El Rincon de Alfonso y Emilia. No concibo mi vida sin ti.

musicin..... gracias por los vídeos y por el agradecimiento..... ya sabes mis capturas son tus capturas.....

Sabia que te iba a gustar el montaje, Croquep, son de lo de Juan si...pero, ¿a que queda aparente?, con su chaquetita negra y su carita de enfado. Si tenia que haberlo hecho cuando el fic.... así le daba mas fuerza, aun.

Y no he hecho el de Rai, pa acabar de dar disgustos por ahí, porque no tengo el capi.....hoy, que tengo el día tonto. Debe ser que me he quedao loca de buscar enlaces...

Se que no ves los adelantos, por eso te lo digo...Thirdwatch le echa un ojillo a nuestro FB de vez en cuando, tb ha cogido frases de Pepa otras veces y le gusta tu teoría, oye, xq no? Con lo que nos divertimos barruntando y barruntando... ....a este paso metemos a Nenena, a Sastian y a toda la santa prole de nuestros chicos entre rejas¡¡¡¡

Lo del avance, me gusta lo del malentendido: que sea que Alfonso le ponga trabas a Emilia para hacerse con un curro y ella le cace, eso tiene que ser divertido de ver...que Alfonso miente fatal¡¡¡

Lo de la Julieta no te lo compro, ya esta montando bastante lío sin necesidad de ETTs, pero que seria un destino propio de la Kika, eso no te lo discuto... ..que si por mi fuera..

La biblio está para que la disfrutéis, si lo hacéis, yo me quedo contenta.
Si pilláis algún gazapo decidmelo y procurare hacer lo que pueda por arreglarlo.

Gracias Grini por las capturas. La del banquito me encanta.

pues ya que os han gustado traigo más... del capítulo 256.....

si quereis ver más fotos de Alfonso "entre rejas", aquí están mis capturas de los dos capítulos en que salió...

Alfonso "entre rejas"

Creo que ya estoy "recuperada", he seguido tus consejos croquep, todos los videos del admirador secreto, la boda y la mañana siguiente, la escena del "hacha", el "casate conmigo" y todos los demás... y, además, he visto el precioso video de music (mis más sinceros agradecimientos, sobre todo por esa preciosidad de canción), y las capturas de los momentos que nos hacen recordar por qué nos gusta esta pareja, kumita, grini, gracias.
Bueno, en general, ha sido una semana emocionalmente dura, hemos tenido peleas, miradas esquivas, cabezonería, una Emilia más que rota en la soledad,que penita de escena chicas :(, Alfonso desesperado, opino igual que Grini, no vi a un Alfonso machista, vi a un Alfonso preocupado por su mujer, no sabe lo que hacer ya y lo único que hizo fue estallar, intentar de alguna manera que Emilia estuviera ahí con él. Por cierto, me gustó mucho la respuesta de Emi "para trabajar fuera no puedo, pero aquí sí, ole y ole. Creo que ambos tienen sus miedos y sus preocupaciones pero al no exteriorizarlo (una por no hablar y el otro por no querer ver la realidad), la relación de toda pareja sufre esos altibajos.

En cuanto a lo de Alfonso en la cárcel, parece que está ya más que claro que va a pasar eso: mensaje de advertencia de Fernando, dialogo emi-alf en el avance, pelota de cotilleos que circula por los foros y Juan por medio, chicas 1+1=2, está más que claro. Pero vamos a ver, se tiraron un mes aprox intentando salvar a Sebastián de la cárcel y ahora, no se les ocurre otra cosa a los lionistas, que meter a Alfonso en ella. Pero si el personaje más noble de toda la serie, no es capaz no de matar a una mosca. Y seguro que será por algún asunto de Juan (punto a favor para Emilia si pasa eso).

Sigo creyendo que la situación de la Casa de Comidas no se va a solucionar hasta que no se sepa que Tristán es hijo de Rai, me da a mi que va a ser él el que le va a quitar la casa a Juan y devolvérsela a quien corresponde. Pienso que el nacimiento del cojín (decís todas que queda poco, pero si lo pensais hemos seguido casi un embarazo normal: en navidades ya se supo que estaba embarazada y según los cálculos, aun quedan 2 meses para el parto, pues hemos visto un embarazo de casi 7 meses, mes arriba, mes abajo..., yo creo que eso de alargarlo todavía dos meses más es excesivo), pues eso, que el nacimiento va a calmar las cosas un poco pero la mosca detrás de la oreja me pone a Tristán como el "salvador". Ahí queda...

Una última cosa, croquep creo que tu teoría de la sífilis no va nada desencaminada, además sino para qué han metido a esa pelandrusca en escena?
Ya veremos como van las cosas en torno a los Castañedas y si se averigua de una maldita vez la muerte de Águeda y cambiamos algo de trama, por ejemplo la de Martín?? jajaja, un beso para todas!!!

PD: se sabe ya si el cojín es niño o niña??

Buenos días chic@s, os traigo hoy una versión de pensamientos post-pelea....no exactamente un fic, sino una versión de acontecimientos narrada,ok? Si me da tiempo esta tarde os haré un enfrentamiento Alf-Emi para que lo disfruten para vuestro ojillos..sino pos ya lo veremos en la serie (o quizás no, quien sabe)



<<<<<<<<<<<<<<<<<<<Después de la tormenta>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Emilia trataba de subir la escalera con un poco de dignidad.

La furia que arrastraba le pedía que corriera, o mejor, que volara sobre los escalones, pero el avanzado estado de su preñez tenía otros planes para ella. Así que se contentaba con buscar los sitios donde los tablones del entarimado chirriaban mas y pisotearlos con todas sus fuerzas, y con mantener la espalda lo mas erguida posible, mientras completaba su ascenso.

Refugio su ira en la alcoba, después de un portazo que esperaba se hubiera oído en toda la Casa de Comidas y en parte de la Plaza. Ya no le importaba perder las formas, solo era una mas de las cosas de las que la habían despojado y no de las mas importante, por cierto. Y esperaba que Alfonso la hubiera escuchado el primero. Y que le doliera. A ella aquello le dolía también, y mucho.

Se dio cuenta que todavía respiraba agitada, e inspiró profundamente un par de veces para calmarse. Tanta cuita no era bueno para la criatura que esperaba, no dejaban de repetírselo, pero bien podrían ahorrarle los disgustos en vez de intentar que mantuviera la calma después. Ni que ella fuera una silla o una mesa cualquiera, sin sentimientos.

Se acaricio el vientre mientras susurraba para las dos, “Nosotras no somos muebles, ¿verdad, hija?”. Al menos este pensamiento le hizo sonreír, no con muchas ganas, ni con la boca llena, es verdad, pero era un principio. Alfonso prefería un barón, pero ella estaba segura de que sería niña, y esta vez estaba decidida a salirse con la suya.

Se miro en el espejo de su tocador estudiando las arrugas que se le marcaban en la frente y de pronto, le pareció cómico estar allí, mirándose fijamente con todo ese enfado en lo alto, los ojos muy abiertos y los labios fruncidos. No lo pudo evitar, le soltó una carcajada a su reflejo.

Un poco mas relajada, se removió en la silla, poniendo cómoda a su futura hija y se entretuvo enredando uno de sus dedos con los rizos que le enmarcaban la cara. Ahora podía pensar con mas claridad, y reflexiono sobre lo que se habían dicho.

En realidad solo había sido una pelea mas de las tantas que acumulaban desde que ella se negara a trabajar para Juan. Ella lo entendía, que quisiera quedarse con su hermano, y que no quisiera buscar un exigüo jornal, quien sabe si lejos de Puente Viejo, pudiendo ganar bien con él y quedarse en casa. ¿Por qué no podía entenderla a ella?.

Le había costado un mundo olvidarse de su rutina. Levantarse cada día temprano para preparar la Taberna antes de la llegada de los clientes y luego arreglar las habitaciones de la Posada. O meterse en su cocina e inventarse recetas y dejar luego que Alfonso las probase. A él todas le parecían buenas, pero aun así, siempre era la suya la primera opinión que ella buscaba. Solo quería poder trabajar como siempre, duro pero a gusto. No era tanto pedir.

Recordó cuando le pidieron a su padre que empleara a Alfonso con ellos. Y la felicidad de tenerlo siempre a su vera, después. Y lo distintas que eran las cosas ahora. Su cocina invadida por otra, y que el que fuera su cuñada no hacía sino empeorar mas las cosas, y Alfonso recordándole cual era su deber. No sospechaba él, el esfuerzo que debía hacer para no coger su mandil y asumir las tareas que había realizado por espacio de años, lo que le picaban los dedos solo de pensarlo.

Se frotó las manos espantando con el gesto la amargura. Y se centró en sus opciones. Buscar nueva faena en su estado no era cosa fácil, pero no podía permanecer quieta. Cuanto antes ganara sus cuartos antes podría alejarse de la malsana influencia de su cuñado y de todo lo que le rodeaba. No iba a permitir que su hija viniera al mundo entre rufianes, eso nunca.

Se imaginó como se pondría Alfonso cuando le dijera que no quería seguir viviendo bajo el mismo techo que un usurero, que quería irse de allí. Los gritos espantarían a aquel que estaba en el cielo, sin lugar a dudas, y a unos cuantos de los que estaban en el suelo. Volvió a sonreír ante la idea, pero esta vez, se le cayó deprisa la mueca de los labios al darse cuenta de que había pensado en su padre al nombrar a Dios.

Su padre, el padre al que no reconocía, el que se dejaba llevar por la corriente. No, ese no era su padre. Otra de las cosas que había perdido, una de las importantes.

Se arrepentía de haberle dicho a Alfonso que no torcería su camino por él, le había hecho daño gratuitamente y lo sabía. Pero su lengua había sido mas rápido que su tino y tampoco es que fuera mentira. Haría muchas cosas por él. Pero no esto, esto no.

Esta situación no podía durar mucho mas, tenía que irse cuanto antes. Se estaba ahogando en la pena de contemplar como le arrebataban su vida pedazo a pedazo.

Alfonso la vio desaparecer rumbo al piso superior como una exhalación. Se pensó el seguirla y continuar la discusión, pero ahora no conseguiría nada de ella y el también estaba cansado.

Recogió la mesa mas cercana sin pensarlo y se encaminó a dejar los vasos en la barra, pero antes de que cruzara el umbral de la taberna, retumbó por todo el patio el eco del portazo de Emilia. Se encogió ante el sonido y agacho la cabeza, era inútil disimular su humor. Ya lo había pregonado ella a los cuatro vientos.

Cruzo la casa de comidas arrastrando la mirada por el suelo, no quería ver lo que bailaba en los ojos de los parroquianos. Nada de comprensión, ni lastima, ni burla, ahora no lo soportaría. Tampoco busco los ojos de su hermano, no quería leer un “Te lo dije” que todavía no estaba dispuesto a asumir.

Desocupó las manos sobre la barra, dirigiendo miradas perdidas hacia el patio, cuando notó que alguien le rozaba. Mariana había posado su mano sobre la de él, y le miraba. Le dio un apretón afectuoso. La muchacha tuvo el buen juicio de no decir nada y le regalo un sonrisa. A él le costó un poco menos encontrar la suya.

Mira que podía ser tozuda, no es que no lo supiera de antemano, bien que le había costado convencerla de que le aceptara. Esperaba que no le fuera fácil encontrar trabajo, tan embarazada como estaba y que se pensara mejor el quedarse a su lado. Se había echo ilusiones de ver crecer a su hijo entre estas paredes, junto a ellos dos y no estaba dispuesto a renunciar a ese sueño, tan largamente acariciado, a la primera.

Pero por mas vueltas que le diera, su hermano siempre era la mejor opción. Si volvía a los campos, con la Montenegro, apenas conseguiría sustento para uno y no quería apartarse de su mujer y de su familia para buscar mejorar en cualquier otra parte. ¿Es que ella no se daba cuenta que lo hacía por los tres? ¿Para asegurar su fututo juntos?

Ya tras la barra, se ocupo en secar vasos y echo un vistazo alrededor. Mezclados con los clientes habituales estaban muchos de los compinches de Juan, algún desesperado que venía a rogar favores y por si fuera poco rondaba también Julieta, con esas ropas tan poco apropiadas para la casa de comidas. No hacía falta preguntar a que se dedicaba, ella misma lo dejaba bien claro.

No podía culpar a su mujer por no querer verse involucrada en este ambiente, porque por mas que Juan le dijera que aquello seria un negocio honrado, solo tenía que mirar alrededor para intuir que las cosas ya no eran como solían. Pero la echaba tanto de menos. Era fácil acostumbrarse a tenerla cerca, a que le regalara sonrisas al pasar o a tener pequeñas conversaciones mientras secaban los cubiertos. Y ahora pasaba el día entero sin verla, y cuando lo hacía solo era para discutir. No podía soportarlo.

Su suegro le trajo unos platos sucios y recogió una jarrilla de vino para servir a la clientela. Contempló su espalda al marcharse. El hombre no levantaba cabeza desde la muerte de su prometida y Emilia no le estaba ayudando nada a recuperarse. Aun estaba demasiado dolida para ver el daño que le causaba a Raimundo su actitud, para ser generosa con su corazón. Pero por lo menos el no había abandonado el barco, seguía allí, ayudando en lo que podía. Aquello no sería suyo, pero necesitaba su presencia. La de los dos.

Mariana salió de la cocina y sirvió uno de sus guisos a los parroquianos. Dejo los platos sobre las mesas y volvió a perderse por la puerta. Los hombres siguieron el movimiento de su cintura con gran deleite hasta que repararon en la mirada seria de Alfonso sobre ellos, con un carraspeo incomodo centraron de nuevo la atención en la mesa o echaron buches a sus vinos. Hasta hacia poco el había sido uno de tantos que miraban a la hija del tabernero. Esperaba que al menos sus buenas intenciones se hubieran reflejado en sus ojos y no esa lascivia que él veía en los de los demás.

Quizás tuviera razón su madre y Paquito, y ella fuera demasiado niña para aquellas gentes. Se había convertido en toda una mujer, pero ella no lo sabía todavía, y eso lo hacía mas peligroso si cabe. No quería que perdiera de golpe su inocencia. Se sonrió al recordar la actitud de Emilia ante estas cosas, siempre tan atenta a todo y con la lengua tan larga. Ella estaba curada de espantos, no había debilidad de hombre que no conociera. Vino, comida, mujeres…avaricia, lujuria o gula, había visto mil veces las caras de esas monedas. Pero su hermana no. Todavía no.

Se sonrojo al recordar la cantidad de palabras gruesas que eran capaces de salir de la boca de su esposa. Harían avergonzar al mas rudo de los marineros. Pero ya se sabe, nadie conoce mas insultos que una tabernera. Algo se le removió dentro cuando imagino a su hermana hilvanando tales lindezas.

Tenía demasiados problemas entre manos y se le iba el santo al cielo intentando solucionarlos todos. Hoy se sentía como un funambulista cruzando su alambre sobre un abismo. Como le pusieran una cuita mas en el extremo de la pértiga, se precipitaría al vacio sin remedio.

Pasaron ambos todo el día royendo sus pensamientos, una a solas, conteniendo lágrimas, el otro rodeado de una multitud, pero tan ensimismado como si estuviera el local vacío.

----¿¿¿Continuará???----




lili02- A que el tratamiento de vídeos es mano de santo? Yo tb uso ese remedio de vez en cuando y me va muy bien. Todavía no se sabe que sexo tiene el cojín, que sea niña es solo el deseo mayoritario.

Gracias Grini, entre todas nos estamos haciendo ya a la idea de ver encerrado a Alfonsito, ains madre, pobre mio¡¡¡

Ya lo enchironais al pobre.. pobretón que se mete en todos los líos por ser el cabeza de familia. Auqjeu en este caso entiendo perfectamente los argumentos que expone Emilia, que es la que lleva razón en este tema, para enfadarse

aún hay otras escenas de Alfonso en la cárcel, pero esas no las tengo yo capturadas, que es cuando metieron a Sebastián en la cárcel por lo de los anarquistas.... pero bueno pasemos a temas más agradables aunque tampoco demasiado más felices!!! ejem ejem... capítulo 257...