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La temporada 12 de 'Anatomía de Grey' ya está aquí. La serie protagonizada por Ellen Pompeo que narra las vivencias de la doctora Meredith Grey regresa a la pequeña pantalla dispuesta a seguir triunfando después de casi una década en antena. En los nuevos episodios Grey tendrá que hacer frente a una nueva vida después del trágico suceso de la temporada pasada. Pero no será la única, nuevos frentes, caminos y retos se presentan para los miembros del Grey Sloan Memorial Hospital.
En este primer episodio titulado "Sledgehammer", el equipo médico del hospital tendrán que salvar a dos jóvenes que han sido atropelladas por un tren y que presentan una emocionante historia personal. Por su parte, Meredith intenta convivir con Amelia, algo que no le resulta nada sencillo. Mientras tanto, Bailey se prepara para la elección del nuevo jefe del hospital y Jackson se mentaliza para el regreso de April a Seattle.
Todo ha cambiado
Al finalizar la temporada pasada fuimos testigos de cómo Meredith quería vender la casa construida por Derek para regresar a su antiguo hogar. Cumpliendo sus deseos, ahora Meredith convive con Maggie y con Amelia en la casa en la que compartió buenos y malos momentos con Cristina, Izzie, Álex o George. Sin embargo, sus nuevas compañeras de piso no son tan agradables como ella quisiera.
Por un lado tenemos a Amelia que intenta poner orden en la casa llevando algunas de las tareas del hogar, por el otro lado está Meredith, que no hace más que quejarse por no encontrar sus cosas en su propia casa. Es decir, mientras una organiza las cosas, la otra se queja precisamente de todo ese orden. Y, mientras tanto, Maggie se encuentra en medio de las dos, escuchando las quejas de ambas.
El problema termina de estallar cuando Meredith descubre a Amelia intentando derribar una de las paredes de la casa para hacer la estancia más amplia y luminosa. Es en ese instante cuando Grey se da cuenta que siempre le pasa lo mismo y todo por acoger en su casa a cualquiera. Finalmente, con la mediación de Maggie, Meredith se disculpa y juntas tiran ese muro, una barrera simbólica que supone el inicio de una nueva vida para todas.
Lucha de titanes
La temporada pasada nos quedó claro que Bailey era la elegida de Webber para postularse como la nueva jefa del hospital, sin embargo, Catherine Avery también tiene su propia candidata y parece que Miranda no lo va a tener nada fácil para conseguir el cargo que tanto desea. Webber opta por hacer de guía de McConnell para enseñarle las instalaciones y conocerla un poco mejor. Pero, al enterarse, Bailey se apunta rápidamente a ese tour.
Durante la visita, la doctora McConnell hace alarde de la multitud de proyectos en los que ha trabajado, de los estudios que posee y hasta de una asociación sin ánimo de lucro de la cual es presidenta. Pero no queda ahí la cosa, para terminar de deslumbrar a todos, la mujer muestra una actitud estricta y decisiva y con sus indicaciones logra salvar la vida de una paciente que estaba a punto de desangrarse en la mesa de operaciones.
Visto lo estupenda y maravillosa que es la otra candidata Miranda decide rendirse y dejar el puesto a McConnell, una actitud que para nada es la apropiada viniendo de la mismísima Bailey, esa mujer de fuerte carácter y tan decidida que nos demostró ser en las primeras temporadas. Justo lo mismo piensa su marido, Warren, que logra convencer a su mujer para que no se rinda jamás. Finalmente, desde el quirófano Bailey hace su presentación ante la junta, deslumbrando a todos con su discurso y consiguiendo el puesto de jefa del hospital.
La necesidad de una compañía
Que muchos de nuestros protagonistas no sabe vivir solos no es ninguna novedad. Pero en este capítulo la cosa nos queda todavía más clara al ver a ese Owen indeciso que todavía no sabe cómo actuar ni si debería volver a lanzarse a por Amelia. Ha pasado tiempo pero entre ello sigue existiendo una llama que se aviva cada día más y, gracias a un pequeño consejo, finalmente Owen se lanza y vuelve a besar a Amelia. Ojalá se dejen ya de tantas tonterías y formalicen su relación.
El que no está tan contento a pesar de que su mujer vaya a regresar es Jackson. Todos sus compañeros no hacen más que recordarle la llegada de su esposa, cosa que irrita y desespera a Avery ya que su relación quedó pendiente de un hilo cuando April decidió volver a marcharse. Al caer la noche, April se presenta en el hospital donde se topa con su marido, entre ambos apenas se cruzan unas palabras, lo que nos hace pensar que esta relación poco futuro tiene ya. ¿Lograrán salvar su matrimonio?
El punto cómico de este capítulo viene de mano de Arizona. La pediatra está en plena búsqueda de compañero de piso pero parece que nadie quiere compartir techo con ella. Dispuesta a averiguar qué está pasando, Robbins le pregunta a Edwards, que decide contarle toda la verdad. Resulta que Arizona es toda una leyenda en el hospital por varios motivos entre los que destacan haber sobrevivido a varios accidentes, hablar muy rápido, tener un nombre extraño y que todos los internos con los que ha mantenido alguna relación hayan sido despedidos. Pero para su fortuna, uno de los nuevos internos se postula como su nuevo compañero.
Amores incomprendidos
El principal caso médico de este episodio corresponde a dos adolescentes que han sido atropelladas por un tren cuando se dirigían a la escuela. Sin embargo, rápidamente Callie logra simpatizar con una de las jóvenes y descubre que les une algo. Dejándose llevar, la chica le confiesa a la doctora Torres que la otra muchacha es la chica de la que está enamorada y que se presentaron delante del tren porque quieren estar juntas, ya sea vivas o muertas.
La situación alarma especialmente a Torres, que sabe muy bien por lo que están pasando las dos chicas pero, como bien le explica a Jessica, que su relación no sea aceptada ni apoyada por sus padres no justifica que tengan que suicidarse para estar juntas por siempre. Cuando Callie se acerca a hablar con los padres de Jessica, se topa con una mujer autoritaria que lo único que quiere es mandar a su hija a un campamento religioso para que le quiten esa "tontería" de estar enamorada de otra mujer.
Sin poder aguantar más las estupideces que salen por la boca de la madre de Jessica, Torres se enfrenta a la mujer sobrepasando el límite médico-paciente pero dejándole las cosas claras: su hija es una chica que se ha enamorado de otra mujer, una decisión personal y que le hace feliz y llevarla a un campamento no le hará cambiar de opinión, todo lo contrario, lo único que le provocará es más sufrimiento y un trauma de por vida.
Ante la noticia de que su hija ha sufrido graves lesiones y debe ser operada de urgencia, la madre de Jessica descarga toda su furia contra Pierce. Pero lo que la mujer no esperaba para nada es que la doctora, al no poder soportar la presión y sentirse amenazada, se defendiera pegándole un puñetazo. Es una acción que no debería haber hecho en ninguno de los casos y menos todavía siendo médico pero, por una vez en su vida, Maggie se ha enfrentado a un matón, para sorpresa y apoyo del resto de sus colegas médicos.
Finalmente, los padres de las dos chicas se encuentran en una de las salas de espera y comienzan a conversar a cerca de sus hijas. Entre ambos se atisba una buena relación y parece que los dos hombres comprenden el amor que las chicas sienten, un amor que les hace completamente feliz. Cansado de que le preocupe más el que dirán que el bienestar de su hija, el padre de Jessica se enfrenta a su propia mujer, defendiendo a su hija y recriminándole la absurda actitud que está tomando al respecto.
Gracias a la decisión del padre de Jessica, por fin parece que las dos muchachas podrán ser felices juntas cuando salgan del hospital. Una historia totalmente emotiva que, siendo ficticia, nos recuerda que, desgraciadamente, este tipo de casos suceden en la realidad, cuando para nada debería ser así ya que todo ser humano debería ser libre de amar a quien quiera, sin que a nadie le importe su condición sexual. Pero en esta sociedad todavía nos queda mucho por mejorar...
