Rebelión

Tras la rebelión del obispo Peláez, Compostela se encuentra en la miseria: no hay apenas grano en la ciudad, las obras de la Catedral se han detenido, los canteros se marchan... La situación es insostenible y Gonzalo debe hacerse valer o la situación acabará en tragedia.

Cuando la miseria campa a sus anchas alguien saca beneficio y, en Compostela, este alguien es Tomás. El hambre al que se ven sometidos los esclavos musulmanes provoca que un niño robe pan en el mercado. En su huida, uno de los mercaderes de Compostela acaba muerto. Tomás, para evitar que le acusen a él de ser el causante de los problemas de la ciudad ya que posee gran cantidad de grano, ofrece una generosa recompensa por la cabeza del joven árabe.

Los esclavos sarracenos reclaman justicia para Ahmed, el esclavo árabe asesinado, o lo que es lo mismo, que Gonzalo juzgue a su hermano Pedro. Pero Gonzalo protege a su hermano y lo envía a custodiar la puerta de entrada de la ciudad, sin saber que está facilitando el plan de los almorávides para arrasar Compostela.

El ejército de Yusuf se encuentra sólo a dos lunas de la ciudad y, cuando se acerque a las murallas, Pedro abrirá sus puertas para un ataque que nadie espera en Compostela. Ajeno a las verdaderas intenciones de Pedro, Animal ha jurado venganza contra el mediano de los hermanos de Catoira por el asesinato del hermano de Naima.

Mientras, en el Concilio de Husillos, se dirimen dos asuntos vitales para Compostela: el juicio por traición a Peláez y la elección de un nuevo obispo para la ciudad. Dos cuestiones en las que los intereses de Constanza, Gelmírez, Simón y Odamiro se enfrentarán sin contemplaciones.