'Killing Eve': Temporada 3

Tras la puñalada en París y el disparo en Roma, Eve y Villanelle han emprendido caminos separados. La primera ha dejado atrás su vinculación con la inteligencia británica y la segunda se ha afincado en Barcelona, donde pretende ascender dentro de la opaca estructura de su organización criminal. Sin embargo, todo estalla por los aires cuando Kenny pierde la vida justo cuando está investigando a los Doce. Todo parece indicar que se trata de un suicidio, pero Eve no se conformará con esa explicación e investigará todo lo que haga falta para destapar. A su lado, en cierta medida, se encuentra la madre de Kenny, Carolyn, que también ha sido desplazada dentro del MI6, por lo que debe hacer las pesquisas por su cuenta.

Mientras en Londres se despliega esa investigación, Villanelle sigue matando a sueldo por Europa, tras recibir la visita de la que fuera su mentora, Dasha, que tratará de utilizarla en su propio beneficio para regresar a Rusia. Evidentemente, Villanelle no es ninguna novata y no va a dejar que nadie juegue con ella, por lo que tiene sus propios planes para rehacer su vida, ya que los vaivenes que ha sufrido recientemente le llevarán a replantearse quién es y qué hace para ganarse el pan.

Al igual que sucedía en las temporadas anteriores, el hilo conductor de la tercera temporada de 'Killing Eve' es la recíproca atracción entre Eve y Villanelle que, a pesar de estar distanciadas la mayor parte del tiempo, no dejan de pensar la una en la otra. Sus destinos están entrelazados, aunque las anteriores ocasiones en las que se han cruzado no hayan acabado precisamente bien. Aun así, aquí no hay espacio para los romances idílicos y mucho menos con estas dos protagonistas, que cada vez tienen más frentes abiertos que resolver antes de plantearse estar juntas.