Foro Los hombres de Paco
Nueva novela Sara y Lucas. quot;Nos hemos coronadoquot; Un final para ellos
#0
21/04/2013 17:12
Holaa! Bueno, hace tiempo yo escribía una novela de Sara y Lucas en un Fotolog y me fue bastante bien, a mí me encanta escribir y me encantaban Sara y Lucas, hasta que nos metieron el bulo de Sarita poniéndole la cornamenta a Aitor, así que he decidido escribir una nueva novela para poner un final a su historia y hacerle justicia a Lucas porque se rieron de él todo lo que pudieron y un poquillo más. Así que espero que os guste mucho y que me apoyéis. Me va a ayudar con las ideas para la novela una amiga mía que somos las dos unas fanáticas de Sara y Lucas y ale, un besazo para todas.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
LLUVIA ETERNA.
Eran las siete de la tarde de aquel fatídico día. Sara y Lucas acaban de llegar a su nueva casa, Lucas había estado áspero y serio todo el camino y Sara tampoco tenía muchas ganas de hablar. Sara dio una vuelta por toda la casa, era muy grande y luminosa, era la casa de sus sueños. Pensó en la ilusión de Lucas al comprarla para los dos, en las esperanzas que él tenía al volver de Carolina y en lo que se había encontrado y en cómo se sentiría. Ambos estaban ahora en el dormitorio, los dos estaban muy cansados y todavía tenían que prepararse para una larga noche de velatorio. Lucas estaba dolorido y tenía algunos cortes y heridas por todo el cuerpo. Antes de llegar a la casa habían pasado por el hospital para que a Lucas le miraran la herida de bala, no era nada, solo un pequeño rasguño. Lucas empezó a desabrocharse la camisa para darse una ducha, ambos estaban sentados en lados opuestos de la cama y se daban la espalda. Sara no pudo evitar pensar en todo lo que había pasado, con su tía, con Montoya, Nelson y Quique. Le parecía imposible y comenzó a llorar en silencio. Lucas se metió en el baño de la habitación, abrió el grifo de la ducha y se metió dentro. El agua comenzó a resbalar por su cuerpo, Lucas cerró los ojos y recordó las palabras de Aitor: “Yo creo que tú no tienes ni puta idea de lo que quiere Sara” “¿Te ha dicho Sara que quiere un chalet, que quiere un todoterreno, que quiere organizar cenas todos los sábados por la noche?” Esas palabras resonaban en su cabeza. “¿Será verdad que no sé lo que quiere?” pensó. “¿Y si no soy capaz de hacerla feliz?” La rabia lo consumía por dentro: “Yo he hecho lo mismo que hiciste tú” recordó las palabras de Aitor. Se sentía engañado y humillado por todo el mundo. Él le había jurado amor eterno a Sara delante de Dios, se había casado con ella, y sin embargo, había quedado como el malo que había dejado tirado a Sara, cuando había sido ella la que le había pedido que se fuera, y todo el mundo la apoyó a estar con Aitor. “¿Por qué?” pensó y dio un puñetazo a la pared para desahogar su rabia. “¿Y si es verdad que no soy lo suficientemente bueno para ella?” “¿Y si todos tenían razón?” Cerró los ojos y recordó su primer año de casado, cada despertar a su lado, cada beso, recordaba su primera noche de casados en la misma cama, y despertar y verla desnuda y perfecta a su lado. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no escuchó abrirse la puerta del baño. Sara se coló en su ducha, le acarició la espalda suavemente y Lucas se sobresaltó y se dio la vuelta y la vio, indefensa, completamente destrozada y ella se tiró a sus brazos y rompió a llorar desconsolada.
#101
18/07/2014 16:35
Después de un rato loco de pasión desenfrenada, Sara se puso la camiseta de Lucas, que estaba en suelo, y fue a ver cómo estaba Paquito dejando a Lucas dormido. El niño estaba con la cama completamente destrozada, todas las sábanas y mantas desordenadas y gritaba en sueños llamando a su madre. Sara corrió hacia él al entrar en la habitación y lo despertó.
- ¡Mami! –se abrazó a ella- ¡He pasado mucho miedo!
- Pero, ¿qué ha pasado, cariño?
- He soñado que estábamos papá, tú y yo en una calle muy oscura y de pronto, tú desaparecías y después papá también desaparecía y aparecía un hombre con una pistola que me quería disparar y yo te llamaba pero tú no aparecías.
- Anda, venga, vamos a jugar un rato tú y yo al jardín y te olvidas del sueño, ¿eh?
- ¡A los vaqueros!
- Vaaaale… a los vaqueros… va, coge tus cosas, voy a preparar algo para merendar y me esperas allí, ¿eh?
El niño cogió corriendo su sombrero, su placa y su pistola y corrió al jardín. El jardín de Sara y Lucas era gigantesco, había césped verde por todas partes, una fuente de mármol blanco y bancos blancos. También había piscina. El niño salió corriendo y empezó a corretear persiguiendo mariposas. Más tarde salió su madre y se pusieron a merendar.
- Oye, mami, yo tengo una pegunta.
- Dime.
- Si mi abuelo es el abuelo Paco y mi abuela es la abuela Lola, ¿por qué no son novios?
- -sonrió- Pues porque ellos están divorciados, como los papás de tu amigo.
- ¿¡Los abuelos también se divorcian!? –gritó el niño sorprendido.
- Jajajajaja, pues claro, cariño.
- ¿Y entonces Marina qué es?
- Pues Marina es ahora la novia del abuelo Paco.
- ¿Entonces es mi abuela?
- No, no exactamente… es tu… “abuelastra”.
- ¿Abuelastra?
- Sí… como… tu abuela postiza…
- Pues a mí Marina no me gusta...
- ¿Y eso?
- Pues porque… ella es mala en la comisaría… y grita…
- Anda, vamos a jugar, ¿eh?
Sara y Paquito se levantaron del banco y entonces, Sara se mareó y se tuvo que volver a sentar.
- Mami, ¿estás bien?
- Sí, sí, cariño, no te preocupes… ha sido solo un mareo… -dijo con apenas un hilo de voz.
- ¡Voy a llamar a papá! –salió corriendo.
- ¡No, Paquito, espera!
El niño salió corriendo, entró en la casa y se dirigió a la habitación de su padre donde estaba dormido.
- ¡PAPÁ! –gritó moviendo su brazo.
- ¿¡Qué, qué, qué pasa!? –preguntó sobresaltado por los gritos de su hijo.
- ¡Mamá se ha mareado! –gritó.
- ¿Qué?
- Que estábamos en el jardín, íbamos a jugar, se ha levantado y se ha mareado y se ha tenido que volver a sentar.
Lucas se levantó rápidamente, se vistió y salió al jardín. Sara seguía sentada en el banco.
- Sara, ¿estás bien? –dijo Lucas al acercarse.
- Que sí, que sí, que solo ha sido un mareo tonto, nada más… seguro que es porque me he levantado muy rápido…
- Anda ya, Sara, pero si estás pálida… Vamos dentro… -la cogió en brazos.
- ¡Mami! –se abrazó a ella- ¡He pasado mucho miedo!
- Pero, ¿qué ha pasado, cariño?
- He soñado que estábamos papá, tú y yo en una calle muy oscura y de pronto, tú desaparecías y después papá también desaparecía y aparecía un hombre con una pistola que me quería disparar y yo te llamaba pero tú no aparecías.
- Anda, venga, vamos a jugar un rato tú y yo al jardín y te olvidas del sueño, ¿eh?
- ¡A los vaqueros!
- Vaaaale… a los vaqueros… va, coge tus cosas, voy a preparar algo para merendar y me esperas allí, ¿eh?
El niño cogió corriendo su sombrero, su placa y su pistola y corrió al jardín. El jardín de Sara y Lucas era gigantesco, había césped verde por todas partes, una fuente de mármol blanco y bancos blancos. También había piscina. El niño salió corriendo y empezó a corretear persiguiendo mariposas. Más tarde salió su madre y se pusieron a merendar.
- Oye, mami, yo tengo una pegunta.
- Dime.
- Si mi abuelo es el abuelo Paco y mi abuela es la abuela Lola, ¿por qué no son novios?
- -sonrió- Pues porque ellos están divorciados, como los papás de tu amigo.
- ¿¡Los abuelos también se divorcian!? –gritó el niño sorprendido.
- Jajajajaja, pues claro, cariño.
- ¿Y entonces Marina qué es?
- Pues Marina es ahora la novia del abuelo Paco.
- ¿Entonces es mi abuela?
- No, no exactamente… es tu… “abuelastra”.
- ¿Abuelastra?
- Sí… como… tu abuela postiza…
- Pues a mí Marina no me gusta...
- ¿Y eso?
- Pues porque… ella es mala en la comisaría… y grita…
- Anda, vamos a jugar, ¿eh?
Sara y Paquito se levantaron del banco y entonces, Sara se mareó y se tuvo que volver a sentar.
- Mami, ¿estás bien?
- Sí, sí, cariño, no te preocupes… ha sido solo un mareo… -dijo con apenas un hilo de voz.
- ¡Voy a llamar a papá! –salió corriendo.
- ¡No, Paquito, espera!
El niño salió corriendo, entró en la casa y se dirigió a la habitación de su padre donde estaba dormido.
- ¡PAPÁ! –gritó moviendo su brazo.
- ¿¡Qué, qué, qué pasa!? –preguntó sobresaltado por los gritos de su hijo.
- ¡Mamá se ha mareado! –gritó.
- ¿Qué?
- Que estábamos en el jardín, íbamos a jugar, se ha levantado y se ha mareado y se ha tenido que volver a sentar.
Lucas se levantó rápidamente, se vistió y salió al jardín. Sara seguía sentada en el banco.
- Sara, ¿estás bien? –dijo Lucas al acercarse.
- Que sí, que sí, que solo ha sido un mareo tonto, nada más… seguro que es porque me he levantado muy rápido…
- Anda ya, Sara, pero si estás pálida… Vamos dentro… -la cogió en brazos.
#102
18/07/2014 20:48
Al fiin, buen capítulo espero continúes :D
#103
18/07/2014 22:39
sí muy bueno....Lanena espero continuas.... 
#104
27/07/2014 00:30
- Qué haría yo sin mi guardaespaldas…
Lucas llevó a Sara al dormitorio y la tumbó en la cama mientras Paquito lo miraba todo con expectación. Sonó el móvil de Lucas.
- ¿Sí? Sí, dime, Paco. ¿Ahora? Pero… Joder, hay más agentes… No, no, vale, ya voy… -colgó- Mierda.
- ¿Qué pasa? –preguntó Sara.
- La Salgado… que tenemos vigilancia esta noche…
- ¿Esta noche? ¿Entera?
- Sí… entera…
- Jope…
- Lo siento, cariño… -le dio un beso en la frente- Me tengo que ir… -se acercó a sus labios.
- Espero que luego me recompenses… -susurró antes de besarlo.
- Ey, tú… -se agachó a la altura de su hijo- Cuídame de mamá, ¿eh? –le susurró.
- Sí, papi.
- Adiós, campeón –chocó las cinco y lo abrazó.
Lucas se fue y Sara se quedó un rato tumbada en la cama, mirando la tele con su hijo acurrucado entre sus brazos. Un rato más tarde, Sara también se quedó dormida. Cuando se despertó eran las ocho de la mañana, Sara tenía el día libre, al despertarse sintió unas terribles nauseas y tuvo que levantarse rápidamente al baño. Paquito se despertó justo cuando Sara salía del baño.
- Mami… ¿estás bien? –puso su manita en la cara de Sara.
- Sí, cariño, estoy bien, no te preocupes…
- Pero… si estuvieras bien, no vomitarías…
- Que no, cariño, estoy muy bien… venga, ve a vestirte, que llegamos tarde al cole.
- Mami… ¿se lo decimos a papá?
- No, no… no le digas nada a papá todavía…
Paquito fue a vestirse y Sara lo llevó al colegio. Cuando lo dejó, fue a la farmacia y después estuvo de compras toda la mañana hasta la hora en que su hijo salía del colegio. Fue a recogerlo.
- Oye, mami, ¿qué llevas ahí? –preguntó Paquito señalando una bolsa que Sara llevaba en la mano.
- Espera, en casa te lo explico, cariño.
Cuando llegaron a casa, Sara puso de comer a Paquito mientras ella iba al baño. Sacó lo que llevaba en la bolsa y siguió las instrucciones.
- ¡Mami! –oyó la voz de Paquito.
- Mierda… vamos… -dijo impaciente.
- ¿Mami? –volvió a oír la voz de Paquito.
- ¿Qué pasa, cariño? –preguntó desde el baño.
- Me he quedado sin coca cola…
- Hay más en la nevera.
- ¡Es que no llego!
- ¡Espera, enseguida voy!
- ¿Dónde estás? –entró de golpe en el baño y Sara escondió lo que tenía en la mano, rápidamente.
- ¿Qué es eso?
- Nada, venga, vamos que te voy a dar la coca cola.
- ¿Qué pasa? –se oyó la voz de Lucas.
- ¡Mamá tiene algo que no me quiere enseñar! –gritó Paquito.
Lucas hizo un gesto extrañado y miró a Sara.
- ¡Que no es nada! –gritó- Venga, vamos a almorzar.
Sara iba a salir del baño, Lucas permanecía apoyado en el marco de la puerta y cuando Sara salió le quitó lo que llevaba escondido en la espalda.
- ¿Qué es esto? –dijo- Sara…
- Sí, Lucas, es lo que parece…
- Entonces… el mareo de ayer… ¿Estás…?
- ¡Es que no lo sé todavía! ¡No me ha dado tiempo a mirar los resultados!
Lucas miró la tira que tenía entre sus manos.
- Sara… las dos rayitas…
Lucas llevó a Sara al dormitorio y la tumbó en la cama mientras Paquito lo miraba todo con expectación. Sonó el móvil de Lucas.
- ¿Sí? Sí, dime, Paco. ¿Ahora? Pero… Joder, hay más agentes… No, no, vale, ya voy… -colgó- Mierda.
- ¿Qué pasa? –preguntó Sara.
- La Salgado… que tenemos vigilancia esta noche…
- ¿Esta noche? ¿Entera?
- Sí… entera…
- Jope…
- Lo siento, cariño… -le dio un beso en la frente- Me tengo que ir… -se acercó a sus labios.
- Espero que luego me recompenses… -susurró antes de besarlo.
- Ey, tú… -se agachó a la altura de su hijo- Cuídame de mamá, ¿eh? –le susurró.
- Sí, papi.
- Adiós, campeón –chocó las cinco y lo abrazó.
Lucas se fue y Sara se quedó un rato tumbada en la cama, mirando la tele con su hijo acurrucado entre sus brazos. Un rato más tarde, Sara también se quedó dormida. Cuando se despertó eran las ocho de la mañana, Sara tenía el día libre, al despertarse sintió unas terribles nauseas y tuvo que levantarse rápidamente al baño. Paquito se despertó justo cuando Sara salía del baño.
- Mami… ¿estás bien? –puso su manita en la cara de Sara.
- Sí, cariño, estoy bien, no te preocupes…
- Pero… si estuvieras bien, no vomitarías…
- Que no, cariño, estoy muy bien… venga, ve a vestirte, que llegamos tarde al cole.
- Mami… ¿se lo decimos a papá?
- No, no… no le digas nada a papá todavía…
Paquito fue a vestirse y Sara lo llevó al colegio. Cuando lo dejó, fue a la farmacia y después estuvo de compras toda la mañana hasta la hora en que su hijo salía del colegio. Fue a recogerlo.
- Oye, mami, ¿qué llevas ahí? –preguntó Paquito señalando una bolsa que Sara llevaba en la mano.
- Espera, en casa te lo explico, cariño.
Cuando llegaron a casa, Sara puso de comer a Paquito mientras ella iba al baño. Sacó lo que llevaba en la bolsa y siguió las instrucciones.
- ¡Mami! –oyó la voz de Paquito.
- Mierda… vamos… -dijo impaciente.
- ¿Mami? –volvió a oír la voz de Paquito.
- ¿Qué pasa, cariño? –preguntó desde el baño.
- Me he quedado sin coca cola…
- Hay más en la nevera.
- ¡Es que no llego!
- ¡Espera, enseguida voy!
- ¿Dónde estás? –entró de golpe en el baño y Sara escondió lo que tenía en la mano, rápidamente.
- ¿Qué es eso?
- Nada, venga, vamos que te voy a dar la coca cola.
- ¿Qué pasa? –se oyó la voz de Lucas.
- ¡Mamá tiene algo que no me quiere enseñar! –gritó Paquito.
Lucas hizo un gesto extrañado y miró a Sara.
- ¡Que no es nada! –gritó- Venga, vamos a almorzar.
Sara iba a salir del baño, Lucas permanecía apoyado en el marco de la puerta y cuando Sara salió le quitó lo que llevaba escondido en la espalda.
- ¿Qué es esto? –dijo- Sara…
- Sí, Lucas, es lo que parece…
- Entonces… el mareo de ayer… ¿Estás…?
- ¡Es que no lo sé todavía! ¡No me ha dado tiempo a mirar los resultados!
Lucas miró la tira que tenía entre sus manos.
- Sara… las dos rayitas…
#105
27/07/2014 14:17
Como siempre, me encanta!
#106
27/07/2014 20:32
Lanena eres hábil.... 
#107
02/08/2014 16:18
- -sonrió- Lucas…
- ¿Estás…?
- -asintió con la cabeza- ¡Sí! –gritó.
Lucas la agarró por la cintura, levantándola en el aire y dándole varias vueltas mientras no paraba de besarla.
- ¿Qué pasa? –preguntó Paquito sin entender nada.
Ambos pararon de besarse, se miraron y sonrieron.
- Ven aquí, campeón –dijo Lucas cogiendo a su hijo en brazos- Pasa que mamá está embarazada y… vas a tener un hermanito o hermanita.
El niño abrió mucho los ojos y la boca.
- ¿Un bebé? ¿Y dónde está?
- En mi barriga –dijo Sara.
- ¿Y cómo ha llegado ahí? ¿Te lo has comido, mamá?
- No… -sonrió- a ver… tú sabes que los pollitos nacen de los huevos que ponen las gallinas.
- Sí, y los patitos de los huevos que ponen las patas…
- Pues las mujeres tenemos dentro del vientre muchos huevecillos diminutos…
- Mamá, ¿no irás a decirme que las mujeres ponéis huevos como las gallinas?
- No, Paquito, los seres humanos somos mamíferos y los mamíferos no ponen huevos…
- Uff, que alivio…
- Esos huevecillos que se llaman óvulos están en unos órganos llamados ovarios. Una vez al mes, uno de estos óvulos madura y pasa del ovario a una cavidad llamada útero, allí se queda un par de días y si es fecundado, empieza a desarrollarse y a los nueve meses nace un niño.
- ¿Fecundado? ¿Qué quiere decir eso?
- Verás, el óvulo para desarrollarse ha de juntarse con una semillita aún más pequeña llamada espermatozoide. La unión del óvulo con el espermatozoide se llama fecundación.
- ¿Y de dónde sale el espeto marciano ese?
- Espermatozoide, Paquito, se dice espermatozoide. Los espermatozoides los producen los hombres, por eso para hacer un niño se han de juntar un hombre y una mujer.
- Debe de ser muy difícil juntar el óvulo con el espertomatoide…
- Espermatozoide…
- Eso… Debe ser muy difícil juntarlos si son tan pequeños, mucho más difícil que pasar el hilo por el agujerito de la aguja…
- No, no es difícil… porque el espermatozoide se mueve solo, como un pececillo microscópico y va en busca del óvulo…
- O sea, que tú papá tienes espermatozoides… -dijo señalando a su padre- y tú mamá, tienes óvulos… pero… Si los espermatozoides están en el cuerpo de papá y los óvulos en el cuerpo de mamá… ¿Cómo hacen los espermatozoides para llegar del cuerpo de papá al cuerpo de mamá?
- Emm… anda, campeón, vamos a comer –dijo Lucas dejando a su hijo en el suelo.
- ¡Que no, papá! ¡Que quiero terminar de saberlo!
- Tengo un hambre… -dijo Lucas con la mano en la tripa saliendo de la habitación.
- ¡Papá! –salió corriendo detrás de él.
Después de comer, Paquito se durmió y Sara y Lucas se tumbaron en la cama. Sara estaba tumbada de lado cuando notó la mano de Lucas en su camiseta y subirla para acariciar su tripa. Sara se giró para mirarlo a los ojos:
- Lo hemos hecho otra vez… -susurró Lucas.
- Sí… ¿Qué crees que será?
- Mmmm… no sé, espera… -puso la oreja en la tripa de Sara- Sí, sí, claro, yo se lo digo…
- Jajajajaja, ¿qué haces, tonto?
- Sí, claro, claro… no te preocupes… Que dice que quiere ser una niña, pero que todavía no se sabe…
- Mira que eres payaso, ¿eh?
- Esta vez va a ser una niña –afirmó Lucas.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Pues porque lo sé –dijo- Con Paquito acerté, ¿no?
- Sí… bueno, entonces será nuestra pequeña Sonia, ¿no?
- Sí…
Así pasaron los meses, Sara estaba apenas de tres meses y todavía no se le notaba nada. Fueron a la revisión del ginecólogo.
- Bueno, Sara –dijo el médico- Vamos a ver ese bebé, túmbese en la camilla.
Sara se tumbó y se levantó la camiseta. El médico cogió el transductor.
- Vaya, creo que tenemos un problema…
- ¿Qué pasa? –preguntó Sara preocupada.
Lucas también se quedó serio, mirando al médico.
- Parece que el cuello del útero no ha cerrado correctamente… hay un riesgo de aborto.
- ¿Qué riesgo? –preguntó Lucas.
- No muy alto si sigue mis recomendaciones. Es conveniente que hagas reposo y que evitéis las relaciones sexuales.
Lucas y Sara salieron de la consulta.
- Lucas… tengo miedo… ¿y si…?
- Estate tranquila, mi niña, no va a pasar nada, ¿eh? –le agarró la cara entre la manos- Anda, vamos, tenemos que recoger a Paquito del colegio.
Sara y Lucas se dirigieron al colegio de su hijo:
- ¡Mamá! -gritó el niño al verla.
Paquito hizo un gesto como para que su madre lo cogiera pero fue Lucas quien lo hizo:
- Jo, papi, yo quiero que me coja mamá.
- Es que ella no puede, por lo del bebé.
- Jope… -dijo el niño haciendo pucheritos- ¿Y cuándo va a nacer?
- Dentro de seis meses –dijo Lucas.
- ¿Y es un niño o una niña?
- Todavía no se puede saber, porque es demasiado pequeño.
- ¿Cómo de pequeño?
- Pues… como un pomelo más o menos…
- ¿Tanto? –dijo abriendo mucho la boca.
- ¿Y tú qué quieres que sea? –preguntó Sara.
- Me da igual… ¡pero quiero que nazca ya!
- ¿Estás…?
- -asintió con la cabeza- ¡Sí! –gritó.
Lucas la agarró por la cintura, levantándola en el aire y dándole varias vueltas mientras no paraba de besarla.
- ¿Qué pasa? –preguntó Paquito sin entender nada.
Ambos pararon de besarse, se miraron y sonrieron.
- Ven aquí, campeón –dijo Lucas cogiendo a su hijo en brazos- Pasa que mamá está embarazada y… vas a tener un hermanito o hermanita.
El niño abrió mucho los ojos y la boca.
- ¿Un bebé? ¿Y dónde está?
- En mi barriga –dijo Sara.
- ¿Y cómo ha llegado ahí? ¿Te lo has comido, mamá?
- No… -sonrió- a ver… tú sabes que los pollitos nacen de los huevos que ponen las gallinas.
- Sí, y los patitos de los huevos que ponen las patas…
- Pues las mujeres tenemos dentro del vientre muchos huevecillos diminutos…
- Mamá, ¿no irás a decirme que las mujeres ponéis huevos como las gallinas?
- No, Paquito, los seres humanos somos mamíferos y los mamíferos no ponen huevos…
- Uff, que alivio…
- Esos huevecillos que se llaman óvulos están en unos órganos llamados ovarios. Una vez al mes, uno de estos óvulos madura y pasa del ovario a una cavidad llamada útero, allí se queda un par de días y si es fecundado, empieza a desarrollarse y a los nueve meses nace un niño.
- ¿Fecundado? ¿Qué quiere decir eso?
- Verás, el óvulo para desarrollarse ha de juntarse con una semillita aún más pequeña llamada espermatozoide. La unión del óvulo con el espermatozoide se llama fecundación.
- ¿Y de dónde sale el espeto marciano ese?
- Espermatozoide, Paquito, se dice espermatozoide. Los espermatozoides los producen los hombres, por eso para hacer un niño se han de juntar un hombre y una mujer.
- Debe de ser muy difícil juntar el óvulo con el espertomatoide…
- Espermatozoide…
- Eso… Debe ser muy difícil juntarlos si son tan pequeños, mucho más difícil que pasar el hilo por el agujerito de la aguja…
- No, no es difícil… porque el espermatozoide se mueve solo, como un pececillo microscópico y va en busca del óvulo…
- O sea, que tú papá tienes espermatozoides… -dijo señalando a su padre- y tú mamá, tienes óvulos… pero… Si los espermatozoides están en el cuerpo de papá y los óvulos en el cuerpo de mamá… ¿Cómo hacen los espermatozoides para llegar del cuerpo de papá al cuerpo de mamá?
- Emm… anda, campeón, vamos a comer –dijo Lucas dejando a su hijo en el suelo.
- ¡Que no, papá! ¡Que quiero terminar de saberlo!
- Tengo un hambre… -dijo Lucas con la mano en la tripa saliendo de la habitación.
- ¡Papá! –salió corriendo detrás de él.
Después de comer, Paquito se durmió y Sara y Lucas se tumbaron en la cama. Sara estaba tumbada de lado cuando notó la mano de Lucas en su camiseta y subirla para acariciar su tripa. Sara se giró para mirarlo a los ojos:
- Lo hemos hecho otra vez… -susurró Lucas.
- Sí… ¿Qué crees que será?
- Mmmm… no sé, espera… -puso la oreja en la tripa de Sara- Sí, sí, claro, yo se lo digo…
- Jajajajaja, ¿qué haces, tonto?
- Sí, claro, claro… no te preocupes… Que dice que quiere ser una niña, pero que todavía no se sabe…
- Mira que eres payaso, ¿eh?
- Esta vez va a ser una niña –afirmó Lucas.
- ¿Y cómo lo sabes?
- Pues porque lo sé –dijo- Con Paquito acerté, ¿no?
- Sí… bueno, entonces será nuestra pequeña Sonia, ¿no?
- Sí…
Así pasaron los meses, Sara estaba apenas de tres meses y todavía no se le notaba nada. Fueron a la revisión del ginecólogo.
- Bueno, Sara –dijo el médico- Vamos a ver ese bebé, túmbese en la camilla.
Sara se tumbó y se levantó la camiseta. El médico cogió el transductor.
- Vaya, creo que tenemos un problema…
- ¿Qué pasa? –preguntó Sara preocupada.
Lucas también se quedó serio, mirando al médico.
- Parece que el cuello del útero no ha cerrado correctamente… hay un riesgo de aborto.
- ¿Qué riesgo? –preguntó Lucas.
- No muy alto si sigue mis recomendaciones. Es conveniente que hagas reposo y que evitéis las relaciones sexuales.
Lucas y Sara salieron de la consulta.
- Lucas… tengo miedo… ¿y si…?
- Estate tranquila, mi niña, no va a pasar nada, ¿eh? –le agarró la cara entre la manos- Anda, vamos, tenemos que recoger a Paquito del colegio.
Sara y Lucas se dirigieron al colegio de su hijo:
- ¡Mamá! -gritó el niño al verla.
Paquito hizo un gesto como para que su madre lo cogiera pero fue Lucas quien lo hizo:
- Jo, papi, yo quiero que me coja mamá.
- Es que ella no puede, por lo del bebé.
- Jope… -dijo el niño haciendo pucheritos- ¿Y cuándo va a nacer?
- Dentro de seis meses –dijo Lucas.
- ¿Y es un niño o una niña?
- Todavía no se puede saber, porque es demasiado pequeño.
- ¿Cómo de pequeño?
- Pues… como un pomelo más o menos…
- ¿Tanto? –dijo abriendo mucho la boca.
- ¿Y tú qué quieres que sea? –preguntó Sara.
- Me da igual… ¡pero quiero que nazca ya!
#108
02/08/2014 17:18
Seguro que es una niña, así tienen la pareja. jajajaja
#109
02/08/2014 22:10
que amable historia....me gusta mucho....
#110
20/04/2015 14:51
Quiero mas por favor es preciosa
#111
21/04/2015 21:34
tambien espero....
#112
20/02/2016 10:38
Pooor favor, sigue escribiendo más sobre Sara y Lucas, que está supeer bien y quiero saber más sobre su historiaa.👏
#113
07/07/2017 16:32
Hola, me ha encantado tu historia,todo lo que has escrito es mejor que el final de la serie muchísimo mejor. Ojalá sigas escribiendo más sobre la Historia de amor de Lucas y sara. Besos
#114
18/07/2017 10:34
Continúa, por favor.