Crítica 'Polseres vermelles'

Lo que me ocurre con esta serie es verdaderamente curioso. Está muy bien, entretiene y emociona. Y precisamente por eso siento un profundo desprecio hacia ella, porque muchas veces te entran ganas de llorar. Apetece desprestigiarla por todos los métodos posibles, porque no quieres acordarte de que te logra emocionar. No te gusta reconocer eso, (piensas: << Sí, estás que me va a afectar esto. Yo que soy un hombre con dos pelotas así de grandes, me va a amargar a mí esta mierda>>) y te empeñas en no ponerte triste cada vez que la ves, pero siempre caes, - la serie es durísima -, aunque no lo parezca en absoluto.

Pero los creadores de esto se pueden sentir satisfechos, la serie provoca afecto y transmite valores positivos a los espectadores.

Las peores críticas la tachan de manipuladora y de que no es más que una sucesión de problemas sin redención posible. Yo también pensaba así. Después la ví y es inevitable no llenarse de cariño al percibir la inocencia de los personajes y la franqueza del guión. Es desagradablemente agradable.

¿He caído en la manipulación? Puede que sí, o puede que no. Puede que te den por el culo.