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La decimoséptima edición de 'Gran Hermano' se ha convertido en una de las ediciones con mayores conflictos de la historia del reality. Aun así, las desmesuradas polémicas que la envuelven no han conseguido índices de audiencia especialmente altos, sino todo lo contrario. Puede que sus espectadores se hayan agotado de la constante bronca, así lo reflejarían sus últimos datos de audiencia.
No obstante, y dejando a un lado la repercusión mediática del reality, la organización del programa ha decidido tomar medidas contra unos concursantes que están desarrollando una convivencia imposible y desagradable. Harto de las discusiones desmedidas, 'Gran Hermano 17' ha decidido nominar a todos sus concursantes de manera disciplinaria. Además, ha cerrado el Club de manera momentánea durante los próximos siete días, por lo que se acabaron los privilegios.Además, la casa clausura una habitación, por lo que todos los concursantes deberán dormir en el mismo dormitorio. Por otro lado, la comida dejará de ser una excusa para discutir, pues los concursantes tienen, desde este jueves, acceso ilimitado a un supermercado con la condición de que devuelvan la comida que han escondido en algunos rincones de la casa.
El programa quiere que los concursantes recuerden la ilusión por la que entraron al concurso, así que el próximo domingo durante el debate podrán ver sus vídeos de presentación. Además, podrán ver algunos de los momentos más bochornosos que han protagonizado.
'Gran Hermano' nomina a todos sus concursantes
Los últimos conflictos se pasan de la raya
El pasado lunes, día de Halloween, en un acto de maldad, Bea aprovechó para verter chorros de vinagre y pimentón en las camas de sus compañeros Bárbara, Adara y Pol, algo que los concursantes, como es obvio, no se tomaron nada bien. La youtuber se tomó la justicia por su mano y decidió bañar de agua las camas del dormitorio como venganza.
La alicantina intentó descubrir quién había sido el verdadero culpable y, no contenta con su venganza, vertió aceite y vinagre por las camas de sus compañeros. Ante lo sucedido, Bea reconoció los hechos y la discusión entre ambas se convirtió en una auténtica guerra. No obstante, todo esto no hubiera ocurrido si la convivencia en la casa no se caracterizara por las innumerables bromas pesadas y robos de comida de los que los concursantes son protagonistas.
Clara y Miguel se atrevieron a saquear el armario de Meritxell y aprovecharon para robarle un bote de crema de cacao, lo que enfadó muchísimo a la barcelonesa, que se vengó del gallego metiendo, junto a sus compañeros, el envoltorio de unas magdalenas en su neceser. Fue entonces cuando Bea dio un paso más y ensució las camas de sus compañeros.
Los acontecimientos derivaron en una discusión sin precedentes en la casa de Guadalix de la Sierra, con innumerables gritos y con Clara y Bárbara encaradas. Una situación bochornosa que el programa no ha dudado en castigar de manera vehemente.
