Crónicas de los Niños Perdidos: Fuego y Agua CAPITULO 1

Fuego y Agua
Dedicado a ismaelchabeb y Anita(:

CAPITULO 1:


-Mamá ese niño me a quitado mis chucherías.
-Niño devuélveselas.
-Que no le e echo nada.
-Ismael Martínez entra en casa ahora mismo.
Entre en casa entre y me fui a mi cuarto, podía escuchar como mi madre le contaba a mi padre lo que ''había echo''.
Al poco rato mi madre me llamo para comer, a la hora de comer me pusieron coliflor, detesto la coliflor, entonces les dije que ya saben que no me gusta la coliflor y que no me la quería tomar entonces saltó mi padre:
-Da igual, no te la comas, total, si después le robaras algo a algún niño ¿no?
Eso me mosqueó muchísimo, cogí una maleta, un poco de comida y ropa.
-Eso, eso a partir de ahora dedícate a asaltar las neveras y cocinas del barrio te ira mejor, te lo aseguro.- Decía mi Padre leyendo su periódico.
-¡Que yo no hice nada coño!
-¿Que has dicho?- Dijo mi Madre atacadísima.
-¡Que te calles!
No se lo que me paso pero mi cuerpo reacciono solo, levante una mano hacia el periódico de mi padre y de repente empezó a arder.
-¿Qué coño as echo?- Dijo mi padre.
Yo no sabía que hacer ni que decir, solo pensé en huir y salir corriendo, hay fui al Otro Mundo, una plaza muy conocida por todos los niños y niñas de la ciudad, es una plaza muy bonita donde todo está llenos de grafitis con muchos colores y muchas otras cosas, después de estar un rato leyendo un libro que me había traído en la maleta, vino una gente que siempre está molestando.
-Eh, tu, si tu, mariquita.
-Que tienes en esa maleta, guapa.
-¿Que... que queréis?
-Sus primeras palabras que emoción.- Dijo uno de los chavales en tono irónico
-Venga dame la maleta jilipollas.
Yo me quedé quieto esa gente era mucho más mayor que yo y me pegarían sin ningún problema.
-¿No me has escuchado?... Que me des la maleta.
-¿No nos la das no? Muy bien.
El chico se dio la vuelta, por un segundo creí que se iría, enseguida se dio la vuelta y se dirijo a darme un puñetazo.
Mi corazón latía a mil por hora, en eso momento algo inimaginable pasó parecía una película de acción de heroes o algo así, por encima de la reja apareció una niña que dió un gran salto, aterrizó detrás de los chicos y dijo.
-Apartaos de el
Chaval: ¿Qué harás?¿Nos darás un besito?
-No, os daré esto.
Levantó las manos y salieron unos grandes chorros de agua que empujaron a los niños por los aires.

Niña: Vamos, no creo que tarden mucho en recuperarse.-Dijo mientras me daba la mano.
Yo me quede mirándola sin hacer nada.
Niña: Ups, perdona, aún no me e presentado, Soy Ana, ala ahora vamonos
Yo me quedé mirándola.
Niña: Valeee, te dire lo que ha pasado, pues simple, que tengo poderes igual que tu, yo controlo el agua y tu el fuego. ¿O acaso miento?
Yo negué con la cabeza.
Ana: Pues ala vamonos.-Dijo otra vez
Esa vez cedí había huido de mi casa esos chicos pronto despertarian y llamarían a la policía, asi que me levante guardé el libro en mi maleta y fui con la chica.
Tras un buen rato deambulando por el bosque:
Isma: Oye y ¿A dónde vamos?
Ana: A casa.
Isma: ¿A casa?
En ese momento Ana saco un silbato de detrás de su camiseta y lo hizo sonar
Ana: ¡PIIIIIIIIIIIII!
De detrás de unos árboles empezaron a aparecer hombres con cara de pocos amigos.
Isma: ¿Qué está pasando?
Ana: Nada normalmente te cojen y te llevan a casa, pero puedes intentar huir al fin y al cabo es lo que hace todo el mundo.
Lo único que hice fue empezar a correr de nuevo me sentía engañado una esperanza de no estar solo y lo primero que hace es traer a unos hombres para que me capturen. No dure mucho corriendo pues apareció una mujer asiática delante de mi con un franco tirador, me quede quieto, tenía miedo era mi fin:
Ana: Ala ¿qué poco as durado no?.- Dijo a mi derecha
Fui a darle un puñetazo pero me agarró la mano y puso su otra mano en mi barriga un gran chorro de agua salio encañonado hacia mi, salí disparado y me choque con un árbol me levanté y eché a correr otra vez.
Ana: Nada que se levanta otra vez, ya me e cansado, ¡Jacobina!
Me di la vuelta y pude ver como la mujer asiática me apuntaba con el franco tirador al poco rato sono un pequeño ruido que indicaba que me había disparado, mire mi cuerpo y en la pierna tenía clavado un dardo, con la poca fuerza que me quedaba me lo quite, pero empezaba a estar cansado tenía mucho sueño mire por última vez a Ana, Jacobina y a todos los demás, cerré los ojos y me dejé caer.