno -dijo ella- yo mejor que me vaya a la enfermeria ya, luego nos vemos -finalizó mientras se alejaba. Él, cuando vió que ella se iba, decidió volver al puente de mando, con una sonrisa de oreja a oreja.

Ya habian acabado las clases, todos se fueron alejando del aula, hasta que solo quedaron Gamboa, que les habia dado una clase de supervivencia, y Ramiro, que estaba recogiendo sus cosas.
-¿Que tal Ramiro? -Dijo Gamboa
-Pues bien, ¿por que lo preguntas? -Respondió extrañado
-Por nada. Solamente tenia que recordarte que estas de mi lado, ¿lo recuerdas?¿O tenemos que darle otro repaso al listín telefónico?
-Ehh... -dijo mientras se le aceleraban las pulsaciones, sin saber que responder
-¿Lo recuerdas?¿Si o no? -Insistió
Por la puerta apareció Piti, que le estaba esperando
-Bueno Ramiro vienes o que -Preguntó
Ramiro cogió sus cosas rápidamente y salió del aula, bajo la atenta mirada de Gamboa. Mientras andaba por el Estrella, Ramiro pensaba en lo que le dijo Gamboa. ¿Fue una amenaza? Posiblemente. ¿Que le pediria Gamboa? Nadie lo sabe. ¿Estaba en peligro? Seguramente. El haberse unido con el malo del barco fue un error que le podria perseguir durante el resto de su vida, hasta que Gamboa se diese por aludido, o, simplemente, uno de los dos desapareciese del buque. Ramiro no podia hacer nada, estaba entre la espada y la pared, lo unico que podia hacer era cumplir sus órdenes, nada mas. Lo sabia muy bien, pero el joven tenia sus limites. Él siempre estaria de parte de sus amigos, siempre. Si Gamboa le pidiese que le hiciese algo a Piti, a Palomares, a Vilma, a Sol o a cualquiera de sus compañeros, Ramiro tenia bien claro que él no cumpliria la órden, preferia morir antes de fallarle a sus amigos.

El dia pasaba, los tripulantes llevaban un ritmo mas tranquilo de lo normal. De la Cuadra estaba bastante cabreado, últimamente trataba a todos con bastante dureza. Desde que cortaron Salomé y él, estaba fatal. Ricardo, fiel amigo de él, se dirigió hacia su compañero.
-Julián...
-Dime Ricardo -contestó, quitandose el cigarro de la boca
-Se que lo estas pasando mal por lo de Salomé, pero no tienes porqué ponerte asi
-Lo sé, pero no puedo evitarlo... Me dejó porque le oculté el cáncer, no tendria que haberlo ocultado...
-Tu solo pensaste en ella, querias que estuviese feliz -puso su mano en el hombro de su amigo, cuando vió que Salomé se acercaba.
-Hola Julián, ¿podemos hablar? -dijo Salomé, con un tono bajo que casi ni se oia
-Claro Salomé -contestó
-Bueno, no quiero molestaros -añadió Ricardo, mientras se alejaba
-¿Que querias decirme? -preguntó Julián
-Lo siento -respondió Salome
-¿Lo sientes?¿Por que?
-Por enfadarme tanto, solo querias que no me preocupase, y ahora me doy cuenta... -dijo abrazándole
-Mujer, no tienes que sentir nada, ha sido una discusión, nada mas
-Quiero volver contigo -añadió la mujer
-Claro que si -finalizó Julián, dándole un beso- por supuesto, no quiero perderte.
Tras esto, a Julián se le quedó una felicidad que todo el mundo notaba, ya que recuperó a la mujer que amaba.
#4
JRobertoC
JRobertoC
03/04/2012 17:19
Me gusta como va el relato Adrián, continúalo, se ve interesante y creo que lo vas a plantear desde una perspectiva distinta a como va en la serie, y eso me resulta muy interesante. ;) Síguelo :P
#5
Adrian1797
Adrian1797
03/04/2012 20:24
La tarde pasaba en el Estrella, los alumnos se divertian en cubierta, ya que Julián les habia dado el resto del dia libre. Las chicas se bañaban en las tranquilas aguas del mar, mientras que los chicos se quedaron en cubierta tomando el sol. Ramiro observaba desde la barandilla a las chicas, pero sobretodo se fijaba en una de ellas, Dulce. Era una chica morena, con ojos relucientes y sonrisa de ángel. Era extraño que Ramiro se fijase en una chica, ya que él tenia novia cuando estaban en tierra, pero con la catástrofe, ya no sabia que hacer. Su lio en la cabeza era demasiado, no sabia si se habia vuelto a enamorar, o simplemente le parecia guapa, solo sabia que no podia dejar de fijarse en esa alegre joven.
-Bonitas vistas -dijo Piti acercándose a su compañero.
-Eh? ¿Que dices? -se hizo el sorprendido
-Venga va, dime quien es -respondió mientras se ponia junto a él
-No se a que te refieres -reprochó Ramiro
-Distraido, sin dejar de mirar a la zona donde estan las chicas, sin decir una sola palabra... A ti te gusta alguien -aclaró Piti
-A mi no me gusta nadie -contestó mientras se apartaba de la barandilla, y andaba intentando disimular la cojera
-Y ahora disimulas la cojera -dijo mientras miraba su pierna- venga, puedes decirmelo
-No lo sé, Piti, es que no se si me gusta alguien o no...
-¿Y como es eso?
-No lo se... Yo quiero a Pilar, pero ya no está, y no va a volver... No se si estoy preparado para otra relación
-Ramiro, te conozco bastante bien, se que lo de Pilar fue duro, a nadie le gusta perder a alguien por una catastrofe mundial, pero hay que pasar pagina, y yo a ti te veo preparado para cualquier cosa, incluso para volver a enamorarte
-¿De verdad que piensas eso?¿Crees que debo pasar pagina? -preguntó con cara de tristeza
-Si, Ramiro, es lo mejor que puedes hacer
-Entonces, lo intentaré -dijo con una sonrisa en la cara- pero, de verdad crees que le gustaré a alguien?
-No te digo nada, pero yo he visto a una marinera que no te quita el ojo -finalizó mientras le guiñaba un ojo
La respuesta de su compañero hizo que Ramiro se quedase con la duda en la cabeza. ¿Quien?¿Quien era esa chica que no le quitaba el ojo? Es algo que le inquietaba y a la vez, le sacaba una sonrisa que no podia quitarse.

Salia la luna sobre el mar, dejando un blanco reflejo de plata sobre las tranquilas aguas. Todos se encontraban cenando en el comedor, la comida estaba especialmente buena, ya que Salomé estaba bastante contenta mientras la preparaba, lo que hizo que tuviese un toque especial. Palomares se encontraba cenando, cuando Vilma se acercó con su cena y se sentó junto a él. Piti no dejaba de observar esa escena, ni siquiera se dió cuenta de que Sol se habia sentado a su lado. Ulises y Ainhoa seguian en su mundo de enamorados. Estela, por una razón que nadie sabia, se sentaba últimamente junto a Gamboa, cosa que extrañaba a todos. Ricardo y Julia estaban sentados a centimetros, lo único que le separaba era la silla en que estaba sentada Valeria, la peque de el barco. Ramiro, como de costumbre, estaba sentado solo, frente a Piti y Sol.
-¿Puedo sentarme a tu lado? -preguntó Dulce
-Esto... -Ramiro, extrañado, contestó- claro -dijo mientras se echaba a un lado-
-Muchas gracias -sonrió la joven mientras se sentaba a su lado
-No hay de que -el joven, mas nervioso que de costumbre, dejó el tenedor sobre su plato
-¿Que tal te va la noche? -preguntó ella
-Esto... Bastante bien -contestó arqueando una ceja- y la tuya?
-Bastante bien, ahora mejor, que he hablado contigo -la muchacha le guiñó un ojo
-Ehh... vale... -el joven recogió su bandeja y salió lo mas rápido que su pierna le permitia, ya que los nervios que le recorrian por el cuerpo eran demasiados.
Piti y Sol observaron atónitos la escena entre Ramiro y Dulce, tanto que llegaron a hacer rumores, rumores que tal vez, solo tal vez, podrian ser verdad.
-Oye, tu crees que Ramiro... -preguntó Sol
-No lo sé -contestó Piti- pero me da a mi la sensación de que si.
#6
Adrian1797
Adrian1797
04/04/2012 18:39
2º PARTE - ¿Ha lanzado Cupido su flecha?

“A Dulce le gusta Ramiro”. Eso es lo que rumoreaba todo el barco. Nadie se resistía a difundir la supuesta noticia. ¿Se avecinaba otra pareja? Piti y Sol fueron los principales causantes de la difusión del rumor. Al ver la escena entre Dulce y Ramiro mientras cenaban, los dos rápidamente se lo contaron a Ulises, Ainhoa, Vilma y Palomares. A partir de ahí, ya todos iban pasando la noticia, a espaldas de los principales protagonistas de esta. Los compañeros de Ramiro no se creían lo que escuchaban.
-En serio, Piti, ¿de verdad que ocurrió eso? -preguntó Ainhoa
-Sí, además, Sol estaba a mi lado mientras ocurría -respondió él
-Es verdad, yo estaba a su lado -confirmó Sol- Ramiro le preguntó como iba su noche, y ella dijo “bastante bien, ahora mejor, que he hablado contigo” y le guiñó un ojo.
-Uy uy uy -burló Ulises- aquí hay temita…
-Haya temita o no -interrumpió Vilma- tenemos que apoyarles. Lo mejor que podemos hacer es ayudarles, y averiguar si a uno le gusta el otro.
-Para mi -añadió Piti- a Dulce sí le gusta Ramiro, el problema es que él no sabe que hacer.
-¿Cómo? -dijo Palomares intrigado- ¿Ramiro ya sabia que a Dulce le gustaba?
-No -contestó- no digo eso, me refería a que después de lo de Pilar, él no sabe si pasar página, no se ve preparado. Para mi, sí lo está, el problema es que es él quien tiene que dar el paso.
-Pues haremos esto -planteó Sol- vosotros tres hablareis mañana con Dulce, y nosotras tres con Ramiro, y así sabremos si se gustan.
-De acuerdo -dijeron todos, mientras se alejaban unos de otros y se dirigían a sus camarotes.

Ricardo se encontraba en cubierta, mirando por los prismáticos en busca de novedades, aunque de noche, muchas no habrían. Sintió como alguien le abrazaba por detrás. Era Julia, la cual no había visto desde la cena.
-Bonita noche –dijo ella
-Ahora más, que estás tú -contestó el capitán, mientras se apartaba los prismáticos de los ojos.
-¿Me has echado de menos?
-Sí -contestó mientras le abrazaba- bastante.
-Bueno, pues aquí me tienes -la doctora acercaba sus labios lentamente a los del capitán, el cual también acercaba los suyos a los de ella, mientras miraba sus ojos, que reflejaban la luz de la luna.
Estaban a punto de besarse, cuando otra interrupción impidió el beso.
-¡Papi papi! -gritaba Valeria mientras corría hacia el capitán
-Dime Valeria -el capitán se agachó para hablar con su hija
-No puedo dormirme, ¿me lees un cuento?
-Claro que sí. Julia… -el capitán dirigió su mirada hacia la doctora
-No pasa nada -dijo ella con una sonrisa- mañana nos vemos.
-Vale, hasta mañana -finalizó él mientras acompañaba a su hija, sin poder dejar de mirar a Julia, que se quedaba en cubierta mirando las estrellas.

La noche pasó tranquila en el Estrella, todos dormían plácidamente en sus respectivos camarotes. Eran mas de las 10 de la mañana cuando comenzó a notarse actividad por el barco. Era sábado, los alumnos tenían el día libre. Después de desayunar, decidieron ir a tomar el sol a cubierta. Allí es donde comenzarían con el plan de Ramiro y Dulce. Ainhoa, Vilma y Sol decidieron ir a hablar con Ramiro, que estaba tumbado sobre una toalla en el suelo de cubierta.
-Hola Ramiro -dijeron las tres a la vez
-Hola chicas -contestó apartándose las gafas de sol de los ojos, observando que sus compañeras se plantaron delante de él- ¿ocurre algo?
-Vi que te pusiste un pelín nervioso cuando Dulce te habló -informó Sol con voz burlona, mientras extendía su toalla al lado de la de su compañero y se tumbaba sobre ella
-Yo, ¿nervioso?
-Si, tú -dijo Vilma, imitando a Sol, al otro lado del chico- ¿Hay algo que no nos has contado?
-No, ¿hay algo de lo que yo no me haya enterado? –contestó mientras se volvía a poner las gafas de sol, se tumbaba en su toalla y bebía un poco de agua
-Es que al ver que te pusiste tan nervioso -añadió Ainhoa- creíamos que ella te podía gustar…
Ramiro, al ver la respuesta de Ainhoa, le vino la tos y tiró el agua que estaba bebiendo
-¿Por qué pensáis eso? –el joven se secaba nervioso el agua que le quedaba en la cara
-Era una suposición, nada más… -dijo Vilma mientras soltaba una carcajada
-Bueno, pues a lo mejor… -añadió Ramiro, nervioso, sin poder casi decirlo- No lo sé.
Sus compañeras, más sorprendidas de lo habitual, se quedaron boquiabiertas, y no soltaron ni una sola palabra más.
Por otra parte, Ulises, Piti y Palomares fueron a hablar con Dulce, que se encontraba sentada en otra parte de cubierta, junto a una amiga. Los chicos se acercaron a ellas para seguir con el plan que habían acordado.
-¿Dulce? –preguntó Palomares
-Sí -contestó la chica mientras dirigía su mirada a los chicos- ¿Queríais algo?
-Tenemos que hablar contigo, somos amigos de Ramiro -añadió Ulises
-Ah, vale –dijo con una sonrisa
-Vi que te acercaste anoche a él -dijo Piti, con un tono serio. A la vez, se dio cuenta de que la amiga de Dulce observaba la escena. Se dirigió otra vez a Dulce- ¿te gusta Ramiro?
-Si, me parece guapo, simpático, es muy mono y amable, ¿algún problema? –contestó mientras se levantaba y sonreía
-No, ninguno, solo que queremos lo mejor para nuestro amigo, solo eso –respondió Palomares
-Pues ya está. -Gritó la amiga de Dulce, mientras se levantaba y miraba la cara de los tres chicos- Es su vida, ¿también os vais a meter en la vida de Dulce? ¿No tenéis nada mejor que hacer?
-Basta ya –interrumpió Dulce- lo siento chicos, ya os veré luego, vamos… -añadió mientras se alejaba con su amiga.
Los chicos se quedaron atónitos con la reacción de la amiga de Dulce. Nora, así se llamaba la amiga, era una alumna del Estrella, amiga de Dulce desde que llegó. Tenía un carácter tranquilo y alegre, pero en situaciones como la anterior, su forma de ser cambiaba considerablemente. No dejaba que nadie se metiera con su amiga, era bastante protectora. Hay quien decía que era bipolar, pero solamente quería lo mejor para sus compañeros. Era una joven de pelo castaño, ojos marrones y brillantes, y una sonrisa que le invadía toda la cara. Se habían alejado de la zona donde se encontraban los chicos, cuando Dulce se dirigió a Nora.
-Eso no era necesario Nora, te has pasado un poco.
-Ya lo sé, Dulce, pero esos no te dejaban en paz -contestó con voz seria
-Me da igual, de todos modos ya lo sabían. Quiero que vayas a disculparte.
-Pero…
-Ahora -Interrumpió su amiga.
-Está bien -dijo mientras su amiga le acompañaba al comedor, donde estaban los tres chicos sentados, hablando- Ehh…
Los chicos dirigieron la mirada a Nora.
-Lo siento -dijo arrepentida
-No ha sido nada -Piti se levantó y se acercó a ella- Soy Piti, estos son Ulises y Palomares -el joven presentaba a sus compañeros.
-Encantada, yo soy Nora -contestó con una sonrisa mientras se sentaba junto a los chicos.
Los alumnos pasaron el rato hablando en el comedor, sin darse cuenta de que ya era mediodía en el Estrella Polar, hasta que llegó la hora de comer. Ramiro entró al comedor, seguido de Vilma, Sol y Ainhoa. Sol miró a Piti, y este le guiñó el ojo, en señal de que todo habia salido como esperaban.
#7
26Noe
26Noe
04/04/2012 20:02
ADRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII *_______________________________________________________________________________________*

Perfecto, me encanta que hagan de Celestinas ambas partes, tanto los chicos como las chicas, se avecina un fic muy interesante.

AHORA, TE MATOOOOOOOOOOOOOOOOOO, necesito Ricarjulismo y tú que? Los interrumpes!!! Menos mal que al siguiente habrá algo, según tú !! subelo yaaaaa, que con las declaraciones de Juanjo me voy a morir en 3...2..1...

Perfecto!!
#8
Adrian1797
Adrian1797
04/04/2012 22:18
3° PARTE - El chico de la balsa

Ya habian acabado de comer, los alumnos estaban recogiendo sus platos de las mesas. Ricardo ayudaba a Valeria a recoger el suyo. Cada vez que el capitán se cruzaba con Julia le lanzaba una mirada, y ella le respondia una sonrisa. De repente, se escucharon unos golpes en el casco del barco. Nadie les prestaba atención. Seguian los golpes en el exterior, y Ricardo decidió salir a investigar. Al llegar a cubierta, observó que una balsa golpeaba el casco del barco. ¿Lo raro de esa balsa? Dentro se encontraba un chico tumbado boca abajo, vestido con un mono blanco. El capitán avisó rápidamente a la doctora por el walkie. Ella, sin perder el tiempo, corrió hacia cubierta, donde se encontraba Ricardo.
-¿Que ocurre?
-Eso ocurre -decia el capitan mientras señalaba la balsa con el chico dentro.
-¿Un naufrago? -se preguntaba la doctora mientras se asomaba por la barandilla
-Posiblemente. ¿Que hacemos?
-No parece enfermo, deberiamos subirlo.
-De acuerdo. -el capitán subió a la balsa, cogió al chico que estaba en ella y volvio a subir al Estrella
-Debemos llevarlo a la enfermeria -decia la doctora mientras ayudaba a Ricardo a subir
-Vale -Ricardo llevaba al chico hasta la enfermeria, donde lo dejó sobre la camilla.
Julia comenzó a revisar al chico. Todo parecia normal, menos por un hematoma que llevaba en la cabeza. Lo mas extraño de todo era que en el mono, llevaba el signo de una estrella, que les resultaba muy familiar.
-Ricardo, fijate -dijo Julia mientras señalaba la estrella del mono
-Es... Esa estrella...
-La estrella del proyecto Alejandria. ¿Tu crees que le podian tener secuestrado?¿O formaba parte del proyecto?
-No lo se, yo diria que por el golpe, le tenian alli secuestrado.
La doctora siguió revisando al chico de la balsa. Ricardo, de mientras, fué a inspeccionar la balsa en la que vino. Nada interesante, hasta que encontró una nota.
<<Aqui teneis, un regalito de nuestra parte. Firmado: Leonor (Proyecto Alejandria)>>
Nada mas encontrar la nota y leerla, volvió a la enfermeria y se la enseñó a Julia.
-No puede ser -cuestionó ella- ¿Que crees que quiere decir con lo de "regalito"?
-Puede que a lo mejor lo utilizaban con cualquier fin, y al ver que ya no podia hacer nada mas, han querido deshacerse de él.
-Posiblemente. Lo mejor será que le acojamos como uno mas, ¿no crees?
-Si. Los alumnos le acogerán con los brazos abiertos.
El chico, que estaba tumbado en la camilla, comenzó a recobrar el sentido.
-¿Donde estoy? -preguntó mareado
-Estas en el Estrella Polar. Bienvenido -contestó Ricardo- me llamo Ricardo, soy el capitán de este barco.
-Yo me llamo Alex
-Alex -repitió la doctora- encantada, soy Julia, la doctora. A ver Alex, ¿de donde vienes?
-No lo sé, no me acuerdo de nada -el joven intentaba recordar lo ocurrido
-No te preocupes si no te acuerdas, cuando te acuerdes, dinoslo -el capitán, ayudando a andar al joven, comenzó a enseñarle el barco.
Tras enseñarselo todo, pensó una idea para que se familiarizase con los demas alumnos. "Atención -decia Ricardo por megafonia- esta noche fiesta en el Estrella Polar". Todos los alumnos salieron a los pasillos al escuchar la noticia.
-¿Ha dicho fiesta? -cuestionó Piti
-Si, fiesta. -respondió Ulises
-¡Toma ya! Fiesta en el Estrella!
Los alumnos comenzaron a arreglarse, y sin darse cuenta ya habia llegado la hora de la fiesta. Todos acudieron al comedor, todo estaba preparado para que se pudiese bailar y disfrutar. Ricardo se dirigió a todos los tripulantes antes de encender la musica.
-Antes de nada, queria avisaros de que esta es una fiesta de bienvenida -todos se quedaron pensativos al escucharle- una fiesta de bienvenida, ya que esta tarde hemos encontrado una balsa, en la que venia Alex, un chico al que tendreis que tratar como uno de vosotros. Alex, ven aqui -el joven apareció por un lado. Él tenia el pelo castaño, unos ojos marrones color miel, y una sonrisa que cautivó a las chicas.
-Hay que ver -dijo Sol- es bastante guapo.
-Bah -contestó Piti- un chico normal como los demás.

La fiesta comenzó en el Estrella, aun no era totalmente de noche, la musica sonaba por todo el barco. En cubierta se encontraba Julia, que observaba el atardecer desde la parte delantera del barco. El cielo habia cobrado un tono naranja rojizo, y el Sol ya se habia escondido a medias. Ricardo se acercó por detrás y abrazó a la doctora.
-Tengo que decirte -dijo él- que estás especialmente guapa con las ultimas luces del dia -a las palabras le añadió una sonrisa.
-Que cosas dices -ella se giró y le abrazó- aun me debes un beso.
-Lo se, no paran de interrumpirnos
-Bueno, ahora estamos tu y yo, sin nadie por aqui cerca...-sus palabras fueron calladas unicamente por un beso que Ricardo le dió apasionadamente. Julia separó los labios- ya no puedo quejarme -le guiñó un ojo. Sus palabras le provocaron una alegre carcajada al capitán
-Entramos ya, ¿no? Todos se estarán divirtiendo
-Claro, vamos -Julia cogió de la mano a Ricardo y entraron a la fiesta.

El ambiente estaba muy animado, todos se divertian en la fiesta. Nora no le habia quitado el ojo a Alex desde que lo vió al principio de la fiesta.
-Venga Nora -dijo Dulce- ve a bailar con él.
-No se si me atrevo.
-Venga -repitió mientras le empujaba hacia Alex. Nora se acercó a él y comenzó a bailar, y Alex bailaba junto a ella.
Pasaron las horas, y el ambiente estaba un poco menos animado. Comenzó a sonar música lenta. Ulises comenzó a bailar con Ainhoa, Vilma con Palomares, Piti con Sol,Julia con Ricardo, Julian con Salomé, y Nora, con Alex. Ramiro, al ver como bailaban las parejas, decidió salir a cubierta. Dulce notó el gesto triste en la cara de Ramiro, y decidió seguirle sin que se diese cuenta. Al salir, vió que él estaba sentado , en el suelo de cubierta, mirando la luna, que se escondia entre unas nubes que parecia que avisaban una tormenta. Dulce se acercó a él.
-Hola Dulce -dijo Ramiro sin nisiquiera girar la mirada.
-Hola -Dulce se sentó a su lado- estas bien?
-¿Yo? Si... -mintió
-Venga, se que te ocurre algo.
-Ya... -él notó el brazo de Dulce por su hombro
-Puedes contarmelo, confia en mi.
-Es que últimamente en el barco hay muchas parejas, y me siento un poco solo.
-No tienes porqué estarlo, yo voy a estar a tu lado -dijo mientras notaba que caian pequeñas gotas de lluvia
-Una cosa es tener amigos, otra cosa es gustarle a alguien que te gusta, estar enamorado.
-¿Tu estas enamorado?
-Si, de una chica que es un ángel, el problema es que ella no lo sabe -dijo con voz triste
-Si que lo sabrá -Dulce intentaba animar a Ramiro
-No, no lo sabe -contradijo, mientras comenzaba a llover
-Créeme, lo sabe.
Ramiro se quitó la chaqueta y se la puso por encima de los hombros a Dulce, ya que estaba lloviendo cada vez mas. Se quedó mirando sus ojos, y ella, sin que él se diese cuenta, le besó.
#9
JRobertoC
JRobertoC
05/04/2012 19:28
Está genial tu fic, me gusta como lo expresas y como lo estructuras, muy bien, síguelo :)
#10
Adrian1797
Adrian1797
07/04/2012 12:22
4º PARTE – Una oportunidad vale más que mil palabras.

Dulce había besado a Ramiro, bajo la atenta mirada de la luna, que asomaba entre las nubes. La lluvia hizo de ese momento algo especial. Ramiro separó los labios de los de la chica, la cual se quedó mirando los brillantes ojos marrones del joven.
-Lo siento -dijo Dulce mientras bajaba la mirada.
-¿Sentirlo? ¿Sentir el que?
-Pues esto, besarte…
-No tienes por que disculparte… Tú también me gustas -declaró Ramiro.
-Entonces… ¿Te gustaría salir conmigo?
-Sí -respondió mientras abrazaba a la chica- pero quiero ir despacio.
-No te preocupes, yo también quiero ir despacio –aclaró con una sonrisa.
Ramiro y Dulce se levantaron y se cogieron de la mano, mientras entraban de nuevo a la fiesta. Sonaba una música lenta, todos estaban bailando con sus parejas. Piti dirigió la mirada a la puerta, por donde entraban Ramiro y Dulce, mojados y con un gesto de felicidad en la cara.
-Fíjate -dijo Piti mientras bailaba agarrado a Sol.
-¿Qué ocurre? –Preguntó Sol.
-Ramiro y Dulce, están demasiado contentos, ¿no crees?
-¿Dónde? -ella dirigió la mirada a los jóvenes- Es verdad, ¿tú crees que se habrán dado una oportunidad?
-Yo creo que si -añadió mientras volvía a dirigir la mirada a Sol- De todos modos se lo preguntaré.
Ramiro y Dulce se alejaron de la fiesta, y cada uno se fue a su camarote, finalizando su noche con una mirada que parecía no acabar. Él entró en su camarote y se tiró sobre su cama, donde se quedó pensativo toda la noche, con una cara de felicidad que nadie le quitaba. Pensaba en Dulce, ya que, después de tanto tiempo en el barco, se había vuelto a enamorar. Quedó dormido rendidamente, pero hasta dormido, seguía pensando en ella.

Por otra parte, Ricardo y Julia seguían bailando agarrados el uno al otro. Ella apoyó su cabeza en el hombro del capitán, mientras él abrazaba a la doctora.
-Estás muy guapo hoy -dijo Julia mirando a los ojos de Ricardo.
-Tú más -añadió él, causando una sonrisa a la doctora.
-Sabes que te quiero, ¿no? –insinuó la doctora mientras rozaba sus labios sobre los del capitán.
-¿Ah, si? -él se hizo el sorprendido- No tenia ni idea. –le guiñó un ojo.
-Pues te quiero, ya lo sabes.
-Claro que lo sabia –Ricardo soltó una alegre carcajada, callada por un beso que Julia le dio.
-Me apetece tenerte cerca -insinuó ella mientras se mordía un labio.
-A lo mejor te apetecía dormir hoy en mi camarote –le guió un ojo de nuevo.
-¿Y Valeria?
-Hoy duerme con Ainhoa, tenemos el camarote para nosotros dos -informó Ricardo.
-Entonces…
Julia se alejaba mientras agarraba la corbata de Ricardo. Él siguió a la doctora, hasta la puerta de su camarote, donde ella le esperaba. Ricardo le besó apasionadamente, ella le atrajo hacia dentro del camarote, cerró la puerta y empujó suavemente al capitán hacia su cama, donde pasaron una noche apasionada los dos solos.

La fiesta ya había acabado, eran ya las altas horas de la noche. Todos se habían ido a dormir, solamente quedaban algunos tripulantes que recogían y limpiaban, y Estela. Estaba allí, vigilando, esperando a alguien, pero nadie aparecía. Estaba a punto de irse cuando apareció Gamboa.
-Ya pensaba que no ibas a venir -dijo ella alegremente.
-He estado… ocupado.
-¿Ocupado? ¿Y eso? –preguntó ella intrigada.
-¿Algún problema Estela? -dijo él mientras se acercaba a la alumna.
-No, ninguno… -contestó ella mientras pasaba su brazo por encima de su hombro y acercaba sus labios a los de Gamboa.
-Estás un poquito cariñosa conmigo, ¿a caso te atraigo?
-Puede que si, puede que no… -finalizó ella con un tono insinuante mientras se alejaba del malvado del barco. Estela sentía atracción hacia Gamboa, no se sabía si por su carácter, por si le parecía guapo, o simplemente, para asegurarse de que no le hiciese daño. De todos modos, ella se sentía atraída, y Gamboa parecía que también se sentía atraído hacia Estela.

Pasó rápida la noche para todos en el Estrella Polar. Era domingo, también tenían el día libre. Los alumnos decidieron dedicar el día entero a estar con Alex y hacerse amigo de él. Salieron a cubierta, donde se sentaron en el suelo y se dedicaron a hablar con el nuevo compañero.
-Y bueno, ¿de donde eres? -preguntó Ainhoa.
-De Alicante. He vivido siempre allí, desde que nací.
-¿Tenias hermanos en tierra? -dijo Piti
-Uno, mayor que yo. Desde hace unos años vivíamos los dos solos, desde que nuestra madre murió y nuestro padre nos abandonó.
-Vaya, lo siento -respondió Sol.
-¿Y tenias novia? –preguntó Nora, impaciente por la respuesta que diría Alex.
-¿Novia? -contestó con una alegre sonrisa- No, nunca he tenido novia.
Nora sacó discretamente una sonrisa, por dentro tenia un sentimiento de júbilo extraordinario. Al ver que Alex no tenía novia, se le pasó por la cabeza que tendría más oportunidades con el chico. Nora pensaba que no le gustaba a Alex, pero no era así. A Alex también le gustaba Nora, aunque nadie lo notaba.
Mientras sus compañeros le hacían preguntas a Alex, Ramiro no dejaba de mirar a Dulce, la cual le lanzaba un guiño de vez en cuando. Por cada guiño y mirada que la chica le lanzaba, él sonreía cada vez más. Piti observó la escena entre Ramiro y Dulce, y decidió hablar con él.
-Ramiro, ¿podemos hablar un momento?
-Claro Piti -decía mientras se levantaba y se alejaban los dos de la zona donde estaban sus compañeros.
-Así que Dulce, ¿eh? –dijo Piti con un tono burlón.
-¿Cómo?
-Venga, que os he visto lanzando miraditas.
-¿Nos has visto?
-Eso es algo que se ve a la legua –afirmaba mientras soltaba una breve risa- en serio, ¿Qué hay entre vosotros dos?
-Pues anoche… Bajo la lluvia, en cubierta… Me besó.
-Ah, así que te besa, ¿y no me lo cuentas? –Piti intentaba poner un tono más serio, pero en realidad intentaba asustar a Ramiro- Es broma, me alegro mucho por ti –puso su mano sobre su hombro- Pero, ¿estáis saliendo?
-Si, aunque vamos a ir despacio.
-¿Despacio? Yo no digo nada, pero despacio no se puede ir -replicaba mientras acompañaba a Ramiro a la zona donde estaban los demás.
-Sí, se puede. Yo fui despacio con Pilar y duramos cinco años.
-Vale, se puede. -“No, no se puede” Pensó Piti, mientras se juntaba con los demás compañeros.

Mientras los alumnos estaban en cubierta, Ricardo y Julia seguían durmiendo en el camarote. Ricardo despertó abrazado a la doctora.
-Buenos días preciosa -dijo él mientras miraba como dormía.
-Buenos días Ricardito -decía ella mientras abría los ojos y le miraba.
-¿Qué tal has dormido?
-Puf, genial -la doctora puso su cabeza sobre el hombro del capitán- ¿Qué te parece si salimos ya del camarote?
-De acuerdo. -Ricardo se levantó de la cama y se vistió, bajo la mirada de la doctora, haciendo que él se pusiese rojo.- ¿Pasa algo? –preguntó el capitán ruborizado y con una leve carcajada.
-No, nada. -contestó ella mientras le guiñaba un ojo y comenzaba a vestirse.
Cuando los dos ya se habían vestido, salieron del camarote y se dirigieron a la cocina, donde se prepararon el desayuno. Allí estaba Salomé cocinando.
-Buenos días parejita. -dijo la mujer.
-Buenos días Salomé. -Dijeron los dos cogidos de la mano.
-Que felicidad lleváis, ¿no?
-Sí -respondió Julia- Hoy hemos dormido juntos. -La doctora pasó su brazo por detrás de la cintura del capitán discretamente.
-Vaya -Salomé sonrió- ¿No me diréis que tendremos nuevo marinerito?
-No creo -contestó Ricardo mirando a Julia- pero nunca se sabe.
#11
Adrian1797
Adrian1797
07/04/2012 17:59
Gamboa paseaba por cubierta, con un cigarrillo en la boca recién encendido. Dio una calada y fijó la vista hacia la zona de cubierta donde estaban la mayoría de alumnos, los cuales decidieron tirarse al agua para darse un baño. Cuando todos estaban ya en el mar, él se acercó a la barandilla y apoyó los brazos en ella, y comenzó a observar a los alumnos, mientras seguía dándole caladas al cigarrillo. Miraba a los jóvenes, pensativo, sin que ellos se diesen cuenta de que él estaba allí. Sobretodo se fijaba en Estela, pero también observaba a los demás. Se fijó en que Ramiro jugueteaba con Dulce, lo que hizo que su cara cobrase un gesto de duda. Pero, al ver que Ramiro besó a la chica, Gamboa sacó una risa malvada, causada por un pensamiento que le pasó por la cabeza. Ver que su antiguo aliado se había enamorado, hizo que el malvado recobrase las posibilidades de que Ramiro se volviese de su parte. ¿Cómo? Solo Gamboa sabía como hacerlo. Pero no solo Gamboa vio el beso entre la nueva pareja, los demás alumnos que se bañaban en el mar también lo vieron.
-Ramiro -dijo Ulises- no nos habías dicho que tenías parejita.
-Lo que Ulises quiere decir -interrumpió Vilma- es que nos alegramos mucho por vosotros.
-Si, eso, eso mismo. -Rectificó Ulises.
-Gracias chicos -dijeron Ramiro y Dulce a la vez, mientras él abrazaba a la chica.
Los demás alumnos fueron saliendo del agua, hasta que solo quedaron Ramiro y Dulce.
-Por fin solos -dijo él.
-Si, por fin -repitió ella mientras abrazaba a Ramiro.
-Que cariñosa eres -decía mientras soltaba una leve risa.
-Si, aunque también me gusta hacer esto -Dulce hundía a Ramiro, que volvía a salir a la superficie.
-Eres muy graciosita, ¿eh?
-A lo mejor -la joven soltó una alegre carcajada.
-Pues yo soy bastante graciosito -Ramiro comenzó a hacerle cosquillas a Dulce, la cual no paraba de reírse.
-Que malo eres -le guiñó un ojo y le dio un beso lleno de pasión.
Desde la barandilla de cubierta, Vilma, Palomares, Piti y Sol observaban la escena entre los enamorados.
-Que monos -decía Sol.
-Di que sí, que romántico. -Vilma también pensaba igual que Sol.
-Bah, pasteladas, solamente pasteladas -decía Piti intentando no mirar.
-No digas eso, que seguro que si fueses tú no te quejarías -replicó Palomares.
-Puede, pero yo no sería tan pasteloso como ellos dos.
-¿Envidia? -decía Vilma.
-Uh -burlaba Sol- Piti quiere que le besen así.
Los tres comenzaron a reírse, y Piti se fue cabreado de allí. Sol le siguió, pensando que podría haber dicho algo que preocupase a su compañero.
-Venga Piti no te enfades -decía ella mientras le seguía.
-No, no me enfado… -mintió mientras se alejaba, preocupando a Sol. Ella se quedó parada un momento, y volvió a la zona donde estaban Vilma y Palomares.
-¿Qué le ocurre a Piti? -preguntó Palomares.
-No lo sé -contestó Sol- creo que se ha enfadado… Intentaré hablar con él.

La mañana fue bastante tranquila, sin novedades. Pasó la hora de comer, todos habían recogido sus platos. El mar estaba muy tranquilo, sin apenas olas que chocasen contra el casco del barco. Ramiro se dirigía a su camarote cuando se cruzó con Gamboa.
-Buenas tardes Ramiro -dijo Gamboa, apoyado en la pared.
-Ah, hola Gamboa -Respondió.
-No sabía que ahora estuvieses con Dulce. ¿Por qué no me lo contaste?
-No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o no hago -respondió con un tono muy serio.
-No, pero somos amigos, ¿no lo recuerdas? -Gamboa le dio unas palmaditas en la cara a Ramiro- Además, he cambiado, ya no soy el de antes.
-No, ya no lo somos -reprochó mientras apartaba la mano de Gamboa de su cara- Me diste una paliza, me rompiste una mano… No me creo que hayas cambiado.
-Pues sí, he cambiado. -Gamboa ofreció su mano- ¿Amigos?
Ramiro miró la mano de Gamboa. Él no iba a volver a ser amigo suyo, por lo que se giró, pasando de él, y se dirigió hacia la puerta de su camarote. Gamboa desató su rabia, y cuando Ramiro no le miraba, cogió el brazo del joven y comenzó a retorcerlo.
-Mira Ramiro -dijo Gamboa mientras retorcía el brazo- No estoy aquí para tonterías, así que harás todo lo que yo te diga, ¿de acuerdo?
-¿Y que me vas a hacer si no te hago caso? -Ramiro tenía un gesto de dolor que no aguantaba.
-Mataré a tu amada Dulce, ¿lo has entendido? -Retorció mas el brazo del Ramiro, haciendo que cayera al suelo- ¿Si o no?
-No -El alumno tenía un dolor insoportable- Prefiero que me mates a mi antes de que le hagas algo a ella.
-De acuerdo, bien. -soltó el brazo de Ramiro- A ella no le haré nada, aún. Pero más te vale que hagas lo que yo te diga, si no quieres dormir con los peces.
Gamboa cogió un remo y le propinó un fuerte golpe en la cabeza, por el que empezó a sangrar. Se alejó de donde estaba el joven, tirado en el suelo y sangrando, intentando levantarse. Ya fue casualidad que Dulce pasase por allí para hacerle una visita, y al ver que estaba tirado en el suelo, corrió hacia él.
-¡Ramiro! -Dulce, preocupada, ayudó a Ramiro a levantase- ¿Qué ha pasado?
-Nada -mentía, mientras se levantaba con la ayuda de Dulce- Un accidente. -Ramiro le ocultó lo de Gamboa para que ella no se preocupase.
-¿Un accidente? -observó la herida que llevaba en la cabeza- Eso no ha sido un accidente.
-Da igual, ya voy yo a la enfermería. -Decía mientras andaba apoyándose en la pared.
-Yo te acompaño.
Dulce pasó el brazo de Ramiro por su hombro, y le acompañó a la enfermería. Allí estaba Julia, que hablaba con Ricardo.
-¿Qué ha pasado? -decía Julia mientras Ramiro se tumbaba en la camilla.
-Un accidente -volvió a mentir, dirigiendo la mirada a Ricardo, que estaba sentado en una silla. El capitán captó la indirecta que el alumno había hecho, y salió de la enfermería.
-Si, un accidente -Julia revisó la herida de Ramiro, y le puso unos puntos de sutura. Ella también había pillado la indirecta que había hecho, Dulce era la única que no había captado lo que había pasado.
Ricardo se dirigió al pasillo donde estaba Gamboa. Allí, junto a él, estaba el remo con el que había golpeado a Ramiro.
-Tú que, ¿no vas a cambiar nunca? -dijo enfadado Ricardo.
-¿Por qué lo dices? -Gamboa se hizo el sorprendido.
-Sé que has golpeado a Ramiro.
-No sé de que me hablas -se giró e intentó alejarse, con una risa burlona.
-¿Que no? -Ricardo se dirigió hacia él de nuevo, le empujó hacia la pared y le levantó- Mira, como vuelvas a acercarte a Ramiro o a cualquiera de los alumnos, tú y yo vamos a tener unas palabritas.
-¿Me estás amenazando? -Gamboa soltó una leve carcajada.
-Si, ¿algún problema?
-Si, que tu no me puedes, eres un viejo capitán de barco, nada más.
-Yo si te puedo. Además, entre todos podemos contigo, así que no vuelvas a tocarle un pelo a Ramiro, ni a ninguno de los alumnos, ¿entendido? -Ricardo soltó a Gamboa, y se alejó.
Gamboa se quedó un poco intranquilo, ya que Ricardo tenía razón. Él podía con cualquiera, siempre que fuese un uno contra uno, pero si todos se ponían contra él, ya no podría hacer nada. Así que, lo único que podía hacer, es dejar a todos los demás en paz, y no volver con las peleas. Gamboa no duraría, dentro de poco volvería a pelearse con alguien, lo único que podía hacer era durar lo máximo posible, cosa que se reduciría a días.
#12
sarafrubias
sarafrubias
07/04/2012 21:22
Que xulo esta adri... HAber si sigues :)
#13
RicarJulista99
RicarJulista99
09/04/2012 11:54
Hola Adri. Me presento. Me llamo Maria y tengo 13 años. Ahora estoy en el mobil, en cuanto pueda conectarme al ordenador lo leeo y opino. Adeu, BESAZOS!!
#14
RicarJulista99
RicarJulista99
09/04/2012 14:38
Guau, ya me lo he leído. Y está genial. Enserio, almenos a mi me parece genial. :)
Escribes muy bien, además tienes un punto de vista de las cosas que me parece muy intrigante, además me gusta que también hables de Ramiro, ya que a mi me encanta. Y en la serie no lo suelen poner mucho. Enfin... TODO está GENIAL y me parece, PERFECTO! Síguelo cuando puedas.

Bueno. BESAZOS A TODOS!! Y sobretodo CUIDAOS MUCHO!! <3
#15
Adrian1797
Adrian1797
13/04/2012 15:09
5º PARTE - Dime que me quieres

La luna flotaba entre las estrellas, más brillante de lo habitual. Ni una ola, ni una nube. El mar reflejaba las estrellas en la superficie del agua, parecía que el Estrella volase en un manto de luces brillantes sin fin. Los alumnos hacía un rato que se habían ido a dormir, solo quedaban unos cuantos tripulantes despiertos. Piti se encontraba tumbado en cubierta, observando los astros luciendo en un fondo azulado muy oscuro, pensativo. No sabia lo que sentía, seguía sintiendo algo por Vilma, aunque últimamente se había interesado por Sol. Vilma y él habían estado juntos la mayor parte del tiempo en el barco, pero ella parecía haber pasado página. Sol se acercó por detrás, sin que él se diese cuenta.
-Buh! -intentó asustar a Piti, pero él quedó igual que antes.
-Ah, hola. -dijo él indiferente, mirando la cara de Sol, con las estrellas de fondo.
-¿Te ocurre algo? -Sol se tumbó junto a Piti y se quedó observando el cielo nocturno.
-¿A mi? No -Intentó mentir, sin resultado.
-Venga, dímelo.
-¿Decirte el que? Si no me pasa nada…
Sol observó la cara de su compañero, intentando descifrar lo que estaba ocultando, sin resultado.
-Ah ya entiendo. -dijo Sol- ¿Problemas en el tema del amor, eh?
Piti miró unos segundos la cara de Sol, y volvió a dirigir la mirada al cielo. Ella se quedó mirando a Piti unos minutos, pensando. Sol sentía algo por Piti, algo llamado Amor. La chica no era muy de enamorarse, pero desde que Piti se separó de Vilma, ella se sentía muy unida a su amigo. Piti, se podía decir, también se había enamorado de ella. El problema era que ninguno sabía que le gustaba al otro. Piti no quería dar el paso por perder una amistad, pensaba que “amor” y “amistad” no podían ir juntos de la mano. Por eso, creía que si salía con Sol, ya no tendrían la relación que tenían entonces.
-No me lo vas a decir, ¿no? -preguntó ella.
Piti negó con la cabeza.
-Está bien -Sol revolvió el pelo de Piti con su mano- Mañana nos vemos.
-Adiós.
Piti se quedó observando como Sol se alejaba de la zona donde estaba él, y soltó un largo suspiro lleno de amor. Tras desaparecer la silueta de su compañera entre las luces que procedían del interior del buque, volvió su mirada hacia las estrellas, y quedó plácidamente dormido bajo la atenta mirada de la luna.

Una hora después despertó, se levantó del suelo de cubierta y se dirigió al interior del barco. Los pasillos estaban más vacios que horas atrás, todos estaban durmiendo. En uno de los pasillos estaba Gamboa, apoyado en una de las paredes, junto a la puerta de su camarote. Piti se quedó observándole. Por la otra parte apareció Estela, que se dirigía a su camarote a dormir. Al pasar por delante de Gamboa sacó una sonrisa, y él le cogió del brazo y la metió a su camarote. Piti observó la escena entre los dos, y cuando entraron al camarote, salió de donde estaba y volvió a su camarote, donde durmió plácidamente.
-Estela, tenemos que hablar. -dijo él.
-Vaya -contestó ella- no sabía que quisieses ir tan rápido. -Estela se acercó hacia Gamboa sensualmente.
-No te he traído por eso. -apartó a la chica.
-¿Entonces?
-Estela, quiero cambiar, pero no se como hacerlo.
-¿A que te refieres con “cambiar”? -Preguntó extrañada.
-Pues eso, cambiar. No ser el de antes, no hacer daño a la gente.
-Vaya -dijo atónita- ¿A que viene esa decisión? -Estela intentaba creerse lo que Gamboa le dijo, sabiendo que perfectamente le podía estar mintiendo.
-Me he dado cuenta de que ser el malo de un barco con mas de 40 tripulantes, ya no tiene sentido. Perfectamente me podéis, ya no puedo hacer nada. Por eso te pido ayuda a ti, para poder incorporarme con los demás tripulantes, y poder cambiar.
-Me alegra que vayas a cambiar -la joven puso su mano sobre la mejilla de Gamboa.
-¿Me ayudarás? -miró los ojos de la alumna.
-Si -Estela besó a Gamboa, y él no se lo negó- Te ayudaré.
-Muchas gracias -sacó una sonrisa, muy diferente a la habitual. Esta sonrisa no estaba formada por maldad y rabia, sino por ganas de cambiar.
-No hay de qué. -le devolvió la sonrisa.
Estela le volvió a besar y le empujó ligeramente hacia su cama, donde poco a poco le fue quitando la ropa.

Las primeras luces del alba entraron por las escotillas del Estrella Polar, los alumnos despertaban tranquilamente en sus camarotes. Poco a poco se dirigían al comedor para desayunar. Sol vio que Piti ya estaba allí, y que se había quedado dormido sobre la mesa. Decidió acercarse a él.
-Buenos días, bella durmiente -la chica revolvió el pelo de Piti.
-¿Qué? -despertó rápidamente- Ah, buenos días. -Bostezó.
-¿No has dormido o que? -Sol se sentó junto a Piti.
-Si, pero sigo con las sábanas pegadas. -se pasó las manos por la cara y se despejó.
-Buenos días a los dos -saludó Ramiro mientras se incorporaba y dejaba su desayuno sobre la mesa.
-Buenos días -dijo Piti, observando la venda que llevaba Ramiro en la cabeza. -¿Y eso?
-¿El que? -Ramiro se dio la vuelta, haciendo que Sol también viese la venda que llevaba. Volvió a girarse.
-La venda. -Sol señaló su cabeza- la venda de la cabeza.
-Ah, nada, que tuve un accidente.
-¿Tu? ¿Un accidente? -dijo Piti- Gamboa, ¿no?
-Si, Gamboa.
-Ese no va a cambiar nunca -contestó Sol- acabará solo.
-Calla, calla, no me hables de Gamboa. -Replicó Piti.
-¿Por qué? -dijo Ramiro intrigado.
-No se lo contéis a nadie -susurró a sus compañeros- pero anoche vi como Gamboa entraba a su camarote con Estela.
-Ya me lo olía -contestó Ramiro con tono bajo- hace días que cenan juntos, y hay veces que ella le sigue.
-¿Creéis que están juntos? -cuestionó Sol
-Yo creo que sí -dijo Piti.
-Yo también -repitió Ramiro.
-No sé, hay algo que no me cuadra… Intentaré hablar con ella.
#16
Adrian1797
Adrian1797
13/04/2012 15:10
En el puente de mando se encontraba Ricardo, observando el mar, vacio. Julia se acercó por detrás con el desayuno en una bandeja. La dejó sobre la mesa, y le abrazó. Él se giró y le miró a los ojos.
-Buenos días Ricardito -le volvió a abrazar y le besó- ¿Qué tal la mañana?
-Un poco aburrida, nada interesante por el momento. Menos mal que has venido.
-Quería traerle el desayuno a mi capitán favorito. -Julia cogió un poco de mermelada que había en la bandeja y se la puso a Ricardo en la mejilla.
-Vaya, ¿y esto? -dijo con un tono burlón mientras miraba su mejilla.
-Que quiero que mi chico sea más dulce todavía. -le guiñó un ojo y cogió la mermelada con un beso.
-Dulce, ¿eh? -le besó tiernamente- Mm, ¿de fresa?
-Si -le dio otro beso- tu premio -le guiñó un ojo y se dirigió a la puerta, sin dejar de mirar la sonrisa del capitán.
-¿Ocurre algo? -dijo él sin darse cuenta de que llevaba un poco de mermelada en la cara.
-No -se aguantó la risa- Nada. -salió del puente de mando.
-De verdad -se dijo a si mismo- que mujer. -soltó una sonrisa y volvió a quedar mirando el mar.
Ricardo se fijó en un calendario que había encima de la mesa, junto a la bandeja del desayuno. El día en que estaban estaba marcado con un corazón. Era 14 de Febrero, San Valentín, día de los enamorados. La cara del capitán reflejaba su sorpresa. “Mierda -pensó- se me ha olvidado prepararle algo a Julia…” Miró el reloj. “Son las nueve, tengo que hacer algo especial” Comenzó a pensar la velada perfecta junto a Julia, se quedó toda la mañana en el puente de mando, mirando que podía hacer.

El San Valentín se notaba por todo el Estrella Polar. Todos estaban muy cariñosos con sus parejas, y los que quedaban solteros pasaban notitas a las chicas libres, y viceversa. Nora se dirigió a su camarote a recoger unas cosas, cuando vio una nota doblada sobre su almohada. << Para Nora>> Ponía por fuera. Se sentó sobre su cama y la abrió. <<Feliz San Valentín, preciosa>> El corazón de Nora no podía estar más acelerado. Salió corriendo del camarote dando saltitos, buscando a Dulce, que estaba en cubierta con Ramiro.
-¡Dulce! ¡Dulce! -Gritaba Nora.
-¿Qué? -Dulce iba cogida de la mano de Ramiro.
-¡Mira! ¡Mira! -Emocionada, abrió la nota y se la enseñó a su amiga.
-¿Y esa nota? -preguntó ella
-Me la han dejado en mi almohada, pero no se de quién es…
-Eh… -Ramiro tosió- Alex -dijo disimuladamente mientras fingía la tos.
-¿Has dicho algo? -Dulce apretó la mano del chico.
-¿Yo? -contestó con un tono burlón- Nada -le guiñó un ojo mientras Nora se alejaba de allí.
-¿Sabes quien ha sido el de la nota? -le susurró al oído.
-Que no, que no. -Soltó una leve carcajada.
-Ya veremos, ya. -le volvió a coger de la mano, le dio un breve beso y continuaron paseando.- Y bueno… ¿Me has preparado algo?
-¿Yo? -dijo preocupado- eh… -se quedó parado.
-Era broma -Dulce soltó una carcajada y le dio un beso en la mejilla.
-¿De verdad que no quieres nada?
-De verdad -empujó ligeramente a Ramiro hacia la barandilla- Con tener a alguien como tu, me basta.
-¿Alguien como yo?
-Si, como tú. Especial -le guiñó un ojo y le abrazó por la cintura
Ramiro soltó una sonrisa, y mirando los ojos relucientes de la joven, no pudo más que besarle.

Atardeció en el Estrella, Ricardo iba por el buque buscando a Julián, el cual estaba en la cocina con Salomé.
-Ricardo, ¿Qué llevas en la cara?
-¿Yo? -se pasó la mano por la mejilla, y se quitó la mermelada que aun llevaba del desayuno.
-Es mermelada. -dijo Salomé- Has desayunado con Julia, ¿no?
-Vaya, así que se reía por eso… -Ricardo rió- Julián, ¿podemos hablar?
-Claro, ¿en privado? -respondió el oficial.
-No, aquí mismo. Quiero prepararle una cena a Julia, ¿me ayudas?
-Claro que sí, todo lo que haga falta.
-¿Quieres que os prepare algo especial? -Preguntó Salomé, que había escuchado la conversación.
-Si no es molestia…
-¡Claro que no lo es! ¡Será todo un placer!
-Gracias Salomé -Ricardo sonrió- Julián, a las 5 de la tarde comenzamos a prepararlo.
-De acuerdo, hasta entonces.
El capitán salió de la cocina y se dirigió hacia su puesto en el puente de mando, donde estuvo el resto de la mañana, vigilando el mar, mientras pensaba en Julia.

Ulises esperaba en el club, con un refresco en la mano. Por detrás de él apareció Ainhoa, a quien estaba esperando.
-Buenos días chivata. -Ulises sacó su típica sonrisa.
-¿Cuándo dejarás de llamarme chivata?
-¿Te molesta? -dijo con un tono irónico.
-No, pero ahora que somos novios, preferiría que me llamases “guapa”, “princesa”… -Ainhoa se acercaba poco a poco a Ulises.
-Pero me gusta hacerte rabiar, me quedo con lo de chivata -el joven le guiñó un ojo.
-Da igual -ella le respondió con una sonrisa- A lo mejor, te apetecía pasar la noche juntos… ¿no?
-Puede -Ulises insinuó con la mirada.
Por allí apareció Valeria, que buscaba a Burbuja.
-¿Vais a montar una fiesta? -preguntó la pequeña a su hermana.
-No, ¿Por qué? -Ainhoa se agachó para hablar con ella.
-Como hablabais de pasar la noche juntos…
-Si, -contestó Ulises- íbamos a montar una fiesta de pijamas, ¿quieres venir?
-¡Si! -respondió alegremente la niña.
-Bien, esta noche te recojo.
-¡Vale! -Valeria se alejó de allí felizmente.
-¿Fiesta de pijamas? -preguntó Ainhoa irónicamente.
-Que querías que dijese… -respondió Ulises.
-No importa, lo pasaremos bien -sonrió Ainhoa- Y lo de pasar la noche juntos, otro día será -finalizó mientras se alejaba del lugar.

Llegaron las 5 de la tarde, la hora acordada por Ricardo para empezar a preparar la sorpresa para Julia. Julián acompañó a Ricardo, cogieron una mesa y unas sillas, y las llevaron a cubierta. Arreglaron un poco la parte donde iban a ponerlas, pusieron un mantel sobre la mesa, encendieron unas velas y las pusieron, y finalmente, los cubiertos.
-¿Crees que bastará? -Ricardo estaba nervioso y preocupado.
-Claro que si, ¡copón! Y ya verás la cena que ha preparado Salomé, va a quedar genial.
-Gracias por la ayuda Julián, de verdad -apoyó su mano sobre el hombro de su amigo.
-No ha sido nada, todo por ayudarte con la Wilson.
-Voy a arreglarme, cuando Salomé haya acabado, avísame.
Ricardo se dirigió a su camarote, donde se puso un traje elegante y se arregló el pelo. Cuando terminó, fue a la cocina, recogió los platos que Salomé había preparado, y los llevó a la mesa que estaba en cubierta. Ya estaba todo listo, así que se dirigió a la enfermería, donde estaba Julia. Se apoyó en la puerta, haciéndose el indiferente, captando la atención de la doctora.
-Vaya -dijo ella, mirándole de arriba a abajo- que elegante, ¿no? Y yo con la bata.
-Eso no es problema -le sonrió- ¿te apetece salir a cubierta?
-Vale, ¿para qué? -se quitó las gafas y las dejó en la mesa.
-Es una sorpresa -le guiñó un ojo y le cogió de la mano.
Salieron los dos, Ricardo le tapaba los ojos a Julia. El Sol se escondía por la línea del horizonte, dejando un cielo color fuego, haciendo que la tarde tuviese un toque más romántico.
-¿Preparada? -Preguntó Ricardo.
-Preparada -dijo segura, mientras Ricardo quitaba las manos de sus ojos.
-Me apetecía prepararte una cena romántica. -el capitán abrazó a la doctora por la cintura.
-Cielo, me encanta. -Sonrió y le besó- Muchas gracias cariño.
-No hay de qué. ¿Cenamos? -Ricardo acompañó a Julia a su silla.
-Si -sonrió y cogió la mano de Ricardo mientras se sentaba.
#17
ricarjulista14
ricarjulista14
13/04/2012 18:59
Me encanta, que mono Ricardo con la cenita, necesito siguiente parte YA!!
#18
Adrian1797
Adrian1797
13/04/2012 22:44
Nora seguía pensando en la nota. ¿Quién podía haber sido? Paseaba pensativa por los pasillos, pensando quien podía haberle escrito la nota. Por una extraña razón, solo podía pensar que había sido Alex. No sabía si por descarte, o simplemente era una corazonada. Se cruzó con él. Nora le envió una sonrisa, y Alex le respondió con un guiño. Al ver que él se alejaba, ella decidió hablar con él.
-Alex, espera. -Dijo Nora mientras se giraba.
-¿Ocurre algo? -sonrió
-Me han dejado una nota… Y quería saber si… Si la habías escrito tú…
-Puede -Alex le guiñó un ojo y se alejó.
Tras la conversación, Nora lo tenía bien claro: había sido Alex. Ahora, ¿Sentía Alex por Nora lo mismo que Nora por Alex? No lo sabía, pero la idea de que fuese así, le ilusionaba.

Ricardo y Julia seguían cenando en cubierta, el cielo cada vez estaba más oscuro, y comenzaban a lucir las estrellas.
-Me está encantando la velada. -Decía Julia- Muchas gracias por prepararla.
-No hay de qué. -Sonrió mientras servía vino en el vaso de Julia- ¿Brindamos?
-Claro -Julia levantó su vaso- Por que lo nuestro dure, seamos igual de felices, y encontremos tierra algún día.
-Por -Ricardo también levantó su vaso- que sigas igual de guapa, por que lo nuestro dure, el Estrella siga siendo una gran familia, y por encontrar tierra -el capitán chocó suavemente su vaso con el de la doctora, y acto seguido, los dos bebieron el vino.
-¿Te apetece hacer una locura? -insinuó ella.
-¿Una locura? ¿Cómo que? -dejó su vaso sobre la mesa.
-Una locura como… ¿Un baño?
-¿Un baño? ¿Ahora? -Ricardo rió.
-¿Tienes miedo Ricardito? -Julia retó a Ricardo.
-No, solo que el agua estará un poco fría, ¿no? -dirigió su mirada al mar.
-Da igual, ya se calentará la cosa -Julia se quitó la ropa, quedándose en ropa interior, y saltó al mar.
-Espera que voy. -Ricardo también se quedó en ropa interior y saltó al mar.
-Que valiente mi capitán -Julia abrazó a Ricardo.
-Todo por mi doctora -Ricardo besó a Julia.
-Qué te parece si seguimos… no se… ¿en el camarote? -le guiñó un ojo.
-Lo que quieras preciosa.
Ricardo cogió a Julia en brazos y la llevó al camarote, dejando toda la ropa y los restos de la cena en cubierta, y dejando un rastro de agua por los pasillos vacios del Estrella. Ricardo entró al camarote, dejó a Julia en la cama, y cerró la puerta. Suavemente se tumbó encima de ella, y acarició su cuerpo lentamente. Julia cogió la mano de Ricardo, comenzó a besarle y acariciar su pelo, y le despojó de la ropa que le quedaba. Juntos, Ricardo y Julia, pasaron una noche apasionada.
#19
RicarJulista99
RicarJulista99
14/04/2012 09:34
Uau Adri me ha encantado enserio... Siguelo cuando puedas plase!! :) BESAZOS a TODOS!! <3<3
#20
Adrian1797
Adrian1797
12/05/2012 19:03
6º PARTE

“Te quiero” Fueron las palabras que acabaron una noche llena de pasión, caricias, suspiros, mil besos expresando un sentimiento. Julia dormía sobre el cuerpo de Ricardo, el cual observaba a su amada, acariciando sus cabellos. Pensaba en cómo una mujer como Julia podía haber acabado en el Proyecto Alejandría, si sabía donde realmente se encontraba esa parte de tierra que quedaba, o si todo lo que estaba ocurriendo, era una un sueño. Daba igual. Daba igual que no existiese tierra, que fueran los únicos supervivientes, o lo que hizo antes de embarcar en el Estrella Polar. Mientras estuviese junto a la doctora, Ricardo era el hombre más feliz del mundo (o de lo que quedaba de él), y nunca dejaría que nada malo le pasase. Pensando en ella, sin darse cuenta, se durmió.
Ricardo despertó horas después. La cama estaba vacía, Julia no estaba ahí. Extrañado, se levantó de la cama, se vistió con lo primero que encontró, y fue a buscarla. Anduvo por los pasillos, despejándose, bostezando, apartándose las legañas de sus entrecerrados ojos. Cerró los ojos al dar un largo bostezo, y se topó con ella.
-Buenos días Ricardito. -Dijo con tono burlón.- ¿Has dormido poco? ¿Qué hiciste anoche para estar así? -soltaba leves carcajadas.
-Que susto me has dado, no te he visto en el camarote y me había preocupado.
-Estaba en cubierta, haciendo ejercicio. -Pasó la mano por el pelo de Ricardo, arreglándoselo un poco- No te preocupes, si muy lejos no me puedo ir. -le dio un beso en la mejilla.
-Tienes razón. -Sonrió y le cogió de la mano- Hay que despertar a los alumnos, ya es un poco tarde, ¿no crees?
-Si, -andaban hacia el puente de mando- ¿Puedo hacerlo yo? -La doctora se acercó al micrófono de megafonía, miró al capitán y sonrió.
-Claro -abrazó a Julia por detrás. La sonrisa de la doctora le cautivó.
-“Chicos, despertad, que ya es hora -decía la fina voz de Julia, que se escuchaba por todos los rincones del Estrella. Ricardo le comenzó a hacer cosquillas- ¡para, para! -decía entre carcajadas. Carraspeó al ver que el micrófono aún seguía encendido- Venga, despertad” -dejó de pulsar el botón que activaba la megafonía- Nos habrá escuchado todo el barco.
-Da igual, no importa -le besó- Si de todos modos ya lo sabían.
-¿Saben lo de esas noches que tenemos? -se sorprendió
-No -Ricardo rió- saben lo de que para mí, eres lo mejor que hay.
-Te quiero.
Julia le dio un beso largo, interrumpido por la entrada de Salomé al puente de mando.
-Buenos días chicos -la cocinera entró con una bandeja en la que llevaba zumo de naranja, tostadas y fruta- Os traigo el desayuno.
-No hacía falta, Salomé -Dijo Ricardo cogiendo la bandeja y dejándola sobre la mesa.
-Da igual, todo por vosotros. Además, seguro que estáis agotados -Salomé le guiñó un ojo.
-No, que va… -contestó Julia ruborizada, con una voz entrecortada.
-¿No? -la cocinera rió- No importa. -Se dirigió a la doctora- Julia, anda, desayuna rápido que tienes que dar clase…
-¡Es verdad! Se me olvidaba -Se dirigió al micrófono de megafonía otra vez con un trozo de tostada en la boca- “Chicos, os quiero ver en el aula en media hora” Ricardo, luego te veo, que aún tengo que vestirme.
-De acuerdo, preciosa -el capitán le dio un beso corto- Luego nos vemos. -Se quedó observando como Julia salía del lugar, seguida de Salomé, y volvió a sus tareas habituales.

Tras el anuncio de Julia por megafonía, todos los alumnos desayunaron rápidamente, y comenzaron a prepararse para ir al aula. Ramiro y Palomares se dirigieron al camarote para avisar a Piti, que dormía aún.
-Piti, despierta -Ramiro cogió un cojín y se lo lanzó a Piti.
-¿Qué pasa? -Piti respondió con la voz ronca, mientras abría los ojos después de un sueño no muy placentero.
-Que tenemos clase, andando.
-Hoy no voy a ir… -volvió a cerrar los ojos.
-¿Por qué? -Ramiro hacía su cama mientras preguntaba.
-¿Necesito motivos para no tener ganas? -Se cubrió la cabeza con la almohada para intentar no escucharles.
-Así que te vas a saltar las clases porque sí.
-Si, ¿algún problema?
-Ninguno, solo que van a venir a buscarte como vean que no estás allí.
-Pues ya me las arreglaré para que no me pillen -se levantó de la cama, se vistió y se fue del camarote.
-¿Crees que le pasa algo? -preguntó Palomares dirigiéndose a Ramiro.
-Si, pero no nos lo va a decir -salieron del camarote y se dirigieron al aula, que poco a poco se iba llenando de alumnos.
Piti se dirigió a cubierta, buscando un lugar donde poder estar solo, solo con sus pensamientos. Inspeccionó el lugar, y se fijó en el palo mayor. Un lugar alto, solitario, donde lo único que se escuchaba era el sonido de las olas incidiendo sobre el casco del barco, y el suave siseo del viento. Subió sin ninguna seguridad que le protegiese, apoyó la espalda en el palo mayor, y ató su cuerpo con una cuerda, por si por algún problema, podría caer. El nudo que hizo no era muy seguro, el sueño invadió su mente, las fuerzas cada vez eran menores, y finalmente, se durmió, en el punto más alto del buque.

Julia se encontraba en el aula, repasando la biología marina del temario correspondiente. Todos los alumnos escribían en los apuntes, atentos, menos Sol, que buscaba a Piti con la mirada, pero no le encontraba. La joven llamó disimuladamente a Ramiro sin que se diese cuenta Julia.
-Pss, Ramiro -Ramiro se giró y dirigió la mirada a su compañera- ¿Dónde está Piti?
-No lo sé -susurró- Hoy no quería venir a clase.
-¿Y no sabes donde está?
Julia interrumpió la clase al ver que Ramiro y Sol hablaban.
-Chicos, ¿pasa algo? -cruzó los brazos.
-No, nada, nada -Ramiro se giró rápidamente- Perdón, continua.
Julia siguió con la clase, pero eso no hizo que Sol dejase el tema a un lado. Comenzó a pensar donde podía estar Piti, y sin darse cuenta, la clase ya había acabado.
-Podéis recoger, la clase ha acabado. -Los alumnos salieron del aula, y Julia se dirigió a Ramiro.- ¿Y Piti? ¿Por qué no ha venido?
-Eh… No lo sé, está raro desde hace días.
-¿Está enfermo?
-No, pero yo no me preocuparía mucho, se arreglará. -recogió lo que quedaba en su mesa y se alejó del aula.

Ricardo y Julián se encontraban en el puente de mando, como era habitual. Ricardo no hacía más que sonreír. Julián se quitó de la boca el puro que se estaba fumando.
-¿Qué tal te van las cosas con la Wilson? -dijo sin apartar la mirada del horizonte, apagando el cigarro en el cenicero.
-Bien, muy bien.
-¿Le dais al temario? -las palabras del oficial hicieron que Ricardo se ruborizase.
-¿Perdón? -Ricardo tenía unas mejillas color rojo intenso- ¿A que vienen esas preguntas?
-A nada, a nada. -soltó una fuerte carcajada- ¿Habéis pensado en el tema de boda?
-¿Boda?... Es muy temprano aún.
-Qué estás esperando… ¿El fin del mundo? -la ironía de Julián hizo que Ricardo se desconcentrase- Tú le quieres; ella te quiere… Estáis muy preparados. Lánzate.
-Que no, que no. Que no puedo. Le quiero, pero creo que aún es muy temprano…
-Ricardo, no te agobies. -puso su mano sobre el hombro de su amigo- Tienes razón, a lo mejor es muy temprano, pero si ella te lo pide, acéptala.
-Como que ella me lo va a pedir… -Puso una mueca de preocupación, cortada por una colleja que Julián le dio.
-Ya verás como sí, ¡copón! Seguro que algún día te lo pide, si tú no lo haces antes…
-Si tú lo dices…
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