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Foro El secreto de Puente Viejo

Mi Puente Viejo :)

#0
tequila9
tequila9
27/08/2012 16:51
Últimamente (por no decir, desde hace más de 1 año), no me están gustando las tramas. Harta de presenciar día tras día la lucha de Pepa y Tristán por sobrevivir a la cacería de brujas llevada a cabo por los guionistas y todo eso, unido a que el verano me permite mayor tiempo libre, ha hecho que escriba escenas, aquellas escenas que nunca van a suceder y tanto anhelaba, esas palabras que quisimos escuchar y se nos fueron negadas...

Os adjunto una escena que he escrito... no corresponde a ninguna historia, es solo eso, una escena y mi propósito al publicarla es solo compartirla con vosotr@s!

Ahí vaaaaa!
#1
tequila9
tequila9
27/08/2012 16:56
Que hay que saber para seguir la historia:
- Pepa y Tristán están casados.
- Pepa, a sus 37 años, después de 13 años desaparecida, acaba de tener 1 hijo y ambos están bien ( toooooooma!)
- Pepa y Tristán tienen 2 hijos más: Aurora de 13 años y martín de 20 años.
- Pepa ya sabe que Martín está vivo pues este se lo dijo hace 1 meses, al revelar que Gonzalo era sólo su máscara.
- La familia reside en el jaral.
#2
tequila9
tequila9
27/08/2012 17:14
-Te quiero- dijo Tristán mientras la tenue luz de la habitación jugaba, como si de un peluquero caprichoso se tratase, a clarecer y oscurecer sus cabellos. Entonces besó la frente de su esposa y acarició el suave cabello del pequeño.

El suave momento fue interrumpido por el abrir de la puerta y unas voces lejanas.
- ¿Qué son esas voces?- exclamó Tristán.
Martín hacía guardia en la puerta, privando paso y visión a Aurora, que daba irregulares saltos detrás suyo. Ambos se adentraron en la alcoba hasta situarse frente al lecho.
- Vengo a dormir con vosotros- anunció Martín con su mejor sonrisa.
- Venimos- le corrigió Aurora, fingiendo un serio semblante.
Pepa miró embelesada a sus hijos, a la vez que dibujaba, lentamente, una sonrisa.
- Hay que ver- dijo Tristán. Acto seguido se levantó de la cama y se dirigió a la habitación contigua, comunicada con el dormitorio, para preparar unos papeles.

- Mis amores- empezó Pepa- siento deciros que tantos años de vuestro padre lejos del ejército... por suerte... han hecho inevitable la aparición de una adorable barriga en él... hecho que imposibilita que quepamos todos!
- ¿ Disculpa?- dijo Tristán, aparentando sentirse ofendido.
- Entonces me quedo yo- se apresuró a añadir Martín.
- ¿Y eso por qué?- exclamó Aurora con cara apenada.
- Porque soy la opción más razonable... todo el mundo sabe que es harto difícil... por no decir imposible... conciliar el sueño a la vera de mi hermana... ¡no para de moverse!
- Fue a hablar el angelito... si te pasas toda la noche roncando...- le acusó Aurora con el dedo.
- No son ronquidos, creo que.. más bien es que... respira fuerte- comentó Pepa .
-Por supuesto que son roquidos- empezó a decir Martín- es mi forma de manifestar mi evidente masculinidad a la vida nocturna...
- Debe ser eso- añadió Aurora con ironía.
Los dos hermanos batallaron con sus miradas.
- Déjalo estar, hermano... sabes perfectamente que soy la favorita de madre... abandona ahora y conserva así un poco de dignidad...

De repente llamaron a la puerta.
- Si son más candidatos a compartir vuestra cama, espero que se de preferencia al momento de petición- comentó Martín.
- Soy Rosario- se oyó a través de la puerta.
Martín abrió y la cálida Rosario se adentró en la cambra.
- Señorito Martín... suerte que le encuentro aquí... no sabe el rato que llevo buscándole... en fin.. es María... le está aguardando en la salita desde hace rato... creo que es importante... sus palabras textuales fueron: " Más le vale acudir presto a ese ingrato"... discúlpeme... le garantizo que son sus palabras...
Martín suspiró y sus ojos se llenaron de derrota al comprobar como su hermana dejaba caer su cuerpo sobre el lecho, ocupando, adrede, todo el espacio posible.
- ¡ Qué comodo!- exclamó Aurora con descaro.

Ya saliendo por la puerta, Martín dijo a su padre: Ya podría usted adelgazar, ¿no?
Tristán palpço inocentemente su barriga y buscó la mirada de su esposa para corroborar la certeza de la acusación de su hijo.
Aurora se incorporó en la cama y clavó sus grandes ojos oscuros sobre su hermano.
- Hola precioso... aquí está tu hermana favorita... ¿a que soy mucho más divertida que Martín?
El pequeño solo dió suaves golpecitos sobre el colchón.
- ¿Vé madre? Me da la razón...- añadió Aurora. Después le acarició la nariz con los nudillos y susurró:- Martín es aburrido... ¿a que si?
Pepa sonrió al contemplar la escena y suspiró. La felicidad cubría cada una de sus células. Primero se asustó, como es común ante lo desconocido. Pero dejó salir su característico coraje y empezó a disfrutar de la felicidad tan merecida, una felicidad sin fecha de caducidad.
#3
ESDPV96
ESDPV96
27/08/2012 19:10
Decirte que escribes super bien y que me ha encantado esta escena que espero que sea el principio de tu historia porque necesitamos un poquito de felicidad :D gracias
#4
pelocha87
pelocha87
27/08/2012 20:13
precioso, espero q escribas alguna mas
#5
tequila9
tequila9
27/08/2012 22:10
Celebró que os guste... escribir 1 historia requiere de tiempo y pronto no dispondré mucho de él, así que no creo que me aventuré a desarrollar 1 historia... aunque tengo escenas en la cabeza... de Tristán con Aurora, Aurora y la Paca, Aurora y Martín... a ver si me animo más adelante :)
#6
ESDPV96
ESDPV96
27/08/2012 22:54
Pues cuelganos escenita por favor :D
#7
tequila9
tequila9
27/08/2012 23:28
Esta es otra: Mágico mediodía

Los primeros rayos de sol luchaban por dejarse entrever entre las opacas montañas. El cielo más azul jamás visto contrastaba con su corazón, que seguía triste, escondido detrás finas pero inquebrantables cortinas de fría lluvia.

Bajó la vista hacia el pueblo, rodeado por el acaudalado río, característico de las fechas primaverales. Pero el ruido de unos pasos cercanos le hizo volver a la realidad.

Una chica vestida con finos ropajes color claro miraba con desesperanza los agrestes y rocosos caminos que tenía enfrente, absorta. Sus cabellos eran oscuros y se trenzaban de forma natural en las puntas. Martín , pese a la razonable distancia que los separaba, pudo ver como los ojos de la chica, grandes, muy oscuros y en forma de almendra, se llenaban de impaciencia y desespero. Y entonces ella giró la vista y clavó sus mágicos ojos sobre él.

- Mon Dieu, Monsieur! Quelle frayeur!- exclamó la chica sin pensar, con los ojos llenos de sorpresa. Pero al ver el desconcierto del muchacho dijo:
- Disculpe…no sé por qué me he dirigido a usted en francés… le ruego me disculpe…
- No hay de que disculparse, aunque le agradezco se dirija usted a mi en la lengua del “Imperio dónde nunca se pone el Sol”… mi triste francés no bastaría para exaltar sus numerosos encantos… aunque ha sido suficiente mi ordinario vocabulario como para ofenderme… ¿tan viejo me estoy volviendo que se dirige usted a mi como señor?
- No…, claro que no- se apresuró a decir la muchacha. Martín sonrió al detectar el color rojizo que estaban adquiriendo las mejillas de la chiquilla.
- Pues…muchacho- remarcó esta última palabra y aguardó su aprobación-… si no soy muy indiscreta, ¿qué le ha traído a un lugar tan apartado?
- Necesitaba pensar, poner en orden mis asuntos.
- Le dejó con ellos pues- saltó ella.
- No se apure… es inútil imponerles orden, soy de naturaleza desordenada y…- paró al contemplar la mirada de la muchacha que, inconscientemente reflejaba preocupación.
- ¿ Qué preocupa a esta joven alma?
La chica no contestó puesto que se debatía contestar, con el peligro que conlleva la sinceridad o desviar, sutilmente, el tema de conversación.
- Vamos encanto, no dudes en abrir tu corazón… estás delante un hombre de dios… sea este un confesionario que se rija por las normas de los convencionales… tus secretos están a salvo…
Ella le dedicó una sonrisa como respuesta.
-Vengo… a ver a mi abuelo… vive cerca de aquí…creo…lo cierto es que ando un poco perdida.
- ¿ A dónde se dirige?
- A Puente Viejo.
- ¿ Puente Viejo? ¡ Bendita fortuna! Allí es donde resido… de buen seguro conozco a su abuelo…
- Se llama Raimundo Ulloa- al advertir la sorpresa en la cara del cura, añadió- sí… soy la hija de Tristán y Pepa…, la partera…soy Aurora…
Martín estaba absorto y contemplaba incrédulo a la muchacha que tenía enfrente, sintiendo a su madre más cerca que nunca. Los nervios afloraron en la chica a causa del extraño silencio que les envolvía y rápido añadió:
- Le ruego guarde silencio.. no quiero que mi padre se entere de que me he escapado del internado… compréndame, estaba harta de su constante indiferencia, de la disciplina inherente a los franceses.. .yo… sé que actúo en el pecado puesto que mis motivos al iniciar tal aventura fueron el saber si mi padre me aprecia y por tanto le preocupo o si le soy indiferente…y…- su discurso se vio interrumpido por un abrazo. Martín no pudo contenerse y rodeó con los brazos el esbelto cuerpo de la chica. Asustada, la chica se zafó.
Entonces, él volvió a la realidad e hizo lo propio para justificarse:
- Discúlpeme si la he asustado… me crié en América, junto a los indígenas…allí, con este gesto se expresa el comprender del pesar de otros…
- Jajjaja… sí… ya me había parecido a mi ver caer alguna pluma- bromeó ella, ya más tranquila.
Martín le contestó con una sonrisa.
Auroraaa, Aurora estaba allí.. poco a poco su lluvia interior empezó a cesar y todo se llenó de luz. Fue tan mágico el momento que, aunque el Sol seguía aún detrás las tozudas montañas, parecía mediodía.
#8
ESDPV96
ESDPV96
28/08/2012 01:12
Mas escenas cuando puedas por favor , escribes de maravilla