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La entrevista de Mariló Montero en 'La revuelta' estuvo llena de polémica por algunos de los comentarios de la periodista durante su paso por el programa, en el que hizo referencia a la tauromaquia, la "falta de variedad ideológica" en la programación de Televisión Española y la libertad de expresión. Desde el primer momento la "entrevista" desató la polémica en redes, por esto la protagonista de dicho revuelo ha compartido una publicación a su cuenta de Instagram en la que expresa cómo fue su estancia en el formato.
Desde que ocurrió, la colaboradora de 'Espejo público' ha hablado de su entrevista con David Broncano como un "debate ideológico" en el que no se sintió incómoda en ningún momento, a pesar de tener opiniones totalmente contrarias, tal y como contaba en el programa de Susanna Griso. De igual forma, esta publicación en redes y su mensaje va dirigido a callar las críticas recibidas estos días.

"Gracias, David Broncano, y a todo el equipo de 'La revuelta' por invitarme a vuestra casa, donde disfruté personalmente de vuestro ingenio. Lo resumo en ese abrazo que nos dimos al inicio y al final del encuentro. Entre esos dos gestos de afecto surgió, de manera espontánea, una conversación improvisada que resultó tan interesante que merece ser continuada", iniciaba su mensaje.
"Fue un diálogo entre dos personas educadas que acababan de conocerse y que, aun partiendo de ideologías distintas, demostraron que lo que nos une es más fuerte: la tolerancia, el respeto y la curiosidad sincera por comprender al otro. Esa curiosidad abierta, lejos de las etiquetas y los bandos, es la que enriquece, mientras que reducir cada voz a un bloque ideológico empobrece el debate público", afirmaba.

La conclusión de Mariló Montero tras su paso por 'La revuelta'
Por último, Marió Montero zanjaba finalmente su polémico paso por 'La revuelta' sacando una conclusión muy positiva de él: "En tiempos de polarización y extremismos que ponen en riesgo nuestra convivencia, conviene recordar el valor de ese abrazo: un gesto sencillo que demuestra que se puede discrepar mucho y, aun así, mantener la cordialidad. Todos somos necesarios. Todos debemos ser tolerantes, respetuosos y libres. Solo así podremos fortalecer la democracia y devolverle la riqueza de un diálogo auténtico, capaz de sumar en lugar de dividir".