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Lo hemos comentado muchas veces, la gracia de la mayoría de los episodios de 'Modern Family' reside en una idea muy sencilla: darle un pequeño 'twist' a los tópicos. Es cierto que a menudo el resultado acaba siendo el mismo que sin el dichoso 'twist' pero mientras tanto se marcan unos cuantos chistes a costa de nuestras propias expectativas.
Hasta la victoria
Para empezar, tenemos a Cam engañando a Jay para unirse a su equipo de bolos, los 'Britney Spares', para así poder restregar (literalmente) el premio en los morros de unos de sus múltiples archienemigos. Evidentemente la cosa estaba destinada a acabar fatal desde el principio porque el castillo de naipes a base de mentiras era demasiado fácil de desmontar (un conocido, una trampa, una búsqueda en la red, un descuido...). Las variables eran infinitas pero es que, además, Cam se equivocó en el su estrategia de principio a fin al no confiar en la estima que le tiene su suegro.
En lugar de mentir, lo más sencillo y probablemente lo más inteligente hubiese sido plantarle las cartas encima de la mesa desde el principio. Seguramente le habría costado más convencerle que con la encerrona que le monta, es verdad, pero finalmente Jay habría accedido de todas maneras pero, a cambio, podrían haber creado una estrategia conjunta mucho más efectiva y con muchísimos menos agujeros. Además, hay que tener en cuenta que Cam, a diferencia de Phil, no tiene que esforzarse para gustar a Jay porque comparten muchas cosas (de hecho, muchas más cosas de las que ambos comparten con Mitchell). Simplemente explicándole su rivalidad con el capitán de 'The Merry Men' se lo habría metido en el bolsillo.
Pero tanto da porque el resultado es el mismo: Cam se queda sin trofeo. Eso sí, tenemos que agradecerle que hayamos podido ver a Jay flirtear y dejarse seducir por el personaje interpretado por Oliver Platt, toda una delicia. Casi (casi) consiguen que me crea que enamoró a Gloria simplemente con su encanto natural, aunque lo de la suma de Kevin Costner y Channing Tatum no lo veo. Definitivamente hay ojos que se enamoran de legañas.
Todos contra el arte
Phil y Claire, por su parte, se encuentran ante otra situación que tiene, de nuevo, un desenlace previsible: que ambos unan fuerzas con los LaFontaine para deshacerse de la escultura obscena que embrutece el vecindario (ni me imagino cómo debía ser para que hasta los pintorescos vecinos de los Dunphy se sintiesen ofendidos por ella). Las razones de unos y de otros no son las mismas (o no exactamente), sólo les une su rechazo a la supuesta abominación de mármol pero, parafraseando a Alex, el arte genera entre ellos una conversación bastante insólita e inesperada que desemboca en una especie de cambio de papeles entre los Dunphy y los LaFontaine.
¿Recordáis cuando vimos por última vez a estos? Exactamente fue en "The Big Guns", aquel en el que los LaFontaine plantaban un barco en la entrada de su casa que era fiel reflejo de sus propietarios: vistoso, hortera y con mal gusto pese al dinero. Esa es la imagen que proyectaban entonces y también ahora, por lo que es toda una sorpresa comprobar que detrás de esa pátina vulgar y chabacana se esconden unas personas bastante más complejas e interesantes, con un hijo a puntito de entrar en Julliard (sí, el macarrilla ligón que deambula de vez en cuando por el jardín) y que, encima, tienen mucho mejor gusto en vinos que Claire (la puntilla). Después de todo esto dudo que el 'status quo' entre familias varíe pero en "Knock 'Em Down", además de la estatua, se derriba alguna que otra barrera más.
La edad no perdona
Por último, en la que podríamos llamar 'trama de relleno' tenemos a Gloria y Mitchell luchando por negar la evidencia: que son demasiado mayores para ir de fiesta con Haley. Claro que no iba a servir de nada que una sea del país del café y la cocaína y que el otro pertenezca a un colectivo conocido por organizar fiestones, la edad no perdona y eso no se sortea ni con mojitos ni con cosmopolitans en vena (ni mucho menos con queso) por mucho orgullo herido que se tenga.
Como decía al principio, una vez más 'Modern Family' se ha especializado en exprimir el tópico y retorcerlo para conseguir sacar la sonrisa al espectador y lo cierto es que da igual que lo repitan, funciona tan bien como la primera vez. Con eso basta.
