Hijos del averno

Pope y Charlie investigan la implicación de una secta satánica tras relacionar el robo en una iglesia con el supuesto suicidio de un joven.

Un sacerdote amigo de Gerardo le pide que investigue el robo del copón y las formas consagradas que se ha producido en su parroquia. Poco después aparece el cadáver de un joven y, aunque aparentemente se trata de un suicidio, pronto surgen dudas y la investigación conduce hasta una secta satánica, lo que relaciona a la víctima con el robo sacrílego cometido en la iglesia. Pope y Charlie se encargan del caso.

Lucas y Eva buscan a un hombre que está sembrando el terror en la ciudad disparando con un arma de gran calibre. Ha atentado contra unas jóvenes musulmanas, pero pronto se descarta la posibilidad de que se trate de un ataque racista ya que el segundo atentado de similares características se produce contra unos jubilados. Sólo la aparente mala puntería del francotirador ha evitado que haya habido víctimas, ya que todos los impactos han ido a dar a vallas publicitarias, un dato que se revela como fundamental para la investigación.

La cuñada de Mikel ha sido sorprendida con 100 kilos de cocaína en el cuerpo en un vis a vis carcelario. Este problema agrava la depresión que el policía sufre tras haber sido abandonado sentimentalmente por la hija de Charlie.

Por último, el asesino de parejas que lleva un tiempo actuando sin ser descubierto no tardará en intentar cometer un nuevo crimen. Cuando descubre su parecido físico con Casquieiro decide aprovecharse de ello.