Tremendo güateque

Los dos matrimonios quieren pasar un “tranquilo” fin de semana a bordo del barco. Saldrán a navegar en busca de alguna de las paradisíacas calas que hay en la isla. Mientras, en la casa, Alex que se ha quedado a cargo de todo, decide que lo mejor es que, todos juntos, pasen un día en la playa. Una vez que Napo les ha dejado en un desértica cala, inaccesible desde tierra,  y vuelve al barco, Carmen se da cuenta de que sus propuestas para disfrutar del tiempo libre no son bien aceptadas por el resto. Angel, Ramón y Bego, tienen una idea diferente de lo que significa la diversión. Sin embargo sus planes se verán alterados cuando se dan cuenta de que el barco, con Napo dormido a bordo, se va alejando de la orilla cada vez más. A partir de entonces comienza una lucha por la supervivencia que hará salir a flote las diferencias entre los cuatro. Son unos “Robinsones”, que tendrán que aprender a convivir en espera del milagro que les ayude a salir de la extravagante situación.

En la playa, Coque, que sigue enamorado de Alicia, comprueba como la amistad de esta con Nerea le va relegando a un segundo plano. Por otro lado María recibe la visita de un amigo gay, Pep, que desde el primer momento se siente atraído por Rubén, el novio de aquella. María se tendrá que enfrentar a la idea de que Rubén quizás no fuera tan masculino como ella pensaba.

Por su parte Alex conoce a un hippie seductor, con aires místicos, llamado Cameron del que se siente atraída. Este, para disgusto de Hugo, acaba convenciendo a Alex de hacer una fiesta en casa de ella, a la que se unirán el resto de su pandilla, unos hippies un poco locos que harán que la fiesta se desmadre.