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B&b, de boca en boca
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Crítica 'B&b, de boca en boca'

B&B o como volver decepcionando

4.9
malinche1521 Por: malinche1521 El: 01/10/2015 13:24

Después más de un año de espera, la segunda temporada de B&B llegó hace tres semanas a la parrilla de Telecinco. Su primera temporada fue dinámica, entretenida, bien diseñada y con frescura en muchos de sus personajes, en especial el que interpreta Dani Rovira del que muchos esperábamos una evolución a mejor. Era entretenida y se dejaba ver como “guilty pleasure”. Pero, aunque hace unos meses nos contaban que las tramas secundarias correspondientes a los personajes compuestos por la familia Bermejo Rivas (Carlos Iglesias, Neus Sanz, Emilio Palacios y Alejandro Rodríguez) salían de la ficción en pro de trabajar tramas periodísticas más profundas, después del visionado de los tres primeros capítulos no se percibe como algo que vaya a mejorar la serie ni en su conjunto ni en particular en el desarrollo de cada trama en particular. Durante la primera temporada fueron posiblemente los personajes que daban un juego más entretenido a la serie (junto con el de Dani Rovira) y los que permitían respirar a las tramas que se daban entre los otros personajes.

Uno de los primeros problemas que tiene la línea argumental de esta segunda temporada es el vacío dramático que ha dejado el hecho de que el personaje del sr. Bornay (Adolfo Fernández) ya no pinta nada en el mundo de la revista y su mujer, que supuestamente es la que ha recogido la responsabilidad de la revista, no la presentan como un personaje que no da juego a la hora de crear tensión o demandar más acción de parte de los demás personajes (o sea, ¿mujer de empresario poderoso que se dedica a sus labores?). Tampoco terminamos de ver con claridad que es lo que pasa con los demás personajes. La mayoría da la sensación de que no tienen más de 3 minutos en pantalla por capítulo. Sinceramente esto no ayuda a motivar para esperar una semana más a que llegue el siguiente capítulo (amén de los cortes de publicidad que no ayudan en nada a verlo en tiempo real de emisión).

Por otro lado, las tramas periodísticas nos dejan fríos, parecen metidas con calzador, quieren manejar tantas situaciones personales que no hay un espacio efectivo para que estas tramas sean interesantes y dinámicas. Decididamente el ritmo de la serie se resiente. Tenemos la sensación de estar viendo dos series diferentes. Deben de aclararse y decidir si quieren una serie de tramas periodísticas profundas con toques de novela romántica o una serie de tramas amorosas que, de vez en cuando, tienen algo que contar del mundo periodístico.

Es indudable que la ficción en España no cuenta todavía con la inversión que tienen las series americanas, ni tan siquiera las nórdicas, pero deberían cuidar mejor algunas escenificaciones que se quedan en el visionado cortas. Las escenas en exteriores quedan pobres, como siempre la figuración brilla por su ausencia. Se abusa de escenas de interior con pocos personajes, ya ni tan siquiera en el escenario de la redacción se hacen planos generales en los que se tengamos un visionado del ambiente de trabajo. Esto último tenía mucha más presencia en la primera temporada y precisamente lo que daba más juego en la ambientación de la serie eran las reuniones para distribuir los proyectos y aquellas escenas de oficina en las que participaban los personajes ahora descartados para esta segunda temporada.

En resumen se ha convertido en una serie semanal con cara de telenovela y con aspiraciones de longevidad. Sinceramente si aguanta será por el tirón de sus actores, a los que la mayoría tenemos un cariño muy especial. Nos da la sensación de que hasta los propios responsables de la serie y de su emisión saben esto, de ahí el retraso en estrenar ésta segunda temporada a pesar de utilizar, de forma penosa y abusiva, la imagen de Dani Rovira para anunciar su regreso.

Las perspectivas de ver una tercera temporada (si la hubiese) se esfuman a medida que pasan las semanas.

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