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La invasión y genocidio de Israel sobre Gaza no deja de generar disputas relacionadas con la celebración del Festival de Eurovisión 2026. Por un lado, varios países, entre los que se encuentra España, han amenazado con retirarse si no se veta la participación de Israel. Otros, en cambio, son favorables a que formen parte del concurso hasta el punto de presionar con no participar si hay veto.
En el grupo de estos últimos se encuentra Alemania, ya que el canciller Friedrich Merz fue muy claro con su postura hace tan solo unos días. A él se le ha sumado el gobierno austriaco, y es que, según informa OE24, el canciller Christian Stocker y su secretario de Estado, Alexander Pröll, están presionando a la televisión pública ORF y al ayuntamiento de Viena para que no sean la sede de Eurovisión.

"Es inaceptable que nosotros, precisamente, prohibamos a un artista judío venir a Viena", recoge el citado medio las afirmaciones de un alto representante del ÖVP, el partido que gobierna Austria y que es de ideología conservadora, sin indicar su nombre. Por tanto, Austria no ha emitido un comunicado oficial sobre cuál será su postura si se veta a la KAN, pero sí ha dejado deslizar estas palabras a la prensa para ejercer presión a la UER y al resto de países dudosos de cara a la votación que se celebrará en noviembre.
¿Qué pasa si Austria rechaza ser la sede?
La postura de Austria no es tan sencilla al haberse comprometido a albergar la 70º del Festival de la Canción. Tal y como expresa el citado medio, si la televisión pública austriaca se echa para atrás, tendrá que pagar una considerable multa, que podría alcanzar los 40 millones de euros, para financiar la celebración de Eurovisión en otra sede.

Según parece, dicha cantidad finalmente se quedaría en 26 millones. No obstante, el director ejecutivo de la ORF le habría comunicado al canciller que la amonestación debería ser asumida por el Gobierno. A este se le añade la postura del ayuntamiento de Viena, pues aunque el alcalde Ludwig dijo que excluir a Israel sería un error, la celebración de Eurovisión es un aliciente por los ingresos que deja en la ciudad.