TEMPORADA 8 CAPÍTULO 3

'La que se avecina' 8x03 Recap: "Una piña, una gogó cuarentona y un tiburón con dos penes"

El drama y las críticas sociales son los protagonistas del tercer episodio.

Por Héctor Alabadí El 28 de Octubre 2014 | 23:23

El tercer capítulo de la octava temporada de 'La que se avecina' sigue liderando la noche del lunes en Telecinco, aunque continúa con su tendencia a la baja. El capítulo "Una piña, una gogó cuarentona y un tiburón con dos penes" fue visto por 3.507.000 espectadores y logró un 22% de share, 7 décimas menos que la anterior semana. Desde su estreno, la comedia de los hermanos Caballero ha perdido ya 958.000 seguidores y 3,6 puntos, pero viendo la dirección que está tomando la ficción es probable que continúe la caída de audiencia.

Una grieta pone en peligro el mandato de Enrique

La aparición de una terrible grieta en Mirador de Montepinar pone en peligro el mandato de Enrique Pastor como presidente de la comunidad. La desorbitada derrama que debería pagar cada propietario podría ser el fin de la legislatura del concejal. De manera que Enrique y Antonio deciden encontrar al responsable para que asuma los gastos de la reparación. Así llegan hasta el despacho de Jorge (Nacho Fresneda), el arquitecto que proyectó el edificio, que no está dispuesto a asumir la derrama y se ríe en su cara ante la posibilidad de demandarle.

La directiva de Montepinar ante la grieta y Raquel seduciendo al arquitecto

La trama sirve a los guionistas para hacer una crítica social a la burbuja inmobiliaria y a la situación actual que sufren muchas familias. Pero la crítica resulta poco sutil y parece que los propios guionistas quieran avisarnos de que llega el momento comprometido del capítulo con los temas sociales.

La cúpula directiva de Montepinar 7 decide tomarse la justicia por su mano, aunque con estrategias diferentes. Por un lado, Enrique opta por utilizar a Raquel, exnovia del arquitecto, para hacerle unas fotos comprometidas con él y chantajearle con enseñárselas a su mujer. Por primera vez en esta temporada, vemos a Vanesa Romero con una trama propia donde comprobamos que ha evolucionado como actriz desde que se incorporara a 'Aquí no hay quien viva', ofreciéndonos algunas situaciones divertidas.

Los payasos justicieros contraatacan

Por otro lado, Antonio tiene un plan genial para hacer que el arquitecto que diseñó Montepinar les pague el arreglo de la grieta. Pero su estrategia es bastante más radical que la del concejal. Coque y Antonio se vuelven a transformar en los payasos justicieros y están dispuestos a volar la casa del arquitecto con explosivos fabricados por ellos mismos.

Conmoción vecinal, hay que repintar los rellanos

Además, en la comunidad, la elección del color con el que repintar los rellanos provocará un conflicto frontal de los vecinos con Fina, la nueva inquilina del 2ºC. En un principio, Fermín y varios vecinos le plantarán cara y se negarán a hacer lo que ella quiera. Pero las represalias de la huraña anciana darán pie a un plan de Fermín para doblegarla. Aunque, como suele ocurrir, no saldrá demasiado bien y tendrá un desenlace con fenómenos paranormales incluidos.

Los vecinos junto a Fina, la polémica anciana del 2ºC

Resulta complicado incorporar nuevos personajes en un reparto tan cerrado como el de 'La que se avecina', pero Petra Martínez ha entrado con muy buen pie en la comunidad. Fina consigue protagonizar algunos de los momentos más divertidos del capítulo, aunque no sea precisamente por la gran comicidad del personaje. Su mala leche extrema y su capacidad para insultar a cada vecino la convierten en una de las sorpresas de la temporada.

El drama de Los Cuquis

El matrimonio formado por Maite y Amador se encuentra cada vez más hundido en una dramática situación que no encaja con el surrealismo de la serie.

Amador está encantado de vivir en la caravana de Coque, ahora tiene una casa, "despierto en la roulote y siempre voy palote". Los Cuquis reciben la visita de la asistente social, Patricia (Silvia Alonso), que podría devolverles a sus hijos. Pero "león" parece poco interesado en recuperar a sus "cuquitos" y prefiere tirarle los trastos a Patricia.

Finalmente, Amador parece mostrar un mínimo de interés por encontrar un trabajo e intenta convertirse en empresario. El Capitán Salami convertirá la caravana en un puesto de perritos calientes ambulante.

Para abrir su nuevo negocio necesita muchas licencias, el carné de vendedor ambulante, el de manipulador de alimentos... Aprovechando esta trama, los guionistas vuelven a mostrarse descaradamente críticos y, ojo, no hay problema en hacer crítica social, está muy bien, el problema es que resulta demasiado obvia.

Los Cuquis en acción

Los Cuquis y Lola acuden al parking de una discoteca para poner en marcha su negocio. Pero tanto Maite como Amador están más interesados en divertirse que en recuperar a sus hijos. La trama ya no es únicamente dramática sino que roza un poco el mal gusto. No se sostiene que unos padres no muestren en todo momento un enorme interés por recuperar a sus hijos.

Ni siquiera los propios actores son ajenos al drama de sus personajes, Pablo Chiapella declaró recientemente a FormulaTV.com que ha pedido un golpe de suerte para Amador. Sería realmente interesante que los personajes evolucionaran y se convirtieran en unos nuevos ricos al estilo de "Granujas de medio pelo", dirigida por Woody Allen. Seguirían siendo, como dicen los propios personaje, un gañán y un putón pero con pasta.

Crisis matrimonial para los Maroto-Trujillo

Los "leones" y la "chupipandi" siguen con sus habituales reuniones. Ellas se juntan para cotillear y ellos debaten sobre temas mucho más trascendentales. Ambos grupos se unen en una divertida discusión entre chicos y chicas donde todos opinan sobre la crisis matrimonial de Javi y Lola. "Esto parece 'Mujeres, hombres y 'viceberzas'", comenta Fermín.

Conclusión

Los nuevos capítulos de 'La que se avecina' siguen entreteniendo, pero están lejos de los divertidísimos y desternillantes episodios de la tercera o cuarta temporada.

Aunque continuamos teniéndoles cariño a los personajes, se han convertido en una caricatura extrema de lo que algún día fueron. La mayoría de ellos se ven envueltos en un drama personal demasiado complicado para una comedia surrealista que cada vez es más realista y menos comedia.

Los seguidores de la serie continuamos teniendo ganas de disfrutar de las aventuras de los vecinos de Montepinar. Pero, tal vez, el problema sean las reposiciones, tenemos tan presentes los míticos capítulos de otras temporadas, que cada día vemos en FDF o Comedy Central, que resulta complicado sorprendernos con los nuevos conflictos de los vecinos más locos de la televisión.

De todos modos, la temporada acaba de arrancar y todavía quedan trece episodios por delante donde esperamos volver a enamorarnos de las disparatadas historias ambientadas en la famosa comunidad.