Diario de Puente Viejo. Un pueblo maldecido por una plaga de mentiras y secretos. Cuando la fuerza de la verdad llegue, la felicidad será inevitable.

Flora es, indiscutiblemente, el personaje más misterioso de todo Puente Viejo. Y el misterio me fascina, e irremediablemente, me invita y arrastra a indagar hasta el último resquicio de posibilidad. Todo por hallar una explicación, una historia, un origen. He aquí la historia de Flora, su origen, su identidad.





EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 1ª Parte


A primera hora de la mañana, he cogido la diligencia. Un largo viaje me espera. ¡Cuán inmensa es mi tristeza, pues debo dejar a mi querida Pepa sola, ante todo el mal que la acecha! Tan solo me consuela el saber que el colgante envuelve ahora su cuello, y éste la protegerá en mi ausencia.

Desde el día en que nació, he dedicado mi vida a protegerla. He recorrido los caminos con ella, siempre unos pasos por detrás, en silencio y a escondidas. Aunque ardía en deseos de acercarme, no podía, pues ello implicaría contarle la verdad, revelarle mi identidad, mi historia, su historia, y eso era imposible...no me creería. Pero ahora todo es distinto, el encuentro con Águeda ha dado un vuelco a la situación, ya sabe de su procedencia y de una parte de su pasado. ¡Ahora mis palabras tendrán algún sentido para ella!

Mas debo aplazar ese momento tan anhelado para mí. Pues debo partir hacia las Américas, y la diligencia en la que me encuentro, es un paso para ello. Calvario se ha llevado a Martín allí, con la intención de no volver nunca a Puente Viejo, y no puedo permitirlo. El pequeño Martín tiene que saber quién es su madre y Pepa merece tenerlo a su lado.

Hoy parto a las Américas, convencida de regresar a Puente Viejo con Martín. Veré, desde una distancia prudente, surgir nuevamente el brillo en los ojos de Pepa, mientras acoge en sus brazos a su pequeño. En ese instante, su dicha será la mía también.





Después, solo después, podré contarle la verdad...solo espero que pueda perdonarme, por mi silencio, por mis errores, porque aunque los golpes que le ha dado la vida, no han sido por mi causa, no puedo evitar sentirme culpable. Tan culpable, que jamás podré perdonarme, pero quizá el enorme corazón de Pepa alcance a lograrlo. Mantengo la esperanza de que, si le llevo a Martín, tal vez pueda compensar, de alguna manera, todo lo que ha sufrido. Pero tengo miedo, miedo a que, llegado ese momento, me rechace...si Pepa me diera la espalda, no sé qué sería de mí sin ella.

Desciendo de la diligencia, mientras una lágrima resbala por mi rostro, el sentimiento de culpa me aflige el alma y mengua mi corazón. Con mi tormento y los hombros encogidos, me dispongo a caminar hasta el barco que me llevará a las Américas. Un paso menos en la búsqueda. Martín está más cerca ahora. Ese es mi único consuelo.

Te devolveré a tu hijo Pepa. Te lo prometo. Siempre velaré por ti, mi niña, ese es mi único fin en la vida. Yo te protegeré.

EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 2ª Parte


Las vistas desde el barco son maravillosas. En unos minutos zarpará, y tras un larguísimo viaje, apearé en mi destino.

Mis pensamientos viajan una y otra vez al pasado, remontándose al recuerdo de Salvador Castro confesándome lo que le había hecho a doña Águeda Molero de Aguamansas. Ese recuerdo permanece en mi mente, tan nítido, que pareciera estar sucediendo en este instante. Me relató lo acaecido hasta el último detalle, incluido el embarazo, con una frialdad que todavía hoy me aterra.

No podía quedarme impasible ante eso, lo intenté, pero no podía. La incertidumbre me consumía el alma. La necesidad de saber de ese bebé corroía mis entrañas. Así que, indagué sobre su paradero, hasta descubrir que doña Águeda había entregado al bebé a unos primos de su madre, los Molero Mencía, en la Media Legua. Inmediatamente, ordené disponer mi calesa para el viaje. Y una vez allí, contemplé como medio pueblo había sido devastado. Supe por vecinos del lugar, que poco tiempo atrás, una riada había causado el destrozo.

La familia que buscaba, había desaparecido en esa catástrofe, y ese bebé...caminé por las calles desolada durante horas, hasta que las fuerzas me fallaron, mis piernas flaquearon y mis rodillas se desplomaron rendidas sobre el suelo. ¡Había llegado tarde! Ya no había nada que yo pudiera hacer. Con la mirada perdida en el suelo, atisbé en él un destello no muy lejano. La curiosidad me hizo avanzar hacia allí, con las escasas energías que me quedaban. Comprobé que el brillo provenía de un colgante, lo tomé entre mis manos, y enseguida lo reconocí. ¿Y cómo no reconocerlo? Durante años había adornado el cuello de Salvador. Un colgante azul con una preciosa libélula gravada. Era el alma de Kumoo, el esclavo de Salvador. Tenía que ser una señal. Lo coloqué en mi cuello y proseguí mi búsqueda, sin saber hacia dónde dirigirme, pero con la esperanza casi intacta.

La única posibilidad que me quedaba, era encontrar a la partera de la zona. Probablemente ella, había traído al mundo a ese bebé, y tal vez ella supiese algo de su paradero. Tras recorrer incontables caminos y un millón de preguntas, casi todas sin respuesta, llegué a un pueblo de Asturias donde, entre otros habitantes, residían Carlos Castro y la partera que buscaba, Josefa Balmes, la Candelaria.

Me dirigía hacia su casa, justo cuando la ví salir con una niña de la mano. ¡El bebé que buscaba era esa niña! No sé por qué, pero estaba segura. Cada resquicio de mi ser lo sabía, era ella.

Olvidé mi fortuna y mi vida cómoda, mudando eso, tan solo por formar parte de la vida de esa niña de la única manera que podía, sin que ella me conociera. La ví crecer en la distancia, y la seguí cuando ya convertida en una muchacha, y tras haber dado a luz a un bebé fruto de su amor con Carlos Castro, abandonó el pueblo sola tras ser apaleada. Pero no estaba sola, yo estaba con ella, unos paso más atrás.





Desde entonces, no he dejado de acompañarla en ese incesante recorrido por los caminos...hasta que llegó y se asentó en Puente Viejo.





Donde se enamoró de un apuesto capitán llamado Tristán Castro Montenegro.








Un bello amor de los de cuento de hadas.





Un amor, que yo sé que jamás ha sido, ni será prohibido, pues Tristán no es hijo de Salvador, pero ésa es otra historia que no podré relatar ahora, pues mis recuerdos me han llevado a altas horas de la madrugada y debo descansar. Mañana llegaré a las Américas, y debo estar bien despierta para la búsqueda del pequeño Martín. Ya queda menos. Pronto estaré de vuelta en Puente Viejo de la mano de Martín, buscando ansiosa a Pepa para devolverle a su hijo al fin.

EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 3ª Parte


Un destello de luz azota mi cara. Los primeros rayos de sol comienzan a asomar por el ojo de buey de mi camarote. Me apresuro a preparar mi vestimenta para dirigirme a la cubierta. Dentro de muy poco el barco se detendrá, y al fin llegaré a mi destino.

Ya en la cubierta, puedo vislumbrar, no muy lejana, un pedazo de tierra. Falta poco, muy poco.

De nuevo, regresa a mi pensamiento, mi apreciada Pepa. Una niña llena de vida.





Una muchacha llena de ilusión.





Una mujer de infinita fuerza.





¿Cómo estará? No hay nada en el mundo que me preocupe más. Ni siquiera mi propio hijo. Mi entrega, sin reservas, a procurar el bienestar de la muchacha, a menudo me hace olvidar que lo tengo. Pero lo agradezco. Porque, aunque me cueste y duela reconocerlo, mi hijo es un hombre desalmado y pérfido hasta la saciedad, es sin duda alguna, el vivo retrato de Salvador Castro. Y no me siento orgullosa de ello. Yo fui la primera mujer a la que Salvador encandiló. Antes que a Francisca. Antes que a Eugenia de Moncada, hija del marqués de Alví, a la cual abandonó por la Montenegro. Antes que su primera mujer, madre de Carlos Castro. Yo fui la primera a la que embaucó y sedujo con su disfraz de porte emotivo y afable. Mi hijo, fue fruto de ese engaño. Su nombre es Salvador, Salvador Castro. Él sabe de la existencia de sus hermanos, y sé que en algún momento, hará algo.

Al quedarme embarazada, descubrí al verdadero Salvador, el que se ocultaba tras el disfraz. Él quería casarse conmigo, pero con una tenaz sutileza logré evadir la situación. Todavía hoy, no alcanzo a entender, cómo pude conseguirlo. Cuando mi hijo nació, quise escapar, pero me lo impidió. A medida que iba creciendo me fui dando cuenta de que, muy a mi pesar, mi niño era el reflejo de su padre, tanto en apariencia como en carácter. Como dos gotas de agua. Y las escasas cualidades que había heredado de mí, su propio padre se encargó de exterminarlas, sin que permaneciera el mínimo resquicio de ellas, borró hasta el último rastro, sin que yo pudiera impedirlo. Lo intenté, dios sabe que lo intenté, pero fue en vano. Nadie puede con Salvador Castro.

No dejo de pensar lo afortunada que ha sido doña Águeda. El fruto de su violación ha resultado ser un ángel, mientras que el fruto de mi amor, no es sino un demonio sin un ápice de bondad. Es inevitable envidiarla por ello. Supongo que, de alguna forma, mi entrega hacia Pepa, ha sido porque en lo más profundo de mi ser, deseaba que el fruto de mi amor hubiera sido ese ángel, y no un monstruo. Pepa es el único bien que aportó al mundo Salvador Castro, el hombre que un día amé.

Me aterra la idea de que, Salvador, mi hijo, aparezca en Puente Viejo. Pero eso acontecerá tarde o temprano, es un hecho ineludible. Solo espero regresar a tiempo a Puente Viejo. Debo llegar antes que él, para proteger a Pepa. Ni el colgante ni los arrestos de la muchacha, servirán para aplacar a Salvador Castro. Por ello debo apresurarme y encontrar a Martín cuanto antes.

Martín...otro ángel fruto de otro monstruo, Carlos Castro, que a pesar de no correr sangre de Salvador por sus venas, es tan Castro como él, y como mi hijo. Pero Martín, al igual que Pepa, no guarda maldad en su sangre, en su corazón. Ambos tornaron la alevosía en bondad y el rencor en cariño. Ambos viven ahogados en desgracia y tristeza, rodeados de almas malvadas y dañinas...pero yo les salvaré.

Cometí el error de traer al mundo un monstruo, de facilitarle a un monstruo otro pequeño monstruo con el que perpetuar sus pasos. No cometeré el error de permitir que ese monstruo, acabe con la vida de dos ángeles. Pepa y Martín serán felices, aunque se me vaya la vida en ello. Yo, Flora Ulloa Fragua, doy fe.

Sí, Ulloa. Soy la madre de Salvador Castro Ulloa, la protectora de la hermanastra de mi hijo, pero también la hermana mayor de Raimundo, y por tanto, la tía de Tristán y de Sebastián.

El barco ha atracado. No debo perder un solo instante. ¿Dónde estás, mi pequeño Martín? ¿Dónde estás?

Bea, acabo de descubrir tu diario, me encanta, esta lleno de dulzura y de amor.

Espero seguir leyendote.

Bienvenid@ albabi. Es un honor tenerte por aquí. Continuaré con la historia...aunque todavía no sé cómo terminará. De hecho, en principio, tenía en mi mente otra trama, pero a medida que voy escribiendo...creo que voy entendiendo más y más a los guionistas. Retorcer la historia hasta límites impensables es mucho más emocionante. (Con un límite, por supuesto, una cosa es retorcer la historia, y otra muy distinta estropearla con únicamente desgracias y demás, pues una historia bella y feliz, también es maravillosa.) Luego es más difícil hacer que todo encaje con la historia, para que tenga algún sentido, pero vale la pena. Más tarde escribiré algo más. Ahora me tengo que ir. Lo dicho. Un placer tenerte por aquí, y que te guste mi historia. Lo más bello de escribir, es poder compartirlo, y también escuchar las opiniones de los demás, sean alabanzas o críticas, todo es constructivo.

EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 4ª Parte


Encontrar una habitación para pasar la noche me ha llevado todo el día. Me faltan las fuerzas, incluso para escribir. Mañana comenzaré la búsqueda del pequeño Martín. Me pregunto que estará pasando en Puente Viejo.


EL DIARIO DE PEPA. RELATO DE UN CORAZÓN SORPRENDIDO. ¿ES AMOR, O ES MI EMPEÑO POR OLVIDAR? 1ª Parte


Diego me ha besado. Y lo he consentido. Y lo he correspondido. Un millón de sentimientos pasean por mi mente, aunque no sabría nombrar ninguno en este momento. ¿Qué me está pasando? ¿Es mi corazón que comienza a amarlo, o es mi cabeza que intenta convencerme de ello para así, olvidar a Tristán? Creí que escribiendo podría hacer aflorar algo de cordura en todo esto. No puedo. Todavía no. No estoy preparada.

Llaman a la puerta. Es Tristán. Mi amor entra por la puerta...tal vez debiera despacharlo por la ventana.

Bea que preciosidad de diario y de ediciones ¡son realmente preciosas!

Bea precioso. ¡ Que pena que no seas tú la guionista de esta serie; eres fabulosa. No sé si te dedicas a ésto o piensas hacerlo en un futuro; desde luego si es así, te auguro un éxito asegurado.
Sigue escribiendo este diario que te aseguro que no me pienso perder ni una línea.
Un besito guapa.

Gracias thirdwatch y a ti también, ensemos. No me dedico a esto, pero siempre me ha gustado escribir. Y si alguien me diera un puesto en ello, desde luego no me negaría.
Me alegro que os guste. Eso me anima todavía más a seguir con mi historia. Prosigo pues...


EL DIARIO DE PEPA. RELATO DE UN CORAZÓN SORPRENDIDO. ¿ES AMOR, O ES MI EMPEÑO POR OLVIDAR? 2ª Parte


Tristán se ha ido por donde ha venido. Le he dicho la verdad, que entre Diego y yo, ha comenzado a surgir algo.





Hubo un silencio que, aunque instantáneo, a mi me pareció una eternidad. Observé su mirada perdida, mientras deseaba que la tierra me tragase en ese mismo instante.





Entonces, se dispuso a hablar. Y su boca pronunció; "Me voy a casar con Gregoria, no puedo hacerte reproche alguno", mientras, sus ojos decían otra cosa.





No esperó respuesta alguna por mi parte, y se fue. Ahora, me siento todavía más confusa.





Tras ver su mirada, se me remueve la conciencia, y se me trastoca el alma sobremanera. Sus ojos pesarosos y su semblante alicaído, me muestran una realidad que quisiera no conocer. No me ha olvidado, me quiere, y no es feliz con la doctora. Y en cambio yo...mis ojos irradian gozo y alegría, una ilusión invade y enloquece mi cuerpo entero. La misma Emilia me lo ha dicho, y yo misma los sé.





Y me siento mal por sentir lo que siento. Hay momentos en los que creo que merezco rehacer mi vida y ser feliz. Pero hay otros en los que no me siento con ese derecho, pienso que sentir por otro hombre, ensucia y empequeñece mi amor por Tristán. No sé qué pensar. Solo sé, que no volveré a cometer el error de compartir mi vida con alguien a quien no ame. Ya cometí ese error con Alberto, y no pudo salir peor.

Hay personas que son incapaces de estar a solas, tal vez me equivocaba, creyendo que yo no era una de ellas. Pero por otro lado, una cosa es permitir que otro hombre entre en mi vida por no querer estar sola, y otra muy distinta es esta emoción que aflora en cada poro de mi piel.

A veces sueño con que mi llegada a Puente Viejo, fue tan solo una fantasía.





Sueño que aquel apuesto capitán a lomos de un caballo eran solo una ilusión, y mi cuerpo sujetándose fuerte a él, un producto de mi imaginación.





Pero enseguida recapacito y agradezco que hubiera sido real. Puente Viejo y mi capitán, me llevaron a reencontrar a mi pequeño soldado. Mi pequeño...sin él, sin Tristán y correspondiendo los besos de otro hombre. Daría lo que fuera porque Flora estuviese aquí, ahora. Sus palabras me ayudarían tanto...


EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 5ª Parte


Con los primeros rayos de sol he comenzado a indagar sobre el paradero de Martín. Pero, para mi sorpresa me ha resultado más sencillo de lo que esperaba. Aunque, no es una buena noticia. El niño no estaba con Calvario. Rescatarlo sería más difícil de lo que imaginaba.

Paseando las calles, le he visto. No me lo podía creer, ahí estaba.





La casualidad del destino, me lo había puesto frente a mis ojos, al otro lado de la calle. Le seguí a él y a sus raptores hasta llegar a un pequeño chozo en ruinas. Una vez vista su guarida, regresé a mi habitación...y aquí estoy, pensando cómo puedo lograr arrancar de las garras de dos monstruos al pequeño Martín. Dos monstruos con nombre y apellidos, y que yo conozco muy bien. Mi hijo, Salvador Castro Ulloa, y su hermanastro, Carlos Castro.

Bea que preciosidad y que hermosura de ediciones. Enhorabuena. Y tu diario realmente emotivo y que forma de captar las emociones.. Digo lo mismo que ensemos deberías ser guionista de la serie.

Gracias thirdwatch. Las ediciones son algo nuevo para mí. Nunca lo había hecho, pero sentí que eran totalmente necesarias. Leer sin alguna imagen que refleje lo escrito, sería tedioso e insípido. Requiere más tiempo y esfuerzo (recordar capítulos e imágenes acordes con el momento, buscarlo para fotografiar, editar la foto a mi manera, descubrir cómo se colocan aquí...no tenía ni idea, y ciertamente me costó lo mío), pero luego, al verlo aquí plasmado, he sentido que merecía la pena. Es lo que tiene no tener trabajo, tiempo me sobra, y el esfuerzo, cuando se acompaña de ilusión, resulta confortable.


EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 6ª Parte


Ayer localicé a Martín con esos dos degenerados. Hoy, me encuentro en un barco que tiene marcada su trayectoria, mas desconozco yo mi destino todavía. Permanezco escondida, aguardando la voluntad de estos bellacos, sin perder de vista ni un instante a mi pequeño. Traman una venganza, no cabe duda. Intuyo que su propósito radica en Puente Viejo.





Una zozobra desmedida me estremece el alma, siento la necesidad de encomendarme a mi Señor, sin su ayuda estoy perdida. Escucha mis plegarias, las repito sin cesar.

"Protege a Pepa, con mi vida si hiciese falta. No la desampares, no merece más desgracias."


EL DIARIO DE TRISTÁN. LUCHA INTERIOR. EL DEBER O EL QUERER. SER UN HOMBRE DE HONOR INFELIZ SOMETIDO AL ARBITRIO DE MI MADRE Y DEL QUÉ DIRÁN, O SER UN HOMBRE VALIENTE Y DICHOSO ENTREGADO AL AMOR SIN RESERVAS. 1ª Parte





Una mujer posee mi corazón y permanece en cada segundo de cada uno de mis pensamientos.





Ella es toda mi vida, y desde que no la tengo como quisiera, como debiera, me siento como alma en pena a la deriva. No encuentro sentido a mi caminar. Todo lo que pueda hacer, decir, pensar, es inútil...¡y mentira!. ¿Qué clase de hombre puedo ser si no puedo actuar conforme a mis sentimientos? ¿Y en qué me convierte el amar con pasión, con delirio, a una mujer que lleva mi misma sangre? ¿Y qué hay de la cobardía que muestro aceptando los besos de una mujer enamorada por la cual no siento ni un ápice de todo el amor que le proceso a Pepa? ¿En qué me he convertido?

Debo dejarla ir, pero no quiero, no puedo. Ha comenzado a surgir algo entre Pepa y Zamalloa. Lo he oído de sus propios labios. Me ha mirado a los ojos, y me lo ha dicho, mientras, tan solo deseaba que la tierra me tragase en ese mismo instante. ¿Pepa, mi Pepa con otro hombre? ¿Y ahora qué? No puedo hacerle reproche alguno, lo sé. Pero soy incapaz de aceptarlo, cada resquicio de mi cuerpo, de mi alma, de mi corazón, de mi mente...cada pedazo de mí me grita que no puedo permitirlo.

Mi cuerpo me implora su calor, su tacto, su piel, su amor.





Mi alma se marchita sin ella.





Mi corazón y mi mente me suplican que la busque nuevamente, me repiten una y otra vez que la coja entre mis brazos...





...y que la bese, como si no hubiera un mañana...





...para que el mundo entero se entere que ella es mía, y yo soy suyo.

bea genial toda una escritora de elite, yo te daria el guion de puente viejo, para que lo arregles que falta esta haciendo a estas alturas.
te seguire diariemente, eres un genio de la escritura !!!!!!

Yo secundo a Natalia te daba el guión de puente viejo encantada. Como te resalté antes me encantan tus ediciones. el color, las imágenes que eligen que acompañan perfectamente el relato.

¡Bea, me encanta! He empezado a leerte hace poquito, pero desde luego no me arrepiento. Como bien dice third, las imágenes, preciosas por cierto, concuerdan exactamente con el texto. Me encanta.

Cuando Diego se despide de Pepa, sin ella saberlo, ésta le dedica unas preciosas palabras. Con el permiso de Pepa, que de seguro me lo concede, las tomaré prestadas (aunque invirtiendo el orden) para contestaros.

Cada palabra que me decís me regala más que la anterior...pero no sé por qué no me molesta.

Vuestros halagos me han dejado gratamente sorprendida, agradecida estoy. Y como muestra de ello, os dedico estos versos como obsequio.


EL SENTIR DE PEPA. MI HIJO ESTÁ CONMIGO





Tengo el alma encogida,
y mi amor...
mi amor ya no sé ni cómo está.
Siento cómo se me va la vida,
a poquitos va rompiendo mi corazón,
y ya no hay medicina que lo pueda sanar.

Esta vida maldita,
me mira con rencor,
todo lo que me da me lo quita,
¿y cómo creer que hay Dios?

Tanta inquina,
tanto resquemor,
¿que he hecho yo en esta vida,
para merecer tanto dolor?

No hallo respiro alguno,
en mi caminar.
En este andar "tontuno",
sin rumbo he de vagar.





Si existe alguna desgracia más,
que todavía no me haya tocado,
por descontado la voy a padecer.
Mas aunque ya no me quedan lágrimas por derramar,
el temor no me hará retroceder ni un solo paso,
me sobra fuerza para vencer.

La vida no me ganará la batalla,
pues hace tiempo que yo ya la tengo ganada.

Ya no tengo a mi lado,
a mi pequeño soldado,
es cierto.
Mas nadie me podrá arrancar su recuerdo,
y en mi corazón despedazado,
mi amor por él permanece intacto.





Es mi hijo, soy su madre,
eso es innegable.
Martín es lo único en este mundo,
que nada ni nadie me podrá arrebatar.
Ese amor eterno y puro,
me pertenece para la eternidad.

Mi pequeño soldado es ahora un angelito,
causante de mis delirios,
pisa allá donde yo piso,
donde quiera que vaya, él vendrá conmigo.





Y con tan preciado tesoro...
¡Poco me importan los demás despojos!

Por más que me quieran quitar,
yo ya he vencido.
Por más que me quieran matar,
yo ya he vivido.
Por más que me devore la soledad,
mi hijo está conmigo.

Mi bebé...





Mi niño...cierra la puerta al salir...





...y si al volver, alguna vez la encuentras cerrada,
haz a tu madre feliz,
salta por la ventana,
pero jamás, nunca,
me dejes sin tí en esta vida inmunda...
enloquecería.

Mi soldado, mi angelito,
mi amor, mi delirio...
bien sabes, que ni un instante te olvido.

Soy tu madre,
y eso, no me lo quita nadie.

Ven, corre a mis brazos,
mi pequeño soldado.

Que preciosidad, que tomen nota los guionistas, porque han destrozado la serie.

Bea, te nombramos guionista oficial del foro de ftv!! Jajajaja Desde luego les das cien mil vueltas a todos los demás lionistas.

Gracias, de verdad. No tengo palabras. Vuestros comentarios positivos me conmueven, y sobretodo, incrementan todavía más mi deseo insaciable de escribir y escribir...¡sois mi inspiración!


EL DIARIO DE MARTÍN. NADA MÁS NECESITABA, TAN SOLO A PEPA Y SU DESMEDIDO AMOR POR MÍ. 1ª Parte


Calvario me alejó de Puente Viejo. Es mala. Si me quisiera, jamás me separaría de mi padre y de Pepa. Creí que nada peor me podría pasar, pero me equivocaba. Dos hombres me tienen retenido, y de Calvario, no sé qué ha sido. La verdad, tampoco me disgusta, pues ella solo me ha causado mal.

Uno es Carlos, mi tío. El otro, es Salvador Castro, pero no es mi abuelo. No entiendo nada, y tengo miedo. Pero debo ser valiente, un digno soldado. Ésta es mi oportunidad para demostrar que puedo llegar a ser capitán, como lo es mi padre. ¡Pero es tan difícil ser valiente ante dos hombres tan temibles como perversos!

Esto ya no es como en las batallas de soldados a las que jugaba con Pepa.





Ahora ya, no es un juego. Y ellos, son más fuertes.

Nunca me había sentido tan triste. El miedo y la nostalgia de Puente Viejo, y de todo lo que allí tenía, hacen que llore día tras día.





Cuando lo hago, recuerdo las palabras de mi padre: "Los hombres también lloran, y no hay nada de malo en ello". Mi padre...¡echo tanto en falta sus abrazos!





Y cuando me siento solo, regreso al momento en que Pepa me decía: "Mi niño, mi pequeño, Martincillo...".





Era imposible no sentir todo el amor que desprendía en sus palabras. Con el calor de su abrazo, me ofreció tanta serenidad y ternura...sus palabras y su abrazo me completaban, nada más necesitaba, tan solo a Pepa y su desmedido amor por mí, que de sus entrañas emanaba. Ese recuerdo sosiega mi voraz anhelo de cariño. Pepa me quiere. No es mi madre, pero siento como si lo fuese.

Todas las noches, se repite un mismo sueño. Estoy escondido en el bosque...





...y Pepa me busca.





Pese a mi silencio, finalmente me encuentra. Me llena de besos, y me conduce de regreso a Puente Viejo, para reunirme también con mi padre.





Entonces me despierto, repitiendo sin cesar: "Pepa, búscame, y cuando me encuentres, no dejes de abrazarme".




EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 7ª Parte


Continuo en el barco. Desde aquí, puedo ver a Martín. Desconozco que ronda por sus pensamientos, mas es imposible no percatarme de su profunda tristeza, tal vez sea por esa lágrima que resbala por su rostro angelical. Quisiera correr a abrazarlo. Quisiera gritar "Sosiégate, mi niño, no temas. No estás solo, yo estoy aquí para protegerte".

El barco se ha detenido. Los dos Castro apean del barco con el pequeño, y aunque no lo saben, también conmigo.

EL DIARIO DE FLORA. RELATO DE UNA BÚSQUEDA. 8ª Parte


Tras un largo viaje, mi hijo, su hermanasto, Martín y yo, hemos llegado al destino. Mi intuición no me engañaba. Estamos en Puente Viejo.

Después de comprobar cual será su refugio, envuelta en un manojo de nervios e incertidumbre, me dirijo al encuentro de Pepa. Ella, más que nadie, debe saber qué ocurre, y el peligro que corre.

Buenas tardes chicas ....
Bea gracias por la capturilla que tome esta mañana para alegrar el hormiguero.....
ya te deje las gracias en el hilo, no había visto este hasta ahora y es precioso el hilo que has creado y los montajes que haces.....

Lo dicho Berlin. Gracias a ti. Para eso están, para lucirlas dónde sean bien recibidas. Esa, y las que sean menester. Un placer verte por aquí.


EL DIARIO DE PEPA. RELATO DE UN CORAZÓN SORPRENDIDO. MI HIJO ESTÁ VIVO. 3ª Parte


Siempre creí que era mi imaginación, mis delirios...una invención de mi cabeza para evadir mi mente ante la adversidad, una fantasía de mi mente enajenada por la desgracia...¡pero no! Estoy cuerda, su persona era tan real como inmenso mi asombro al verla. Flora ha estado aquí, conmigo, la he visto, la he tocado, la he abrazado...¡y el calor de su abrazo me ha trasmitido tanta paz! Flora es real, una realidad que ha vivido por y para protegerme.





Y mi niño, mi pequeño...¡estás vivo! La impresión hizo que, durante un instante, mis piernas flaquearan, pero mi ansia de verte les dio impulso para correr...y es que, nada más necesitaba, tan solo acogerte en mis brazos, y darte todo el amor que te he guardado en estos años. Pero Flora me detuvo, tu vida corre peligro, y no podemos precipitarnos. Tiene razón, pero mi hijo está vivo...¿cómo no van a nublarse mis entendederas?

Flora es hermana de Raimundo, que vendría a ser, algo así como mi abuela. Ahora entiendo de dónde proviene tanta bondad. ¡Ulloa tenía que ser!

Salvador Castro es su hijo y mi hermanastro. Y Carlos Castro...un canalla que me ha arrebatado a mi hijo por tercera vez. Una multitud de sentimientos revuelven mis entrañas, aturden mi corazón, oprimen mi mente y la entorpecen. Se me trastoca la sesera, mientras mi corazón rebosa de alegría, mi faz muestra cómo me ciega la cólera, mientras mi alma languidece, mi rostro irradia una felicidad extrema.

Flora ha ido a comprobar que mi pequeño continúa en el que esos dos malhechores han tomado como refugio, y yo debo hallar a Tristán, para ponerle al tanto de lo acaecido sin más dilación. Sentí el deseo de hacérselo saber también a Diego, pero Flora me ha hecho recapacitar. De saberlo él, podría dar parte a las autoridades, y éstos no dudarían en exponer la vida de Martín a su suerte.

Una vez informe a Tristán, nos reuniremos en la posada con Flora, para poner al tanto a Don Anselmo, a Raimundo y a Emilia de esta noticia, complaciente y preocupante a la vez.


EL DIARIO DE PEPA. RELATO DE UN CORAZÓN SORPRENDIDO. MI HIJO ESTÁ VIVO. 4ª Parte


Al llegar a la Casona pedí a Rosario que llamara a Tristán. No hacía falta decir más. La viveza de mis palabras y el nerviosismo de mi rostro, ya mostraba la evidencia de que era importante e imperioso lo que venía a decir. Ni un segundo tardó en decirme que Tristán se encontraba en el jardín, casi tan expectante y emocionada como yo. Corrí con una inmensa desesperación e infinitamente esperanzada hacia el jardín...





Y allí estaba...mi capitán, sentado a la mesa, y perdido entre un puñado de papeles.





Le miré...





Me miró...





Era incapaz de esperar un instante más. Mientras me disponía a sentarme comencé a hablar...





...ahora, la expresión de Tristán era clavada a la mía. La emoción salía a borbotones en su mirada, en su sonrisa...





...y la felicidad nos sorprendió a luz de un sol cegador, conmovido por nuestra ilusión.





¡Nuestro hijo estaba vivo! La felicidad era tal, que ambos olvidamos esos lazos de sangre que nos unen, y con un beso repleto de amor y deseo, sellamos ese momento.





Martincillo...no te inquietes, tu padre y yo, ya estamos de camino.


EL DIARIO DE FLORA. FIN DE UNA BÚSQUEDA, COMIENZO DE UN RESCATE. 9ª Parte


Pepa ya sabe la verdad, a medias. Todavía me queda mucho por contarle, pero ahora no es el momento. De lo que todavía desconoce, quizá lo más importante sea, que Tristán no es su medio hermano. Había pensado en hablar con Francisca, para darle la oportunidad de ser ella quien se lo diga a su hijo, pero...ha tenido muchos años, muchas oportunidades para hacerlo. Si no ha cedido ni ante el inmenso dolor de su propio hijo por no poder estar con Pepa creyéndola su hermana, tampoco lo hará ahora por más que yo se lo implore.

Creo que lo mejor será esperar a que salvemos a Martín...espero poder resistir la tentación de contárselo. Conociéndome...ciertamente, no lo creo.